Pasar al contenido principal

Sábado Santo

Sáb 8 Abr 2023

Ha resucitado y va por delante de ustedes a Galilea

VIGILIA PASCUAL EN LA NOCHE SANTA Abril 8 de 2023 Lecturas del Antiguo Testamento: 1ª lectura: Génesis 1,1 - 2,2 (forma larga) o Génesis 1,1. 26-31a (forma breve) Salmo 104(103), 1-2a.5-6.10 y 12.13-14ab.24 y 35c. cf. 30) o Salmo 33(32),4-5.6-7.12-13.20 y 22 (R. 5a). 2ª lectura: Génesis 22,1-18 (forma larga) o Gn 22, 1-2.9a.10-13.15-18 (forma breve) Salmo 16(15), 5y8.9-10.11 (R. 1). 3ª lectura: Éxodo 14,15 - 15,1 (nunca se puede omitir) Salmo Éxodo 15,1-2ab.2cd.3-4. 5-6.17-18 (R. 1a). 4ª lectura: Isaías 54,5-14 Salmo 30(29),3-4.5-6.12ac-13 (R. 2a). 5ª lectura: Isaías 55,1-11 Salmo Isaías 12,2-3.4bcd.5-6 (R. 3). 6ª lectura: Baruc 3,9-15.32 - 4,4 Salmo 19(18),8. 9.10.11 (R. Juan 6,68c). 7ª lectura: Ezequiel 36,16-17a.18-28 Salmo 42(41),3. 5bcd; 43(42),3.4 o, cuando se celebra el Bautismo, Salmo 51(50), 12-13.14-15.18-19 (R. 12a) o Salmo Isaías 12,2-3.4bcd.5-6 (R. 3). Lecturas del Nuevo Testamento: Romanos 6,3-11 Aleluya solemne con el Salmo 118 (117),1-2.15cy16ay17.22-23 Evangelio: Mateo 28,1-10 I. Orientaciones para la Predicación Introducción La Vigilia Pascual en la noche santa propone para la liturgia de la Palabra un recuento de las mayores maravillas de Dios obradas a lo largo de la Historia de Salvación y coronadas con el día de gozo en el que fue obrada la Resurrección de Nuestro Salvador Jesucristo, así los momentos y temas cruciales de la Escritura son puestos en relación con el Misterio Pascual. Respecto de las siete Lecturas del Antiguo Testamento es importante advertir que son «textos representativos que proclaman partes esenciales de la teología del Antiguo Testamento, desde la creación al sacrificio de Abrahán, hasta la lectura más importante [entre aquellas], el Éxodo. Las cuatro lecturas siguientes anuncian los temas cruciales de los profetas» (Directorio Homilético 48) y las dos lecturas del Nuevo Testamento dan «el anuncio de la Resurrección junto a la lectura apostólica sobre el bautismo cristiano como sacramento de la Resurrección de Cristo» (OLM 99). Así, pueden servir como inspiraciones para la homilía algunos temas como «la Resurrección de Cristo y nuestra resurrección […] la Pascua, el Día del Señor […y] los Sacramentos de la Iniciación cristiana» (Directorio Homilético, Apéndice I, Ciclo A). Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? La proclamación de selecciones preciadas del Antiguo Testamento prepara el anuncio de la Resurrección del Cristo de entre los muertos: inicia con el relato de la Creación en el Génesis en el que Dios ve que todo lo que había hecho era muy bueno (Primera lectura: Gen 1,1.26-31a) acompañado de una doble opción de un canto (Sal 103 o Sal 32) que expresa la admiración del orante (Primera lectura: Gen 1,1.26-31a) hacia la obra del Creador, ya junto a la súplica para que renueve su misma obra (Sal 103) ya junto a la confesión de fe en la grandeza de su Palabra que tiene eficacia creadora y que es expresión de su misericordia que llena la tierra (Sal 32). Continúa la lectura del sacrificio del Patriarca Abrahán (Segunda lectura: Gen 22,1-18) quien movido por el temor de Dios acepta la prueba de entregarle a su hijo único Isaac en holocausto, cuyo sacrificio no llega a efectuarse por la voluntad divina que reconoce su obediencia, en cambio es ofrecido un carnero, una víctima que toma su lugar, a la escucha de esto el pueblo responde invocando la protección de Dios, que no abandona a sus fieles a la corrupción de la muerte (Sal 15). Luego se llega al núcleo de las lecturas veterotestamentarias con el relato del Éxodo principal del pueblo de Israel (Tercera lectura: Éx 14,15—15,1a), que auxiliado por Dios libertador entró en medio del mar en lo seco obteniendo la libertad y dejando atrás la esclavitud egipcia, la respuesta ante esta narración es un canto a la gloriosa victoria del Señor que extiende sus beneficios por los siglos para sus fieles, desde la antigüedad hasta los días presentes (Éx 15,1b ss.). En adelante tenemos un gran anuncio profético (desde la Cuarta hasta la Séptima lectura) en diversos pasajes: el inicial revela la obra libertadora del Señor como una muestra concreta de su amor eterno hacia Israel a quien cambió su destino (Cuarta lectura: Is 54,5-14), pues del luto lo pasó a la danza, y esa gratitud se expresa ensalzando la santidad de su Nombre (Sal 29); el siguiente (Quinta lectura: Is 55,1-11) manifiesta el proyecto reconciliador del Señor para su pueblo que se le ha distanciado, este plan es una alianza perpetua en la que la palabra que sale de Él cumplirá su deseo de atraer a sus fieles para que tengan vida, semejante a lo que sucede con la lluvia o la nieve que sale del cielo para empapar la tierra y promoverla para hacerla germinar; el que continúa (Sexta lectura: Bar 3,91-5. 32—4,4) es un llamado al pueblo del Señor a no entregarse a las costumbres paganas porque a la dignidad de elegidos corresponde el guardar los mandamientos de Quien elige (Dios), seguir su ley es caminar al resplandor de la luz, a todo esto la comunidad responde salmodiando al Señor que Él tiene palabras de vida eterna (Sal 18); el pasaje conclusivo de entre las profecías (Séptima lectura: Ez 36,16-17a. 18-28) anuncia un bautismo con agua pura que trasformará definitivamente los corazones de piedra de la casa de Israel con una fuerza espiritual nueva, ante ese oráculo la asamblea canta su sed de una purificación tal (Sal 41) proveniente de las fuentes de la salvación (Is 12) que purifican del pecado (Sal 50). Corona la liturgia de la Palabra el anuncio de la Resurrección anticipado por la lectura del Apóstol y el salmo de acción de gracias; la lectura (Epístola: Rom 6,3-11) declara a Cristo, vencedor de la muerte, quien «una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más», mientras el salmo (Sal 117) comprende al Resucitado como la profetizada piedra descartada que ahora es piedra angular. Finalmente, la asamblea orante recibe el anuncio del evangelista (Evangelio: Mt 28,1-10): «Jesús el crucificado. No está aquí: ¡Ha resucitado!, como había dicho». Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? La misma Iglesia nos ayuda a comprender algunos sentidos de la Palabra que, si bien se fundan sobre la literalidad, avanzan por la amplitud de matices espirituales que de esta se derivan (cf. Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 116-117). Una manera óptima para comprender qué dicen estos textos escriturísticos a la Iglesia orante (sobre todo los textos veterotestamentarios a la luz de Cristo) es revisar las «Oraciones para después de las lecturas» bíblicas de la liturgia de la Palabra en la Vigilia pascual en la Noche santa, porque «un riquísimo recurso para comprender el vínculo entre los temas del Antiguo Testamento y su cumplimiento en el Misterio Pascual de Cristo lo ofrecen las oraciones que siguen a cada lectura» (Directorio Homilético 50). De esta forma: la Pascua es una obra aún más admirable que la creación del mundo; la descendencia prometida a Abraham sigue abundando con los hijos adoptivos de Dios ganados por la Pascua del Cristo; la maravilla del Éxodo en que el Señor que salvó a un pueblo se obra más ampliamente con todas las naciones en el paso por las aguas del Bautismo; Dios no solo prometió que las aguas de Noé no volverían a destruir la tierra, sino que además aumenta los hijos de la promesa (por el Bautismo) para ser Dios de toda la tierra; la salvación ofrecida por el Señor es gratuita y la correspondencia a Él proviene de su mismo auxilio y no de las propias fuerzas humanas; Dios, quien no desamparó al pueblo de la Primera Alianza que había abandonado la fuente de la sabiduría, protege al pueblo de la Alianza perpetua a los purificados por la fuente bautismal; la promesa de un lavacro de agua pura que transforma el corazón se realiza en Jesucristo en quien se renueva lo viejo y recupera su integridad. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? La Iglesia, educada por la abundancia de la Palabra de Dios en esta noche luminosa, tiene el deseo de que lleguemos a compartir el triunfo sobre la muerte que ha tenido nuestro Salvador, es decir la escucha atenta y la comunión con el mensaje fundamental en que se basa nuestra fe sobre la Resurrección de Jesucristo está asociado también con un paso de la muerte a la vida en nosotros. En nuestra sociedad, no solo en el ámbito nacional, estamos rodeados de anuncios y de realidades de muerte que oscurecen nuestra esperanza, por ello es importante abrir los ojos al resplandor de Cristo muerto y resucitado que irradia su obra sobre las tinieblas que nos rodean para dispersarlas. A propósito de este momento de acercamiento a la Palabra en que nos ocupa la contemplación y la oración, un objetivo expreso de esta Noche gloriosa es orar de manera vigilante: «En esta santísima noche, en la que nuestro Señor Jesucristo pasó de la muerte a la vida, la Iglesia invita a sus hijos, dispersos por toda la faz de la tierra, a reunirse para vigilar y orar» (monición inicial de la Vigilia pascual). _______________________ Recomendaciones prácticas: Se dicen las Completas del domingo (después de las II Vísperas). Hoy solamente rezan las Completas los que no participan en la Vigilia pascual. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Exultantes de gozo llegamos al culmen del «Triduo del crucificado, sepultado y resucitado» en cuya celebración «se hace presente y se realiza el misterio de la Pascua, es decir el tránsito del Señor de este mundo al Padre». Participaremos de la abundancia de bienes que brotan esta liturgia, llenos de la visión de la Luz, de la escucha de la Palabra, de la gracia del Bautismo y del alimento de la Eucaristía. (*Carta circular para la preparación de las fiestas pascuales) Monición introductoria presidencial La monición que corresponde al Presidente, se encuentra en el MR, p. 194. Monición a la Liturgia de la Palabra La monición, que corresponde al Presidente, se encuentra en el MR, p. 204. Monición a la Liturgia Bautismal La monición, que corresponde al Presidente, se encuentra en el MR pp. 209 ó 214 (según haya o no bautizados en la celebración). Monición a la Renovación de los compromisos bautismales La monición, que corresponde al Presidente, se encuentra en el MR, p.215. Oración Universal o de los Fieles Presidente: En la alegría de esta noche santa, presentemos nuestras plegarias al Padre por medio de su Hijo que ha vencido a la muerte, y digamos: R. Jesús Resucitado, ruega por nosotros Por la Iglesia, por todos los cristianos. Que demos siempre testimonio de la vida nueva de Jesús resucitado y camínenos sin miedo para anunciarlo a todas las gentes. Oremos: Por los que recibieron el bautismo en esta noche de Pascua. Que el Señor los bendiga y les aumente constantemente la fe, la esperanza y el amor. Oremos: Por todas las naciones de la tierra. Que llegue a todas la paz y el bienestar que Dios quiere para todos sus hijos. Oremos: Por las personas de buena voluntad que trabajan al servicio de los demás. Que el Espíritu de Dios sea para ellas fuerza y guía en su caminar. Oremos: Por nosotros, los que hoy nos hemos reunido convocados por el Señor alrededor de su mesa. Que vivamos siempre muy unidos a él, muy llenos de su amor. Oremos: Oración conclusiva Escucha, Padre, bondadoso las plegarias que te dirigimos con fe , en esta celebración de la resurrección de Hijo. Quien vive y reina, por los siglos de los siglos. R. Amén.

Vie 1 Abr 2022

Una humanidad crucificada

Por: Dario de Jesús Monsalve Mejía - Celebramos, en este 2022, la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, desde la gracia de la fe, del Espíritu y la Iglesia. En el seno de esta humanidad e historia de hoy, signadas por la condena masiva de pueblos enteros a la masacre y al desarraigo, la Cruz y el Calvario de los crucificados se prolongan en un gigantesco “Viernes de Dolor” sobre la faz de la tierra. Los pueblos crucificados son la “continuación histórica del Siervo Sufriente", porque, como dice Jhon Sobrino, “al cargar con el pecado” de quienes convierten la humanidad en una pelea por la hegemonía, “se convierten en víctimas que comunican luz y salvación al mundo”. Sin caer en enfoques que reduzcan el don de la salvación en Cristo, o que justifiquen las cruces y el dolor de los pueblos como medios para lograr el bien de la humanidad, no podemos dejar de ver esta procesión mundial de crucificados a la luz de la vida, la cruz y la resurrección de Jesús. Estos pueblos son inocentes pasivos, víctimas del pecado personal, social e institucionalizado, que se traduce en desprecio y abuso por parte de quienes los someten al absurdo de las armas y del fracaso humano, disfrazado como guerra, subversión, insurgencia, contra insurgencia, empresa o iniciativa económica ilícitas. Son nuestros pueblos azotados por diversos actores armados, desplazados de su territorio o confinados en él, diezmados con asesinatos, reclutamiento y despojo. Son poblaciones como la de Ucrania y Rusia, sometidas por los tejemanejes internacionales a la enemistad, el odio, el sacrificio y la destrucción, con devastadores efectos en los países vecinos y en el bienestar mundial. ¿Podemos conmemorar la Pasión de Cristo, del Dios y Hombre hecho humanidad, solidaridad y salvación para todos, sin acoger este clamor de paz y por el cambio de culturas y de estructuras injustas? La Semana Santa 2022 nos haga comprender y experimentar en la vida personal la gracia de ser amados y perdonados, de ser hechos partícipes de la muerte y resurrección de Cristo, para que vivamos la vida como un continuo en sí misma, victoriosa ya sobre la muerte, sobre el odio y la culpa, abierta al ascenso infinito del espíritu que se absorbe la materia, encaminada hacia la perfección del amor y de la Alianza Eterna con Dios. No basta con “estar al pie de la cruz” ni con mirar desde la comodidad personal a quienes la cargan, en esta procesión de condenados a desgracia y muerte. Es necesario estar en la cruz misma, crucificados por la fuerza desmedida y generosa del amor al prójimo, a todo prójimo, sin excluir de la salvación, como despropósito del “perdón en Cristo”, a quienes tienen sus manos y mentes envenenadas de muerte y de codicia insaciable. ¡Tenemos qué ESTAR EN LA CRUZ! Ahí donde Jesús venció a las huestes del odio, del sinsentido y la inhumanidad. Ahí donde María estaba crucificada con el Hijo de sus entrañas, carne, huesos y sangre de su misma humanidad. Ahí donde el amor no puede serlo sino con el sobrepaso de todo sentimiento de odio, venganza, ira y mentira. Ahí donde impera la no violencia de quien está clavado de pies y manos para no ceder a la tentación de la fuerza. La comunión del Viernes Santo, unida a la Cruz proclamada en la Palabra, orada en la Oración Universal, y adorada con un gesto de amor ante el Santo Crucifijo, nos recoja este año a todos en intercesión por la humanidad entera, por las víctimas todas, incluidas las que la propaganda ideológica y mediática criminaliza y oculta para mantenernos divididos. Oremos unidos por la rendición de todo corazón humano ante el Corazón Sangrante de Jesús y el Inmaculado Corazon de María. Invito a todos a tener en sus manos, ante sus ojos, en sus oídos y corazones, la sentida e inspirada ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, hecha por el Papa Francisco el pasado viernes 25 de marzo, para consagrar a Rusia y Ucrania a la Santísima Virgen. Sea una infaltable oración de toda familia católica, en toda comunidad e institución, difundida por todos los medios posibles, el Viernes y Sábado Santo. La imagen de La Dolorosa, desde la noche del Viernes Santo y durante el gran silencio del día, en el Sábado Santo, nos recoja ante la Cruz y El Crucificado, quien en su santa resurrección nos muestra las manos con sus llagas y el costado abierto por la lanza. “Con Cristo estoy crucificado. Y no vivo yo: es Cristo quien vive en mí” (Gálatas 2,20). Ante una humanidad crucificada, nadie quede por fuera de nuestra súplica al Dios Misericordioso. El “PERDÓNALES” de Jesús esté en los labios de las víctimas y de todo creyente, que no solo se postra ante La Cruz, sino que crucifica en su corazón todo sentimiento y toda actitud contra sus semejantes. El “perdónanos como también nosotros perdonamos” resuene como oración común allí donde “dos o más se reúnan en mi nombre”. ¡Mi saludo, bendición y abrazo fraterno en esta Pascua! En el nombre, la presencia, la palabra, el poder y el Espíritu de Jesús, Amén. + Dario de Jesús Monsalve Mejía Arzobispo de Cali.

Vie 10 Abr 2020

Sábado Santo: Esta noche celebramos la solemne Vigilia de Pascua en Cristo

El Sábado Santo es un día de oración junto a la tumba esperando la resurrección. Es un día de reflexión y silencio. Es la preparación para la celebración de la Vigilia Pascual. Este día concluye con la celebración de la Vigilia Pascual, que es un momento litúrgico que se realiza en la víspera del Domingo de Resurrección, día que finaliza la Semana Santa. El padre Jorge Bustamante Mora, director del Departamento de Doctrina de la Conferencia Episcopal de Colombia, recuerda que esta celebración tiene que ser vivida a plenitud “con alegría, gozo y felicidad porque el Señor Jesús vence la muerte, el mal, el pecado y ha resucitado”. Explica que la celebración de la Vigilia Pascual se vive a través de unos signos que van mostrando el paso de la presencia de Cristo Resucitado. El fuego Al iniciar la celebración, el sacerdote apaga todas las luces de la Iglesia, enciende un fuego nuevo que representa a Jesús. “Es la columna de Jesús vivo que irrumpe las tinieblas y nos muestra el poder de la presencia de Dios”. Liturgia de la Palabra Después de la Celebración del fuego nuevo, se sigue con la lectura de la Palabra de Dios. Se acostumbra a leer siete lecturas, empezando con la Creación hasta llegar a la Resurrección. “Todo esto lo viviremos con la abundancia de la palabra del Señor, que nos recordará la historia de la salvación, hasta llegar a la victoria de Jesús, que venció. Hoy no tenemos nada que temer sino al contrario confiarnos gozosamente y alegremente al Señor que ha resucitado”, señala el sacerdote. El agua El agua bendita es el símbolo que nos evoca nuestro Bautismo, nos recuerda además que con el agua del bautismo pasamos a formar parte de la familia de Dios. “Este momento nos muestra el rito de la liturgia bautismal, porque el agua es signo de vida, de crecimiento y nacimiento en el bautismo”. Por último, el sacerdote anima a participar de este gran momento de júbilo para los creyentes, “para que de esta forma podamos gritar juntos, Aleluya el Señor Resucito, felices fiestas de Pascua”. Para tener en cuenta: Encuentre orientaciones pastorales y material audiovisual para vivir la Semana Santa 2020 enhttps://iglesiaantecoronavirus.cec.org.co/semana-santa-2020/

Sáb 20 Abr 2019

Sábado Santo: Vigilia Pascual

La vigilia de esta noche es el punto culminante del Triduo Pascual. Es la gran celebración del año litúrgico, porque en ella se celebra con júbilo la resurrección de Jesucristo. Es una celebración para vivirla con toda la intensidad necesaria, pues ella inaugura la cincuentena festiva de Pascua que, a la manera de un gran domingo, se prolonga desde esta noche hasta la solemnidad de Pentecostés. Unos momentos muy bellos se desarrollan en la celebración, iniciando con la bendición del fuego para encender el cirio pascual que representa a Cristo luz del mundo y del que todos los fieles congregados en el templo toman luz para sus cirios. Seguidamente, la liturgia de la Palabra que, entretejida por cantos y oraciones, va proclamando la historia de la salvación. Estas lecturas unidas al Gloria y al Aleluya, son la mejor narración del acontecimiento que celebramos este día: la resurrección de nuestro Salvador. Se continúa con la liturgia bautismal, momento para renovar nuestro bautismo. Y, finalmente, la liturgia de la Eucaristía, donde culmina la celebración pascual; allí se concentra la conmemoración más significante por el pan y el vino, que es un banquete pascual, signo de entrega y permanencia de muerte, de vida y de resurrección. Este es el núcleo, este es el corazón de nuestra vida de fe. Vivámosla con toda la alegría. ¡Aleluya, aleluya, el Señor resucitó!

Mié 23 Mar 2016

Triduo Pascual

El Arzobispo de Bogotá y presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano - CELAM, cardenal Rubén Salazar Gómez emitió una serie de mensajes que están en sintonía con los días santos, en particular con el Triduo Pascual. Aquí te presentamos cada uno de estos mensajes que son presentados en vídeo en el sitio web de la arquidiócesis de Bogotá.