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Miércoles de Ceniza

Mar 16 Feb 2021

Orientaciones generales para la imposición de la ceniza

Este miércoles, 17 de febrero de 2021, la Iglesia católica dará inició al tiempo de la Cuaresma y lo hace con el signo de la imposición de la ceniza. Atendiendo a este tiempo especial que se vive por la pandemia del Covid 19, la Conferencia Episcopal de Colombia presenta las orientaciones generales que se han de seguir para aplicar este signo espiritual tan importante para los files. Las orientaciones se han elaborado siguiendo las indicaciones ofrecidas por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos del Vaticano, y enviado a todos los obispos del país, quienes las aplicarán ajustándolas a las realidades de cada jurisdicción. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Lun 15 Feb 2021

Subsidio litúrgico para vivir el Miércoles de Ceniza y la Cuaresma

El próximo miércoles, 17 de febrero, con la celebración litúrgica en la que se impone el signo penitencial de la ceniza, la Iglesia católica da inicio al tiempo de la Cuaresma, un tiempo penitencial que nos ayuda a disponernos espiritualmente para la fiesta de la Resurrección de Jesús. Para vivir y animar este tiempo litúrgico, la Conferencia Episcopal de Colombia, a través del Departamento de Liturgia, ha dispuesto unos insumos pastorales, prestando importante atención al momento actual que vive el país por la pandemia de Covid-19. La Iglesia, ante el aislamiento selectivo con distanciamiento individual responsable y dado que no es posible la participación de todos los creyentes en la Misa dominical y festiva, ni en la celebración de la Palabra de Dios con distribución de la sagrada comunión, orienta y recomienda para que los fieles “permanezcan en oración durante el tiempo debido personalmente, en familia o, si es oportuno, en grupos familiares”. Igualmente, anima para que las celebraciones litúrgicas de este tiempo litúrgico, sean seguidas a través de los medios de comunicación tradicionales y las redes sociales. El material, contempla insumos para que se vivan dos momentos de encuentro personal de la familia con el Señor, ellos son: el rezo de las Laudes y las Vísperas. Este subsidio ofrece además: I. Celebración de la Palabra de Dios con imposición de la Santa Ceniza; II. Celebremos en Familia el Inicio de la Cuaresma, Miércoles de Ceniza; y III. Predicación orante de la Palabra, con moniciones y oración de fieles. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Jue 11 Feb 2021

17 de febrero - Miércoles de Ceniza

Por: Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - De nuevo daremos inicio al tiempo de cuaresma en la Iglesia. No sabría decir si lastimosamente, pero sí, nos toca vivirlo en un período de tiempo muy difícil provocado por la pandemia del coronavirus. Hasta la Iglesia ha debido hacer algunas recomendaciones relacionadas con el rito, no con el fondo de la celebración. Ojo. La Congregación para el Culto Divino y los Disciplina de los Sacramentos ha pedido que en relación con el rito de la imposición de la ceniza se retorne a la usanza antigua, como lo describen los textos sagrados cuando se habla de los penitentes que se cubrían de saco y ceniza. En ninguna parte se dice “se untaban” ceniza (cfr. Jonás, 3, 5-6). Respetuosamente quiero hacer mención a lo sucedido con las prescripciones de bioseguridad respecto de la recepción de la comunión en la mano y no en boca, donde no pocas personas se han sentido afectadas y temerosas, pues consideran que no son dignas de recibir el cuerpo de Cristo en sus manos. Muchos se han quedado en la forma de recibir a Jesús sacramentado, y han preferido -dolorosamente- abstenerse de recibirlo, cuando la recepción en la mano ha sido tan antigua en la tradición de la Iglesia. Lo mismo sucede con la santa ceniza. Lo primero que en estos tips pastorales quiero recordar, es que este es un sacramental. Es decir, una ayuda espiritual para hacer más factible el propósito personal del creyente, en este caso, de la conversión, del cambio de vida, que comienza con el reconocimiento de los propios pecados. Desde siempre la ceniza se ha esparcido o echado en seco sobre la cabeza de los fieles. Así ha sido en Roma. Comenzando por los Papas, la han recibido en sus cabezas, de manos del Cardenal camarlengo. La tradición de mojar totalmente la ceniza y untarla es realmente de Latinoamérica, pero no hace parte de ningún dogma o mandato que diga que debe siempre untarse en la frente. Ahora, por la pandemia, se invita a que el sacerdote diga una sola vez la fórmula de la unción, y en silencio, con los cuidados del protocolo de bioseguridad, a los fieles que se acerquen, les echa con sus dedos un poco de ceniza seca en las cabezas sin tocarlos. No se es más o mejor cristiano porque la cruz de ceniza se vea más. Se es más cristiano cuando cada uno tome conciencia de la necesidad de volver a Dios, de convertirse y de tener una vida según su santa voluntad. Los signos de la Cuaresma como la penitencia, la limosna, la oración, el ayuno, sí que se pueden vivir personal y comunitariamente en este tiempo Cuaresma, cuando son tantos los que por causa de la pandemia del COVID-19 y las injusticias humanas sufren hambre, están ayunando física y espiritualmente y esperan de todos una limosna, o mejor, unos brazos extendidos que hagan sentir cercana la misericordia y el amor divinos. Que la Cuaresma 2021 permita a los creyentes en Cristo y a los miembros de la Iglesia, escuchar la voz de Dios, que en la pandemia nos está llamando a convertirnos, porque su tiempo ha llegado. + Luis Fernando Rodríguez Velásquez Obispo Auxiliar

Mié 26 Feb 2020

“El signo de la ceniza es señal de un espíritu de conversión, de vuelta a Dios, no nos quedemos en un rito externo”

Insistió monseñor Elkin Fernando Álvarez Botero, secretario general del Episcopado colombiano, durante la celebración eucarística del Miércoles de Ceniza. El también obispo auxiliar de Medellín recordó que la Iglesia Católica invita a vivir la Cuaresma como un periodo de conversión, reconciliación y preparación para la Pascua del Señor. En este sentido, el prelado propuso tres consignas para vivir este tiempo: Acercarnos a los demás con misericordia. Reconocer que la conversión es necesaria. No quedarnos en las cosas externas. Explicó que el signo de la ceniza “es señal de un espíritu de conversión, de vuelta a Dios, de un cambio total e integral que nos debe llevar a poder transformar nuestra sociedad, no nos quedemos solo con un rito externo que vivimos”. Agregó que los cristianos todos los días deben sentir la necesidad de una conversión, no solo durante los cuarenta días de la Cuaresma o un día al año; esto, recalcó, “debe ser una actitud permanente porque siempre debemos ir hacia adelante y crecer”. Hizo énfasis especial en la necesidad de reforzar la vida de oración, la limosna, los sacrificios. Agregó que “ninguna de esas cosas puede ser superficial, tiene que nacer del corazón y eso quiere decir en la relación personal con el Señor, quien todo lo ve”, por lo que animó a hacer propósitos concretos de cambio y obras de amor para con los más necesitados. Recordando el llamado que hizo el Papa Francisco en su mensaje para la Pascua, de ser embajadores de la reconciliación, dijo que este tiempo de Cuaresma debe servir para sembrar en el corazón de todos los bautizados la semilla de la reconciliación con Dios y con los hermanos. Finalmente, pidió la intercesión de María durante este camino Cuaresmal “que ella nos tome de la mano, nos vaya llevando paso a paso para encontrarnos con Cristo Resucitado”.

Jue 20 Feb 2020

Miércoles de Ceniza

Primera Lectura: Jl 2,12-18 Salmo: Sal 51(50),3-4.5-6a.12-13.14+17 (R. cf. 3a) Segunda Lectura: 2Co 5,20 - 6,2 Evangelio: Mt 6,1-6.16-18 Introducción La palabra de Dios presenta una viva exhortación a la conversión, a reconocer la realidad pecadora del ser humano, pero al mismo tiempo a una absoluta confianza en Dios que es generoso en misericordia. Desde estos textos se pueden abordar las prácticas y actitudes que el creyente debe vivir de manera personal y eclesial en la vivencia de la conversión. Así tenemos: conversión, misericordia de Dios y prácticas para la conversión. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El libro de Joel es corto, tan solo 4 capítulos, en dos secciones: una invasión de langostas con sus consecuencias (1-2) y la respuesta de Dios como una vuelta a la abundancia (3-4), entre las que se destaca la abundante efusión del Espíritu. Las langostas son percibidas como el ejército de Dios que viene a ejecutar su juicio, del cual uno se puede librar por la penitencia y la oración. Esta sección como respuesta a este desastre motiva una liturgia penitencial de duelo, de súplica, que concluye con la promesa profética del perdón divino. La conversión es un “volver a Dios de todo corazón”, con ayuno, con lágrimas, con dolor, convocando a la comunidad a una asamblea purificadora. Todo el pueblo, desde niños hasta los sacerdotes, está convocado a esta liturgia, “y digan: ¡Perdona, Yahvé, a tu pueblo!”. En la liturgia se reconoce la condición pecadora del hombre y la grandeza de Dios, a quien se descubre como el clemente, compasivo, lento a la cólera, rico en amor, el Dios de la bendición. Sal 51(50). Es uno de los 7 salmos penitenciales (Cf. 6, 32, 38, 51, 102, 130, 143), conocido como el Miserere. La experiencia del orante es su cruel realidad de pecado, pero de otra vertiente el poder de Dios que perdona, limpia, purifica, crea, infunde su Espíritu, devuelve la alegría, lleva a la salvación. No es un canto de simple reconocer el pecado sino ante todo el reconocimiento de Dios creador que vuelve a crear al hombre en la condición de “salvación”. Pablo presentando el ministerio apostólico destaca la responsabilidad de trasmitir la convicción de la reconciliación, y esta consiste fundamentalmente en “déjense reconciliar con Dios”. El cristiano es una nueva creatura, a quienes exhorta a no “recibir en vanagloria la gracia de Dios”, insiste que este es el momento favorable, el día de la salvación. Esto aparece articulado a partir de la convicción que Jesucristo es el centro de la nueva creación, él es el salvador; Dios ha hecho a Cristo solidario con la humanidad pecadora, gracias a su acción es posible la reconciliación. Entre la venida de Cristo al mundo y su segunda venida transcurre un tiempo intermedio que tiene las connotaciones de ser un tiempo apto para la conversión, la reconciliación, en una palabra, es tiempo de salvación. Evangelio: Mt 6,1-6.16-18. Este texto, pertenece al llamado “sermón de la montaña” o discurso inaugural del ministerio de Jesús, en el evangelio de Mateo (Mt 5 – 7); propiamente a la sección de interiorización de los deberes de piedad en el nuevo estatus del cristiano como una expresión del gran mandamiento del amor a Dios y al prójimo. Aborda la vivencia de la justicia, es decir la práctica de las buenas obras que permiten que el hombre sea justo ante Dios. Para un judío los grandes temas de la piedad son los aquí abordados en este pasaje: la limosna (6, 2-4), la oración (6, 5-6) y el ayuno (6, 16-18). Los elementos que se subrayan son una llamada a la verdadera intención, o rectitud de interioridad, a la correspondencia entre lo interior y lo externo; esto evita a proceder de manera hipócrita o por una falsa piedad que simplemente se justifica por ser ostentosa y farandulera; una vanagloria que no lleva a la salvación. Es una invitación a proceder de manera justa en todo para poder recibir la recompensa de Dios que es tu Padre y ve lo secreto del corazón y de las intenciones del proceder humano. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? La homilía podría tener unas dimensiones de una excelente presentación kerygmática, no como explicación sino como anuncio que motive a la respuesta personal y eclesial de adhesión amorosa a Dios. El Dios que describen las lecturas lo muestran como el ser más misericordioso, el Dios del amor, que no se queda en las definiciones abstractas, sino que entra en contacto directo con la realidad del ser humano, en su condición absurda de pecado en las más crueles realidades, pero que no debe desesperar de esta situación, sino que debe mirar con amor y esperanza el cambio, la nueva creación, Dios ya ha actuado y lo sigue haciendo para garantizar la Salvación. El hombre todo lo que tiene que hacer es aprovechar este tiempo de gracia, este momento oportuno, para “volver de todo corazón a Dios”. Este proceso de conversión es un camino para ir hacia el Señor, se necesita actitud interior y compromiso exterior. Es un camino que se recorre de manera personal, pero en el cual no voy solo, me acompaña la Asamblea de creyentes que sigue el mismo itinerario de conversión, de salvación. Caminamos juntos, somos la Iglesia del Señor. Iniciar la Cuaresma, marcados con el signo de la Ceniza, recuerda que somos muchos los marcados con el signo del Señor y que juntos marchamos por esta historia de salvación. El camino se construye paso a paso en la confianza absoluta en Dios, entablando un encuentro personal e íntimo con Jesucristo, el centro de la nueva creación. Hacer de la Cuaresma un camino de encuentro y conversión, de salvación. Estamos convocados, por la Iglesia, como lo hizo Joel, a vivir la liturgia penitencial, a confiar en la respuesta de Dios que nos sorprenderá con la abundancia de su generosidad. Ciertamente tenemos que reconocer que personalmente y como pueblo no somos más que pecador, pero es tiempo de gracia, tiempo de aprovechar el anuncio profético del perdón, de la reconciliación. Este camino tiene un punto de partida, volverse de corazón al Señor; se recorre con la actitud de interioridad sincera y deseo de salvación; se sostiene con las practicas del amor a Dios y al prójimo, con la vivencia de las obras de piedad. La Palabra de Dios y la Iglesia nos lo recuerdan es tiempo de oración, ayuno y “limosna” – caridad. Es tiempo de inversión para recibir la recompensa de Dios Padre que ve el corazón. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Invitemos a un momento de oración reconociendo que somos pecadores, necesitados del perdón, de la misericordia, con sed de sentir la salvación. Hagamos de este momento una oración y contemplación de la acción de Jesús en nuestra vida. Gracias Señor porque has creado este tiempo de gracia para mi salvación, concédenos aprovechar la abundancia de tu amor para consolidar nuestro encuentro con Jesús y desde esos lazos de amor alcanzar la conversión, camino seguro para disfrutar de la salvación RECOMENDACIONES PRÁCTICAS: 1. La Cuaresma es el principal tiempo de penitencia, tanto para los individuos como para toda la Iglesia. Conviene, por consiguiente, que la comunidad cristina sea preparada en este tiempo, por medio de las celebraciones penitenciales, para que participe más plenamente del misterio pascual.6 Dos ejemplos de celebraciones penitenciales adaptadas al tiempo de Cuaresma.7 Otros esquemas de celebraciones penitenciales Ordinarias, con Niños, con Jóvenes y con Enfermos8. 2. Sería oportuno crear un itinerario de Asambleas penitenciales, no solo de carácter sacramental de confesión, las cuales no podrán faltar, sino también de reflexión y oración por el perdón que puedan acompañar todo el camino cuaresmal. 3. Desde el inicio de la Cuaresma se puede programar, cuando mejor convenga, una celebración penitencial, con confesión individual. Igualmente podría preparase, para un día este tiempo de cuaresma, la celebración de la Eucaristía con la administración de la Unción de los enfermos de la parroquia para quienes están en peligro de muerte por enfermedad o por vejez. Esta es la mejor preparación para la celebración de la Pascua. No recomendable pastoralmente el jueves santo en la mañana, como suele realizarse y muchos lugares. 4. Tener en cuenta para este tiempo el Mensaje del Santo Padre Francisco para la Cuaresma 2020. 5. Se recomienda, para los viernes de cuaresma, el ejercicio piadoso popular del santo Viacrucis. 6. Recordar que este día y el viernes santo es de ayuno, abstinencia y obras de caridad. 7. La ceniza se impone dentro de la Misa o en una Liturgia de la Palabra. En la Misa de hoy se omite el acto penitencial, porque luego se tendrá la imposición de la ceniza. La bendición e imposición de la ceniza tiene lugar después de la homilía y antes de la Oración Universal o de los Fieles (cf. Misal, p. 71-74; Ceremonial de los Obispos, nn 253-259). 8. Para la Eucaristía se podría tomar el Prefacio de Cuaresma III, “Frutos de la abstinencia”, Misal, p. 370. Igualmente, puede seguirse la Plegaria Eucarística II. 9. Se podría emplear como oración de bendición sobre el pueblo, la propia para el miércoles de ceniza, Misal, p. 75. Igualmente, se ofrecen para todos los días de este tiempo cuaresmal. 10. Invitar a momentos de oración, ayuno en comunidad. Un día, medio día, en el que se reflexione un salmo penitencial, se haga silencio, se ayune y al terminar un momento oración con la entrega de una ofrenda como expresión de amor. 11. Un cartel con el salmo 51, quizás la versión litúrgica, para que la gente lo vea y lo ore, o se puede prever unas copias para entregar a quienes participan. 12. En un lugar adecuado, disponer adecuadamente una cruz, desprovista de la imagen del señor, adornada con unas cadenas, espinas que inviten al arrepentimiento, dolor y confesión, para lo cual junto a ella se colocará un letrero que diga: ¿Ya, preparó su confesión? 13. Tener presente que: • El Tiempo de Cuaresma abarca desde el Miércoles de Ceniza hasta la Misa de la Cena del Señor, el Jueves Santo, exclusive. • Cada día de Cuaresma tiene Misa propia completa. • Se inicia el uso del Tomo II de la Liturgia de las Horas. • Durante la Cuaresma y hasta la Vigilia Pascual, exclusive, no se dice ni Gloria ni Aleluya (se exceptúan solemnidades y fiestas). • En el Tiempo de Cuaresma no se debe adornar el altar con flores, y se permiten los instrumentos musicales sólo para sostener el canto, como corresponde al carácter penitencial de este Tiempo (se exceptúan de esta norma el domingo IV de Cuaresma –Laetare– y las solemnidades y fiestas). 6 Ritual de la Reconciliación y Penitencia, Conferencia Episcopal de Colombia, Departamento de Liturgia, Bogotá, D.C., 1999, pág. 114ss. 7 Ídem. 8 Ídem. Pág. 144 ss.

Mar 5 Mar 2019

Guía para la Celebración del Miércoles de Ceniza

Este miércoles 06 de febrero, con la imposición de la ceniza, se da inicio al tiempo de la Cuaresma. La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), a través del departamento de Liturgia, pone a disposición un subsidio para animar la celebración de este día. La celebración de la ceniza es el inicio de una estación espiritual particularmente relevante para todo cristiano que quiera prepararse dignamente para la vivir el Misterio Pascual, es decir, la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor Jesús. La celebración litúrgica del Miércoles de Ceniza, que se caracteriza por el mensaje bíblico: "Convertíos y creed en el Evangelio", y por la expresión: "Acuérdate que eres polvo y al polvo volverás", invita a todos a reflexionar acerca de la necesidad que tenemos de abrirnos a la conversión, recordando la fragilidad de la vida humana sujeta a la muerte. Así, pues, la Cuaresma comienza con el Miércoles de Ceniza y es un tiempo de oración, penitencia y ayuno. Cuarenta días que la Iglesia marca para la conversión del corazón del hombre. [icon class='fa fa-download fa-2x'] ​DECARGAR: Celebración de la liturgia - Miércoels de Ceniza – Miércoles de Ceniza[/icon] [icon class='fa fa-download fa-2x']​DECARGAR: Predicación Orante – Miércoles de Ceniza[/icon]

Lun 4 Mar 2019

Es tiempo para volver a Dios

Monición introductoria de la Misa Al iniciar nuestro camino cuaresmal, somos marcados con la ceniza que nos recuerda que somos seres humanos llenos de fragilidad. En esta celebración iniciamos un itinerario de purificación interior que, mediante la oración, el ayuno y la limosna, nos ayudan a la penitencia sincera que nos impulsa a buscar la conversión del corazón. Monición a la Liturgia de la Palabra La Palabra de Dios nos llama a llama a la reconciliación aprovechando este tiempo de salvación, la penitencia de estos días cuaresmales expresada mediante el ayuno, la oración y la limosna debe servirnos como medio de purificación interior para buscar la conversión de corazón. Primera lectura: Joel 2,12-18 Salmo: 51(50),3-4.5-6a.12-13.14+17 (R. cf. 3a) Segunda lectura: 2Corintios 5,20 - 6,2 Evangelio: Mateo 6,1-6.16-18 Reflexión Hoy iniciamos nuestro itinerario cuaresmal como camino hacia la Pascua y la Palabra de Dios nos hace caer en la cuenta de la realidad del pecado que nos hace volver la mirada a Dios para purificar nuestra vida mediante una reconciliación sincera con el Señor. El Evangelio nos habla de algunas prácticas religiosas que la Iglesia nos recomienda para el tiempo de la cuaresma: La limosna, la oración y el ayuno (CEC 1438). De aquí se desprenden tres ideas temáticas: • Es tiempo para volver a Dios, así lo recuerda la primera Lectura del profeta Joel. • Es el tiempo favorable, es el día de la salvación, tal como nos exhorta San Pablo en su segunda carta a los Corintios. • Es tiempo para la purificación interior mediante la limosna, el ayuno y la oración, así nos lo pide el Evangelio. 1. ¿Qué dice la Sagrada Escritura? - La primera lectura del profeta Joel nos hace una fuerte llamado de atención para volver la mirada a Dios. Ante la descripción de la plaga, el profeta impresionado por esta situación, es insistente en llamar a la penitencia interior mediante una conversión sincera como retorno hacia Dios. El profeta invita a “rasgar los corazones no las vestiduras”, este es un signo claro de la conversión interior. La expresión “volver” invita al regreso, ya que el pecado es considerado como un destierro y ahora es el momento para volver de “corazón” mediante un firme propósito de cambio que ayude al hombre a permanecer en Dios. Joel ofrece tres motivos para la conversión: El primero de parte de Dios que es compasivo y misericordioso, siempre dispuesto al perdón para el pecador arrepentido; el segundo de parte de la plaga que aún no lo ha destruido todo y el pueblo tiene posibilidad de presentar una libación; y el tercer motivo es que Israel será admirado por todos los pueblos a causa de la respuesta salvífica de Dios. Para lograr todo esto se hace necesaria la conversión de todo el pueblo desde los niños hasta los más ancianos mediante un tiempo de penitencia y purificación interior. El texto concluye con la misericordia de Dios que tiene compasión de su pueblo. - La segunda lectura de San Pablo a los Corintios nos exhorta a la reconciliación, aquí reconciliarse es el reconocimiento del mal cometido para ser una nueva creatura en Cristo, ya que con la muerte de Cristo y su resurrección todos somos constituidos en nuevas creaturas: esta reconciliación con Dios conlleva tres realidades: Reconocer la actualidad del misterio de la Cruz de Cristo, no recibir en vano la gracia de Dios, aprovechar el momento oportuno en el hoy de la salvación. - El pasaje evangélico está ubicado dentro del contexto del Sermón de la montaña en lo que se conoce como “la justicia de la ley”, o su práctica perfecta. Jesús no ha venido a abolir la ley sino a darle cumplimiento (Mt. 5, 17). El texto del Evangelio se ocupa de tres expresiones propias de la religiosidad judía inscritas dentro del ámbito de la retribución: si hace para ser visto por los hombres obtendrá una recompensa humana pero quien las hace para ser visto por Dios debe esperar la recompensa del Padre celestial. En la Sagrada Escritura “la justicia” implica la rectitud de vida, caminar delante de Dios como hijos suyos sin buscar formalismos externos sino con el deseo de cumplir su voluntad. En el tiempo de Jesús no había una organización eclesial para la distribución de las limosnas, por eso era costumbre “tocar la trompeta” o anunciar públicamente que se hacía una limosna. Jesús no está atacando tal práctica sino la forma en que se hace, pues lo importante no es la actitud exterior sino la disposición interior y la generosidad con la que se hace. Es aquí donde Jesús manda que al hacer la limosna se mantenga en secreto “que tu mano izquierda, no sepa lo que hace tu derecha”. El que haga limosna de modo externo para ser calificado por los hombres es designado como “hipócrita”; es decir, aquel que es doble o que actúa de comediante y obra por el espectáculo buscando su recompensa personal. En este sentido la verdadera limosna es aquella que da con una actitud de desprendimiento y desinterés, la que brota de la generosidad de aquellos que se reconocen como hijos y saben que hay hermanos más necesitados con quienes se debe compartir los bienes que se han recibido con don de Dios. En segundo lugar, se habla de otra práctica muy común entre los piadosos judíos; la oración, esta se hacía en varios momentos del día: en la mañana, al mediodía y a la noche, tanto en la sinagoga como en cualquier lugar. Para los judíos la oración era un medio de auto-prestigio para exhibirse como personas piadosas. La instrucción correcta para la oración no es tanto del lugar sino de la actitud para la oración… “entra en tu aposento y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto”. El texto no está en contra de la oración judía sino del modo como el orante se dirige a Dios. La auténtica oración debe ser la que se dirige a Dios y busca la comunicación con Él, no con el deseo de aparecer como piadoso sino con el deseo de salir de sí mismo, para entrar en diálogo con el Padre desde lo profundo del corazón. En tercer lugar, se habla de la práctica del ayuno público que en momentos de situaciones extremas, como la sequía, se practicaba con rigor vistiéndose de saco y sayal cubriendo la cabeza con ceniza para mostrar una actitud externa de tristeza y arrepentimiento. En el A.T. se distinguía el ayuno verdadero del falso (Is 58, 5-6). Jesús invita al ayuno sincero mediante una actitud interior que no se note en lo externo, para que el verdadero ayuno tenga su efecto ante el Padre Celestial: “cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro”. El ayuno auténtico debe ser fruto de la penitencia interior; esto implica la verdadera conversión que es motivo de alegría y se manifiesta de modo externo. Es en este sentido donde el perfumarse es signo de la alegría exterior por una actitud de conversión interior que se da desde el corazón. 2. ¿Qué me dice la Sagrada Escritura? Continuamente somos llamados a la conversión no como algo accidental o externo sino como un verdadero cambio de mentalidad que implica todo el ser y el obrar de la persona y para lograr la conversión auténtica se debe dar un paso importante mediante la reconciliación con Dios y con los hermanos. La Iglesia ha establecido el tiempo de la cuaresma como un tiempo propicio para que nosotros mediante las penitencia, busquemos la purificación de nuestra vida, lo que nos ayudará en un auténtico camino de conversión. Pero no podemos quedarnos viviendo una purificación externa, la verdadera penitencia debe nacer del corazón que desea unirse de nuevo a Dios para un sincero cambio de vida. La Palabra de Dios en el Evangelio, nos recomienda algunas prácticas que pueden ayudarnos en ese camino de purificación: la limosna, la oración y el ayuno. Prácticas que la Iglesia nos recomienda vivamente para el tiempo cuaresmal, pero no podemos caer en el peligro de los fariseos, de quedarnos en lo externo de ellas mismas y que no comprometan seriamente nuestra vida. Estas prácticas deben vivirse con una verdadera actitud de conversión. La limosna (CEC 2443-2449, 2462), nos ayuda a la caridad sincera, mediante el desprendimiento de aquello que poseemos y que nos hace falta, para compartirlo con aquellos que están más necesitados que nosotros. La auténtica limosna dada desde la generosidad del corazón, nos puede ayudar a ser más solidarios con los demás y ver la precariedad de los otros, como una oportunidad para manifestarles nuestra hermandad y el deseo de compartir los bienes que hemos recibido de Dios. La oración (CEC 2558 - 2565), nos ayuda a unirnos más a Dios saliendo de nosotros mismos y volviendo la mirada a aquel que nos ha creado, para entablar un sincero diálogo con Él y conocer el designio de su voluntad. Así, la oración se convierte en alimento del alma, pues nos ayuda a llenarnos de la presencia de Dios, ya que el hombre que ora con humildad se siente pequeño y sabe que su condición creatural le lleva al reconocimiento de la soberanía de Dios para unirse a Él, como la creatura a su Creador. El ayuno (CIC 1250-1253 y CEC 1430), como una disciplina espiritual que nos ayuda a la mortificación y la penitencia, para el fortalecimiento de la voluntad que nos ayuda a dominar nuestras pasiones. El mismo Cristo, estuvo ayunando antes de iniciar su ministerio público y así, con la fuerza del Espíritu, pudo vencer al tentador. El ayuno no es un fin en sí mismo sino un medio que nos ayuda a la purificación interior para lograr la conversión. El ayuno verdadero nos ayuda a desprendernos de lo material para reconocer la debilidad y la dependencia de Dios. 3. ¿Qué me sugiera la Palabra que debo decirle a la comunidad? Iniciamos el itinerario cuaresmal, un tiempo especial en que la Iglesia nos invita a prepararnos para la Pascua, es un momento oportuno para renovar la gracia de Dios a través de la confesión de nuestros pecados. Para ayudarnos en nuestro camino de conversión la Palabra de Dios nos invita a la reconciliación aprovechando este tiempo especial de salvación. El Papa Francisco nos invita a a vivir la cuaresma como un tiempo rico para desenmascarar las tentaciones y dejar que nuestro corazón vuelva a latir al palpitar del Corazón de Jesús. Toda esta liturgia está impregnada con ese sentir y podríamos decir que se hace eco en tres palabras que se nos ofrecen para volver a «recalentar el corazón creyente»: Detente, mira y vuelve (Homilía miércoles de ceniza 2018). El pecado, es como un virus que ataca nuestra vida y destruye nuestra relación con Dios, nos aleja de Él, de la comunión con nuestros hermanos y con la creación y nos divide interiormente; por eso, las prácticas cuaresmales nos ayudan a prepararnos para una sincera purificación interior: - la oración nos ayuda a relacionarnos con Dios; - la limosna que nos ayuda a practicar la caridad con los hermanos más necesitados, especialmente durante este tiempo cuaresmal en la campaña de la comunicación cristiana de bienes, que nos ayuda a compartir los bienes que hemos recibido de Dios, sabiendo que todos somos hijos del Padre Bueno; - el ayuno nos ayuda la mortificación del cuerpo para dominar la voluntad y luchar contra las tentaciones que nos hacen caer en el pecado. Entrar en este tiempo de gracia es una oportunidad para volver la mirada a Dios que nos reconcilia de nuevo. San Agustín nos exhorta: “Sean vigilantes en orden a su salvación, sean vigilantes para que estén a tiempo. Ninguno llegue tarde al tiempo de Dios, ninguno sea perezoso en el servicio divino. Sean todos perseverantes en la oración, fieles en la constante devoción. Sean vigilantes mientras es de día; el día resplandece. Cristo es el día. Él está listo para perdonar a quienes reconocen su culpa pero también para punir a quienes defienden considerándose justos, aquellos que creen ser algo mientras no son nada” (San Agustín, InIo. evang. 12, 13 s). 4. ¿Cómo el encuentro con Jesucristo me anima y me fortalece para la misión? • Durante este tiempo de cuaresma se nos hace la invitación especial para practicar las obras de misericordia que nos ayudan a pensar en el hermano que sufre y necesita de nosotros. • Dedicar un buen espacio para la oración nos ayuda a mantener nuestro contacto con el Señor. • Practicar el ayuno y la abstinencia, como medios que fortalecen nuestra voluntad, para poder vencer las tentaciones del mal. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Dios Padre, rico en Misericordia nos ofrece este tiempo de cuaresma para volver nuestra mirada hacia Él. Por eso, suplicantes presentemos nuestras plegarias: R. Padre Misericordioso, escúchanos. 1. Por el Papa y los ministros consagrados, para que sean testimonio de la cercanía de Dios a su pueblo e instrumentos de gracia y reconciliación para el pecador arrepentido. 2. Por los gobernantes, para que con su trabajo busquen la justicia, la reconciliación y la paz entre los ciudadanos. 3. Por todos los que en este tiempo sufren, para que encuentren en nosotros la caridad fraterna que los ayude en sus dificultades. 4. Por los catecúmenos que durante este tiempo se preparan para el bautismo, para que la vivencia de la cuaresma los ayude a prepararse para revestirse de la gracia de Cristo en la Pascua. 5. Por quienes hoy iniciamos este tiempo de cuaresma, para que mediante la penitencia interior vivamos este tiempo de gracia y salvación con un decidido deseo de conversión. En un momento de silencio presentemos al Padre nuestras intenciones personales. Oración conclusiva Escucha Padre las plegarias de tu pueblo que se dirige a ti al iniciar estos días de penitencia cuaresmal y concede a tus hijos la verdadera conversión del corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén. RECOMENDACIONES PRÁCTICAS: 1. La celebración de los tiempos de Cuaresma y Pascua, conforman el centro del Años Litúrgico, porque en ellos tiene lugar la celebración central de nuestra fe: el misterio de la muerte y la resurrección de Jesucristo; Tal como nos dice el número 22 de las Normas sobre el calendario: “Los cincuenta días que van desde el domingo de Resurrección hasta el domingo de Pentecostés han de ser celebrados con alegría y exultación como si se tratase de un solo y único día festivo, más aún, como ‘un gran domingo’”. Por tanto Cuaresma forma parte del ciclo pascual ya que la finalidad es la celebración del Triduo Pascual y la Pascua5 La Cuaresma es un tiempo de renovación espiritual, tiempo de conversión, de revisar nuestra vida a la luz de la Palabra de Dios. No es un tiempo de mortificación sino de desierto, de vaciarnos totalmente para que podamos dejar llenarnos de la gracia de Dios, para que caminemos cada día más hacia la conversión, para poder vivir como Jesucristo vivía6 • El tiempo de Cuaresma abarca desde el Miércoles de Ceniza hasta la Misa de la Cena del Señor, el Jueves Santo, exclusive. • Cada día de Cuaresma tiene Misa propia completa, además, se propone una oración diaria de bendición sobre el pueblo. • Durante la Cuaresma y hasta la Vigilia Pascual, exclusive, no se dice ni el gloria ni el Aleluya (se exceptúan solemnidades y fiestas). • En el tiempo de Cuaresma no se debe adornar con flores el altar, y se permiten los instrumentos musicales sólo para sostener el canto, como corresponde al carácter penitencial de este Tiempo (se exceptúan de esta norma el domingo IV de Cuaresma - Laetare – y las solemnidades y fiestas). 2. La Cuaresma es el principal tiempo de penitencia, tanto para los individuos como para toda la Iglesia. Conviene, por consiguiente, que la comunidad cristina sea preparada en este tiempo, por medio de las celebraciones penitenciales, para que participe más plenamente del misterio pascual.7 Dos ejemplos de celebraciones penitenciales adaptadas al tiempo de Pascua.8 Otros esquemas de celebraciones penitenciales Ordinarias, con Niños, con Jóvenes y con Enfermos9. 3. Desde el inicio de la Cuaresma se puede programar, cuando mejor convenga, una celebración penitencial, con confesión individual. Igualmente podría preparase para un día de este tiempo de cuaresma la celebración de la Eucaristía con la administración de la Unción de los enfermos de la parroquia que están en peligro de muerte por enfermedad o por vejez. Esta es la mejor preparación para la celebración de la Pascua. No recomendable pastoralmente el jueves santo en la mañana, como se explicará allí en su momento. 4. Tener en cuenta para este tiempo el Mensaje del Santo Padre Francisco para la Cuaresma 2019. 5. Recomendar para los viernes de cuaresma el ejercicio piadoso del santo Viacrucis del Encuentro, ofrecido por el Departamento de Liturgia de la CEC. 6. En este miércoles de ceniza, resaltar la frase: “Conviértanse a mí de todo corazón”. 7. Insistir en las palabras: conversión, penitencia, misericordia, ayuno, oración y limosna. 8. Recordar que este día y el viernes santo es de ayuno, abstinencia y obras de caridad. 9. Tener en cuenta que la ceniza se debe hacer de los ramos bendecidos el año anterior o de ramas de árboles, y que se impone sobre la frente o sobre la cabeza, directamente con los dedos (no con sellos de corcho o de otro material). Se debe corregir o evitar cualquier cosa que lleve a la práctica supersticiosa de la imposición de la ceniza. 10. La ceniza se impone dentro de la Misa o en una Liturgia de la Palabra. En la Misa de hoy se omite el acto penitencial, porque luego se tendrá la imposición de la ceniza. La bendición e imposición de la ceniza tiene lugar después de la homilía y antes de la Oración Universal o de los Fieles, como lo indican las rúbricas de los libros litúrgicos (cf. Misal,, pp. 71-74; Ceremonial de los Obispos, nn 253-259). 11. Podría tomarse el Prefacio de Cuaresma III, “Frutos de la abstinencia”, Misal, pág. 370. Igualmente, puede seguirse la Plegaria Eucarística II. 12. Se podría emplear como oración de bendición sobre el pueblo, la propia para el miércoles de ceniza, Misal, pág. 75 5 Cf. http://pastoralliturgica.cpl.es/tiempos-liturgicos/ Tiempos Litúrgicos. 6 Cf. Ídem 7 Ritual de la Reconciliación y Penitencia, Conferencia Episcopal de Colombia, Departamento de Liturgia, Bogotá, D.C., 1999, pág. 114ss. 8 Ídem. 9 Ídem. Pág. 144 ss.

Mié 14 Feb 2018

En Cuaresma la Iglesia invita a reconciliarnos y convertirnos al Señor

Hemos comenzado el tiempo de Cuaresma y nuestros pastores recuerdan que este tiempo está marcado por el deseo de convertir nuestras vidas, reconciliarnos y prepararnos para la Pascua del Señor. En la sede del episcopado, en Bogotá, monseñor Elkin Fernando Álvarez, Secretario General del Episcopado, invitó a que durante la Cuaresma sigamos 3 consignas: tener conciencia acerca de arrepentirnos, hacerlo todo con el corazón y no aplazar este itinerario de reflexión. En Girardota, monseñor Guillermo Orozco, al iniciar el tiempo de Cuaresma, invita a todos los fieles a prepararse de forma intensa para vivir la Pascua del Señor, que es el acontecimiento central de nuestra vida. "La Iglesia nos invita para que nos preparemos con oración, penitencia, obras de caridad como signo de arrepentimiento y buena voluntad para acoger la salvación que el Señor nos ofrece y que celebramos durante la Semana Santa", señaló. El prelado animó para que en este tiempo lo vivamos desde los hogares a través del silencio, la oración y la petición a Dios para que nos dé fortaleza y alivie nuestros corazones. Por su parte, el obispo de Pereira, Monseñor Rigoberto Corredor, en una entrevista concedida al periódico El Diario, de esa ciudad, afirmó que la Cuaresma es una invitación para los colombianos a mirar la actitud del Señor que es la del perdón. "Colombia no puede continuar derramando sangre, tenemos que empezar a dar un primer paso a la reconciliación. Es el llamado que hacemos, dar un primer paso de reconciliación a los hermanos para no desgastarnos haciéndole el juego a los que polarizan el país y diciendoles: sigamos en el odio. Yo creo que ya el pueblo colombiano finalmente se cansa de eso y hay que buscar la manera de reconciliarse", señaló. Lee el artículo completo:Monseñor Rigoberto Corredor: La Semana Santa debe ser tiempo de reconciliación En el Atlántico, el obispo de Barranquilla, Monseñor Pablo Emiro Salas Anteliz, invitó a los fieles a la conversión y a una actitud de encuentro. Durante la Eucaristía que se celebró en la Catedral María Reina, dijo que la señal de la cruz recuerda que somos frágiles y que necesitamos de Dios. "Que el signo de la ceniza nos marque un camino de penitencia hacia la Pascua del Señor". #Video [Parte 1]| Mensaje de Monseñor Pablo Salas, @ArzobispoBq, en el inicio de la #Cuaresma. #IglesiaCercana #ModoEncuentro#Ayuno #Oración #Caridad pic.twitter.com/35g2pLm6ov — ArquidiocesisBq (@ArquidiocesisBq) 14 de febrero de 2018 Desde Sincelejo, Monseñor José Clavijo Méndez, invitó para que en Cuaresma abramos nuestros corazones a la experiencia maravillosa de prepararnos para la Pascua. En este sentido, recordó que el rito de la ceniza sobre la coronilla es el signo de que queremos convertirnos. "Si participamos del rito de la ceniza es porque deseamos realmente convertirnos. No vale la pena ponernos la ceniza como un amuleto de suerte. La cruz de la ceniza marca nuestro deseo de la conversión", señaló. En Caldas, Monseñor César Alcides Balbín, dijo que la Cuaresma es ponerse en camino a la transformación de nuestras vidas a través de la limonsma, el ayuno y la oración para que en Colombia podamos encontrar caminos de paz y reconciliación. El prelado también mencionó el mensaje del Papa Francisco que nos invita crecer en la bondad, la caridad y la fraternidad. Finalmente, recordó que en el país estamos a puertas de unos comicios que definirán el futuro de nuestra patria, en ese marco los colombianos deben cultivar sentimientos fraternidad para elegir los senderos que nos lleven a la paz y la concordia. En Bogotá, el Cardenal Rubén Salazar Gómez recordó que el tiempo de Cuaresma debe ser como un paradigma o modelo de lo que tiene que ser nuestras vidas. "Oración, ayuno y limosna, nos indican dimensiones fundamentales de lo que tiene que ser nuestra relación fudamental con Dios y con los demás". En Cali, Monseñor Darío de Jesús Monsalve Mejía,recordó que la cruz formada con la ceniza y el agua bendita son el signo de perdón y reconciliación. “Una Cruz formada con la ceniza y el agua bendita, permiten ese signo de victoria, ese signo de perdón, ese signo de reconciliación y vida que es la cruz sobre nuestras frentes”, expresó Monseñor Darío de Jesús Monsalve Mejía en la Eucaristía de #MiércolesdeCeniza pic.twitter.com/VqfzRLBmp9 — Arquidiócesis Cali (@Arqui_Cali) 14 de febrero de 2018 Otras materiales para vivir el tiempo de Cuaresma: Bucaramanga: Miércoles de Ceniza Granada: Iniciemos la Cuaresma Duitama-Sogamoso: Mensaje Cuaresma Cúcuta: Propósitos de Cuaresma