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San Juan Bautista

Vie 22 Jun 2018

Anunciar la Salvación es la gran misión del profeta

Primera lectura: Is 49,1-6 Salmo Sal 139(138),1-3.13-14ab.14c-15 (R. 14a) Segunda lectura: Hch 13,22-26 Evangelio: Lc 1,57-66.80 Introducción La liturgia de hoy nos orienta a identificar la misión de San Juan Bautista: será profeta del Altísimo, luz de las naciones, que dispone el camino para recibir la luz verdadera, Cristo. Anunciar la Salvación es la gran misión del profeta. Dios le da la fuerza y la gracia para cumplir la tarea encomendada, Dios no lo desampara “lo forma portentosamente”, y así tendrá la valentía para anunciar y denunciar. El precursor tiene una tarea especial: preparar el recibimiento del Mesías. ¿Qué dice la Sagrada Escritura? Este texto hace parte de los relatos de la infancia de Jesús. El evangelista Lucas quiere transmitir que Juan es un regalo de Dios a su madre y a su pueblo. En Israel el nacimiento de un niño es ocasión de celebración. Dios ha librado a Isabel de la esterilidad y a Zacarías le tiene una misión como profeta, en su inspirado cántico, todo esto en ambiente de alegría. Dios se manifiesta con su misericordia, en situaciones particulares: un hijo inesperado, de padres mayores; el nombre tampoco se esperaba, según la tradición el primogénito debía llamarse como su padre, Zacarías. (Para el mundo semítico el nombre es el resumen de lo que es la persona, su destino y su identidad humana y religiosa). Pero todo cambia, Padre y Madre se ponen de acuerdo para escoger un nombre como inspirado por Dios: Juan, “Dios es propicio”, “El Señor da gracia”. Ahí Zacarías recobra la voz porque ya está en sintonía con el Plan de Dios, ahí también hay un milagro inesperado. De todo esto tan inesperado en el nacimiento de Juan el Bautista, los vecinos se interrogan ¿qué será de este niño? La mano de Dios, llena de bondad y misericordia, se vio desde el nacimiento del precursor. Zacarías, de sacerdote incrédulo, ante tan inesperados acontecimientos también se convierte en profeta, manifestando en su cántico, en primer lugar, una alabanza de las maravillas del Señor: “Él ha visitado y redimido a su pueblo”. Esa acción que está en pasado, se manifestará en plenitud en Jesús, Salvador. Zacarías también canta el lugar que Juan tiene en el plan de Salvación, heraldo que anunciará la llegada del Salvador y preparará su camino, llevando al pueblo al arrepentimiento. Es importante la descripción del Mesías, se le llama: “sol que nace de lo alto”, con dos tareas especiales: iluminar a los que viven en tinieblas y guiar sus pasos por el camino de la paz.