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Diócesis de Apartadó

Vie 30 Jul 2021

La Iglesia se pronuncia ante situación migratoria en Necoclí - Antioquia

Frente a la grave situación humanitaria que se presenta en Necoclí, Urabá antioqueño, donde más de 10.000 migrantes se agolparon en el municipio buscando una salida hacia Panamá, la Diócesis de Apartadó, a través de su obispo, Hugo Alberto Torres Marín, ha extendido una invitación a la comunidad a ser buenos samaritanos con aquellos extranjeros en condición migratoria. “En estos momentos en que nuestro territorio es visitado por tantos extranjeros en situación de migración, seamos todos, buenos samaritanos con estos hermanos que van en busca de mejores condiciones de vida o que por múltiples motivos han tenido que dejar sus hogares de origen”, asintió el obispo. A través de un comunicado, el prelado llamó la atención de las instituciones municipales, departamentales y nacionales para que cumplan con la debida atención que requiere esta situación. Exhortó a la comunicad urabaense para que conserven una conducta ética coherente con los principios cristianos que caracteriza a los habitantes de este municipio en el territorio de Urabá, recordándoles la invitación hecha por el Papa Francisco para “acoger, proteger, promover e integrar al migrante”. Monseñor Torres Marín pidió a las organizaciones que trabajan en la atención a migrantes, hacerse presentes y ser solidarios con estas personas que atraviesan esta dura realidad. A los comerciantes, les pidió no incrementar los costos de los productos para que esta población tenga la oportunidad de acceder a la compra de sus principales necesidades básicas. Si bien el tema del transito de la población migrante que cruza por Necoclí viene de hace años, lo que está sucediendo por estos días ha sido calificado como un hecho sin precedentes. Según las cifras que manejan la alcaldía local y Migración, este año han transitado unas 33 mil personas provenientes de Haití, Cuba, Chile, Senegal y Ghana.

Mar 23 Feb 2021

Obispos acompañan a comunidades del Río Baudó, víctimas de disputa territorial

En un video-mensaje difundido este 22 de febrero, la Iglesia católica presente en la región de Antioquia y Chocó, representada en sus obispos, pide con claridad y contundencia al Gobierno Nacional que mire con mayor atención estos territorios tan golpeados por la violencia, especialmente a la subregión del Baudó. Desde el 22 de febrero y hasta el viernes 26 de este mes, monseñor Juan Carlos Barreto Barreto, obispo de Quibdó; monseñor Mario de Jesús Álvarez Gómez​, obispo de Istimina – Tadó, y monseñor Hugo Alberto Torres Marín, obispo de Apartadó, se encuentran realizando un acompañamiento de escucha a las comunidades del Río Baudó, que son víctimas de la disputa territorial entre el ELN y Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC). “No podemos seguir arrastrando una historia de olvido y de desprecio que alimenta la violencia, la muerte, con todo lo que hay alrededor (…) La Iglesia quiere colaborar, quiere acompañar, pero le corresponde a los gobiernos nacional, departamental y local hacer lo propio, para que estas comunidades vayan resurgiendo y encuentren el camino de la redención”. Al lamentar el asesinato de la Indígena Luz Aida Concha, de la comunidad Miacora,los obispos hacen un llamado a los grupos al margen de la ley para que paren esta ola de violencia y miren el sufrimiento causado a las comunidades. Por su parte, monseñor Juan Carlos Barreto, en diálogo con el Departamento de Comunicaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), señala algunos factores que siguen aterrorizando a las comunidades de estos territorios chocoanos: “asesinatos, minas antipersonales, reclutamiento de menores, desplazamiento, confinamiento, amenaza a líderes y comunidades”. Frente a este panorama, observa que la presencia de los obispos en estos territorios, “además de acompañar a las comunidades”, también permite “visibilizar la situación y hacer incidencia ante la Comunidad Internacional y el Estado colombiano. La respuesta que se pide es integral”.

Mar 6 Ago 2019

Avanzan preparativos para el II Congreso diocesano de Familia en Apartadó

Con el propósito de reflexionar sobre el papel de la familia en la promoción y cultivo de las vocaciones, el obispo de Apartadó, monseñor Hugo Alberto Torres Marín, extendió una invitación especial a toda la comunidad de la región del Urabá - Darien, para que se hagan partícipes en el II Congreso Diocesano de la Familia a realizarse el próximo sábado 10 de agosto. Según lo han manifestado sus organizadores, el evento que se realizará en el colegio Luis Carlos Galán, del Municipio de Garepa, de 8:00 a.m. a 5:00 pm, busca “acompañar a la familia en su proceso de adhesión a la propuesta del Evangelio, como fuente para sostenerse los desafíos que enfrenta ella en el mundo actual”. Esta jornada que tiene como tema de reflexión "Familia promotora de discernimiento vocacional", es organizada por la Pastoral Familiar Diocesana de Apartadó y estará animada por conferencias, reflexiones grupales, talleres y ministerios de música; finalizará con la eucaristía presidida por el obispo de este lugar. Audio: Mons. Hugo Alberto Torres Marín, obispo de Apartadó Video:P. José Wilmar Medina Gómez, Diócesis de Apartadó

Vie 19 Jul 2019

Comunidades construyen memoria histórica desde el Urabá chocoano

Según la Sagrada Biblia, Gilgal es el nombre del primer campamento de Israel después de haber cruzado el río Jordán; es un lugar sagrado que representa un nuevo comienzo. En la región del Urabá, en el norte del departamento del Chocó, concretamente en el municipio de Unguía, hace alrededor de 60 años pastores evangélicos provenientes de los departamentos de Córdoba y Sucre fundaron un corregimiento con el mismo nombre, una tierra prometida de la que habían escuchado cuando buscaban tierras para poder cultivar y forjar sus hogares. Para llegar hasta él hay que embarcarse en una “panga" (así se le denomina a las lanchas en la región) en el puerto de Turbo y navegar durante 90 minutos por el Golfo de Urabá y el río Atrato hasta llegar a otro puerto artesanal en la localidad de Santa María. Posteriormente, se debe tomar un carro de servicio público (solo hay una opción) o una moto taxi para transportarse 15 kilómetros más hasta llegar al pueblo de El Gilgal. Según relatan sus habitantes, desde 1996 este corregimiento ha sufrido de forma directa a causa del conflicto armado. Diversos grupos al margen de la ley han intentado apoderarse de su territorio, atentando de forma indiscriminada contra la vida y la tranquilidad de sus habitantes. Así mismo, las condiciones en las que han tenido que vivir también los han convertido en víctimas del abandono institucional; la precariedad de la salud, las deficiencias en infraestructura, la falta de agua potable y luz, el comercio escaso y las pésimas condiciones de interconexión, así lo dejan notar. En El Gilgar, específicamente en el Instituto Comunitario Regional Alcides Fernández (ICRAF), cerca de 40 personas, entre docentes, líderes comunitarios, líderes indígenas y estudiantes, provenientes del área urbana de Unguía y de localidades como Santa María, Tanela, Titumate y del Resguardo Indígena de Cuti se reúnen cada quince días para hacer posible el Diplomado en Memoria para la construcción de una cultura de reconciliación y paz. Se trata de una iniciativa pedagógica de la Iglesia Católica que facilita la Comisión de Conciliación Nacional (CCN) con el apoyo de la Diócesis de Apartadó y Cordupaz (Corporación Desarrollo y Paz de Córdoba y Urabá). Bajo metodologías teórico prácticas y respetando los saberes propios, temas como memoria, memoria histórica, nociones sobre derechos humanos y Derecho Internacional Humanitario y tipos de justicia, han hecho parte del desarrollo de los encuentros en los que el compromiso y deseo de los asistentes por aportar a la reconciliación y la paz de su región se hace evidente en su alta participación, motivación y dinamismo. En el marco de esta iniciativa, los días viernes 12 y sábado 13 de julio se encontraron los participantes con Rogence Veloza y Francisco Montoya, facilitadores de la actividad vinculados a la Comisión de Conciliación, para desarrollar ejercicios relacionados con la construcción de su memoria histórica. En la tarde del viernes, dicho propósito se estimuló a partir de la fotografía, Rogence y Francisco, prepararon una exposición con imágenes antiguas de momentos importantes vividos por la comunidad. En las fotografías recopiladas se podía observar cómo en El Gilgar primaba el trabajo colaborativo y cooperativo. Sus habitantes (varios de ellos participantes del diplomado, otros, hijos o nietos de sus protagonistas) organizaban convites para sacar adelante construcciones de vías, casas, iglesias y puestos de salud; dinámicas solidarias que en muchas ocasiones eran animadas por líderes religiosos de la época, tanto de la iglesia evangélica como de la católica, sin ningún tipo de problema o exclusión. Prácticas que fueron posibles hasta que el conflicto empezó a arrebatarles su tranquilidad. En el ejercicio, poco a poco los participantes fueron realizando el recorrido, contemplando y rescatando recuerdos de épocas y personajes memorables que reflejaban su identidad, sus costumbres y, especialmente, prácticas que afianzaban su convivencia y les permitían disfrutar del territorio en el que estaban. Un proceso que de acuerdo con los facilitadores de la CCN les permite hacer memoria desde lo positivo, entender en qué momento el conflicto empezó a cambiar eso, recordar con alegría lo que fueron y a quienes ya no están, e intentar buscar la forma de recuperar costumbres sanas perdidas para reconstruirse y fortalecerse de nuevo como comunidad. “Estas imágenes nos permitieron recordar que antes no había reparo de nada, todos sentíamos lo mismo, alegría de estar aquí y por eso nos uníamos tanto en torno al mismo fin”, precisó Candelaria Ariza, una profesora cartagenera que llegó hace 45 años a Gilgar, se enamoró de la región y su gente y decidió entregar su vida al servicio de la educación de cientos de niños y jóvenes del municipio de Unguía. La también profesora Liliana Patricia Guerra, oriunda de Gilgar, agregó: “reviví muchos recuerdos, sentí nostalgia por encontrar personas que trabajaron mucho por el desarrollo de nuestra comunidad y que hoy ya no están”. Tras las historias y manifestaciones de añoranza que poco a poco fueron surgiendo luego del ejercicio de visualización, el profesor Jorge Eleázar Naranjo, rector del Instituto Comunitario Regional, invitó a sus compañeros a no perder la esencia de esas actividades maravillosas que los unían y que sacaban lo mejor de cada uno; a propósito de otros momentos visualizados en las fotografías, animó a rescatar con las nuevas generaciones aquellas actividades lúdicas populares sanas que realizaban, como la que denominaron “maratón de la amistad”. El día sábado 13 de julio el encuentro en el ICRAF para desarrollar la cuarta sesión del diplomado inició a las 8:00 a.m. Un ejercicio de reconocimiento y apropiación con alimentos que producen las fructíferas tierras de esa hermosa región chocoana, fue la primera actividad reflexiva a partir de la cual empezaron a dialogar y recordar su identidad. En el centro del salón los facilitadores elaboraron una especie de altar con productos representativos de la economía y cultura alimentaria del municipio como la hoja de plátano, el mango, la fruta de los siete sabores, la guanábana, el maíz y el arroz. “Todo lo que ven aquí crece en esta tierra, yo quiero que cada uno tome algo que sienta que tiene que ver con la historia de Unguía o que le recuerde algo personal de su niñez y nos lo comparta”, agregó Rogence. Bajo esta indicación y alrededor de los frutos, los participantes contaron historias y entendieron el sentido de esta apropiación. El resto del encuentro se realizó en torno a la comprensión de la importancia del trabajo comunitario desde el enfoque diferencial; el facilitador puntualizó los conceptos y, posteriormente, los invitó a realizar un ejercicio de construcción de memoria histórica sobre la realidad de sus comunidades articulado a tres enfoques específicos: niños, niñas y adolescentes, mujeres y comunidades étnicas. Por grupos, los participantes intercambiaron percepciones sobre estas dimensiones y en plenaria expusieron sus aportes sobre lo que desde la realidad del municipio se debe tener en cuenta en este trabajo de memoria. Animar a las comunidades facilitando el diálogo de saberes y rescatando elementos culturales propios de cada región, para brindarles herramientas conceptuales y prácticas que aporten a este importante trabajo construcción de memoria histórica enfocado a la reconciliación, es uno de lo objetivos centrales que tiene la Comisión de Conciliación Nacional con este proyecto que se hace posible gracias al apoyo solidario de la Embajada de Alemania. Paralelamente, en la región del Urabá, se viene desarrollando el diplomado con un variado y comprometido grupo líderes en el municipio de Apartadó. De acuerdo con el Padre Darío Echeverri, Secretario General de la Comisión de Conciliación Nacional, al finalizar el proceso en ésta y cinco regiones más del país, la CCN espera documentar con textos y productos audiovisuales los ejercicios adelantados, destacando hechos memorables de cada región en la que se trabaja la iniciativa, para aportar a la visibilización de las comunidades y a la verdad del país (necesaria para avanzar en el camino de la reconciliación); para que se pueda replicar la iniciativa en otras regiones; y para facilitar que los procesos de construcción iniciados en el marco del proyecto, puedan tener continuidad en las comunidades bajo su propio liderazgo. Fuente: Of. de comunicaciones de CCN

Mar 4 Jul 2017

De la mano de la Virgen, Apartadó quiere dar el primer paso

En Apartadó los fieles preguntan cuándo se les darán boletas para asistir a los actos públicos del Papa Francisco durante su visita a Colombia. Con ese ejemplo, el obispo de esta diócesis, monseñor Hugo Alberto Torres Marín explicó la expectativa que existe por ver al Vicario de Cristo. “La gente ha recibido con alegría la visita del Papa y todos ya están preguntando si les vamos a dar entradas a los distintos actos que se realizarán en Cartagena o en Medellín”, explica sonriente el prelado. Monseñor Torres Marín comentó que en la diócesis se ha organizado un comité de animación, por ello se está trabajando en catequesis, organizando un concurso de canciones y otro de murales en las escuelas donde se colocan mensajes alusivos a la visita del Papa, pero ante todo la oración por el éxito de la visita del Papa. El prelado también comentó que la visita del Papa la ha integrado con la fiesta de la patrona de la Diócesis, la Virgen Santa María la Antigua del Darién, patrona de Apartadó. “De la mano de la Virgen queremos dar el primer paso para recibir al Papa Francisco”, comentó el obispo. Finalmente explicó que esta jurisdicción todos los fieles han entendido que el Papa viene a nuestro país a visitar a todos los colombianos y que su mensaje será netamente pastoral y para alentarnos de que la paz es posible.