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tercer domingo de adviento

Mié 7 Dic 2016

"Aquel que esperamos viene"

En este tercer domingo de adviento nos reunimos para celebrar con alegría cristiana la presencia de Dios que vino a la tierra como Hijo de Dios, viene cotidianamente a nosotros en su Palabra, en la Eucaristía y en los necesitados, y vendrá como Juez de vivos y muertos. Manifestemos esta alegre esperanza con nuestros cantos y oraciones, para que nuestra voz esté en consonancia con el alma. Lecturas [icon class='fa fa-play' link='']Primera lectura: Is 35,1-6a.10[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo: 146(145),6c-7. 8-9a.9bc-10 [/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: St 5,7-10 [/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Mt 11,2-11[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] El adviento es un período del año litúrgico que nos ilumina en la doctrina y nos motiva en la pastoral. Y, este domingo, aparece como tiempo de alegría, de misericordia y de espera. Los cristianos no nos preguntamos dudando ¿Quién va a venir? Sino que nos alegramos exclamando: Aquél que esperamos “viene, viene con alegría y viene a todos” (Isaías). Y ese viene no es una foto, es una película de cine, con movimiento en tres tiempos: “Vino, viene, vendrá” (Santiago). Cuando encendemos el tercer cirio de la corona, sabemos muy bien: vino el Dios hombre, viene el Salvador y vendrá el Juez. “El Señor está cerca, el juez está ya en la puerta” (Santiago); pero no temamos a ese juez; él no quita alegría, porque por las buenas obras sabemos que su juicio será favorable. En efecto: ¿A quién viene? Recordemos: viene a todos (Isaías), a todos los necesitados, los expectantes. Gaudete, gozaos, alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en los cielos (Mt 5,12); alegraos de que vuestros nombres estén inscritos en el cielo (Lc 10, 20); alegraos al participar de los sufrimientos de Cristo (1 Pedro 4,13). Accede al contenido completo del plan [icon class='fa fa-play' link='']VISITA EL ESPECIAL DE ADVIENTO[/icon]

Lun 7 Dic 2015

El amor debe dar frutos de misericordia

La ética y la moral es permitir que el Espíritu actúe en nosotros y que a través de ello aceptemos a Dios como nuestro padre, afirmó el cardenal Rubén Salazar Gómez, durante su habitual reflexión para los domingos. A través de la ética – explica el prelado – el amor debe dar fruto, un fruto que debe ser misericordioso, es decir que pone especial cuidado al que sufre. En tiempo de Adviento la conversión está en ese amor misericordioso que el Padre derrama sobre nosotros. Escuchemos con atención la reflexión. [icon class='fa fa-youtube fa-2x' link='']Ir a lista de reproducción[/icon]