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dignidad humana

Mar 7 Feb 2023

Iglesia se pronuncia sobre el proyecto de reforma a la salud

Durante la segunda jornada de la CXIV Asamblea Plenaria del Episcopado, obispos del país se pronunciaron sobre el tema de la reforma a la salud, pidiendo se construya un diálogo nacional alrededor del proyecto y su discusión se dé con los diferentes sectores. Abrir un camino al debate y al diálogo Monseñor Germán Medina Acosta, obispo auxiliar de Bogotá, resaltó la importancia de la participación ciudadana en la discusión de esta reforma, "que las propuestas que tiene el proyecto se den a conocer, que se puedan difundir, debatir, enriquecer y proponer, creo que si logramos eso vamos a ir superando tantos males que nos aquejan en nuestro país". El prelado animó para que la discusión de este proyecto no se polarice y se realice en un ambiente de cordialidad de modo que sirva para unir en torno a un tema tan importante como lo es la salud de los colombianos y agregó: "este país necesita comunión. No podemos seguir polarizando, dividiendo y fracturando más, sino construir puentes. Entonces las reformas que se anuncian tienen que ser factores de unidad y no de división". Es importante la escucha de otros sectores Igualmente, monseñor Juan Carlos Cárdenas Toro, obispo de Pasto y presidente de la Comisión Episcopal de Comunicaciones, se refirió al tema aduciendo que no se puede olvidar que en el centro de todo debe primar el bien de toda persona humana y por tanto siempre debe ser respetada y defendida. “Es importante para ello en clave sinodal escuchar a otros sectores y complementarse (…) Desde esta perspectiva creo que también es una clave importante para este ejercicio de reformas y de buscar una mejor condición de vida para los colombianos”. Respeto de la dignidad humana y responsabilidad del bien común Por su parte el padre Raúl Ortiz Toro, director del Departamento de Doctrina y Ecumenismo de la Conferencia Episcopal, señaló que, al no conocerse aún el borrador del proyecto, no es prudente sacar conclusiones precipitadas. Dijo además que, la Iglesia ve con esperanza que se quiera mirar cualquier reforma, siempre y cuando se mire desde la base de los principios del respeto de la dignidad humana y la responsabilidad del bien común. "Puesto que no se conoce propiamente el proyecto, no podemos llegar a conclusiones precipitadas. Lo único que podemos decir, es que existe la doctrina social de la Iglesia, que tiene ciertos principios en los que esperamos que se base la reforma al sistema de salud, es decir, concentrarnos en la dignidad de la persona y recordar que el bien común es corresponsabilidad de todos".

Vie 23 Dic 2022

¡Dios, hogar y dignidad humana!

Por: Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía - Llega la Navidad de cada año, nueve meses después de unas anunciaciones misteriosas a una pareja nazaretana, hebrea, de estrato uno o dos, sometidos a la sociedad esclavista y al imperio romano, al judaísmo y al nomadismo que dictan los poderosos del establecimiento. Se trata de María, una joven que ya está desposada con José, pero aún no se ha completado el tiempo para celebrar como esposos sus bodas. Los dos se ven en apuros ante la elección divina para “semejante ministerio”, de maternidad sin concurso de varón y de esponsalidad con una mujer en gestación de otra autoría. Pero traducen su apuro en un SÍ desde la fe y asumen como esposos la misión de brindarle un hogar a Dios en las genealogías humanas. Nace un niño en improvisada pensión de ganados, entre el rumiar de un buey y el rebuzne de una mula. Un excluido, un descartado, un destechado, pero de descendencia davídica y de origen misterioso, como invasor de tierras, como huésped no buscado, que pidió lugar y aunque “existía desde el principio, y todo fue hecho por Él”, “se hizo carne y acampó entre nosotros”. El universo, especialmente el Occidente de la tierra, concentra su mirada en este pesebre, que contabiliza los calendarios en un antes y después de Cristo, así vivamos sin que Cristo sea el centro, el eje, el núcleo y la potencia que mueva vidas e historias, pueblos y culturas. Aunque Navidad parezca sólo un mero pretexto para poner luces que esconden defraudaciones presupuestales, o músicas y tiernas letras que esconden villanías y llantos, la bondad del trigo que Dios sembró al encarnarse en toda naturaleza humana, y la armonía impresa al universo todo, puede brillar en cada Noche de Navidad. En este contexto de la Noche Buena y del Nacimiento del Dios hecho hombre, de la Palabra hecha vida y de la vida hecha luz de los hombres, surgen tres verdades que la humanidad no debería separar, porque se auto destruye si no las mantiene en sana armonía: DIOS, HOGAR Y DIGNIDAD HUMANA. Dios es Amor. La Navidad, la Cruz, la Resurrección y Pentecostés con sus lenguas de fuego, nos hacen sabernos amados, desposados, habitados y habitantes de una casa común, con el mismo idioma del amor que vence diversidades y distancias. Jesús es el milagro de la intimidad solidaria de Dios con cada ser humano. Es la dicha de una Presencia que transforma en divina compañía el vacío de lo humano. Dios se hace hombre en el hogar de los esposos, formando una familia, un hogar de fe, de amor y de vida. Este hogar de Jesús lo forman esposos que se saben amados de Dios y que se aman entre ellos, para cumplir juntos una misión, un ministerio confiado por Dios. Son esposos abiertos a la estabilidad de su relación, a la exclusividad de su intimidad y a la fecundidad que comunica y protege la vida. Forman un hogar típico e ideal, que es el pesebre eterno de Dios, el hogar de Belén y Nazaret. Quizás los caminos no sean siempre los mismos de la pareja humana, pero toda persona, toda vida humana, necesita nacer, crecer y estar en un hogar de amor, de respeto y de generoso compartir. Todos ellos son los “hogares de Dios”. Desde ellos se construye la gran familia humana, la de los que “no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios”, como dice hoy el prólogo de San Juan. ¡Y la dignidad humana! Proclama la Navidad que Dios incluye en su Amor a todos. Y se hace hombre, pobre y solidario en el dolor y con la causa de la justicia en cada área de la vida, para elevar a todo ser humano a la excelsa dignidad de hijo de Dios, de heredero victorioso, a un nivel superior al de los mismos ángeles, como declara la lectura de Hebreos. ¡Ningún ser humano sin dignidad reconocida, sin derechos cumplidos, sin deberes y oportunidades abiertas al crecimiento del alma y al ensanchamiento del corazón, a la construcción de una humanidad igualitaria y unida desde sus identidades y diversidades. Solo esta trilogía inseparable garantizará la armonía entre Dios y la Humanidad, este compartir humano divino, y este compartir fraterno y ambiental, que profetiza bellamente la Noche y el Día de las Navidad! + Darío de Jesús Monsalve Mejía Arzobispo emérito de Cali

Vie 30 Jul 2021

Día Mundial contra la Trata: Vídeos de Red CLAMOR

En el marco de la celebración del Día Mundial contra la Trata, la Red Clamor, ha elaborado cuatro audiovisuales que hacen parte de la campaña «La Vida NO es una mercancía, se TRATA de personas». Este material audiovisual, según lo señalan sus gestores, busca visibilizar las diversas formas de Trata existentes en América Latina y el Caribe y decir “basta” a este flagelo que atenta contra la vida y la dignidad humana, así como ofrecer herramientas para su prevención. Elvy Monzant, secretario ejecutivo de la red Clamor, hace la invitación para que este material sea compartido en todas las instancias y de esta forma se unan en la prevención de este flagelo que azota a la humanidad. “Todos están invitados a difundir estos materiales, y sumarse a dar testimonio de una Iglesia en salida misionera, que denuncia la cultura del descarte y de la indiferencia, promoviendo la cultura del encuentro, tejiendo redes en favor de la Vida y el desarrollo humano integral”, señaló. Apoyo del CELAM y la CLAR Cabe destacar que esta campaña, emprendida por Clamor desde febrero de este año, cuenta con el aval institucional del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y de la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR) por medio de las redes de la vida religiosa contra la Trata. Estos videos fueron diseñados con formato para redes sociales, grupos WhatsApp y Telegram. Además fueron producidos por Cáritas Ecuador. VIDEO 01: La vida no es una mercancía, se trata de personas VIDEO 02: Trata con fines de trabajo esclavo VIDEO 03: Trata de personas con fines de reclutamiento forzoso VIDEO 04: Trata de personas con fines de tráfico de órganos

Mié 31 Jul 2019

Obispos colombianos invitan a presentar campañas propositivas y realistas

Tras el cierre de inscripciones de candidatos para las elecciones de alcaldes, gobernadores, diputados, concejales y miembros de las juntas administradoras locales para el período 2020 – 2023, los obispos católicos de Colombia, han emitido un mensaje en el que, a través de siete puntos, destacan la oportunidad que se abre para el país en el deseo de un proyecto común, que permita avanzar en “los ideales de justicia, verdad, libertad y solidaridad”. En este sentido, los prelados insisten en la importancia de “colocar en el centro de toda acción política, social y económica a la persona humana, su altísima dignidad, y el respeto por bien común”. Acercarse a las comunidades, es de vital importancia, precisan para lograr “presentar programas realistas y claros que respondan a las necesidades de quienes los elegirán (…) Hay situaciones que, en esta hora de nuestra historia, piden de los gobernantes una atención prioritaria, entre otras, las migraciones, el narcotráfico y el microtráfico, la drogadicción, la violencia e inseguridad, el desempleo, la crisis del sistema de salud, la pobreza, la destrucción del medio ambiente, los conflictos por la tierra”, afirman. Finalmente, animan a que el proceso electoral transcurra en armonía, serenidad, y se desarrolle en el marco de la transparencia, rechazando “la compra y venta de votos, el trasteo de votantes, la manipulación o presión para votar en un determinado sentido y la penetración de dineros ilícitos en las campañas”. Lea comunicado completoaquí

Lun 22 Jul 2019

Economía y dignidad humana

Por: Mons. Ricardo Tobón Restrepo - Uno de los temas de reflexión, en la pasada Asamblea de la Conferencia Episcopal de Colombia, fue: “La economía al servicio de la dignidad humana y del bien común”. Así se asumía la tarea que la Iglesia tiene de analizar realidades como el trabajo, la producción, la distribución y el consumo de bienes y servicios; todas ellas en relación con el sentido de la existencia del ser humano, la calidad de vida particularmente de los más pobres y el proyecto presente y futuro de la sociedad. El discernimiento en esta materia reviste importancia y actualidad también porque hoy, en tantos casos, todo se mira y se aprecia sólo desde la perspectiva económica. A la vez, es en este campo donde aparecen situaciones profundamente preocupantes como la pobreza, el desempleo, la desigual distribución de los bienes, la carencia de servicios indispensables, que afectan a grandes sectores de la población. Es una situación inadmisible que más de mil millones de seres humanos vivan en la miseria. A la base de todo esto está el egoísmo que no sólo olvida, sino que excluye a los demás, una concepción equivocada de la vida centrada en el dinero, la ignorancia acerca del destino universal de los bienes y de la propiedad, el manejo irresponsable y deshonesto de los recursos, el aprovechamiento utilitarista de los valores económicos por parte de los países más fuertes. En nuestro país, en buena parte, la economía ha estado marcada por el narcotráfico y utilizada para la violencia. Por eso, el Papa Francisco ha dicho, en varias ocasiones, que la crisis económica es una crisis ética y antropológica. En relación con este tema de la economía, constatamos en nuestra sociedad, con gran preocupación, especialmente tres grandes males: la inequidad, la corrupción y la insensibilidad social. La desigualdad económica es una bomba de tiempo; el Santo Padre señala que la inequidad es la raíz de todos los desastres sociales. La corrupción es el cáncer de la economía, expropia el bien común, destruye la esperanza frente a proyectos futuros. La insensibilidad social es una calamidad muy grave, porque vacía nuestra vida de sentido. Esta realidad prueba que es necesario volver al Evangelio. Jesús nos dejó unos criterios esenciales e insuperables de comportamiento: la confianza en la providencia de Dios, que siempre nos cuida (Mt 6,25-32); la libertad frente a los bienes materiales, que no son más que la vida (Lc 12,13-21); la generosidad para poner lo que somos y tenemos al servicio de los demás (Lc 10,25-37); la responsabilidad en la administración de lo que se nos ha confiado (Mt 25,14-30); el compromiso en favor de los pobres y necesitados (Mt 25,35-45). Dentro de la evangelización de lo social, debemos comenzar los cristianos por formarnos nosotros mismos de acuerdo con la enseñanza de Jesús desarrollada ampliamente por la doctrina de la Iglesia, a fin de dar un testimonio nítido de libertad, honestidad, justicia y generosidad en el uso de todos los dones recibidos. Sólo el amor nos permitirá ser una comunidad signo de la interdependencia de la humanidad en términos de relación fraterna, de comunión de bienes y servicios y de participación responsable en la administración del mundo. Luego, nuestra misión es colocar en el centro de la economía la dignidad de la persona humana y el bien común. En nuestras catequesis, en los diálogos personales y en las demás ocasiones que tengamos, sacerdotes y laicos, con sentido profético, debemos anunciar valores esenciales como la honestidad, la responsabilidad, la justicia y la solidaridad. Debemos inspirar una economía con ética que garantice la vida humana, la protección de la familia, la igualdad social, la dignidad de los trabajadores, la ayuda a los más vulnerables, los derechos de las generaciones futuras y el cuidado del medio ambiente. + Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín

Mar 2 Jul 2019

La economía al servicio de la dignidad humana y del bien común

Por: Mons. Víctor Manuel Ochoa Cadavid - En dos ocasiones, cada año, todos los Obispos de Colombia, de las distintas arquidiócesis y diócesis, así como de los Vicariatos Apostólicos, provenientes de todas las zonas de Colombia nos encontramos fraternalmente en la Sede de nuestra Conferencia Episcopal en Bogotá para revisar la situación de la realidad nacional y entrar en temas que son de fundamental importancia para la evangelización y la actividad de la Iglesia de Cristo en nuestra Patria, para animar y fortalecer el camino de nuestras comunidades. Este año, en la semana del 1 al 6 de julio 2019, celebraremos la (CVIII) Centésima octava Asamblea Plenaria, para estudiar el tema:La Economía al servicio de la dignidad humana y el bien común.Estamos dedicando tres años al estudio de la incidencia de la evangelización en los distintos ambientes sociales.La Iglesia quiere entrar en lo profundo de la realidad social y, desde el Evangelio de Cristo, tratar de comprender e iluminar el camino de nuestra acción social y de anuncio de las verdades de la fe. Esta temática nos hace entrar en lo profundo de la Doctrina social de la Iglesia, en la lectura que se hace desde el evangelio de los distintos temas que se han ido creando en el último siglo, para comprender la lectura que los cristianos han hecho de los distintos temas que tocan la vida humana y las realidades del hombre, que vive en común con otros hombres y tiene particulares modos de reflexión y vida. La Doctrina social de la Iglesia se ha desarrollado a partir del Magisterio de los Pontífices desde el papa León XIII, con la publicación de la Encíclica Rerum Novarum (1891) y que ha continuado a lo largo de los decenios con enseñanzas muy precisas y claras para los cristianos, orientando suforma de comprender las realidades sociales.En los últimos años hemos tenido dos Encíclicas sociales de mucha importancia, Caritas in Veritate (Caridad en la verdad) de Benedicto XVI y Laudato si (Alabado seas) del Papa Francisco. Ellas nos han hecho entrar en el tema de la caridad y el servicio a los hermanos y la vivencia de la caridad en primer lugar y, en el cuidado de la casa común y del entorno en el cual vive el hombre. El objeto de nuestro encuentro nos hará entrar en una dimensión muy importante de la Doctrina social de la Iglesia, laDignidad de la persona humana. La Iglesia en su enseñanza a lo largo de los siglos, no ha dejado de indicar al hombre, su realidad, sus derechos, su ser, como objeto de la reflexión y de las respuestas que deben darse desde la fe. El hombre, su ser, ha alcanzado una respuesta clara y precisa en el evangelio de Cristo, en la misión y tarea que se le ha confiado y en el horizonte para el desarrollo de su ser, según la voluntad de Dios. La dignidad humana surge de la acción de Dios, pues el hombre es creatura de las manos del Altísimo, habiendo recibido del creador su alma y su cuerpo, además de una tarea y una misión concreta en la realidad y en el mundo.El hombre fue creado de las manos de Dios y de su acción, recibiendo ser “imagen” de El (Génesis 1, 26). En virtud de su dignidad el hombre ha recibido una tarea una misión, que realizar en el mundo, tanto en sus relaciones interpersonales, como en el cuidado y el desarrollo, además del aprovechamiento de lo creado. Este es uno de nuestros grandes retos en la humanidad que vivimos y experimentamos hoy. El Concilio Vaticano II, en la Constitución pastoral Gaudium et Spes (Gozo y esperanza) nos enseña:«Todos los bienes de la tierra deben ordenarse en función del hombre, centro y vértice de todos ellos (…) La Biblia enseña que el hombre ha sido creado «a imagen y semejanza de Dios» (…) y que por Dios ha sido constituido señor de la entera creación visible para gobernarla y usarla glorificando a Dios (…) Pero Dios no creó al hombre en solitario (…) El hombre es, en efecto, por su íntima naturaleza, un ser social y no pue­de vivir ni desplegar sus cualidades sin relacionarse con los demás»(Concilio Vaticano II, Gaudium et spes, 12). Precisamente en este orden es que queremos revisar y estudiar el tema de la economía, de las distintas relaciones sociales que se establecen en torno al trabajo, a la compensación justa y necesaria para el trabajo humano, en la propiedad a la cual tiene derecho el hombre y, también al acceso que todos tienen como derecho fundamental al uso de los bienes materiales. En este contexto social en el cual vivimos, la economía a veces parece algo lejano, destinada a ser estudiada y dirigida por unos pocos técnicos, que establecen normas y leyes que nos alejan de la justicia y de los derechos de las personas. La Doctrina social de la Iglesia ha enseñado siempre que hay unas cuestiones fundamentales en la lectura del orden social (base de la economía). Ya el Papa León XIII en la EncíclicaRerum Novarum, había puesto tres valores fundamentales que debían ser tenidos en cuenta: el uso de los bienes materiales para todos; el valor del trabajo -su respeto, fortalecimiento, justa compensación-; y los derechos de la familia en la justicia y la garantía de salarios y derechos justos(Este tema es ratificado por San Juan XIII en la Encíclica Mater et Magistra (Madre y Maestra) n. 42. En nuestros días se va fortaleciendo la propuesta de una nueva economía, que tenga al hombre y sus derechos como fundamento, con la propuesta de un nuevo modelo alternativo de economía y de sociedad.La Iglesia en Colombia ha valorado y apoyado en muchos momentos estos temas, con el fortalecimiento del cooperativismo; con la creación y fortalecimiento del SENA, como oportunidad de formación de los jóvenes; con la creación de un comercio equitativo, solidario y respetuoso de la naturaleza y de los bienes comunes. El tema de la economía, de los parámetros sociales de lectura de los bienes económicos,de los medios de producción y de sus ganancias, tiene que pasar necesariamente por el bien común y destino social que estos bienes tienen, la Iglesia lo ha llamado una hipoteca social(San Juan Pablo II, Encíclica Sollicitudo Rei Socialis (Solicitud por las cosas sociales, n. 42). Los bienes, la propiedad privada tienen también su valor y deben ser respetadas, pero es necesario que se fortalezca un camino de justicia y de participación de los bienes para todos, sin distinción, evitando la inequidad y la injusticia para muchos.Es necesario proponer una respuesta a la realidad social, en el ejercicio y cumplimiento de cuanto la Iglesia ha enseñado que es la justicia social, el derecho a todos a acceder a los bienes de la naturaleza, de la producción económica, al satisfacer sus necesidades primarias y fundamentales. El Evangelio de Cristo, está claramente en la base de estas opciones y de estas respuestas que son tan necesarias. Les pido queridos lectores de LA VERDAD que pongan esta intención en sus oraciones, pidiendo las luces del Espíritu Santo sobre el trabajo que realizaremos. + Víctor Manuel Ochoa Cadavid Obispo de Cúcuta

Lun 1 Jul 2019

Análisis de la Realidad Nacional: tema de reflexión en asamblea de obispos

Reconciliación, justicia transicional, panorama electoral, plan de desarrollo, seguridad, defensa de la vida, familia, educación, ecología y libertad religiosa, temas con los que se abrió la agenda de reflexión y trabajo en la 108 Asamblea Plenaria del Episcopado Colombiano. Durante la primera sesión de trabajo, los obispos reunidos en Bogotá, analizaron estos aspectos con miras a fortalecer la mirada regional que oriente la definición de líneas de acción pastoral para la promoción del desarrollo integral y solidario. La pobreza, el asesinato de líderes sociales, los cultivos ilícitos, la migración venezolana, la trata de personas, el acompañamiento a las víctimas, la dificultad en la implementación de los acuerdos con las FARC, entre otras problemáticas, fueron evidenciadas como aspectos que requieren urgente respuesta a nivel gubernamental y se constituyen en grandes retos para la acción pastoral y evangelizadora de la Iglesia. “El año pasado el DANE reportó un incremento que muestra una nueva tendencia en cuanto al tema de pobreza multidimensional (…) Frente a este hecho requiere mantener políticas sociales a largo plazo (…) El tema de la pobreza es una situación de región, pero Colombia precisa redistribución de la riqueza”, explicó monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social, durante su intervención. Sobre el tema del asesinato de líderes sociales y defensores de derechos humanos, el sacerdote aseguró que “es una de las preocupaciones grandes que hay en el país, porque vulnera de una manera muy fuerte el ejercicio de la democracia local y de la participación ciudadana”. Ante este panorama, precisó, se requiere una mirada muy clara de protección de estos líderes, de reconocimiento y legitimación de su actividad, “para que sean las comunidades mismas las que garanticen su permanencia y la sociedad colombiana sienta que es su deber el salir en defensa de la vida humana, particularmente en este caso, de la vida de todos los colombianos y colombianas que están comprometidos con la superación de temas sociales, de necesidades urgentes de las poblaciones”. Frente al tema migratorio, monseñor Henao ratificó el compromiso de la Iglesia Católica con las poblaciones migrantes y advirtió que “se tiene la necesidad de recuperar todos los esfuerzos para ser mucho más claro el enfoque hacía una solución de las necesidades de educación, salud, vivienda y trabajo de estas poblaciones”. Finalmente, llamó la atención sobre la urgencia del cuidado de la 'Casa Común': “El año pasado hubo una deforestación de 260 mil hectáreas”, afectando gravemente los departamentos de Meta, Guaviare y Caquetá; además del desequilibrio que esto produce a nivel general en el medio ambiente. A su turno, el padre Darío Echeverri González, secretario general de la Comisión de Conciliación Nacional, al referirse al acuerdo de paz con las FARC, precisó que los desafíos de la Iglesia son múltiples,entre ellos está la implementación de los acuerdos, la tarea de animar y estimular escenarios de diálogo, "donde la gente misma pueda participar, ayudar y ambientar una negociación con el ELN que es necesaria”. Al concluir afirmó que “la Iglesia tiene que asumir el tema de la reconciliación como algo que surge del Evangelio mismo, de la misión de la Iglesia y de todos los bautizados. Los que nos sintamos miembros de la Iglesia tenemos que dar nuestro aporte a la reconciliación de esta Colombia”. CVIII ASAMBLEA PLENARIA DEL EPISCOPADO

Lun 1 Jul 2019

Presidente del Episcopado instala CVIII Asamblea Plenaria

En la mañana de hoy, monseñor Óscar Urbina Ortega, arzobispo de Villavicencio y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, fue el encargado de hacer la instalación de la asamblea plenaria de obispos que llega a su versión ciento ocho. En esta ocasión, el tema principal de discernimiento se centrará en “la economía al servicio de la dignidad y del bien común.” Monseñor Urbina Ortega, inició su intervención recordando que “la dignidad de la persona, creada a imagen de Dios, es un misterio. Pero, también, es una conquista que está a la base de la construcción de toda sociedad que coloque a las personas en el centro de las transformaciones sociales”. El arzobispo de Villavicencio, expuso que las cuestiones sociales y económicas deben ir encaminadas, en la reflexión y anuncio de la Iglesia, a despertar las conciencias de los responsables de ellas, para recuperar el sentido de humanidad y justicia. Dijo, además, que “Los derechos humanos no son simples concesiones sociales, sino, elementos nucleares de la propia dignidad humana, y el poder político y la sociedad están llamados a protegerlos”. Al referirse al tema del bien común, expresó que se requiere de una ética responsable para el manejo de la economía “que debe pasar por la responsabilidad en el consumo, en el cuidado de la casa común y en la protección de los más vulnerables”. El prelado develó durante su alocución que es evidente ver como la tenencia de tierras se concentra en manos de unos pocos, por lo que advirtió que las medidas que acompañen la reforma agraria no pueden quedarse solo en un reparto de tierras, sino que debe contribuir al desarrollo integral de los pueblos. En su discurso, se refirió también al cambio de época que conlleva nuevas dinámicas de ver el mundo en una “aldea global” interdependiente. “El desarrollo humano y el bienestar social tienen necesidad del amor en la verdad, en una sociedad que pasa por momentos difíciles: la crisis financiera, sus consecuencias sociales, sicológicas, políticas y antropológicas; la globalización con la reducción del nivel de protección social, el eclecticismo cultural, la ambigüedad de la ciencia con aplicaciones cuestionables en el dominio de la vida y la falta de reflexión sobre el fin de la economía”. A la vez que resaltó que solo el amor permitirá vivir y guiar la creciente interdependencia de la humanidad en términos de relación, comunión y de participación, monseñor Urbina Ortega mencionó y reflexionó sobre algunas pistas que el Papa Francisco sugiere para redescubrir el camino del respeto y la equidad de las personas. Son ellas: La opción preferencial por los pobres; las periferias; la inequidad; la corrupción; la injusticia política, social y económica; el techo, la tierra y el trabajo; los emigrantes; la tarea profética y las nuevas generaciones. Al dirigirse a los obispos presentes en la asamblea, dijo que a pesar de que los tiempos son difíciles siempre hay una esperanza. “Todo lo que acontece, por más negativo y terrible que sea, siempre servirá para el bien; por eso los invito a proseguir en el trabajo que las jurisdicciones han realizado”. Finalmente, afirmó que, ante esta compleja realidad, los obispos durante la asamblea se darán a la tarea de escuchar, discernir y trazar tareas de acción para la tarea evangelizadora de la Iglesia que acompaña a las comunidades. “Sabemos que no hay fórmulas mágicas, pues la historia la construimos paso a paso, en el tiempo más que en el espacio, pero podemos ayudar a colocar la economía al servicio de todo nuestro pueblo y no de unos pocos, luchar contra la exclusión, la corrupción y la inequidad, en la que el dinero domina en menoscabo de las personas”. La asamblea del episcopado que congrega en esta ocasión a 85 prelados de las diferentes jurisdicciones del país, sesionarán en plenaria hasta el próximo 5 de julio. El sábado 6, los obispos peregrinarán hacia la Basílica de Chiquinquirá donde celebrarán el centenario de la coronación de Nuestra Señora del Rosario como reina y patrona de Colombia. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar discurso inaugural Mons. Óscar Urbina[/icon]