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ismael rueda

Mar 8 Ago 2017

Los jóvenes ni … ni … ni …

Escrito por: Mons. Ismael Rueda Sierra - “Al menos medio millón de jóvenes, ni estudian, ni trabajan, ni buscan”. Así titulaba el periódico El Tiempo, en su edición del pasado 19 de julio, la presentación de un estudio realizado por el Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, de mucho interés obviamente, pero también de particular preocupación. El estudio hace referencia a la población juvenil en las trece principales ciudades del país en las que cerca de 582.000 jóvenes entre los 15 y 24 años de edad, no están estudiando, tampoco trabajan, ni manifiestan preocupación por buscar empleo. El estudio los llama “ninis”. Es tendencia persistente en Latinoamérica y preocupa pues se da en el “contexto regional de reducción de la desigualdad y la pobreza”, señala el estudio. Numéricamente, el fenómeno afecta más a las mujeres que a los hombres, no obstante, tiene más efecto en los últimos, sobre todo de inseguridad, por la inactividad total en la que caen. Al analizar el hecho, de entrada se puede registrar el primer perjuicio que es detener el proceso educativo y frustrar los logros pertinentes para cada momento del mismo. Retomarlo no deja de ser traumático. Por otra parte, al no poder acceder a una experiencia laboral cuando por la misma condición juvenil la persona está provista del mayor potencial para proyectarse, ser reconocido, ganar en confianza y generar recursos para no depender ya de los mayores, conlleva mucha frustración. Otro factor que influye es el del tiempo libre que ahora tiene de sobra, pues se busca llenar a veces y desafortunadamente, con actividades que para nada le aportan favorablemente a su proyecto de vida. Allí está muchas veces la tentación para entrar en el bajo mundo de lo ilícito, el consumo de estupefacientes, el micro tráfico y otros males. Pero, por otra parte, también sería oportunidad, si hubiera más ofertas en tal sentido, para emplear bien el tiempo en intereses varios como pueden ser, de servicio a la comunidad, deporte, cultura, cuidado de la ecología y medio ambiente, sana recreación para comunidades etc. que, si bien es cierto no le aportarían recursos económicos sostenibles, le ayudarían a él y a otros a mejorar creadoramente el entorno social y sería escuela de superación y respuesta para el inmediato futuro. De todas formas, en un país que pese a las drásticas políticas demográficas que paulatinamente se han venido aplicando, también en los países más jóvenes, con población juvenil relativamente mayoritaria, en relación con otros sectores de población, resulta preocupante que no haya más políticas de Estado que quieran favorecer, en la práctica, prioritariamente, a las nuevas generaciones que, entre otras cosas, constituyen su más rico potencial de crecimiento y sostenibilidad cuando se piensa, sobre todo como se hace ahora, en procurar niveles de mayor equidad social para construir paz y reconciliación. Si las nuevas agendas no incluyen seriamente a las nuevas generaciones, su educación, capacitación, participación y protagonismo, los anteriores propósitos pueden quedar también, como muchos jóvenes, con la lamentable etiqueta de “no futuro” o de “ninis”. Sabemos qué a nivel Iglesia universal, el papa Francisco ha convocado un Sínodo que se realizará el próximo año, que tiene justamente como tema central a la juventud. En este año, hasta el momento de la Asamblea sinodal, vivimos un tiempo de “escucha” de los jóvenes para reconocer sus voces, sus sueños y sus anhelos de construcción de un mundo mejor. Quiera Dios que el Santo Padre, con ocasión de su visita apostólica a Colombia, nos ayude también a nosotros a escucharlos y a acompañarlos en la misión que les corresponde. Con mi fraterno saludo. + Ismael Rueda Sierra Arzobispo de Bucaramanga

Jue 15 Jun 2017

Desarrollo humano integral

Por: Mons. Ismael Rueda Sierra - En agosto pasado, de 2016, en el contexto del Jubileo de la Misericordia, el papa Francisco estableció el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, con su propio Estatuto, reuniendo en él, cuatro Pontificios Consejos existentes que hasta ahora se ocupaban de los asuntos sociales y de solidaridad, a saber: el de Justicia y Paz, Cor Unum, Pastoral de los Migrantes e Itinerantes y el de Pastoral de los Agentes Sanitarios. En este nuevo Dicasterio, destaca la atención al fenómeno migratorio, al punto que esta Sección estará por un tiempo directamente bajo la guía del Santo Padre. De esta manera, sin duda, se da un gran paso en la misma concepción de la hasta ahora llamada pastoral social, que en términos generales se definía como “la evangelización de lo social” o de la “cuestión social”, para referirla directamente a su profundo contenido antropológico, como servicio al desarrollo o crecimiento humano integral de la persona, en atención a su dignidad original como imagen y semejanza de Dios e hijo. El pensamiento social de la Iglesia, obviamente, ha tenido como presupuesto e inspiración esta base antropológica al formular los principios en los que se fundamenta la Doctrina Social y su tarea de solidaridad con la persona humana; sin embargo, al hablar del servicio al desarrollo humano integral, se llama la atención sobre el cuidado de todo ser humano en cualquier situación o condición, mirando especialmente a aquellos que han quedado al margen de la sociedad, o en la periferia, o en una cultura del descarte, como suele indicarnos el Papa Francisco. Pero no hay duda que esta concepción tiene un referente muy importante en el Beato Paulo VI, con su célebre encíclica Populorum Progressio (1967), dedicada al desarrollo integral de “todo el hombre y de todos los hombres”, entendido éste como el paso “para cada uno y para todos, de condiciones de vida menos humanas, a condiciones más humanas” (21) y como “el nuevo nombre de la paz” (76-80). En efecto, el Santo Padre Francisco, en su Carta apostólica, mediante la cual instituye el Dicasterio en mención, indica que “en todo su ser y obrar, la Iglesia está llamada a promover el desarrollo integral del hombre a la luz del Evangelio”, desarrollo que se lleva a cabo con el cuidado de los bienes de la justicia, la paz y la protección de la creación. En modo particular estará a cargo de todo lo que se refiere a “las migraciones, los necesitados, los enfermos y los excluidos, los marginados y las víctimas de los conflictos armados y de las catástrofes naturales, los encarcelados, los desempleados y las víctimas de cualquier forma de esclavitud y de tortura” (Cfr. Carta Apostólica). Sin duda una gran tarea, de aplicación concreta a las necesidades personales y comunitarias de tantas personas y en su conjunto, de toda la humanidad. + Ismael Rueda Sierra Arzobispo de Bucaramanga

Mar 6 Jun 2017

El papa Francisco en Colombia

Por: Monseñor Ismael Rueda Sierra - Después de una contenida espera, recibimos con alegría, la noticia de la presencia entre nosotros del Papa Francisco. Y no es para menos, pues no obstante los rápidos cambios culturales ocurridos en el país en los últimos años, somos un pueblo que aún en su mayoría se profesa católico y por parte de otros sectores religiosos y sociales, respetan y admiran la figura de este apóstol de los nuevos tiempos. Su carisma y estilo, abierto a nuevas y a veces olvidadas situaciones humanas concretas, “de periferia”, como él las llama, ha suscitado una “vuelta de la mirada” de sectores indiferentes o incluso hostiles, a la propuesta del Evangelio, para resolverlas con espíritu humanitario y de solidaridad cristiana. También algunos, como suele ocurrir, han reaccionado negativamente a sus gestos y palabras. El Santo Padre vendrá a una Nación que en su historia ha estado cruzada de muchos conflictos y una problemática sui generis, con fenómenos de violencia que a veces parecen incontenibles, por incrustarse muchas veces en aprendizajes culturales, transmitidos consciente o inconscientemente de generación en generación, que es necesario “des-aprender”. Pero también, a un pueblo de mucho coraje y resistencia para vencer las dificultades con resiliencia y dar un paso adelante, como lo sugiere el lema escogido para su visita. El Papa Francisco viene como testigo de la fe recibida del Señor, en salida misionera, en un viaje apostólico para encontrarse con personas concretas, un pueblo concreto, unas situaciones llamadas a ser permeadas por los valores del Evangelio, en espera, de producir unos efectos de conversión, con repercusiones sociales, culturales y también políticas, en el sentido amplio del término, como servicio al bien común de todos los ciudadanos. Desde ya, nos preparamos en la oración y en el discernimiento, en la expectativa de recibir el mensaje profético del Papa Francisco que sin duda será siembra fecunda, llamada a producir el mejor fruto para la entera familia Colombiana. ¡Con Él, “Demos el Primer Paso”…! Con mi fraterno saludo y especial bendición. + Ismael Rueda Sierra Arzobispo de Bucaramanga

Lun 26 Dic 2016

“La suerte de niños que viven en la pobreza extrema, son causa de vergüenza”

Así lo califica el arzobispo de Bucaramanga, monseñor Ismael Rueda Sierra, en la reflexión que hace para recordar la fiesta de los Santos Inocentes, que celebra la Iglesia católica cada 28 de diciembre. El prelado cuestiona lo dicho en la Constitución Política donde se afirma que los derechos de los niños deben prevalecer sobre los derechos de los demás, señala que este cuadro de los principios y de convicciones, no deja de ser un interrogante en el marco de este camino de reconciliación y de paz que está viviendo el país. “Es importante responder a estos desafíos implementado a conciencia y con una profunda convicción política y social, programas que en primer lugar cuiden de la seguridad alimentaria de los niños y niñas, especialmente en aquellos lugares y sitios que se encuentran en mayor vulnerabilidad”, afirma el prelado. Así mismo, monseñor Rueda Sierra invita a tener una apertura de acogida con todos los niños que han estado inmersos en la guerra, apoyándolos para “que entren en un proceso de limpieza de sus corazones, dejando atrás el odio, el resentimiento y la venganza del que les fue sembrado en sus almas”. Por último el arzobispo invita a orar y discernir frente a la responsabilidad que cada uno tiene por el cuidado y proyección de los niños. Audio: Arz.de Bucaramanga, Mons. Ismael Rueda Sierra [icon class='fa fa-download fa-2x']Ver: Especial de Navidad[/icon]