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visita papa francisco

Mar 9 Mar 2021

Mensaje del CELAM ante la visita del Papa Francisco a Irak

Con ocasión de la histórica visita del Papa Francisco a Irak, el presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe (CELAM), monseñor Miguel Cabrejos, emitió un comunicado en nombre de la Institución, donde expresa su agradecimiento al Pontífice por su testimonio valiente de haber visitado estas tierras que por décadas han sido golpeadas por la violencia. En el texto, monseñor Cabrejos expresa su agradecimiento, en nombre del Celam, por “el testimonio valiente de nuestro querido Papa Francisco”, visitando a quienes “sufren las consecuencias del radicalismo religioso, incluso llegando hasta el martirio”. Siguiendo las palabras del propio Papa Francisco, que a su llegada se presentaba como “como Peregrino de la fraternidad universal”, destaca la importancia de su visita como instrumento que “sin duda, alentará y animará la fe de esta Iglesia perseguida y sufriente”. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Vie 12 Oct 2018

La Santidad al servicio de los pobres y necesitados

Por: Mons. Víctor Manuel Ochoa Cadavid - El Santo Padre FRANCISCO nos ha regalado un precioso y profundo documento, la Exhortación Apostólica GAUDETE ET EXSULTATE (Alegraos y regocijaos), sobre el importante tema de la Santidad. En este periódico LA VERDAD, hemos venido reflexionando ampliamente acerca de los contenidos, que pueden ayudarnos a vivir según el modelo del Evangelio en nuestro contexto humano, en estos tiempos de complejas crisis sociales. Estos son grandes retos que se presentan a la santidad. Después de la reflexión que nos ha hecho el Santo Padre en el capítulo tercero, mirando la santidad desde el Evangelio y, en concreto desde los apartados de San Mateo referidos a las bienaventuranzas (que comprende como una forma de llegar a la santidad, al cumplir la voluntad de Cristo), nos invita a reconocer a Cristo y a mirarle, fortaleciendo nuestra vida de opciones que nos llevan a la santidad, “por Fidelidad al Maestro” (N. 96). En su reflexión, el Pontífice nos llama a mirar a Cristo, que nos hace una gran invitación a la caridad, pero que al mismo tiempo se convierte en una profunda experiencia de Cristo y de su Evangelio y que también, nos hace reflexionar profundamente acerca de las consecuencias que tiene la fe, al acercarnos a “reconocerlo en los pobres y sufrientes que se revela en el mismo corazón de Cristo, sus sentimientos y opciones más profundas, con las cuales todo santo intenta configurarse”. La santidad es pues la configuración con Cristo, en una relación personal e individual, pero también tiene unas consecuencias y un camino que tiene que realizarse necesariamente: El servicio y la caridad con los demás, especialmente en los pobres y aquellos que viven situaciones complejas de sufrimiento. Continuando con su reflexión el Obispo de Roma, destaca la necesidad de aceptar el evangelio en su radicalidad, en su profundo contenido, sin ninguna glosa o anotación que lo desvirtúe y le quite todo el valor de su fuerza, es decir, no podemos de ninguna manera acomodar, diluir, revisar el Evangelio de Cristo y sus consecuencias. Nos dice: “El Señor nos dejó bien claro que la santidad no puede entenderse ni vivirse al margen de estas exigencias suyas, porque la misericordia es el corazón palpitante de la misericordia” (N. 97). En su reflexión nos invita a meditar sobre hechos y situaciones concretas, que experimentamos en la vida, en el diario caminar de nuestra existencia de cristianos, seguidores de Cristo, para encontrar al Maestro. Es un camino que nos acerca al que tiene frio en la calle, a los abandonados, a los delincuentes, reconociendo a un “ser humano con mi misma dignidad, a una creatura infinitamente amada por el Padre, a una imagen de Dios, a un hermano redimido por Jesucristo” (n. 98). Este mirar a Cristo es el origen y la fuente de la santidad, que no es otra cosa que configurarse con Cristo (N. 96). El Santo Padre nos invita a poner fuerza en esta dimensión de servicio y de amor a los pobres. Creo que en nuestras comunidades parroquiales, en los movimientos, en los distintos tipos de apostolado vivimos esta opción y esta gran fuerza de la evangelización y de la santidad. La búsqueda de la santidad pasa por en medio del servicio y ayuda a los pobres, mostrando el rostro fresco y alegre de la Iglesia. La santidad se ha asumido por muchos grandes santos que con grandes opciones por la oración y por la vida de amor a Dios y al Evangelio, no disminuyen la fuerza y la opción por el Evangelio vivido en los pobres. Nos pone unos grandes ejemplos concretos: San Francisco de Asís, San Vicente de Paúl, Santa Teresa de Calcuta (N. 100) ejemplos que son “testigos creíbles del Evangelio” con palabras del Papa Benedicto XVI. El compromiso con los hermanos pobres, tiene su fuerza en la vivencia de la caridad, que ella necesariamente nos lleva a la santidad. Una de las enseñanzas claras del Santo Padre está en que no podemos “separar estas exigencias del Evangelio de su relación personal con el Señor, de la unión interior con Él, de la gracia” (N. 100). Es decir, santidad y compromiso cristiano van íntimamente unidos, el uno exige necesariamente del otro, temas y acciones que van completamente unidos y con temas bien concretos: La defensa del no nacido, el compromiso con la vida, la defensa de la vida humana, la entrega a los pobres. Concluyo con una cita de la Exhortación Apostólica en la que el Santo Padre FRANCISCO nos habla y enseña claramente: “No podemos plantearnos el ideal de santidad que ignore la injusticia de este mundo, donde unos festejan, gastan alegremente y reducen su vida a las novedades del consumo, al mismo tiempo que otros solo miran desde afuera mientras su vida pasa y se acaba miserablemente” (N. 101). Espero que estas reflexiones, que son limitadas, y que dejan muchos elementos del documento sin una necesaria profundización, nos ayuden a entrar en estos temas tan importantes y precisos para buscar la santidad. + Víctor Manuel Ochoa Cadavid Obispo de Cúcuta

Lun 24 Sep 2018

Recordando el “Demos el primer paso”

Mons. Froilán Casas Ortíz - Por este mes de septiembre estamos recordando los colombianos la dicha de haber recibido y acompañado al papa Francisco en su viaje a nuestra patria. Nunca en nuestro terruño se había sentido un ambiente tan especial como el vivido los días del seis al diez de septiembre de 2017. Parecía que Colombia hubiera parado el cúmulo de crímenes y noticias horrendas, como que la presencia del Sucesor de Pedro hubiese desarmado los odios y las venganzas. Esos cinco días fueron como una era mesiánica; como que los anuncios de los profetas mesiánicos se hubiesen cumplido: “De las espadas forjarán arados, de las lanzas podaderas” Is 2, 4. Sí, por esos días se silenciaron las armas y como que el desarme de los corazones de los colombianos, permitió respirar la tan anhelada paz. No cabe duda, hay que leer los signos de los tiempos y con la presencia del papa Francisco, Colombia vivió la esperanza. Nuestro pueblo es creyente y el referente JESUCRISTO, de alguna manera está en el corazón de nuestros coterráneos. Colombia es un terreno propicio para seguir sembrando la Palabra de Dios. ¡Qué reto especialmente para nosotros los ministros ordenados! Cuidado con defraudar la esperanza y el hambre de Dios que se siente en Colombia. Ningún país como el nuestro es tan permeable a escuchar a Dios, pero a la par, es muy sensible cuando sus ministros no son ejemplo de vida. Hoy más que nunca se exige santidad, sobre todo en sus ministros. Nos quieren sí, pero nos quieren santos; claro, santos de carne y hueso, con nuestras debilidades pero al mismo tiempo, con la actitud de un Pedro arrepentido y que da señales de cambio, convirtiéndose en el más fiel seguidor del Maestro. El Santo Padre nos animó a seguir en la tarea hermosa de anunciar a Jesucristo, nos invitó a “soñar en grande”. Hermoso su discurso a los jóvenes en la plaza de Bolívar en Bogotá: “Por favor no se metan en el ‘chiquitaje’, no tengan vuelos rastreros, vuelen alto y sueñen grande”. Sí, siempre hacia adelante. Que los escándalos de unos pocos hombres consagrados, no nos desanimen, que ellos sean acicate para pensar en un futuro lleno de personas integrales, enamoradas de Jesucristo y comprometidos desde Él en el “empeño en reconocer al otro, en sanar las heridas y construir puentes, en estrechar lazos y ayudarnos mutuamente”. Palabras llenas de esperanza y cargadas de emotividad para ser los verdaderos artesanos de la paz, siendo los constructores de la justicia. Nos invitó el papa Francisco a “resolver las causas estructurales de la pobreza que generan exclusión y violencia”. No hay ninguna duda que la principal causa de la pobreza y la desigualdad es la injusticia; una injusticia marcada por la corrupción en todos los niveles, una injusticia que como un cáncer pandémico ha hecho metástasis en gran parte del cuerpo social colombiano. Nos hace falta más predicación del Evangelio a fin de que la gente capte lo horrorosa que es la injusticia, un pecado que clama al cielo. Nos invitó igualmente el Santo Padre a cultivar la cultura del encuentro en donde todos nos sintamos hermanos, ¡qué lindo mensaje! Las palabras del papa siguen sonando en nuestros oídos y su presencia que irradiaba a Jesús nos seguirá impulsando a tener la alegría de ser unos verdaderos cristianos, a vivir la “alegría del Evangelio” Evangelii Gaudium. Que María Santísima, nuestra madre, como en la mañana de pentecostés nos siga acompañando en esta tarea. + Froilán Casas Ortíz Obispo de Neiva

Jue 6 Sep 2018

Iglesia colombiana recordó primer aniversario de la visita del Papa Francisco

Hoy, la Iglesia recordó el primer aniversario de la visita del Papa Francisco a territorio colombiano. Monseñor Óscar Urbina, Arzobispo de Villavicencio y Presidente de la Conferencia Episcopal, en diálogo con algunos periodistas afirmó que esta presencia del Pontífice fue “como una lluvia benéfica que trajo al país un nuevo rocío”. “El Papa sembró las semillas, ahora está empezando a crecer ese árbol de la reconciliación y la paz que fue también su objetivo fundamental durante su visita. Ahora estamos nosotros dando otros pasos para que sigamos, sin miedo, trabajando por tender puentes, superar la violencia y dejar atrás los deseos de venganzas”, afirmó el prelado. Por su parte monseñor Elkin Álvarez Botero, obispo auxiliar de Medellín y Secretario General de la Conferencia Episcopal, argumentó que la llegada del Sumo Pontífice produjo diferentes logros. “Los resultados son positivos. La visita nos dejó entusiasmados, confirmados en la fe y ha servido para crear mayor conciencia en todo el pueblo colombiano, católico y no católico, de la necesidad de trabajar juntos por un mejor país" según explicó. Dijo además, que la invitación de la Iglesia al celebrar este primer aniversario, es a rehacer los pasos que se dieron y recordar el mensaje que entregó el Pontífice al pueblo colombiano. “Que estos días los aprovechemos para renovar el entusiasmo que el Papa nos dejó en Colombia, que tengamos la fortaleza y el ánimo de seguir dando pasos en esa dirección de la paz, la reconciliación, el encuentro, la caridad con los más necesitados y el firme compromiso con la construcción de un país que sea casa y patria para todos”, expresó. Monseñor Urbina recordó, además, que hace 31 años en unión con otras organizaciones civiles la Iglesia anima la Semana por la Paz. Trajo a la memoria el significativo momento de reconciliación que se vivió el año pasado en Villavicencio con el Papa Francisco y las víctimas del conflicto.

Lun 3 Sep 2018

Frutos y compromisos tras la visita de S.S. Francisco

Por: Monseñor Oscar Urbina Ortega - Ante la visita del Papa Francisco, surge para la Iglesia en Colombia un gran compromiso de hacer eco al mensaje pastoral del Vicario de Cristo, para que sus palabras y enseñanzas se mantengan vivas y se conviertan en un itinerario esperanzador de reconciliación y paz para el país. Somos conscientes que debemos ir al encuentro de aquellos que llenaron los lugares donde estuvo el Papa, como también de aquellos que lo siguieron por los medios de comunicación tradicionales y digitales. Hay que ir al encuentro de esos miles y miles de colombianos que se abrieron al mensaje de Francisco y, quizás, hoy sienten y piensan que se merecen una nueva oportunidad enmarcada en los valores de la justicia, la solidaridad, la fraternidad, la reconciliación y la paz. Por esta razón hemos suscitado espacios que nos han permitido, desde la grata recordación de los temas expuestos en Colombia por el Santo Padre, recurrir a nuevas metodologías de encuentro, discernimiento, acercamiento a la Sagrada Escritura y al Magisterio de la Iglesia, promoción vocacional y defensa de la vida y la familia. En este sentido podríamos compartir que: Los obispos del país nos reunimos en asamblea plenaria extraordinaria en noviembre del año pasado, para reflexionar sobre el mensaje que nos dejó a los colombianos el Santo Padre. Se han realizado innumerables conversatorios, foros, conferencias, sobre el mensaje del Papa, realizados en universidades, colegios, diócesis y parroquias. Se han diseñado y emitido por diferentes espacios muchas piezas gráficas y audiovisuales, así como entrevistas en los medios de comunicación y libros con las homilías y los discursos que el Santo Padre pronunció en Colombia. Desde el Departamento de Educación de la Conferencia Episcopal, en alianza con CONACED y SM Editores, se han impulsado una serie de foros regionales sobre la educación católica, teniendo como eje transversal la ‘cultura del encuentro’ propuesta por el papa Francisco. Estos foros se han realizado en Cúcuta, Medellín, Cali, Neiva, Barranquilla, Ibagué y el último de este año será en Bogotá los días 18 y 19 de septiembre. Se está organizando un diplomado con la universidad Javeriana sobre la ‘cultura del encuentro’. En algunas jurisdicciones eclesiásticas se han promovido iniciativas de pastoral social como las que bendijo el Papa en Cartagena: Talitha Qum y María Revive, espacios para atender las necesidades de los más pobres. Se realizó un congreso nacional sobre la reconciliación y se institucionalizó la ‘Jornada anual de oración por la reconciliación’ cada 3 de mayo. La Conferencia Episcopal publicó el libro ‘Raíces de la Violencia en Colombia’ y, junto con la Presidencia de la República, se está editando un libro-recordatorio sobre la visita del Papa con sus discursos, homilías y fotografías. Se prepara Expocatólica 2019 (marzo 7 al 10), en Bogotá, con el lema: “Sigamos caminando juntos, al paso de Francisco”. Esta será una oportunidad para ‘seguir caminando juntos’ al paso de la enseñanza que dejó la visita del Papa Francisco; será una ocasión propicia para que las personas, entidades e instituciones, nacionales e internacionales, puedan compartir las experiencias creativas e innovadoras de su actividad empresarial; y se disfrutará de un espacio de oración y cultura en el cual se visibilizarán las iniciativas de promoción humana integral de todas las regiones del país. Pero, quizás, el mayor aporte que nos pudo hacer el Papa con su visita fue animarnos a cambiar la manera de ver la realidad colombiana. Abrirnos realmente a la necesidad de reconciliación para dar pasos significativos hacia una “paz estable y duradera”. Él fue enfático cuando dijo: “Si Colombia quiere una paz estable y duradera, tiene que dar urgentemente un paso en esta dirección, que es aquella del bien común, de la equidad, de la justicia, del respeto de la naturaleza humana y de sus exigencias. Sólo si ayudamos a desatar los nudos de la violencia, desenredaremos la compleja madeja de los desencuentros: se nos pide dar el paso del encuentro con los hermanos, atrevernos a una corrección que no quiere expulsar sino integrar; se nos pide ser caritativamente firmes en aquello que no es negociable; en definitiva, la exigencia es construir la paz, «hablando no con la lengua sino con manos y obras» (san Pedro Claver), y levantar juntos los ojos al cielo: Él es capaz de desatar aquello que para nosotros pareciera imposible, Él ha prometido acompañarnos hasta el fin de los tiempos, Él no dejará estéril tanto esfuerzo.” (Homilía en Cartagena, sept. 10 de 2017) + Oscar Urbina Ortega Arzobispo de Villavicencio Presidente de la Conferencia Episcopal

Dom 12 Ago 2018

Arquidiócesis de Villavicencio lanza campaña: “PAZOS DOY”.

Con motivo del primer aniversario de la visita del Papa Francisco a Villavicencio, la arquidiócesis de esta ciudad lanzó la campaña “PAZOS DOY”. Una iniciativa que busca animar la preparación de los cristianos durante los 30 días que faltan para conmemorar con un evento principal y unas actividades semanales, el aniversario de la visita del Santo Padre a Colombia y de manera particular a esta ciudad. Según lo informa un boletín emitido por la oficina de prensa de la arquidiócesis de Villavicencio, cada día se propondrá una acción concreta para realizar personalmente y en familia; dedicando espacios para la oración, destinando días para realizar obras de misericordia, motivando al cuidado del medio ambiente y animando la visita a Jesús eucaristía. “La campaña “Demos el primer paso” que realizamos en su momento, como preparación para la visita del Papa Francisco dio resultados positivos y sirvió como fundamento para acoger esta iniciativa, en la que como Delegación de Comunicaciones nos propusimos invitar a los fieles a dar el primer paso para salir al encuentro del Papa Francisco, “Demos el primer paso” fue una serie de actividades que nos permitieron de una manera práctica prepararnos de la mano de Dios y acoger al Santo Padre, con total disposición como lo vivimos el 8 de septiembre del 2017”, reza el mensaje de esta jurisdicción. La Arquidiócesis junto con la Alcaldía de Villavicencio y la Gobernación del Meta, vienen trabajando conjuntamente para la realización de un evento especial que marcará el primer aniversario de la visita del Papá Francisco a esta ciudad.

Mié 23 Ago 2017

Así se vivió Expocarisma

La visita del Papa Francisco a Colombia ha sido motivo de celebración y de encuentro para todo el país. Esta vez la fiesta se vivió los días 19 y 20 de agosto en Expocarisma, evento organizado por la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) y el Departamento de Comunicación y Prensa del Consejo Episcopal Latinoamericano – CELAM. Además se contó con el apoyo del Centro Comercial Plaza Imperial de Bogotá, el cuál sirvió como sede. Entre los momentos más importantes que se vivieron fue el lanzamiento del himno de la visita Apostólica del Papa Francisco, interpretado por Músicos Católicos Unidos, la agrupación que ganó el concurso Cántale al Papa, organizado por la Conferencia Episcopal de Colombia y el Canal Cristovisión. Además, Expocarisma sirvió como sede de la Confesatón, como se le llama a la maratón de confesiones que se realizó en el mismo centro Comercial, el domingo a partir de las 11:30 del día. En total son 4 las confesatones planeadas hasta el momento en Colombia, 3 en Bogotá y una en Villavicencio. Con ellas se busca reconciliar a la población con Dios en el marco de la visita del Sumo Pontífice. Finalmente, Expocarisma contó con la presencia de las reliquias de Santa Laura Montoya y Santa María Bernarda Bütler, un símbolo de conmemoración a la vida de estas dos santas de la iglesia Católica que fueron ejemplo de servicio y entrega desinteresada al prójimo.

Jue 17 Ago 2017

La alegría del amor familiar reconcilia

Por: Ismael José González Guzmán - El papa Francisco en el año 2016, ofreció al mundo la exhortación apostólica postsinodal: Amoris Leatitia [La alegría del amor], como respuesta a los grandes desafíos que experimenta la familia hoy, los cuales le impiden, por una parte, que sea verdadera iglesia doméstica donde se viva la comunión de vida y se comunique el amor (Evangelium Vitae, 92), y por otro lado, que sea el lugar primario de humanización de la persona y de la sociedad (Christifideles Laici, 40). Estos desafíos comienzan cuando, por el cambio antropológico-cultural, existe un rechazo social al modelo de familia cristiana, constituido por la unión en matrimonio de un hombre y una mujer junto con sus hijos, con igualdad en dignidad, con derechos y deberes para el bien común de sus miembros y de la sociedad (Catecismo de la Iglesia Católica, 2202-2203). En efecto, rechazar la vocación de la familia es no reconocer en el matrimonio un don del Señor (Amoris Leatitia, 61). Cuando una familia convive con la violencia, el odio, el rencor, el resentimiento y el dolor, se rompe automáticamente esa comunión de vida y amor, suscitando incluso la triste realidad de muchos hijos huérfanos de padres vivos. Esta ausencia de algunos padres también se ve reflejada cuando, por el afán del dinero, reemplazan con bienes materiales la formación en valores, bajo el argumento inverosímil de “darles todo lo que ellos no tuvieron”, o incluso, delegan a las instituciones educativas toda la formación de sus hijos, porque hoy no hay calidad tiempo para dedicarles. La Iglesia, como madre y maestra, enseña y motiva a que los padres sean los primeros maestros de la fe para sus hijos (Amoris Leatitia, 16; 19; 51). Por otro lado, el matrimonio se ha convertido más en un evento social, que en la vivencia consciente y libre de un sacramento. Hoy, algunas parejas dejan de experimentar la gracia santificadora del matrimonio, por motivos económicos que dificultan dar una buena fiesta de recepción. Hoy, en ciertos matrimonios modernos, las crisis se afrontan de manera superficial, sin la valentía de la paciencia, del diálogo sincero, del perdón recíproco, de la reconciliación y también del sacrificio (Amoris Leatitia, 41). Para dar el primer paso y transformar los desafíos anteriormente citados y aquellos que se escapan, es importante tener presente que no hay familias perfectas, y que dentro de esa imperfección o debilidad humana, la Palabra de Dios se muestra como una compañera de viaje en medio de las crisis o en medio de algún dolor, para mostrar la meta del camino, e incluso, para que llegue a ser luz en la oscuridad del mundo. Por tal motivo, no se concibe una familia cristiana que no incluya en su vida la oración, la vida sacramental y la lectura de la Palabra de Dios, porque esto hace que crezca en el amor, la comunión y se constituya como santuario donde habita el Espíritu (Amoris Leatitia, 22; 29; 66). San Pablo nos recuerda los preceptos morales de la familia, donde cada uno de sus miembros está llamado, bajo la lógica de la caridad que propone la vida cristiana, a actuar y buscar la complementariedad. Es decir, las mujeres siendo sumisas o dóciles a sus maridos, los maridos amando a sus mujeres sin ser ásperos con ellas, los hijos obedeciendo en todo a los padres y, éstos últimos, no exasperando a sus hijos (Cfr. Col 3, 18-21). Sin duda alguna, fruto de este proceder será experimentar la alegría del amor familiar, el cual es capaz de reconciliar las diferencias, curar las heridas y divisiones suscitadas en momentos dados, y esta alegría se convierte en el júbilo de la Iglesia (Amoris Leatitia, 1). No se puede seguir pensando o alimentando esos discursos de ideologías que relativizan y degradan la dignidad del ser humano, los cuales creen que debilitar a la familia como sociedad natural fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, es algo que favorece a la sociedad. Por el contrario, el bien de la familia es decisivo para el futuro del mundo y de la Iglesia; por ello, la sociedad no puede prescindir de ella, más bien, debe protegerla (Amoris Leatitia, 31; 44; 52). Vale la pena pues, que nos preparemos como familia cristiana ante la Visita Apostólica del papa Francisco al país. Y una forma de hacerlo puede ser participando en el Simposio Nacional sobre la Familia, el cual tiene como propósito central ofrecer una reflexión teológico-pastoral sobre la familia y la reconciliación, inspirada en la exhortación apostólica Amoris Laetitia, desde donde se pretende generar una transformación social al promover en cada asistente los valores del evangelio, los cuales permiten reconocer al interior de la familia, una verdadera iglesia doméstica que vive según el modelo de la Sagrada Familia de Nazaret; en amor, humildad, sencillez y alabanza, donde el otro es Cristo. ¡Los espero! Para mayor información sobre el Simposio ingrese aquí: http://uniagustiniana.edu.co/simposiofamilia2017/ Ismael José González Guzmán, PhD (c) Director Ejecutivo del Centro Estratégico de Investigación, Discernimiento y Proyección Pastoral de la Conferencia Episcopal de Colombia [email protected] - [email protected] Twitter: @cenestrategico