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arzobispo bucaramanga

Lun 10 Jul 2017

No sólo el páramo de Santurban

Por: Monseñor Ismael Rueda Sierra - El papa Francisco, a quien esperamos en su visita apostólica a Colombia en el mes de septiembre, nos ha entregado la carta encíclica “Laudato Si”, en continuidad con el magisterio pontificio del Beato Paulo VI y San Juan Pablo II, sobre el tema de la ecología. Pero indudablemente el papa Francisco va al fondo en su reflexión integral e interdisciplinar de lo que significa el cuidado de la casa común, como responsabilidad de todos. En los distintos foros mundiales y también los locales, estos temas ocupan primera línea, por cuanto está en juego la supervivencia misma de la humanidad y el adecuado tratamiento de la dignidad humana. Por tal razón, con base en una dimensión ética, entre otras, que debe estar necesariamente en la base del discernimiento, también existen unas consideraciones de tipo político, económico y cultural que afectan profundamente, por las competencias propias en materia de decisiones, conductas y vigencias culturales lo mismo que por los intereses de lucro y consumo, que en ocasionen se priorizan, como es usual en el mundo de hoy. Se ha vuelto recurrente, a la hora de conciliar el manejo adecuado del medio ambiente con las aplicaciones de tipo industrial, minero o urbanístico, etc. no dar la adecuada importancia a su componente ético y social, o brindar promesas ecológicas que francamente no convencen porque se sabe de antemano, del enorme impacto que producen sobre los bienes naturales. Quiere esto decir que para vender la idea de la explotación de los recursos, o la expansión urbana, a menudo los interesados se colocan un “traje ecológico” para obtener el visto bueno de la opinión pública especialmente. Quisiera hacer alusión sólo a algunos apartes de la encíclica papal aludida, que nos permiten ver el enorme reto que tenemos a la hora intervenir el medio ambiente, en favor del ser humano. Al referirse el Papa a una ecología integral afirma que “La ecología… También exige sentarse a pensar y a discutir acerca de las condiciones de vida y de supervivencia de una sociedad, con la honestidad para poner en duda modelos de desarrollo, producción y consumo. No estará de más insistir en que todo está conectado” (cf. L.S.138). Afirma además: “Cuando se analiza el impacto ambiental de algún emprendimiento, se suele atender a los efectos en el suelo, en el agua y en el aire, pero no siempre se incluye un estudio cuidadoso sobre el impacto en la biodiversidad, como si la pérdida de algunas especies o de grupos animales o vegetales fuera algo de poca relevancia” (cf.L.S.35). “El cuidado de los ecosistemas, afirma, supone una mirada que vaya más allá de lo inmediato, porque cuando sólo se busca un rédito económico rápido y fácil, a nadie le interesa realmente su preservación” (Id.36). En relación con la cuestión del agua, que sin duda es prioritaria a la hora de plantear los temas ecológicos, por cuanto su acceso, uso y consumo forma parte del derecho a la vida, el Santo Padre afirma que “En realidad, el acceso al agua potable y segura es un derecho humano básico, fundamental y universal porque determina la sobrevivencia de las personas, y por lo tanto es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos” (Id.30). De modo que, en el caso nuestro de la intervención en el páramo de Santurbán, al que ya me había referido en otro editorial, invocando la aplicación del principio de precaución, será necesario para su adecuado manejo y conservación, no ignorar las consideraciones éticas y de responsabilidad social, presentadas por el Santo Padre Francisco en la encíclica “Laudato Si”. Con mi fraterno saludo. + Ismael Rueda Sierra Arzobispo de Bucaramanga

Jue 15 Jun 2017

Desarrollo humano integral

Por: Mons. Ismael Rueda Sierra - En agosto pasado, de 2016, en el contexto del Jubileo de la Misericordia, el papa Francisco estableció el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, con su propio Estatuto, reuniendo en él, cuatro Pontificios Consejos existentes que hasta ahora se ocupaban de los asuntos sociales y de solidaridad, a saber: el de Justicia y Paz, Cor Unum, Pastoral de los Migrantes e Itinerantes y el de Pastoral de los Agentes Sanitarios. En este nuevo Dicasterio, destaca la atención al fenómeno migratorio, al punto que esta Sección estará por un tiempo directamente bajo la guía del Santo Padre. De esta manera, sin duda, se da un gran paso en la misma concepción de la hasta ahora llamada pastoral social, que en términos generales se definía como “la evangelización de lo social” o de la “cuestión social”, para referirla directamente a su profundo contenido antropológico, como servicio al desarrollo o crecimiento humano integral de la persona, en atención a su dignidad original como imagen y semejanza de Dios e hijo. El pensamiento social de la Iglesia, obviamente, ha tenido como presupuesto e inspiración esta base antropológica al formular los principios en los que se fundamenta la Doctrina Social y su tarea de solidaridad con la persona humana; sin embargo, al hablar del servicio al desarrollo humano integral, se llama la atención sobre el cuidado de todo ser humano en cualquier situación o condición, mirando especialmente a aquellos que han quedado al margen de la sociedad, o en la periferia, o en una cultura del descarte, como suele indicarnos el Papa Francisco. Pero no hay duda que esta concepción tiene un referente muy importante en el Beato Paulo VI, con su célebre encíclica Populorum Progressio (1967), dedicada al desarrollo integral de “todo el hombre y de todos los hombres”, entendido éste como el paso “para cada uno y para todos, de condiciones de vida menos humanas, a condiciones más humanas” (21) y como “el nuevo nombre de la paz” (76-80). En efecto, el Santo Padre Francisco, en su Carta apostólica, mediante la cual instituye el Dicasterio en mención, indica que “en todo su ser y obrar, la Iglesia está llamada a promover el desarrollo integral del hombre a la luz del Evangelio”, desarrollo que se lleva a cabo con el cuidado de los bienes de la justicia, la paz y la protección de la creación. En modo particular estará a cargo de todo lo que se refiere a “las migraciones, los necesitados, los enfermos y los excluidos, los marginados y las víctimas de los conflictos armados y de las catástrofes naturales, los encarcelados, los desempleados y las víctimas de cualquier forma de esclavitud y de tortura” (Cfr. Carta Apostólica). Sin duda una gran tarea, de aplicación concreta a las necesidades personales y comunitarias de tantas personas y en su conjunto, de toda la humanidad. + Ismael Rueda Sierra Arzobispo de Bucaramanga

Lun 26 Dic 2016

“La suerte de niños que viven en la pobreza extrema, son causa de vergüenza”

Así lo califica el arzobispo de Bucaramanga, monseñor Ismael Rueda Sierra, en la reflexión que hace para recordar la fiesta de los Santos Inocentes, que celebra la Iglesia católica cada 28 de diciembre. El prelado cuestiona lo dicho en la Constitución Política donde se afirma que los derechos de los niños deben prevalecer sobre los derechos de los demás, señala que este cuadro de los principios y de convicciones, no deja de ser un interrogante en el marco de este camino de reconciliación y de paz que está viviendo el país. “Es importante responder a estos desafíos implementado a conciencia y con una profunda convicción política y social, programas que en primer lugar cuiden de la seguridad alimentaria de los niños y niñas, especialmente en aquellos lugares y sitios que se encuentran en mayor vulnerabilidad”, afirma el prelado. Así mismo, monseñor Rueda Sierra invita a tener una apertura de acogida con todos los niños que han estado inmersos en la guerra, apoyándolos para “que entren en un proceso de limpieza de sus corazones, dejando atrás el odio, el resentimiento y la venganza del que les fue sembrado en sus almas”. Por último el arzobispo invita a orar y discernir frente a la responsabilidad que cada uno tiene por el cuidado y proyección de los niños. Audio: Arz.de Bucaramanga, Mons. Ismael Rueda Sierra [icon class='fa fa-download fa-2x']Ver: Especial de Navidad[/icon]

Vie 22 Jul 2016

“La paz y la violencia no pueden habitar juntas”

Estas fueron algunas de las palabras enunciadas por el arzobispo de Bucaramanga, monseñor Ismael Rueda Sierra, durante la eucaristía que marco la celebración de los 206 años del grito de independencia en nuestro país. El prelado recordó que ”la paz antes que un Don de Dios al hombre y un proyecto humano conforme al designio divino, es ante todo un atributo esencial de Dios y en consecuencia se funda en relación primaria entre todo ser creado y Dios mismo, una relación marcada por la rectitud. La paz y la violencia no pueden habitar juntas, donde hay violencia no puede habitar Dios”. “La paz es un valor y deber universal (…) la paz se funda sobre una correcta concepción de la persona humana y requiere la edificación de un orden según la justicia y la caridad. En efecto la paz peligra cuando al hombre no se le reconoce aquello que le es debido en cuanto hombre, cuando no se le respeta su dignidad y cuando la convivencia no está orientada hacia el bien común”, afirmó el jerarca. Por último, Monseñor Rueda Sierra exhortó a toda la comunidad presente a orar por los gobernantes y violentos para que iluminados por Dios tomen las mejores decisiones en favor del pueblo colombiano.

Mié 18 Mayo 2016

Avanzan preparativos para el XII Congreso nacional misionero

Bajo el lema "Somos Iglesia colombiana en salida misionera", se realizará en la ciudad de Bucaramanga del 26 al 29 de mayo el 12º Congreso Nacional Misionero. El Congreso se propone "despertar, profundizar y madurar la conciencia y la acción misionera de nuestras Iglesias particulares, para que sus planes y procesos de evangelización respondan con mayor generosidad y eficacia a los desafíos de la misión ‘Ad gente', que el mandato de Jesucristo y las urgencias del mundo, nos plantean para la construcción del reino de Dios", como se señala en sus objetivos. Se contará con la presencia del Cardenal Fernando Filoni, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, quien asistirá al evento en representación del Papa Francisco. El evento es organizado por la Comisión Episcopal de Animación Misionera de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), junto con su Departamento de Animación Misionera, la colaboración de las Obras Misionales Pontificias de Colombia (OMP) y la arquidiócesis de Bucaramanga. El congreso está enmarcado en resaltar varios hechos eclesiales entre los que se encuentran: Los 50 años de la conclusión del Concilio Vaticano II y del Decreto Ad Gentes; la canonización de la Madre Laura Montoya, primera santa nacida en Colombia y Maestra de misioneros; el Año Jubilar Extraordinario de la Misericordia.