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conferencia episcopal de colombia

Vie 13 Sep 2024

En la Amazonía colombiana, el Vicariato Apostólico de Inírida forma cuidadores indígenas del medio ambiente

El Vicariato Apostólico de Inírida, bajo el liderazgo de monseñor Joselito Carreño Quiñones, inició el proyecto de formación de “Cuidadores Indígenas de la Casa Común”. Se trata de una iniciativa que busca generar conciencia medioambiental y transmitir herramientas para que estas comunidades, que históricamente han custodiado la Amazonía colombiana, puedan mejorar sus prácticas para el cuidado de este territorio tan importante para el país y para el mundo.En esta primera fase de la iniciativa que se adelanta desde el mes de agosto, participan 40 líderes y lideresas indígenas de las etnias Puinave y Cubeo, pero la apuesta de la Iglesia es poder llevar este aporte a los 14 grupos étnicos presentes en estevicariato del departamento del Guainía.La iniciativa está inspirada en las enseñanzas de la EncíclicaLaudato Si’y en la exhortación apostólica ‘Querida Amazonía’ del papa Francisco. Se desarrolla bajo el modelo CDAE que implica cuatro dimensiones: contemplación, discernimiento, acción y evaluación.De acuerdo con los encargados del proceso, esta metodología fomenta un enfoque intercultural que une la espiritualidad cristiana con las diversas espiritualidades indígenas, valorando los conocimientos ancestrales a través del intercambio cultural.Monseñor Joselito, Vicario Apostólico, mencionó que uno de los objetivos centrales de este proyecto es realizar un trabajo de construcción colectivo desde el intercambio de experiencias entre los saberes ancestrales de estas comunidades originarias y el conocimiento y desarrollo científico de occidente.Nora Elena Vélez Acevedo, directora de proyectos en la rectoría de la Uniminuto, sede Orinoquía, compartió que la idea es también aportar al fortalecimiento del plan de vida de los miembros de los cinco resguardos que participan. También manifestó que se encuentran gratamente sorprendidos por el compromiso de los participantes por el cuidado que brindan a su casa común.“Hemos logrado, tal vez, la más importante apuesta de este proyecto y es la de crear espacios de encuentro que fortalezcan la identidad y la autonomía de los pueblos indígenas en torno al cuidado de la Amazonía. Las apuestas son vivencia espiritual y, más que representar un grupo especial, representamos una apuesta de testimonio de lo que es el territorio, el Evangelio y el sentimiento cristiano del cuidado de la Amazonía y por supuesto,, el cuidado de nosotros mismos”.El programa, que incluye cuatro encuentros presenciales de cinco días, en los que se abordan los cuatro sueños del Santo Padre para la Amazonía, se adelanta en colaboración con la UNIMINUTO y gracias al apoyo de ADVENIAT, organismo financiador del proyecto.Los miembros de las comunidades indígenas que participaron del encuentro, coincidieron en que, como comunidades indígenas, tienen un amplio conocimiento sobre el territorio y la naturaleza, que, siendo transmitidos a los jóvenes, podrán preservar la identidad cultural. De forma que, este primer encuentro entre comunidades les permitió recordar que los une el conocimiento y las tradiciones del territorio.Vea a continuación el informe audiovisual elaborado por el Vicariato Apostólico de Inírida, a través de VICINIRIDA TV:

Vie 13 Sep 2024

El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, cargue con su cruz y me siga

VIGÉSIMO CUARTO DOMINGODEL TIEMPO ORDINARIOSeptiembre 15 de 2024Primera lectura: Is 50, 5-9aSalmo: 115 (114),1-2.3-4.5-6.8-9 (R. cf. Lc 9,57)Segunda lectura: St 2, 14-18Evangelio: Mc 8, 27-35I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónEl Cristo-Mesías que sufre mucho de Marcos, quien es al mismo tiempo el Siervo doliente de Isaías, está al centro de la liturgia de la Palabra de este domingo. No se puede ser discípulos del Maestro sin ponerse detrás de Él y cargar en modo sereno la debilidad, la cruz de cada día. Solo podemos comprender la sabiduría y la lógica de Dios subiendo a la cruz; es decir, aceptando la realidad de la vida tal cual es, y dejando en manos de Dios lo que no podemos cambiar.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?Estamos en el corazón del Evangelio de Marcos que hoy nos presenta a Jesús como siervo sufrido en quien se cumplen las Escrituras de los profetas, especialmente las de Isaías, que presentan a este personaje como un Varón de dolores que ofrece su espalda, que es golpeado, al que le arrancan la barba, al que afrentan y escupen (Is 50,6).A estas alturas de la teología de san Marcos, Jesús no es aún el hijo de Dios revelado por el centurión romano en el clímax del Evangelio de Marcos (Mc 15, 39). Jesús aquí, es revelado como el Cristo que tiene que pasar por la cruz para ser el Mesías-Salvador.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?Ser discípulo para Marcos es estar con Jesús, pero poniéndome detrás de Él; Ponte detrás de mí... Satanás (Mc 8, 33), entendiendo que la cruz es el criterio fundamental para conocer la sabiduría de Dios (1Co 1, 24). A propósito, es interesante notar que Jesús no dice a Pedro; ¡Quítate de mí vista Satanás!, o ¡Apártate de mí Satanás! En el original griego, Jesús le dice: “Ponte detrás de mí… ὕπαγε ὀπίσω μου…”, utilizando casi la misma expresión que usa cuando lo llama en el Mar de Galilea, diciéndole a él y a los otros discípulos: “Vengan detrás de mí… δεῦτε ὀπίσω μου… y los haré pescadores de hombres” (Mt 4,19). Jesús está diciendo a Pedro que se ponga detrás de Él para aprender de nuevo a ser discípulo; es decir, que, para comprender la lógica de Dios, es necesario pasar por la cruz (1Co 1, 23-25).3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Pedimos al Señor que nos de la gracia cada día de llevar la cruz, poniéndolo a Él por delante. En otras palabras, le pedimos la gracia de aceptar en modo sereno lo que no podemos cambiar con nuestros esfuerzos y nuestros puños. No se trata de resignarnos – la resignación NO es bíblica ni cristiana -; se trata de dejar en sus manos lo que no podemos cambiar de nuestra realidad y de nosotros mismos.El mensaje bíblico de la cruz no se trata de sufrir por sufrir o de latigarme o hacerme daño. La cruz de Cristo es aceptar mi realidad concreta y existencial de cada día sin neurotismos y en modo sereno. Esto lo reflejo viviendo mi fe con los pies en la tierra, pero con la mirada puesta en el cielo; aceptando con esperanza lo que no entiendo y haciendo todo lo que de mí dependa por convertirme._______________________Recomendaciones prácticas:●Día del migrante.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Bienvenidos hermanos a nuestra Eucaristía dominical. Hoy Jesucristo ha vuelto del cementerio y viene con potencia a resucitarnos de nuestras muertes, tristezas y amarguras. Hoy domingo es día de fiesta; dice el libro de Nehemías: “Este día está consagrado al Señor, no estén tristes ni lloren. La alegría del Señor es su fortaleza” (Ne 8,10).Pongámonos de pies, y recibamos a Jesucristo en la persona del presbítero.Monición a la liturgia de la PalabraVamos ahora a escuchar las Escrituras. En un primer momento escucharemos el tercer canto del siervo de Isaías: Varón de dolores que la Iglesia ha identificado con Jesucristo. El evangelio de hoy nos dará la fuerza para tomar la cruz y seguir a Jesucristo. Escuchemos atentamente.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Oremos, queridos hermanos al Padre por medio de su Hijo Jesucristo diciendo:R/. Te lo pedimos Señor.1.Por la Iglesia y nuestros pastores, de tal manera que proclamen siempre y con coraje que Jesús es el Cristo-Mesías. Oremos.2.Por nuestros gobernantes, de tal manera que cada día se dejen impregnar más por el Evangelio y no cedan a la tentación de la corrupción. Oremos.3.Por todas las personas que sufren, y especialmente hoy por los migrantes. Que nuestra caridad con ellos sea viva y operante. Oremos.4.Por todos los padres de familia, para que sepan guiar a sus hijos en medio de esta sociedad secularizada. Oremos.5.Por nosotros, de tal manera que cada día abracemos la cruz y reconozcamos a Jesús como el enviado del Padre. Oremos.Oración conclusivaPadre Santo,sabemos lo que queremos,pero tú sabes lo que necesitamos.Acoge estas oraciones yaquellas súplicas que nonos atrevemos a pedir. PorJesucristo, Nuestro Señor.R/. Amén.

Jue 12 Sep 2024

La Iglesia latinoamericana y caribeña proyectó nuevos pasos en el camino de la transparencia y la reparación frente a los abusos y violencias

Entre el 3 y el 5 de septiembre se desarrolló en Bogotá el II Encuentro de responsables de prevención de abusos de las Conferencias Episcopales de Latinoamérica y el Caribe, convocado por el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM) y la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC). El primero de estos encuentros se había llevado a cabo en Santiago de Chile en noviembre de 2023.En esta oportunidad, transparencia y reparación fueron los temas protagonistas de las conferencias, mesas de trabajo y espacios de discernimiento colectivo que se llevaron a cabo durante la reunión. Además, se propusieron nuevos pasos para avanzar en el camino de la consolidación de una pastoral del cuidado cada vez más sólida y arraigada en los diversos niveles, procesos y ambientes eclesiales. En el evento, realizado en la sede del CELAM, participaron más de 50 personas, entre obispos, sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos, representantes de la Iglesia en 17 países. Además, estuvo presente el Secretario de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores, monseñor Luis Manuel Alí Herrera, prelado colombiano, quien desempeñándose como Obispo Auxiliar de Bogotá y secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia, lideró el trabajo de la Iglesia colombiana en esta dimensión. El ahora representante de la Santa Sede estableció un diálogo directo con los delegados, sobre los avances e inquietudes de la Iglesia latinoamericana y caribeña en este campo. Asimismo, presentó las líneas guía universales.Aunque no pudieron asistir de manera presencial, lo hicieron virtualmente los representantes de los organismos encargados de la atención y prevención de abusos en las iglesias de Venezuela y Nicaragua. También, en algunas de las sesiones formativas, estuvieron presentes los participantes del ‘Diplomado en Cuidado y protección de niños, niñas y adolescentes’ que adelantan el Centro de Formación CEBITEPAL, el CELAM y la Confederación Latinoamericana de Religiosos y Religiosas (CLAR). El encuentro ratificó la necesidad de poner, cada vez más, en el centro de esta misión, a quienes han sufrido a causa de abusos sexuales, de poder y de conciencia en la Iglesia. También, de fortalecer el intercambio de experiencias desde la Red Latinoamericana y Caribeña para la Cultura del Cuidado para potenciar los procesos formativos y preventivos que adelanta cada organismo, así como la capacidad de respuesta institucional. En el caso de la Iglesia colombiana, el encuentro estuvo liderado por los miembros de los tres organismos que conforman el Sistema para la Cultura del Cuidado: la Comisión Episcopal para la Cultura del Cuidado, el Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado y la Oficina para la Cultura del Cuidado de la Conferencia Episcopal de Colombia. Además, monseñor Francisco Múnera Correa, arzobispo de Cartagena y presidente de la CEC, participó en la sesión inaugural. El desarrollo de este evento se hizo posigle gracias al apoyo económico brindado por Porticus y la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN).Vea a continuación el informe audiovisual del evento con los testimonios y momentos más destacados:

Mar 10 Sep 2024

Episcopado colombiano convoca novena a la Virgen de la Merced y Jornada de Oración por las Personas Privadas de la Libertad

Para el próximo 24 de septiembre, en el contexto de la fiesta de la Virgen de la Merced, los obispos colombianos convocan la celebración de la Jornada de Oración por las Personas Privadas de la Libertad y por sus familias. Para que todos puedan unirse a ella, y en el camino de preparación al Jubileo de la Esperanza del 2025, la Pastoral Justicia y Libertad de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) pone al servicio de todos los fieles dos guías especiales de oración: un subsidio o guía litúrgica para ese día y un texto con orientaciones para el rezo de la Novena a Nuestra Señora de la Merced.Subsidio litúrgico para la Jornada de Oración por las Personas Privadas de la Libertad: laudes, vísperas, guión litúrgico para la celebración eucarística y gozosComo una apuesta concreta por la dignificación de los seres humanos que se encuentran en prisión y como un signo de paz para las cárceles y centros de detención transitoria, el presidente Comisión Episcopal Pastoral Social y Caritativa, monseñor Juan Carlos Barreto, el director del Secretariado Nacional de Pastoral Social, el padre Rafael Castillo Torres y el director de la Pastoral Justicia y Libertad de la CEC, el padre Eliecer Montañez Grimaldos, animan en esta guía a reconocer la importancia de esta pastoral y a invocar la asistencia de la Bienaventurada Virgen María de la Merced pidiendo su intercesión desde las diversas Jurisdicciones Eclesiásticas del país, para que conceda a todos la gracia de ser también en esta dimensión “Peregrinos de Esperanza”, tal y como ha pedido el papa Francisco en el contexto del Año Jubilar. “Junto a nuestros hermanos y hermanas privados de la libertad, abriremos las puertas de nuestros corazones para que la acción del Espíritu Santo nos guíe con su presencia, y para que nuestras vidas sean perdonadas y restauradas por la misericordia de Dios, siempre ancladas en Jesucristo, nuestra esperanza”.Novena a la Virgen de la MercedLa Virgen de la Merced o Virgen de las Mercedes es una advocación mariana que evoca la misericordia infinita de Dios, quien ha dejado a todos sus hijos una auténtica madre en la persona de María. En la Edad Media,el término Merced era sinónimo de la misericordia o piedad ejercida, especialmente, con aquellos que habían sido privados de libertad o estaban enpeligro de perder su fe cristiana.Desde los años 70 en Colombia se popularizó el reconocimiento de laVirgen de las Mercedescomo ‘Patrona de los reclusos o cautivos’, no solo a nivel físico, sino también desde el cautiverio espiritual.En ese contexto y como preparación para la Jornada de Oración propuesta por el episcopado colombiano, la Dirección de la Pastoral Justicia y Libertad también elaboró una guía para rezar la Novena a la Virgen de la Merced. Así explica su sentido el padre Eliecer Montañez:“Este camino de nueve días en la preparación de la fiesta de lalibertad y el compromiso de la merced de Dios para cada persona privada de la libertad, especialmente, nos ayudará a integrar nuestras labores por el bien de las personas, sobre todo porque las consideraciones diarias y compromisos han nacido de la reflexión y oración de los mismos privados de la libertad, comprometidos con su proceso de resocialización, en búsqueda de compensar y aportar el mejor bien para la sociedad”.De esta manera, la Conferencia Episcopal de Colombia propone al Pueblo de Dios intensificar también la oración por los hermanos que están pasando por este tipo de situaciones, pero también para que cada católico viva la experiencia del reconocimiento y el perdón hacia ellos, permitiendo que la esperanza cristiana florezca:“Desde dentro de cada persona privada de la libertad, contribuiremos a construir un mundo mejor y fortalecer el tejido social, haciéndonos protagonistas de la práctica del amor de Dios entre sus hijos (…) El itinerario de las personas privadas de la libertad y de quienes estamos a su pastoreo y cuidado es ser “Peregrinos de la Esperanza” para hallar la paz y la reconciliación en cada corazón. Que Nuestra Señora de la Merced nos acompañe en este caminar hacia la gracia y la esperanza que no defraudan, Cristo Jesús, verdadero Dios, verdadero hombre”.

Mar 10 Sep 2024

La esperada y emotiva posesión canónica de monseñor Dimas Acuña Jiménez en la Diócesis de El Banco

Acogido por su clero, religiosas, cientos de fieles laicos y autoridades municipales, este lunes, 9 de septiembre, en la Catedral Nuestra Señora de La Candelaria, se llevó a cabo la ceremonia de posesión canónica de monseñor Dimas Antonio Acuña Jiménez, obispo de la Diócesis de El Banco. Monseñor Dimas se convierte en el tercer obispo de esta diócesis ubicada en el departamento del Magdalena, que fue erigida el 17 de enero de 2006.El nombramiento del nuevo obispo por parte del papa Francisco se produjo el pasado 15 de mayo. Posteriormente, el 27 de julio, monseñor Dimas, recibió la ordenación episcopal en la Catedral Metropolitana María Reina y Auxiliadora de Barranquilla. Aunque la posesión de monseñor Dimas estaba prevista para el pasado 10 de agosto, por dificultades asociadas a su salud, la ceremonia tuvo que ser aplazada. De allí, que su recibimiento por parte de la Iglesia que peregrina en El Banco fuera masivo y emotivo.Durante la homilía, monseñor Dimas narró el momento en que fue llamado a la Nunciatura Apostólica en Bogotá para ser notificado del nombramiento que le hizo el Santo Padre. Afirmó que, pese al miedo que sintió, se acogió a la voluntad de Dios frente a esa nueva misión y recordó una oración que hace todas las mañanas:“El Nuncio me empezó a contar cuánto tiempo llevaban ustedes sin obispo. Yo también sabía, pero no era consciente de eso, de estar esperando un obispo. Y entonces empecé a hacer lectura de fe de todas las veces que el Señor me ha llamado y que yo he respondido que sí. Y tenía miedo. Y solamente a través de la oración pude encontrar algunas de estas palabras que les he comentado a ustedes, ponerme en las manos de Dios. Y por eso, a mí me gusta una oración que dice: Padre, me abandono en tus manos, haz de mí lo que quieras, sea lo que sea; te doy las gracias, lo acepto todo con tal que tu voluntad se cumpla en mí y en todas tus criaturas, no deseo nada más. Padre, yo te ofrezco mi alma, te la doy con todo el amor de que soy capaz, porque deseo darme y ponerme en tus manos y medida con infinita confianza, porque tú eres mi Padre”.El Obispo de la Diócesis de El Banco también se refirió a la celebración litúrgica de este día en la Iglesia Universal, la fiesta de San Pedro Claver, recordando su figura como inspiración para la misión de pastorear esa Iglesia particular:“Y por eso estoy aquí, y no por casualidad, hoy, día de San Pedro Claver, cuando entré a la habitación ayer, inmediatamente encontré un cuadro de San Pedro Claver que dejó el padre Rafael Castillo y para mí no existe la casualidad, porque la casualidad niega la providencia. Yo creo que Dios es providente y se vale de esos detalles para decirme que, así como acompañó a San Pedro Claver en su misión, “así también te voy a acompañar a ti”. Pidámosle al Señor que hoy venga a sanarnos de nuestra mano paralizada, para que podamos responder, como San Pedro Claver. Pidámosle al Señor que nos dé la gracia, que nos dé el Espíritu Santo para que nosotros experimentemos a través de la escucha de su Palabra, el cumplimiento de sus milagros en nosotros y a través de nosotros, en nuestras familias. Amén”.Al final de la celebración, monseñor Pablo Emiro Salas Anteliz, arzobispo de Barranquilla, agradeció el Nuncio Apostólico en Colombia, monseñor Paolo Rudelli, por haber facilitado que el papa Francisco centrara su atención en dos sacerdotes del clero de la Arquidiócesis de Barranquilla para hacerlos obispos: monseñor Edgar Jesús Mejía Orozco, obispo auxiliar de Barranquilla y monseñor Dimas Acuña.“Yo, particularmente, le agradezco no solamente la confianza que ha tenido con nuestra Arquidiócesis de Barranquilla de darnos dos obispos, uno de ellos para el Banco, sino que agradezco también el hecho de que me hubiera permitido a mí ordenar los obispos y hoy, en el caso concreto de monseñor Dimas, de venirle a darle posesión”.Además, monseñor Salas agradeció a los fieles por la paciencia que han tenido para esperar a su nuevo obispo, tras el fallecimiento por causas naturales de monseñor Luis Gabriel Ramírez Díaz, en enero de 2023.“Esta es una diócesis que el Señor en su proyecto de amor con ella le tendrá profundas bendiciones, porque ha sido una diócesis abnegada, sacrificada. Sus obispos, por diversas circunstancias, no han permanecido mucho tiempo entre ustedes y confiamos que el Padre Dimas aquí permanezca mucho tiempo entre ustedes”.El Arzobispo de Barranquilla destacó que su presencia en esa ceremonia no solo fue desde su responsabilidad como metropolitano, sino desde la posibilidad de haber acompañado el crecimiento de monseñor Dimas en su servicio a la Iglesia y ser testigo de su calidad humana y pastoral para convertirse en un obispo que no antepone nada a la misión; un obispo que antes de pensar en sí mismo piensa en lo que el Señor le ha confiado que son sus ovejas y que está dispuesto a dar la vida por ellas.“Monseñor Dimas, mi presencia aquí como metropolitano no solamente hace parte de mi responsabilidad como tal, sino también, es la presencia de un obispo que ha visto crecer al obispo que hoy hemos posesionado; que ha estado con él, que lo ha acompañado y sabe lo que deja aquí en El Banco. Deja un sacerdote lleno de fragilidades, como todos, pero un sacerdote dispuesto a entregar su vida en el servicio que la Iglesia le ha pedido, de eso no tengo la mínima duda”.Monseñor Pablo Emiro también le manifestó a monseñor Dimas su apoyo y el de todos los obispos de la Provincia Eclesiástica de Barranquilla para acompañarlo en esa nueva misión, respetando su autonomía.“Usted es un hermano más para nosotros. Estaremos detrás de sus necesidades, de sus urgencias, de sus sufrimientos y también de sus alegrías, pero también estaré yo, como su obispo, de donde procede, acompañando su caminar en la medida que usted lo requiera, porque cada obispo es autónomo en su diócesis, y esa autonomía, por supuesto, nosotros la respetamos, pero estamos ahí para ayudarlo, para acompañarlo”.Finalmente monseñor José Mario Bacci Trespalacios, obispo de la Diócesis de Santa Marta, quien ejerció como administrador apostólico de El Banco desde enero de 2023, agradeció al clero, los religiosos y fieles por su acogida durante este tiempo. Expresó:“Monseñor Dimas, aquí está el pueblo de Dios, de esta Diócesis de El Banco puesto en tus manos y en tu corazón, para que seas para ellos también reflejo de Jesucristo, Buen Pastor”.Vea a continuación la transmisión de la posesión canónica:

Lun 9 Sep 2024

Arquitectos y Artesanos de Paz

Por Pbro. Rafael Castillo Torres - La paz para Colombia es una tarea en permanente construcción que exige lo mejor de las personas, comunidades e instituciones. Hemos dado inicio a esta XXXVII Semana por la Paz con el lema “Uniendo voces, construimos país”. Es un inicio en el que la Iglesia nos ha exhortado a ser arquitectos del diseño original que nos demanda la construcción de la paz, expresada en políticas públicas de Estado que nacen, no solo del ámbito legislativo, sino también de un acuerdo decente en la negociación, que no piensa únicamente en los intereses de las partes, ni el cálculo político de un gobierno de turno, sino en el mayor bien de una nación que anhela la reconciliación.Los arquitectos, me ha enseñado una amiga, suelen unir la belleza del arte con la técnica. Y ello porque deben diseñar muy bien, construir muy bien y proyectar muy bien, procurando integrar, de manera armónica, la belleza del diseño con el entorno del paisaje y la geografía humana de los espacios urbanos.Una pregunta que viene bien hacernos es la siguiente: ¿Qué debemos tomar en consideración para colocar la piedra angular que nos exige la arquitectura institucional de la paz? La Conferencia Episcopal de Colombia ha dado cuatro postulados que bien podrían ser los buenos “horcones esquineros” que sostienen el ‘Edificio de la Paz’:•"Cuidemos y protejamos, en todo momento, la dignidad e integridad de la vida humana: ¡Que pare todo atentado y homicidio! •Desmontemos el lenguaje polarizante que descalifica al otro y genera odio: ¡Escuchémonos con respeto para llegar a acuerdos! •Seamos sensibles al sufrimiento de los más pobres y vulnerables que siempre terminan siendo los más afectados: ¡Venzamos la indiferencia!•Valoremos y conservemos la institucionalidad estatal y social: ¡Que cada persona se sienta realizada en sus más profundos anhelos y las familias encuentren un entorno favorable para el desarrollo humano integral!"Pero la Iglesia, igualmente, a través de la oración prevista para esta Semana por la Paz, nos invita a ser artesanos y sembradores de paz. De la arquitectura, el cálculo preciso; del sembrador y el artesano un trabajo paciente, realizado en silencio y despacio. Tanto el sembrador como el artesano, mantienen la esperanza y la certeza de que “las cosas buenas requieren tiempo”. Son trabajos hechos a mano y en espera paciente; no programados de forma mecanizada; son lo más lejos de una producción industrial en serie; están por lo general impregnados de estética y creatividad, son originales; nacen de una cultura, de una realidad social; de una visión del mundo y de las personas. Siempre expresan la fuerza de lo simbólico, que une y que encierra la tradición de una cultura como su experiencia de Dios. El hacer las cosas a mano, es lo determinante del producto del artesano; el saber que la mano de Dios acaricia la tierra, es la esperanza del sembrador. Por ello es importante que, durante esta semana y todo el mes de septiembre, podamos visibilizar los esfuerzos de miles de sembradores y artesanos que allá, en sus territorios, están trabajando diariamente haciendo las paces territoriales con propuestas que dignifican la vida.Nuestro anhelo, el cual pedimos con fe a Jesús, Príncipe de la Paz, y a su Madre María, Reina de la Paz, es que los valores del Evangelio se traduzcan en actitudes y comportamientos que generen una corriente de pensamiento y de buenos propósitos en la búsqueda de la reconciliación y de la paz. Por ello, tanto en la arquitectura como en la artesanía, es fundamental la alianza con las universidades, la institucionalidad, los empresarios, las comunidades educativas, los sectores sociales, redes sociales, así como con los periodistas y medios de comunicación masivos y comunitarios. Mantengamos la esperanza y la convicción de que sí es posible incidir en la transformación directa de los imaginarios que permiten el surgimiento de la reconciliación y la paz en Colombia.Pbro. Rafael Castillo TorresDirector del Secretariado Nacional de Pastoral Social / Cáritas Colombiana

Vie 6 Sep 2024

Sacerdote, Eucaristía, Iglesia

Por P. José Antonio Díaz - “Desde hace más de medio siglo, cada día, a partir de aquel 2 de noviembre de 1946 en que celebré mi primera Misa en la cripta de San Leonardo de la catedral del Wawel en Cracovia, mis ojos se han fijado en la hostia y el cáliz en los que, en cierto modo, el tiempo y el espacio se han «concentrado» y se ha representado de manera viviente el drama del Gólgota, desvelando su misteriosa «contemporaneidad». Cada día, mi fe ha podido reconocer en el pan y en el vino consagrados al divino Caminante que un día se puso al lado de los dos discípulos de Emaús para abrirles los ojos a la luz y el corazón a la esperanza (cf. Lc 24, 3.35)”.Estas eran las palabras escritas por Juan Pablo II en su encíclica sobre la Eucaristía Ecclesia de Eucharistia, n° 59, dando testimonio del misterio que vivía cada día en la celebración eucarística. Este testimonio, tan personal y cautivante, demuestra, mucho mejor que cualquier razonamiento abstracto, el carácter esencial de la Eucaristía para la vida y la identidad del presbítero, cumbre y fuente verdadera de todo lo que éste es y hace. No entendería un sacerdote que no viviera a plenitud el misterio que celebra.Precisamente, este ejemplo me alienta a reflexionar sobre la relación que existe entre el sacerdote y el sacramento eucarístico, memorial de la pascua del Señor, dirigiéndome como hermano a mis hermanos presbíteros, pero también, para que los fieles en general conozcan la relación profunda, la verdadera espiritualidad, que debe existir entre el sacerdote, la Eucaristía y la Iglesia.Particularmente, a mis hermanos sacerdotes, los invito a reflexionar sobre el mayor don colocado en nuestras manos y sobre las razones que hacen de la Eucaristía el acontecimiento que da sentido, fuerza y belleza a cada uno de nuestros días. Pensar en el momento sublime en el que celebraremos, junto al pueblo de Dios, o incluso, solos, el Santo Sacrificio.Me permito comenzar con la pregunta que me han planteado muchas veces algunas personas: ¿por qué celebrar la Eucaristía cada día? ¿No será suficiente con el encuentro dominical en el que está reunida toda la comunidad cristiana? ¿Y por qué celebrar la Eucaristía estando solo o ante dos personas? ¿No se vacía así del sentido comunitario que tiene la celebración?Se podría responder a estas preguntas sólo con argumentos teológicos, pero quiero hacerlo también bajo la luz de la vivencia espiritual contenida en las palabras del Papa Polaco, y citadas al comienzo de este escrito, pues son un testimonio profundo y convincente. Las preguntas mencionadas no se podrían responder sin plantearse otras igualmente importantes: ¿por qué somos sacerdotes? ¿Quién nos ha llamado para dar nuestra vida por el servicio de la reconciliación, la Eucaristía y la caridad? Solo hay una respuesta posible: Jesús. Somos sacerdotes porque así lo ha querido Él, porque para ello nos ha llamado y nos ha amado, y aún sigue queriéndonos y amándonos por ello, Él que es siempre fiel en el amor.Decimos, entonces, el sentido de nuestra vida, la razón verdadera de nuestra vocación sacerdotal, no está en algo, aunque fuera lo más hermoso del mundo, sino en Alguien. Es decir, ese Alguien es Cristo el Señor. Somos sacerdotes porque un día Él nos llamó desde nuestra realidad histórica. Cada uno sabe cómo: en la palabra de un testigo, en el ejemplo de alguna persona, en un gesto de caridad que nos ha tocado el corazón, en el silencio de un camino de escucha y oración, tal vez en el dolor de una vida que de repente nos pareció desperdiciada sin Él.A la correspondiente invitación a seguirle le dijimos que sí. En realidad, no hubiéramos podido ser sacerdotes, y serlo, a pesar de todo, en la fidelidad, si no hubiéramos recibido de Él una invitación. Es precisamente este amor el que nos ha inspirado a todas las obras que hemos hecho por los demás: desde la acogida hasta la escucha perseverante y paciente de los demás y el esfuerzo transmitirles el sentido y la belleza de la vida vivida por Dios y su Evangelio, hasta las obras de caridad y el compromiso de trabajar por la justicia, compartiendo en especial la realidad del pobre y tratando de ser la voz de quien no tiene voz. Un sacerdote no lo es por sí mismo, ni por capricho, ni persiguiendo un interés personal, es sacerdote porque Jesús lo ha llamado para esa vocación. No podemos olvidar que nuestro sacerdocio está para el servicio de la comunidad de los creyentes, es decir, la Iglesia; tenemos la función de servir en el nombre de Cristo al Pueblo de Dios. Por eso, un sacerdote no podría ejercer la misión para la que ha sido llamado por Jesús, si niega la comunión con la Iglesia.Todo este testimonio me ayuda a explicar la razón por la que considero necesario celebrar cada día la Eucaristía: aquí no se trata de un precepto, sino de una real necesidad, no sólo emotiva sino profunda e ineludible. Se trata de la necesidad urgente que debe tener todo sacerdote de colmar su vida cada día con la de Jesús. ¿Dónde podríamos encontrarlo sino allí en donde Él nos ha prometido y garantizado el don de Su presencia? «Éste es mi cuerpo, éste es el cáliz de la nueva y eterna alianza, derramado por vosotros y por todos para remisión de los pecados» (Mc 14,22-25; Mt 26,26-29; Lc 22,19-20) (cf. Bruno Forte, Sacerdote y Eucaristía). Las diferentes versiones del Nuevo Testamento sobre la institución de la Eucaristía permiten suponer que la tradición de la Última Cena de Jesús con sus discípulos fue tomando forma literaria en las distintas comunidades, que, fieles al mandato del Maestro, celebraron desde el principio el memorial del Señor (cf. 1 Co 11,23-25).Cada sacerdote hace posible, por mandato de Jesús, y en comunión con el Obispo, ese memorial. Los sacerdotes en primer lugar somos calurosamente invitados a descubrir nuestra identidad sacerdotal, que se vive, especialmente, en la celebración de la Eucaristía. Por eso, la importancia de la relación sacramental que debe existir entre el presbítero y el Obispo, que forman el corazón palpitante de la entera comunidad diocesana. No se entendería nunca un presbítero que rompa la unidad, la armonía y la obediencia que debe existir con su Obispo. Como recordaba en un artículo anterior: del Obispo, se recibe la potestad sacramental y la autorización jerárquica para tal ministerio. La Exhortación Apostólica Post-sinodal Pastores Dabo Vobis, afirma: «En verdad no se da ministerio sacerdotal sino en la comunión con el Sumo Pontífice y con el Colegio episcopal, particularmente con el proprio Obispo, hacia los cuales debe observarse obediencia y respeto» (PDV 28).El amor a la Iglesia, como misterio de comunión para la misión, se aprende del amor del mismo Cristo, que "amó a la Iglesia y se entregó en sacrificio por ella" (Ef 5,25). Citando a Juan Pablo II, cuando afirmaba que "la santa Misa es absolutamente el centro de mi vida y de cada jornada" (Discurso del 27 de octubre de 1995, a los treinta años del Decreto Presbyterorum Ordinis), el Papa Benedicto XVI comenta: "Del mismo modo, la obediencia a Cristo, que corrige la desobediencia de Adán, se concretiza en la obediencia eclesial, que para el sacerdote es, en la práctica cotidiana, en primer lugar, su propio Obispo" (Benedicto XVI, Discurso 13 mayo).La celebración eucarística nos une a Cristo, dejándonos transformar por él, también en su obediencia a los designios del Padre. Por esto, nuestra obediencia "personifica a Cristo obediente" (Benedicto XVI, Discurso 13 mayo) (cf. Tema para la Jornada Mundial de Oración por la Santificación de los Sacerdotes: 3 junio 2005); siendo desobedientes atentamos contra esta unidad querida por el Señor.No se puede olvidar, que la comunión de los sacerdotes con el Obispo redunda en bien de la gente, de los fieles. De unas buenas relaciones los mayores beneficiarios son los fieles, las comunidades. En cualquier circunstancia, pensemos en el bien de la gente. Si uno de nosotros decide romper con esta comunión, rompe con Cristo y con la Iglesia.Para terminar, permítanme formular una última pregunta: ¿Es válida la Eucaristía de un sacerdote que está suspendido o en desobediencia? La situación de un sacerdote suspendido presenta un serio problema teológico - sacramental: Por una parte, la Iglesia le prohíbe el ejercicio del sagrado ministerio; por otra el sacramento del Orden imprime carácter; por consiguiente, quien lo recibió seguirá siendo siempre sacerdote. ¿Se lesiona de alguna manera la coherencia y comunión de la Iglesia?No olvidemos que la función estrictamente sacerdotal es la celebración de la Eucaristía. Todo sacerdote y solamente el sacerdote es ministro de la Eucaristía. Juan Pablo II recuerda: "Debéis celebrar la Eucaristía que es la raíz y la razón de ser de vuestro sacerdocio. Seréis sacerdotes, ante todo, para celebrar y actualizar el sacerdocio de Cristo..." "La Eucaristía se convierte así en el misterio, que debe plasmar interiormente vuestra existencia". (Ordenación sacerdotal de Valencia – España 8 noviembre 1982).Pero volvamos a la pregunta anterior, ¿la Eucaristía celebrada por un sacerdote suspendido o desobediente es válida? La comunión ¿es un sacramento real? Sobre el tema de la validez de la Eucaristía la Iglesia ya ha dado criterios bastante claros. Una Eucaristía es “válida” si en ella realmente sucede la consagración del Cuerpo y Sangre de Cristo. Por tanto, la consagración realmente sucede si y sólo el sacerdote que preside tiene intención de hacer lo que hace la Iglesia con este sacramento. Esto quiere decir, que la validez simplemente significa que Cristo se hace realmente presente por ministerio del sacerdote.Según la enseñanza anterior, una misa puede ser plenamente válida en circunstancias dignas o indignas. En alguna parte leía: como Cristo en su Pasión, así también Cristo en la Eucaristía está literalmente “en nuestras manos” para ser honrado y adorado, como Él realmente merece, o para ser ofendido y calumniado, como a veces sucede, o como cuando un sacerdote está en estado permanente, sin ningún tipo de contrición, en desobediencia. Por eso, en un clima de oración y penitencia, se tiene que decir: nadie está obligado a asistir, es más, no se debería asistir a una celebración eucarística que, aunque sea válida con un sacerdote suspendido o desobediente, pues termina por volverse en un espectáculo que ofende a Nuestro Señor.“Buen pastor, pan verdadero, oh Jesús, ten piedad de nosotros:aliméntanos y defiéndenos, condúcenos a los bienes eternos en la tierra de los vivos.Tú que todo lo sabes y puedes, que nos alimentas en la tierra,guía a tus hermanos al banquete del cieloen el gozo de tus santos. Amén”»(Ecclesia de Eucharistia, n° 62).P. José Antonio Díaz HernándezCanciller Diócesis de Santa Marta

Vie 6 Sep 2024

Proteger la vida, vencer la indiferencia, disponerse al diálogo y conservar la institucionalidad: llamados de los obispos al pueblo colombiano

Preocupados por las múltiples comunidades que en Colombia continúan afectadas por la violencia y el conflicto armado, así como por la compleja situación social y política que se ha vivido en los últimos días a nivel nacional, los obispos colombianos hacen un nuevo llamado para que los diferentes actores y sectores de la sociedad consideren el valor y la urgencia del diálogo sincero para construir un proyecto común de país, uno que conduzca hacia el logro efectivo de la paz, "que es un clamor suplicante y exige compromiso permanente".El mensaje lo envían también en el contexto de la Semana por la Paz que, en este año 2024, se celebrará del 8 al 15 de septiembre bajo el lema "Uniendo voces construimos país". La celebración estará animada por todas las arquidiócesis, diócesis y vicariatos apostólicos del país, así como por diferentes organizaciones sociales. Los prelados piden aprovechar este contexto para reflexionar y llevar a cabo acciones que privilegien la escucha, permitan superar la polarización y buscar la fraternidad.De acuerdo con los obispos, la coyuntura actual del país pide a todos aprender, especialmente, cuatro lecciones. En el texto las describen así:"- Cuidemos y protejamos, en todo momento, la dignidad e integridad de la vida humana: ¡Que pare todo atentado y homicidio!- Desmontemos el lenguaje polarizante que descalifica al otro y genera odio: ¡Escuchémonos con respeto para llegar a acuerdos!- Seamos sensibles al sufrimiento de los más pobres y vulnerables que siempre terminan siendo los más afectados: ¡Venzamos la indiferencia!- Valoremos y conservemos la institucionalidad estatal y social: ¡Que cada persona se sienta realizada en sus más profundos anhelos y las familias encuentren un entorno favorable para el desarrollo humano integral!"Vea la lectura del mensaje por parte del Secretario General de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Germán Medina Acosta: