El sábado 04 de febrero, la arquidiócesis de Bogotá animará en esta fecha la celebración de la XXVII Jornada Mundial de la Vida Consagrada, instituida por el Papa San Juan Pablo II en 1997.
El evento se realizará en un ambiente festivo y de oración en el Auditorio del Colegio de Nuestra Señora del Pilar – Chapinero, acogidos por las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, en compañía del señor arzobispo de Bogotá, monseñor Luis José Rueda Aparicio y el equipo de servicio para la Vida Consagrada de la Arquidiócesis de Bogotá.
Sus organizadores han expresado que “Nos unimos en acción de gracias a Dios por el Don de la Vida Consagrada en la Iglesia, valoramos y reconocemos su importancia en la misión evangelizadora”.
Sus organizadores han observado que la Iglesia cuenta con una riqueza incalculable en la vocación a la vida consagrada. Quienes responden con generosidad a este llamado “son hombres y mujeres sencillos que han visto el tesoro que vale más que todas las riquezas del mundo, Jesucristo” y con esta visión dejan todo de lado para acogerlo a Él en sus brazos y recorrer hasta los confines anunciando la Buena Nueva de Salvación.
Anualmente, en la Fiesta de la Presentación de Jesús, esta Iglesia arquidiocesana dedica un día para reconocer y agradecer a cada hombre y mujer que ha optado por consagrar su vida en favor de la construcción del Reino, valorando el arduo trabajo que tantas comunidades religiosas, institutos de vida consagrada y sociedades de vida apostólica realizan en la Iglesia universal y particularmente en el territorio de la Arquidiócesis de Bogotá.
Para participar de este encuentro, es suficiente con que el religioso o religiosa interesados se registre en el siguiente formulario AQUÍ
Información adicional
Oficina de la Vicaría de Evangelización al teléfono: 601 3505511 ext. 1101 o al correo electrónico:
[email protected]
INVITACIÓN
Monseñor Daniel Arturo Delgado Guana, vicario episcopal para la Comunión y Participación, se refiere a la celebración arquidiocesana; presencia, desafíos y acompañamiento a este don de Dios Padre a la Iglesia.