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los jóvenes

Mié 10 Abr 2019

¡Cristo vive y es joven!

Por: Mons. Ismael Rueda Sierra -Nada mejor que aludir en esta ocasión, a la Exhortación Post Sinodal que el Santo Padre Francisco acaba de entregar “a los jóvenes y a todo el Pueblo de Dios”, pues resulta muy propicia en este tiempo de preparación cuaresmal y celebración de la Pascua del Señor. Sí, Jesús está vivo, porque ha resucitado y ha devuelto la juventud a un mundo y a una humanidad subyugada por el pecado. Es la nueva creación, fruto de la victoria sobre la muerte y sobre una “cultura” que ha heredado tristezas y periferias existenciales. Profunda reflexión, saber que todo lo que Cristo vivo “toca”, se vuelve joven, se renueva, se llena de vida. Por esa razón el encuentro con Jesús que siempre está con nosotros porque nunca se va, es garantía para empezar siempre a pesar de los miedos, rencores y fracasos. El mismo Papa advierte que estas palabras no son únicamente para los jóvenes sino para todo el Pueblo de Dios, pastores y fieles, invitados a vivir la novedad y la juventud de Cristo. Y que el resultado de estas reflexiones son fruto del discernimiento sinodal consignadas en el Documento final, las más significativas, pero que representan un cúmulo de miles de voces escuchadas a creyentes y no creyentes, estos últimos, que incluso suscitaron en el Papa, nuevas preguntas. Capítulo a capítulo va desarrollando armónicamente una lección de vida partiendo de la presencia protagónica, a los ojos de Dios, en la Sagrada Escritura, de muchos jóvenes elegidos por él para realizar sus planes, teniendo en cuenta las características propias de su identidad; por ejemplo, José, el soñador, que siendo de los pequeños de la familia, en la flor de su juventud le confió una importante tarea en favor de sus hermanos, en Egipto. Del mismo modo, desfilan en esta elección de Dios, Gedeón, Samuel, el rey David, elegido siendo un muchacho y el mismo rey Salomón quien exclama ante el reto de suceder a su Padre “Soy un joven muchacho y no sé por dónde empezar y terminar” (Cfr.IRe 3,7), exclamación similar salida de los labios de Jeremías. Y qué decir de la joven Rut, generosa, comprometida y perseverante para vencer obstáculos y salir adelante. Un paradigma en el Nuevo Testamento, es el joven de la parábola del hijo pródigo, que puede reflejar los deseos de autonomía y libertad que mal interpretados pueden generar un desastre en el proyecto de vida. Pero el resultado que hace ver el Señor, es la capacidad de aquel joven para asumir el cambio, saber volver, saberse levantar. Contrasta con su hermano que no obstante también sus pocos años, tiene ya un corazón envejecido. Pero sin duda es Jesús quien a lo largo de toda su misión, aparece como el siempre joven y por eso sus palabras, sus signos y actitudes son una transparencia permanente del valor propio de ser joven. Jesús es por tanto inspiración para todo joven que busca madurar y cumplir una misión, compartiendo con la familia, con su pueblo, sin aislarse ni separarse, sino que a través de la cotidianidad de la vida, como lo hizo Jesús, reconociendo a su Padre, compartiendo con sus discípulos, compadecido de los débiles y los pobres, los enfermos y los pecadores. No desconoció el sufrimiento ni la incomprensión: “En Jesús todos los jóvenes pueden reconocerse”(Cf # 31). Mirando a Cristo la Iglesia también está llamada a rejuvenecerse, en un tiempo en el que, se notan en su rostro muchas arrugas y sonrojos por las infidelidades de sus hijos, rostro que las nuevas generaciones ayudarán a recrear. “En el corazón de la iglesia resplandece María”. Llamados por el Papa, como lo hiciera en Panamá, en la Jornada Mundial de la Juventud pasada, como el “ahora de Dios”, están llamados los jóvenes a transformar, unidos a todo el Pueblo de Dios, las diversas situaciones que ha generado un mundo en crisis, con un subproducto de crimen organizado, violencia en diferentes formas, esclavitud y explotación sexual, tráfico de drogas, migraciones etc. situaciones muchas veces, en las que son tanto protagonistas como víctimas. Y todo ello, en el vastísimo contexto de un mundo digital. Pero siempre hay una salida con esperanza, porque “Dios te ama”, “Cristo te salva” y, “¡Él vive!, con la fuerza del Espíritu Santo. Fraterno saludo Pascual y bendición. + Ismael Rueda Sierra Arzobispo de Bucaramanga

Jue 18 Oct 2018

Sínodo: La Iglesia debe ser cercana con los jóvenes y hablar su lenguaje

Así lo aseguró el obispo de Florencia – Caquetá, monseñor Omar de Jesús Mejía Giraldo, durante su intervención en el Sínodo de obispos que se celebra por estos días en Roma. El prelado aseguró que se requiere de una conversión pastoral y misionera que dedique más tiempo a los jóvenes. “Los jóvenes quieren que la Iglesia viva de verdad la ‘cultura del encuentro’, los jóvenes quieren que nosotros sus pastores vayamos a ellos, compartamos sus historias, sus retos y motivaciones; ellos quieren contarnos sus angustias y fracasos, pero necesitan que les invirtamos más tiempo”, aseguró el prelado. El obispo aseguró que es urgente que la Iglesia se muestre comprometida en un escenario “anclado en el mundo, pero sin ser del mundo”. “Los jóvenes reclaman de nosotros una Iglesia libre de ataduras pasajeras, una Iglesia que sea lo que es, lo que prometió ser, una Iglesia transparente, cercana, dinámica, alegre, una Iglesia fresca y con rostro joven. Los jóvenes quieren una Iglesia que les diga y les dé testimonio que sí es posible el celibato, la castidad y la virginidad. Los jóvenes buscan en la Iglesia signos de Dios, ellos esperan que nosotros les enseñemos a orar, pero no a punta de sermones y teorías sobre la oración, ellos quieren que nosotros sus obispos, sacerdotes y agentes misioneros oremos, juguemos, caminemos, luchemos con ellos. Los jóvenes nos quieren ‘hombres de Dios, frescos y transparentes’, afirmó el obispo. Su reflexión se basó en el documento “Instrumentum laboris”, numeral 137, que invita a un renovado entusiasmo misionero, a través de un camino de conversión pastoral y misionera. “De esta experiencia sinodal debe brotar muchos caminos pedagógicos que fortalezcan nuestra Iglesia en este ‘instante vital’. Pidamos al Espíritu Santo, que nuestra ‘conversión pastoral’ se refleje en el compromiso de ser una Iglesia más cercana, más alegre, más práctica, menos discursiva y más acogedora”, aseguró. Monseñor Mejía Giraldo, recordó además, como los jóvenes reclaman hoy de la Iglesia una conversión efectiva, afectiva y económica. Al referirse a esta última, dijo que “una conversión concreta se manifiesta cuando como pastores invertimos recursos económicos en nuestra pastoral juvenil”. Así mismo, recordó las angustias y llamados que le hicieron los jóvenes de la Amazonía colombiana para que fueran presentadas ante los padres sinodales: “Queremos que los adultos se conviertan en verdaderos acompañantes, que los sacerdotes no se contenten con ofrecernos sólo el sacramento de la confesión, que vayan más allá, que orienten nuestra vida y nos ayuden en el seguimiento del Señor (…) Queremos que la Iglesia nos enseñe la manera cómo debemos unificar nuestra vida personal, educativa, laboral, afectiva, espiritual; ojalá, nos ofrezcan espacios de formación. Finalmente, aseguró que los jóvenes exigen de la Iglesia espacios de participación para crear, proponer y evangelizar. Espacios que sean acompañados por los adultos para guiar, orientar, motivar y generar procesos de formación que muestren una Iglesia viva y llena de Dios. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar intervención de Mons. Omar Mejía[/icon]