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secuestrada

Jue 10 Nov 2022

Hna. Gloria Narváez dará el testimonio de su secuestro, durante la Red Week de la fundación ACN Colombia

Del 14 al 19 de noviembre, la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN), invita a escuchar en cinco ciudades de Colombia el impactante testimonio de la Hermana Gloria Cecilia Narváez, religiosa que pasó casi cinco años secuestrada por un grupo terrorista musulmán vinculado a Al-Qaeda en África y cuya historia se destaca por la valentía, el amor de Dios y la importancia del perdón. Fechas para el encuentro El evento tendrá lugar el lunes 14 de noviembre en la parroquia Jesucristo Redentor, ubicada en Bogotá a las 5:00 p.m; el martes 15 de noviembre en la parroquia San Maximiliano Kolbe, ubicada en Bogotá, a las 6:00 p.m; el miércoles 16 de noviembre en el Auditorio del Colegio San José de las Vegas, localizado en Medellín, a las 6:30 p.m; el jueves 17 de noviembre en el Salón Los Magnolios, en Rionegro, a las 6:30 p.m; el viernes 18 de noviembre en los Carmelitas Contemplativos, en Girardota a las 7:00 p.m; y el sábado 19 de noviembre en la parroquia La Transfiguración del Señor, en Caldas, Antioquia a las 6:00 p.m. La entrada es gratuita para todos los eventos y se requiere inscripción previa en el siguiente enlace para todos menos el de Girardota y Caldas:INSCRIPCIÓN AQUÍhttps://bit.ly/3zNwu8D. RUEDA DE PRENSA Se extiende la invitación a una rueda de prensa presencial, previa al evento, que se realizará a las 5:00 p.m. el 15, 16 y 17 de noviembre en el mismo lugar del testimonio en Bogotá, Medellín y Rionegro. En ella participará la religiosa colombiana, junto con el padre Astolfo Moreno, Presidente de ACN Colombia, y María Inés Espinosa, directora ejecutiva de ACN Colombia. La Hermana Gloria Cecilia Narváez Pertenece a la Congregación de las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada. Realizó 12 años de misión en África, en Benín y Mali, donde desarrolló un proyecto de alfabetización y otro en favor de las mujeres en la comunidad de Karangasso, que sufrían los estragos de la discriminación y la pobreza. También trabajaba en un orfanato y visitaba a los enfermos. El 7 de febrero del año 2017, fue secuestrada por el Frente de Apoyo para el Islam y los Musulmanes (SGIM), vinculado a los terroristas de Al- Qaeda. Los yihadistas difundieron varios videos donde ella aparecía pidiendo ayuda y el último de ellos fue difundido en el año 2018. No hubo noticias suyas hasta el 2020, tras la liberación de la doctora francesa Sophie Prétonin, quien reveló que fue compañera de la religiosa colombiana y que esta se encontraba delicada de salud. Las negociaciones para el rescate de la Hermana Gloria involucraron a cuatro países: Colombia, Francia, España y el Vaticano. Fue liberada el 9 de octubre de 2021 y fue recibida por el Papa Francisco al día siguiente. Regresó a Colombia el 16 de noviembre de ese mismo año. Desde entonces, ha brindado su testimonio y participado en eventos de ACN en el mundo. Sobre la Red Week (Semana roja) Se trata de una iniciativa a nivel internacional, nacida en el año 2015, por la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), con la misión de llamar la atención sobre el hecho de que la comunidad religiosa más perseguida del mundo sea la cristiana. La celebración de la semana roja consiste en desarrollar a nivel mundial varias actividades de sensibilización frente a este tema, generando conciencia acerca de la persecución y la falta de libertad religiosa. Igualmente durante esta celebración, se ilumina de color rojo edificios emblemáticos de numerosas ciudades del mundo, con el objetivo de lanzar este mensaje a quienes lo vean. Como en años anteriores, en esta ocasión se iluminarán algunos lugares de color rojo, en honor a la sangre de los mártires cristianos actuales. En este caso, se iluminará la parte interior de los tres sitios donde la Hna. Gloria Narváez dará su testimonio. La dirección exacta de los lugares para los eventos es la siguiente: ● 14 de noviembre - Parroquia Jesucristo Redentor - Calle 152 # 50-89, Bogotá ● 15 de noviembre - Parroquia San Maximiliano Kolbe - Calle 127C #46A 68 , Bogotá. ● 16 de noviembre - Auditorio del Colegio San José de las Vegas - Carrera 48, Av. Las Vegas #7 Sur - 52, Medellín, Antioquia. ● 17 de noviembre - Salón Los Magnolios - Vía al Aeropuerto, Parcelación Lagos de Sajonia #Km 2, Candilejas, Rionegro, Antioquia. ● 18 de noviembre - Carmelitas Contemplativos, Vía Juan Cojo Sector San Francisco, Girardota, Antioquia. ● 19 de Noviembre - Parroquia la Transfiguración del Señor Cra. 47 #138b Sur-51, Caldas, Antioquia. Mayor información Si desea más información, puede escribir al correo electrónico [email protected] Fuente: Of. comunicaciones ACN

Mié 9 Feb 2022

"Calla para que Dios te defienda". Testimonio de la Hermana Gloria Cecilia

La oficina en Colombia de la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN), ofrecerá este miércoles 9 de febrero, a las 8:00 p.m., una entrevista realizada a la hermana Gloria Cecilia Narváez, en el convento de su comunidad en Pasto, Nariño. La religiosa que estuvo secuestrada por cuatro años y ocho meses a manos de grupos extremistas en Malí, África, y fue liberada el pasado 9 de octubre de 2021, cuenta su testimonio de vida durante el tiempo de cautiverio. La transmisión podrá seguirse a través del canal de YouTube esta Institución https://youtu.be/QM1NdNjQyVA

Vie 26 Nov 2021

Testimonio de fe y esperanza que comparte la religiosa Gloria Cecilia

En un tono bajo y sereno la religiosa Gloria Cecilia Narváez Argoty, sostuvo un breve diálogo con el Departamento de Comunicaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia, donde devela algunos de los momentos y las dificultades que pasó durante los cuatro años y ocho meses de su cautiverio. Expresa, que, siempre mantuvo viva la esperanza y vivió cada momento con mucha fe, paciencia y humildad, tomada de la mano de Dios y María Santísima. Además, narra cómo siguiendo el carisma de San Francisco de Asís, tuvo todo el tiempo del mundo para contemplar cada detalle del paisaje que le tocó vivir en el desierto. Agradeció por el agua, difícil y precioso líquido de conseguir en estos territorios, avistó el paso de los pájaros que cruzaban de una manera libre por el cielo e incluso bendijo los insultos y el maltrato que cada día recibía por parte de sus captores. A pesar de todo lo vivido durante su cautiverio, la religiosa extiende una invitación para que toda persona se arriesgue a vivir de manera generosa una aventura misionera de servició hacia los demás e incluso dice ella, “de estar dispuestos a entregar la vida sin fronteras por los más necesitados”. Finalmente, al pedirle que ofreciera una palabra de aliento a aquellas personas que sufren el flagelo del secuestro, la hermana Gloria Cecilia los invita a afianzar su fe en Dios y confiar en Él, orar mucho y no perder la esperanza, “solo así -asegura la religiosa- podremos lograr la libertad”. Recordemos que la retención de la religiosa de 59 años, oriunda del departamento de Nariño y miembro de las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada, se produjo un siete de febrero del 2017, estando ella en desarrollo de su servicio pastoral en la aldea de Karangasso, cerca de Koutiala, unos 400 kilómetros al este de Bamako (República de Malí – África Occidental). Con el propósito de poder compartir con nuestros lectores cada detalle que la religiosa Gloria Cecilia nos narró sobre su retención, presentamos la transcripción completa de la entrevista, que sin lugar a dudas nos llenará de lágrimas, pero también, nos permitirá agradecer a Dios por la vida de esta religiosa y la de tantas religiosas y religiosos que a lo largo del planeta entregan su vida de una manera generosa por los más necesitados. Lea el testimonio completo de la religiosa Pregunta: ¿Cómo vivió su experiencia de Dios durante estos cuatro años y ocho meses de cautiverio en el desierto? Gloria Cecilia. En medio de muchos grupos armados Al Qaeda y Talibanes. Viví con mucha confianza en Dios, con mucha oración desde lo que yo podía contemplar en el desierto, el salir del sol, alababa a Dios, en todo momento agradecí a Dios, como decía San Francisco de Asís: ‘si te azotan considéralo como una gracia’. Yo me decía: ‘acepta este momento como Dios te lo presenta y no quieras pedirle como tú quieres que sea’. Entonces, siempre puse esta prueba que Dios me permitió vivir, este cautiverio con mucha fe en Dios, con mucha paciencia, edificada con mi madre fundadora, la madre Caridad que decía ‘Alabar o callar, dejar que Dios nos defienda’. Dios no se deja ganar en generosidad, agarrarse fuertemente de Dios y de la Virgen Santísima y eso fue lo que yo viví. Yo sabía que nuestra Fundadora intercedió por mí, qué tantas hermanas que pasaron ya en nuestra congregación, que fueron los cimientos y los pilares de nuestra congregación, intercedieron por mí, que mi madre, mi familia, las hermanas de la Congregación y la Iglesia entera oraban por mí. Entonces lo viví con mucha fe, con mucha paciencia, con mucha humildad y pues fui creciendo, mi fe se afianzaba cada vez más, lo viví con serenidad, en ningún momento me desesperaba, claro como es natural uno tiene cierto miedo, pero yo lo viví confiada siempre en mi Dios. P. En nombre de la Vida Consagrada de Colombia, de la Conferencia Episcopal, de manera muy especial de la familia Franciscana le damos la bienvenida. ¿Cuéntenos cómo se fortalece el carisma Franciscano en esta experiencia, cuando San Francisco de Asís nos enseña a contemplar y a alabar a Dios en todas sus creaturas? GC: Yo viví esta contemplación de la creación como San Francisco lo proclamaba, ‘es mi hermana toda la creación’, el salir del sol para mí en el desierto era algo hermoso, contemplar ese color fuerte del sol radiante, ver cómo los camellos subían por esas montañas de arena, seguro caminaron muchos kilómetros, iban a buscar agua a un pozo, porque en el desierto hay que caminar muchos kilómetros para conseguir el agua. Yo alababa y bendecía a Dios por el agua que podía tener, dos litros de agua, yo decía: ‘en un desierto con un calor tan fuerte, como es de valiosa esta agua, como es de preciosa’, como Francisco de Asís lo decía y por ello le daba gracias a Dios; y si de pronto veía algún pajarito, yo contemplaba también ese momento, como Dios en ese pajarito que tenía su libertad iba y venía, podía también alabar y bendecir a Dios; incluso en los insultos y en el maltrato que estos grupos me hacían yo también lo alababa, yo decía, es una oportunidad que Dios me da para revisar mi vida de fidelidad frente a Él, para también purificarme yo y para bendecirlo por esta oportunidad que me da, por la paciencia, por la humildad, yo lo alabo y lo bendigo en todo momento; y si me tiraban un poco de leche o me tiraban lo que fuera, también lo alababa y lo bendecía. Yo sabía que la religión de ellos era el islam, yo me mantenía en mi fe y con la esperanza viva, porque mi familia es muy católica, en mi pueblo y en Nariño mismo somos muy creyentes y desde pequeña mi mamá nos afianzó en la fe y me decía mi mamá: Gloria ‘si uno es fósforo, usted no sea candela’, como mantenerme en esa paz y ser instrumento de paz. Yo pedía por las personas que me tenían secuestrada, dentro de esta espiritualidad Franciscana que es de mucha paz, yo proclamaba la oración de la Paz o a veces yo componía mis propias alabanzas a Dios con lo que yo podía admirar y bendecir, entonces yo creo que esta espiritualidad se afianzó más en el desierto. Y de por sí, vivir esa fraternidad universal dentro de la misión en la que estábamos, con la gente no había diferencia de religión, yo decía ‘aquí estoy frente a grupos extremistas’, es diferente de haber vivido nuestra misión allá en la vereda, allá era la fraternidad lo que nos unía, el podernos ayudar, el poder compartir con la gente y acá es diferente pero en medio de esa diferencia yo respeto mucho y bendigo a Dios. P. Valoramos mucho su testimonio de vida misionera. Qué consejo daría usted a tantos católicos, bautizados que quieren ir a prestar un servicio de misión en Colombia o en otra parte del mundo, a través de la misión Ad Gentes. GC: Les invitaría a ser generosos, estar dispuestos a entregar su vida sin fronteras, no encerrarnos. Nosotros sabemos que aquí en Colombia hay mucha necesidad; yo he tenido la oportunidad de estar en el Putumayo, en el Caquetá, en la bota Caucana, también en Bocas de Satinga y por Tumaco, yo veía mucha necesidad, pero también la presencia de Franciscanos, de otras comunidades y de misioneras (os) que están en estos territorios de misión. Por eso, es importante estar atentos a este llamado de la Iglesia, que nos hace el Papa Francisco, estar allá en la periferia, estar en los lugares donde nos necesitan, no por lo que somos, ni lo por lo que vamos a dar, sino por el testimonio. Yo me acuerdo ahora que salí del cautiverio un padre malinés me escribió y me dijo ‘hermana Gloria nosotros le agradecemos mucho por su testimonio de vida porque en este tiempo que usted estuvo cautiva la fe en Mali se ha afianzado, nos hemos unido más los católicos y ahora somos más fuertes’ y agregaba: ‘hermana, no es tanto dar, ni hacer cosas, sino testimoniar nuestra fe y estar ahí con la gente, nosotros nos hemos edificado y si todos los misioneros o bautizados tuviéramos esa fe tan grande, entonces pudiéramos vivir como hermanos y vivir en medio de la diferencia’ y todo eso me edificó también. Igualmente me edificó las palabras de monseñor Zerbo, el cardenal de Bamako en Mali, quien me dijo: ‘hermana Gloria cada día yo reservaba la comunión, decía, por la hermana Gloria’ y eso me llenó como de una alegría y decía además el cardenal que oraba en medio de tanta dificultad y tanto sufrimiento que se vive en Mali, y pues él estaba compartiendo conmigo, uniéndose espiritualmente, frente a esto, entonces, yo haría un llamado a todos para que nos entreguemos radicalmente y entreguemos nuestra vida en servicio de los demás. P. En Colombia hay muchos secuestrados, ¿Cuál sería su mensaje para ellos a partir de su experiencia particular? GC: Yo les pediría que tengan una confianza muy firme en la fe. Yo viví esta experiencia con uno de mis primos de la familia que estuvo siete años secuestrado, pero él decía ‘el Santo Rosario, Gloria, la sagrada Biblia cada vez yo tenía la oportunidad de reflexionar en la palabra de Dios’, que yo no la tenía allá por la religión, entonces de afianzarse mucho, creer mucho en Dios confiar en Él, agarrarse fuertemente de Dios y nunca perder la esperanza, Dios está con nosotros y si confiamos en Él podemos lograr nuestra libertad.