Pasar al contenido principal

Doctrina

Jue 19 Ago 2021

Avanza formación permanente sobre exorcismo

“Exorcismo y oración de liberación”, fue el tema que ocupo la agenda de formación del clero de las diócesis de Duitama – Sogamoso y Yopal. El curso fue dirigido por el padre Jorge Enrique Bustamante, en representación del Departamento de Doctrina de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC). Según lo expresaron sus organizadores, el curso no pretende enseñar a los sacerdotes la praxis del exorcismo, sino que hace parte del proyecto de formación que ofrece la CEC los sacerdotes para que conozcan este tema de carácter doctrinal y sepan discernir en los casos en que los fieles se acercan a la Iglesia solicitando este sacramental; así, a través de la escucha, el análisis y la oración se puede llegar a concluir si se trata de un caso de posesión o de una afección psicológica o fisiológica, evitando practicar exorcismos donde no hay materia para ello. Este plan de formación comenzó en el mes de noviembre de 2019 con la realización del curso sobre Exorcismo y Oración de Liberación en el que participaron 3 señores obispos y 70 sacerdotes de Colombia, con ponentes internacionales, entre ellos: los padres Pedro Barrajón, teólogo español, y César Truqui, sacerdote exorcista en Suiza. Fruto de este encuentro se publicó el libro: “Exorcismo y oración de liberación”, un texto que recoge las memorias del curso teológico-pastoral que lleva este mismo nombre. Luego de superar los inconvenientes ocasionados por la pandemia para la edición de las memorias, estas ya se encuentran disponibles en la Librería de la CEC y pueden ser adquiridas por quienes deseen profundizar en un asunto que en la actualidad tiene especial importancia. En la diócesis de Yopal, también tuvo lugar un encuentro presencial de formación para laicos con el mismo tema. El próximo mes de septiembre se realizará el curso de formación para el presbiterio de la Arquidiócesis de Ibagué.

Vie 13 Ago 2021

Mesa de diálogo entre la Iglesia Católica y el Ministerio del Interior

Para programar la instalación de la mesa de diálogo entre la Iglesia Católica y el Estado colombiano, creada mediante la Resolución 0658 del 19 de mayo de 2021 y firmada por el Ministro del Interior, doctor Daniel Palacios Martínez, se llevó a cabo una reunión entre el director de Asuntos Religiosos del Ministerio del Interior, doctor Víctor Rhenals, y el director del Departamento de Promoción de la Unidad y del Diálogo (PUD) del SPEC, padre Raúl Ortiz Toro. El citado documento resuelve crear “una Mesa de Diálogo con la Iglesia Católica para la adopción de las políticas públicas” y busca acordar los mecanismos, las temáticas y la normativa para que dichas políticas garanticen la coordinación y la cooperación concernientes al estatus de la Iglesia Católica. La creación de esta mesa no va en detrimento de la participación de la Iglesia Católica en la Mesa Nacional de Asuntos Religiosos,creada a partir del decreto 437 de 2018, que también dio origen a los comités departamentales y municipales de política pública de libertad religiosa. El asunto es importante en el contexto de pluralidad religiosa que se vive en el país para salvaguardar la participación de la Iglesia en diferentes contextos sociales y políticos en los que podría ser marginada. El prospecto es que en el transcurso de este semestre se lleve a cabo la instalación de la Mesa y se pueda proceder a la presentación del plan de trabajo anual. Por el Ministerio del Interior hacen parte de la Mesa el jefe de esta cartera, el viceministro de relaciones políticas y el viceministro para la participación e igualdad de derechos. Por parte de la Conferencia Episcopal de Colombia participan el presidente de esta Institución, monseñor Luis José Rueda; el secretario general, monseñor Luis Manuel Alí; el presidente de la comisión episcopal de Unidad y Diálogo, monseñor Edgar Aristizábal; el director del Secretariado Nacional de Pastoral Social, monseñor Héctor Fabio Henao y, finalmente, el director del Departamento de Unidad y Diálogo del SPEC, presbítero Raúl Ortiz Toro. El Departamento de Promoción de la Unidad y del Diálogo (PUD), depende de la Comisión Episcopal que lleva el mismo nombre y está presidida por Monseñor Edgar Aristizábal Quintero, obispo de Yopal, comisión a la que le corresponden en la Conferencia Episcopal los asuntos sobre política pública integral de libertad religiosa y de cultos en Colombia.

Vie 6 Ago 2021

Asume director del Departamento de Doctrina y Promoción de la Unidad y diálogo en el SPEC

Deseamos presentar al sacerdote Raúl Ortiz Toro, nuevo director del Departamento de Doctrina y Promoción de la Unidad y el Diálogo (PUD), designado por los obispos en la pasada Asamblea Plenaria a ocupar este cargo en el Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC). En una entrevista concedida al Departamento de Comunicaciones del SPEC, el sacerdote nos comparte algunos aspectos de su vida pastoral y las expectativas frente al trabajo que ha de asumir en servicio a la Iglesia Católica. Lea la entrevista completa: En los últimos días la Conferencia Episcopal de Colombia renovó sus directivas para el trienio 2021-2024, donde usted fue designado para el cargo de Director del Departamento de Doctrina y Promoción de la Unidad y el Diálogo (PUD), ¿por qué cree que fue la persona elegida y cómo recibe este voto de confianza por parte del episcopado? R/ Debo reconocer que no tengo ni más méritos ni mejores competencias que muchos otros sacerdotes de Colombia; en esto recalco aquella frase que nos recuerda que Jesús no eligió a los más capaces sino que capacitó a quienes eligió. Eso sí, desde el Seminario, siempre he estado inquieto por un ejercicio del sacerdocio en el que se conjugue el contacto con el Pueblo fiel y la formación permanente. Siendo seminarista tuve la gracia de que mi obispo se fijara en mí para enviarme a Roma a estudiar la licenciatura en Teología y la especialización en Patrística e Historia de la Teología; después de mi regreso a la Arquidiócesis de Ibagué he estado en diferentes frentes pastorales, desde vicario parroquial y párroco rural hasta formador del Seminario y director del Instituto de Teología y Pastoral, además de otros encargos. Ahora bien, con respecto a mi elección en este servicio para la Iglesia colombiana, debo agradecer a mi obispo, monseñor Orlando Roa Barbosa, quien tuvo conmigo la deferencia de presentarme en el grupo de candidatos y concederme la licencia para poder aceptar este encargo luego de la elección que hicieron los señores arzobispos y obispos, a quienes también hago llegar mi más sentida gratitud por confiarme esta labor pastoral que he recibido con sorpresa pero también con la confianza de que el Señor Jesús asistirá esta labor. ¿Cuál es su experiencia en materia de doctrina y ecumenismo? R/ La experiencia de un sacerdote que ha sido párroco en el campo y en la ciudad, lugares en los que se encuentran muchos desafíos en cuanto al fomento y defensa de la doctrina cristiana y también en lo que concierne la promoción de la unidad de los cristianos y el diálogo interreligioso; la experiencia de un sacerdote que ha predicado la Palabra de Dios, ha sido fiel al Magisterio de la Iglesia y que se ha desempeñado como profesor universitario de Teología y como formador de futuros sacerdotes en algunos Seminarios. ¿Qué desafíos pueden ayudar al caminar de esta nueva etapa de gestión al interior del episcopado? R/ Este Departamento del Secretariado Permanente del Episcopado (SPEC) pertenece al Centro Pastoral para la Evangelización y la Fe y está a cargo de dos Comisiones Episcopales: la primera es la de Doctrina que se encarga de promover el conocimiento de la doctrina cristiana a través de algunas actividades como la formación permanente en los ámbitos episcopal, sacerdotal y laical, y la defensa de la misma para lo cual convoca y lidera un comité teológico con expertos de diversas especializaciones (por ejemplo bioética, dogmática, bíblica, moral, etc.) que asesoran al SPEC en diversas circunstancias. Por otra parte, la segunda Comisión Episcopal es la de Promoción de la Unidad de los Cristianos, antes denominada “Ecumenismo”, y el Diálogo Interreligioso. Ambas Comisiones Episcopales tienen grandes desafíos porque, por ejemplo, en lo que respecta a Doctrina, este departamento debe procurar la ortodoxia de la fe y, por ello, la difusión y defensa del Magisterio, sobre todo en un contexto como el actual en el que existen dos tendencias: por una parte, a veces se presentan ocasiones en las que algunos fieles laicos desarrollan un ánimo contestatario a las enseñanzas pontificias en particular; por otra parte, existe una tendencia fuera de la Iglesia que quiere confinarla al ámbito de lo privado y desea quitarle su voz profética en el ámbito de la cosa pública. Así, por ejemplo, es cada vez más frecuente escuchar que algunos se preguntan por qué la Iglesia denuncia la inmoralidad de la eutanasia, el aborto, las uniones homoparentales, etc., si solo, según ellos, debiera enseñar a rezar. Pero la Iglesia jamás podrá callar ante estas situaciones porque debe defender la dignidad de la persona humana y, aunque estos temas parezcan de solo resonancia civil, en cuanto son considerados “derechos”, sin embargo tienen un fuerte componente ético que le permite a la Iglesia pronunciarse en razón de que sus fieles son personas humanas también afectadas por estas decisiones. Por otra parte, si nos vamos a los desafíos que proponen los ámbitos del ecumenismo y el diálogo interreligioso, no solo se han de tener en cuenta las actividades de acercamiento a cristianos y no cristianos sino, además, la posición de la Iglesia ante el Estado y los retos que supone la “Política pública integral de Libertad Religiosa y de Cultos” en una época en la que han crecido exponencialmente las entidades religiosas registradas en el Ministerio del Interior y ha decrecido el número de cristianos católicos. Ante estos desafíos, ¿cuál podría ser su ruta de trabajo? R/ En primer lugar, la ruta de trabajo está marcada por los Señores Obispos, especialmente, los prelados de cada Comisión Episcopal; para Doctrina tenemos la presidencia de monseñor Óscar José Vélez Isaza, obispo de Valledupar, quien conforma la Comisión con otros tres señores obispos y para Promoción de la Unidad y del Diálogo la presidencia de monseñor Édgar Aristizábal Quintero, obispo de Yopal, más tres señores obispos y el exarca maronita, monseñor Fadi Bou Chebl. Hablando de una hoja de ruta quiero en este punto destacar la encomiable labor de las anteriores comisiones episcopales, sus obispos presidentes, y del director saliente, el padre Jorge Enrique Bustamante Mora, quien durante los dos anteriores trienios configuró en la práctica lo que hoy es el Departamento que recibo. Su disponibilidad y visión permitió llevar a cabo las directrices señaladas por los prelados responsables de las comisiones episcopales. El Departamento continuará los proyectos que se encuentran en ejecución como el que concierne la formación teológico – pastoral sobre Exorcismo y Oración de Liberación y la importancia de conocer los límites y alcances del decreto 437 de 2018 sobre Política Pública de Libertad Religiosa y de Cultos, además de proponer para el trienio otros ejes temáticos de acuerdo a las necesidades actuales. Quién es el padre Raúl Ortiz Toro R/ Nací en Pereira, Risaralda, 30 de junio de 1980. Fui ordenado para la arquidiócesis de Ibagué, 21 de noviembre de 2009. Aunque nacido en Pereira, sin embargo crecí en la Arquidiócesis de Ibagué, en la parroquia de San José de Anaime. Cursé los estudios filosóficos en el Seminario Mayor María Inmaculada de Ibagué; los teológicos en la Universidad Pontificia Regina Apostolorum de Roma. Soy licenciado en teología y especialista en Teología Patrística e Historia de la Teología por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. He sido vicario parroquial, párroco, rector eclesiástico de un santuario, profesor del Seminario, Director de un Instituto de Teología y Pastoral, y de una emisora católica. He escrito siete libros de historia regional de la Iglesia para las arquidiócesis de Popayán e Ibagué y la diócesis de Pereira.

Lun 19 Jul 2021

No es solo una cuestión de latín

Por: P. Raúl Ortiz Toro – Hace 51 años el papa San Pablo VI, inspirado en el Concilio Vaticano II, “primavera de la Iglesia”, aprobaba para la Iglesia latina los libros litúrgicos reformados que traían, entre muchas otras, dos novedades muy patentes: la celebración del rito incluyendo la proclamación de la Palabra de Dios en lengua vernácula, es decir, en el idioma de los fieles participantes y, segundo, la posición del sacerdote versus populum, es decir, de cara al Pueblo fiel. Aquí hago un paréntesis: aunque muchos – incluso expertos – aún usan la expresión “de espaldas al Pueblo” para describir la posición del sacerdote en el antiguo rito romano, sin embargo, la Iglesia nunca ha celebrado de espaldas al Pueblo sino coram Deo (en presencia de Dios) o ad orientem (dirigidos hacia el oriente) y no se trata simplemente de una interpretación “topológica” sino semántica. Cerrando la digresión, la reforma de 1970 llevada a cabo por San Pablo VI significó una aplicación magnífica del Concilio Vaticano II (1962-1965); entre los deseos de los obispos de aquella reunión conciliar estaba “la participación plena, consciente y activa de todo el Pueblo de Dios en la liturgia” según lo recuerda ahora el papa Francisco en su carta de explicación del motu proprio “Traditionis custodes” (Custodios de la Tradición), dirigida a los obispos de todo el mundo y firmada el pasado 16 de julio. Precisamente, esta Carta Apostólica salida en forma de motu proprio, ha desatado en los últimos días una tormenta mediática por cuanto va en crecimiento el número de sacerdotes y fieles laicos que prefieren la celebración de la liturgia con el antiguo rito romano. Pero no se trata solamente de celebrar o no en latín, o celebrar o no dirigidos hacia el oriente sino que, de por medio, subyace una cuestión delicada que el mismo pontífice también ha resaltado en la carta predicha: el riesgo de que haya «un rechazo creciente no sólo de la reforma litúrgica, sino del Concilio Vaticano II, con la afirmación infundada e insostenible de que ha traicionado la Tradición y la "verdadera Iglesia"». La cuestión se ahonda si consideramos que durante el Concilio y después de él, el obispo Marcel Lefebvre se resistió a seguir la reforma creando la Fraternidad Sacerdotal San Pío X y ordenando válida pero ilegítimamente como obispos, sin mandato pontificio, a cuatro sacerdotes; los cinco fueron excomulgados y Lefebvre murió en dicho estado en 1991. A los cuatro restantes el papa Benedicto XVI les remitió la excomunión en enero de 2009 cuando el año anterior había promulgado un motu proprio que favorecía la unidad con estos: el famoso Summorum Pontificum que permitió la celebración de la Eucaristía con el Misal de San Pío V considerando este una “expresión extraordinaria” de la “lex orandi” (la liturgia) de la Iglesia sin que por ello hubiera una división en la “lex credendi” (el dogma). La remisión de la pena canónica a los cuatro excomulgados le valió a Benedicto XVI un mea culpa que expresó humildemente en una carta a los obispos del mundo en la que reconocía algunos desaciertos, entre ellos, la falta de explicación de aquella decisión mediante la cual la Iglesia no legitimaba la Fraternidad sino que le quitaba un peso a las personas excomulgadas. Escribía Benedicto XVI: “Hasta que la Fraternidad no tenga una posición canónica en la Iglesia, tampoco sus ministros ejercen ministerios legítimos en la Iglesia”. Ahora, la decisión del papa Francisco, después de un estudio de la cuestión durante diez años, viendo que las concesiones dadas por los antiguos pontífices con respecto a la celebración de la liturgia con el Rito Romano preconciliar, que tendían a lograr la unidad en la Iglesia y evitar un cisma definitivo, en lugar de lograr la unidad ha ahondado las diferencias y la distancia con el Romano Pontífice al punto de que muchos tradicionalistas simpatizan con el “sedevacantismo” (¡la idea absurda de que el papa Francisco no es sucesor legítimo de San Pedro!), ha considerado que la única expresión de la lex orandi del Rito Romano son los libros litúrgicos promulgados después del Concilio Vaticano II por los Santos Pablo VI y Juan Pablo II. Sin embargo, ha permitido que los fieles que quieran seguir celebrando con el Misal de San Pío V lo hagan bajo la supervisión del obispo diocesano que deberá atenerse a las disposiciones de la Sede Apostólica. Otra disposición papal contundente es que los grupos que celebran con el misal preconciliar deben ser visitados por el obispo para comprobar su doctrina y su fidelidad al Magisterio pontificio y los prelados no deben permitir que se creen nuevos grupos de este corte. Los ya existentes podrán celebrar el rito con el Misal de San Pío V – con la edición de 1962 del papa San Juan XXIII – pero no en la iglesia parroquial sino en otros “lugares”, y deberán proclamar las lecturas en lengua vernácula y con la versión aprobada por la respectiva Conferencia Episcopal. El papa, además, determina que estos grupos tengan un sacerdote, delegado del obispo, que los acompañe y tenga “sentido de comunión eclesial”; por otra parte, limita la creación de “parroquias personales”, es decir, comunidades parroquiales que se han constituido no en razón del territorio sino del rito y manda que los obispos estudien si las que existen en su jurisdicción son útiles para el crecimiento espiritual y de la unidad en la Iglesia. En cuanto a la formación sacerdotal los nuevos presbíteros, ordenados después del 16 de julio de 2021, que quieran celebrar según el antiguo rito deberán pedir permiso a su obispo diocesano quien consultará a la Sede Apostólica antes de conceder la autorización. En Colombia, sobre todo en Bogotá, existen grupos que se congregan en torno al uso de la liturgia romana preconciliar; para ellos y para la Iglesia en Colombia, particularmente, este motu proprio reviste un desafío de escucha atenta a la voluntad de Dios a través de las disposiciones pontificias. Oremos en concordia de sentimientos para que la unidad de la Iglesia se sostenga alrededor de Cristo, Buen Pastor. P. Raúl Ortiz Toro Director electo del Departamento de Doctrina y Promoción de la Unidad de los Cristianos Conferencia Episcopal de Colombia

Dom 1 Nov 2020

“Creo en la comunión de los santos”

La Iglesia católica, cada primero de noviembre, celebra la solemnidad de todos los Santos que nos recuerda sobre todo que “es posible cumplir el mandato del Señor de ser santos como Él es santo”, así lo expresó monseñor Nelson Jair Cardona Ramírez, miembro de la Comisión de Doctrina de la Conferencia Episcopal de Colombia. El también obispo de San José del Guaviare, explicó que este día se recuerda a todas aquellas personas que durante su existencia siguieron los caminos del Señor, es decir, vivieron el Evangelio de un modo especial,“salidos un poco de la mediocridad de la mayoría, fueron capaces de vivir de un modo especial su entrega al Señor”. Al evocar la exhortación escrita por el Papa Francisco “Evangelii Gaudium”, que habla sobre el gozo y la exultación, dijo que este es un documento que invita a conocer la vida de los santos y a través de ese ejemplo encaminarse a la santidad, cada uno desde sus propios carisma o capacidades. “El Papa en ese documento habla de'los santos de la puerta del lado’,es decir, ver en los santos ciertamente personas que se esforzaron de un modo especial, pero también personas que vivieron una vida ordinaria, una vida cotidiana, una vida de caridad, una vida de amor que poco a poco fueron llegando a grados heroicos”. El prelado dijo que la mejor manera de vivir esta fiesta de la solemnidad de todos los santos, es participar en la eucaristía, advirtiendo de los cuidados de protección que se han de tener en este tiempo de pandemia, de lo contrario invitó para que de manera muy sentida se recen las letanías a los santos, recitándolas con devoción “para justamente celebrar en este día algo que recitamos en el Credo: “Creo en la comunión de los santos”, es decir, la convicción profunda de que estamos unidos a ellos, que ellos interceden por nosotros y que ellos oran por nuestra protección”. Es importante recordar que el papa Gregorio III, durante su mandato en la Iglesia, entre los años 731 y 741, escogió el 1 de noviembre para la conmemoración de la vida de los santos. Luego, en el siglo IX, el papa Gregorio IV extendió esta festividad a toda la iglesia universal.

Jue 28 Mayo 2020

¿Qué es la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos?

Por: P. Jorge Enrique Bustamante Mora - El Señor Jesús, en su oración sacerdotal (Jn 17), eleva una sentida alabanza y súplica al Padre; primero por sí mismo manifestando que todo es para mayor Gloria de Dios, luego pide por los “suyos”, es decir sus discípulos, y luego, rogó por quienes creerán en el anuncio de la Buena Nueva, dice: “No ruego solo por estos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí” (Jn 17,20), y pide en concreto por la unidad, “para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado” (Jn 17,21). Con gran probabilidad, ya preveía que en la historia dada las complicaciones del ser humano nos dividiríamos, como efectivamente ha sucedido tantas veces. Se evidencia que la unidad es fruto de la oración, de una súplica amorosa al Padre; que en sus planes no está el que existan miles de Iglesias según el querer de cada uno sino que se busque la unidad, y que la unidad tenga como fuente el misterio que une al Padre y al Hijo en el amor del Espíritu Santo. La unidad no es fruto de compromisos humanos sino que es un don misterioso del Espíritu Santo, por ello se hace necesario orar y suplicar a Dios nos conceda las gracias necesarias para vivir la unidad, tarea en la que debemos comprometernos todos aquellos que creemos en la Palabra de Jesús. Orar por la Unidad de todos los cristianos, más allá de juzgar los intereses, divisiones y visiones personales, es comprender la oración que Jesús realizó y unirnos estrechamente a Él para suplicar este don. Él fue el primero que oró por la unidad. Seguramente su corazón vivía el dolor de la separación y los reproches recíprocos que durante la historia hemos ocasionado. La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, encuentra dos fechas posibles de celebración. En el hemisferio norte del 18 al 25 de enero. Estas fechas fueron propuestas en 1908 por Paul Watson, en torno a la fiesta de san Pablo, por su hondo significado de conversión y unidad. En el hemisferio sur donde el mes de enero es tiempo de vacaciones, las Iglesias frecuentemente adoptan otras fechas para celebrar la Semana de Oración, por ejemplo, en torno a Pentecostés (sugerido por el movimiento Fe y Constitución en 1926), que viene a ser, también, otra fecha significativa para la unidad de la Iglesia bajo la acción del Espíritu Santo. Desde 1968 los temas de cada Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos son elaborados conjuntamente por la Comisión “Fe y Constitución” del Consejo Mundial de Iglesias y el Pontificio Consejo  para la Unidad de los Cristianos de la Iglesia Católica. Los materiales, cada año se preparan con la participación de las Iglesias de una determinada región del mundo; el material del 2020 ha sido preparado por las Iglesias cristianas de las islas de Malta y de Gozo (Cristianos Unidos en Malta). El 10 de febrero de cada año, los cristianos de estas islas, celebran la Fiesta del Naufragio de San Pablo que lo llevó a estas tierras, acontecimiento que es narrado en Hechos de los Apóstoles 27,9 – 28,11. Con esta celebración dan gracias por la llegada de la fe cristiana a sus islas. Por estos motivos los cristianos de esta región han elegido esta narración, (Hch 27,18 – 28,10), como base para los materiales del presente año con el tema “Nos trataron con una solicitud poco común” (Hch 28,2), haciendo alusión a la hospitalidad brindada por los nativos de estas islas a los doscientos setenta y seis náufragos (Cf. Hch 27,37). Así esta semana es una semana de oración para unirnos a Jesús y buscar los caminos para vivir la tan anhelada unidad por la que Él oró y ora permanentemente. La invitación es que nos unamos en profunda oración por la unidad de todos los cristianos durante la Semana de Oración del 30 de mayo al 7 de junio y busquemos durante todo el año orar y vivir la unidad manteniendo la Identidad de nuestra fe. Dios nos recompensará. P. Jorge Enrique Bustamante Mora Director del departamento para la Promoción de la Unidad y el Diálogo [email protected]

Mar 22 Oct 2019

20 años de la Declaración Conjunta sobre la Doctrina de la Justificación

El sábado, 19 de octubre, se conmemoraron los 20 años de la Declaración Conjunta sobre la Doctrina de la Justificación entre la Iglesia Católica y la Iglesia Luterana. En este encuentro, realizado en las instalaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia, participaron miembros de las cinco comunidades de fe vinculadas a dicha declaración e integrantes del Comité Ecuménico convocado por la Iglesia Católica. Dentro de los participantes se encontraban la Arzobispa Luterana Sueca: Dra. Antje Jackelen; el obispo de la Iglesia Evangélica Luterana de Colombia: Atahualpa Hernández; la pastora de la Iglesia Luterana Alemana: Christhild Grafe; el reverendo de la Iglesia Presbiteriana: Luis Fernando Sanmiguel; la pastora de la Iglesia Menonita: Yalile Caballero; el obispo de la Iglesia Episcopal de Comunión Anglicana: Francisco Duque; el obispo de la Iglesia Metodista: Luis Andrés Caicedo; y el sacerdote de la Iglesia Católica: padre Jorge Bustamante Mora, director del Departamento de Promoción y Unidad del Diálogo de la Conferencia Episcopal de Colombia. “Con esta Declaración católicos y luteranos alcanzaron un consenso diferenciado sobre la cuestión que los había dividido profundamente por más de 500 años: ¿Cómo ser salvados? Las posturas independientes de cada una: Gracia –Obras, alcanzó una nueva comprensión de unidad; La Salvación es obra gratuita de Dios a la cual respondemos con nuestras obras. Esta comprensión complementaria no se polariza sino que integra desde los datos bíblicos las dos posiciones.Las diferencias subsistentes ya no dan lugar a condenas recíprocas”, explicó el padre Jorge Bustamante Mora. “Este documento y el futuro nos retan a un mejor conocimiento de las comunidades para no descalificarnos, sino para lograr realmente lo que llamamos fraternidad; además, respetarnos y utilizar un lenguaje de respeto hacia el otro, porque también es obra de Dios y además conocer este documento y bajarlo para que nosotros los fieles de Cristo lo conozcamos y vivamos bien nuestra doctrina”, agregó el sacerdote. “Este documento y el futuro nos retan a un mejor conocimiento de las comunidades para no descalificarnos, sino para lograr realmente lo que llamamos fraternidad; además, respetarnos y utilizar un lenguaje de respeto hacia el otro, porque también es obra de Dios y además conocer este documento y bajarlo para que nosotros los fieles de Cristo lo conozcamos y vivamos bien nuestra doctrina”, precisó el padre Jorge Bustamante.

Vie 22 Dic 2017

El 2018 Doctrina tendrá una relación más estrecha con la academia

La publicación de una revista, la actualización teológica para obispos, sacerdotes y fieles y una relación más estrecha con el mundo de la academia son las principales acciones que el Departamento de Doctrina realizará durante el año 2018. Así lo manifestó el padre Jorge Bustamante Mora, director de este departamento. “Queremos editar semestralmente una revista para los fieles y las parroquias, además de actualizar permanentemente a obispos, sacerdotes y fieles y tener un convenio con las universidades para poder organizar seminarios, simposios, conferencias que no solo estén orientados al mundo académico, sino también a los fieles en general”, explicó el sacerdote. Al hacer el balance sobre el año 2017, el padre Bustamante Mora lo calificó como muy positivo y destacó que estuvo impregnado por el magisterio del Papa Francisco, tanto antes de la visita como después. “Hubo un trabajo preparatorio y posterior a la luz de las enseñanzas del Papa muy valioso”, destacó. Otra actividad que resaltó fue la edición de tres revistas realizadas por el Comité Teológico. El sacerdote también resaltó el nombramiento de la nueva Comisión Episcopal de Doctrina que tiene gran interés en reactivar contactos con las universidades que tienen facultades de teología. “Ya hicimos contacto con 8 universidades”, manifestó. Finalmente, expresó su deseo para que en esta Navidad y fiestas de fin de año el Señor llegue al corazón de todos los fieles católicos y que coloquemos nuestra atención en lo que el Señor nos enseña y la Iglesia nos transmite.