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Iglesia en el mundo

Lun 7 Feb 2022

Francisco a las religiosas: “hagan incidencia con los pobres y marginados"

En el video que recoge las intenciones de oración del Papa, para este mes de febrero, agradece y pide orar por las religiosas y consagradas, expresando que ellas son vitales para la vida de la Iglesia. Las alentó a discernir y a elegir lo que conviene para el carisma de su misión, frente a los desafíos del mundo actual. “Hagan incidencia con los pobres, con los marginados, con todos los que están esclavizados por los traficantes”. Observa como muchas veces son injustamente tratadas, incluso dentro de la misma Iglesia, pero las exhorta a continuar sus trabajos apostólicos. “No se desanimen, sigan dando a conocer la bondad de Dios a través de las obras apostólicas que hacen, pero sobre todo a través del testimonio de consagración”.

Mar 25 Ene 2022

Cebitepal ofrece Diplomado: “Construcción de Paz y Transformación Social”

El Centro Bíblico Teológico para América Latina y el Caribe (Cebitepal), dependiente del Concejo Episcopal Latinoamericano Celam, ofrecerá desde el 1 de febrero al 25 de marzo de 2022, el diplomado: "Construcción de Paz y Transformación Social". Será un espacio de formación y reflexión dirigido a los agentes pastorales, líderes sociales y "operadores de paz", que busca ofrecer "fundamentos y herramientas para la generación de paz en conflictos y realidades de profunda violencia". Se realizará los martes y jueves en el horario 6:30 a 8:00 p.m. hora de Colombia, en la modalidad: Virtual sincrónico, con el fin de favorecer la comunión y la sinodalidad. Los docentes de la diplomatura serán profesionales de distintas nacionalidades: Miguel Ricardo Gómez, de Ecuador (Coordinador); Rosa Inés Floriano, de Colombia; Richard Jones, de El Salvador; y Tom Barnat, Ecuador. Más información [icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon] A propósito del este Diplomado, la oficina de prensa del Consejo Episcopal Latinoamericano. Celam, sostuvo un dialogó con Rosa Inés Floriano Carrera, especialista en Doctrina Social de la Iglesia y animadora institucional del Secretariado Nacional Pastoral Social, en proceso de doble titulación como Magíster en Investigación Integrativa del Pensamiento Complejo a las Ciencias Humanas y Sociales, y candidata a Doctorado en Pensamiento Complejo aplicado a las Ciencias Sociales, quien habló sobre temas: paz y conflicto; esperanza y solidaridad; cultura del encuentro; y capacidad de resiliencia. ENTREVISTA ¿Por qué hace falta estudiar para construir la paz, Rosa? Porque el mundo de hoy está cada vez más atrapado en una cultura del desencuentro, del egoísmo, del descarte y de la indiferencia; con lo cual la convivencia se pone a prueba. Necesitamos recuperar la esperanza y la capacidad de hacer de la convivencia un modelo de sociedad donde la “Amistad Social” sea el pegamento que nos permita a todas y todos, sin exclusión alguna, coexistir corresponsable y solidariamente, en pleno respeto de las diferencias y con capacidad de transformar positivamente los conflictos desde un sistema de relaciones justo, fraterno y equitativo. Es lo que el Papa Francisco nos propone como “La cultura del encuentro”. La humanidad vive (desde siempre) en tensión permanente entre la convivencia pacífica y las luchas por la tierra, los alimentos, la escalada en el poder global. ¿Aplica esta descripción para la vida de nuestros países latinoamericanos y caribeños, algo de esto pasa en nuestros ambientes? Efectivamente. Donde haya coexistencia las tensiones y los conflictos son parte de la misma; sin embargo, los seres humanos necesitamos desaprender patrones que nos llevan a tramitar de manera negativa dichos conflictos y tensiones para dar paso a formas Noviolentas de construir escenarios de debate y de transformación de dichas tensiones en oportunidades o soluciones duraderas. En la región América Latina y el Caribe, vivimos tiempos de particular complejidad. Entre la polarización política, las crecientes brechas por las desigualdades económicas, la exclusión de cada vez más sectores de la sociedad, las víctimas de abuso, xenofobia, explotación, migración forzada, entre otros; nos arrastran a espirales prolongados y complejos de violencia que demandan respuestas integrales, multinivel y con un esfuerzo enorme de establecer relaciones estratégicas que sumen voluntades a distinto nivel en distinto tipo de respuesta para alcanzar cambios de corto y largo plazo. A esto es que le llamamos transformación de conflictos y construcción de paz. ¿Cuáles son los motivos de lucha actualmente? Esta es una respuesta muy difícil porque no es una única respuesta. Se lucha básicamente por motivos de escasez de recursos, incompatibilidad de intereses y por conflictos de poder. Esto aplica desde la vida familiar hasta las naciones y conflictos internacionales. ¿Qué potencial positivo ve en nuestros pueblos americanos, que pueden arrimar esperanza en la solución pacífica de la variedad de conflictos que atravesamos? Los pueblos latinoamericanos y caribeños tenemos una impresionante capacidad de resiliencia, pese a todas las dificultades que afrontamos, tenemos siempre la alegría como instrumento para sobreponernos y seguir adelante. Lo que realmente necesitamos es convencernos de que el camino es la Noviolencia activa; que no podemos esperar que los cambios lleguen milagrosamente, desde afuera o será instaurada por la victoria sobre los malos. Tal como lo invita el Papa Francisco en Fratelli Tutti, la paz es una artesanía difícil y compleja, pero empieza en lo pequeño y desde dentro del corazón del ser humano. Nos exige convicción más que expectativas, no exige corresponsabilidad en la tarea desde lo local, lo cotidiano y el mejor escenario es trabajar en las relaciones, las interpersonales, las culturales, económicas, políticas y con la creación. El punto de partida: aquellas que tenemos a nuestro alcance y las que no lo están, solo trabajando con otros actores podremos lograr mayor potencial transformador. En la construcción de la paz, ¿es un plus ser católicos, creer en Jesús, apropiarnos y encarnar el Evangelio en su sentido más puro y esencial? Por supuesto. Si somos fieles al Evangelio de Jesús, la Noviolencia activa es el camino más coherente para vivir nuestra fe. El cristianismo realmente está llamado a realizar la comunión en las realidades temporales, una comunión que tiene como frutos la paz y la justicia que derriba todos aquellos muros que nos dividen y hace de la humanidad una sola familia cuidadora de la vida y de la casa común. La tradición cristiana muestra siempre, desde las primeras comunidades cristianas, una búsqueda incansable por hacer presente en la convivencia humana, a ejemplo de la familia trinitaria, la comunión. Podemos ver en las cartas pastorales de los discípulos a aquellas primeras comunidades una serie de recomendaciones y herramientas para llevar a la vida comunitaria la armonía, la comunión construida sobre la base del amor cristiano. ¿Qué rol le otorga a la posibilidad del perdón entre quienes se enfrentan? El perdón es un proceso. Brota del corazón de la víctima por obra de Dios. No es algo que se puede decretar o tiene receta alguna. Se puede acompañar, pero es un proceso al interior del corazón de cada ser humano y que no se concede porque el victimario o quien ha infringido violencia lo merezca; sino porque la víctima necesita liberarse y retomar su proyecto de vida recordando su experiencia sin dolor. Por eso el perdón es, ante todo, un proceso de sanación interior que se trabaja en el propio corazón y brota en forma de perdón para abrirle paso a la obra reconciliadora de Dios en la experiencia humana. ¿Cómo se asume esa posibilidad? ¿Cómo es la búsqueda de acuerdos en los que todos ceden? ¿Se produce como un olvido del conflicto dando una vuelta de página, como una elaboración (aunque dolorosa) de los desencuentros con la puesta en palabras de nuevos registros de los vivido, apuntando a la reconciliación? Asumiendo que el valor del perdón no se contrapone a la Justicia; por el contrario, son valores complementarios que hacen posible la reconciliación: “La verdad y la misericordia se abrazan, la justicia y la paz se besan” (Cfr. Salmo 85, 10). La reconciliación es la experiencia que emerge del trabajo integrado por la verdad, el perdón, la justicia y la paz. ¿Qué peso tiene en la resolución de conflictos antiguos —de larga data— la responsabilidad intergeneracional a la par de las nuevas miradas que puedan ir sumando las nuevas generaciones sobre los mismos? Existen innumerables experiencias de pueblos o comunidades que han estado sometidos por generaciones enteras a conflictos prolongados y hacer conciencia de que mientras más tiempo dejamos avanzar los espirales de violencia, más tiempo nos va a tomar salir de dicha realidad. Sin embargo, para que mañana alguna generación pueda cosechar frutos de paz, hoy alguien tiene que empezar la siembra. Los conflictos prolongados van minando la capacidad de confiar entre los vecinos y hasta entre las mismas familias; va legitimando el uso de la fuerza como mecanismo de supervivencia; escala a patrones de relacionamiento, a las estructuras y se tiende a establecer y perpetuarse en los sistemas o modelos de vida (economías de guerra en lugar de economías de paz; doctrinas de seguridad en lugar de políticas de Estado favorables a la paz; etc.). Pero, aunque lleguemos a esas dinámicas tan estructurales y complejas no significa que no se puedan cambiar. La clave está en trabajar con una visión amplia, aunque concentremos nuestros esfuerzos en lo que tenemos a nuestro alcance y aprender a trabajar con otros para lograr mayor impacto en la transformación a distinto nivel. “Construcción de Paz y Transformación Social” es el título del Diplomado del que usted forma parte como Cuerpo Docente y que se inicia el próximo 1 de febrero organizado por Cebitepal #FormaciónCelam, Centro de Programas y Redes de Acción Pastoral del Celam (CEPRAP) y Cáritas ALC, dirigido especialmente a agentes de pastoral, líderes sociales y agentes de paz. ¿De qué se trata y cuáles son los carriles conceptuales que andarán sus diplomandos? Esta propuesta formativa es el producto de la práctica reflexiva y caminos de aprendizaje sobre diversas prácticas y experiencias en el camino de la construcción de la paz. Nos hemos encaminado por la visión de la Transformación Social de Conflictos y construcción de paz que integra herramientas de resolución pacífica, diálogo social, enfoque de Derechos Humanos y marcos temporales de más largo alcance que nos permitan resolver problemas concretos de corto plazo mientras trabajamos por las transformaciones estructurales que toman más tiempo; a la par de buscar cambios que van desde las actitudes y comportamiento personales hasta los cambios de imaginarios sociales, en la cultura, los sistemas políticos y económicos que hacen posible no solo la convivencia pacífica entre comunidades sino condiciones estables para que la paz sea duradera.

Vie 14 Ene 2022

FRANCISCO: La paternidad en tiempos de COVID y el testimonio de San José

Entrevista del Papa Francisco con los medios vaticanos sobre la paternidad en tiempos del Covid y el testimonio de San José, ejemplo de fuerza y ternura para los padres de hoy. El Año especial sobre San José se concluyó el pasado 8 de diciembre, pero la atención y el amor del Papa Francisco por este Santo no se han concluido, es más, se desarrollan aún más con las catequesis que, desde el pasado 17 de noviembre, se están centrando en la figura del Patrón de la Iglesia universal. L’Osservatore Romano, el periódico del Papa, ha publicado una columna mensual a lo largo de todo el 2021. También la ha recogido el portal de Vatican News. Han dedicado cada número a un capítulo de la Carta Apostólica sobre San José. Esa columna que ha hablado de padres, pero también de hijos y de madres en diálogo ideal con el Esposo de María, ha suscitado el deseo de poder confrontar al Papa precisamente sobre el tema de la paternidad en sus diversas facetas, desafíos y complejidades. El resultado es esta entrevista, en la que Francisco responde a nuestras preguntas mostrando todo su amor por la familia, su proximidad a quien experimenta el sufrimiento y el abrazo de la Iglesia a los padres y a las madres que hoy deben afrontar miles de dificultades para dar un futuro a sus hijos. Pregunta: Santo Padre, usted ha establecido un Año especial dedicado a San José, ha escrito una carta, la Patris Corde, y está llevando a cabo un ciclo de catequesis dedicadas a su figura. ¿Qué representa San José para usted? Respuesta: Nunca he escondido la sintonía que siento hacia la figura de San José. Creo que esto viene de mi infancia, de mi formación. Desde siempre he cultivado una devoción especial por San José porque creo que su figura representa, de manera hermosa y especial, lo que debería ser la fe cristiana para cada uno de nosotros. José, de hecho, es un hombre normal y su santidad consiste precisamente en haberse convertido en santo a través de las circunstancias buenas y malas que ha debido vivir y afrontar. No podemos tampoco esconder que a San José lo encontramos en el Evangelio, sobre todo en los relatos de Mateo y de Lucas, como un protagonista importante de los inicios de la historia de la salvación. En efecto, los acontecimientos que rodearon el nacimiento de Jesús fueron acontecimientos difíciles, llenos de obstáculos, de problemas, de persecuciones, de oscuridad y Dios, para ir al encuentro de Su Hijo que nacía e el mundo le coloca al lado a María y a José. Si María es aquella que dio al mundo el Verbo hecho carne, José es aquel que lo defendió, que lo protegió, que lo alimentó, que lo hizo crecer. En él podremos decir que está el hombre de los tiempos difíciles, el hombre concreto, el hombre que sabe asumir la responsabilidad. En este sentido, en San José se unen dos características. Por una parte, su fuerte espiritualidad se traduce en el Evangelio a través de los relatos de los sueños; estos relatos atestiguan la capacidad de José para escuchar a Dios que habla a su corazón. Sólo una persona que reza, que tiene una intensa vida espiritual, puede tener también la capacidad de distinguir la voz de Dios en medio de las muchas voces que nos habitan. Junto a esta característica después hay otra: José es el hombre concreto, es decir, el hombre que afronta los problemas con extrema practicidad, y frente a las dificultades y a los obstáculos, no asume nunca la posición del victimismo. En cambio, se sitúa siempre en la perspectiva de reaccionar, de corresponder, de fiarse de Dios y de encontrar una solución de manera creativa. Pregunta: ¿Esta atención renovada a San José en este momento de prueba tan grande asume un significado particular? Respuesta: El tiempo que estamos viviendo es un tiempo difícil marcado por la pandemia del coronavirus. Muchas personas sufren, muchas familias están en dificultades, muchas personas se ven asediadas por la angustia de la muerte, de un futuro incierto. He pensado que precisamente en un tiempo tan difícil necesitamos a alguien que pueda animarnos, ayudarnos, inspirarnos, para entender cuál es el modo juntos para saber afrontar estos momentos de oscuridad. José es un testimonio luminoso en tiempos oscuros. He aquí por qué era justo darle espacio en este tiempo para poder volver a encontrar el camino. Pregunta: Su ministerio petrino inició precisamente el 19 de marzo, día de la fiesta de San José… Respuesta: He considerado siempre una delicadeza del cielo poder iniciar mi ministerio petrino el 19 de marzo. Creo que, de algún modo, San José me ha querido decir que continuaría ayudándome, estando junto a mí y yo podría continuar pensando en él como un amigo al que dirigirme, al que confiarme, al que pedir que interceda y rece por mí. Pero ciertamente esta relación, que se da por la comunión de los santos, no sólo me está reservada a mí, creo que puede ser de ayuda para muchos. Por eso espero que el año dedicado a San José haya llevado a muchos cristianos a redescubrir el profundo valor de la comunión de los santos, que no es una comunión abstracta, sino una comunión concreta que se expresa en una relación concreta y tiene consecuencias concretas. Pregunta: En la columna sobre la Patris Corde, organizada por L´Osservatore Romano durante el Año especial dedicado a San José, hemos enlazado la vida del Santo con la de los padres, pero también con la de los hijos de hoy. ¿Qué pueden recibir del diálogo con San José los hijos de hoy, es decir, los padres del mañana? Respuesta: No se nace padres, pero ciertamente todos nacemos hijos. Esta es la primera cosa que debemos considerar, es decir, cada uno de nosotros más allá de lo que la vida le ha reservado, es sobre todo un hijo, ha estado confiado a alguien, proviene de una relación importante que lo ha hecho crecer y que lo ha condicionado en el bien o en el mal. Tener esta relación y reconocer su importancia en la propia vida significa comprender que un día, cuando tengamos la responsabilidad de la vida de alguien, es decir, cuando debamos ejercer una paternidad, llevaremos con nosotros sobre todo la experiencia que hemos hecho personalmente. Y es importante entonces poder reflexionar sobre esta experiencia personal para no repetir los mismos errores y para atesorar las cosas hermosas que hemos vivido. Estoy convencido de que la relación de paternidad que José tenía con Jesús ha influenciado tanto su vida hasta el punto de que la futura predicación de Jesús está plena de imágenes y referencias tomadas precisamente del imaginario paterno. Jesús, por ejemplo, dice que Dios es Padre, y no puede dejarnos indiferentes esta afirmación, especialmente si pensamos en la que ha sido su personal experiencia humana de paternidad. Esto significa que José lo ha hecho tan bien como padre que Jesús encuentra en el amor y la paternidad de este hombre la referencia más hermosa para dar a Dios. Podríamos decir que los hijos de hoy que se convertirán en los padres de mañana deberían preguntarse qué padres han tenido y qué padres quieren ser. No deben dejar que su papel paternal sea el resultado de la casualidad o simplemente la consecuencia de una experiencia pasada, sino que deben decidir conscientemente de qué modo amar a alguien, de qué modo responsabilizarse de alguien. Pregunta: En el último capítulo de Patris Corde se habla de José como padre en la sombra. Un padre que sabe estar presente pero dejando al hijo libre para crecer. ¿Es posible esto en una sociedad que parece premiar solo a quién ocupa espacios y visibilidad? Respuesta: Una de las características más hermosas del amor, y no solo de la paternidad, es, de hecho, la libertad. El amor genera siempre libertad, el amor nunca debe convertirse en una prisión, en posesión. José nos muestra la capacidad de cuidar de Jesús sin adueñarse nunca de él, sin querer manipularlo, sin querer distraerlo de su misión. Creo que esto es muy importante como prueba de nuestra capacidad de amar y también de nuestra capacidad de saber dar un paso atrás. Un buen padre lo es cuando sabe retirarse en el momento oportuno para que su hijo pueda emerger con su belleza, con su singularidad, con sus elecciones, con su vocación. En este sentido, en toda buena relación es necesario renunciar al deseo de imponer una imagen desde arriba, una expectativa, una visibilidad, una forma de llenar completa y constantemente la escena con excesivo protagonismo. La característica de José de saber hacerse a un lado, su humildad, que es también la capacidad de pasar a un segundo plano, es quizá el aspecto más decisivo del amor que José muestra por Jesús. En este sentido es un personaje importante, me atrevería a decir que esencial en la biografía de Jesús, precisamente porque en un momento determinado sabe retirarse de la escena para que Jesús pueda brillar en toda su vocación, en toda su misión. A imagen y semejanza de José, debemos preguntarnos si somos capaces de saber dar un paso atrás, de permitir que los demás, y sobre todo los que nos han sido confiados, encuentren en nosotros un punto de referencia pero nunca un obstáculo. Pregunta: En varias ocasiones usted ha denunciado que la paternidad hoy está en crisis. ¿Qué se puede hacer, qué puede hacer la Iglesia, para devolver la fuerza a las relaciones padre-hijo, fundamentales para la sociedad? Respuesta: Cuando pensamos en la Iglesia pensamos en ella siempre como Madre y esto no es algo equivocado. También yo en estos años he tratado de insistir mucho en esta perspectiva porque el modo de ejercer la maternidad de la Iglesia es la misericordia, es decir, es ese amor que genera y regenera la vida. ¿El perdón, la reconciliación no son tal vez un modo a través del que nos volvemos a poner en pie? ¿No es un modo a través del que recibimos nuevamente la vida porque recibimos otra posibilidad? ¡No puede existir una Iglesia de Jesucristo si no es a través de la misericordia! Pero creo que deberemos tener el valor de decir que la Iglesia no debería ser solo materna sino también paterna. Es decir, está llamada a ejercer un ministerio paterno no paternalístico. Y cuando digo que la Iglesia debe recuperar este aspecto paterno me refiero precisamente a la capacidad paterna de colocar a los hijos en condiciones de asumir las propias responsabilidades, de ejercer la propia libertad, de hacer elecciones. Si por un lado la misericordia nos sana, nos cura, nos consuela, nos anima, por el otro lado el amor de Dios no se limita simplemente a perdonar, a sanar, sino que el amor de Dios nos empuja a tomar decisiones, a despegar. Pregunta: A veces, el miedo, más aún en este tiempo de pandemia, parece paralizar este impulso… Respuesta: Sí, este periodo histórico es un periodo marcado por la incapacidad de tomar decisiones grandes en la propia vida. Nuestros jóvenes muy a menudo tienen miedo de decidir, de elegir, de ponerse en juego. Una Iglesia es tal no solo cuando dice sí o no, sino sobre todo cuando anima y hace posible las grandes elecciones. Y cada elección siempre tiene consecuencias y riesgos, pero a veces por el miedo a las consecuencias y a los riesgos permanecemos paralizados y no somos capaces de hacer nada ni de elegir nada. Un verdadero padre no te dice que irá siempre todo bien, sino que incluso si te encontrarás en la situación en la que las cosas no irán bien podrás afrontar y vivir con dignidad también esos momentos, también esos fracasos. Una persona madura se reconoce no en las victorias sino en el modo en el que sabe vivir un fracaso. Es precisamente en la experiencia de la caída y de la debilidad como se reconoce el carácter de una persona. Pregunta: Para usted es muy importante la paternidad espiritual. ¿Los sacerdotes cómo pueden ser padres? Respuesta: Decíamos antes que la paternidad no es algo que se da por descontado, no se nace padres, como mucho uno se convierte en ello. Igualmente, un sacerdote no nace ya padre sino que debe aprenderlo un poco cada vez, a partir sobre todo del hecho de reconocerse hijo de Dios pero también hijo de la Iglesia. Y la Iglesia no es un concepto abstracto, es siempre el rostro de alguien, una situación concreta, algo a lo que podemos dar un nombre bien preciso. Nuestra fe cristiana no es algo que siempre hemos recibido a través de una relación con alguien. La fe cristiana no es algo que se pueda aprender en los libros o en un simple razonamiento, sino que es siempre un pasaje existencial que pasa por las relaciones. Así, nuestra experiencia de fe surge siempre del testimonio de alguien. Por tanto, debemos preguntarnos cómo vivimos nuestra gratitud hacia estas personas y, sobre todo, si conservamos la capacidad crítica de saber distinguir lo que no es bueno que ha pasado a través de ellas. La vida espiritual no es diversa de la vida humana. Se un buen padre, humanamente hablando, es tal porque ayuda al hijo a convertirse en sí mismo, haciendo posible su libertad y empujándole a las grandes decisiones, de igual modo un buen padre espiritual lo es cuando no cuando sustituye la conciencia de las personas que se confían a él, no cuando responde a las preguntas que estas personas se llevan en el corazón, no cuando domina la vida de los que le han sido confiados, sino cuando de manera discreta y al mismo tiempo firme es capaz de indicar el camino, de ofrecer claves de lecturas diversas, ayudar en el discernimiento. Pregunta: ¿Qué es más urgente hoy para dar fuerza a esta dimensión espiritual de la paternidad? Respuesta: La paternidad espiritual es muy a menudo un don que nace sobre todo de la experiencia. Un padre espiritual puede compartir no tanto sus conocimientos teóricos, sino sobre todo su experiencia personal. Sólo así puede serle útil a un hijo. Hay una gran urgencia, en este momento histórico, de relaciones significativas que podríamos definir como paternidad espiritual, pero -permítanme decir- también maternidad espiritual, porque este papel de acompañamiento no es una prerrogativa masculina o sólo de los sacerdotes. Hay muchas religiosas buenas, muchas consagradas, pero también muchos laicos que tienen una gran experiencia que pueden compartir con otras personas. En este sentido, la relación espiritual es una de esas relaciones que necesitamos redescubrir con más fuerza en este momento histórico, sin confundirla nunca con otras vías de naturaleza psicológica o terapéutica. Pregunta: Entre las dramáticas consecuencias del Covid está también la pérdida del trabajo de muchos padres. ¿Qué le gustaría decir a estos padres en dificultades? Respuesta: Siento muy cercano el drama de esas familias, de esos padres y de esas madres que están viviendo una particular dificultad, agravada sobre todo a causa de la pandemia. No creo que sea un sufrimiento fácil de afrontar el de no conseguir dar el pan a los propios hijos y de sentirse encima la responsabilidad de la vida de los demás. En este sentido, mi oración, mi cercanía, y también todo el apoyo de la Iglesia es para estas personas, para estos últimos. Pero pienso también en tantos padres, en tantas madres, en tantas familias que escapan de las guerras, que son rechazadas en los confines de Europa y no solo y que viven situaciones de dolor, de injusticia, y que nadie toma en serio o ignora deliberadamente. Quisiera decir a estos padres, a estas madres, que para mí son héroes porque encuentro en ellos el coraje de quien arriesga su propia vida por amor a sus hijos, por amor a su familia. También María y José han experimentado este exilio, esta prueba, debiendo escapar a un país extranjero a causa de la violencia y del poder de Herodes. Este sufrimiento suyo les hace cercanos precisamente a estos hermanos que hoy sufren las mismas pruebas. Que estos padres se dirijan con confianza a San José sabiendo que como padre él mismo ha experimentado la misma experiencia, la misma injusticia. y a todos ellos y a sus familias quisiera decir que no se sientan solos. El Papa se acuerda de ellos siempre y en la medida de lo posible continuará dándoles voz y no los olvidará. Fuente: Agencia católica ZENIT

Mar 11 Ene 2022

Francisco: "Conflictos en el mundo son facilitados por abundancia de armas"

Durante la audiencia anual concedida al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, el Papa Francisco denunció que “todos los conflictos se ven facilitados por la abundancia de armas disponibles y la falta de escrúpulos de quienes se encargan de difundirlas”. En este sentido, Francisco citó al Papa San Pablo VI que dijo que “no es posible amar con armas ofensivas en las manos”. “Evidentemente, todos los conflictos se ven facilitados por la abundancia de armas disponibles y la falta de escrúpulos de quienes se encargan de difundirlas. A veces nos hacemos la ilusión de que las armas sólo sirven para disuadir a posibles agresores. La historia, y por desgracia también las noticias, nos enseñan que no es así. Quien tiene armas, tarde o temprano acaba usándolas”, advirtió el Santo Padre. Ante esto, el Papa alentó a salir de la “lógica de las armas” para realizar el “ejercicio del diálogo” y añadió que “el diálogo y la fraternidad son los dos frentes esenciales para superar las crisis del momento actual”. “Toda la comunidad internacional debe interrogarse sobre la urgencia de encontrar soluciones a los interminables conflictos, que a veces adoptan la forma de verdaderas guerras subsidiarias (proxy wars)”, indicó. Luego, como es tradición, el Santo Padre recordó algunas regiones del mundo. En primer lugar, mencionó a Siria “donde todavía no hay un horizonte claro para la recuperación del país”. “Aún hoy, el pueblo sirio sigue llorando a sus muertos y la pérdida de todo, con la esperanza de un futuro mejor. Se necesitan reformas políticas y constitucionales para que el país renazca, sin embargo, es también indispensable que las sanciones aplicadas no afecten directamente a la vida cotidiana, ofreciendo un rayo de esperanza a la población, cada vez más amenazada por la pobreza”, lamentó el Papa. Después, el Pontífice continuó con diferentes países y regiones, como el conflicto en Yemen “una tragedia humana que lleva años desarrollándose en silencio, lejos de los reflectores mediáticos y ante una cierta indiferencia de la comunidad internacional, que sigue causando numerosas víctimas civiles, especialmente mujeres y niños”. Además, el Santo Padre subrayó que no se ha producido “ningún avance en el proceso de paz entre Israel y Palestina” y exclamó “me gustaría que estos dos pueblos reconstruyeran la confianza entre ellos y volvieran a hablarse directamente para poder llegar a vivir en dos estados, uno junto al otro, en paz y seguridad, sin odio ni resentimiento, pero curados por el perdón recíproco”. “Las tensiones institucionales en Libia son motivo de preocupación, así como también los episodios de violencia provocados por el terrorismo internacional en la región del Sahel y los conflictos internos en Sudán, Sudán del Sur y Etiopía, donde es necesario encontrar el camino de la reconciliación y la paz a través de un debate sincero, que ponga las exigencias de la población en primer lugar”, afirmó el Papa. Asimismo, el Santo Padre advirtió que “las desigualdades profundas, las injusticias y la corrupción endémica, así como las diversas formas de pobreza que ofenden la dignidad de las personas, también siguen alimentando los conflictos sociales en el continente americano, donde la polarización cada vez más fuerte no ayuda a resolver los problemas reales y urgentes de los ciudadanos, especialmente de los más pobres y vulnerables”. Posteriormente, el Papa recordó en Europa a Ucrania, el Cáucaso meridional, los Balcanes, sobre todo en Bosnia y Herzegovina. Por último, el Santo Padre subrayó la crisis “que afecta desde hace casi un año a Myanmar, donde las calles que antes eran lugares de encuentro son ahora escenario de enfrentamientos, que no perdonan ni siquiera los lugares de oración”. En esta línea, el Papa citó al profeta Jeremías para destacar que “Dios tiene para nosotros planes de paz y no de desgracia, de darnos un futuro y una esperanza” por lo que alentó a los diplomáticos a “no tener miedo de dar cabida a la paz en nuestras vidas, cultivando el diálogo y la fraternidad entre nosotros”. “La paz es un bien ‘contagioso’, que se propaga desde el corazón de quienes la desean y aspiran a vivirla, alcanzando al mundo entero. A cada uno de ustedes, a sus seres queridos y a sus pueblos les renuevo mi bendición y mi más sincero deseo de un año de serenidad y paz”, concluyó el Pontífice. Fuente: Agencia católica ACIPRENSA

Mar 4 Ene 2022

Francisco: "Libertad religiosa es valorar al hermano en su diferencia"

El Video del Papa comienza su séptimo año compartiendo la intención de oración que Francisco confía a toda la Iglesia Católica a través de la Red Mundial de Oración del Papa. Acaba de publicarse la edición de enero con un mensaje potente a favor de la libertad religiosa y de las personas que sufren discriminación. El Santo Padre invita a todas las personas a elegir “el camino de la fraternidad. Porque o somos hermanos, o perdemos todos”. Y para ello, es fundamental poner fin a tantas restricciones que mucha gente encuentra al querer profesar su fe. Con un llamado de atención a todos los gobiernos del mundo, el Video del Papa —que este mes recibe el apoyo de Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), una organización caritativa católica internacional y fundación pontificia cuya misión es ayudar a los fieles allí donde estén perseguidos, oprimidos o necesitados mediante la información, la oración y la acción— refuerza la idea de que en las sociedades en las que vivimos y nos desarrollamos ha de florecer el reconocimiento de los derechos y la dignidad que todos tenemos por el hecho de ser personas. Minorías religiosas y persecuciones En su primera intención de oración del 2022, Francisco abre con dos preguntas directas, incisivas y que claman respuesta: “¿Cómo puede ser que actualmente muchas minorías religiosas sufran discriminaciones? ¿Cómo permitimos que haya personas que sean perseguidas simplemente por profesar públicamente su fe?”. En efecto, según revela el “Informe de Libertad Religiosa en el Mundo” publicado por ACN en abril de 2021, la libertad religiosa se vulnera en un tercio de los países del mundo en los cuales viven cerca de 5.200 millones de personas. El mismo informe expone que más de 646 millones de cristianos viven en países donde la libertad religiosa no es respetada. Asimismo, desde 2020 se viene denunciando cómo muchas minorías étnicas y religiosas, especialmente las que son de origen musulmán, no gozan de plenos derechos de ciudadanía en los países en los que viven. La libertad religiosa como base de la paz Es un tema que merece atención, como confirma Thomas Heine-Geldern, presidente ejecutivo de ACN Internacional: “Aunque es imposible conocer la cantidad exacta, nuestra investigación indica que dos tercios de la población mundial vive en países donde se producen violaciones a la libertad religiosa de una u otra forma. ¿Sorprende? No, esta situación ha ido creciendo durante siglos a partir de las raíces de la intolerancia, pasando por la discriminación, hasta la persecución. Creemos firmemente que el derecho a ser libre de practicar o no cualquier religión es un derecho humano fundamental que está directamente relacionado con la dignidad de cada persona. Puede parecer obvio, pero incluso cuando los derechos humanos están en boca de todos, la libertad religiosa suele pasar desapercibida. Pero este derecho es el punto de partida de toda nuestra misión. ¿Cómo podríamos defender los derechos de la comunidad cristiana si no abogamos primero por el derecho universal? La religión se manipula una y otra vez para provocar guerras. En ACN nos enfrentamos a ello todos los días. Defender el derecho a la libertad religiosa es clave para exponer la realidad de estos conflictos. Las comunidades religiosas desempeñan un papel central cuando “nada funciona” política o diplomáticamente en las regiones en guerra y crisis del mundo. El mundo debe ser consciente de que las perspectivas de coexistencia pacífica serán desalentadoras si no se respeta la libertad de religión o de creencias como un derecho humano fundamental basado en la dignidad humana de cada persona”. Caminos de fraternidad: acoger las diferencias de los demás El Papa recuerda que la libertad religiosa está ligada al concepto de fraternidad. Y para comenzar a transitar los caminos de fraternidad que Francisco tanto insiste desde hace años, es imperativo no solamente respetar al otro, al prójimo, sino genuinamente valorarlo “en su diferencia y reconocer en él a un verdadero hermano”. Para el Santo Padre “como seres humanos tenemos tantas cosas en común que podemos convivir acogiendo las diferencias con la alegría de ser hermanos”. Sin conceder esta premisa, el camino hacia la paz y la convivencia común no es posible. El comentario del P. Fornos SJ El P. Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, comentó a propósito de esta intención: “Francisco nos ha dado una brújula con su encíclica Fratelli Tutti: la fraternidad humana. Pues como dijo también en su mensaje para el primer Día Internacional de la Fraternidad Humana, ‘Hoy la fraternidad es la nueva frontera de la humanidad. O somos hermanos, o nos destruimos mutuamente’. Para ello es importante reconocer lo que duele a la fraternidad, para poder sanarla y evitar que se traduzca en discriminación y persecución religiosa, como tantas veces acontece, en particular contra los cristianos. Recemos por esta intención de oración con todo nuestro corazón: ‘para que todas las personas que sufren discriminación y persecución religiosa encuentren en las sociedades en las que viven el reconocimiento de sus derechos y la dignidad que proviene de ser hermanos y hermanas’”. Fuente: Vatican News

Dom 26 Dic 2021

Papa Francisco escribe una carta a los matrimonios del mundo

El papa Francisco se dirige en una carta a los esposos y esposas del mundo con ocasión del Año Familia Amoris laetitia, en la que el pontífice se acerca a las familias para expresarles su “afecto y cercanía en este tiempo tan especial que estamos viviendo”. En las primeras líneas del texto, Francisco les dice que siempre ha tenido presente a las familias en sus oraciones, y más aún durante la pandemia, especialmente a las más vulnerables que han sido objeto de una dura prueba durante la crisis sanitaria. “El momento que estamos pasando me lleva a acercarme con humildad, cariño y acogida a cada persona, a cada matrimonio y a cada familia en las situaciones que estén experimentando” El bien de la propia familia y de la sociedad Después de destacar que este contexto particular “invita a hacer vida las palabras con las que el Señor llama a Abraham a salir de su patria y de la casa de su padre hacia una tierra desconocida que Él mismo le mostrará”, Francisco afirma que todos “hemos vivido más que nunca la incertidumbre, la soledad, la pérdida de seres queridos y nos hemos visto impulsados a salir de nuestras seguridades, de nuestros espacios de control, de nuestras propias maneras de hacer las cosas, de nuestras apetencias, para atender no sólo al bien de la propia familia, sino además al de la sociedad, que también depende de nuestros comportamientos personales”. Mientras a partir de la fe cristiana el Santo Padre les recuerda que no están solos “ya que Dios está en nosotros, con nosotros y entre nosotros: en la familia, en el barrio, en el lugar de trabajo o estudio, en la ciudad que habitamos”. Y hace un paralelismo con la vida de Abraham, puesto que también los esposos salen de su tierra tal como lo implica el mismo noviazgo que conduce al matrimonio y a las distintas situaciones de la vida. Dirigiéndose a los esposos y especialmente a los jóvenes, el Papa escribe que sus hijos “los observan con atención” y buscan en ellos “el testimonio de un amor fuerte y confiable”. “Los hijos son un regalo, siempre, cambian la historia de cada familia. Están sedientos de amor, de reconocimiento, de estima y de confianza. La paternidad y la maternidad los llaman a ser generativos para dar a sus hijos el gozo de descubrirse hijos de Dios, hijos de un Padre que ya desde el primer instante los ha amado tiernamente y los lleva de la mano cada día” Los matrimonios deben ‘primerear’ en sus comunidades Después de diversas recomendaciones inherentes al ámbito de la educación, el Papa les dice que “tienen la misión de transformar la sociedad con su presencia en el mundo del trabajo y hacer que se tengan en cuenta las necesidades de las familias”. Por otra parte, en opinión del Pontífice, “los matrimonios deben ‘primerear’ dentro de la comunidad parroquial y diocesana con sus iniciativas y su creatividad, buscando la complementariedad de los carismas y vocaciones como expresión de la comunión eclesial”. “Por tanto, los exhorto, queridos esposos, a participar en la Iglesia, especialmente en la pastoral familiar. Porque ‘la corresponsabilidad en la misión llama […] a los matrimonios y a los ministros ordenados, especialmente a los obispos, a cooperar de manera fecunda en el cuidado y la custodia de las Iglesias domésticas” Tras afirmar que “el matrimonio es realmente un proyecto de construcción de la ‘cultura del encuentro’, tal como él mismo lo ha escrito en su encíclica Fratelli tutti, Francisco dice a las familias que “tienen el desafío de tender puentes entre las generaciones para la transmisión de los valores que conforman la humanidad”. Y no duda en añadir que: "Se necesita una nueva creatividad para expresar en los desafíos actuales los valores que nos constituyen como pueblo en nuestras sociedades y en la Iglesia, Pueblo de Dios". A la vez que no olvida que “la vocación al matrimonio es una llamada a conducir un barco incierto, pero seguro por la realidad del sacramento. en un mar a veces agitado”, de manera que el Santo Padre comprende si a veces, como los apóstoles, sienten ganas de gritar: “¡Maestro! ¿No te importa que perezcamos?”. “No olvidemos que a través del sacramento del matrimonio Jesús está presente en esa barca. Él se preocupa por ustedes, permanece con ustedes en todo momento en el vaivén de la barca agitada por el mar” El Papa manifiesta la importancia de “que juntos mantengan la mirada fija en Jesús”, puesto que “sólo así encontrarán la paz, superarán los conflictos y encontrarán soluciones a muchos de sus problemas”. “Sólo abandonándose en las manos del Señor podrán vivir lo que parece imposible. El camino es reconocer la propia fragilidad y la impotencia que experimentan ante tantas situaciones que los rodean, pero al mismo tiempo tener la certeza de que de ese modo la fuerza de Cristo se manifiesta en su debilidad” A la luz de diversos pasajes bíblicos, el Papa aprovecha para reflexionar sobre algunas dificultades y oportunidades que han vivido las familias en este tiempo de pandemia, destacando una serie de oportunidades. Y les recuerda cuanto escribió en Amoris laetitia retomando el himno paulino de la caridad. De ahí su invitación a pedir el don del amor a la Sagrada Familia, releyendo “el elogio de la caridad para que sea ella la que inspire sus decisiones y acciones”. Permiso, gracias, perdón El Papa también les pide a las familias que guarden en su corazón el consejo a los novios que expresó con las tres palabras: “permiso, gracias, perdón”. Y los anima a no avergonzarse “de arrodillarse juntos ante Jesús en la Eucaristía para encontrar momentos de paz y una mirada mutua hecha de ternura y bondad. O de tomar la mano del otro, cuando esté un poco enojado, para arrancarle una sonrisa cómplice”. Sin olvidar que “para algunos matrimonios la convivencia a la que se han visto forzados durante la cuarentena ha sido especialmente difícil”, el Papa manifiesta que “los problemas que ya existían se agravaron, generando conflictos que muchas veces se han vuelto casi insoportables”, por lo que les expresa su cercanía y afecto comprensivo. También aborda el dolor de la ruptura de una relación conyugal y la falta de entendimiento. Aun así, Francisco les pide que “no dejen de buscar ayuda para que los conflictos puedan superarse”. Por esta razón les recuerda que “el perdón sana toda herida” y que “perdonarse mutuamente es el resultado de una decisión interior que madura en la oración”. “Nuestro amor humano es débil, necesita de la fuerza del amor fiel de Jesús. Con Él pueden de veras construir la ‘casa sobre la roca’” A este propósito, el pontífice se dirige a los jóvenes que se preparan al matrimonio, para decirles que “si antes de la pandemia para los novios era difícil proyectar un futuro cuando era arduo encontrar un trabajo estable, ahora aumenta aún más la situación de incerteza laboral”. Por esta razón escribe: “Invito a los novios a no desanimarse, a tener la ‘valentía creativa’ que tuvo san José, cuya memoria he querido honrar en este Año dedicado a él. Así también ustedes, cuando se trate de afrontar el camino del matrimonio, aun teniendo pocos medios, confíen siempre en la Providencia, ya que ‘a veces las dificultades son precisamente las que sacan a relucir recursos en cada uno de nosotros que ni siquiera pensábamos tener’” Un saludo especial a los abuelos y a las abuelas Antes de despedirse, Francisco envía un saludo especial a los abuelos y a las abuelas “que durante el tiempo de aislamiento se vieron privados de ver y estar con sus nietos, a las personas mayores que sufrieron de manera aún más radical la soledad”. Y no duda en reafirmar un concepto ya expresado en diversas ocasiones: “La familia no puede prescindir de los abuelos, ellos son la memoria viviente de la humanidad, ‘esta memoria puede ayudar a construir un mundo más humano, más acogedor’” Con el deseo de que “San José inspire en todas las familias la valentía creativa, tan necesaria en este cambio de época que estamos viviendo”, y que “Nuestra Señora acompañe en sus matrimonios la gestación de la ‘cultura del encuentro’, tan urgente para superar las adversidades y oposiciones que oscurecen nuestro tiempo”, Francisco les dice que: “Los numerosos desafíos no pueden robar el gozo de quienes saben que están caminando con el Señor. Vivan intensamente su vocación. No dejen que un semblante triste transforme sus rostros”. El Papa se despide “con cariño animándolos a seguir viviendo la misión que Jesús” les ha encomendado, :perseverando en la oración” y pidiéndoles que “por favor, no se olviden de rezar” por él, tal como él mismo lo hace “todos los días” por los esposos y sus familias. Fuente: Agencia católica AICA Foto: Internet Descargar carta del Papa a los matrimonios [icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon]

Sáb 25 Dic 2021

El Papa: En esta Navidad pidamos a Jesús la gracia de la pequeñez

En la Misa de Nochebuena, el Santo Padre habló de la pequeñez como el camino elegido por Dios para llegar a nosotros. Y así nosotros debemos acoger y abrazar a Jesús en los pequeños, pobres y últimos. Un llamado también a una dignidad del trabajo que no haga esclavos ni provoque muertes, un llamado a una Iglesia unida, en camino y sinodal. “Dios no cabalga en la grandeza, sino que desciende en la pequeñez”. Esta frase del Papa Francisco en su homilía de la Misa de Nochebuena, celebrada este viernes, 24 de diciembre, en la Basílica de San Pedro, está en el corazón de su mensaje para esta Navidad: pedir a Jesús la gracia de la pequeñez y honrarlo con la acogida y el abrazo a los más pobres y últimos. Una reflexión la del Santo Padre que, partiendo del anuncio del nacimiento del Mesías, “un niño en la dura pobreza de un pesebre”, pone de relieve el contraste entre la grandeza del emperador César Augusto y el Salvador que nace “donde no hay nada grande”, en pañales y rodeado de pastores: “Allí está Dios, en la pequeñez” – dijo el Papa. “La pequeñez es el camino que eligió para llegar a nosotros, para tocarnos el corazón, para salvarnos y reconducirnos hacia lo que es realmente importante”. Y esta es la primera invitación del Pontífice, la de contemplar ante el pesebre, “más allá de las luces y los adornos”, al Niño Dios, a “Aquel que abraza al universo” pero necesita ser cargado, mimado, arropado. "El Amor infinito tiene un corazón minúsculo, que emite ligeros latidos. La Palabra eterna es infante, es decir, incapaz de hablar. El Pan de vida debe ser alimentado. El Creador del mundo no tiene hogar”. Jesús nació para servir El desafío, subrayó el Papa, es saber acoger a ese Dios que viene al mundo pequeño y cuya grandeza se ofrece en la pequeñez. “Dios se revela, pero los hombres no lo entienden”, afirmó el Pontífice, porque “seguimos buscando la grandeza según el mundo” y mientras “Dios se abaja, nosotros queremos subir al pedestal”, mientras pide “humildad, nosotros pretendemos brillar”. Mientras “nosotros pasamos los años persiguiendo el éxito, Dios no busca fuerza y poder, pide ternura y pequeñez interior”, aseguró el Papa, porque “Jesús nació para servir". “Esto es lo que podemos pedir a Jesús para Navidad: la gracia de la pequeñez". “Señor, enséñanos a amar la pequeñez. Ayúdanos a comprender que es el camino para la verdadera grandeza” “Me hice pequeño por ti” El Santo Padre explicó que acoger la pequeñez es creer que Dios quiere estar en las pequeñas cosas de nuestra vida, habitar las realidades cotidianas, en la casa, la familia, la escuela, el trabajo: “Quiere realizar, en nuestra vida ordinaria, cosas extraordinarias”, afirmó Francisco. Pero además quiere llegar hasta nuestra propia pequeñez, allí donde somos débiles, frágiles, incapaces o fracasados. “Hermana, hermano, si como en Belén, la oscuridad de la noche te rodea, si adviertes a tu alrededor una fría indiferencia, si las heridas que llevas dentro te gritan: Cuentas poco, no vales nada, nunca serás amado como anhelas”, esta noche Dios responde. Esta noche te dice: “Te amo tal como eres. Tu pequeñez no me asusta, tus fragilidades no me inquietan. Me hice pequeño por ti. Para ser tu Dios me convertí en tu hermano”. Jesús cerca de los olvidados de las periferias Acoger la pequeñez en nuestras vidas significa también, como dijo el Pontífice, “abrazar a Jesús en los pequeños de hoy; es decir, amarlo en los últimos, servirlo en los pobres”, no herir a Dios despreciando a los pobres con la indiferencia: “Cuidemos a Jesús ahora, acariciándolo en los necesitados”. Además, Jesús no solo se identificó con los más pobres y humildes, sino que nació rodeado de ellos, pastores entregados a su trabajo y a su grey. “Jesús nace allí, cerca de ellos, cerca de los olvidados de las periferias”, dijo el Papa al aclarar que Jesús “viene a ennoblecer a los excluidos y se revela sobre todo a ellos; no a personajes cultos e importantes, sino a gente pobre que trabaja”. Un llamado entonces a dar dignidad al trabajo del hombre. “Esta noche, Dios viene a colmar de dignidad la dureza del trabajo. Nos recuerda qué importante es dar dignidad al hombre con el trabajo, pero también dar dignidad al trabajo del hombre, porque el hombre es señor y no esclavo del trabajo. En el día de la Vida repitamos: ¡No más muertes en el trabajo! Y esforcémonos por lograrlo” Iglesia sinodal, en camino, vayamos a Belén Por último, en su homilía, el Santo Padre hizo notar que cuando contemplamos a Jesús “todo vuelve a la unidad”, pues en Belén los ricos, los pobres, los pastores, eruditos y magos estaban unidos, porque “todo se recompone cuando en el centro está Jesús”, y eso es lo esencial, volver a Belén, a los orígenes, “a lo esencial de la fe, al primer amor, a la adoración y a la caridad”. “Contemplemos a los magos que peregrinan y como Iglesia sinodal, en camino, vayamos a Belén, donde Dios está en el hombre y el hombre en Dios; donde el Señor está al centro y es adorado; donde los últimos ocupan el lugar más cercano a Él; donde los pastores y los magos están juntos en una fraternidad más fuerte que cualquier clasificación. Que Dios nos conceda ser una Iglesia adoradora, pobre y fraterna. Esto es lo esencial. Volvamos a Belén”. Fuente: Vatican News Fotos: Internet

Mié 22 Dic 2021

El Vaticano reitera importancia de las vacunas y pide mayor distribución

En un comunicado emitido este 22 de diciembre, la Santa Sede reafirma su "posición favorable" ante las vacunas e insiste en la necesidad de que la comunidad internacional intensifique los esfuerzos para que todos tengan acceso a ellas. En el mensaje se recuerda que el papa "definió la vacunación como un acto de amor, ya que tiene como objetivo proteger a las personas contra el covid-19". Este pronunciamiento se da a propósito de la publicación de dos documentos elaborados por la Pontificia Academia de la Vida y la Comisión Vaticano Covid-19, sobre los problemas y patologías provocadas por la pandemia en niños y adolescentes, así como un llamamiento a una vacunación de los países más pobres. En estas publicaciones se advierte de los problemas que suponen cerrar los colegios y piden que "en el futuro debe considerarse sólo el último recurso" y que se haga "sólo después de experimentar con otras medidas de control de la epidemia como una disposición diferente de los locales, los medios de transporte y organización de toda la vida escolar y sus horarios". Pues, aseguran, que la educación a distancia ha supuesto "el empobrecimiento del aprendizaje intelectual y la privación de las relaciones formativas (...) El cierre de las escuelas también ha interrumpido las relaciones sociales o las ha mutilado gravemente", subraya el texto.