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covid-19

Mié 23 Dic 2020

Obispo de Santa Marta, positivo para Covid-19

A través de un comunicado de prensa la diócesis de Santa Marta ha informado que, tras haberse sometido a la prueba del Covid-19, el obispo Luis Adriano Piedrahita Sandoval ha resultado positivo. El mensaje señala que el obispo se encuentra hospitalizado en la clínica Avidanti, su estado de salud es estable y permanecerá allí para estar más atentos a su estado de salud. La misiva, suscrita por monseñor Dairo Navarro Escobar, vicario general, y el padre José Díaz Hernández, recomienda a aquellas personas que durante los últimos 14 días tuvieron algún contacto con el obispo, practicarse por seguridad la prueba pertinente. Finalmente, pidieron orar por monseñor Piedrahita y por todas aquellas personas que se encuentran en estos momentos pasando por esta difícil enfermedad, así como por sus familiares.

Mié 18 Nov 2020

Episcopado invita a orar por los difuntos este viernes

La propuesta del papa Francisco de rezar por los fieles difuntos durante todo el mes de noviembre, ha sido acogida por la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) que este viernes 20 noviembre, a las 12:00 del mediodía, celebrará una eucaristía para orar por el eterno descanso de quienes, por diferentes causas, han fallecido durante estos meses de pandemia. En un mensaje los obispos han expresado que este será un momento para "orar por el alma de quienes han partido a la ‘Casa del Padre’ en este tiempo de pandemia y brindar consuelo a sus familiares y amigos, suscitando así un espacio de encuentro y cercanía con el pueblo colombiano para expresar, como Iglesia, solidaridad y compromiso de oración ante la situación de emergencia sanitaria que nos agobia a todos". La Santa Misa, que será presidida por monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero, secretario general de la CEC y obispo electo de Santa Rosa de Osos, será transmitida por varios espacios católicos de televisión y radio, así como por medios digitales y redes sociales. Alianza de medios católicos El canal Cristovisión originará la señal desde la capilla principal de la CEC, la cual se emitirá por éste y los canales Teleamiga de Bogotá y Telesantiago de Tunja. También se unirán a la transmisión: Emisora Mariana de Bogotaá y Minuto de Dios (con sus emisoras en Bogotá, Medellín, Barranquilla y Cartagena). “Estamos a la espera de la respuesta de otros medios católicos del país que, seguramente, se unirán a la transmisión para que este mensaje de consuelo y esperanza del episcopado colombiano llegue a todos los rincones del país”, dijo el padre Jaime Marenco, director de comunicaciones de la CEC. También se ha extendido invitación a las 77 jurisdicciones de las Iglesia en Colombia (arquidiócesis, diócesis y vicariatos apostólicos), para que se unan a esta transmisión desde sus páginas web, redes sociales y otros medios. Hasta el cierre de esta nota, 26 jurisdicciones habían respondido afirmativamente. Por su parte, la Conferencia Episcopal trasmitirá por su página cec.org.co y por su fanpage /episcopadocol

Mié 16 Sep 2020

La Palabra de Dios en la pandemia

Por: Mons. Luis Fernando Rodríguez - Sí. Ahora más que nunca necesitamos los creyentes creer de verdad. Jesús, en el Evangelio nos dirá que si nos ponemos de acuerdo para pedir algo con fe al Padre, Él lo concederá (cfr. Mateo 18, 19). Centenares de veces se repiten en la Biblia las palabras “no teman”, “no tengan miedo”. Algunos llegan a contar 365 citaciones de esta exhortación del Señor en la Biblia a su Pueblo Israel, tanto en el Antiguo testamento, como luego Jesús a los discípulos y en ellos a nosotros. Durante este tiempo de aislamiento preventivo voluntario u obligatorio, son propuestas a las personas para ocupar el tiempo en casa, toda clase de libros, de programas por TV y por distintas plataformas, así como reuniones virtuales; se han publicado toda clase de libros físicos y digitales, revistas, artículos con los que, esperamos de buena fe, se quiere ilustrar a los lectores, con la innegable realidad de que se ha venido creando una gran confusión, cansancio, aburrimiento y desconfianza en lo que se dice y se lee. ¿Quién tiene la verdad? Lo cierto del caso es que nadie tiene esa verdad y por el contrario, todos están o estamos caminando a tientas, adivinando en cada momento y en cada día los pasos que deben darse. Pero hay una lectura sobre la que es posible que se hable poco. Una lectura que seguramente traerá paz, tranquilidad, confianza y fortaleza. Es la Biblia, la Sagrada Escritura, la Palabra de Dios, como se quiera llamar. En ella, Jesús, la Palabra hecha carne, se hace cercano, asume nuestra condición humana, experimenta nuestro dolor y nos redime. “Vengan a mí todos los cansados y abrumados por cargas, y yo los haré descansar. Tomen sobre ustedes mi yugo, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso para sus vidas, pues mi yugo es suave y mi carga ligera” (Mateo 11, 28 - 30). Es posible que muchos desconozcan textos bellísimos de la Palabra de Dios que acompañan en la soledad, alegran el espíritu cansado y abatido, alientan en la debilidad y entretienen. A quienes leen estos Tips, les sugiero los libros que pueden ser inicialmente leídos, meditados y compartidos, especialmente en este tiempo de pandemia. Esos sí contienen la Verdad revelada y nos ayudarán a vivir mejor estos días de incertidumbre: Eclesiastés. Sabiduría. Eclesiástico. Proverbios. Los salmos. El Éxodo. Evangelio de San Lucas. Evangelio de San Marcos. San Pablo a los Corintios San Pablo a los Tesalonisences San Pablo a los Filipenses. Las Cartas de San Juan. Los textos bíblicos los pueden leer de dos formas: o lectura seguida (lectio continua), donde cada día se lee una parte del libro elegido hasta terminarlo. Sugiero, que cada que se lea la parte escogida, se deje un espacio de tiempo, de silencio, para recordar las palabras o el mensaje que más le llame la atención. La segunda forma es la lectura orante (lectio divina), en donde elegido el texto, se siguen los pasos ilustrados en las siguientes preguntas: ¿Qué dice el texto? ¿Qué me dice el texto? ¿A qué me compromete el texto? Si leen así la Palabra de Dios, no sólo “ocupan el tiempo”, sino que se llenan de la fuerza de Dios y de su luz divina, para entender lo que también Él nos está diciendo en esta pandemia. Léanla con pasión. Y si “quedan encarretados”, lean toda la Biblia, que les hará mucho bien. + Luis Fernando Rodríguez Velásquez Obispo auxiliar de Cali

Lun 14 Sep 2020

Provincia Eclesiástica de Tunja convoca a jornada de oración por el fin del COVID-19

En el marco de la celebración litúrgica de Nuestra Señora de los Dolores, la Provincia Eclesiástica de Tunja, conformada por: la Arquidiócesis de Tunja, Diócesis de Duitama-Sogamoso, Diócesis de Chiquinquirá, Diócesis de Garagoa, Diócesis de Yopal y el Vicariato Apostólico de Trinidad, invitan a sacerdotes, religiosos, religiosas, comunidades parroquiales, grupos apostólicos y personas de buena voluntad, a unirse en oración por la salud de los enfermos y el descanso eterno de quienes han fallecido a causa del coronavirus (COVID-19). Durante la jornada de oración, que se realizará el martes 15 de septiembre, señalan los organizadores, “también se encomendará a Dios Todopoderoso, al personal médico y sanitario, así como a los científicos e investigadores, para que encuentren prontamente un remedio efectivo para controlar este virus que agobia a la humanidad; suplicando al Señor, con la intercesión de la Virgen María por la superación actual de esta contingencia”. Conozca los horarios y diferentes actividades que se realizarán durante la jornada en: www.arquidiocesisdetunja.org y en las redes sociales de las diócesis que hacen parte de la Provincia Eclesiástica. “Que esta sea una oportunidad para revisar nuestros hábitos, actitudes, comportamientos y crecer como personas, hombres y mujeres de fe, replanteando muchos aspectos que la situación actual hace notar”, señala la comunicación. [icon class='fa fa-download fa-2x']Descargue comunicado[/icon]

Lun 7 Sep 2020

En tiempos de pandemia también se construye la paz

Por: Mons. Juan Carlos Cárdenas Toro - La primera semana de septiembre se ha institucionalizado en Colombia como la Semana por la Paz. Durante estos duros días por la pandemia del COVID-19, se han hecho notar muchos rasgos esperanzadores del ser humano: la generosidad, la solidaridad, el heroísmo de los servidores de la salud y otros sectores sociales, entre otros. Pero también se han evidenciado preocupantes signos oscuros que nos interpelan y tienen que movilizar para mejorar. Numerosos hechos violentos revelan el aumento de la agresividad en las personas: violencia intrafamiliar, contra las mujeres, los niños, asaltos callejeros, a establecimientos de comercio, a peatones y usuarios de bicicletas, masacres perpetradas por distintos grupos armados contra sectores específicos de la población como jóvenes, líderes sociales, comunidades indígenas, muestran que no solo se ha multiplicado exponencialmente el contagio del COVID-19 sino también el muy triste y mucho más letal de la violencia. Por ello nos viene bien hacer esta semana una buena lectura del mensaje que el Papa Francisco nos regaló para la jornada mundial de la paz que se celebra todos los 1 de enero: «La paz como camino de esperanza: diálogo reconciliación y conversión ecológica» Mientras circula toda clase de informaciones que infunden desconcierto y confusión y muchos líderes locales y globales parecerían estimular sentimientos que infunden animadversión hacia otras regiones y naciones, el Papa hace un llamado a la esperanza, perseverando en tender puentes y espacios de diálogo reconciliador. Si bien cuando vio la luz el mensaje del Papa publicado el 1 de enero aun no nos encontrábamos en medio de la pandemia, sus palabras son oportunas: «la esperanza es la virtud que nos pone en camino, nos da alas para avanzar, incluso cuando los obstáculos parecen insuperables» (Francisco, 53 Jornada Mundial de la Paz, enero 1 de 2020). El Santo Padre deja claro una de las causas que alimentan los conflictos y violencias: «nuestro mundo vive la perversa dicotomía de querer defender y garantizar la estabilidad y la paz en base a una falsa seguridad sustentada por una mentalidad de miedo y desconfianza, que termina por envenenar las relaciones entre pueblos e impedir todo posible diálogo» (JMP, 2020). ¿Cómo romper el miedo que mantienen a las sociedades inmersas en círculos de violencia en muchos niveles? El Papa Francisco plantea la vía de la fraternidad: «basada sobre nuestro origen común en Dios y ejercida en el diálogo y la confianza recíproca. El deseo de paz está profundamente inscrito en el corazón del hombre y no debemos resignarnos a nada menos que esto» (JMP, 2020). Si algo tenemos que aprender de esta pandemia, nos lo recordó el Papa el 27 de marzo, es que todos somos igualmente vulnerables y que en las manos de todos, remando juntos, esta la salida a la crisis. Este razonamiento podemos también ponerlo para otras dificultades, como las de la violencia fratricida que vivimos en nuestro país. Estos días de confinamientos y mucho tiempo para pensar, vayamos a lo profundo de nuestra conciencia y redescubrámonos como hermanos, ni iguales ni perfectos, pero todos hijos de una misma tierra: en nuestras manos está hacer de esta una nación donde haya espacio y posibilidades de vida digna para todos o seguir tercamente viéndonos como enemigos y tiñendo cada centímetro cuadrado de la patria con sangre de hermanos. ¿Ansiamos la vacuna para liberarnos del Coronavirus? En nuestras manos ya tenemos el antídoto para nuestra larga historia de violencia: cultivar la paz por el camino de la esperanza, en diálogo honesto y fraterno, asumiendo cada uno su propia parte de responsabilidad. Finalmente, al tiempo con la Semana por la Paz, tenemos la jornada de las migraciones. En esta ocasión el Santo Padre nos convoca a recordar que como tantos hermanos y hermanas nuestras deben dejar su tierra para buscar un mejor porvenir en tierras extrañas, Jesús tuvo que refugiarse con su familia en Egipto cuando apenas era un bebé. Y desde esta perspectiva, una vez más nos convoca para acoger, promover e integrar a los migrantes y desplazados internos. + Juan Carlos Cárdenas Toro Obispo Auxiliar de Cali Secretario General del Consejo Episcopal Latinoamericano - CELAM

Vie 4 Sep 2020

Comunicado de la provincia eclesiástica de Cali

Ante los grandes desafíos que trae la pandemia del Covid-19, los obispos de la provincia eclesiástica de Cali, integrada por las jurisdicciones de Cali, Palmira, Cartago, Buga y Buenaventura, se pronunciaron frente a algunos aspectos que requieren especial atención durante este mes de septiembre. Son ellos: El desempleo, el cuidado de la casa común, la Paz, los migrantes, la realidad de los centros penitenciarios, entre otros. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Mié 26 Ago 2020

En tiempos de pandemia obispos de A.L. hacen llamado a Jefes de Estado

Frente a los devastadores efectos que está dejando la pandemia a su paso, las directivas del Consejo Episcopal Latinamericano (CELAM), han emitido una carta dirigida a todos los líderes y gobernantes de América Latina y el Caribe, donde les hacen un llamado a la integración y la cooperación regional, en búsqueda de soluciones a esta crisis sanitaria y socioeconómica que se vive. "Nos preocupa el efecto de la pandemia en las vidas humanas y en la salud de los ciudadanos, en especial de los más pobres. Entre ellos, migrantes, pueblos originarios, campesinos, afrodescendientes, mujeres, personas mayores y niños. También nos duele el aumento de la pobreza y de la indigencia, así como el grave deterioro de la salud mental, que se expresa en la violencia y el miedo que atenta contra la libertad, fundamento de la democracia. Todo ello está menoscabando gravemente el alma de los pueblos de nuestra ‘Patria Grande’", expresan. Vacuna, ética y justicia social Frente a este tema, agradecen los esfuerzos de quienes están haciendo posible para que pronto se tenga la vacuna que ayude en la evacuación del virus, así como a los voluntarios que se ofrecen para probarlas, pero advierten que esta tarea debe ser hecha de forma ética, demostrando que estas vacunas realmente sean seguras. Así mismo, exponen su preocupación en la comercialización de las mismas para que no realicen con excesos, ni se monopolice la producción. "Esa realidad, nos lleva a clamar que se adopten oportunamente las medidas para asegurar que las vacunas estén disponibles para todos, priorizando a los más pobres, quienes han sido los más afectados por la pandemia en nuestro continente y en la humanidad entera. Que no sea el criterio económico el que, una vez más, margine de la salud a los más golpeados por esta crisis sanitaria: los pobres". Una ‘Patria Grande’ fraterna y solidaria Animan a los mandatarios de estos países para que de forma creativa y con la ayuda de los pueblos y la comunidad científica, busquen soluciones que apoyen en la difícil situación sanitaria y socio-económica que afronta esta región, sugiriéndoles que esta actitud positiva sea asumida no solo durante la pandemia sino hacia futuro. "Así podríamos enfrentar también las llamadas enfermedades invisibles, fruto de condiciones socio económicas deficitarias e injustas, que causan más muertes que el Covid-19 y para las cuales la industria farmacéutica no ofrece alternativas o no están en sus políticas de producción, al no ser rentables”. Curar las estructuras sociales enfermas En su mensaje se refieren también a la pandemia socioeconómica, que está afectando a los pueblos de estas regiones, un virus según lo aseguran, que se acentúa de manera circunstancial durante este tiempo de crisis sanitaria. Donde la concentración de la riqueza sigue creciendo en unos pocos y el aumento de los pobres es cada vez mayor. "La pobreza, la injusta distribución de la riqueza, la carencia de adecuada educación, trabajo, vivienda, salud y el deterioro del medio ambiente nos obligan a demandar, más que crecimiento, desarrollo, y un desarrollo humano integral". "La injusticia estructural que afecta a América Latina y El Caribe no es una maldición ni un castigo divino, sino el resultado del “pecado estructural” y del “pecado ecológico”8 que afectan a nuestra región y que debemos superar todos juntos. Urgimos que en las políticas públicas siempre se tenga presente, en primer lugar, a los hombres y mujeres de nuestra tierra y en especial a los más pobres". Comprometidos con la reconstrucción del tejido social Finalmente, manifiestan su compromiso como Iglesia latinoamericana y caribeña en seguir trabajando en la reconstrucción del tejido social, en la protección y defensa de la vida de manera especial por los más vulnerables y excluidos. Este mensaje ha sido suscrito por las directivas del Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe (CELAM), Mons. Miguel Cabrejos Vidarte, Presidente; Card. Obidio Pedro Scherer, primer Vicepresidente; Card. Leopoldo José Brenes Solórzano, segundo Vicepresidente; Mons. Rogelio Cabrera López, Presidente Consejo de Asuntos Económicos; y Mons. Juan Carlos Cárdenas Toro, Secretario General. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Vie 21 Ago 2020

Leguízamo: Tiempos de COVID en tierras del olvido

Por: Mons. Joaquín Humberto Pinzón Gûiza - Iniciando la propagación del COVID 19 en Colombia, recibí una llamada de una persona que me dijo: “creo que en esas lejanías donde tu vives ni el COVID llegara”. Una afirmación cruda, que golpea fuerte el oído, pero en parte con mucha razón. Digo en parte con mucha razón, pues desafortunadamente la Pandemia si llegó a estas lejanías, lo que no ha llegado es la asistencia que debía garantizar un estado de derecho como se autodenomina el nuestro. Durante los primeros meses de pandemia como en todo el país vivimos la cuarentena con relativa responsabilidad. Lo que talvez no supimos fue aprovechar ese tiempo para prepararnos con miras a una eventualidad como la que estamos viviendo en este momento. Sin duda las autoridades locales y todas las personas en general estábamos pensando que en estas lejanías sería difícil que llegara la pandemia tal como lo afirmaba la persona que me llamó. Leguizamo es un municipio región, en donde encuentran un punto de convergencia las comunidades el sur del Putumayo, del sur del Caquetá y del norte del Amazonas, de igual manera algunas de las comunidades que habitan la frontera del Perú y del Ecuador. Por esta razón, los servicios de salud se brindan en esta cabecera para muchas personas. No obstante, dicha realidad, contamos con un hospital de primer nivel con pocas posibilidades de ofrecer un servicio adecuado, aun sabiendo que los otros centros con mejores posibilidades se encuentran muy distantes. Cualquier situación que requiera de una atención con mayor complejidad necesariamente se debe remitir, casi siempre a Puerto Asís en una lancha ambulancia a donde se llega después de poco más de 6 horas de recorrido fluvial. En algunos casos, cuando la situación es de mayor gravedad y el sistema sanitario lo permite, se hace la evacuación a través de la avioneta ambulancia, hacia Neiva u otro lugar con mayores posibilidades. Este panorama asustaba y hacía pensar lo peor en caso de tener que afrontar una crisis sanitaria. Algunas personas manifestaban: “¿Qué será de nosotros cuando nos llegue este flagelo? Desde la administración municipal se afirma que se han hecho algunas solicitudes a las autoridades tanto departamentales como nacionales. El pasado 8 de mayo, los obispos de la frontera, de los vicariatos de San José del Amazonas (Perú) y de Puerto Leguizamo Solano (Colombia), escribimos una carta a través de las respectivas nunciaturas apostólicas a las dos cancillerías solicitando la adecuación de los hospitales de la frontera, con el fin de poder ofrecer la atención que requieran las personas que habitan en este territorio amazónico y fronterizo. Desafortunadamente no han tenido eco las diferentes solicitudes. Seguimos constatando la triste realidad de vivir en un territorio estratégico, pero sin ningún interés para las autoridades tanto departamentales como del orden nacional. Al iniciar el mes de julio, la situación cambio para este llamado “jardín exótico del universo”. La pandemia, paso de ser una realidad que veíamos por televisión, a una realidad muy cercana, con rostros propios y nombres concretos. El miedo nos hace temer lo peor. Hoy 27 de julio, según el Instituto Nacional de Salud tenemos en Leguizamo 79 contagios y tres fallecidos. Esto es lo que dicen los datos oficiales ya que en estas lejanías tampoco todos caben en los datos oficiales. En lo que va corrido del mes han muerto más de 30 personas, en su gran mayoría adultos mayores. Se nos están muriendo los ancianos, tal vez no todos por el COVID -19, pero que coincidencia, justo en estos tiempos de pandemia como nunca mueren muchas personas. Los datos serán más dramáticos cuando lleguemos a saber a ciencia cierta la magnitud de la tragedia, o tal vez nunca lo sabremos pues en esta tierra del olvido las cosas se viven así. Hace dos semanas vimos al Señor alcalde Rubén Velázquez, lanzando un S.O.S. a través de la televisión. Después lo oímos por la emisora y la situación no podía ser menos alentadora, el hospital María Angelines está colapsado, de los ocho médicos presentes, cuatro estaban en cuarentena y los otros cuatro extenuados por todo el trabajo, pero sobre todo por la precariedad con la que deben prestar su servicio. Ante tal panorama, la decisión de las personas es no acudir a los servicios sanitarios sino resistir desde sus casas con medicinas tradicionales y caseras. Ayer una persona que estuvo de paso por aquí, me decía: “cuídese y si se enferma no vaya al hospital, pues allí las condiciones son difíciles, es mejor que se ponga a tomar los remedios caseros, por lo menos si muere, está acompañado”. Son palabras desgarradoras, y no se trata solo de la expresión de una persona, es la mentalidad que está manejando nuestra gente ante tanta dificultad, pues en este momento a estas lejanías no solo llego el COVID-19, sino que tenemos una fuerte virosis, un brote de dengue sin precedentes y a esto sumado el hambre que genera la inactividad de la gran mayoría de familias que viven del rebusque. Ante esta dura realidad, es motivo de fortaleza, la confianza en Dios que manifiestan las personas y la resiliencia para afrontar con audacia y creatividad la enfermedad con medios precarios. Por otra parte, preocupa la filosofía con la que la gente toma la situación queriendo vivir como si nada estuviese sucediendo. No obstante, nos acogemos a la sabiduría de nuestra gente reconociendo que lo único que nos queda es ponernos en las manos de Dios y resistir haciéndole frente a esta problemática con lo poco que se cuenta en estas tierras del olvido. Una vez más hacemos un llamado a quienes tienen la responsabilidad de garantizar el derecho de la salud, no sean indiferentes, no nos dejen solos contemplando la muerte de nuestra gente. + Joaquín Humberto Pinzón Gûiza, imc Vicario Apostólico Puerto Leguizamo Solano