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río cauca

Mié 25 Ago 2021

Iglesia en Sincelejo llama a la solidaridad con damnificados por el invierno

Por estos días el municipio de Guaranda, en el sur del departamento de Sucre, ha sido afectado de manera considerable por las inundaciones que ha provocado el desbordamiento del río Cauca. Esto, según las autoridades locales, deja más de 2.226 damnificados y dos barrios completamente evacuados ante el riesgo que representan las crecientes. Para atender esta emergencia, la Diócesis de Sincelejo, a través del Secretariado Diocesano de Pastoral Social/Diakonía de la Paz, ha estado presente en el lugar para apoyar a las comunidades, clamando a la vez la solidaridad de los colombianos. El padre Ismael Acosta Pineda, director de Cáritas diocesana, al expresar su solidaridad, acompañamiento, cercanía y oración con los hermanos de Guaranda, extendió también un llamado urgente a los organismos competentes para que se hagan presentes con la ayuda necesaria para asistir a estas personas. “Confiamos en que el Estado y todas las instituciones que tengan que ver con este momento puedan activar sus protocolos y así podamos calmar el sufrimiento de estos hermanos nuestros”, sostuvo el sacerdote. Iglesia que acompaña Por su parte, la parroquia Santo Cristo de Guaranda, pastoreada por los padres vicentinos (Congregación de la Misión), ha estado también al lado de los afectados canalizando ayudas humanitarias. Con el agua a las rodillas, el padre Andrés Felipe Rojas, párroco; su vicario Leonidas Giraldo y el diácono Gabriel Martínez, un seminarista de la comunidad eudista y laicos de la pastoral social parroquial, recorren los sectores más críticos para llevar comida y compañía. “Tanto la casa cural como el templo están habilitados para funcionar como albergue en caso de una emergencia mayor. En este lugar tenemos algunas familias que son de los sitios más críticos. Hemos dado prioridad a los ancianos, a las personas enfermas”, contó el párroco. En Guaranda hay dos albergues más: los colegios Señor de Los Milagros y Las Mercedes. La comunidad también apoya las labores de monitoreo y vigilancia de los niveles del río y cuando hay alertas suena la campana del templo. Ayudas humanitarias La Iglesia canaliza y acopia donaciones, que se recibirán en la catedral San Francisco de Asís de la Diócesis de Sincelejo, desde allí se distribuirán al municipio de Guaranda. Además se ha dispuesto de la casa cural y del templo de este municipio, donde se recibirán las ayudas necesarias. Igualmente, se ha destinado para que se hagan aportes en la cuenta de ahorros Nº 484 378 76170 de Bancolombia, a nombre de la Parroquia Santo Cristo de Guaranda, con Nit 900816006-1. El comprobante de la consignación puede ser enviado vía WhatsApp al número (+57) 314 374 6635. Según se ha informado, la comunidad necesita en estos momentos de alimentos no perecederos, frazadas, medicamentos, colchonetas y artículos de aseo personal.

Lun 30 Jul 2018

“El progreso no ha tocado a las personas”: Mons. Ossa Soto

Así lo manifestó el obispo de la diócesis de Santa Rosa de Osos, monseñor Jorge Alberto Ossa Soto ante la emergencia que afecta a su jurisdicción desde hace tres meses, cuando el desborde del río Cauca colapsó la estructura, en plena construcción, de la represa hidroeléctrica más grande de Colombia, dejando a familias enteras damnificadas y sin nada. En una entrevista concedida a la revista Vida Nueva, el prelado dijo que “en Hidroituango todavía hay una emergencia”. Aun cuando en los medios de comunicación, el tema ya no es una prioridad en la agenda, el prelado ha asegurado que “todavía no han levantado la alerta roja en varios municipios, eso significa que en algunos corregimientos la gente todavía está viviendo en albergues”. La Iglesia no abandona a las comunidades PREGUNTA.- ¿En qué contribuye la Iglesia para paliar esas situaciones? RESPUESTA.- Lo más importante lo expresé en un comunicado a los fieles y a la opinión pública. La parte social que ejerce la Iglesia es precisamente la caridad con el acompañamiento, el que nosotros estemos presentes en los albergues y durante la mayor crisis. Los sacerdotes en ningún momento abandonaron a las comunidades, sino que estuvieron asumiendo el riesgo con los fieles. A través de la pastoral social de la diócesis y a nivel nacional los hemos acompañado en lo que hemos podido, porque económicamente es más responsabilidad del Estado, de las Empresas Públicas de Medellín (EPM), por eso hemos estado pendientes de que cumplan y lleven su compromiso con las comunidades a cabalidad. “Primero hay que tomar el control de la situación” P.- ¿Cómo evalúa el impacto ecológico que esta “gran obra” ha causado? R.- Es la obra de ingeniería más grande de Colombia y es de esperar que se salve, pero ha generado impactos ambientales y se ha salido de lo planeado, porque toda gran obra genera grandes impactos. Lo que pasa es que hay que mirar no sólo las reparaciones desde los daños causados, sino desde las compensaciones en bienestar, desde la verdadera responsabilidad social para las comunidades que se afectan, [pero] primero hay que tomar el control de la situación para posteriormente hacer los debidos controles ambientales, técnicos, de alta ingeniería para recuperar las afectaciones ambientales ocurridas. Primero la gente y el medioambiente P.- ¿La Iglesia ha conversado con las autoridades de cara a prevenir estas eventualidades? R.- Esperamos que esto se vaya superando y no pase más, puedan hacerse los controles debidos y se asuman las responsabilidades frente a las comunidades y al medioambiente. Eso no le toca a la Iglesia, a la Iglesia le toca en el sentido de hacer alertas tempranas, de avisar. Ahora lo que importa es superar esta situación. Lo que debemos pensar como Iglesia es que realmente a las personas se les atienda, pensar en cómo van a retornar a sus casas, para que puedan incorporarse a su vida ordinaria, volver a su trabajo. Todo esto nos mueve a replantear muchas cosas, no sólo con lo que pasó en Hidroituango, sino [con relación] a la vida que de la gente cerca de un río, de las dimensiones que sea. Exigiría sin duda otro replanteamiento a futuro, porque la gente vive en condiciones muy limitadas, de mucha pobreza. Es mirar uno que la Troncal de Occidente que pasa por Antioquia, es una de las principales vías del país, ¿y qué ha generado y contribuido al desarrollo? La pregunta en este caso sería si han contribuido, todas estas obras, al desarrollo de las comunidades que están en las laderas, en la margen del río o a la vera del camino. Lo que quiero decir es que el progreso pasa y ha pasado, pero no ha tocado a las personas. “Si no hubiera corrupción, alcanzaría para todos y sobraría” P.- ¿Hidroituango qué tanto ha contribuido al desarrollo de las comunidades? R.- En un país donde los pobres son invisibles, que fomenta inequidades, la pérdida de una tabla o una gallinita –como me decían ellos en sus diálogos espontáneos–, es una gran pérdida, el quedarse sin animalitos, sin cama, porque esa es su riqueza y la riqueza de ellos es su ambiente. El país necesita mirar más la situación de los pobres y trabajar por la equidad y la justicia. Esperemos que se hagan programas de Estado que apunten a despertar la solidaridad y la responsabilidad de todos, sin generar luchas de clases ni enemistades. Si no hubiera corrupción alcanzaría para todos y sobraría. Con respecto a Hidroituango, es una cosa muy difícil de evaluar. Creo que en los momentos vividos y en esa situación se ha actuado con prontitud y con bastante responsabilidad. Somos simplemente acompañantes de las comunidades y a cualquier proyecto o institución les diremos con toda la libertad lo que consideramos dentro de la ley y la justicia, incluso haremos lo posible por hacer que las comunidades sean partícipes de lo que es de ellas. Desde el respeto nos convertimos en la voz de los que no tienen voz. Tomado: Revista Vida Nueva

Sáb 19 Mayo 2018

Iglesia traza plan de ayuda frente a crisis humanitaria por proyecto HidroItuango

La diócesis de Santa Rosa de Osos y el Secretariado Nacional de Pastoral Social, han trazado un plan para acompañar a las comunidades afectadas por lo sucedido en el proyecto HidroItuango y que viven a riveras del rio Cauca. “Se prestará atención sicosocial, lo cual significa ayudar a rehacer el plan de vida y el tejido comunitario afectado. Hemos trabajado para conocer cuáles son las necesidades que no se han cubierto todavía como kits de higiene y aseo, entre otros elementos de primera necesidad”, anunció monseñor Héctor Fabio Henao, Director del Secretariado Nacional de Pastoral Social. Monseñor Henao invitó a la solidaridad y a la cercanía de todo el pueblo colombiano con esta región que hoy enfrenta una gran crisis humanitaria. Foto: Tomada de Internet