Pasar al contenido principal

visita a colombia

Jue 10 Ago 2017

Estamos de fiesta

Por: Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - El mes de septiembre de 2017 será inolvidable para la Iglesia colombiana en particular y para el país en general. Así como todavía se recuerdan las visitas de Pablo VI en 1968 y de Juan Pablo II en 1986, la visita del Papa Francisco pasará a la historia, y a quienes nos toca vivir estos días, no nos queda sino agradecer a Dios por sus bondades para nosotros. Y ¿a quiénes nos toca vivir estos días de fiesta? Pues a todos los colombianos, y especialmente a todos los que hacemos parte de la Iglesia Católica, que recibimos a nuestro Padre y Pastor, al Guía espiritual de nuestra vidas, al Sucesor de Pedro, a quien tiene en su misión la tarea de ser puente -“Pontífice”- entre Dios y los hombres y entre todos nosotros. La Visita del Papa Francisco a Colombia tiene que marcar un antes y después. Como cristianos, después de escuchar al Vicario de Cristo en la tierra, no podemos seguir iguales, tenemos que cambiar, no podemos hacer inútil la visita del Obispo de Roma, que ha venido no sólo a visitarnos, sino a sembrar nuevamente la semilla de la esperanza, de la conversión, de la reconciliación y de la paz. Por todo esto, para recibir la visita, el país y las ciudades que lo acogerán, se han dispuesto, han organizado su casa, la han limpiado, la han mejorado. Los encuentros, reuniones y celebraciones litúrgicas se reparan con decoro y creyente entusiasmo. Si esto lo decimos de lo material, para que todo salga bien y bonito, en medio de la austeridad que el mismo Papa ha pedido, ¿qué no decir de los corazones de todos los colombianos y de los católicos? Los corazones son la tierra que el Papa visitará y que espera esté bien preparada, es decir, bien abonada para que su mensaje produzca los frutos esperados. No sobra intensificar la oración y la participación en las catequesis dispuestas para la visita. Colombia está de fiesta, la Iglesia está fiesta, todos estamos alegres porque viene a nosotros el Papa, el que fue elegido de lejos, el que habla nuestra misma lengua, el que nos conoce y sabe de nuestras alegrías y tristezas. Acojamos con alegría al Papa Francisco, y abrámosle las puertas de nuestros corazones para que entre, con él celebremos la fiesta de la fe y con él demos el primer paso “para comenzar algo nuevo en bien de todos los colombianos”. + Luis Fernando Rodríguez Velásquez Obispo Auxiliar