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zona fronteriza

Vie 11 Jun 2021

Asistencia en salud, agua, saneamiento e higiene a familias venezolanas

Desde el 2015, Venezuela viene enfrentando una crisis económica, social y política debido a varios factores que han desencadenado un desplazamiento masivo de ciudadanos venezolanos durante los últimos años. Según Migración Colombia, hasta el 31 de enero de 2021, en el país se encontraban 1.742.927 migrantes venezolanos, de los cuales 759.584 se encuentra en condición regular y 983.343 en condición irregular. El ambiente en el que vive gran parte de la población migrante en Colombia es lamentable, esta situación está catalogada a nivel mundial como crisis humanitaria. Además de la falta de acceso a ofertas de empleo, a la vivienda digna y a la alimentación básica; se suman las dificultades para acceder a la atención en salud y a elementos de higiene básicos, aspectos que han acentuado la crisis migratoria por la que están atravesando. La situación en Colombia Aunque varios departamentos del país cuentan con una presencia significativa de migrantes venezolanos, las zonas fronterizas de Arauca, Vichada y Nariño (frontera con Ecuador), llaman especialmente la atención, ya que, a diferencia de otros territorios nacionales, por décadas estas regiones han tenido que padecer un sin número de desafíos económicos estructurales, desastres naturales y conflictos violentos. Migración Colombia reporta que, hasta el 31 de enero de este año, 44.851 migrantes se encontraban en Arauca, 14.523 en el departamento de Nariño, seguido de Vichada con 4.555. Por lo cual, estas zonas se enfrentan a mayor presión sobre sus recursos y servicios limitados al intentar cubrir las necesidades de la población migrante con intención de permanencia, población en tránsito, colombianos retornados y otras comunidades en situación de vulnerabilidad. La situación es aún más problemática en estos momentos de emergencia sanitaria por COVID -19, agravante de la salud pública a nivel mundial. Según la información recolectada en la línea de base del proyecto Asistencia en Salud y WASH a Familias Afectadas por la Crisis Migratoria Venezolana en Colombia, realizado por el Secretariado Nacional de Pastoral Social-Cáritas Colombiana (SNPS-CC), se entrevistaron a 210 familias (766 personas) de estas tres regiones del país y se evidenció que la población migrante enfrenta grandes barreras en de acceso a salud, agua, higiene y saneamiento básico, aspectos que impiden que mejore su calidad de vida y digna expuestos a riesgos que atentan contra su salud física y emocional. Barreras para los migrantes y refugiados Atención en salud El acceso a un sistema de salud que pueda satisfacer las necesidades básicas de migrantes y refugiados, es un derecho que está tipificado en diferentes constituciones a nivel mundial y en todos los convenios internacionales de protección a la población migrante. Colombia no es ajena a este tipo de reglamentaciones, pues como Estado perteneciente al DIH tiene como obligación velar para que este derecho se cumpla a cabalidad. Sin embargo, dentro de la información suministrada por el SNPS-CC, se encontró que el 78% (163) de las familias encuestadas en los tres territorios, mencionó haberse encontrado con barreras para la atención en salud, de las cuales el 53% (113) reconoció que fue por falta de documentación, el 39% (81) por falta de dinero y el 27% (56) por falta de acceso a transporte. Los datos revelan que, en Arauca (39) y Nariño (47) la dificultad con mayor incidencia es el dinero, esto es asociado a la distancia a los centros de atención desde las comunidades, mientras que en Vichada identificaron la documentación como barrera principal (43), ya que, el sistema de salud colombiano solo permite una atención a los migrantes indocumentados por urgencias. Por último, cabe resaltar que el 73% (154) de las familias encuestadas comentó no estar afiliada al sistema de salud colombiano, el 21% (45) tiene uno o varios familiares afiliados, y sólo el 5% (11) registro estar todo el grupo familiar dentro del sistema de salud. Salud ambiental, higiene y saneamiento básico. Si bien el acceso a salud es una limitante para la población migrante, esta se podría evitar si no padecieran de distintos tipos de enfermedades que, en su gran mayoría, dependen de sus condiciones de habitabilidad, pues un alto porcentaje de familias venezolanas no cuentan con acceso a agua potable para consumo humano, con un servicio de recolección de basuras por parte de empresas públicas y desconocen que un mal manejo de residuos sólidos puede provocar la proliferación de vectores que transmiten enfermedades e infecciones a la población. El 32% (68) mencionó haberse encontrado enfermo por dolor de estómago y diarrea, y el 2% (4) haber contraído enfermedades transmitidas por vectores, como chikungunya, zika, malaria, entre otros. El 47% (99) de las familias encuestadas reportaron no tener acceso a agua las 24 horas del día los 7 días de la semana, de estos el 70% (69) reportó consumir agua del grifo y el 30% (30) comentó extraerla de pozos profundos. Es cierto, que el panorama para los más de 60.000 migrantes venezolanos que se encuentran en estas tres regiones del país es desolador, también es cierto que desde diferentes organizaciones e instituciones se está trabajando en conjunto para romper esas barreras que les impide tener una mejor calidad de vida. Acciones solidarias y trabajo en equipo para una mejor calidad de vida Teniendo en cuenta esta realidad, desde febrero de 2019 la Iglesia Católica en Colombia a través del SNPS-CC en conjunto con la Oficina de Asistencia para Desastres en el Extranjero USAID/OFDA, inició la implementación de un programa propuesto en dos fases de intervención. Durante la primera Fase se atendieron a más de 12,000 migrantes venezolanos en 4 departamentos del país con asistencia en salud, dinero en efectivo y agua, saneamiento e higiene (WASH). Ahora, el proyecto Asistencia en salud y agua, saneamiento e higiene a familias afectadas por la crisis migratoria venezolana en Colombia en su segunda fase y en apoyo con la agencia BHA/USAID, tiene como objetivo, al finalizar el mes de agosto de 2021, llegar a más de 10.500 personas, facilitando el acceso a servicios de salud y mejorando las prácticas de higiene de la población migrante venezolana, colombianos en situación de vulnerabilidad y las comunidades de acogida. Acciones como la remisión a servicios médicos mediante la gestión de casos y vías de remisión eficaces, entregas de subsidios de transporte para el traslado a los centros médicos, campañas de salud ambiental y talleres en promoción de la higiene donde se sensibiliza a la población sobre las consecuencias del mal manejo de las basuras y su adecuada gestión, reciclando, reutilizando y reduciendo, son algunas de las acciones que ya se están implementado en estos tres departamentos. Se debe seguir trabajando para romper barreras A la falta de acceso a un sistema de salud y de un ambiente de habitabilidad digno que pueda evitar la generación de enfermedades, hay que sumarle que la población venezolana se enfrenta a otras problemáticas como explotación sexual, explotación laboral, convivencia familiar, desescolarización, regularización, entre otras, información arrojada por el estudio en terreno realizado por el SNPS-CC. Por esta razón, la Iglesia Católica colombiana seguirá uniendo esfuerzos en pro de darle continuidad a las acciones humanitarias que contribuyan al mejoramiento de la calidad de vida de la población migrante que se encuentra en el territorio nacional, pues vivir en condiciones dignas en otro país es un derecho que por inherencia les pertenece. Finalmente, el SNPS-CC invita a todas las instituciones, organizaciones y entidades locales, gubernamentales, nacionales e internacionales, a continuar trabajando no sólo por los migrantes y refugiados, sino por la población colombiana en condición en vulnerabilidad, para romper esas barreras que les impiden gozar de un ambiente de vida dingo e igualitario.

Vie 15 Feb 2019

Llega la caminata “Huellas de Ternura” a la frontera colombo ecuatoriana

Unos 500 niños y niñas de Ipiales de las escuelas de Conaced (Confederación Nacional Católica de Educación), junto a docentes, directivos, agentes de pastoral social, padres, madres y acudientes marcharon hasta el puente de Rumichaca, zona fronteriza de Colombia y Ecuador, para hacer entrega de la cometa de los colores–símbolo de la caminata– a una delegación de docentes y niños de Fe y Alegría de Tulcán. Esta acción fronteriza fue posible gracias al apoyo de la Pastoral Social Cáritas de Ipiales y el programa Puentes de Solidaridad, Cáritas Luxemburgo y el secretariado de pastoral social Cáritas Colombia a través del Programa Centralidad de la Niñez en el marco de la caminata Huellas de Ternura, cuyo fin es sensibilizar a las familias, escuelas e iglesias sobre el valor de la ternura como modelo de crianza y cuidados. Desde las 9 de la mañana las delegaciones de niños, niñas y adolescentes de 6 colegios católicos fueron acogidas en la sede del Banco de la República en Ipiales, quienes recibieron la bienvenida por parte del sacerdote Vicente Legarda, director de pastoral social Cáritas de Ipiales. Portando pancartas, pitos, dibujos, cometas, los niños, niñas y adolescentes bajo la consigna de “cero violencia, 100 por ciento ternura” marcharon hasta el fronterizo puente de Rumichaca, escoltados por el cuerpo de bomberos, la policía nacional y policía de tránsito. Construyendo puentes de solidaridad y ternura “Viva Colombia, viva Ecuador, vivan los pueblos hermanos”. Bajo esta consigna una delegación de unos 20 niños de las escuelas Fe y Alegría de Tulcan recibió de los 500 niños de Ipiales la cometa de colores en el paso fronterizo de Rumichaca. En el puente, el padre Legarda agradeció a las delegaciones: “Queridos niños de Colombia y de Ecuador, la cometa que hoy le entregamos es el signo de esta caminata para recordarnos a nosotros los adultos de dar nuestra palabra en favor del respeto de los derechos de los niños”. Manifiesto de los niños y las niñas de Ecuador Una vez hecha la entrega formal, Mariana Carrera, delegada por Cáritas Ecuador, acompañada de Lorena Rodríguez, coordinadora de educación primaria de la Confederación Ecuatoriana de Educación Católica, acompañaron a una de las niñas de los colegios de Fe y Alegría quien hizo lectura del manifiesto de los niños de Ecuador. “Es un momento muy emotivo tanto para Ecuador como Colombia, decimos de manera recíproca gracias por lo que hacen, porque queremos paz y no violencia.”, ha recordado Carrera en nombre de las organizaciones de Ecuador y que hicieron posible las acciones de la caminata. “Ante los hechos de violencia que se presentan todos los días como peleas en la casa, en la calle, en la escuela, maltrato, insultos y golpes, como niños y niñas pedimos a la sociedad, a nuestros padres, a nuestros maestros, a los políticos y a los que dirigen las instituciones, queremos que haya tolerancia entre las personas de las diferentes nacionalidades, buen trato en nuestros colegios, en nuestros hogares, en todos los espacios públicos, que nos traten con amor, con ternura y con respeto”. Estas han sido las peticiones más resaltantes del manifiesto que niños y niñas de las escuelas de Tulcán prepararon como parte de los actos en frontera. 4 mil portadores de ternura en Tulcán En simultáneo colegios católicos de Tulcán, en el lado de Ecuador también realizaron su movilización en la que participaron cerca de 4 mil niños, niñas y adolescentes. Desde el parque Ayora, a las 9 de la mañana, las delegaciones se concentraron hasta llegar en procesión al coliseo 19 de noviembre. Del lado ecuatoriano la organización estuvo a cargo de la Confedec de Carchi, representada por su presidenta, la religiosa bethlemita Vilma Yépez, acompañada por organizaciones como Cáritas, Fe y Alegría y World Vision Ecuador. “Es la primera vez que se reúnen los colegios católicos de esta zona, es su primera marcha y seguiremos trabajando unidos pues esto es apenas el comienzo”, ha dicho la hermana Vilma Yépez. La eucaristía de la ternura en la que los protagonistas fueron los niños fue oficiada por el padre Lenín Hernández, vicario de la diócesis de Tulcán, quien durante la homilía invitó a la multitud a convertirse en portadores de la ternura, “no es cuestión de un solo día, debemos asumir la misión a diario, toquemos corazones, construyamos la paz con ternura, construyamos una educación en la verdad y no en el engaño, es por eso que estamos acá, y no debemos cansarnos nunca de decir que queremos la paz”. Antes de la bendición despedida, la delegación venida del puente Rumichaca entrego la cometa venida desde Colombia, la cual fue recibida por las juntas directivas de los colegios allí presentes.

Vie 14 Jul 2017

Caritas Internacional y diócesis de Cúcuta analizan retos en la frontera

Durante 3 días la diócesis de Cúcuta recibió la visita de la representante de Caritas Internacional, Suzanna Tkalec, con el fin de conocer las acciones de respuesta humanitaria en la zona de frontera por parte de esta Iglesia particular. Caritas Internacional, financia proyectos de ayuda, prestando asistencia a miles de personas necesitadas. Diversos programas de Caritas se centran en la seguridad alimentaria y medios de sustento, se dedica principalmente a combatir la pobreza, la exclusión, la intolerancia y la discriminación. Durante la jornada se logró visibilizar las regiones vulnerables en las zonas de transito fronterizo, se habilitó un espacio de diálogo con las personas para compartir los asuntos que los afectan como el desempleo, la salud, el desplazamiento masivo, el suicidio y la desescolaridad. De otra parte, se dieron a conocer los nuevos retos ante la crisis humanitaria en Venezuela y las estrategias diseñadas por el servicio de la Pastoral de la Diócesis de Cúcuta. • Seguridad Alimentaria • Fortalecimiento de las Capacidades Productivas • Proyecto de Fondos Rotatorios Solidarios de Inversión (estrategia de atención orientada a beneficiar a la población más vulnerable, que se ha asentado en las comunidades de la Ciudad de Cúcuta). Las anteriores acciones, forman parte de las actividades realizadas para la atención de la población migrante, Colombo-Venezolana, diseñadas por la Corporación de Servicio Pastoral Social de la diócesis de Cúcuta, con el fin de fortalecer las capacidades productivas de la población en condición de vulnerabilidad y brindar atención de carácter integral en las zonas afectadas. Participaron del encuentro el obispo de esta jurisdicción, monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, sacerdotes, movimientos apostólicos, laicos, jóvenes, niños y hermanos del vecino país de Venezuela. Fuente: Of. comunicaciones diócesis de Cúcuta