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iglesia católica colombiana

Lun 3 Jul 2023

“Somos los primeros necesitados de la misericordia”: monseñor Luis José Rueda

Bajo el propósito central de profundizar y fortalecer el carácter misericordioso de la Iglesia Católica en Colombia , este lunes 3 de julio los obispos del país dieron inicio a su CXV Asamblea Plenaria en Bogotá. Durante la apertura, monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), invitó a sus hermanos pastores a seguir manteniendo una voz profética para el país, que acompañe y aliente frente a las preocupaciones de la realidad actual. Recordó que también son seres humanos y ciudadanos desafiados por esta realidad; además, que son los primeros necesitados de misericordia y consolación pastoral. Monseñor Rueda inició su mensaje recordando que la reflexión de esta asamblea se configura dentro de una de las tres opciones que han tomado para caminar juntos, “con las cuales nos hemos propuesto vivir y servir como Iglesia en Colombia, con la mirada puesta en el Jubileo de la Esperanza del 2025 y del gran Jubileo de la Redención del 2033”, precisó. Se trata de la tercera opción, a través de la cual proponen ser “una Iglesia misericordiosa que se conmueve, se detiene y ayuda al otro, cuantas veces sea necesario”. Por esto, dijo, “el desarrollo de cada jornada será, ante todo, una experiencia espiritual, en un ambiente de oración, diálogo y discernimiento”. La alocución del primado de Colombia se enmarcó en cuatro aspectos centrales: 1. La realidad humana como lugar de encuentro con Dios. 2. La experiencia de la desolación espiritual. 3. La desolación como oportunidad para crecer y madurar. 4. La consolación pastoral. “Los obispos en colegialidad somos una voz profética necesaria para Colombia” Monseñor Luis José Rueda afirmó que todas las realidades humanas le interesan a la Iglesia y que, aunque son plenamente conscientes que, como obispos, no tienen la solución a las diversas problemáticas que vive Colombia, se sienten “enviados por el Señor a acompañar, como pastores y como servidores, todas las situaciones de la vida del Pueblo fiel de Dios”, especialmente “desde el testimonio, con la presencia y el acompañamiento a las comunidades, en diálogo social evangelizador como camino para encontrar las salidas a los duros conflictos que vivimos”, remarcó. Así mismo, el presidente de la CEC recordó a los demás prelados la necesidad del profetismo, inspirado en el Evangelio y en la enseñanza social de la Iglesia, “en cercanía con fe y amor, asumiendo las actitudes de Jesús, Buen Pastor”. Sobre esto, precisó: “el momento histórico de nuestro país nos pide a los obispos estar en permanente ejercicio de discernimiento evangélico, reflexionar la realidad desde las regiones con actitud profética, en nombre de Dios, sin dejarnos ahogar en lo coyuntural, con visión de futuro, con realismo esperanzado, sin la beligerancia que alimenta polarizaciones, con humildad y a la vez sin ingenuidad”. “Los obispos somos seres humanos y ciudadanos, desafiados por los problemas propios de la Iglesia y solicitados por todos los problemas sociales” El Arzobispo de Bogotá recordó a sus hermanos en el episcopado que su realidad eclesial y su realidad personal están íntimamente tejidas con la realidad social de Colombia, que constantemente lo externo se mezcla con lo interior, y que esto hace que su vida se convierta en una especie de campo de combate y un camino exigente y que, ante esto, la fuerza y la guía la encuentran en el Señor. “Somos frágiles y somos los primeros necesitados de la misericordia” Seguidamente, monseñor Luis José Rueda reconoció que, aunque, como obispos, tienen la gracia del ministerio sacerdotal en primer grado, son los primeros necesitados de la misericordia de Dios y que es ella la que los levanta y pone nuevamente en el camino. Al tiempo, el prelado recordó que más allá de este momento complejo que vive el país y de las pruebas que los agobian, el papa Francisco les ha pedido no desanimarse ni rendirse ; a “hacer una pausa para estar en la presencia de Jesús, a quien encontramos siempre fiel en nuestro camino, cercano y atento a nuestra vida, para ofrecernos la necesaria consolación pastoral”. Se trata de una consolación que tiene la fuerza del Espíritu Santo, que “acude en ayuda de nuestra debilidad” (Rm 8,26), para propiciar nuestro progreso como obispos en la adoración, en la gratitud, en la humildad misionera y en una más esperanzada relación con el Señor y con todos los miembros del Pueblo fiel de Dios”, remarcó. “¡Preferimos una vida de obispos y de Iglesia “deshilachada en el servicio” (EG 96), en vez de presentarnos como maestros espirituales que señalan desde fuera” A propósito de esta consolación pastoral, el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia dijo que con ella recibirán el don de la alegría espiritual para lanzarse a la misión de manera renovada, “nos robustecerá en el dinamismo evangelizador centrado en Jesucristo, con el “aire puro del Espíritu Santo”, que nos libera de la mundanidad manifestada en “embelecos” y “vanaglorias” doctrinales y estadísticas que nos distancian del Pueblo fiel de Dios”. Los obispos vivirán esta CXV Asamblea Plenaria a través de una metodología conocida como la conversación espiritual que consiste en una escucha atenta de lo que el Espíritu les quiere decir por medio de las intervenciones de todos los participantes. Sobre ella, monseñor Rueda dijo que, vivida en fraternidad y cercanía con el Señor y con María, los ayudará a progresar en “la misión de Iglesia misericordiosa, capaz de contemplar, conmoverse y detenerse para servir”. Durante este primer día de encuentro los obispos estarán enfocados en su retiro espiritual y con él los pastores de la Iglesia que peregrina en Colombia, buscarán establecer las bases para que dicha propuesta de conversación espiritual “se convierta en la mejor manera de aproximarnos con fe a la realidad social, eclesial y personal, como auténtico lugar de encuentro con Dios”, así lo afirmó monseñor Luis José Rueda Aparicio al cierre de su discurso.

Dom 2 Jul 2023

Vicepresidente del episcopado rechaza el ataque contra diácono y laico en Caldono

Ante los graves hechos ocurridos en la madrugada de este domingo 2 de julio en el casco urbano del municipio de Caldono (Cauca), en los que el diácono Fredy Muñoz y el laico Eider Bototo resultaron gravemente heridos tras ser víctimas de un ataque mientras se desplazaban en un vehículo al servicio de la parroquia provenientes de la vereda La Esmeralda, monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, arzobispo de Popayán y vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), ha emitido un comunicado en el que lamenta y rechaza con vehemencia este atentado. De acuerdo con el prelado, este ataque da cuenta de la degradación del conflicto en ese territorio. Afirma, además que aunque, milagrosamente, las lesiones sufridas por estos dos miembros de la Iglesia que adelantan su misión pastoral en la Parroquia San Lorenzo de Caldono no amenazan hoy su vida,son el reflejo de las heridas de toda la sociedad civil del Cauca, en la que sus habitantes "son víctimas permanentes de esta violencia armada salida de todo principio de racionalidad y respeto al Derecho Internacional Humanitario". Pese a la situación, en el mensaje, monseñor Sánchez ratifica el compromiso indeclinable de la Iglesia Católica colombiana con la búsqueda de la reconciliación y la paz. "Cada hecho violento en nuestros territorios nos reclama mayor compromiso en este propósito; no podemos seguir postergando este profundo anhelo", agrega el arzobispo. DESCARGUE EL COMUNICADO AQUÍ

Vie 30 Jun 2023

La Voz del Pastor | 2 de julio de 2023

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia: Lectura del Santo Evangelio según SanMateo 10,37-42

Vie 30 Jun 2023

Misericordia: tema central de la próxima asamblea del episcopado colombiano

Del lunes 3 al viernes 7 de julio, los 72 obispos, junto a 3 administradores diocesanos que actualmente tiene la Iglesia Católica colombiana, estarán reunidos en Bogotá, en la sede de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), para vivir su Asamblea Plenaria #115. En esta oportunidad, buscarán, a través del discernimiento, el diálogo y los espacios de trabajo sinodal que desarrollarán, identificar cómo “ser una iglesia misericordiosa que contemple, se conmueva y se detenga a ayudar al otro, cuantas veces sea necesario”, así lo ha dado a conocer monseñor Luis Manuel Alí Herrera, obispo auxiliar de Bogotá y secretario general de la CEC en el primer informe que emite ‘Así va la Asamblea’, el informativo del episcopado, a través del cual se darán a conocer, como cada seis meses, los acontecimientos más relevantes de este encuentro. A propósito de la realidad actual del país en términos sociales y políticos, dimensión que también es objeto de análisis durante cada asamblea plenaria, de acuerdo con monseñor Luis Manuel Alí Herrera, obispo auxiliar de Bogotá y secretario general de la CEC, los pastores colombianos compartirán “sus gozos y esperanzas, pero también sus preocupaciones y grandes desafíos para seguir consolidando el trabajo de la Iglesia en Colombia a favor de la paz y de la justicia”. Sobre la manera concreta en que abordarán los obispos esta nueva reunión, monseñor Alí se refirió a una metodología conocida como la conversación espiritual. “Esta consiste en una escucha atenta de lo que el Espíritu nos quiera decir por medio de las intervenciones de todos los participantes. Así, optamos por ser una Iglesia que sale al encuentro de los que sufren, acompaña a las víctimas de la violencia y de todo tipo de abusos; y anuncia, con valentía, la promoción y defensa de la vida, de la dignidad humana y el cuidado de la casa común”, precisó el obispo. Finalmente monseñor Luis Manuel Alí pidió a todos oración por los frutos del trabajo que se realizará durante esta centésima décima quinta asamblea plenaria del episcopado colombiano. Conozca todos los detalles en la primera entrega del informativo 'Así va la Asamblea':

Jue 29 Jun 2023

Iglesia apoyará búsqueda de personas desaparecidas en el marco del conflicto armado

“En Colombia, 104.000 familias buscan muy intensamente a sus seres queridos desaparecidos a lo largo del conflicto armado”, así lo dio a conocer monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, delegado de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) para las relaciones Iglesia – Estado. Esto, a propósito de la reunión que sostuvieron este martes, 27 de junio, los tres miembros de la junta directiva de la CEC (monseñor Luis José Rueda, monseñor Omar Sánchez y monseñor Luis Manuel Alí), junto a monseñor Juan Carlos Barreto, obispo de la Diócesis de Soacha y a monseñor Henao, con Luz Janeth Forero Martínez, directora de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas(UBPD). El encuentro, desarrollado en la sede del episcopado en Bogotá, formalizó la colaboración que prestará la Iglesia Católica colombiana en la búsqueda de personas y así “dar respuesta a una necesidad humanitaria que afecta a tantas familias a lo largo del país y que representa una huella profunda en la vida, en la psicología de las personas, en sus vidas comunitarias”, precisó monseñor Henao. Sobre el encuentro, la UBPD ha dicho que “la Iglesia es fundamental para la búsqueda en los territorios”. Esto, reconociendo, de manera especial, la amplia presencia que tiene como institución en las diferentes regiones del país, a través de sacerdotes, comunidades religiosas y agentes de pastoral que acompañan de manera permanente a las comunidades. Según monseñor Héctor Fabio Henao, los equipos de esta unidad tienen un enfoque particular de búsqueda en 7.600 sitios donde han identificado la existencia fosas comunes. A propósito de las formas concretas de colaboración por parte de la Iglesia, el delegado de la CEC explicó también que en las “parroquias o diócesis que tienen cementerios bajo su responsabilidad o propiedad, donde pueden haber personas sepultadas sin identidad o en fosas comunes, ahí se puede hacer un trabajo mancomunado en esta búsqueda”. Agregó que hay una labor humanitaria permanente de acompañamiento a los familiares para transmitir información y para hacer que se pueda tener acceso a otras sepulturas que están dispersas en algunos territorios o en cementerios informales que se han creado en el marco del conflicto armado. Declaración de monseñor Héctor Fabio Henao sobre la reunión: Declaración de monseñor Héctor Fabio Henao sobre las formas en que Iglesia apoyará la búsqueda:

Mar 27 Jun 2023

Iglesias de Colombia y Alemania: en camino sinodal por la reconciliación y la paz

Recientemente la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) recibió la visita de una delegación de Misereor, la obra episcopal de la Iglesia Católica alemana para la cooperación al desarrollo. La presencia de Betina Beate, jefa del departamento de América Latina y Stefan Tuschen, responsable para Colombia, permitió fortalecer los vínculos ya históricos de cooperación fraterna entre la Iglesia de Colombia y la Iglesia de Alemania, así como abrir caminos nuevos de esperanza para fortalecer los esfuerzos de la Iglesia colombiana por la reconciliación y la paz. Los representantes de Alemania fueron acogidos el pasado 21 de junio en la ciudad de Bogotá por monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la CEC, monseñor Luis Manuel Alí Herrera, su secretario general y por el padre Rafael Castillo Torres, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social, Cáritas colombiana. De acuerdo con el padre Castillo, la reunión dejó compromisos en tres dimensiones concretas, hoy, además, inspiradas por el llamado al camino sinodal que ha hecho el papa Francisco: 1. Tener mayor conocimiento, información y comunicación directa por parte de los obispos de Colombia con la misión de Misereor. Esto les permitirá identificar las oportunidades que esta organización brinda en orden al desarrollo a través de propuestas que tengan que ver con temas asociados al agua, la agricultura, los derechos humanos, la paz y la reconciliación. 2. Apoyar la acción y servicio que hacen a la paz de los señores obispos de las jurisdicciones ubicadas en zonas de conflicto armado, así como a las tres instancias de la Conferencia Episcopal de Colombia que actualmente enfocan su misión a apoyar la reconciliación y a la paz de Colombia (Secretariado Nacional de Pastoral Social, Comisión de Conciliación Nacional y Delegación de Relaciones Iglesia – Estado). 3. Aportar y acompañar a las organizaciones sociales y de base que en sus jurisdicciones vienen siendo apoyadas por Misereor y están defendiendo a los miembros de sus comunidades, sus territorios y los ecosistemas naturales. Todos ellos necesitan y han de contar con la presencia cercana de la Iglesia. Durante el encuentro, monseñor Luis José Rueda Aparicio recibió por parte de los señores Betina Beate y Stefan Tuschen una obra del artista Emeka Udemba que intenta responder la pregunta: ¿Qué es sagrado para nosotros? En ella, se muestra un mundo desgarrado compuesto por numerosos trozos de papel de periódico, aludiendo a hechos y noticias falsas. Para la creación de la obra, el artista ha arrancado fragmentos de viejos periódicos y los ha ido pegando capa a capa, creando algo nuevo a partir de ellos. En la imagen, la Tierra resplandece desde la distancia como una joya en verde turquesa y azul. Cuatro brazos se extienden por el cálido espacio rojo circundante; a juzgar por su forma y color, pertenecen a personas de distinto sexo y origen étnico. Las manos tocan suavemente el globo, pero también parecen dejarle espacio para girar libremente. “Un mundo verdaderamente desgarrado, herido y frágil. ¿Sigue sostenido o ya ha sido abandonado a su suerte? ¿Sigue girando? ¿Perderá su equilibrio como nuestro clima?”, así lo ha indicado el padre Rafael Castillo, al referirse a la obra. El Director del Secretariado Nacional de Pastoral Social ha dicho también que la fuerza de lo simbólico de este paño cuaresmal entregado por Misereor, acogido con las dos manos, como todo lo que es de Dios, los compromete mucho más con el llamado del papa Francisco: “En efecto, existe una clara relación entre la protección de la naturaleza y la construcción de un orden social justo y equitativo. No puede haber una renovación de nuestra relación con la naturaleza, sin una renovación de la humanidad misma” (Viaje apostólico a África del año 2015). Hay que recordar también que desde hace 60 años, las Iglesias de Aquisgrán (Aachen) en Alemania y la Conferencia Episcopal de Colombia sostienen un vínculo estrecho conocido como gemelage que abarca tres ascpectos esenciales: la comunión espiritual de oración mutua, la comunión de bienes materiales y la comunión pastoral de compartir experiencias que puedan enriquecer mutuamente el trabajo evangelizador. Recientemente, entre el 25 de mayo y el 13 de junio, una delegación de la Iglesia colombiana, integrada por representantes de cabeza provincia eclesiástica y en cabeza de monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, Arzobispo de Popayán y Vicepresidente de la CEC, monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero, Obispo de Santa Rosa de Osos, monseñor Luis Felipe Sánchez Aponte, Obispo de Chiquinquirá, estuvieron peregrinando en la Diócesis de Aquisgrán bajo el propósito central de conocer a las personas, instituciones y organizaciones que participan en los procesos de la Hermandad. Allí, fueron recibidos pormonseñor Helmut KarlDieser, obispo de esa Iglesia local de Alemania. Así mismo, Adveniat, la obra de caridad de los católicos en Alemania para los pueblos de Latinoamérica y el Caribe, también ha venido apoyando con recursos, de manera decidida, durante muchos años a diferentes jurisdicciones e instituciones de la Iglesia que peregrina en Colombia.

Lun 26 Jun 2023

2024 será el año del centenario misionero en Colombia

Con una Solemne Eucaristía de envío misionero de cara a la conmemoración de los 100 años del primer congreso nacional misionero realizado en Colombia en 1924, la Iglesia Católica clausuró este domingo, 25 de junio, el cuarto congreso regional de preparación a este centenario que reunió, durante tres días, en la ciudad de Cartagena, a más de 250 representantes de las provincias eclesiásticas de Cartagena, Barranquilla, Bucaramanga y Nueva Pamplona, en cabeza de sus arzobispos y obispos. La celebración fue presidida en el Santuario de Santa María Bernarda Bütler por monseñor Francisco Javier Múnera Correa, arzobispo de Cartagena, quien tomando como referencia lo planteado por el papa Francisco en sus exhortaciones apostólicasEvangelii gaudium y Christus vivit, enfatizó en tres aspectos fundamentales para renovar la vocación de la misión en Colombia, de cara a este importante acontecimiento. De acuerdo con el prelado, es urgente recordar la verdadera identidad de la Iglesia, el impulso de callejear la fe y la disposición a superar los desafíos que se presentan en el mundo actual para el anuncio del Evangelio, por lo que puntualizó: “No nos dejemos robar el entusiasmo misionero…No nos dejemos robar la alegría evangelizadora…No nos dejemos robar la fuerza misionera”. Al hacer un balance de este encuentro, en el que fue lanzado el 2024 como año centenario, que tendrá como lema “En la Iglesia misionera, Colombia de primera”, monseñor Mario de Jesús Álvarez Gómez, obispo de la Diócesis de Istmina-Tadó, administrador apostólico de la Diócesis de Quibdó y presidente de la Comisión de Misiones de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), lo calificó como una experiencia de sinodalidad misionera afirmó en el que se vivieron importantes momentos de oración, reflexión y de conciencia de lo que significa la misión. “El compromiso de la misión es sentirnos, como bautizados, enviados a anunciar el nombre de Jesús, el gran clamor de la Iglesia universal es volver a la misión y la misión es cumplir el mandato misionero que Jesús nos dejó: “Vayan por todo el mundo, anuncien el Evangelio a toda criatura, no tengan miedo, yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo””. Monseñor Álvarez agregó también que a partir de este ahora se abren las puertas “para que con María Misionera vayamos más allá de las fronteras y empezar así con el pregón de en la Iglesia misionera, Colombia de primera”. Durante el segundo día del congreso, se llevó a cabo se llevó a cabo un taller por provincias eclesiásticas bajo una dimensión denominada ‘Eco misionero’, este consistió en un discernimiento que tuvo como guía dos preguntas fundamentales: 1. “¿Qué me dicen estos clamores de la Iglesia Universal? 2. ¿Cuáles son los clamores en nuestra Diócesis?” Para la primera pregunta, algunas de las respuestas que se plantearon fueron: “Debemos fortalecer la oración personal, dar apertura en nuestras vidas a la acción al Espíritu Santo, necesitamos comprometernos y apasionarnos por la misión con sencillez y humildad, tener fortaleza para vencer el miedo de evangelizar, conocer las realidades de cada comunidad que evangeliza a partir del diálogo”. Para la segunda pregunta se concluyó que, además de la formación inicial y permanente de laicos y sacerdotes, los principales clamores son por: la justicia social para los pobres, salvar a los jóvenes, la unidad familiar, el respeto a la identidad cultural, las vocaciones, la paz y la vida, el aumento del testimonio misionero y por la sed de la palabra de Dios. El padre Samir García Valencia, director del Centro Nacional Misionero y encargado de las Obras Misionales Pontificias de Colombia (OMP), las dos instituciones que animan este proceso, afirmó que este congreso, remarcado por la fuerza misionera de las comunidades eclesiales que caminan en la costa atlántica y en el nororiente de Colombia “ha sido un Kayros, un acontecimiento del Espíritu Santo que permitirá recordar que la esencia, naturaleza e identidad propia de la Iglesia es la misión. Asimismo, el compromiso concreto con la misión ad gentes, tanto ad intra, como ad extra”. El padre García dijo que el espacio permitió también enfatizar en la importancia del hermanamiento misionero, especialmente desde el acompañamiento a los vicariatos apostólicos del país “y el fortalecimiento entre las diferentes jurisdicciones para proyectar con mayor ardor el compromiso misionero en estos lugares que son tan necesitados”. El sacerdote se refirió a este último congreso regional, desarrollado a través de ponencias, talleres y momentos de adoración, como “una eclosión y el inicio de un camino misionero muy significativo en Colombia” con el que se tomarán fuerzas para lanzar con ímpetu esta gran tarea misionera que tendrá como tema ‘’Testigos de la fe; pregoneros de la gracia”. “Desde ya todas jurisdicciones que vivieron el congreso, se comprometieron a comenzar este camino de preparación centenaria, a vivirlo, a celebrarlo, a hacerlo presente en sus jurisdicciones y a unirse a nivel nacional para celebrar todos juntos en la Iglesia colombiana”, agregó. Sobre los tres congresos previos de preparación : Al congreso realizado en Cartagena lo antecedieron otros tres regionales. El primero se celebró entre el 18 y el 20 de marzo de 2022 en Pereira, allí se reunieron las comunidades eclesiales que caminan en Antioquia, Chocó y el Eje Cafetero. Seguidamente, del 18 al 20 de mayo se llevó a cabo el segundo congreso regional en Popayán, que convocó a las regiones del Sur Occidente y Tolima Grande. Y, llamados a la casa de la Reina y Patrona de Colombia, Nuestra Señora del Rosario, en Chiquinquirá, durante los días 27 al 29 de enero de 2023 se celebró el tercer congreso regional misionero en el que participaron las regiones del Altiplano Cundiboyacense, Amazonia y Llanos. El legado misionero de la Iglesia colombiana: El director del Centro Nacional Misionero de la Conferencia Episcopal de Colombia ha explicado también que esta gran celebración está marcada por el impulso y legado del primer congreso celebrado en 1924 en el que "grandes hombres y mujeres de una enorme valentía y una férrea decisión frente al anuncio del Evangelio, como lo fueron, por ejemplo, la Santa Madre Laura, el Venerable Miguel Ángel Builes, el Beato Padre Marianito, los beatos mártires hospitalarios, el Beato Pedro María Ramírez, el Beato Jesús Emilio Jaramillo Monsalve, la Beata María Berenice Duque Hencker y muchos otros que bien conocidos o que permaneciendo en el anonimato han hecho que el Evangelio continúe dando frutos para bien de la humanidad y salvación de las almas".

Vie 23 Jun 2023

En Colombia también se amenaza la libertad religiosa

Este jueves, 22 de junio, la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN) Colombia dio a conocer en Bogotá el XVI Informe de Libertad Religiosa en el Mundo, un análisis riguroso que evalúa la situación de este derecho humano fundamental para los creyentes de todas las tradiciones religiosas en 196 países. Este documento es elaborado desde el año 1999 por ACN. Este espacio, en el que estuvo presente el episcopado colombiano a través de monseñor Luis Manuel Alí Herrera, su secretario general, se desarrolló en tres momentos: en primer lugar, la socialización del informe oficial 2023, que estuvo a cargo de Marcela Szymanski, jefe del Religious Freedom Report (RFR). Marcela, conectada al evento virtualmente desde España, explicó que “la libertad religiosa se viola en 61 países del mundo, pero la situación más crítica se presenta en 28 países donde existen persecuciones por motivos religiosos y en 33 más, la discriminación es una constante. Según se ha indicado, los autores de este tipo de situaciones “son los gobiernos totalitarios, el extremismo religioso y el nacionalismo etnoreligioso”. Tras la presentación de este informe, se desarrolló un conversatorio interreligioso al que fueron invitados el obispo auxiliar de Bogotá, monseñor Alí Herrera, en representación de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC); Marcos Peckel, director de la Confederación de Comunidades Judías de Colombia y el Sheikh Ahmad Tayel, presidente de la Asociación Benéfica Islámica. En dicho espacio de diálogo, monseñor Alí recordó que “es muy importante que nos conozcamos, que tengamos en cuenta la riqueza de las tradiciones religiosas y culturales de cada uno”; además, compartió que su familia llegó como migrante a Colombia después de la Segunda Guerra Mundial y en los primeros años tuvo que experimentar las dificultades propias a las que se enfrentaban en aquella época las personas con tradiciones diferentes. Por su parte, Marcos Peckel insistió en que “aún existe la idea equivocada de que una persona religiosa es de un estatus inferior si se le compara con las personas ateas. Romper ese mito es difícil; ser religioso no es un crimen, ni profesar una religión es solo para los pobres o las personas enfermas psíquicamente”. El Sheikh Tayel confirmó que se deben “eliminar muchos de los malentendidos que hay en la sociedad; los líderes religiosos somos parte de la sociedad, no somos enemigos; todos podemos trabajar en equipo en beneficio de la comunidad”. Finalmente, el evento contó con la participación especial de la hermana Gloria Cecilia Narváez FMI, religiosa colombiana que fue secuestrada en Malí (África) por un grupo extremista islámico durante casi cinco años por motivos religiosos. Precisamente fue la consagrada quien escribió el prólogo de este nuevo informe. La hermana Gloria dio a conocer su testimonio titulado “Mi fe durante el secuestro”, a través del cual compartió con la audiencia su experiencia de retención. Con una conmoción evidente recordó los vejámenes que tuvo que sufrir y las pérdidas de vidas humanas que presenció por la intransigencia de sus captores. Sin embargo, dejó en los participantes la convicción de que el trabajo misionero de la Iglesia en tierras de no cristianos, no es una labor que busque la conversión religiosa de estos sino la expresión del amor de Cristo que no tiene fronteras: “No fuimos a convertir a nadie al catolicismo; fuimos a hacer presencia”, puntualizó. Algunas frases de la religiosa que ahora desarrolla su misión pastoral en la Diócesis de Tumaco (Nariño), suscitaron la reflexión: “Oraba por mis captores no para que se convirtieran a la fe cristiana, sino a la fraternidad”; “aprendí a callar para desarmar la guerra”; “mi espíritu nunca estuvo secuestrado”; “Yo simplemente oraba diciendo: Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios…”. “La Eucaristía me sostuvo durante el cautiverio: dibujaba en la arena del Sahara el cáliz y la patena, y contemplaba la presencia de Cristo, luego hacía la comunión espiritual”. En el espacio también estuvo presente el padre Raúl Ortiz Toro, director del Departamento para la Promoción de la Unidad y del Diálogo (PUD) del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC). Precisamente, desde esta dependencia, que trabaja en torno a estos temas, confirmó que, en el caso particular de Colombia, cada año la Iglesia Católica presenta a la sección política de la Embajada de los Estados Unidos un informe sobre el estado de libertad religiosa para sus miembros. Según se ha indicado, en la actualidad, causan alarma distintos proyectos de ley en el Congreso de la República que atentan contra la libertad de los católicos para profesar su fe. Algunos de estos casos que preocupan a la Iglesia Católica son: 1). La iniciativa que pretende convertir las capillas católicas de las instituciones públicas en lugares de culto interconfesionales. 2). El proyecto que busca la reforma de la ley estatutaria de libertad religiosa de 1994 sin escuchar a las entidades del sector religioso. 3) El proyecto encaminado a adoptar en el país la “Convención interamericana contra toda forma de discriminación e intolerancia” que, erróneamente, amplía el concepto de discriminación, pasando del ámbito objetivo al subjetivo, al punto de que si una persona no religiosa se siente indispuesta porque ve a un sacerdote usar su vestido clerical o porque una comunidad realiza una procesión por las calles, etc., puede denunciar su malestar ante las autoridades. Además, si alguien se siente inconforme por un principio o doctrina de la fe, podría igualmente denunciar que es objeto de discriminación. En palabras de Marcela Szymanski “cada día más se difunden leyes que muestran como legal la privación del derecho fundamental a la libertad religiosa”. Según ha dicho, la respuesta para evitar esto es “permanecer vigilantes, estar conscientes de los derechos fundamentales, protestar, denunciar, compilar la lista de violaciones al derecho y exigir a los gobiernos que cumplan la ley y los compromisos internacionales, porque nuestra fe no es una opinión ni un sentimiento”. Algunas claves de lo planteado en el XVI Informe de Libertad Religiosa en el Mundo Entre las conclusiones que destaca en el documento la Fundación Ayuda a la Iglesia que Sufre, se encuentran también: - “Aumento del número de comunidades religiosas mayoritarias que sufren persecución. “Hasta la fecha, la mayoría de los grupos confesionales que sufrían persecución pertenecían a comunidades religiosas minoritarias. Cada vez son más las comunidades religiosas mayoritarias que también sufren persecución (Nigeria, Nicaragua). - La respuesta cada vez más callada por parte de la comunidad internacional ante las atrocidades cometidas por regímenes autocráticos «estratégicamente importantes» (China, India) ha puesto de manifiesto una creciente cultura de la impunidad. Países clave (Nigeria, Pakistán) han escapado de las sanciones internacionales y otros castigos tras las revelaciones de violaciones de la libertad religiosa contra sus propios ciudadanos. - En Occidente, la «cultura de la cancelación», que incluye un «discurso obligatorio», ha evolucionado desde el acoso (verbal) a individuos que, por motivos religiosos, defienden opiniones diferentes, hasta llegar a las amenazas legales y la pérdida de oportunidades laborales. Se ha amenazado con sanciones legales a personas que, debido a su fe, no han defendido posturas que respalden claramente opiniones acordes con las exigencias ideológicas imperantes («cultura de la cancelación»). Las redes sociales han constituido un factor importante para impulsar esta tendencia. - Aumento de los ataques contra líderes religiosos y otras personas dedicadas a las Iglesias por parte de grupos delictivos organizados (Latinoamérica). Representantes religiosos, defensores de los migrantes y otras comunidades desfavorecidas han sido objeto de ataques (secuestros e incluso asesinatos) por denunciar a las bandas de delincuentes y tomar medidas para detenerlas. Aumento de las iniciativas de diálogo interreligioso. El papa Francisco y otros líderes eclesiásticos de todo el mundo han ampliado sus contactos con otras comunidades religiosas. Los líderes religiosos de Indonesia, a través de la organización islámica Nahdlatul Ulama, han incrementado el diálogo con sus homólogos hindúes, y en el G20 crearon un grupo permanente sobre religión, en el que participan otras comunidades religiosas importantes”. ACCEDA AL INFORME AQUÍ