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sociedad

Mié 19 Oct 2022

UNIMINUTO: I Semana Internacional de Estudios Bíblicos

El Instituto Bíblico Pastoral Latinoamericano de UNIMINUTO (IBPL), realizará del 24 al 28 de octubre, la primera Semana Internacional de Estudios Bíblicos: “Antropología Bíblica: Nuevos estudios para una sociedad cambiante”. Esta jornada de formación que se realizará en Bogotá, de 8:30 a.m. a 12:30 m. en el auditorio C202 Uniminuto calle 80, tiene como objetivo “estudiar los tópicos fundamentales de la antropología bíblica y extrabíblica a la luz de los desafíos actuales de la sociedad”. La I Semana Internacional de Estudios Bíblicos es una nueva iniciativa del IBPL en el desarrollo de su misión, esto es, ofrecer espacios de reflexión que respondan a los temas más acuciantes de los estudios bíblicos contemporáneos, en correlación con las preguntas e inquietudes que las comunidades cristianas lectoras de la Biblia le plantea al texto y a su teología. Según lo reseñan sus organizadores, en esta primera versión de la Semana Internacional de Estudios Bíblicos se abordará uno de los campos más importantes de la reflexión contemporánea: la antropología. “Reconocemos que en los cambios que experimenta la sociedad actual tienen a la raíz un resquebrajamiento de los modelos antropológicos culturalmente asumidos”. Sobre el tema la Iglesia católica ha señalado la importancia de este hecho y ha intentado responder desde el estudio llevado a cabo por la Pontifica Comisión Bíblica, la cual en el 2020 publicó un documento titulado “¿Qué es el hombre?”. Esta es apenas una aportación. Los centros de Teología y de estudios bíblicos de todas las latitudes también están afrontando el tema y lanzando iniciativas que ayuden a todos los interesados para contar con los insumos requeridos para entender el tema y posicionarse frente a él. El IBPL procede en esta misma dirección. Desde su fortaleza que es la exégesis, la teología y la hermenéutica bíblica, en esta ocasión abre su recinto académico a uno de los pensadores más destacados en el ámbito hispanoamericano, el Dr. Xabier Pikaza, para que mediante un ciclo de conferencias de alto nivel ayude a desentrañar las principales líneas de pensamiento bíblico acerca de la concepción del ser humano, distinguiendo de los modelos culturales subyacentes lo que pertenece a la revelación de Dios. Lo participantes podrán ampliar sus conocimientos y transferirlos a los ámbitos educativos, comunitarios y pastorales en los cuales se desempeñan. Conferencista internacional Contará con la participación de uno de los más reconocidos teólogos españoles del momento Pikaza Ibarrondo, Doctor en Teología, Doctor en Filosofía y Especialista en Filología Bíblica. Las principales editoriales religiosas cuentan con él en su lista de autores. Ha impartido numerosos seminarios y dictado conferencias sobre temas religiosos en España y América. Invitados Están invitados a participar la comunidad de estudiosos de la Biblia, profesores, estudiantes y agentes de pastoral, para profundizar en el tema propuesto para este año. Inscripciones Los interesados en participar pueden inscribirse en el siguiente enlace: https://forms.office.com/r/tQq8shTxc8 Inversión: Estudiantes $ 80.000 público en general $ 120.000 y contará con la entrega de certificación de asistencia

Vie 30 Sep 2022

Reconstruirnos desde el afecto

Por: Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía -Nuestra sociedad colombiana vive el descalabro del creciente desafecto y de los extremismos desaforados. Nos hiere infinitamente la crueldad de asesinatos hechos con sevicia. También la inseguridad que generan los atracos y atropellos, la violencia sexual y de género, así como la expansión del dinero ilícito y del daño a seres humanos y al medio ambiente. El momento que vivimos como sociedad ha puesto más al desnudo la agresividad y los miedos que nos hacen aún más violentos. ¡Horroriza! Y preocupa hondamente que los necesarios cambios y las resistencias a los mismos, si no las frustraciones de muchos que los requieren, sumen al desafecto, ya tan grave. Es cierto que las soluciones exigen reformas sociales, ambientales y estructurales, que no dan espera. Pero lo es también que éstas requieren un equilibrio entre prioridades humanas y prisas de quienes, desde los diferentes lados de los poderes del sistema imperante, deberán propiciarlas. No basta con que, de abajo hacia arriba, desde los territorios, las gentes sean protagonistas de estos cambios; sino que, desde arriba hacia abajo y desde las instituciones mediadoras de la sociedad, se generen voluntades y acuerdos prácticos para lograrlos. Un signo muy esperanzador es, en medio de esta crisis y al inicio de un cuatrienio político, la expresión espontánea de voluntades, desde los actores armados reconocibles en la escena nacional, para un cese multilateral del fuego, con la participación en conversaciones y en diálogos que transformen el recurso a las armas en reintegración a la civilidad y a la legalidad. Este gesto y el del Gobierno que se acaba de iniciar, en relación con nuevos enfoques y la cooperación de la fuerza pública a la convivencia pacífica y civilizada, pueden generar una columna de apoyo a esta reconstrucción nacional desde el afecto social concreto. Para nuestro horizonte cristiano y pastoral, es apremiante multiplicar esfuerzos por la vinculación de esposos, parejas de hecho y cabezas de hogar, a esta “cultura del afecto interhumano”. Y se hace imperativo, con ellos y con los educadores, promocionar el acercamiento de adolescentes y jóvenes a procesos de voluntariado social, de noviazgo y proyectos de amor abiertos a la unión estable y al amor exclusivo y fecundo. Refundar el afecto de parejas con vocación a la familia, a hacerse células y moléculas de esta cultura de afecto y de amor, es parte de esa ecología humana sostenible, con futuro para el tejido familiar y social. Apoyar la constitución de alianzas de amor y la conformación de hogares y familia, debería estar al centro de las políticas de estado, de empresa y de sociedad, que no como una mera generación espontánea. El afecto y la vivencia a fondo de la propia intimidad, como camino de las personas hacia el tú, el otro y el nosotros, debe importar e interesarnos a todos. De la salud afectiva de los hombres y mujeres de Colombia, dependerá, en gran medida, que los cambios legítimos se hagan efectivos. Dios es Amor, proclama la fe en Cristo, Enviado por el Padre Dios. Que el Espíritu de este Amor, en el que la unidad del Dios Único se hace unidad inseparable con el mundo y misterio de encarnación, de cruz y resurrección, sea invocado y acogido en la multitud de los corazones y en la formación espiritual de las consciencias. Este mes del Santo Rosario y del amor por La Virgen María, consolide con el “rezar juntos” bajo cada techo, el “caminar juntos” como Iglesia y sociedad. La sensibilidad de todos, las emociones y los sentimientos, más que las razones y los argumentos, encuentren nuevos cauces para expresarnos, que no sean los de la dureza, la ofensa, la violencia y las armas. + Darío de Jesús Monsalve Mejía Arzobispo de Cali

Lun 1 Ago 2022

¿Qué tenemos qué hacer?

Por: Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía - Esta es la gran pregunta que brota espontánea de quienes escuchan al Bautista (Lc 3,10-14), o a Pedro y a los demás Apóstoles, que les anuncian la Buena Noticia de Jesucristo (Hch 2,37. Es también la pregunta que, ante la urgencia de gestionar el riesgo colectivo mundial y nacional, requiere hacerse la humanidad, para poder resolver los problemas que afrontamos. La alternativa de continuidad, desconociendo las graves grietas en el desarrollo de la propia vida, o en las estructuras y modelos vigentes en una sociedad, se enfrenta con la de una “conversión interior”, el bautismo y la acogida del Espíritu Santo por “cada uno” (Hch 2,38); pero también a la del cambio de toda sociedad o gremio, llamados a compartir, a ser justos, honestos, veraces y no violentos, como indican las respuestas del Precursor. Conversión interior de las personas y cambio social e institucional, deben andar unidos. Recuperar el sentido de la historia común conlleva la tarea del “cambio de mentalidad” y siembra de un auténtico sentido de la vida en las consciencias. De ahí el empeño necesario en lo que llamo las “e” del cambio, derivadas de la “e” de educación: espiritualidad, equidad, ecología, ética y estética. Para nosotros los creyentes cristianos, esas “e” derivan de la “E” del Evangelio de la Vida, la Gran Noticia que transforma la existencia humana, el universo y la historia. Bastan las cifras de degradación y muerte, que amenazan con arruinar la sostenibilidad de un país como el nuestro, para entender la elección popular de una alternativa de cambio. En buena hora Colombia eligió en las urnas esta voluntad mayoritaria. Una “voluntad” que puede ser aún más grande entre los más de 17 millones de abstencionistas y de 11 millones de no aptos para votar. Ante esta realidad y el cuatrienio del gobierno que se inicia en este 7 de agosto, es probable que muchos colombianos, angustiados o temerosos de lo que puede sobrevenir, se estén preguntando también: “¿Qué tenemos que hacer?”. O, aún de modo más personal, como aquel carcelero que se arrojó a los pies de Pablo y Silas y les dijo: “Señores, ¿qué tengo qué hacer para salvarme?”. A lo que recibe una clara respuesta: “Ten fe en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu casa” (Hch 17,29-31). A esta pregunta de consciencia honrada y de disponibilidad para el cambio ante realidades y verdades incontrovertibles, corresponden también hoy respuestas necesarias, precisas, hacia el compromiso de toda persona, de toda familia, de todo gremio y sociedad. Como respondía el Bautista o Precursor de Jesús, lo que tiene qué hacer todo colombiano hoy, creyente o no, ateo o agnóstico, es: 1. “El que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no tiene”. “Me vieron desnudo y me vistieron”, dijo después Jesus, identificándose con el despojado de su dignidad y bienes, el destechado, el desplazado forzoso, el indigente, el habitante de calle. 2. “El que tenga para comer que haga lo mismo”. “Tuve hambre y me dieron ustedes de comer”. “Dénles ustedes de comer”. “Comieron todos y se saciaron. Y recogieron 12 cestos de lo que sobró”, son respuestas inmediatas al hambre que no da espera. Afrontar en Colombia esta realidad es tarea de tierras productivas para alimentación, de cultivadores con garantía de almacenamiento, mercado y seguros de precio y ante contingencias. Es tarea de examinar inversiones y construir autoabastecimiento. De apoyo a Bancos de Alimentos y de semillas, de huertas y agricultura urbana, doméstica, amigable con la convivencia y buen ambiente. Da vergüenza, es imperdonable que Colombia no aproveche sus climas, ciclos dobles o triples de cosechas, tierras que no deben crecer en contra de la naturaleza y las selvas, sino en intensidad, tecnología y hacia lo alto. 3. Viene también la DIAN de esos tiempos y El Bautista les responde: “No exijan más de lo que está fijado”. Un delicado asunto de corrupción instituida e injusticia estructural, que requiere cuidadoso manejo. Estos tiempos de “reformas tributarias” exigen lupa y pies descalzos para saber dónde se esconde el diablo y dónde están sus víctimas. 4. Y llegan también los de la fuerza pública, unos soldados, y hacen la misma pregunta: ¿Que debemos hacer? Respuesta: “No hagan extorsión a nadie. No hagan denuncias falsas. Conténtense con su soldada”. (Lc 3,10-14). De este tema doloroso con nuestras fuerzas armadas y policiales, ni hablar. El horror por lo que han hecho de ellos los gobiernos y las ideologías de poder; el dolor por lo que a ellos ponen a hacer contra su propio pueblo; el necesario repudio a lo que hacen contra ellos, contra nuestros jóvenes policías y soldados, asesinándolos a diario. Hay qué rehacer y transformar su misión de ejemplo, disuasión, cuidado de las poblaciones, garantías de desarme social y monopolio de armas, garantes de convivencia pacífica, democracia, orden y soberanía nacional. Y para todos, no para clases hegemónicas y poderes de búnker y para meter miedo. Si esto lo decía un predicador andrajoso en el desierto, a más de 2022 años atrás, hoy nosotros debemos enumerar y elaborar entre todos el catálogo de respuestas colombianas a cada realidad enferma y dañada en nuestro país. Quede como indicativo y tarea a la que invito a toda persona, comunidad, familia, gremio, etnia, organización, institución, a hacer. En mi [email protected] quisiera recibirlos si los quieren compartir. Catálogos de respuesta al ¿Qué tengo què hacer yo? ¿ Qué tenemos que hacer nosotros? La Iglesia y las iglesias, los que se llaman y nos llamamos cristianos, hagamos el catálogo de respuestas, compartámoslo con otros en casa y territorios, y sumémonos al futuro. La respuesta de María, la mujer Madre de Jesús, a unos confundidos servidores y anfitriones de un banquete de bodas, donde se había acabado el vino, es contundente e inequívoca: “HAGAN LO QUE JESÚS LES DIGA”. Y llegó el vino más bueno y ¡se salvó la fiesta! ( Juan 2, 1-12). ¡Como para leerlo y colombianizarlo, invitándolos a Jesús, María y sus discípulos a esta fiesta de lograr juntos un auténtico cambio! + Darío de Jesús Monsalve Mejía Arzobispo de Cali

Sáb 15 Mayo 2021

“Tender puentes para un diálogo amplio e incluyente”: frailes dominicos de Colombia

Como un gesto de apoyo a los recientes pronunciamientos que ha hecho la Iglesia católica en Colombia en el marco de la difícil situación de crisis social por la que está atravesando el país, los frailes dominicos de la Provincia de San Luis Bertrán de Colombia, en un comunicado a la opinión pública, expresaron la importancia de tender puentes para la reconciliación nacional mediante un diálogo amplio e incluyente en favor del bien común. “Los frailes del Consejo de Provincia de la Comunidad Dominicana de Colombia y su Promotoría de Justicia y Paz, nos solidarizamos con nuestro pueblo colombiano frente a la situación de incertidumbre, dolor y desesperanza que está viviendo en los últimos días y, consecuentes con nuestros valores y principios evangélicos, cristianos y católicos, rechazamos categóricamente todos los actos de violencia que se vienen presentando en el país, sin importar las razones o motivos que los justifican”, señala apartes del comunicado. En el documento, los padres dominicos manifiestan que se unen al clamor de los colombianos que piden y están en pro de un diálogo que involucre a todos los sectores de la sociedad, en el que se aborden los verdaderos problemas que aquejan al país tales como la corrupción, los excesos en el gasto público, la pobreza, el desempleo, la inequidad de género, la persecución y asesinato de los líderes sociales, el desplazamiento y la desaparición forzada, el acceso, la calidad y la cobertura de la educación y la salud, la destrucción del medio ambiente, la polarización política, la evasión y la elusión fiscal, entre otros. Finalmente, exhortan al pueblo colombiano, especialmente en estos días marcados por el desconcierto, a “recordar y valorar lo bueno que se ha podido construir, pero sin perder de vista el camino por recorrer: la realización de una iniciativa compartida de nación en el que cada uno es pieza fundamental de este proyecto llamado Colombia”. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Lun 21 Ene 2019

I Encuentro Latinoamericano de Seminaristas de Pueblos Originarios

La jornada, que se cumplió del 14 al 19 de enero en el Seminario Conciliar de México, buscó fortalecer el ministerio presbiteral inculturado para avanzar en la conformación de iglesias con rostro indígena, precisó el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM). Bajo la coordinación del obispo Emérito de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi Esquivel, los 40 seminaristas indígenas, de 16 países latinoamericanos, compartieron la situación de los pueblos originarios en sus países y las experiencias de formación presbiteral desde los fundamentos bíblicos y documentos del Magisterio. “Constatamos que nuestros pueblos aún viven en situaciones de exclusión, pobreza, falta de una buena educación sistemática y con pocas oportunidades para integrar y expresar sus culturas en nuestra sociedad actual, poniendo en peligro sus raíces autóctonas, que son un legado histórico para la humanidad”, han señalado los organizadores en su mensaje final. De otra parte, destacan en estos pueblos la existencia de valores que “favorecen la unidad, la disponibilidad y el cuidado de nuestra Casa Común, contradichos en la actualidad por el sistema económico dominante, la globalización y el consumismo”. Por tal motivo, han identificado como desafíos de urgente atención: el mejoramiento de la pastoral que asiste a los pueblos originarios; la importancia de un acompañamiento personalizado e inculturado, que aliente una mejor formación de los candidatos de pueblos originarios, valorando y promoviendo a cada cual y exigiendo cualidades que respondan a sus realidades; y el compromiso a “ser más auténticos, transmitiendo nuestras costumbres en los ambientes que nos toca vivir, creando espacios de confraternidad inculturada, siendo nosotros mismos los promotores de nuestras culturas”. El evento fue convocado por la Conferencia del Episcopado Mexicano, por medio de sus Dimensiones de Seminarios, Pastoral de Pueblos Originarios y Afromexicanos, en coordinación con los Departamentos de Vocaciones y Ministerios, de Cultura y Educación, del CELAM. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Mensaje final del encuentro[/icon] [icon class='fa fa-download fa-2x'] Propuestas para propiciar una formación presbiteral inculturada[/icon]

Lun 17 Dic 2018

“Del Señor somos” y del domingo vivimos

Por: Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía - La Iglesia es la eucaristía. Por la eucaristía, la Iglesia renueva constantemente su ser de “Iglesia de la Pascua”. Por ella, constituida por muchos pueblos, se transforma en un solo Pueblo, gracias a una sola MESA, que el Señor ha preparado para nosotros. Las primeras comunidades cristianas eran, por ello, asiduas a la celebración dominical de la eucaristía; para ellos resultaba algo connatural. Era, como lo entendemos hoy, fuente y cumbre de toda evangelización, pues en ella se sentían comunidad reunida y enviada (misa- misión), a comunicar el gozo de la Pascua, la alegría de la salvación, el anuncio de un futuro posible ya en Jesús y las primeras comunidades, con el poder y la fuerza interior y comunitaria del Amor. La eucaristía, nos dijo en tiempos recientes, San Juan Pablo II, “ha de ser principio y proyecto de misión. Entrar en comunión con Cristo en el Memorial de la Pascua significa, al mismo tiempo, experimentar el deber de hacerse misionero del acontecimiento que aquel rito actualiza. La despedida final de cada Misa constituye una consigna que impulsa al cristiano a comprometerse en la propagación del Evangelio y en la animación constante de la sociedad” (Mane Nobiscum Domine: “Quédate con nosotros Señor”, 24). Como para los primeros cristianos, para nosotros la eucaristía no solamente nos permite el encuentro con Cristo Resucitado en la Comunidad, animada por el Espíritu Santo con la Palabra, con el Sacramento del Sacrificio y el Ministerio sacerdotal y diaconal, sino que, como le gustaba decir a San Juan Crisóstomo, nos permite descubrir, entre tanta tragedia, sufrimiento y exclusión, a Jesucristo “EN EL ALTAR DEL POBRE”. La eucaristía es “la Mesa y Misa del mundo” porque es anticipación de “la Mesa y Misa del Cielo”, de la consumación definitiva del mundo. Por ello se ha de celebrar también “sobre el altar del mundo”, como esperanza de la humanidad transformada en Cristo e himno del universo. Desde estas apreciaciones podemos entender que nuestro Plan Quinquenal de Pastoral en la Arquidiocesis de Cali, tenga como fuente, camino, cumbre y pedagogía participativa, la celebración dominical de la Eucaristía, la Pascua que se prolonga en los domingos del Año Litúrgico. Que la comprensión y vivencia de la Eucaristía dominical, esté iluminada también desde la espiritual Esponsal y Familiar de la Mesa Eucarística, “Banquete de Bodas del Cordero”, Mesa del Hijo y de los “hijos adoptados en Él”, y Pan que el Padre Celestial sirve a los primeros invitados, que no le corresponden, al pueblo de Israel, y a todos los excluidos de la humanidad, para integrarlos a la Mesa Común, a la Familia surgida con Cristo Jesús. Desde los Santos Esposos de Nazaret, María y José, desde el misterio del Reino de Dios y de quienes se acogen a su Palabra y Voluntad, desde el don de María, hecho al pie de la Cruz, la Iglesia necesita mantener este “timbre esponsal y familiar”, inicio de un tejido social que tiene su raíz teológica en la Nueva Creación, en la nueva humanidad y familia que surge con Jesús. “Del Señor somos”, dice Pablo en Romanos14,8. “Y del Domingo vivimos”, añadimos nosotros en este inicio del quinquenio 2019-2023. Nuestro énfasis está entonces en afirmar a Cristo Jesús como SEÑOR DE LA NUEVA CREACIÓN, EL KYRIOS, Señor glorioso, por medio de la resurrección. Pascua y Pentecostés tuvieron lugar en el mismo día de la Semana, el primero, sellando la Nueva Economía de Cristo y la Iglesia, la Nueva Alianza de la salvación. El Domingo, Día del Señor, desde los comienzos, era la cena que recordaba el misterio pascual de Cristo y, al mismo tiempo, la espera de su segunda venida. Ya San Justino daba como razón para el nombre de DOMINICUM, Domingo, el Señorío de Jesús “por ser el PRIMER DÍA en que Dios creó el mundo, y el día en que Cristo Resucitó de entre los muertos”. Y la fe de las primeras generaciones, como la de los mártires de Abitene, en el siglo IV, proclamaba esta consigna: “Sine Dominico non possumus”: “NO PODEMOS VIVIR SIN CELEBRAR EL DÍA DEL SEÑOR” (Didascalia de los apóstoles). Y en el mismo siglo IV, después de Constantino, el Domingo se convertiría ya en “el día del descanso”, para darle espacio al encuentro con el Resucitado, a la Eucaristía y a la Asamblea, al “Altar del pobre”, al descanso y a la vida en común, en la comunidad de esposos y de la familia, a la fiesta y la esperanza, cifradas en la victoria de Cristo. Que este Año 2019 sea nuestro inicio de LA RECUPERACIÓN DEL DÍA DOMINGO, como tiempo y espacio de la espiritualidad cristiana, eucarística, eclesial, social y familiar. Que nos propongamos, al menos, recuperar con nuestras feligresías, en este año, los SIETE DOMINGOS imprescindibles: de Ramos, de Pascua, de Octava pascual (de La Misericordia), de Pentecostés, Corpus Christi, de la Jornada Mundial de los pobres (33 del tiempo ordinario), y de Cristo Rey del Universo. A todos les llegue mi saludo afectuoso de Año Nuevo y mi oración y bendición por un Año del Señor bien vivido y con la abundancia de los bienes divinos y de los que construimos los humanos para el bien común. A todos nos acompañen el Amor esponsal de María y José, de Cristo y la Iglesia, el Amor familiar del Hogar de Nazaret. Feliz año 2019. + Darío de Jesús Monsalve Mejía Arzobispo de Cali

Lun 16 Ene 2017

Lluvia de sobres

Escrito por: Mons. Froilán Casas Ortiz - Se ha ido imponiendo una horrible costumbre, marcada por la sociedad de consumo y el apego al dinero, de enmarcar cualquier reunión social con la exigencia de la incómoda etiqueta “lluvia de sobres”. Cómo me fastidia que la hermosura de la amistad sea tasada y medida por los parámetros del dinero. ¡Cómo nos falta criterio! Porque en los Estado Unidos se usa, entonces sin ton ni son debe aplicarse entre nosotros. Por favor, que el coloso del Norte nos enseñe tecnología, pero en cultura, en muchas cosas, estamos más adelantados. En el fondo hay una serie de complejos culturales, ¡qué falta de identidad! La llamada lluvia de sobres, la encuentro razonable cuando de matrimonios se trata. Es comprensible que la nueva pareja, escoja lo prioritario y en ese sentido qué bueno ofrecerles con cariño un regalo monetario. En la práctica, se repetían los regalos de electrodomésticos, por ejemplo y, ¿entonces qué hacer con ellos? De modo que en este aspecto la costumbre se ha vuelto pragmática. Pero ahora cualquier reunión exige la tal lluvia de sobres. A la verdad que cuando recibo una invitación con tal exigencia yo no asisto. En el fondo lo considero una grosería. En la amistad debe haber espontaneidad. El comprar un regalo exige tiempo, descubrir desde la óptica del amor, lo que más agrade a la persona agasajada. La curiosidad del detalle encierra una especie de misterio y de alegre ansiedad. Todo ello hace parte del afecto. La amistad no se mide por la cantidad, sino por la actitud en la relación personal. Cuando nos visita una persona, el mayor regalo es la presencia de ese amigo o amiga que llega. Su visita nos genera alegría y nos proponemos acogerlo de la mejor manera. La alegría se refleja en los gestos, en las actitudes; más allá de los hechos externos, está la atracción espiritual y afectiva. La verdadera amistad se refleja por el desinterés en lo material y la búsqueda de los lazos de afecto que están más allá de las cosas tangibles. No se trata de rechazar las cosas materiales, se les debe dar su justo puesto. Superemos el materialismo y luchemos por una relación marcada por el afecto sincero que está más allá de cualquier parámetro cuantitativo. Amigo es aquél que conociéndolo, lo ama; ve sus errores, pero lo comprende y ayuda para seguir adelante. El que quiera buscar personas perfectas, sálgase de este planeta y busque en los espacios siderales el tipo de amistad que quiere. ¿Qué autoridad tiene usted para exigir amigos perfectos, si usted es un pozo de imperfecciones? Para exigir hay que dar, ¿qué ha dado usted para exigir? El amor por naturaleza es fecundo. Si usted da veinte para recibir a cambio veintiuno, usted no está dando veinte, usted busca uno; no sea avariento y egoísta. La calidad de la amistad se muestra en la entrega de la persona y la generosidad de su relación. Quien es amigo en el pleamar, lo debe ser en el bajamar. ¡Esa sí que es verdadera amistad! Amigo en las duras y en las maduras. Siembre amor para cosechar amor. + Froilán Casas Ortíz Obispo de Neiva

Mié 17 Ago 2016

"Queremos la original"

Por Monseñor Ricardo Tobón - La multitudinaria marcha en defensa de la familia, realizada el pasado 10 de agosto en varias ciudades del país, brotó de la entraña misma del pueblo. Algunos la descalificaron y varios medios de comunicación la ignoraron, pero en el fondo nos mostró a todos que el sentido común indica que hay realidades fundamentales de la vida, como la familia, que no se pueden maltratar sin que peligre toda la estructura humana y social. El mismo Gobierno Nacional vio la gravedad del reclamo popular y dio marcha atrás, probablemente hasta otra ocasión que vea más favorable para su propósito. La verdad es que, como ha denunciado el Papa Francisco, hay una colonización ideológica para imponer, entre otras, la ideología de género. La plataforma de lanzamiento ha sido la ONU, que trabaja desde 1990 para que las Conferencias Mundiales y los programas de Naciones Unidas incluyan los objetivos de género. En concreto, en el Fondo para la Población, UNICEF, UNESCO y OMS se han elaborado muchos documentos y propuestas con categorías propias de esta ideología. Desde las Naciones Unidas va pasando a todos los países, donde se difunde por los medios de comunicación y a través de diversas actividades en los centros educativos. Como hay fuertes presiones económicas y políticas sobre los Estados, casi todos van cediendo sin que importe ni la verdad y la libertad de las personas, ni la democracia. La ideología de género pretende, en primer lugar, liberar al ser humano de su biología; cada uno puede escoger su sexo. Ya no se admite que la “naturaleza” tenga algo que decir; cada uno puede modelarse a su gusto, para sentirse libre y liberado. Es una insurrección contra los presupuestos biológicos; el sexo se escoge o se cambia de acuerdo con el rol social y cultural que se asume. De otra parte, esta ideología ve el matrimonio y la familia como dos modos de violencia permanente contra la mujer y por tanto como instituciones que deben desaparecer. Igualmente, ve la organización familiar y social como una estructura de poder y un instrumento de discriminación para la minoría con sexualidad diversa. Por tanto, hay que imponer una liberación, que acabe con todas las inhibiciones o represiones de la sociedad contra el instinto sexual. Los criterios para actuar son el egoísmo, la satisfacción de las necesidades y lo que más conviene. En pocas palabras, se puede hacer con el cuerpo lo que se quiera, pues el fin de la sexualidad es el placer. Los riesgos de esta ideología son muy grandes, pues la persona entra en una ambigüedad frente a su identidad, puede perder el sentido de la vida, no sabe conducir su propio desarrollo humano, no logra realizar adecuadamente sus relaciones interpersonales y familiares y pone en grave peligro toda la vida social. Si cambiamos los fundamentos éticos por el relativismo, donde no existe un orden real y objetivo que todos debemos respetar, cada uno decide dónde está el bien y dónde está el mal, todo queda permitido y no nos espera sino el enfrentamiento mutuo a partir de las diversas posiciones particulares. Ante esta realidad pareciera que algunos legisladores y jueces hayan perdido la conexión con la realidad y el sentido común que tiene el pueblo cuando sale a las calles a pedir que no se trastorne el orden natural de la familia, diciendo: “Queremos la original”. Esta situación es un llamamiento para que los padres de familia hagan valer el derecho primario e inalienable que tienen sobre la educación de sus hijos, para que las familias valoren lo que son y luchen por realizar lo que significan en la sociedad, para que entendamos que la ideología de género no mejora la educación y para que comprendamos que no se defienden los derechos de una minoría ni se evitan la discriminación y la intolerancia atropellando el orden natural y social. + Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín