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Monseñor Juan Carlos Cárdenas Toro

Vie 10 Nov 2017

Medios impresos católicos iluminan la realidad con los ojos del Evangelio

En el marco de la CIV Asamblea Plenaria - Extraordinaria del Episcopado que se celebró en Bogotá del 1 al 3 de noviembre, los obispos del país, además de estar informados a través de los medios impresos seculares, también tuvieron la posibilidad de tener a mano las publicaciones que periódicamente producen las jurisdicciones eclesiásticas. Sobre este particular el presidente de la Comisión Episcopal de Comunicación, monseñor Juan Carlos Toro, destacó la labor que realizan los comunicadores católicos al producir estas piezas. "Quiero reconocer y felicitar el trabajo de todos y cada uno de aquellos que diariamente se comprometen en esta maravillosa tarea de la comunicación", destacó. El también obispo auxiliar de Cali, animó a los comunicadores a difundir el acontecer de la Iglesia, a "enriquecer la realidad nacional desde los ojos del Evangelio". Así mismo los motivó a que "en otros espacios comunicativos contribuyan no sólo desde lo que sucede al interior de la Iglesia, sino al interior de la realidad nacional. Anunciar y denunciar para construir la civilización del amor", señaló. Finalmente, recordó que la Iglesia es comunicadora por naturaleza y que su misión es la de llevar la palabra salvadora que Dios nos brinda.

Mié 27 Sep 2017

Lo que debemos aprender de Francisco

Por: Monseñor Juan Carlos Cárdenas Toro: No cabe duda de que el paso del Papa Francisco por nuestra patria fue un verdadero torrente de gracia y de bendición. Desde el primer instante de aquel ya inolvidable 6 de septiembre, cuando se le vio en el Papamóvil por las avenidas que lo conducían desde el Aeropuerto El Dorado hasta la Nunciatura Apostólica, Dios comenzó a tocar el corazón del pueblo colombiano por medio de los gestos, la sonrisa, la mirada limpia y las palabras claras y firmes, pero dichas con tanta suavidad y respeto por parte del sucesor de Pedro. Se podría decir que Francisco nos mostró el rostro cercano del Señor y sacó la mejor cara y corazón de un pueblo colombiano que se evidenció necesitado de una voz de esperanza y con una raíz cristiana católica muy profunda. El valor de la coherencia El paso del Papa por Colombia nos ha mostrado que cuando se es coherente, la sola presencia es ya un signo elocuente de vida que se hace creíble, atractiva, que invita a la emulación. El pueblo colombiano fue tocado por esa persona que no muestra fracturas entre su discurso y su modo de ser y le correspondió con creces, volcándose a las calles y a cada una de las celebraciones que fueron presididas por el Santo Padre. A los cristianos, ministros ordenados, religiosos y religiosas, al igual que los laicos, el sucesor de Pedro nos interpela con su misma presencia. Para todos nosotros es, más que un llamado, la constatación de un imperativo ético por el que debemos trabajar. Dios espera de nosotros que su enseñanza resplandezca claramente a través de nuestra vida, que con ella se confirme lo que proclamamos con los labios. Y nuestro pueblo tiene el derecho de poder encontrar testigos creíbles que los animen y les muestren que el Evangelio de Jesús sigue siendo la respuesta que nunca pierde vigencia para el ser humano de ayer, de hoy y de mañana. A decir la verdad con caridad Ya Benedicto XVI nos había indicado esto en su Encíclica Dios es caridad. En el Papa Francisco esto lo hemos podido confirmar. Cada intervención suya ha sido una auténtica cátedra de cómo se debe proclamar la verdad que viene del Padre Dios, pero desde el profundo respeto por cada persona. El Santo Padre habló claro, no se fue por las ramas, pero nadie se sintió agredido sino agradecido. Pude leer en las redes sociales mensajes de líderes, que antes planteaban reservas por la presencia del Papa en Colombia, y después de escucharlo le agradecieron y hasta expresaron su intención de trabajar para asumir y apropiar el mensaje recibido. El refranero dice que se consigue más con una gota de miel que con un barril de vinagre; esto es lo que ha hecho el Papa. A los cristianos, pero incluso a cada uno de los connacionales, creyentes o no, Francisco nos deja el reto de cambiar el discurso, de romper los paradigmas desde los que nos hemos movido hasta hoy. En nuestro país se ha hecho paisaje exponer las ideas propias y rebatir las ajenas con un lenguaje agresivo, descalificador, centrado más en la ofensa al otro que en la coherencia de los argumentos. Con el Santo Padre nos queda claro que debemos aprender y dar el primer paso desarmando las palabras, sometiendo nuestras ideas al filtro previo de la reflexión y la oración, antes de presentarlas públicamente. A tener como punto de partida el respeto por el otro, algo que hace mucho tiempo se perdió. La vulnerabilidad como criterio de discernimiento y de acción Desde la experiencia personal, hubo un hecho tremendamente impactante en el curso de esta visita: el encuentro en la nunciatura con un grupo de jóvenes en situación de discapacidad. Allí el Papa dijo una de esas frases destinadas a quedarse grabadas en el corazón y a convertirse en punto de referencia: “Todos somos vulnerables”. Y agregó que “Dios es el único vulnerable”. Con esto Francisco nos ofrece un elemento esencial del pensamiento y las acciones humanas. No somos perfectos, nos podemos equivocar, siempre está la posibilidad del error; y esto lo debemos tener muy presente. Cuando olvidamos nuestra condición de vulnerables suceden varias cosas: Dios (el único que no es vulnerable), ya no es necesario; todo lo podemos con nuestras propias fuerzas; hablamos soltando siempre sentencias definitivas que no resisten el análisis, el cuestionamiento, el comentario, la corrección, cerrando el paso a los pensamientos e ideas de los demás; y actuamos buscando única y exclusivamente nuestros intereses, sin dar importancia a los demás incluso pasando muchas veces por encima de ellos. Al final de su encuentro con estos jóvenes el Papa pidió que rezaran por él, pues también es muy vulnerable. Con ello nos deja una enseñanza profunda: cuando tomamos conciencia de algo innegable que todos tenemos en común, sin importar la posición económica, el nivel de educación, los roles sociales, la condición religiosa, étnica o política, entonces nos sentimos casi que obligados a apoyarnos los unos a los otros, a sobrellevar mutuamente nuestras cargas, a estar abiertos para ayudar y dejarse ayudar. A buscar juntos en el Único no vulnerable, la fuerza para que las flaquezas no se conviertan en punzones que lesionan o hieren la dignidad de los demás sino en factor que nos acerca y mueve a la corresponsabilidad. *Monseñor Juan Carlos Cárdenas Toro Obispo Auxiliar de Cali Presidente de la Comisión Episcopal de Comunicación

Jue 29 Oct 2015

2016: Ser misericordiosos como el Padre

Escrita por: Mons. Juan Carlos Cárdenas El próximo 8 de diciembre el Papa Francisco abrirá solemnemente la puerta santa del Año Jubilar de la Misericordia, que convocara hace unos meses, como ocasión para revitalizar en el corazón del pueblo católico el espíritu del Concilio Vaticano II, concluido hace 50 años. Nuestra Arquidiócesis se prepara para asumir este llamado del Santo Padre, y vivir, desde el 13 de diciembre, nuestro camino jubilar para "ser misericordiosos como el Padre" (Lc 6, 36). Ese día el señor Arzobispo, Monseñor Darío de Jesús Monsalve Mejía, abrirá solemnemente la puerta santa en la Iglesia Catedral, primerísimo lugar de peregrinación para ganar la indulgencia jubilar. Otros cinco templos también serán destinados como lugares de peregrinación, donde habrá atención del sacramento de la confesión a quienes allí acudan. Esta Año Jubilar de la Misericordia no excluye ningún ámbito eclesial; por lo cual la parroquia será un espacio privilegiado para ahondar en la misericordia y vivenciarla por medio de diferentes actividades de formación, celebración y acción. En el entendido de que la misericordia no es una idea abstracta, sino una expresión concreta del amor de Dios revelado en Jesucristo, el foco de este año en nuestra arquidiócesis tendrá dos componentes muy importantes: 1. Vivir la misericordia. Con ello se quiere ofrecer la oportunidad para que muchas personas peregrinen hacia la "experiencia el amor de Dios que consuela, perdona y ofrece esperanza" (Misericordiae Vultus, 3), especialmente por el sacramento de la Confesión. Por ello convocamos a los sacerdotes – diocesanos y religiosos – para que, en primer lugar, se sientan ellos mismos beneficiarios del amor misericordioso de Dios, y dediquen con especial atención y los den a conocer a los fieles, tiempos suficientes para atender en sus parroquias a los penitentes, así como en actividades que se programen por arciprestazgos, zonas episcopales y a nivel arquidiocesano. 2. Practicar la misericordia. Una vez la misericordia de Dios se vive en carne propia, el llamado es a peregrinar hacia el prójimo. En este punto, serán las 14 obras de misericordia (7 corporales y 7 espirituales), las que ofrezcan la oportunidad de compartir en gestos concretos, la misericordia que Dios ha tenido con nosotros. Durante siete meses del año, cada mes se resaltarán dos de estas obras, una espiritual y otra corporal, para que sea conocida, celebrada y practicada en la vida personal y comunitaria de los creyentes. Además de esto, tendremos algunos momentos de encuentro masivo y significativo para celebrar la misericordia a nivel arquidiocesano: el domingo de la Divina misericordia y jornada del "confesatón". También se resaltarán especialmente tres obras de misericordia con gestos que marquen a toda la comunidad arquidiocesana: "dar de beber al sediento", enmarcada en el cuidado de la casa común que nos ha pedido insistentemente el Papa Francisco; "vestir al desnudo", con un movimiento particular hacia la atención a quienes viven en situación de pobreza; finalmente, "socorrer a los presos", que dará la oportunidad para sensibilizar sobre tantos hermanos y hermanas que viven privados de la libertad, sus familias y quienes trabajan en el mundo penitenciario. En las próximas ediciones se informará en detalle toda la programación del Año Jubilar Extraordinario de la Misericordia. No perdamos la ocasión de responder a este llamado y poner en el corazón la misericordia como dato esencial que brota de Jesús y su magisterio evangélico. + Juan Carlos Cárdenas Toro Obispo Auxiliar de Cali Coordinador General del Año Jubilar Extraordinario de la Misericordia

Vie 21 Ago 2015

Obispo auxiliar de Cali será presentado en esta ciudad

El arzobispo de Cali, monseñor Darío de Jesús Monsalve Mejía, presidirá este sábado 22 de agosto la celebración eucarística donde será presentado a toda la comunidad el nuevo obispo auxiliar de Cali, monseñor Juan Carlos Cárdenas Toro. La ceremonia que se realizará en la Catedral de San Pedro apóstol a las 10:00 am., será además una ocasión especial para conmemorar el primer aniversario episcopal del obispo auxiliar de esta ciudad monseñor Luis Fernando Rodríguez Velásquez. En un mensaje emitido por el arzobispo de esta ciudad el jerarca expresa su acogida al nuevo obispo auxiliar y extiende una invitación al pueblo vallecaucano para que acompañen al nuevo prelado, este 21 de agosto en el municipio de Yumbo, parroquia del Buen Consuelo, donde se establecerá su residencia.