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audiencia general

Mié 26 Sep 2018

Catequesis del Papa sobre su Viaje Apostólico a los Países Bálticos

El tema de la catequesis del Papa Francisco en el miércoles 26 de setiembre fue el Viaje Apostólico realizado a Lituania, Letonia y Estonia, desde donde regresó la noche anterior.El Santo Padre explicó que realizó la visita con ocasión del centenario de la independencia de dichos Países, que sufrieron bajo el bajo el yugo de las ocupaciones, primero la nazi, y la soviética después, y agradeció a los presidentes de las tres Repúblicas y a las Autoridades civiles por la acogida que le dispensaron, además de demostrar su gratitud a todos los obispos y a quienes colaboraron para la preparación de este evento. A cien años de libertad en los Países Bálticos “Ahora que gozan de libertad –dijo - mi misión fue anunciarles nuevamente la alegría del Evangelio y la revolución de la misericordia y de la ternura, porque para darle sentido y plenitud a la vida, además de la libertad, es indispensable el amor que viene de Dios”. Y recordó que el Evangelio, que en el tiempo de la prueba da fuerzas y anima la lucha para la liberación, en el tiempo de la libertad es luz para el camino cotidiano de las personas, las familias, las sociedades, y sal que da sabor a la vida ordinaria y la preserva de la corrupción de la mediocridad y los egoísmos. El desafío ecuménico y el diálogo entre generaciones Subrayando el carácter ecuménico de la visita a estos países - dos de ellos predominantemente luteranos y ortodoxos- el Papa expresó que el desafío ha sido reforzar la comunión entre todos los cristianos. “Durante este viaje, - contó en español - con marcado carácter ecuménico, me encontré con muchas personas. En Vilna, les recordé a los jóvenes la importancia del diálogo entre las generaciones, y en Riga, les subrayé a los ancianos la estrecha relación que existe entre la paciencia y la esperanza. También a los sacerdotes, consagrados y seminaristas, les manifesté que es indispensable estar centrados en Dios y arraigados en su amor, manteniendo viva la memoria de los mártires, para seguir su ejemplo y ser testigos de esperanza. Tampoco me faltó la oportunidad para honrar a las víctimas del genocidio judío en Lituania y de las persecuciones a todos los ciudadanos.” Pensar hasta dónde puede llegar la crueldad humana A las “autoridades de los tres países, -se explayó en italiano- puse el acento en la contribución que dan a la comunidad de las naciones y especialmente a Europa: la contribución de los valores humanos y sociales pasados por el crisol de la prueba”. Y añadió que en la visita al Museo de las Ocupaciones y las Luchas por la Libertad se detuvo en oración en las habitaciones donde eran detenidos, torturado y asesinados los opositores del régimen: "Asesinaban a cerca de cuarenta cada noche. Es conmovedor ver hasta qué punto puede llegar la crueldad humana. Pensemos en esto", exhortó. “A estas tres Naciones -prosiguió- las une una fuerte devoción mariana. Por ello, en las tres celebraciones eucarísticas, el santo Pueblo fiel de Dios que peregrina en esas tierras, ha renovado con María su «sí» a Jesucristo, suplicando a la Madre de Dios que continúe protegiendo y acompañando a sus hijos en estos momentos de su historia”. Conforto y salud por intercesión de Cosme y Damián Al concluir la catequesis, en el momento de los saludos, dirigió un pensamiento especial a los jóvenes, los ancianos, los enfermos y los recién casados, recordándoles la memoria litúrgica hodierna de los santos médicos y mártires, Cosme y Damián: “Por su intercesión, el Señor les dé conforto y salud a todos los que están sufriendo y en enfermedad, y les inspire generosidad y espíritu de servicio a quienes se ocupan de los cuidados sanitarios”. A los fieles de lengua española, les animó a ser fieles al Evangelio de Jesús, que en tiempos de prueba da fuerza y alienta en la esperanza, y en tiempos de libertad ilumina la vida cotidiana de las personas, las familias y la sociedad. “Que María, Madre de la Misericordia, nos acompañe en el camino de la caridad concreta y del servicio gratuito. Muchas gracias”, concluyó.

Mié 19 Sep 2018

Catequesis del Papa: “Honrar a los padres conduce a una vida feliz”

“Reflexionamos hoy sobre el cuarto mandamiento de la ley de Dios: «Honra a tu padre y a tu madre, […] para que se prolonguen tus días y seas feliz en el país que Dios te da». Honrar significa reconocer y dar importancia a los padres a través de acciones concretas, que manifiestan afecto y cuidado; y esto tiene como efecto una vida larga y feliz”, lo dijo el Papa Francisco en la Audiencia General del tercer miércoles de septiembre de 2018, continuando con su ciclo de catequesis dedicadas a los Mandamientos. Honrar al padre y a la madre es reconocer su valor En este viaje dentro de las Diez Palabras y explicando el mandamiento que se refiere al padre y a la madre, el Santo Padre señala que se trata del honor que se da a los padres. “El término hebreo – precisa el Pontífice – indica la gloria, el valor, al pie de la letra el peso, la consistencia de una realidad. No se trata de formas externas, sino de la verdad”. De hecho, honrar a Dios, en la Escritura, afirma el Papa, significa reconocer su realidad, contar con su presencia; esto también se expresa con los ritos, pero implica sobre todo dar a Dios el lugar que le corresponde en la propia existencia. “Honrar al padre y a la madre significa, por lo tanto – explica el Santo Padre – reconocer su importancia también con actos concretos, que expresan dedicación, afecto y cuidado”. Honrar a los padres conduce a una vida larga y feliz Además, honrar a los padres, agrega el Papa Francisco comentando el Libro del Deuteronomio, tiene como efecto una vida larga y feliz. La palabra “felicidad” en el Decálogo aparece sólo vinculada a la relación con los padres. “Esta sabiduría milenaria – subraya el Pontífice – evidencia la importancia del ambiente familiar en los primeros años de vida, que repercute en la posterior forma de ser y comportarnos. Podemos pensar en tantos jóvenes que, después de haber vivido una infancia difícil y dolorosa, se han reconciliado, a través de Cristo, con la vida y han sido un ejemplo luminoso para muchos otros. Los enigmas y los porqués de nuestra vida – agrega – se iluminan descubriendo la presencia del Señor a nuestro lado. En Él, honramos a nuestros padres con la libertad de hijos adultos y los acogemos con misericordia y amor”. Gratitud con quienes nos han traído al mundo Pero el Cuarto mandamiento, afirma el Obispo de Roma, dice aún más, no sólo habla de la bondad de los padres, sino de un acto de los hijos, independientemente de los méritos de los padres, y dice que, “aunque no todos los padres sean buenos y no todas las infancias sean serenas, todos los hijos pueden ser felices, porque el logro de una vida plena y feliz depende de la justa gratitud a quienes nos han traído al mundo”. Pensemos por ejemplo, señala el Papa, en muchos jóvenes que provienen de historias de dolor y para todos aquellos que han sufrido en su juventud. “Muchos santos – y muchos cristianos – después de una dolorosa infancia han vivido una vida luminosa, porque, gracias a Jesucristo, se han reconciliado con la vida. Pensemos en el hoy beato, pero el próximo mes santo, Sulprizio, ese joven que a los 19 años terminó su vida reconciliado con tanto dolor, con tantas cosas, porque su corazón estaba sereno y nunca había negado a sus padres. Pensemos en San Camilo de Lellis, que desde una infancia desordenada construyó una vida de amor y servicio; Santa Josefina Bakhita, que creció en una horrible esclavitud; o el Beato Carlos Gnocchi, huérfano y pobre; y el propio San Juan Pablo II, marcado por la pérdida de su madre a una edad temprana”. Honrar a nuestros padres con la libertad de los Hijos En este sentido, el Papa Francisco precisa que, el hombre de cualquier historia que venga, recibe de este mandamiento la orientación que conduce a Cristo: en Él, en efecto, se manifiesta el verdadero Padre, que nos ofrece “renacer de lo alto”. “Nuestras heridas comienzan a ser potencialidades cuando por gracia descubrimos que el verdadero enigma ya no es ¿por qué?, sino ¿para quién? ¿En vista de qué obra me forjó Dios a través de mi historia? Aquí todo se invierte, todo se vuelve precioso, todo se vuelve constructivo. Mi experiencia, incluso triste y dolorosa, pero a la luz del amor como se hace para los demás, para quien, fuente de salud”. Entonces, concluye el Papa Francisco, podemos empezar a honrar a nuestros padres con la libertad de los hijos adultos y la aceptación misericordiosa de sus limitaciones. “Honrar a los padres: ¡pero ellos nos dieron la vida! Si te has alejado de tus padres, haz un esfuerzo y vuelve, vuelve con ellos, tal vez sean viejos.... Te dieron la vida. Y luego tenemos el hábito de decir cosas malas, incluso malas palabras. Por favor, nunca, nunca, nunca insultes a los padres de otras personas. ¡Nunca! Nunca insultes a tu madre, nunca insultes a tu padre. ¡Nunca! ¡Nunca! Tú tomas esta decisión interna. De ahora en adelante, nunca insultaré a la madre o al padre de nadie. ¡Le dieron la vida! No deberían ser insultados”. Muestren su cariño a sus padres Antes de terminar su catequesis, el Santo Padre saludó cordialmente a los peregrinos de lengua española venidos de España y Latinoamérica; en particular saludo a los participantes en el curso de rectores de Seminarios Mayores diocesanos, al grupo de la Pastoral de la Carretera de la Conferencia Episcopal Española, y a los catequistas de la Diócesis de Nogales, en México. “Los animo a reavivar en ustedes la gracia del bautismo que nos hace renacer de lo alto y ser hijos de Dios. Con esta consciencia, los invito a mostrar su cariño a sus padres, a través de signos concretos de ternura y afecto, y también con la oración”. Fuente: Vatican News

Mié 12 Sep 2018

“La verdadera esclavitud es la de no saber amar”: Papa Francisco

“En el tercer mandamiento del Decálogo se pide observar el día de reposo. A diferencia del Éxodo, el libro del Deuteronomio establece este mandamiento para que el esclavo pueda también descansar y celebrar así el recuerdo de la Pascua de liberación; es decir, conmemora el final de la esclavitud ya que los esclavos por definición no pueden descansar”, lo dijo el Papa Francisco en la Audiencia General del segundo miércoles de septiembre de 2018, continuando con su ciclo de catequesis dedicadas a los Mandamientos. El reposo, memoria de la Pascua En la catequesis de hoy, señala el Pontífice, volvemos al tercer mandamiento, el del día de reposo. Este mandamiento promulgado en el Libro del Éxodo, se repite en el Libro del Deuteronomio de modo idéntico, a excepción de esta Tercera Palabra, donde aparece una preciosa diferencia: “mientras en el Libro del Éxodo el motivo del reposo es la bendición de la creación – afirma el Papa – en el Deuteronomio, en cambio, se conmemora el final de la esclavitud. En este día el esclavo debía reposar como el amo, para celebrar la memoria de la Pascua de liberación”. La esclavitud: interior y exterior Hay muchos tipos de esclavitud, dijo el Papa Francisco sea exteriores que interiores, fruto de opresiones, violencias e injusticias; y también prisiones interiores, como los tormentos, los complejos o los obstáculos psicológicos. Pero hay una esclavitud que es más fuerte que cualquier otra: la del propio yo. El “ego” puede convertirse en un verdugo que tortura constantemente al hombre, procurándole la más profunda de las opresiones que es el “pecado”. No hay descanso para quien vive de la gula y de la lujuria; el ansia de poseer destruye al avaro, el fuego de la ira y la carcoma de la envidia corroen las relaciones; y el egocentrismo del soberbio lo aísla y aleja de los demás. La verdadera esclavitud es la de no saber amar. Libertad y esclavitud interior En estas condiciones de prisiones interiores, precisa el Santo Padre, no puede existir el descanso, una persona atormentada por dificultades interiores no puede ser libre, pero de otro lado, un hombre encarcelado y oprimido puede ser libre. “De hecho, precisa el Pontífice, hay personas que, incluso en la cárcel, experimentan una gran libertad de espíritu. Pensemos, por ejemplo, en San Maximiliano Kolbe, o en el Cardenal Van Thuan, que transformaron las opresiones oscuras en lugares de luz. Como también hay personas que están marcadas por grandes fragilidades interiores pero que conocen el reposo de la misericordia y saben cómo transmitirla”. Entonces, afirma el Papa: “La verdadera libertad no es solamente una cuestión de elección, ciertamente, esto forma parte de la libertad, y por ello nos comprometemos a garantizarla a todos los hombres y mujeres. Pero sabemos, que ser capaz de hacer lo que quieres no es suficiente para ser verdaderamente libre, y ni siquiera feliz. La verdadera libertad es mucho más que eso” La esclavitud del propio ego De hecho, señala el Papa Francisco, hay una esclavitud que encadena más de una prisión, más que una crisis de pánico, más que una imposición de cualquier tipo: la esclavitud del propio ego. “El ego puede convertirse en un atormentador que tortura al hombre dondequiera que esté y le lleva la opresión más profunda, lo que se llama ‘pecado’, que no es una banal violación de un código, sino un fracaso de la existencia y una condición de esclavitud”. Los glotones, los lujuriosos, los tacaños, los irascibles, los celosos, los codiciosos, los orgullosos son esclavos de sus vicios, que los tiranizan y atormentan. No hay respiro para los codiciosos y lujuriosos que deben vivir del placer; la ansiedad de la posesión destruye a los avaros; el fuego de la ira y la carcoma de la envidia arruinan las relaciones; la acidia que evita toda fatiga hace que uno sea incapaz de vivir; el soberbio egocentrismo cava una profunda zanja entre uno mismo y los demás. El verdadero esclavo es aquel que no es capaz de amar El tercer mandamiento, que nos invita a celebrar la liberación en reposo, concluye el Papa Francisco, es para nosotros los cristianos una profecía del Señor Jesús, que rompe la esclavitud interior del pecado para hacer al hombre capaz de amar. “El verdadero amor es la verdadera libertad – afirma el Pontífice – se separa de la posesión, reconstruye las relaciones, sabe acoger y valorar al prójimo, transforma todo esfuerzo en un don gozoso y lo hace capaz de comunión. El amor nos hace libres incluso en la cárcel, aunque seamos débiles y limitados”. Esta es la libertad que recibimos de nuestro Redentor, nuestro Señor Jesucristo. El descanso, un tiempo privilegiado de encuentro con el Señor Antes de concluir su catequesis, el Obispo de Roma saludó cordialmente a los peregrinos de lengua española provenientes de España y América Latina, y en particular al grupo de sacerdotes venezolanos, acompañados por el Cardenal Baltazar Porras. “Hoy – dijo el Papa – celebramos la fiesta del Santísimo Nombre de María. Pidámosle a nuestra Madre del Cielo que nos ayude a vivir el descanso dominical como un tiempo privilegiado de encuentro con el Señor y con los demás, dejando que el amor de Jesús nos libere de todas nuestras esclavitudes”. Vía: Vatican News

Mié 22 Ago 2018

"El nombre de Dios es una invitación a vivir sin hipocresía”: Papa Francisco

“Pronunciar el nombre de Dios quiere decir asumir su realidad, entrar en íntima relación con él. A nosotros cristianos, este mandamiento nos recuerda que hemos sido bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y que debemos vivir nuestra vida cotidiana en comunión real con Dios, sin hipocresía, como los santos, cuyo ejemplo de vida toca el corazón de todos y hace más creíble el anuncio de la Iglesia”, lo dijo el Papa Francisco en la Audiencia General del cuarto miércoles de agosto de 2018, continuando con su ciclo de catequesis dedicadas a los Mandamientos. “Hoy afrontamos el mandamiento «No pronunciarás en vano el nombre del Señor, tu Dios» (Ex 20,7). Justamente – afirma el Pontífice – leemos esta Palabra como una invitación a no ofender el nombre de Dios y a evitar usarla inapropiadamente”. Escuchémoslos mejor, invita el Papa, la versión “No pronunciarás” traduce una expresión que literalmente significa, en hebreo como en griego, “No tomarás sobre ti, no te harás cargo”. Y la expresión “en vano” es más clara, agrega el Santo Padre y significa: “sin carga, en vano”. Se refiere a un sobre vacío, a una forma sin contenido. Es la característica de la hipocresía, del formalismo y la mentira. El nombre señala la verdad íntima de las cosas y de las personas En la Biblia el nombre señala la verdad íntima de las cosas y de las personas. Con frecuencia indica la misión, así Abrahán y Simón Pedro cambian su nombre cuando reciben su nueva misión. “Conocer verdaderamente el nombre de Dios conduce a la transformación de la propia vida – precisa el Papa Francisco – desde el momento en que Moisés conoce el nombre de Dios, su historia cambia”. En los ritos hebreos, el nombre de Dios solo es proclamado solemnemente en el Día del Gran Perdón. El pueblo es perdonado, porque a través del nombre entra en contacto con la vida de Dios mismo que es misericordia. Pronunciar el nombre de Dios quiere decir asumir su realidad, entrar en íntima relación con él. A nosotros cristianos, este mandamiento nos recuerda que hemos sido bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y que debemos vivir nuestra vida cotidiana en comunión real con Dios, sin hipocresía, como los santos, cuyo ejemplo de vida toca el corazón de todos y hace más creíble el anuncio de la Iglesia. Una invitación a vivir una relación con Dios sin hipocresía Pero, para hacer creíble este anuncio, el Papa Francisco se pregunta: ¿es posible asumir el nombre de Dios de manera hipócrita, como una formalidad, vacía? “La respuesta, señala el Obispo de Roma, es por desgracia, positiva: sí, es posible. Se puede vivir una falsa relación con Dios. Y esta Palabra del Decálogo es precisamente la invitación a una relación con Dios sin hipocresía, una relación en la que nos encomendamos a Él con todo lo que somos. En el fondo, hasta el día en que no arriesgamos nuestra existencia con el Señor, tocando con la mano que en Él se encuentra la vida, hacemos sólo teorías”. Este es el cristianismo que toca los corazones. ¿Por qué los santos son tan capaces de tocar el corazón? Porque en los santos vemos lo que nuestro corazón desea profundamente: autenticidad, relaciones verdaderas, radicalidad. Y esto se ve también en aquellos “santos en la puerta de al lado” que son, por ejemplo, padres que dan a sus hijos el ejemplo de una vida coherente, sencilla, honesta y generosa. “Si se multiplican los cristianos que toman sobre sí el nombre de Dios sin falsedad – practicando así la primera pregunta del Padre Nuestro, afirma el Papa, que tu nombre sea santificado – el anuncio de la Iglesia es más escuchado y más creíble”. El nombre de cada uno de nosotros está sobre los hombros de Cristo En la cruz, Cristo ha llevado sobre sus espaldas nuestros nombres, también todo el mal que hay en nosotros, para poner su amor en nuestro corazón. Así en este mandamiento, subraya el Pontífice, descubrimos que vale la pena tomar con nosotros el nombre de Dios porque él nos ha llevado consigo hasta el final. “Porque el nombre de cada uno de nosotros está sobre los hombros de Cristo. Vale la pena tomar sobre nosotros el nombre de Dios porque Él tomó nuestro nombre hasta el final, incluso del mal que hay en nosotros, para poner en nuestros corazones su amor. Por eso Dios proclama en este mandamiento: Tómame sobre ti, porque yo te he tomado sobre mí”. Cualquiera puede invocar el santo nombre del Señor, que es Amor fiel y misericordioso, en cualquier situación que se encuentre. Dios nunca dirá “no” a un corazón que lo invoca sinceramente. Antes de concluir su catequesis, el Papa Francisco saludo a los peregrinos de lengua española provenientes de España y América Latina. “Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española provenientes de España y América Latina. En la fiesta de la Coronación de la Virgen María, pidámosle a nuestra Madre del Cielo que nos ayude a invocar el nombre de Dios en todo momento, sabiendo que Dios nunca dejará de escuchar a quien acude a él con fe y esperanza. Que el Señor los bendiga. Muchas gracias”.

Mié 30 Mayo 2018

Catequesis del Papa: “El Espíritu, autor de la diversidad, creador de la unidad”

“De este modo, el sacramento se confiere con la unción del santo crisma en la frente y pronunciando estas palabras: «Recibe por esta señal el don del Espíritu Santo». Es una señal visible del don invisible. Un carácter indeleble que nos configura más plenamente con Jesús y nos da la gracia para difundir por el mundo el buen olor de Cristo”, lo dijo el Papa Francisco en la Audiencia General del último miércoles de mayo de 2018, prosiguiendo con su ciclo de catequesis dedicadas al sacramento de la Confirmación. Deseo hoy, precisa el Santo Padre, evidenciar la íntima relación que existe entre este sacramento con toda la iniciación cristiana. La unción confirma y refuerza la gracia del bautismo “El rito de la confirmación – señala el Pontífice – tiene varios gestos litúrgicos que expresan la profundidad de este sacramento de la iniciación cristiana. Antes de recibir la unción que confirma y refuerza la gracia del bautismo, los candidatos son llamados a renovar las promesas bautismales y hacer profesión de fe”. Ahora son ellos mismos en profesar la fe de la Iglesia, afirma el Papa, listos a responder “creo” a las preguntas formuladas por el Obispo; listos, en particular, a creer en el Espíritu Santo, que es Señor y da la vida y que hoy, por medio del sacramento de la Confirmación, les es conferido de modo especial, como a los Apóstoles en el día de Pentecostés. El Espíritu enriquece con sus dones “Después de un silencio orante – explica el Papa Francisco – el Obispo extiende las manos sobre los confirmados e invoca la efusión del Espíritu sobre ellos. El Espíritu enriquece con sus dones a los miembros de la Iglesia, construyendo así la unidad en la diversidad”. Uno sólo es el Espíritu, recuerda el Santo Padre, pero viniendo a nosotros trae consigo riquezas de dones: sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios. “El único Espíritu – precisa el Pontífice – distribuye los múltiples dones que enriquecen a la única Iglesia: es el Autor de la diversidad, pero al mismo tiempo es el Creador de la unidad”. La Confirmación, es una señal visible del don invisible “Según la tradición apostólica – recuerda el Papa Francisco – el Espíritu se comunica a través de la imposición de las manos. A este gesto, se une la unción del aceite perfumado o crisma, que indica cómo el Espíritu entra hasta lo más profundo de nosotros, embelleciéndonos con tantos carismas. De este modo – precisa el Pontífice – el sacramento se confiere con la unción del santo crisma en la frente y pronunciando estas palabras: «Recibe por esta señal el don del Espíritu Santo». Es una señal visible del don invisible. Un carácter indeleble que nos configura más plenamente con Jesús y nos da la gracia para difundir por el mundo el buen olor de Cristo”. Recibiendo en la frente el signo de la cruz con el aceite perfumado, señala el Obispo de Roma, el confirmando recibe pues un signo espiritual indeleble, recibe el “carácter”, que lo configura más perfectamente a Cristo. Y como decía San Ambrosio a los neo-confirmados: “recuerda que has recibido un signo espiritual y conserva lo que has recibido. Dios Padre te ha marcado, te ha confirmado a Cristo Señor y ha puesto en tu corazón el signo del Espíritu”. Acoger y custodiar el Espíritu de Dios Antes de concluir su catequesis, el Papa Francisco saludó a los fieles y peregrinos de lengua española, en modo particular a los grupos provenientes de España y América Latina. “Los animo a acoger y custodiar con gratitud y docilidad – dijo el Papa – este hermoso regalo que nos da Dios, que es su Espíritu, de modo que el fuego de su amor plasme en nosotros la imagen de Jesús para poder ser discípulos misioneros en el mundo de hoy”. ¡Que el Señor los bendiga! Fuente: VaticanNews

Mié 2 Dic 2015

Papa Francisco interroga a los jóvenes

El Papa Francisco habló de su reciente viaje a África en la Audiencia General de este miércoles en la Plaza de San Pedro . A su vez, invitó a los jóvenes a pensar en su vocación y si el Señor les llama quizás a ser misioneros y evangelizar en cualquier lugar del mundo. Los misioneros son “hombres y mujeres que han dejado todo, la patria, desde jóvenes y se han ido allí, en una vida de tanto y tanto trabajo, a veces durmiendo sobre la tierra, toda la vida”, dijo Francisco. A continuación contó una anécdota que le ocurrió en la República Centroafricana: “En un momento encontré en Bangui a una religiosa, italiana, se veía que era anciana: ‘¿Cuántos años tiene?’, le pregunté. ‘81’. ‘Ah, no tantos… dos más que yo, no tantos’. Estaba con una niña, y la niña en italiano le decía “abuela” a la monja. 81 años y estaba allí desde que tenía 23-24 años. Toda la vida. Y como ella muchos. ‘Pero yo no soy de aquí, soy del país vecino, del Congo, pero he venido en canoa con esta niña’”. “Así son los misioneros, valientes. ‘¿Y qué hace usted, hermana?’. ‘Yo soy enfermera y después he estudiado un poco y me he convertido en matrona, he ayudado a nacer 3.280 niños’”. “Toda una vida por la vida, por la vida de los otros, y como esta hermana hay muchos, muchos hermanas, muchos sacerdotes, tantos religiosos, que queman su vida por anunciar a Jesucristo. Es hermosos esto”. El Papa continuó improvisando: “Yo querría decir una cosa a los jóvenes… hay pocos porque la natalidad es un lujo, parece, en Europa. Natalidad 0%, natalidad 1%. Pero me dirijo a los jóvenes: piensen qué hacer de su vida, piensen en esta monja y en tantas como ella, que han dado la vida y muchos han muerto allí. La ‘misionariedad’, no es hacer proselitismo, porque me decía esta hermana que las mujeres musulmanas van donde ellas porque saben que las monjas son enfermeras buenas que las curan bien, y no les hacen catequesis para convertirlas, sino testimonio, y luego a quien quiere les hacen la catequesis. ¡Testimonio! Esta es la gran ‘misionariedad’ heroica de la Iglesia: anunciar a Jesucristo con la propia vida”. “Me dirijo a los jóvenes: ¿qué piensan, qué quieren hacer con su vida? Es el momento de pensar y pedir al Señor que te haga sentir su voluntad, pero no excluyan por favor esta posibilidad de ser misioneros para llevar el amor, la humanidad, la fe en otros países. No para hacer proselitismo, eso lo hacen otros que buscan otra cosa. La fe se predica primero con el testimonio y luego con la palabra, lentamente”. Fuente; Agencia ACIPRENSA Foto:L'Osservatore Romano

Mié 11 Nov 2015

Papa lamenta que familias estén distraídas con el móvil

El Papa Francisco dedicó la Audiencia General de este miércoles a la convivencia familiar y la relación que toda familia debe tener en el hogar, pero sobre todo en torno a la mesa doméstica. Para ello dio una serie de consejos, entre ellos no ver la televisión o no tener el smartphone (teléfono inteligente) cuando se come en familia. “Saber compartir es una virtud preciosa”, afirmó. “Su símbolo, su ‘icono’ es la familia reunida alrededor de la mesa doméstica”. “Una familia que no come casi nunca junta, o en cuya mesa no se habla pero se ve la televisión, o el smartphone, es una familia ‘poco familia’”, indicó el Papa. En su opinión, “la convivialidad es un termómetro seguro para medir la salud de las relaciones: si en la familia hay algo que no está bien, o alguna herida escondida, en la mesa se percibe enseguida”. Denunció además que “hoy muchos contextos sociales ponen obstáculos a la convivencia familiar” y señaló que “debemos encontrar el modo de recuperarla, aunque sea adaptándola a los tiempos”. Francisco explicó que “compartir los alimentos –y por lo tanto, además de los alimentos, también los afectos, los eventos…– es una experiencia fundamental”. “Cuando hay una fiesta, un cumpleaños, un aniversario, nos reunimos alrededor de la mesa. En algunas culturas es habitual hacerlo también por el luto, para estar cercanos a quien se encuentra en el dolor por la pérdida de un familiar”, explicó. “El cristianismo tiene una especial vocación por la convivialidad, todos lo saben”. “Jesús escogió la comida también para entregar a sus discípulos su testamento espiritual, condensado en el gesto memorial de su Sacrificio: donación de su Cuerpo y de su Sangre como Alimento y bebida de salvación, que nutren el amor verdadero y duradero”, recordó a los fieles. “Podemos bien decir que la familia es ‘de casa’ a la Misa porque lleva a la Eucaristía la propia experiencia de convivencia y la abre a la gracia de una convivencia universal, del amor de Dios por el mundo”. Francisco aseguró después que “participando en la Eucaristía, la familia es purificada de la tentación de cerrarse en sí misma, fortalecida en el amor y en la fidelidad, y prolonga los confines de su propia fraternidad según el corazón de Cristo”. En este sentido, la “Eucaristía y la familia nutrida por ella pueden vencer las cerrazones y construir puentes de acogida y de caridad”. “No existen pequeños, huérfanos, débiles, indefensos, heridos y desilusionados, desesperados y abandonados, que la convivencia eucarística de las familias no pueda nutrir, restaurar, proteger y hospedar”, aseguró el Papa en la Plaza de San Pedro. El Santo Padre también pidió darse cuenta de cómo “una madre tiene una mirada de atención, servicio y cuidado por los hijos ajenos, además que los propios”. “Sabemos bien la fuerza que adquiere un pueblo cuyos padres están preparados para movilizarse para proteger a sus hijos de todos, porque consideran a los hijos un bien indivisible, que son felices y orgullosos de proteger”. “La convivencia parece que se ha convertido en una cosa que se compra y se vende, pero así es otra cosa”, explicó el Papa. Comentando este aspecto, señaló que “la nutrición no es siempre el símbolo de un justo compartir de los bienes, capaz de alcanzar a quien no tiene ni pan ni afectos”. “En los Países ricos somos estimulados a gastar en una nutrición excesiva, y luego lo hacemos de nuevo para remediar el exceso. Y este ‘negocio’ insensato desvía nuestra atención del hambre verdadera, del cuerpo y del alma. Es tanto así que la publicidad la ha reducido a un deseo de galletas y dulces. Mientras tanto, muchos hermanos y hermanas se quedan fuera de la mesa. ¡Es una vergüenza!”. El Pontífice pidió mirar al Banquete Eucarístico y reconoció que “no existe división que pueda resistir a este Sacrificio de comunión; solo la actitud de falsedad, de complicidad con el mal puede excluir de ello”. “Cualquier otra distancia no puede resistir a la potencia indefensa de este pan partido y de este vino derramado, Sacramento del único Cuerpo del Señor”. “La alianza viva y vital de las familias cristianas, que precede, sostiene y abraza en el dinamismo de su hospitalidad las fatigas y las alegrías cotidianas, coopera con la gracia de la Eucaristía, que es capaz de crear comunión siempre nueva con la fuerza que incluye y que salva”, dijo el Papa. Después de la catequesis el Obispo de Roma saludó como siempre a los peregrinos provenientes de diversas partes del mundo. También a los enfermos, jóvenes y esposos recién casados: “Que el Señor les ayude, queridos jóvenes, a ser promotores de misericordia y reconciliación; les sostenga a ustedes, queridos enfermos, a no perder la confianza, ni siquiera en los momentos de dura prueba; y les conceda a ustedes, querido esposos noveles, encontrar en el Evangelio la alegría de acoger cada vida humana, sobre todo la más débil e indefensa”.