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La iglesia en Colombia

Mié 3 Mayo 2023

“Jesucristo nos reconcilia y nos puede dar la paz”: Mons. Rubén Darío Jaramillo

En el contexto del Día Nacional por la Reconciliación que promueve la Iglesia Católica colombiana hoy miércoles 3 de mayo, desde el pacífico colombiano, monseñor Rubén Darío Jaramillo Montoya, obispo de la Diócesis de Buenaventura, extiende una invitación especial a todos los colombianos para que se sumen a esta jornada a través de la oración, la reflexión y la acción asumiendo un compromiso personal en torno a la tarea de la reconciliación y la paz que necesita Colombia y que anhelan, de manera especial, tantas personas que en diferentes territorios del país, continúan sufriendo hoy por causa del conflicto armado y la violencia. En el mensaje, monseñor Jaramillo, quien, a manera de “laboratorio de paz”, como él mismo lo ha referido, desde hace varios meses viene animando de manera activa importantes procesos de reconciliación entre miembros de bandas delincuenciales que históricamente han operado en el considerado puerto de comercio exterior más importante del país, nos recuerda también la urgencia de construir un país más justo y equitativo, y agrega: “Todos somos importantes en la reconstrucción, todos somos muy importantes para darle esperanza al pueblo”. Esta jornada, instituida por los obispos colombianos, en la que se celebra la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, busca, especialmente, hacer eco al Gran Encuentro de Oración por la Reconciliación Nacional llevado a cabo en Villavicencio durante la visita apostólica del Papa Francisco a Colombia en septiembre de 2017. Conozca el mensaje de monseñor Rubén Darío Jaramillo: Lea también: Tres signos concretos para vivir la jornada por la reconciliación 2023 Iglesia colombiana invita a orar este 3 de mayo por la reconciliación del país

Mar 25 Abr 2023

Soacha recibió al cardenal Michael Czerny

Entre el 20 y el 24 de abril, Colombia recibió la visita de uno de los líderes de equipo de la Curia Romana al servicio de la misión del Papa Francisco en calidad de pastor de la Iglesia Universal. Se trata del cardenal jesuita Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, quien el pasado jueves 20 se acercó a la Diócesis de Soacha para conocer, en compañía del obispo de esta jurisdicción, monseñor Juan Carlos Barreto, algunas de las principales problemáticas humanitarias, sociales, medioambientales y económicas que afectan gravemente a las comunidades de este territorio. La primera parte de la actividad se dio con un recorrido que inició en la curia de la diócesis, pasó por un tramo del rio Bogotá y llegó hasta el Salto del Tequendama. Con este paso, se buscaba poner en contexto al cardenal, muy interesado en los temas asociados al cuidado de la casa común, al respecto de la grave situación de contaminación que padecen fuentes hídricas tan importantes para el país, como esta. Una oportunidad de encuentro y escucha en Altos de Cazucá El principal interés del cardenal Czerny durante esta visita fue escuchar a quienes viven y acompañan estas realidades de manera directa. Por ello, posteriormente, guiado por el equipo de la diócesis, del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) y de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), el cardenal Czerny se desplazó hasta un sector ubicado en la comuna 4 del municipio de Soacha, conocido como Altos de Cazucá. Allí, el purpurado estuvo presente en un espacio de encuentro con varios líderes sociales, religiosas y sacerdotes, así como con representantes de la Defensoría del Pueblo, quienes, con su testimonio, le dieron a conocer de manera concreta problemáticas asociadas a temas como: pobreza extrema, presencia de actores armados ilegales, microtráfico, minería de arrastre, ilegal, desplazamiento, migración, problemas medioambientales, ausencia o deficiencia en la atención de necesidades básicas y derechos, así como explotación laboral y sexual de su población. La presencia del Prefecto del organismo de la Santa Sede encargado del Desarrollo Humano Integral en esta zona, ha sido una oportunidad para evidenciar los sufrimientos que padecen estas comunidades, pero también y más allá de la estigmatización, los procesos de resiliencia que valientemente viven muchos de ellos, apoyados por diversos actores ahí presentes, como los eclesiales. Esto, desde la necesidad sobre la que tanto ha insistido el Papa Francisco de hacer una Iglesia cada vez más samaritana, misericordiosa y con presencia en las periferias. Esta visita se dio en el contexto de la participación del cardenal Czerny en el tercer Congreso Latinoamericano de Doctrina Social de la Iglesia organizado por el Celam. Evento en el que, durante una ponencia, el purpurado se refirió a la importancia de Aparecida para toda la Iglesia, al rostro que va tomando la sinodalidad promovida por el Santo Padre, así como a los retos y nuevos impulsos que van surgiendo para que este camino se haga realidad. Los dolores de Soacha son el reflejo de los dolores de Colombia El municipio de Soacha es el más poblado de Cundinamarca y el sexto más grande de Colombia. De acuerdo con el censo oficial del 2022, habitan allí cerca de 808.300 personas. En cuanto a Altos de Cazucá, es una de las zonas de la localidad que padece mayores condiciones de precariedad social. Allí, la infraestructura educativa es tan deficiente, como la atención en salud. Tanto el territorio, como las personas, se ven obligados a convivir diariamente con los efectos del deterioro ambiental producido por prácticas como la ganadería y la minería. Más allá de los registros oficiales, se cree que en este sector hay presencia de cerca 300 mil migrantes, principalmente provenientes de Venezuela. Al tiempo, es un territorio que recibe continuamente población desplazada de otras regiones del país que llegan allí, generalmente, porque encuentran una opción de mayor alcance económico para vivir. La mayor parte de los empleos a los que acceden sus habitantes son de carácter informal, por lo que no cuentan con suficientes garantías y, en muchas oportunidades, se ven sometidos a condiciones de explotación. Según se ha indicado en este espacio, Altos de Cazucá es una zona urbana con ciertas condiciones de asilamiento en términos de vías, acceso a servicios básicos y seguridad, pero al tiempo, de fácil penetración para grupos delincuenciales o estructuras armadas que permean pequeñas estructuras de las comunidades. Según se conoce, allí hay presencia de miembros de ELN y el Clan del Golfo, lo que también representa un grave riesgo en términos de reclutamiento de niños, niñas y adolescentes. Ante estas y otras realidades, la Diócesis de Soacha, conformada por los municipios de Soacha y Sibaté; por la localidad de Bosa y por las UPZ 65 Arborizadora y 69 Ismael Perdomo de Ciudad Bolívar en Bogotá, adelanta una importante tarea evangelizadora con fuerte enfoque social. “Lo que sucede en Soacha es un reflejo que, casi a manera de espejo, evidencia las difíciles situaciones de vida de la mayoría de los colombianos” ha dicho durante este encuentro en Altos de Cazucá monseñor Juan Carlos Barreto, quien es también el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social de CEC y que, por su misión durante nueve años como obispo de la Diócesis de Quibdó, pudo conocer de cerca muchas de estas realidades que tanto le duelen a la Iglesia. “Yo palpo a Dios aquí todos los días”, afirmó durante el encuentro la hermana Beatriz Charria Angulo, dominica de la presentación, quien está presente en Cazucá desde hace 23 años. Aunque el enfoque del acompañamiento que brinda junto a sus hermanas de comunidad y gracias al apoyo del Banco de Alimentos de la Arquidiócesis de Bogotá, está basado en ayudar a aliviar la difícil situación alimentaria que padecen muchas personas de la zona, su misión, según ha dicho, consiste en promover integralmente a la persona, no desde el asistencialismo sino desde el empoderamiento, donde buscan también que la mujer tenga un rol protagónico. Así como la hermana Beatriz, junto a los sacerdotes y agentes de pastoral de las siete parroquias por las que está compuesto el arciprestazgo número 5 de la Diócesis de Soacha, son varias las comunidades religiosas que hacen presencia en este sector, entre ellas, las hermanas de San Juan Evangelista y las religiosas de la Congregación de las Hermanas del Niño Jesús Pobre - Clara Fey. Todos los consagrados y laicos comprometidos con esta misión en Altos de Cazucá apoyan también tareas concretas con niños, jóvenes y adultos desde niveles como: la educación, la promoción de la dignidad humana, el acompañamiento espiritual y psicosocial. Los mensajes del Cardenal para el país Según lo ha indicado monseñor Juan Carlos Barreto, la presencia sencilla del cardenal Michael Czerny los ha llenado de profunda alegría y esperanza. Su mensaje ha estado basado en la hermandad universal, la paz, la reconciliación y el cuidado de la casa común que se inspira en el Evangelio de Jesús y en el magisterio del Papa Francisco a partir de encíclicas como Laudato si’ y Fratelli tutti, y también su Exhortación apostólica Evangelii gaudium, entre otros llamados del Santo Padre que han sido inspiración directa para el trabajo de la Iglesia colombiana ante estas complejas realidades.En este sentido,el prefecto ha invitado a todos dentro y fuera de la Iglesia a tener cada vez más una actitud de escucha: "Ya todos sabemos pero si escuchamos, aprendemos más", ha puntualizado. Al cierre de su visita en Colombia, el lunes 24 de abril, el cardenal Czerny estuvo en la sede de la Conferencia Episcopal de Colombia en Bogotá, donde durante una reunión con los directivos del Secretariado Permanente del Episcopado pudo conocer, de manera especial, el trabajo que desde áreas como el Secretariado Nacional de Pastoral Social (SNPS), la Comisión de Conciliación Nacional (CCN) y la Delegación para las Relaciones Iglesia – Estado, adelantan actualmente en favor de la reconciliación y la paz del país, temas propios de su misión. _______ Conozca más detalles de esta importante visita en el siguiente informe audiovisual:

Jue 13 Abr 2023

Iglesia articula esfuerzos por la dignidad humana en un tradicional sector de la capital

Surgido en uno de los sectores de mayor vulnerabilidad de la capital colombiana, el centro de Bogotá, este Distrito, impulsado y acompañado por la Iglesia católica, en un trabajo articulado entre la Arquidiócesis y distintas comunidades religiosas, continúa extendiéndose en atención a niños, jóvenes, adultos y personas de la tercera edad, que afrontan realidades sociales complejas. El Distrito de la Misericordia se activa en un espacio físico que, como lo describe el padre Jorge Eliécer Arias Toro, animador de la Coordinación Arquidiocesana del Cuidado de la Dignidad Humana y director de la Fundación Domus Colombia, está marcado por la necesidad. “La zona presenta muchas problemáticas de toda índole. Hay pobreza moral, pobreza física; hay muchos ancianos en abandono; consumo de sustancias, por consiguiente, mucho habitante de calle; desplazados; migrantes; niños y jóvenes desescolarizados”, agrega el sacerdote. Ante esta realidad, el naciente Distrito, que tiene como eje central de funcionamiento el tradicional barrio Las Cruces, construido a finales del siglo XIX y principios del XX, en la zona suroriental del centro de Bogotá, brinda acogida; ayuda física (material) en atención a las necesidades básicas; orientación espiritual; procesos terapéuticos; apoyo al restablecimiento de derechos; formación académica y humano - cristiana. ¿Cómo funciona el Distrito de la Misericordia? Dentro de las comunidades religiosas que lideran la obra se encuentra la Congregación Siervas de Cristo Sacerdote, que brinda atención a adultos mayores y a niños, niñas y adolescentes, a través de tres centros de atención, ubicados en casas interconectadas, alrededor de una de las manzanas del sector. - Centro de Pastoral y Desarrollo Emaús: brinda atención a adultos mayores y a habitantes de calle, con desayuno diario; apoya cerca de 80 niños, niñas y adolescentes con nivelación escolar, integración al sistema educativo, desayuno y almuerzo; y a madres cabeza de familia, proporcionando acompañamiento y orientación. - Hogar Sagrada Familia: es una institución de protección a niñas con derechos vulnerados entre los 7 y 21 años. Un equipo interdisciplinario de 35 profesionales atiende y orienta a las 95 niñas, que viven en este hogar. - Hogar Clarita Santos: atención a menores con disca­pacidad cognitiva, múltiple y sensorial. El programa atiende 49 menores en esta condición, desde las 6 de la mañana, hora en la que los recoge la ruta, hasta las 4 de la tarde. Se les proporciona refrigerio, con el aporte nutricional requerido; se realizan actividades físicas, terapéuticas (a nivel sensorial – motor). También, se orienta a los padres en aspectos de corresponsabilidad en el cuidado a estos menores. A unos metros del complejo solidario acompañado por la congregación Siervas de Cristo Sacerdote, se ubica la Casa de la Esperanza ‘Hermano Ettore’, que acoge a mujeres familiares de personas internadas en los hospitales de la zona o que requieren algún trata­miento médico y no cuentan con hospedaje. Esta obra es acompañada por las Hermanas Pequeñas Apóstoles de la Redención. También, se encuentra el Centro Pastoral para el Cuidado de la Tercera Edad ‘Hermano Ettore’, en el que se brinda vivienda permanente (modalidad interna) a 15 abuelas en situación vulnerable o en abandono. Este centro pastoral, además, brinda 100 almuerzos a habitantes de calle, cada sábado; y 200 desayunos a personas vulnerables, los domingos. Estas dos obras son lideradas por la Coordinación del Cuidado de la Dignidad Humana de la Arquidiócesis de Bogotá. En la zona, como pilar de evangelización y acompañamiento pastoral, se ubica la parroquia Nuestra Señora del Carmen - Las Cruces, erigida en 1902, por el entonces arzobispo de Bogotá, monseñor Bernardo Herrera Restrepo. Su actual párroco es el sacerdote Fabio de Jesús Sepúlveda. Paralelo al anuncio del Evangelio, de la mano del presbítero y con el apoyo de animadores de la evangelización y de personas de buena voluntad, se busca la promoción de la dignidad humana, atendiendo necesidades palpables en el sector. Actualmente, 150 familias reciben un mercado mensual. También, cuentan con un ropero, en donde la comunidad puede adquirir, a bajo costo, ropa de segundo uso, en buen estado, que ha sido donada. Unas cuadras hacia el nororiente, el Distrito de la Misericordia es acompañado por los Misioneros Montfortianos, específicamente por el padre Oswaldo Jaramillo Osorio, S.M.M., párroco en Nuestra Señora de Belén. Esta parroquia, que hace parte de la Vicaría Episcopal Territorial Espíritu Santo y atiende los barrios Lourdes, Guavio, Mirador y Nueva Santa Fe, lidera varios programas sociales, que benefician a la población más necesitada del sector. Se cuenta con un comedor para personas de la tercera edad y para habitante de calle, que funciona desde hace más de 20 años, los sábados; allí se sirven más de 200 almuerzos y se realizan jornadas de recreación y salud. “Ellos llegan los sábados a las 10 de la mañana, toman un refrigerio mientras esperan el almuerzo. En este tiempo son acompañados por un grupo de laicos, que dirigen dinámicas, actividades recreativas o atención en programas de aseo personal”, explica el padre Oswaldo. Otras acciones adelantadas en el sector son: el programa ‘Chocoabuelitos’, que beneficia a alrededor de 60 ancianos y habitantes de calle, los miércoles en la tarde. Con los jóvenes del sector, el año anterior, se retomó el proyecto de la banda marcial, que en su primera fase funcionó entre 1994 y 2011. “Estamos retomando este proyecto porque nos dimos cuenta que muchos de los muchachos que formaron parte de la banda marcial ahora son muy buenos profesionales. La banda les enseña disciplina, cumplimiento y responsabilidad”. Se cuenta con la participación de 25 jóvenes que son formados por un profesor gracias a un convenio con el Instituto Distrital de las Artes (IDARTES)”, explica el padre Oswaldo, al tiempo que manifiesta inquietud ante las posibilidades de mantener esta iniciativa, por las dificultades de sostenimiento que presenta el programa. La apuesta de misericordia sigue creciendo En la localidad de Santa Fe, el Distrito de la Misericordia también tiene eco a partir del trabajo adelantado por la Congregación de Jesús y María - Padres Eudistas -, en alianza con distintas comunidades religiosas. En la Casa ‘El Refugio’, en alianza con la Red Tamar, y programas de la administración municipal, se atiende a mujeres en situación de calle, personas vulnerables, personas con Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, y población de distinta edad en situación de pobreza. Los lunes funciona el ‘Proyecto Aurora’, para 70 mujeres migrantes, en ejercicio de prostitución. Los martes se desarrollan actividades con la Red Tamar, con las Hermanas del Buen Pastor; Hermanas Adoratrices, Hermanas Oblatas, entre otras comunidades religiosas. En este grupo se acompaña con procesos psicólogicos, médicos, y en temas de emprendimiento. Los miércoles, con las Hermanas del Buen Pastor, se brinda acompañamiento espiritual y psicológico. Además, se hace entrega de mercados y de artículos de aseo, con el apoyo del Banco de Alimentos. Red arquidiocesana para el cuidado de la dignidad humana Participan instituciones y organizaciones lideradas por comunidades religiosas y laicos comprometidos. Se fundamenta en un humanismo que tiene como centro la misericordia. Su frente de servicio es la atención y acompañamiento a personas y familias afectadas por el flagelo de las adicciones. Esta red por la dignidad humana surge en 2017, con un proceso adelantado con las hermanas de las Sagrada Familia de Urgel, quienes tienen experiencia en el acompañamiento a personas en consumo problemático y en prevención de las adicciones; y con la organización internacional de fieles ‘Fazenda de la Esperanza’, que posee varios lugares dispuestos para la rehabilitación de las personas en adicciones. Esta alianza inicial sentó los primeros pasos para la construcción del Centro Pastoral de la Dignidad Humana en adicciones - San Gabriel. Fuente: Oficina de Comunicaciones Arquidiócesis de Bogotá ________ Para conocer más detalles, reproduzca el video:

Vie 31 Mar 2023

Iglesia en Tumaco: 20 años convocando el viacrucis por la vida y por la paz

“Cuando en familia y comunidad nos escuchamos, el amor de Dios celebramos". Este fue el lema bajo el cual, una vez más, la Diócesis de Tumaco, a través de su Pastoral Social, convocó el emblemático ‘Viacrusis por la vida y por la paz’ que desde hace 20 años se ha venido liderando en esta jurisdicción, pero que nació en el deseo de la misma comunidad a raíz de la violencia que ha golpeado de manera directa su territorio. A la movilización que se desarrolló el pasado 26 de marzo, asistieron cientos de fieles de diferentes edades, quienes, junto a monseñor Orlando Olave Villanoba, obispo de esta diócesis, así como a varios sacerdotes y religiosas, oraron y alzaron su voz rechazando estas situaciones que los afectan profundamente. En esta oportunidad, el viacrusis recorrió diversos barrios de la Comuna 5 del municipio de Tumaco con un llamado a la búsqueda de la paz, dirigido no solo a actores ilegales, sino también a miembros de las comunidades que habitan este territorio del pacífico nariñense. De acuerdo con monseñor Olave, realizar esta actividad en víspera de Semana Santa se presenta como una importante oportunidad para pedir a quienes acuden a la violencia “que cambien su corazón, que busquen siempre reconciliarse, para que entendamos juntos que el camino es la paz”. En el espacio el prelado también ha hecho un llamado a las familias, para que se vivan en ellas espacios de reconciliación y de perdón. Por su parte, Daniel Marines, uno de los jóvenes que participó activamente en el viacrusis, ha valorado esta actividad centrada en los Misterios dolorosos de Cristo a través de las 14 estaciones y ha dicho que “así como Jesucristo cargó la cruz, así como él murió y sufrió por todos nosotros, así deberíamos enseñarle a la comunidad que se ponga siempre por adelante con la paz, la justicia y la vida” amando a los demás y respetándolos en medio de sus diferencias.

Mar 28 Mar 2023

Iglesia en Apartadó ya tiene Administrador Diocesano

Este martes 28 de marzo el Colegio de Consultores de la Diócesis de Apartadó eligió al padre Leonidas de Jesús Moreno Gallego como Administrador Diocesano de esta jurisdicción eclesiástica. El presbítero se venía desempeñando desde el año 1988 como Director de la Pastoral Social. Esta elección se da luego que monseñor Hugo Alberto Torres Marín, anterior obispo, asumiera el pasado 23 de marzo como nuevo Arzobispo Metropolitano de Santa Fe de Antioquia. El padre Moreno desempeñará este liderazgo encomendado por sus hermanos sacerdotes (a tenor del canon 421&1 del Código de Derecho Canónico) hasta que el Papa Francisco nombre nuevo obispo titular para la Diócesis de Apartadó. A través de un mensaje enviado a las comunidades en la mañana de hoy, el presbítero ha agradecido al organismo colegiado por haberle confiando esta misión; ha sido claro en que se trata de una responsabilidad conjunta y ha pedido que oren por él. Al tiempo, dijo que mantendrá el ritmo del importante legado pastoral que han dejado allí los señores obispos; que ha hecho que esa Iglesia particular vaya madurando, creciendo y consolidándose en su plan de pastoral. Sobre monseñor Hugo, puntualizó que en sus casi 9 años como pastor de esa diócesis"deja un testimonio muy importante; ha sido generoso en su entrega, espíritu misionero, obispo de las periferias, entregado realmente al encuentro, a la escucha, con una enorme paciencia y con una dedicación muy ejemplar". Recordó que el prelado sigue cerca, en Santa Fe de Antioquia, y que, por ende, seguirá acudiendo a él como un importante consejero. El sacerdote antioqueño ha estado en la región del Urabá desde el 20 de enero de 1981. Desde entonces, su misión pastoral ha tenido como enfoque central el trabajo por la reconciliación y la paz territorial. Desde su fundación en el año 2010, CORDUPAZ (Corporación Desarrollo y Paz Córdoba y Urabá), entidad sin ánimo de lucro y cuya proyección abarca todo el Urabá – Darién, así como los territorios del departamento de Córdoba, que son jurisdicciones de las diócesis de Montería y Montelíbano, ha estado bajo su dirección. El presbítero ha trabajado en el territorio desde antes de la creación de la Diócesis de Apartadó, por ello, tiene toda la historia pastoral de esta Iglesia particular en su memoria. BIOGRAFÍA El presbítero Leonidas de Jesús Moreno Gallego nació el 26 de mayo de 1951 en la vereda La Casiana del municipio de Jardín (Antioquia); es el décimo hijo del matrimonio de Miguel Ángel Moreno Vargas y Raquel Alicia Gallego Díaz. Su hogar está conformado por 13 hermanos, 4 de ellos mujeres y 9 hombres. De esta familia Dios escogió 2 sacerdotes, el padre Leonidas y el padre Bernardino Moreno Gallego quien falleció en un lamentable accidente fluvial el 16 de julio de 1997. Estudió la primaria en la Escuela de Varones de Jardín, Moisés Rojas de su localidad de origen. Realizó de séptimo a noveno grado de bachillerato en el Seminario de El Carmen de Atrato, y décimo y undécimo, en el Seminario Conciliar de Jericó. En cuanto a sus estudios mayores, cursó filosofía en el Seminario Conciliar de Bogotá, viviendo en el Intermisional de Bogotá. La preparación en teología la realizó en el Seminario Cristo Sacerdote de La Ceja (Antioquia) y, posteriormente, se formó en teología fundamental en La Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. El padre Leonidas Moreno fue ordenado sacerdote el 8 de diciembre de 1980 en Jardín (Antioquia), por monseñor Pedro Grau Arola, en aquel entonces, obispo del vicariato Apostólico de Quibdó. Entre sus cargos desempeñados en esa región, se destacan: 1. Fundador y párroco de la Parroquia de Gilgal, para ese momento, de la Diócesis de Quibdó, ahora ubicada en la jurisdicción de la Diócesis de Apartadó. 2. Miembro fundador del Consejo Presbiteral de la Diócesis de Apartadó, decreto n° 3 del 2 de septiembre de 1988 de monseñor Isaías Duarte Cancino. 3. Director del Secretariado Diocesano de Pastoral Social mediante decreto n° 10 del 23 de septiembre de 1988 de monseñor Isaías Duarte Cancino. 4. Párroco y fundador de la Parroquia San José Obrero de Apartadó, por decreto n° 38 del 12 de septiembre de 1990 de monseñor Isaías Duarte Cancino. 5. Párroco de del templo del Divino Ecce Homo de Turbo, decreto n° 151 del 12 de septiembre de 1994, de monseñor Isaías Duarte Cancino. 6. Director de Pastoral Social, decreto n° 194, del 17 de julio de 1996, de monseñor Tulio Duque Gutiérrez, Administrador Apostólico de la Diócesis de Apartadó. 7. Vicario del Secretariado Diocesano de Pastoral Social, decreto n° 198, del 15 de agosto de 1997, de monseñor Tulio Duque Gutiérrez, obispo de Apartadó. 8. Fundador y párroco de la Catedral Nuestra Señora del Carmen en el año 1998, actualmente Catedral Santa María de la Antigua del Darién. 9. Vicario General de la Diócesis de Apartadó, decreto n° 002 del 31 de octubre de 2007, de monseñor Luis Adriano Piedrahita Sandoval, obispo de Apartadó. 10. Miembro del Consejo Económico de la Diócesis de Apartadó, decreto n° 004 del 6 de noviembre de 2007. 11. Vicario Parroquial de San José Obrero de Apartadó, decreto n° 022 del 6 de mayo de 2008. 12. Miembro del Colegio de Consultores de la Diócesis de Apartadó, decreto n° 029 del 26 de junio de 2008, de monseñor Luis Adriano Piedrahita Sandoval. 13. Miembro del Equipo de Pastoral Sacerdotal, decreto n° 033 del 15 de julio de 2000, de monseñor Luis Adriano Piedrahita Sandoval. 14. Vicario Episcopal y Vicario General de la Diócesis de Apartadó, decreto n° 0223 del 16 de agosto de 2014, de monseñor Luis Adriano Piedrahita Sandoval, administrador Apostólico de la Diócesis de Apartadó. 15. Confirmado como Vicario General de la Diócesis de Apartadó, decreto n° 001 del 20 de octubre de 2014, de monseñor Hugo Alberto Torres Marín, en aquel momento Administrador Apostólico de la Diócesis de Apartadó. 16. Párroco y fundador del templo San Juan Pablo II de Apartadó, decreto 23/17 del 22 de diciembre de 2017, de monseñor Hugo Alberto Torres Marín, obispo de Apartadó. 17. Desde, su fundación, CORDUPAZ (Corporación Desarrollo y Paz Córdoba y Urabá), 19 de febrero de 2010, ha estado bajo la dirección del padre Leonidas Moreno Gallego, una entidad sin ánimo de lucro y cuya proyección abarca todo el Urabá – Darién, más los territorios del departamento de Córdoba, que son jurisdicciones de las diócesis de Montería y Montelíbano. Consulte el comunicado oficial del nombramiento AQUÍ

Vie 17 Mar 2023

Iglesia en Pasto da inicio a su Sínodo Pastoral Diocesano

Con una eucaristía presidida por monseñor Juan Carlos Cárdenas Toro, obispo de Pasto, el pasado 16 de marzo se llevó a cabo en la capital del departamento de Nariño la apertura del Sínodo Pastoral Diocesano 2023-2024. A la celebración asistieron los miembros del clero, representantes de comunidades religiosas y laicos, provenientes de varios municipios de esta jurisdicción eclesiástica. En su homilía, monseñor Juan Carlos, destacó la importancia y necesidad de la participación activa de todos en este proceso, para fortalecer la vida espiritual y pastoral de la comunidad, para trabajar juntos en la construcción del Reino de Dios, desde una iglesia samaritana, siempre disponible para el servicio. Al finalizar la Santa Misa se realizó la bendición de la cruz misionera del Sínodo Pastoral Diocesano y la entrega de este signo a cada una de las comunidades parroquiales que el próximo domingo 19 de marzo realizarán la apertura del Sínodo como inicio al tiempo de la escucha, en el cual se espera una activa participación de todos los fieles laicos. La cruz, que incluye el logo del sínodo diocesano y el escudo de la diócesis, representa el compromiso de nuestra misión evangelizadora en la región, en comunión con la Iglesia Universal. Al cierre del evento se realizó la presentación oficial del himno y la oración del Sínodo Pastoral 2023-2024. De esta manera, inicia un tiempo de gracia, oración, discernimiento y renovación, en el que todos en esta iglesia particular están llamados a caminar juntos bajo la guía del Espíritu Santo.

Vie 17 Mar 2023

Iglesia en Ipiales convoca espacios de sensibilización y formación de cara a las próximas elecciones regionales

“Como bautizados y enviados, evangelizamos la política” es el lema bajo el cual, en el marco de las elecciones regionales que se llevarán a cabo en el mes de octubre del presente año, la Diócesis de Ipiales ha puesto en marcha una serie de acciones significativas que permitan sensibilizar y educar a las comunidades en la importancia de participar de manera activa y responsable en este proceso importante democrático. Sobre estas actividades, que se desarrollarán con diferentes actores sociales entre los meses de marzo y septiembre, monseñor José Saúl Grisales, obispo de esta jurisdicción eclesiástica ubicada en departamento de Nariño, ha explicado que es un ejercicio exigente “porque se trata de mirar aquellas personas que proponen su nombre y sus programas, ¿Cuáles sirven para el desarrollo integral de nuestras comunidades?, ¿Cuáles trabajan por la paz? y ¿Cuáles están comprometidos por hacer posible una vivencia de la política desde el respeto por la dignidad de la persona humana y por un servicio a toda la comunidad?”. Entre las acciones concretas a desarrollar, que tienen como centro el Evangelio y que promueven la política al servicio del bien común, se realizarán un taller de de liderazgo, pedagogía política y construcción de red de personeros estudiantiles; un consulta popular por el desarrollo de los municipios, que se llevará a cabo en cada parroquia, así como en las instituciones educativas mediante voto democrático y participativo; un pacto y firma del acta de no agresión entre candidatos de los municipios; y al cierre del proceso, un foro con candidatos a las alcaldías municipales.

Jue 16 Mar 2023

Ante aumento de violencia, iglesia en Barrancabermeja anima acciones por la vida y por la paz

El próximo 31 de marzo las siete comunas del casco urbano de Barrancabermeja marcharán con la luz como símbolo de esperanza por la vida y la paz, esto debido a la ola de violencia que se viene presentando en la ciudad, que en los últimos meses ha cobrado la vida de muchos jóvenes. Esta iniciativa hace parte de las acciones tomadas por la ‘Mesa por la vida y por la paz’, que convocó la Diócesis de Barrancabermeja, con la participación de iglesias cristianas, el Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio, la Organización Femenina Popular, entre otras organizaciones, que desde el mes de diciembre del 2022, vienen adelantado acciones para rechazar la violencia que está afectando al territorio. El pasado 3 de marzo se llevó a cabo el primer llamamiento comunitario en la cancha polideportiva del barrio Primero de Mayo de Barrancabermeja en dónde se han presentado hechos violentos. El evento contó con la presencia de monseñor Ovidio Giraldo Velásquez, obispo de esta jurisdicción eclesiásticas, además autoridades municipales, jóvenes y adultos. Para ampliar la información reproduzca el video de CCN Noticias, espacio informativo de la Comisión de Conciliación Nacional: