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paz en colombia

Lun 18 Mar 2024

¿Qué es lo mínimo que se necesita en Colombia para construir reconciliación y paz territorial? Iglesia da a conocer las respuestas de las comunidades

El pasado jueves, 13 de marzo, la Comisión de Conciliación Nacional (CCN), organismo adscrito a la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), presentó el documento final del proceso de renovación de los “Mínimos para la reconciliación, la paz y el desarrollo en Colombia”. Una iniciativa que, desde el año 2020, ha buscado identificar, integrar y visibilizar la voz de cerca de 6.200 líderes y lideresas de los 32 departamentos del país, frente a las necesidades y desafíos estructurales que presentan actualmente los territorios para la construcción de paz.El texto presentado por la CCN plantea un primer elemento transversal a todos los demás que, además, es central en la misión de la Iglesia: la protección de la vida y la dignidad humana. En este caso, se aborda desde el Derecho Internacional Humanitario, como “un llamado humanitario esencial a los actores ilegales del conflicto armado y al Estado para que se logren pactos vitales, acuerdos humanitarios, ceses al fuego recíprocos o, incluso, unilaterales no solo como señal de paz y verdadera disposición de diálogo y búsqueda de soluciones y salidas políticas, sino como necesidad o presupuesto de humanidad fundamental”.A partir de esta primera dimensión, se plantean diez “mínimos”: 1.Cultura política para la democracia y la cultura de paz como solución real de los conflictos sociales. 2. Superación del problema de la corrupción, ineficiencia e ineficacia institucional. 3. Superación del modelo económico extractivista por un modelo de economías diversas y autosostenibles. 4. Descentralización de la administración pública y de los recursos para el desarrollo territorial económico y social. 5. Renovación territorial para la equidad económica, la autonomía alimentaria, la sostenibilidad agrícola, la conservación ambiental y el mejoramiento climático del país. 6. Superación de la pobreza multidimensional y de su impacto sobre las familias y las poblaciones más vulnerables. 7. Solución al problema de las economías ilícitas y el incremento de grupos armados organizados. 8. Seguridad humana para la protección de la vida, que incluye prioritariamente, la erradicación del reclutamiento forzado de niños, niñas, adolescentes y jóvenes (NNAJ). 9. Salud mental colectiva para la superación de los traumas de la violencia sociopolítica, el conflicto armado y la pandemia del covid-19 en Colombia. 10. Acceso a información mediática veraz, contextualizada, despolitizada y objetiva.“Se les denomina mínimos, pero en el fondo constituyen una búsqueda de máximos de verdad, justicia, reparación y restauración del tejido social, lo cual pasa por una seria y profunda transformación de las dinámicas que han dado pie a la gran deuda social de desarrollo humano integral incluyente y a la consolidación de una democracia que avance de lo formal a lo real. Dado que se considera, por ejemplo, que no podemos avanzar a un país en paz social, si no se supera la corrupción que se roba los recursos de inversión del Estado necesarios para apoyar el resurgimiento del campo colombiano; de igual manera, la aplicación de una necesaria reforma no solo agraria, sino rural integral, así como de reformas sociales en materia de calidad de empleo, restauración de los derechos a la salud y la educación, derechos estos que requieren que los recursos que se destinan para su atención no se esfumen por arte de los corruptos”, enfatiza el padre Eliecer Soto Ardila, secretario general de la Comisión de Conciliación Nacional.Con este resultado, que también se ha hecho posible gracias a la articulación entre la CCN y las arquidiócesis, diócesis y vicariatos apostólicos del país, la Iglesia buscará ayudar a las comunidades a incidir en diversos espacios institucionales que faciliten la implementación de iniciativas y políticas públicas para la reconciliación y la paz.Bajo un compromiso decidido con aportar a esta importante misión de la Iglesia colombiana, la Conferencia Episcopal Italiana aportó los recursos para el desarrollo de la iniciativa en sus diferentes fases: consultas a líderes de las comunidades, a miembros de diversos sectores de la sociedad y apersonas de otras confesiones religiosas; sistematización y análisis de la información, reuniones con representantes de instituciones públicas para presentar resultados parciales de la investigación a nivel local y regional; encuentros con periodistas para socializar el proceso.En el evento de presentación, llevado a cabo en la sede del episcopado colombiano, estuvo presente monseñor Luis Manuel Alí Herrera, obispo auxiliar de Bogotá y secretario general de la CEC. Intervino el Nuncio Apostólico en Colombia, monseñor Paolo Rudelli. Participaron de manera presencial los obispos de Yopal, Villavicencio, y Magangué. Los prelados de Santa Marta e Istmina-Tadó participaron de manera virtual para hablar de la experiencia vivida en sus jurisdicciones a través del proyecto. Además, sacerdotes, religiosas, agentes pastorales, líderes y lideresas comunitarias que aportaron en el proceso, así como representantes de embajadas de Chile, México y Cuba, así como de organismos de cooperación internacional.El cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia y, a su vez, de la Comisión de Conciliación Nacional, envió un mensaje especial a todos los asistentes destacando el valor del diálogo amplio y el trabajo conjunto que ha tenido esta iniciativa:“Queridos hermanos, ustedes que están allí en cada una de las regiones, acompañando al pueblo de Dios, saben que el camino de la reconciliación y la paz continua, que es un esfuerzo, una tarea permanente, un tejer juntos. Yo quiero llamarlos a eso, a tejer juntos. No podemos dedicarnos individualmente a este trabajo de la reconciliación y la paz. Estamos llamados a la comunión misionera dentro de la Iglesia para servirle mejor a nuestras regiones en nombre del Evangelio, en nombre de Jesucristo, el Señor. Pero a la vez, es necesario que articulamos con entidades nacionales e internacionales, organismos que están trabajando también con distintas motivaciones para que Colombia vaya avanzando en ese camino de reconciliación y paz”.Por su parte, monseñor Paolo Rudelli, valoró la relevancia de este trabajo desde el punto de vista de la integración con los diferentes actores de la sociedad civil y desde la posibilidad de identificar las raíces del conflicto. Remarcó que puede representar un punto de partida para que el país se ponga de acuerdo, ”por lo menos en los fundamental”, para la construcción de la paz, tan necesaria.“Una felicitación a la Comisión de Conciliación Nacional y ahora un animar a todos a hacer que estos mínimos no se queden como letra muertas, que no se queden en el papel, sino que sigan. Para nosotros como Iglesia Católica serán un poco un punto de referencia para nuestro trabajo que tratamos de hacer en colaboración con todos los otros componentes de la sociedad para construir paz y reconciliación. La palabra mínimos significa esenciales. no son para nada cosas pequeñas, pero sin las cuales la paz no puede ser construida (…) Sí, hay situaciones muy distintas, pero las que sufren son las poblaciónes y ahí, creo, la Iglesia está presente como un factor de reconciliación, para tratar por lo menos de aliviar las consecuencias”, afirmó el representante del Santo Padre en Colombia.El documento final de los mínimos puede ser consultado y descargado directamente desde la página de la Comisión de Conciliación Nacional (www.comisiondeconciliacion.co), sección “Publicaciones” o ingresando aquí. Vea a continuación el video de presentación de los mínimos: Vea a continuación la transmisión del evento de lanzamiento:

Lun 20 Nov 2023

“En Colombia hace falta derribar los muros que tenemos en el corazón, en la conciencia”: Cardenal Luis José Rueda Aparicio

Este domingo, 19 de noviembre, Noticias Caracol emitió una entrevista realizada al Cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia. Durante el diálogo con Juan Roberto Vargas, director del espacio informativo, y con la periodista Rocío Franco, el purpurado se refirió a la asamblea del sínodo, en la que estuvo participando durante el pasado mes de octubre. Además, hizo importantes reflexiones y llamados sobre la situación actual del país, el rol del ELN y el acuerdo nacional que es necesario para superar este momento difícil que vive la nación.Ante la pregunta de los periodistas acerca de su percepción sobre el Acuerdo Nacional al que se ha referido el presidente Gustavo Petro y del que aún no se han visto avances reales, monseñor Rueda manifestó su respaldo a la superación de la polarización política a través de la búsqueda de consensos que involucren a todos los sectores de la sociedad para garantizar un futuro mejor para todas las generaciones venideras. “El Acuerdo Nacional (…) No es para apoyar ni a Petro, ni a Uribe ni a sus seguidores, es para apoyar la siguiente generación de colombianos, los nietos de ustedes, los hijos de ustedes, de todas las familias colombianas”, manifestó con contundencia el purpurado. De acuerdo con el Cardenal, cuatro temas centrales deberían transversalizar este acuerdo: El respeto a la vida; una economía orientada al desarrollo integral de las personas, de las familias y de las regiones; el enfoque ecológico y agrícola; y la familia como fundamento de la sociedad y del futuro.Además, en el espacio, titulado “Las reflexiones del Cardenal”, el presidente del episcopado colombiano también se refirió al ELN. Recordó que, aunque la Iglesia Católica colombiana ha estado acompañando cada uno de los intentos de acuerdo que se han adelantado con este grupo insurgente, ya es momento que el ELN asuma un verdadero compromiso por detener su accionar delictivo para buscar verdaderos caminos verdaderos de paz y, especialmente, alivio para las comunidades que están en medio del conflicto. “Colombia necesita un ejército que respete la libertad nacional y entonces que su sigla se convierta en una cuestión proactiva de vida sin armas”, puntualizó el Cardenal.A propósito de la justificación que ha usado el ELN para seguir delinquiendo a través de acciones como el secuestro y la extorsión, mientras desarrolla una mesa de diálogos con el Gobierno Nacional, monseñor Luis José Rueda afirmó: “Es absolutamente impopular pretender que con el erario público vayamos a sostener un grupo que está dedicado a hacer sufrir a nuestros colombianos. Por lo tanto, nosotros lo que debemos pedirles a ellos es integren a la sociedad. Si aman a Colombia, intégrense para empuñar las herramientas y sacar adelante este país en todos los aspectos y en todas las regiones”.Además, ante la dolorosa realidad humanitaria, social y económica que viven las comunidades de muchas regiones del país, el Cardenal Luis José Rueda Aparicio, remarcó en el espacio que le dan las instituciones del Estado a estas problemáticas por falta de presencia o efectividad: “Es necesario que el Estado tome en serio las regiones, porque cuando uno está como misionero en el Putumayo, en el en el Chocó, en las distintas regiones, se da cuenta también del abandono del Estado. Entonces ese es el caldo de cultivo y el escenario propicio para que crezcan estos grupos que pretenden ser la solución, pero con las armas”.La entrevista finalizó con la bendición del Cardenal a todas las familias colombianas y su invitación a mantener viva la esperanza en Cristo ante tantos desafíos. "Dios Bendiga a las familias de Colombia, a los niños, a los jóvenes y a los adultos. Afiancémonos en la esperanza, confiemos unos a otros y confiemos en el amor de Dios que nos acompaña", expresó el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia.A continuación, vea la entrevista completa:

Vie 22 Sep 2023

“Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen” (Lc 11, 28)

Por Mons. José Libardo Garcés Monsalve - Avanzamos en este mes de septiembre con el desarrollo de nuestro Plan de Evangelización que tiene como lema: “Caminemos Juntos, en paz, guiados por la Palabra de Dios” y que hemos comenzado orando por la paz, con el deseo de recibirla en el corazón como don de Dios y transmitirla a nuestros hermanos. El príncipe de la Paz es Jesucristo, que nos la entrega como don de Dios a todos. Conocer a Jesucristo es descubrir donde está la fuente de la paz tan anhelada por toda la humanidad y sabemos que la Sagrada Escritura es la fuente de la Palabra de Dios y quien escucha la voz de Dios en su Palabra, es llamado por el mismo Jesús bienaventurado: “Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen” (Lc 11, 28).Caminemos Juntos construyendo nuestra vida sobre la roca firme de la Palabra de Dios. Para ello es necesario seguir escuchando al Señor en su Palabra, que se convierte en norma de vida para nuestro caminar juntos escuchando al Espíritu Santo. Vamos a celebrar la semana bíblica, momento que nos invita a ser más conscientes durante todo el año, de la necesidad de escuchar la voz de Dios, que nos ayuda a conocer más a Jesucristo, que ilumina todos los acontecimientos y circunstancias de la vida. Aparecida nos ha hecho la invitación para conocer a Jesucristo a través de su Palabra: “junto con una fuerte experiencia religiosa y una destacada convivencia comunitaria, nuestros fieles necesitan profundizar el conocimiento de la Palabra de Dios y los contenidos de la fe, ya que es la única manera de madurar la experiencia religiosa” (DA 226c).La misión de la Iglesia es anunciar la Palabra de Dios a tantas personas que no conocen a Jesús, que el Papa Francisco lo recuerda como la tarea prioritaria de la Iglesia, “quiero recordar ahora la tarea que nos apremia en cualquier época y lugar, porque no puede haber auténtica evangelización sin la proclamación explícita de que Jesús es el Señor, y sin que exista un primado de la proclamación de Jesucristo en cualquier actividad de evangelización” (EG 110), que está contenido en la Palabra de Dios que es la fuente de la predicación y la evangelización, porque contiene el mensaje central que nos llama permanente a la conversión y nos lleva a la salvación eterna.El proceso de conversión a la luz de la Palabra de Dios nos prepara para la celebración de la Eucaristía y para el ejercicio de la Caridad, que requieren la transformación de la vida en Cristo, como culmen de una decisión de conversión que se va fortaleciendo cada día con la escucha de la Palabra y la frecuencia de los Sacramentos, sobre todo la Eucaristía, fuente y culmen de la vida cristiana (Cfr LG 11), en donde se sirven el pan de la Palabra y el pan de la Eucaristía, tal como lo enseña el concilio vaticano II: “La Iglesia ha venerado siempre la Sagrada Escritura al igual que el mismo Cuerpo del Señor, no dejando de tomar de la mesa y de distribuir a los fieles el pan de vida, tanto de la Palabra de Dios como del Cuerpo de Cristo, sobre todo en la liturgia” (DV 21).Un cristiano que profundice en la Sagrada Escritura y se alimente de ella en la oración diaria, edifica su conversión sobre roca firme y tendrá contenido para comunicar a los hermanos, mediante una vida coherente con el Evangelio que resuena como anuncio del Reino de Dios en el corazón de muchos creyentes. Eso constituye una siembra del Reino de Dios que puede hacer todo creyente mediante la acción misionera, interpelando a otros con la Palabra de Dios a que sientan en sus corazones el deseo de comunicarla, primero en el ambiente del hogar y luego en los lugares en los que Dios nos pone para dar testimonio de Él, en un compromiso misionero fiel al mandato del Señor de ir por todas partes a anunciar el mensaje de salvación, haciendo discípulos del Señor fieles a la gracia de Dios (Cfr Mt 28, 19).Con esta certeza todos los cristianos entendemos que la misión de la Iglesia de transmitir la Palabra de Dios, no puede ser algo opcional, ni un agregado a nuestra vida de Fe, Esperanza y Caridad, sino que es el núcleo de nuestro ser cristianos que estamos llamados a comunicar con prioridad, a tiempo y a destiempo, pues se trata de participar en la vida y misión de la Iglesia, escuchando la voz del Espíritu Santo que nos ilumina la manera como debemos comunicar hoy a Nuestro Señor Jesucristo.Los convoco a poner la vida personal y familiar bajo la guía de la Palabra de Dios que escruta nuestros corazones y nos permite renovarnos interiormente, hasta el punto de convertir nuestra vida en Cristo, para llegar a decir con San Pablo: “Ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí” (Gal 2, 20), dando testimonio de su proceso de conversión, afirmando “Para mí la vida es Cristo” (Fil 1, 21). Que esta semana bíblica que vamos a vivir juntos, sea un momento especial de gracia para interiorizar la Palabra de Dios, conocer y amar más a Jesucristo y comunicarlo a nuestros hermanos, para que “Caminemos Juntos, en paz, guiados por la Palabra de Dios. Que la Santísima Virgen María y el Glorioso Patriarca San José, alcancen del Nuestro Señor Jesucristo el fervor misionero para cumplir con la misión de la Iglesia de anunciar la Palabra de Dios por todas partes. En unión de oraciones. Reciban mi bendición. +José Libardo Garcés MonsalveObispo de Cúcuta

Jue 7 Sep 2023

Bienaventurados los que trabajan por la paz

Por Mons. José Libardo Garcés Monsalve - El desarrollo del Plan Evangelizador de nuestra Diócesis de Cúcuta para este mes de septiembre tiene como lema: “Caminemos Juntos, en paz, guiados por la Palabra de Dios”, con el momento significativo de vivir la semana por la paz y la semana bíblica, que tiene como propósito que cada uno de nosotros siga afianzando el fervor y celo pastoral en un trabajo comprometido por la paz, como don precioso de Dios para toda la humanidad, con el corazón dispuesto a recibir esta gracia, que nos compromete a trabajar intensamente por tener en la vida a Nuestro Señor Jesucristo que nos conduce a la verdadera paz.Cuando aceptamos a Jesucristo en la vida personal y familiar, brota del interior el deseo de trabajar y construir la paz y como consecuencia seremos llamados por el mismo Señor, bienaventurados, así lo expresa Jesús en el sermón de la montaña: “Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque Dios los llamará sus hijos” (Mt 5, 9). Esta es la tarea de todo cristiano, ayudar a que todos vivamos en paz, construida desde el perdón y la reconciliación que nos pide amar a los enemigos y orar por los que nos persiguen y calumnian, aprendiendo a resolver los conflictos y problemas diarios desde el Evangelio, que es opuesto a toda violencia y división tal como lo enseña Jesús: “Han oído que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen. Así serán dignos hijos de su Padre del cielo, que hace salir el sol sobre buenos y malos, y manda la lluvia sobre justos e injustos” (Mt 5, 43-45).Llegar a trabajar por la paz presupone que reinen en nuestro corazón las demás bienaventuranzas. Cuando tengamos la confianza puesta solo en Dios desde la pobreza evangélica, cuando tengamos el alma limpia de todo pecado, comenzamos a tener paz en nosotros mismos y también la podemos ofrecer a los demás, paz que no depende de nuestros méritos, sino de la gracia de Dios. No es la paz como la que busca el mundo, que en muchos casos es más un negocio que pide beneficios para quienes la proporcionan, sino que es un maravilloso regalo que Jesucristo ha ganado con su Sangre y que nos quiere dejar para vivir en unidad y comunión. “La Paz les dejo, mi paz les doy. Una Paz que el mundo no les puede dar” (Jn 14, 27), que implica trabajar intensamente por tener en la vida a Nuestro Señor Jesucristo príncipe de la paz.Jesucristo ha puesto su morada entre nosotros para devolvernos la paz perdida por el pecado y conducirnos a la paz verdadera, llamando a todos los que están dispersos y divididos para lleguen a la comunión como don de Dios. Su misión la ha cumplido desde la cruz, clavado en el madero nos devolvió la paz con Dios, cuando nos otorgó el perdón misericordioso, “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lc 23, 34), que implica dejarnos limpios de todo pecado y libres de toda división que nos separa de Dios y liberados de odios, resentimientos, rencores y venganzas que destruyen nuestras relaciones familiares y comunitarias y hacen que la paz comience a debilitarse y morir.Ser llamados por el Señor bienaventurados por trabajar por la paz, significa tener paz en el corazón y luego transmitirla a los otros procurando ambientes de paz entre los hermanos, sobre todo quienes están en división y conflicto o están alejados de Dios. Un bautizado que tiene las cosas ordenadas en su corazón, que está limpio en su corazón, es capaz de dejar entrar a su vida las virtudes de la Fe, la Esperanza y la Caridad, que ponen al creyente en perfecta comunión con Dios, cosechando en su corazón como fruto maduro las demás virtudes que rigen la vida del creyente y lo ponen en actitud de acogida del hermano, incluso del enemigo y del que causa ofensas permanentemente. Con un corazón limpio, que está en gracia de Dios, es posible trabajar por la paz, porque la limpieza de corazón permite ver a Dios en el hermano, aún en aquel que es más conflictivo y en el que está más dividido. La limpieza de corazón permite el acercamiento al otro como el buen samaritano que limpia las heridas de odio, resentimiento, rencor y venganza que hay en el corazón del prójimo para llevarlo hasta Dios a que cuide de Él y sane sus heridas. En este mes de septiembre celebramos la semana por la paz, con el primer compromiso de orar por la paz tan anhelada por todos y luego a trabajar para que vivamos en familias perdonadas, reconciliadas y en paz. Todos queremos la paz y hacemos grandes esfuerzos por conseguirla. En este trabajo intenso y desde el corazón, tenemos la certeza de un premio: “Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque Dios los llamará sus hijos” (Mt 5, 9), sabiendo que el Padre de todos es solamente Dios, y no se puede entrar a formar parte de su familia, si no vivimos en paz entre todos por medio de la caridad fraterna, trabajando por crear armonía y unidad en nuestro entorno.Nuestro Señor Jesucristo necesita que lo dejemos obrar en nuestro corazón y que lo dejemos entrar en nuestra vida: “mira que estoy a la puerta y llamo. Cuando alguien me oye y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y el conmigo” (Ap 3, 20). De nuestra parte tengamos la disposición de decirle: “Quédate con nosotros Señor” (Lc 24, 29) esta es la clave para vivir perdonados, reconciliados y en paz en nuestras familias y en la sociedad, para que hoy y siempre “Caminemos Juntos, en paz, guiados por la Palabra de Dios. En unión de oraciones. Reciban mi bendición.+José Libardo Garcés MonsalveObispo de Cúcuta

Mié 6 Sep 2023

Por caminos de reconciliación y respeto a la vida humana

Por: Mons. Víctor Manuel Ochoa Cadavid - En esta mañana del domingo, cuando vivimos la alegría de la resurrección del Señor Jesús, que nos salvó del pecado y de la muerte, regalándonos la alegría, los invito para que lo invitemos a nuestros hogares y resuene su saludo pascual: “La paz este con ustedes” (Juan 20,21).En esta mañana, en todos los rincones de Colombia, los invito a pensar en los hombres y mujeres que entregan su vida por el País, por Colombia, con sudor, sacrificio y abnegación dando lo mejor de sus vidas para salvaguardar el orden público, el valor de la vida, la soberanía de Colombia, la defensa de la legalidad. Hombres de fe y de integridad.Cada semana, ponemos nuestra vida en manos de Dios, en este programa NOTAS HUMANAS Y DIVINAS, afirmamos el auxilio del Señor en nuestra vida y trabajo, mirando al resucitado. Los invito para que elevemos súplicas al Señor de los Ejércitos, pidiendo bendiciones sobre nuestra Patria y sobre nuestras acciones, sobre el trabajo de los colombianos, sobre nuestros soldados y policías.Los invito a tener un sentimiento de gratitud para con los hijos de Colombia, hombres y mujeres que llevando el uniforme de nuestras Fuerzas Armadas -soldados y policías- en lugares muy diversos de Colombia, donde sirven el bien común, nos dan seguridad y acompañan la democracia de la Patria.Son muchos los miembros de nuestras Fuerzas Armadas, el Ejército Nacional, la Armada Nacional, la Fuerza Aeroespacial Colombiana y la Policía Nacional, que cumplen con las tareas y acciones que, con gran esfuerzo cumplen en favor de los colombianos, protegiéndonos de particulares amenazas.Estos hombres y mujeres son hombres de profunda fe, en Dios, en su misericordia y le ponen a Él, como fundamento de sus vidas y tareas. Son hijos de la Patria, que están acompañados de las oraciones de sus Padres, de sus esposas, de sus hijos.Recojámonos en un momento de oración pidiendo que Dios proteja y acompañe a los soldados de Colombia, por nuestros Policías. Estos días son días de prueba, muchos de ellos han entregado su vida, han derramado la sangre por Colombia.Los invito para que pongamos en manos del Dios justo y fiel, sus vidas y sus familias, pongamos en manos de Dios su servicio, la entrega de todos nuestros soldados caídos, al servicio de la libertad, del orden social.Con gran fe, pongamos a las familias de estos soldados y policías caídos cumpliendo su juramento solemne de llegar incluso a entregar la vida por Colombia, para que encuentren el auxilio de Dios.La muerte de tantos soldados 34 – y policías 37 en este año 2023, nos tienen que hacer reflexionar y pensar en la profunda opción que tenemos que hacer por construir la paz en nuestra Patria.Pidamos al Señor que la tarea y la vida de estos soldados, continúe siempre poniéndose al servicio de la construcción de la paz, una paz verdadera, sincera, estable y justa, donde cada uno reciba los beneficios de esta opción por la vida humana, en el cumplimiento de la doctrina social de la Iglesia: la defensa de la vida, el cuidado de la dignidad de la persona y la garantía de los derechos humanos para todos, sin distinción de su condición social.Esta tarea de la construcción de la paz, tiene que estar presente en todas nuestras comunidades, en todos los rincones de la Patria, donde es fundamental la colaboración de todos -hombres y mujeres- de todas las condiciones sociales. La paz debe comenzar en las familias, en las pequeñas comunidades, en los grupos sociales y humanos que nos agregan y comprometen. La paz se deber construir con honestidad, con trabajo, con rectitud, con lucha a la corrupción y al mal, con nuestra opción por alejarnos del pecado y del mal.La paz comienza con la convivencia y la ayuda fraterna entre todos los colombianos, con el respeto de nuestras autoridades legítimas y, especialmente, en el fortalecimiento de la justicia, en la afirmación del derecho.Pidamos a Dios que nuestros Soldados y Policías puedan fortalecer sus capacidades de servicio, sus competencias para ponerse al servicio de los colombianos. Nos lo regale Jesucristo, “camino, la verdad y la vida”, sea El nuestro camino, nuestra paz, nuestra justicia. Que podamos construir la Patria, en el cumplimiento de la ley y, especialmente, fortaleciendo las relaciones justas entre los colombianos, que nuestra tarea construya la paz, en la legitima defensa de los derechos de todos.Recibe Oh Dios, en tu paz a cuantos han caído víctimas del horror del doloroso y conflicto, que podamos estrecharnos en el eterno abrazo de la paz y, que construyamos la Patria por caminos de verdad, justicia y reconciliación. Nuestra Reina, la Virgen del Rosario de Chiquinquirá nos arrope con su manto.¡Alabado sea Jesucristo!+Víctor Manuel OCHOA CADAVIDObispo Castrense de ColombiaEditorial publicada en "Notas humanas y divinas" de RCN, 3 de septiembre 2023.

Lun 28 Ago 2023

Iglesia presenta una guía para vivir la Semana por la Paz 2023

Desde el próximo domingo 3 hasta el 10 de septiembre, Colombia vivirá la versión número 36 de Semana por la Paz que tendrá como tema central “Juntanzas creadoras de paz”. Por parte de la Iglesia Católica, el Secretariado Nacional de Pastoral Social - Cáritas colombiana, la Comisión Nacional de Conciliación y la Oficina de Relaciones Iglesia-Estado de la Conferencia Episcopal, serán las instituciones encargadas de animar la puesta en marcha de esta jornada a nivel nacional. Para ello, ponen a disposición de todos los fieles una cartilla que, de manera pedagógica, propone una serie de reflexiones, oraciones, celebraciones y compromisos que deberían asumirse durante esta semana.En esta guía, son cinco los temas centrales de análisis que se invitan a tener presente: 1. ¿Por qué es urgente reconciliarnos? 2. ¿Por qué la Iglesia es servidora del perdón y la reconciliación? 3. Respetar la vida y hacer justicia: criterios fundamentales para construir la reconciliación y la paz. 4. La paz es una construcción permanente y colectiva. 5. Las acciones conjuntas que favorecen la construcción de la paz.Para abordar cada una de estas dimensiones, se propone el método “ver-juzgar-actuar” que, de acuerdo con el padre Rafael Castillo Torres, director de Cáritas colombiana, ha sido de gran funcionalidad en el trabajo pastoral y, principalmente, en el ámbito de la doctrina social de la Iglesia. “La realidad analizada en el ver es interpretada en el juzgar y del diagnóstico que se deriva de la comparación del ver con el juzgar emerge el actuar. Qué bueno que, en cada encuentro, independientemente del espacio y las personas que participan, tengamos muy en cuenta que no son tres momentos estáticos, sino procesos de oración, reflexión y actuación simultáneos”, así lo explica el sacerdote en la presentación del texto.Además, el padre Castillo recuerda que, llevar a cabo las celebraciones litúrgicas propuestas para cada día, se convierte en “expresión de la fe que vivimos en la familia y la comunidad y de la esperanza que mantenemos”.Durante esta Semana por la Paz 2023, enmarcada en la fiesta de San Pedro Claver, conocido como el patrono de los derechos humanos, en la que participan múltiples instituciones y organizaciones de la sociedad civil, como es costumbre, cada una de las jurisdicciones eclesiásticas o iglesias particulares del país desarrollará actividades con sus comunidades bajo el propósito de seguir animando esta necesaria búsqueda de reconciliación y paz en Colombia, con espíritu sinodal, tal y como lo propone el papa Francisco.

Sáb 19 Ago 2023

En entrevista con Telepacífico: Obispo de Buenaventura hace una radiografía de violencia y paz

El 15 de agosto de 2017, monseñor Rubén Darío Jaramillo Montoya, obispo de la Diócesis de Buenaventura tomó posesión de su sede, tras haber obtenido este encargo episcopal por parte del papa Francisco. Aunque en repetidas oportunidades el prelado risaraldense ha visibilizado la difícil situación que viven sus comunidades, seis años después de haber llegado al territorio, en entrevista con el ‘Noticiero 90 minutos’ del canal regional Telepacífico, habló, ampliamente y con contundencia, sobre la compleja situación social, económica y política que vive este territorio. Además, se refirió a la misión que ha liderado por la reconciliación y la paz.En la entrevista, monseñor Jaramillo reveló detalles del primer laboratorio de paz urbana que se realiza en Colombia, motivado por la Iglesia y para el cual ha sido designado como mediador para el diálogo. Entregó detalles de las peticiones para buscar la paz que han hecho las principales bandas que operan en Buenaventura, conocidas como 'Shottas' y 'Espartanos'.El obispo, que por su labor ha sido amenazado en varias oportunidades, habló al respecto de los graves daños causados por la ambición y la corrupción. Así mismo, sobre la responsabilidad de los gobernantes en la violencia que ha azotado durante décadas a una de las poblaciones más vulnerables que, en contraste, habita el puerto más importante del país. Al cierre, obispo de Buenaventura expresó que, aunque es un proceso que apenas se está construyendo, representa una esperanza no solo para el distrito sino para el país entero, por lo que afirmó que se necesita lograr cada vez mayor compromiso y articulación de parte de los distintos actores.A continuación, algunos apartes de la conversación:Mons. Rubén Darío:“Conocer la realidad a uno lo preocupa, lo que se mueve. ¿Dónde están los poderes decisorios del distrito? Unos personajes que no aparecen en los medios, pero que son los cerebros de toda esta situación”.Periodista:“¿Cuáles son esas causas estructurales de la violencia que hoy se vive y que se ha vivido durante décadas en Buenaventura?”Mons. Rubén Darío:“Que el Estado sea más honrado y menos corrupto. Y ahí se acaba, porque los bandidos están allá. Los malos en este país no son los “Shottas” o los “Espartanos”, son los que están robando el presupuesto de la nación.Periodista:“Esas bandas se disputan el control del territorio por un territorio pobre y con muchas necesidades…”Mons. Rubén Darío:“Me decía “Superboy”, uno de los líderes que desaparecieron, parece que lo mataron, lo picaron: “Toda la ciudad ya está divida por los dos grupos. Aquí lo que hay es avaricia”.Periodista:“Hay rumores, todavía persisten, sobre un incentivo económico que se le habría entregado a estas bandas criminales para que dejaran de matarse”.Mons. Rubén Darío:“No, no, no, eso no fue negociado. Fue un acuerdo entre las dos bandas de parar los crímenes”.Periodista:¿Usted cree en ese proceso de paz?Mons. Rubén Darío:“No veo otro camino para la paz, ¿Matamos a esos muchachos, los metemos a todos en la cárcel? …Y cuando se acabe el problema, van a salir de debajo de las piedras bandidos por todas partes. Yo creo en la necesidad de que la fuerza pública tiene que ir con contundencia, que los bandidos no puedan dominar los barrios. Si llega eso, pero llegan también los dineros públicos a pavimentar las calles, a hacer unas escuelas dignas, a generar condiciones para que vengan empresas, a posesionarse, Buenaventura Sería la Singapur del futuro”.Vea la entrevista completa emitida por el canal Telepacífico:

Lun 14 Ago 2023

Episcopado da a conocer orientaciones para vivir la Semana por la Paz 2023

Del 3 al 10 de septiembre de 2023, Colombia vivirá la versión número 36 de la Semana por la Paz. En esta oportunidad, la iniciativa, acompañada y ambientada por la Iglesia Católica colombiana, tendrá como tema central “Juntanzas creadoras de paz”.Este concepto hace referencia a una perspectiva de trabajo por la reconciliación y la paz inspirada en el camino sinodal propuesto por el papa Francisco que invita a caminar juntos, no solo al interior del catolicismo, sino también en relación con otros credos, instituciones y organizaciones.Aunque el próximo jueves 17 de agosto, de manera simultánea, en seis territorios del país (Bogotá, Medellín, Pasto, San Gil, Florencia y Sur de Bolívar), se llevará a cabo el lanzamiento oficial de esta Semana por la Paz, monseñor Juan Carlos Barreto, obispo de la Diócesis de Soacha y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal de Colombia, ha dado a conocer una serie de orientaciones al respecto.Estos aspectos permitirán comprender de manera clara y pedagógica la esencia de esta iniciativa, así como identificar desde ya diversas maneras de vivirla, en el marco de la conmemoración del Día de los Derechos Humanos en Colombia y el Día de San Pedro Claver que se celebran cada 9 de septiembre en Colombia.Conozca a continuación dichos elementos:1. ¿Qué es?Semana por la Paz es una movilización ciudadana que es convocada por un grupo de actores de diversas organizaciones, instituciones, movimientos, universidades, ONG´S y redes que expresan una amplia pluralidad religiosa, social, étnica, cultural, económica y política. Esta expresión de la sociedad civil tiene el propósito de promover en toda la ciudadanía del país el compromiso personal y social para eliminar la violencia, construir justicia social y encontrar caminos de reconciliación.2. Un poco de historiaLa Semana por la Paz nace en 1987 en el seno del Programa por la Paz de la Compañía de Jesús, tras todas las consecuencias que trajo para la vida política del país la toma al Palacio de Justicia, la guerra del narcotráfico, los asesinatos sistemáticos de miembros UP y las negociaciones del Gobierno y las Farc. Cuando surge Redepaz en 1993, se le pide asumir la tarea, lo cual hace junto con el Secretariado de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal de Colombia. La idea inicial y original de la Semana por la paz fue la de mantener viva en el seno de la sociedad colombiana la idea de la solución política al conflicto armado interno e incentivar la construcción de paz por parte de la sociedad desde los municipios y regiones. Hasta la fecha, se ha realizado ininterrumpidamente, logrando posicionar ideas, acciones y valores en torno a la transformación de conflictos a partir de la no violencia.3. Objetivos1. Iluminar la realidad del país a la luz del Evangelio de la paz.2. Crear una cultura de paz en los diferentes sectores de la sociedad.3. Visibilizar experiencias positivas en construcción de paz.4. Expresar solidaridad a personas, grupos, sectores y territorios más afectados por el conflicto social y la acción de actores violentos.5.Llamar la atención sobre situaciones de violencia familiar, ilegal, cultural y estructural.6. Exigir condiciones de vida digna para todos los ciudadanos del país.7.Superar el conflicto armado a través del diálogo y de acuerdos que favorezcan la solución pacífica, de tal manera que se detengan las acciones de la guerra y se creen condiciones de armonía y equidad.4. ¿Quién la organiza?Diversos actores de la sociedad civil y de la institucionalidad, entre ellos:1. Iglesia Católica2. Gobierno nacional, gobernaciones, alcaldías3. Instituciones educativas4. Organizaciones sociales5.Otras Iglesias y confesiones religiosas5. ¿Qué actividades se pueden realizar?1.Momentos celebrativos (Eucaristías, vigilias, velatones, etc.)2.Jornadas académicas3. Foros, conversatorios, simposios, seminarios, conferencias4. Programas de radio y televisión5. Interacción a través de las redes sociales6. Jornadas culturales7. Eventos deportivos8. Marchas9.Murales10. Reuniones en barrios, veredas, conjuntos residenciales, resguardos indígenas, consejos comunitarios, parroquias11. Actos ecuménicos12. Eventos de memoria y reconciliación6. El tema de este añoPara el año 2023, se ha escogida la temática: Juntanzas Creadoras de Paz, con el propósito de poner de relieve la importancia de hacer esfuerzos colectivos que conduzcan a la reconciliación del país y a lograr una paz integral. Este tema es particularmente afín a la perspectiva actual en la que se encuentra la Iglesia al realizar el camino sinodal, el cual invita a caminar juntos, no solo al interior del catolicismo, sino también en relación con otros credos, instituciones y organizaciones..7.¿Cómo se puede vivir en una parroquia?Aunque la Semana por la Paz es una actividad en la que confluyen muchos sectores de la sociedad, las parroquias son un espacio fundamental para poder vivir este tiempo de una manera profunda y fraterna. Las parroquias se deben integrar a la programación que realizan las diócesis en conjunto con otros espacios de la sociedad civil y la institucionalidad. Además, cada parroquia puede organizar momentos propios en los que se permita tener un mayor acercamiento a los diversos ambientes de la geografía parroquial a través de asambleas familiares, celebraciones litúrgicas, reuniones sectoriales, visitas a los colegios y animación a través de las redes sociales.Un recurso muy útil para las parroquias en el presente año, es el documento Hacia una Pastoral para la Reconciliación y la Paz, el cual es un aporte de la Conferencia Episcopal de Colombia para profundizar en el compromiso de los católicos colombianos como servidores y misioneros de la paz y la reconciliación del país. El documento se inspira en el Evangelio y en la Doctrina Social de la Iglesia, y aborda temas como el marco conceptual, la importancia y alcance de una pastoral para la paz y la reconciliación, los criterios eclesiales, la pedagogía y las acciones conjuntas para construir la paz que necesita Colombia.