Pasar al contenido principal

luis mariano montemayor

Mié 21 Dic 2022

Ni el aislamiento detuvo los pasos del Nuncio Apostólico por los caminos del Chocó

Entre el 16 y 19 de diciembre de 2022 las diócesis de Quibdó e Istmina-Tadó, contaron con la visita de Mons. Luis Mariano Montemayor, Nuncio Apostólico acreditado en Colombia, en compañía de monseñor Héctor Fabio Henao, Delegado de la CEC ante el Gobierno Nacional para todo lo relacionado con los diálogos con el ELN y el sacerdote Rafael Castillo, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social - Cáritas Colombia SNPS-CC de la Conferencia Episcopal. El desarrollo de la visita fue de intensa actividad y aunque, por razones del paro armado establecido por el ELN para la zona del medio y bajo San Juan, bloqueó las posibilidades de un encuentro con las comunidades tan necesitadas y esperanzadas del Medio San Juan, Bajo Calima, Litoral del San Juan, Bajo Baudó y costas del Pacífico colombiano, para ser escuchadas y visibilizadas en su realidad, y quedaron en el aislamiento muchos rostros marcados por la violencia, la exclusión, las faltas de oportunidad para el desarrollo, la libertad para el desplazamiento y la decisión de sus proyectos de vida, no se privó la posibilidad de hacer llegar voces y testimonios de la sociedad civil, la administración pública y la acción pastoral de la Iglesia en estas poblaciones. El Señor Nuncio no desaprovechó ni un solo instante para entablar diálogo con administradores públicos, con animadores pastorales y con líderes y lideresas que con sentimientos de dolor y la respiración agotada por el impacto físico y emocional que llevan en sus corazones, fueron desgranando una realidad que requiere ser atendida con el encuentro y el diálogo, así como con acciones concretas que devuelvan la esperanza, la libre movilidad, la participación en las decisiones territoriales y no se desista de estar en pie, con identidad cultural y eclesial. El testimonio de lo vivido dejó un reto de confianza en el futuro, una decisión clara y precisa de apostarle a la paz, una rotunda claridad de trabajo inter institucional por el bienestar de las comunidades. La misma situación de aislamiento e imposibilidad de movilidad fue un claro hecho de que esta es una región que requiere unos decididos pasos por la paz, unos espacios de diálogo y concertación que transformen las “armas en arados”, unos territorios de violencia en modelos de paz, unas realidades amenazantes en oportunidades, unas debilidades en fortalezas. Los mismos pasos del Señor Nuncio por en medio de calles atiborradas de gente y vehículos en una ciudad que desborda las capacidades por desplazamiento y condiciones justas y equitativas, son la prueba y la oportunidad de decidirnos a abrir caminos de paz, de diálogo, de honestidad, de respeto por la vida y de infraestructuras que favorezcan el trabajo, la economía, la convivencia fraterna y la inclusión. La Iglesia y todas las instituciones fueron motivadas a trabajar de la mano, con un espíritu de verdadera comunión y participación que lleve a una misión transformadora de la realidad como modelo de cambio para todo el país. Este encuentro no pasó inadvertido, no nos dejó insensibles, no nos dejó iguales, nos sedujo por los caminos de valoración de la casa común, de la fraternidad universal, del sueño de una realidad querida por Dios que se expresa y se vivencia en la instauración y acogida de una presencia salvífica en la persona de Cristo, asumiendo nuestra naturaleza humana que nos lanza a lo divino y trascendente en el misterio del Plan de Salvación. Fuente: Of. comunicaciones Diócesis de Istmina - Chocó

Vie 28 Oct 2022

Nuncio Apostólico agradece a la vida religiosa su testimonio y entrega

El pasado 21 de octubre, el Nuncio Apostólico de Colombia, Luis Mariano Montemayor, recibió en audiencia, al padre Rafael Hernando Diago Guarnizo, secretario general de la Conferencia de Religiosos de Colombia (CRC). El religioso dominico, expresó que la presencia del Nuncio Apostólico es la presencia del mismo Papa, por tanto “he venido en nombre de la vida religiosa a estrechar los lazos de fraternidad como signo de cercanía y afecto hacia el representante del santo Padre en Colombia”. La reunión que duró 20 minutos, sirvió igualmente para hablar sobre los elementos y circunstancias alrededor de la vida religiosa y de la Iglesia en Colombia. Por su parte, el Nuncio Apostólico hizo un llamado a la vida religiosa a permanecer en un diálogo permanente, a vivir la llamada de Dios en los tiempos cambiantes, a ser testigos de la alegría del Evangelio. Al reconocer el valioso aporte de la vida religiosa en el desarrollo del país, su trabajo, misión y testimonio, dijo que ellos son la esperanza que tiene la Iglesia.

Dom 28 Nov 2021

Nuncio apostólico de Colombia, habla sobre avances de diálogos con el Eln

A propósito de la reactivación de los diálogos entre del Eln y el Gobierno Nacional, el nuncio apostólico en Colombia, monseñor Luis Mariano Montemayor, dialogó este jueves 25 de noviembre, con el diario El Espectador, allí se refirió entre otros temas, a los 17 meses de contactos de “aproximación y exploración” con miembros del Eln. Lea la entrevista completa. AQUÍ⬇ El nuncio apostólico, Luis Mariano Montemayor, destaca avances en los diálogos con esa guerrilla, entre ellos su disposición a discutir los temas que el Gobierno pone como precondición. El único protagonista que faltaba por hablar sobre los 17 meses de contactos de “aproximación y exploración” con la guerrilla del Eln, hechos públicos por parte del alto comisionado para la Paz, era el nuncio apostólico en Colombia, monseñor Luis Mariano Montemayor. En este diálogo con El Espectador revela los alcances de esa misión, lo que significa el cambio de actitud del Gobierno nacional hacia el posible reinicio de una negociación con ese grupo, además de algunos detalles inéditos como, por ejemplo, que el Eln ve con buenos ojos la intervención del expresidente Uribe o que el ahora nombrado gestor de paz, Juan Carlos Cuéllar, hace apenas unos meses le había dicho que no estaba dispuesto a jugar ese rol. Monseñor, ¿Me puede usted decir en qué estamos hoy con el Eln? Le puedo responder en lo que estamos nosotros. Estamos en diálogo abierto con el Eln, con la delegación en La Habana y con los órganos del Eln presentes en Colombia. ¿Y por qué? Por razones de derecho humanitario. Nuestros párrocos conocen por nombre y apellido a las personas que sufren las consecuencias del conflicto, que son particularmente agudas en algunas zonas: en el Chocó, en el Catatumbo, en el Cauca, Nariño... Como pastores no podemos evitar la responsabilidad de poner de presente al Eln las consecuencias claras de sus acciones con respecto a la población y al Derecho Humanitario. Porque si es un grupo, como lo es, que se considera insurgente, que lidera una rebelión armada contra el Estado, no es simplemente un grupo criminal, está obligado por el derecho de guerra. Y por eso ellos interpelaron al papa con dos cartas muy importantes que llegaron por circuitos extraoficiales, y vimos la necesidad de tener un canal oficial con ellos. El santo padre quiere mantener esa comunicación, y eso nos facilita poder plantear al Eln nuestras preocupaciones de las bases, problemas humanitarios muy claros: secuestros, minas antipersona y por lo mismo confinamiento de comunidades por campos minados, reclutamiento de menores, asesinato de civiles. Esos son temas que tenemos que tratar con ellos. Y aclaró, no son precondiciones para cualquier diálogo, son el diálogo con el Eln. Esto es, para nosotros, lo más valioso de esta gestión de buenos oficios en que nos vimos metidos por petición del presidente de la República. ¿Y en esa petición, el presidente les puso algunas condiciones? No para nuestra gestión. Sí para la eventual respuesta del Eln. El presidente fijó claramente sus condiciones para que pueda haber un diálogo entre el Gobierno y el Eln. Pero aquí no se trataba de que fuéramos mensajeros del Gobierno, no somos agentes del Estado colombiano, somos soberanos. El presidente lo que nos dijo fue: “al único a quien el Eln no se va a permitir el lujo de mentirle es al santo padre”. Se ha insistido mucho en la confidencialidad durante estos 17 meses. ¿En qué momento cambió eso? Eso tiene que preguntárselo a Miguel Ceballos, nosotros seguimos siendo confidenciales. Pero quiero aclarar que la confidencialidad no es clandestinidad; es reserva para proteger el diálogo, para que haya libertad, para proteger a las personas, para limitar las presiones, porque hay gente que no quiere el diálogo y que va a hacer todo lo posible para torpedearlo. Pero usted fue informado de que se harían públicos los acercamientos? ¿Le consultaron? ¿Estuvo de acuerdo? El día anterior yo estaba en un viaje a Tunja, tratando de superar los bloqueos, y el comisionado me buscó para informarme que iba a hacer una intervención periodística y sus razones para hacerlo. Le dije que comprendía, pero le pedí que tuviera mucho cuidado con los detalles. Parece que no fui muy eficaz. El Gobierno ha sido muy reacio todo este tiempo a reabrir la puerta al Eln, ¿siente que es sincera esta nueva apertura? A mí no me corresponde decir si es sincera o no. Es cierto que es sorpresiva, porque primero nos piden máxima confidencialidad y después prácticamente lo cuentan todo. Ciertamente tienen una intención, pero yo no puedo responder por eso. Lo único que puedo decir es que pusieron fin a una iniciativa y no sabemos si van a abrir otra. El objetivo de nuestros buenos oficios se cumplió, porque las preguntas que el Gobierno fijó están respondidas por el Eln. El Gobierno tendrá que valorar eso y decir qué va a hacer ahora. ¿Tomó 17 meses obtener esas respuestas del Eln? La pandemia nos perjudicó muchísimo. Se nos pedía que el santo padre mandara un emisario a preguntarle al Eln si verdaderamente estaba dispuesto a entrar en negociaciones por la paz. Pero con cuarentenas, ausencia de vuelos, confinamientos y demás obtener esa respuesta, llevársela al santo padre y transmitírsela al Gobierno nos tomó hasta noviembre. Llegamos demasiado tarde. Mientras tanto hubo dos intervenciones del gobierno norteamericano que nos pusieron en crisis. En agosto pensamos que todo había terminado. Pero no. En noviembre pudimos llevar la respuesta y con ella ya se veía que el Gobierno estaba casi que decidido a poner fin a este instrumento. Mas no, seguimos. En marzo, incluso, hubo una última visita a La Habana. ¿Cree que el nombramiento la última semana de ‘Juan Carlos Cuéllar’ como gestor de paz y su excarcelación es el inicio de una nueva iniciativa? Yo visité a Cuéllar en Jamundí a finales de agosto. Y fui con todo el apoyo del comisionado, que me consiguió el permiso del Inpec; Naciones Unidas me puso un helicóptero, la MAP-OEA transporte terrestre... Nosotros, Santa Sede, necesitábamos saber cuál era la percepción de la base del Eln sobre una posible, eventual, negociación de paz con el gobierno del presidente Duque. Hablé con él y le dije al Gobierno después que sería un gesto muy importante de confianza para el Eln la liberación de Juan Carlos Cuéllar. Nunca entendí por qué lo pusieron preso, francamente, porque es un hombre muy valioso, sobre todo por su prestigio frente a los que cuentan, que son las bases del Eln, que integran lo que ellos llaman la Asamblea Nacional. Porque el Eln es mucho menos jerárquico y autoritario de lo que eran las Farc. También llevé al Gobierno la respuesta de Juan Carlos Cuéllar y su disposición a ayudarnos a avanzar hacia un cese definitivo de las hostilidades, que ya es bastante, y a participar en la solución de los problemas humanitarios que el Gobierno pone como precondición y que para nosotros de todas maneras son esenciales y tenemos que tratar. ¿Es decir, que ‘Juan Carlos Cuéllar’ sí es un buen vehículo para acercar a las partes? También llevé al Gobierno el mensaje de Cuéllar en el sentido de que él no aceptaría un nombramiento por parte del alto comisionado como promotor o gestor de paz. Eso, para él, pondría un manto de sospecha sobre su lealtad al Eln, que la tiene. Él es del Eln, no es un exmiembro del Eln —me parece que es un error en la lectura del comunicado— está en comunicación con la delegación y la delegación se preocupa por él; de hecho, una de las razones por las que fui es que sabíamos que había contraído el COVID y queríamos saber cómo estaba. La liberación de Juan Carlos y que participe formalmente en un proceso de diálogo con el Eln me parece un acto inteligente, para mí con retardo. Lo que no sé es por qué aceptó ahora lo que no aceptó en aquel momento. Algo debe haber en la percepción del Eln que ahora sí y antes no. Todavía no he hablado con él. Bueno, es que se nota un cambio de posición en el Gobierno frente al Eln, ¿o no? En 17 meses, que es mucho tiempo, hay cambios; cambios de humor, de perspectiva, de influencias... Nos cambió el escenario. Pedí un nombramiento oficial para el padre Echeverry, por ejemplo, para que pudiera contactar a una organización que el Gobierno considera terrorista. No voy a poner al padre Darío preso por ayudarme. Hay precedentes en las “jugaditas” colombianas, casi nos ponen preso a un obispo por eso. Pero eso nos causó problemas con el Eln; inicialmente lo vieron mal, temieron que estuviéramos como subordinados al alto comisionado. Aclaramos, lo entendieron, también el nuncio exigió “bueno, creen en mí o no creen”. Y creyeron, y seguimos adelante. ¿Y este cambio del Gobierno frente al Eln justo ahora cree que se debe al paro nacional? Ninguna duda de que las demostraciones de noviembre de 2019 cambiaron las prioridades del Gobierno. Si no, toda esta experiencia no se hubiera dado. Son las reglas del juego, todo va cambiando. La pandemia nos cambió, la intervención de Trump nos cambió, etc. Y uno se va ajustando al escenario que tiene. Creo que va en bien del Gobierno pensar que toma nota de que hay unas peticiones y entre ellas también está, así no sea directa. Al Gobierno le ha dolido mucho que le digan que está contra la paz y creo que quiere mostrar que no es justo ese apelativo. Y yo diría a la opinión que podemos disentir sobre los instrumentos que nos lleven a la paz, pero no necesariamente eso nos hace enemigos de la paz. Pero además el Gobierno cree que el Eln tiene un papel preponderante en la violencia que ha acompañado la protesta. ¿Es ese diagnóstico correcto? Es un diagnóstico parcial. Si usted piensa que el Eln no tiene que ver es un iluso. Si piensa que el Eln lo ha creado, también es un iluso. El Eln tiene una base social importante, está presente en organizaciones sociales múltiples, que participan en la protesta. Y además se considera el brazo armado y protector de esas organizaciones contra, en su lenguaje, una oligarquía violenta que va a venir a matarnos. Entonces, atención. El Eln no tiene pretensiones de ocupar el Estado, saben que eso no les alcanza. Pero sí se consideran brazo armado de las organizaciones sociales que postulan un cambio de la sociedad colombiana. Y me sorprendería mucho que no tuvieran nada que ver, o que no saquen partido de las dificultades de su adversario. Pero eso lo hacen todos. ¿Y ha sido la movilización social y su papel en ella un tema de diálogo con el Eln? Nosotros no entramos en ese tema. Pero supongo que será parte del diálogo entre ellos el día que tengan diálogo directo: “Hijos, creemos un ambiente social que permita una negociación”. Nosotros en lo que entramos muy claramente fue en saber si había voluntad del Eln a entrar en un cese de hostilidades con el Estado colombiano, y la respuesta fue que sí. Donde no se encuentran las posiciones es que el Gobierno para eso pide condiciones y el Eln no está dispuesto a aceptar condiciones. Y son coherentes los dos, no se han movido un milímetro de esas posiciones. ¿Y entonces? Mire, el Eln ha estado dispuesto a tratar con nosotros muchas de esas precondiciones. Los secuestrados, por ejemplo. Los liberó a casi todos. Algunos están muertos y nos dieron respuesta. Otros ni se sabe, de una lista que nos dio el Gobierno que es bastante poco creíble de cosas muy del pasado, es muy difícil saber quién fue, dónde, etc. Pero lo que es del 2018 para acá, hay dos muertos y hemos certificado eso. Hay tres liberados. Hay un detenido porque tiene un juicio revolucionario y el comandante zonal no lo quiere liberar. El señor Mosquera tiene un problema con ellos y tiene un juicio revolucionario en contra. Pero la delegación nos aseguró que están trabajando el tema y que entienden que es muy importante que el Eln no tenga ningún secuestrado. Son gestos, como lo fue también el alto al fuego unilateral que hicieron durante todo el mes de abril y que tuvo consecuencias clarísimas sobre las operaciones en el territorio e incluso sobre las fuerzas de seguridad. Pero, dice usted, ninguno se mueve un milímetro en sus inamovibles… En diplomacia nada es inamovible, porque cambian las circunstancias y lo que uno nunca hubiera querido hacer por ahí lo tiene que hacer, porque le conviene al final. Tenemos la pandemia, otra administración en los Estados Unidos, con una visión distinta. Recuerdo una vez hablando con el presidente a finales de noviembre, y decía que de todo tenemos que esperar a ver qué pasa del otro lado del Caribe, y eso nos iba a condicionar. Pues sucedió lo que sucedió. Y sobre los inamovibles hay que distinguir. Una cosa es la presión que una parte puede poner públicamente sobre la otra y otra lo que puede hacer, que en definitiva es lo que la comunidad internacional le reconoce que puede hacer. Y pacta sunt servanda es el principio base del derecho internacional, sobre eso está construida la comunidad internacional; si no, es la guerra. Bueno, uno de los mayores líos es el de los protocolos con los garantes. ¿Eso también ha cambiado por las nuevas circunstancias? Nosotros estamos interesados en que se supere el problema de los protocolos. Y estos se pueden cumplir o se negocian, se actualizan, se sustituyen, hay muchas opciones. Y en parte nuestra gestión ha tenido que ver con eso. Alguno me ha acusado de injerencia; bueno, yo soy diplomático y hago mi trabajo, y la Santa Sede es un actor diplomático internacional. Entonces, entendemos el corto circuito porque el atentado a la Escuela General Santander no fue una cosita, fue un gran error político del Eln, que por cierto le ha costado mucho a Cuba. El Eln está en deuda con Cuba. Y hablando de Cuba, después de tanta fricción, ¿tuvo un papel protagónico en este acercamiento, fuera del hecho de que la delegación está allá? La pregunta ya tiene la respuesta. Sin Cuba no era posible. Sin Noruega, tampoco. La Santa Sede no hubiera hecho absolutamente nada sin la anuencia de los garantes. Cuba nos recibió además como reyes. En su doble condición de secretario de la Comisión de Conciliación Nacional designado por la Conferencia Episcopal y como delegado del nuncio apostólico, el padre Darío Echeverry fue recibido siempre por el canciller cubano. Ellos no han renunciado a su papel de garantes, a pesar del alto costo que están pagando por cumplirlo. Y no tienen por qué renunciar. Insisto, “pacta sunt servanda”. Y a todas estas, ¿el expresidente Uribe qué pitos toca en este escenario? Él tiene razón cuando dice que no estaba enterado de los contactos, pero es un factor que intervino permanentemente, estuvo en la mente de todos. Empezando por nosotros, pues consideramos que el expresidente Uribe es parte de la solución, creemos que es importantísima su intervención. Él se reunió con Juan Carlos Cuéllar hacia el final de 2019, y ahí pasó algo raro porque Cuéllar terminó preso, pero el expresidente Uribe estaba interesado en que se tratase con el Eln. Y la iniciativa del Gobierno para que convergieran todas estas instituciones internacionales atiende algunas inquietudes del expresidente. Aquí hay que decir que, en los últimos 20 años, por lo menos, todos los gobiernos colombianos han tratado con el Eln, y el que más cerca estuvo de llegar a un acuerdo para el fin de las hostilidades fue el del expresidente Uribe; más que Santos. Esa es una realidad con la que trabajamos, porque incluso hay resultados que se podrían retomar. Una de nuestras preocupaciones fue saber qué pensaba el Eln de una participación de Uribe. Y nuestra sorpresa fue que el Eln no lo ve para nada mal. Los mejores acuerdos se hacen con los peores enemigos, esos son los que duran. El expresidente es un animal político que tiene intuición, y la intuición no lo engañó. Yo lo encontré a fines de diciembre en Rionegro porque tenía una pregunta del santo padre que solo él podía responder. ¿Cuál era esa pregunta? Si estaba en contra de contactos para el fin de las hostilidades con el Eln. Y no, no está en contra. Eso se lo comunicamos al Eln. Bueno, monseñor, pero además del Eln preocupan al santo padre otros temas de Colombia. Habló de su preocupación por la violencia en las protestas cuando unas pocas semanas antes había dado un espaldarazo al manejo de la migración venezolana. ¿Cómo entender esos dos mensajes tan disímiles sobre Colombia? Es que Colombia es multifacética. Tiene cosas buenas y cosas malas. Yo le he dicho al presidente Duque desde el principio que queremos ayudar, no podemos tener más problemas en la región. Si queremos resolver el problema de Venezuela de manera pacífica necesitamos una Colombia en pie, que resuelva sus problemas y participe. No estamos contra el presidente Duque, queremos ayudarle. El santo padre es un hábil diplomático. Sabe venir a apoyar iniciativas que van en la línea de sus grandes preocupaciones universales como las migraciones, y en particular la migración venezolana que además tiene que ver con el problema de Venezuela y con el problema colombiano. Pero el santo padre habló de su preocupación, y si no resolvemos este problema va a seguir preocupado y algo más dirá. Estamos tratando de ayudar a tender caminos de escucha y de negociación, porque esto que está pasando no le hace bien al país. Está la iglesia local participando activamente, y yo no sustituyo a la iglesia local, la apoyo, estoy informado e informo permanentemente. Sabemos que los colombianos se polarizan con una rapidez impresionante y no vamos a intervenir en ella. Pero hay un sector de opinión al que le parece que sí han tomado partido. Algunos sectores de ambos lados tienen esa percepción. Siempre habrá quienes quieran utilizar la autoridad moral de una institución, cualquiera, para su propia necesidad política inmediata. En estos momentos lo que hay que saber proteger es la autoridad moral sobre todos. Hay que tratar de decir las cosas objetivamente y de facilitar una solución. La economía colombiana no va a resistir una situación como la actual muchos días, hay que resolverla. Pero lo que está en juego es que la sociedad colombiana acepte que la protesta es normal en una democracia. Y crear las condiciones para que la protesta se pueda hacer y que el que proteste esté defendido y se evite la manipulación de la protesta, de unos y otros, para agudizar el enfrentamiento social. Y atención, esos demonios están en ambas partes. Les dijo Francisco en su visita a Colombia a los jóvenes: “Vuelen alto. No se dejen robar la esperanza”. ¿Siente que las protestas están alineadas con ese llamado del papa? Una de las características de las protestas es la participación masiva de los jóvenes. Y el tema es la insatisfacción y el descontento de la juventud, que es transversal. No son solamente los pobres, están más descontentos incluso los que alcanzaron a tener una posibilidad. Y la frustración de la esperanza es explosiva. Por eso las revoluciones las hace la clase media, en todos los lugares. Los bolcheviques no era campesinos. Ese es un factor que hay que resolver por parte del Comité del Paro, que no tiene dominio y control sobre todas las manifestaciones de protesta. ¿Qué reporte tiene del acompañamiento que han hecho a los diálogos entre el Gobierno nacional y el Comité del Paro? No puedo dar detalles, eso sí que es confidencial, pero esto va a ser lento. Sin embargo, es un elemento esencial para que comiencen a serenarse los ánimos. Creo que todos tenemos que tratar de recuperar la calma. Hay un mínimo de sentido común que todos los sectores tienen que recuperar. La Pastoral Social está haciendo bien su trabajo y esperamos que las partes vayan encontrando una auténtica negociación. Hay cosas para negociar. El expresidente Santos dijo que había soluciones previstas en el Acuerdo de Paz, pues ¡desempolven! Así no sea para todo, pero sí para alguna y así se comienza a encauzar la protesta. Hablaba usted del descontento que es en general con todas las instituciones, incluidos nosotros los medios de comunicación, básicamente por una desconexión con la vida diaria de la gente. Todos estamos mirándonos hacia adentro. ¿Cuál diría usted que es la mayor desconexión de la Iglesia católica con la gente? Para nosotros el tema del referendo Sí o No fue traumático, porque la Iglesia católica vivió las mismas divisiones de la sociedad. Y no podía ser de otra manera, porque el 80 % de la población colombiana es católica. De ahí para acá la Iglesia ha tenido que ir afinando y nos pasa lo mismo que a todas las instituciones, porque percibir la opinión de los jóvenes no es fácil a pesar de que tenemos nuestras organizaciones juveniles. Con las masas urbanas, aquí hay jóvenes que ni siquiera nos conocen. Abandonaron sus familias, sus pueblos, donde la Iglesia era parte de la vida de todos los días y fueron a vivir a barrios marginales, sin servicios, sin educación y donde la Iglesia no está. ¿Cómo llegar? Después está el ámbito universitario, donde estamos un poco desactualizados, creemos que con tener un capellán ya estamos. Ahí, como dicen ustedes, hay que darse una pellizcada. Hay que encontrar caminos nuevos de comunicación para interpretar a los jóvenes. Pero además hay que encontrar respuestas, porque esta juventud ve un horizonte cerrado. Desocupación, pobreza, esas son las causas principales de la protesta. FUENTE: Diario El Espectador

Sáb 21 Nov 2020

Obispo de Pasto toma posesión de su sede

En la fiesta de la presentación de la Bienaventurada Virgen María, fecha que conmemora hoy la Iglesia católica, tomó posesión de su sede el nuevo obispo de la diócesis de Pasto, monseñor Juan Carlos Cárdenas Toro. En su homilía centró la atención señalando que la figura de la Santísima Virgen María marcará la ruta de camino en esta nueva etapa de su vida diocesana. “De la mano de María Santísima, cuyo amor está profundamente arraigado en los nariñenses, nos sentimos llamados esta mañana a continuar “remando mar adentro”. Iluminado por la Palabra de Dios, el prelado propuso tres aspectos que considera animarán el caminar de esta jurisdicción: 1. «¡Alégrate y goza, hija de Sión!, que yo vengo a habitar dentro de ti» Este pasaje bíblico impregnaba un clamor, que en su momento invitaba al pueblo de Dios a levantarse en la alegría para asumir con esperanza su liberación. En este contexto se refirió al momento inusual que está viviendo el mundo por cuenta de la pandemia, incluyendo a la Iglesia, que ha tenido que continuar su caminar de fe con nuevos métodos. Observó que esta emergencia sanitaria está haciendo que la humanidad toque terrenos desconocidos y hostiles que nunca hubiera llegado a imaginar, o, que tal vez, daba por sentados tener seguros. Resaltó aspectos como la pérdida del empleo, la ausencia de bienes, el abrigo en los templos, los abrazos, la cercanía de los seres queridos y amigos que fallecieron sin haberles podido estrechar una mano o sepultar y hacer el duelo como es costumbre. "Como en aquel pueblo, hoy resuena en nosotros, nuevo pueblo de Dios que peregrina en estos tiempos pandémicos, el llamado a levantarnos con la certeza que Dios está en medio de nosotros, y su presencia –Él no es ausencia–, nos debe impulsar a romper, si no los confinamientos físicos, aquellos espirituales para abrirnos desde la esperanza a continuar contagiando a nuestros hermanos y hermanas de “la alegría del Evangelio”, a decirles con palabras y gestos que no están solos". Igualmente animó para que, a pesar de las dificultades, se camine de la mano con María y se elija buscar nuevos caminos. "Que ella nos ayude a abrirnos a la confianza filial, a sentirnos defendidos en nuestras tribulaciones e impulsados a ser comunidad cercana a los humildes y necesitados, consuelo para los que sufren". 2. «Estos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de mi Padre del cielo» Explicó como este texto presenta a María como la primera mujer que cree y hace la voluntad de Dios. Así mismo muestra a Jesús pasando las fronteras para presentar a los discípulos como miembros de la gran familia del Señor. Así también, resaltó la larga labor pastoral que la diócesis de Pasto ha recorrido, promoviendo un importante número de comunidades cristianas “evangelizadas y evangelizadoras, preocupadas por encarnar en la vida cotidiana las enseñanzas de Jesús (…) Escuchando las palabras del Señor, podemos decir que en ese esfuerzo se van tejiendo los vínculos de una gran familia. Desde esta perspectiva, la familia está llamada a ser primerísima comunidad creyente, Iglesia doméstica, y la comunidad eclesial debe afianzarse como familia de familias”. Monseñor Cárdenas dijo, además, que es importante seguir fortaleciendo los lazos que unen como hermanos a esta tierra nariñense, poniendo al servicio común de todos los talentos que Dios les ha regalado para servir a los más necesitados, ellos son: “las víctimas de las diferentes formas de violencia, los migrantes, los pobres, los que lloran la pérdida de sus seres queridos, los que han perdido su trabajo, entre otros”. 3. «Por tu Palabra echaré las redes» En este pasaje bíblico de Pedro, que presenta la escena de la pesca milagrosa, se inspiró el lema del nuevo obispo, quien dijo que “la auténtica alegría la experimentamos cuando en conciencia procuramos honestamente obedecer a Dios”. Advirtió que la tarea de la Iglesia no es “un proyecto personal o individual; es la respuesta a un llamado de alguien a quien respondemos, obedecemos y con quien nos comprometemos a sumar fuerzas caminando juntos”. “Parafraseando a María y a Pedro, le decimos al Señor esta mañana: aquí estamos, que se haga en nosotros según tu Palabra, tomamos en nuestras manos la red y seguimos bregando en este mar de la historia, con la certeza de que tú vienes con nosotros y será la confianza en ti y la docilidad a ti, lo que hará fructífera la misión”, puntualizó. Al finalizar la prédica pidió la intercesión de Nuestra Señora de La Merced, patrona y gobernadora vitalicia de Pasto. Nuncio Apostólico presenta recomendaciones pastorales al nuevo obispo Por su parte, monseñor Luis Mariano Montemayor, Nuncio Apostólico en Colombia, dirigió unas palabras al nuevo obispo, recordándole que el papa Francisco, al pedirle ser el pastor de esta Iglesia particular, le encomienda también unas acciones pastorales guiadas por el Espíritu Santo y en atención al contexto social y cultural del pueblo pastense. Cercanía y fraternidad con el clero y los fieles Invitó al nuevo obispo a cultivar una figura paterna y cercana con el clero y los fieles, tanto en la dimensión espiritual como pastoral, mostrando una actitud de escucha, alegre y comprensiva, que impregne en este público un nuevo entusiasmo para la vivencia cotidiana del Evangelio y la vida misionera de la Iglesia. Proyección de las obras diocesanas Al resaltar su formación académica, pastoral y administrativa, le encomendó liderar y gestionar los procesos necesarios en el mejoramiento y proyección de las obras que esta Iglesia particular tiene, advirtiéndole que son el pilar fundamental de la acción evangelizadora y caritativa de esta jurisdicción. Sensibilidad hacia lo social Al evidenciar la situación socio-económica y la inseguridad que azotan estas tierras de Cauca y Nariño, le recordó que es su tarea tener una sensibilidad particular hacia lo social. "El pueblo fiel espera encontrar en usted un defensor de los derechos de los más vulnerables, un guía experto de la comunidad diocesana, con una respuesta eficaz hacia las problemáticas más apremiantes que debe afrontar la pastoral de la diócesis". "En la mente del papa Francisco, que lo ha elegido y confiado en usted, los últimos, los excluidos, los desplazados, los alejados, los indiferentes, los no creyentes, en fin, todo el espectro de lo que se ha llamado las ‘periferias existenciales’, son encomendadas preferencialmente a su corazón de pastor". Atención a la crisis familiar Frente a esta problemática advirtió que la crisis familiar afecta a la sociedad contemporánea, pues fragiliza el tejido social y debilita la transmisión de los valores humanos y religiosos necesarios para sostener la vida de la comunidad. Al referirse a los jóvenes advirtió que la drogadicción, la criminalidad, el desempleo y la falta de oportunidades ha permitido que ellos no se proyecten hacia un futuro próspero. "Por eso, señor obispo, el acompañamiento pastoral y el sostén de la realidad familiar y juvenil de la diócesis exigen intensa presencia amorosa". Acogida a los migrantes Lo animó a seguir en marcha con los procesos que se adelantan en los municipios y ciudades del país, en atención a los migrantes, de manera particular a los venezolanos. "Le pido perseverancia en la generosa acogida de los hermanos venezolanos y le exhorto a poner en marcha una pastoral de migrantes capaz de abordar evangélicamente todas las dimensiones de este fenómeno". La pandemia. Propuestas pastorales novedosas Le recordó que la incertidumbre causada por la pandemia del Covid-19, con un futuro incierto, le exigen respuestas nuevas e inéditas "es el momento de la creatividad del espíritu y de la docilidad generosa a los signos de los tiempos para poder responder con altura evangélica a los retos del momento". Finalmente, le invitó para que en este nuevo caminar experimente la cercanía maternal de la Santísima Virgen María y la dulzura amorosa del Sagrado Corazón de Jesús, bajo cuya protección ha sido puesta la diócesis de Pasto. Siguiendo los cuidados de bioseguridad, al acto de posesión asistieron monseñor Luis Mariano Montemayor, Nuncio de Su Santidad en Colombia, un grupo reducido de arzobispos y obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, seminaristas, representantes laicales; el Gobernador de Nariño, Jhon Rojas; el alcalde de Pasto, Germán Chamorro De la Rosa; autoridades civiles, militares y de policía, y medios de comunicación.

Vie 17 Jul 2020

Comunicado de prensa de la Conferencia Episcopal de Colombia

Comunicado de prensa de la Conferencia Episcopal de Colombia [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Mar 3 Sep 2019

Nuncio observa implementación de los Acuerdos de Paz en el Catatumbo

El viernes 30 y sábado 31 de agosto, el Nuncio Apostólico del Papa Francisco en Colombia, Monseñor Luis Mariano Montemayor, estuvo en Norte de Santander, preocupado por el cumplimiento de los Acuerdos de Paz y para alentar la atención migratoria. "Estuve visitando Caño Indio, la sede de los antiguos miembros del Frente 33 de las FARC” (...) Es parte del recorrido que estoy haciendo, para verificar las condiciones de aplicación del Acuerdo de Paz y el estado de ánimo de los ex combatientes”, afirmóMontemayor, durante su visita a esta zona del país, en compañía del Obispo de Tibú, Monseñor Omar Sánchez Cubillos. El Nuncio aseguró que lo que pasó con Iván Márquez “lo veníamos venir”, pero constata que ha estado en cinco Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR), donde ninguno de los ex combatientes tiene ganas de volver, “de ahí no va a volver la mayor disidencia”. Finalizado su paso por Tibú, expresó: “venimos a decirles que no están solos, bien sea que se cumplan o no por parte del Estado todos los compromisos”, recalca en que en cualquier circunstancia, acompañarán a quienes dejaron las armas. En el ETCR de Caño Indio, Catatumbo, los ex guerrilleros reafirmaron su responsabilidad para dar cumplimiento a los Acuerdos de Paz, aseguran que seguirán en el proceso de reincorporación a la vida civil. Visita a la Casa de Paso ‘Divina Providencia’ El representante de Su Santidad, aseguró en su visita a Norte de Santander, que no podía dejar de ir a la Casa de Paso, ya que desde que llegó al país a asumir su rol, inmediatamente empezó a preocuparse por la frontera a causa de las migraciones de los venezolanos. El Nuncio manifestó su preocupación por la inestabilidad que vive Venezuela y “el colapso que nos causa a nosotros en Colombia. Ustedes saben que yo no soy Nuncio Apostólico en Venezuela, sino en Colombia, pero hasta la frontera me toca a mí, así que en cuanto ponen un pie aquí, esa es mi responsabilidad”. Destacó la labor del Obispo de la Diócesis de Cúcuta, Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, a quien alienta a expandir este servicio, el cual ya ha alcanzado grandes resultados. Monseñor Luis Mariano, testifica que “esta Casa es un milagro”, suceso que desglosa en tres milagros: 1. Nació por una iniciativa espontánea. 2. Hace posible que exista gracias a los voluntarios, sino sería inmanejable y nos permite expandirnos, porque tenemos la seguridad que el servicio lo podemos prestar. 3. No falta el arroz y el aceite, que es lo que pedimos siempre; y hasta ahora el milagro de las vasijas que no se vacían, se cumple. Destaca que llegan los recursos, los cuales no han sobrado, pero tampoco han faltado. Incluso, relata que la Cruz Roja, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), entre otras organizaciones internacionales, “no pueden creer que podamos dar la cantidad de almuerzos completos para desayunos y almuerzos, con poco presupuesto”. “Hay una administración eficiente y eso es un ejemplo a nivel internacional, eso hace que los organismos internacionales y agencias humanitarias quieran colaborar con la Casa de Paso; hasta el Estado Americano quiere trabajar con nosotros y nosotros estamos dispuestos a trabajar con quien quiera verdaderamente ayudar a los venezolanos, esa es nuestra preocupación”. Subraya la colaboración que siempre se ha recibido de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), “ha estado desde el principio y ha seguido, nosotros tenemos que reconocerlo y agradecerlo”. Otra cara de las migraciones es la salud, un tema que el Nuncio ve “marginado” por parte del Estado, y, aunque el campo de la salud no es el de la Iglesia, se han aprovechado los recursos que la caridad provee para dar asistencia sanitaria y pediátrica. “He constatado que hoy vienen muchas más mujeres embarazadas y con niños, que antes”. Mientras tanto, reveló que la Orden de Malta, la cual está conectada con la Santa Sede, está “pensando en hacer un esfuerzo por la salud aquí (…) su especialidad es propia de este campo”. Monseñor es realista con la situación e insiste en que Colombia no debe cerrar fronteras, “una solución a este problema no se resuelve porque se vaya Maduro (presidente de Venezuela), ni en seis meses o un año. Primero deben llevar a cabo elecciones legítimas, reconstruir la economía, y eso lleva a lo menos, una década”. Por esto, lamenta la falta de previsión del Estado colombiano en su sistema de salud, porque “los que más han sufrido son los cucuteños, han dejado de recibir la asistencia correcta” por el colapso en las entidades médicas. A pesar de esto, “admiro la paciencia y tolerancia del pueblo colombiano, en permitir que el venezolano sea asistido”. El mayor impacto del fenómeno migratorio se da en la frontera y desata una crisis, la cual, “no ha sido peor, gracias a la Iglesia colombiana, que ha sido de las primeras instituciones y de las más eficaces en ayudar”. Resalta el Nuncio que el Santo Padre apoya fuertemente el esfuerzo de la Iglesia en Colombia por dar este gesto de solidaridad a los hermanos venezolanos.

Vie 9 Ago 2019

Ceremonia de elevación del vicariato de San Vicente del Caguán a diócesis

En una ceremonia eucarística presidida por monseñor, Luis Mariano Montemayor, Nuncio Apostólico en Colombia, el sábado 10 de agosto, el vicariato apostólico de San Vicente del Caguán será elevado a diócesis, según designio de la Santa Sede. Monseñor Francisco Múnera Correa, quien hasta el momento se ha desempeñado como vicario, tomará posesión canónica como obispo diocesano. Durante la ceremonia el Nuncio Apostólico proclamará el Mandato Pontificio, conocido como la Bula, en el que se eleva el vicariato a diócesis. La eucaristía se realizará en la catedral Nuestra Señora de Las Mercedes, de esta ciudad, con la participación de los obispos de la región amazónica y de otras zonas del país, sacerdotes, religiosos, religiosas y la comunidad de fieles. Los actos previos a la ceremonia inician el viernes 9 de agosto, en horas de la noche, con un acto mariano de consagración a la Virgen de Las Mercedes como patrona y titular de esta Iglesia Particular. Por disposición del papa Francisco, el 30 de mayo de 2019, el vicariato apostólico de San Vicente del Caguán, departamento del Caquetá, fue elevado a diócesis y nombrado a monseñor Francisco Múnera Correa como obispo de esta nueva jurisdicción eclesiástica. El vicariato está conformado por 14 parroquias, distribuidas en tres zonas pastorales, comprendiendo un territorio de aproximadamente 37.000 Km2. Abarca las áreas de los municipios de San Vicente del Caguán, Cartagena del Chairá y un área rural de Puerto Rico (Caquetá). La población estimada es de alrededor de 110 mil personas, en su inmensa mayoría colonos ya arraigados en la región, aunque no deja de fluir el movimiento permanente de personas entre las áreas rurales y urbanas. Los dos centros urbanos (San Vicente y Cartagena) crecen aceleradamente, dada la dinámica económica pujante que ambos tienen y también gracias al mejoramiento de vías terciarias y al avance de la interconexión eléctrica en varios caseríos del área rural. También hacen presencia en el territorio algunas comunidades indígenas (de los pueblos Nasa, Embera- Chamí, entre otros), unas ubicadas en las áreas rurales y otras que se integran en las zonas urbanas. Grupos pequeños de población afro también están presentes y organizados.

Mar 2 Jul 2019

“Los momentos de crisis, son el lugar privilegiado de la fe”: Nuncio Apostólico

Siguiendo el texto del Evangelista San Mateo, que increpa a los discípulos con la pregunta “¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?”, el Nuncio Apostólico de Colombia, monseñor Luis Mariano Montemayor, durante la eucaristía del segundo día de la Asamblea, invitó a los obispos a tener confianza como Iglesia ante los momentos de crisis. “Me atrevo a decir, que los momentos de crisis son el lugar privilegiado de la fe. Si se quiere pasar a la otra orilla, tenderemos que exorcizar el miedo al abismo impetuoso y el miedo a la misma muerte. Y es lo que hace el Señor, que duerme y se despierta, que muere y resucita para romper definitivamente el muro que separa nuestra realidad humana de muerte, del su amoroso deseo de darnos vida y vida en abundancia”, afirmó. “¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?” Dijo entonces Jesús a sus discípulos y nos dice también hoy a nosotros. Miedo y confianza son dos sentimientos opuestos que se disputan el corazón del hombre. El primero lo paraliza y el segundo lo hace caminar. Si crece el uno, el otro decrece y viceversa. La confianza en cambio, proviene de la conciencia que Dios es Padre y tiene en cuenta todo lo que Él puede hacer por nosotros. La barca del Evangelio es entonces la comunidad de los creyentes, la Iglesia donde Jesús está siempre en medio de los suyos” dijo el prelado. “Cada uno de nosotros hoy, examine su actitud de confianza en el Señor, que Jesús no tenga que decirnos ¿por qué tenéis miedo, hombres de poca fe? Recordemos continuamente en nuestro corazón, como María, que todo es posible para aquel que cree Mc 9, 23. Es el mismo Señor quien nos ha dicho: Os aseguro que el que cree en mi hará también las obras que yo hago, incluso otras mayores”, finalizó el obispo.