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padres eudistas

Lun 4 Dic 2023

Los padres Eudistas en el Caribe colombiano

El pasado 1 de diciembre, en el claustro de Santo Domingo, en la ciudad de Cartagena de Indias, la congregación de Jesús y María, padres Eudistas, juntamente con las provincias eclesiásticas de Barranquilla y Cartagena celebraron sus 140 años de presencia misionera en Colombia, conmemorando la llegada de ese primer heraldo del Evangelio, como fue el sacerdote francés, padre Teodoro Hamón.Presencia misionera que se inició justamente en el caribe colombiano y con un doble propósito: Asumir la formación de los sacerdotes de la Diócesis de Cartagena y acompañar la cura pastoral de una Iglesia que distaba mucho de poder mantener la integridad de su fe, la piedad sincera, las buenas costumbres y el ejercicio de la misericordia. Recordemos cómo a finales del siglo XIX, esta diócesis comprendía lo que son hoy las arquidiócesis Cartagena y Barranquilla, así como las jurisdicciones eclesiásticas de Magangué, Sincelejo, Montelíbano y Montería. Llegaron a Cartagena por petición expresa de monseñor Eugenio Biffi, obispo de Cartagena y envío misionero del Papa León XII. Monseñor Biffi, durante su paso misionero por esta ciudad (1856 – 1862) antes de ser expulsado y confinado por un gobierno anticlerical, supo conocer, con su corazón de pastor, las más grandes y urgentes necesidades de esta Iglesia que ahora se le había confiado.Ya como obispo y viendo su clero, llegó a escribir: “El obispo de Cartagena es como un pobre carpintero obligado a trabajar con hierros viejos, oxidados y dañados ¿Qué hace el pobrecito? Imposibilitado para cambiarlos o reemplazarlos por otros nuevos, los limpia lo mejor posible, los hace afilar y continúa sirviéndose de ellos. Así tengo yo que hacer con mis sacerdotes que son casi todos viejos y cubiertos de óxido moral. No puedo mandarlos inmediatamente al cielo; el Señor se los llevará a su tiempo; yo procuro sacudirlos un tanto, quitarles el óxido moral, darles una limpieza general y sacarles el provecho que puedo. Así tengo siquiera quienes administren el bautismo a los niños y asistan a los moribundos.”Como evangelizador incansable que recorrió toda su diócesis y solícito por la realidad que palpaba, monseñor Biffi, quien por cierto era un muy buen fotógrafo, tomaría una foto que nos recuerda el modo cómo se organizaban y celebraban las fiestas patronales: “No basta santificar las fiestas, es menester santificarlas de un modo que no desagrade a la Majestad de Dios. Trátese por ejemplo de festejar al Santo Patrono, o a la Santísima Virgen, etc.; el pueblo se pone en movimiento, se elige una junta, se hace una cerca para toros, se buscan juegos de ruletas, no faltan sus gallos de pelea, se consideran imprescindibles los bailes públicos, y de preferencia, la censurabilísima cumbiamba (...) Dicen que van a la fiesta del santo o de la santa, pero en realidad van a divertirse al baile, a lucir vestidos, a consumir sus ahorros en la ruleta, o en el aguardiente, o en otros desórdenes más graves todavía”.A estos desafíos concretos llega la espiritualidad de los padres Eudistas, quienes desde el Seminario San Carlos Borromeo irradiarán todo un quehacer pastoral como formadores y misioneros según la voluntad de su fundador y lo harán con un llamado permanente a la conversión; viviendo en comunión íntima con Cristo; dejándose guiar por el Espíritu de Dios; manteniendo su conciencia de que han sido enviados por la Iglesia para santificar el pueblo de Dios; viviendo en comunión con la Iglesia en la persona de monseñor Biffi; manteniendo una valentía profética; amando a los hombres y mujeres como Jesús los amó y dando a todos esperanza en la hora que les tocaba vivir.Valoremos y agradezcamos a Dios este testimonio valiente de los padres Eudistas en nuestra región caribe. Ellos han sido para nuestras Iglesias testigos de oración y fraternidad; y han procurado que los corazones de Jesús y María, siempre abiertos a Dios, ardan en todos nosotros.

Lun 15 Jul 2019

Iglesia en audiencia pública sobre derechos de las personas con VIH-SIDA

“Por una seguridad social que ofrezca vida en abundancia”, bajo este título la red de Organizaciones Basadas en la Fe (OBFs) de Colombia, entre las que participan Cáritas Colombia, los padres Eudistas, hermanas Scalabrinianas, adoratrices, la arquidiócesis de Bogotá, las vicentinas, los padres Camilos, iglesia luterana y otras denominaciones como metodistas, adventistas y mormones, se dieron cita en el Congreso de la República para realizar una audiencia con representantes del Ministerio de salud y protección social acerca de los derechos de personas con VIH-SIDA. El país según datos del ministerio entre unas 27 personas por cada 100.000 habitantes son portadoras por lo cual su prevalencia es superior al 5% en sus poblaciones más vulnerables, por tanto, la Red de OBFs le apuestan a la educación y prevención. Además, uno de los temas tratados en esta audiencia fue el de contextos migratorios, incidido mayoritariamente por población venezolana lo que de algún modo se convierte en un grupo vulnerable debido a la dificultad que tienen muchos para acceder al sistema de seguridad social colombiano. Prevenir y educar El sacerdote Enán Humánez, subdirector del secretariado nacional de pastoral social Cáritas colombiana, ha expresado que “no queremos que nuestros diagnósticos se queden en cifras, sino en personas, se trata de un derecho humanitario es el llamado de atención que hacemos al respecto”. Para ello hizo mención de la guía de trabajo que desde esta instancia se diseñó para el trabajo pastoral de la Iglesia frente al VIH y SIDA. Asimismo, ha destacado la importancia de la educación para la prevención en cuanto a aspectos generales de esta enfermedad y fomentar espacios de diálogo. “Creo que eso es lo que nos hace falta todavía en muchas partes del país poder educar para incluir a estas personas que son portadoras para que puedan desarrollarse integralmente en la sociedad”, acotó. Un problema a largo plazo En cuanto a la población migrante, ha indicado que Cáritas tiene una fuerte presencia en Vaupés y Puerto Carreño, donde la población migrante pendular venezolana es altísima, “ellos están en chongos (prostíbulos) allí hay una situación de alto riesgo, porque no hay controles sanitarios”. Otro de los clamores entre la población en situación de vulnerabilidad tanto migrante como nacionales es la distribución de los retrovirales, habidas cuentas del alto costo de estas medicinas. “En Mitú, capital de Vaupés, hay un pie de fuerza militar, en la que niñas indígenas son prostituidas, quedan embarazadas, son situaciones en las que las mujeres son utilizadas”, mencionó. “Ya se está hablando de 4.000.000 de venezolanos desplazados para mediados de 2019, de hecho el obispo de Cúcuta, Victor Ochoa, ha dicho que la recuperación económica de Venezuela tardaría unos 20 años, todavía Colombia tiene que prepararse porque la crisis va a aumentar considerablemente”, señaló. Brindar una luz ética René Rey es un sacerdote eudista, actualmente es el presidente nacional de la Red de OBFs. Está adscrito a la provincia Minuto de Dios, especialmente en el acompañamiento de personas portadoras en condición de migrantes y refugiados. Durante su intervención ha preguntado: “¿Nuestro sistema de salud está en capacidad de atender a personas migrantes en tránsito o con vocación de permanencia? ¿Qué actitud asumen nuestras comunidades de fe y nuestras iglesias ante el modelo de seguridad social en salud?” Por ello ha resaltado la pertinencia de “reflexionar desde la fe sobre este tema”, porque “es muy recurrente en la cotidianidad, pero sobre todo la gente habla de las barreras con las que se encuentran y que le impiden un acceso digno al servicio de la salud”. El sacerdote ha dicho que el país requiere de un sistema de salud con “una mirada integral con perspectiva social y espiritual en búsqueda del bien del ser humano”, por tanto “hoy nos convoca en este recinto donde se legisla sobre la realidad del sistema de seguridad social, especialmente en salud, desde mi punto de vista con una pretensión, brindar una luz ética que ilumine un camino a esta situación”. Fuente: Portal digital Vida Nueva