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obispo de tibú

Vie 5 Nov 2021

El Papa Francisco nombra obispo para la Diócesis de Tibú

El padre Israel Bravo Cortés, fue nombrado por el Papa Francisco como nuevo obispo de la sede de Tibú, en el Departamento Norte de Santander, convirtiéndose en el sexto prelado desde que se fundó la diócesis en 1998. El nuevo obispo de Tibú viene de ocupar el cargo como Vicario General de la Diócesis de Cúcuta, desde el año 2016. Perfil del padre ISRAEL BRAVO CORTÉS Nació en El Espinal -Tolima- el 4 de Junio de 1971. Fue ordenado sacerdote el 1 de febrero de 1998, para la diócesis de Cúcuta. Realizó los estudios de filosofía y teología en el Seminario Mayor de San José de Cúcuta, 1989 - 1997. Es licenciado en teología de la Pontificia Universidad Javeriana y licenciado en filosofía con especialización en comunicación social por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Como ministro consagrado ha sido, entre otros, vicario parroquial en la parroquia San Pedro Claver, 1997, durante su diaconado transitorio. Vicario parroquial de Ntra. Sra. del Rosario en el municipio de Villa del Rosario, 1998; administrador parroquial de San Judas Tadeo de Villa del Rosario y posteriormente párroco de la misma comunidad de 1999 al 2003. En Roma estuvo del 2003 al 2005 en licencia de estudios; en dos periodos, del 2005 al 2010 y del 2012 al 2014, fue formador del Seminario Mayor de San José de Cúcuta. Mientras adelantaba estudios de maestría en filosofía en la Pontificia Universidad Javeriana, fue administrador parroquial de San Martín de Porres de la Arquidiócesis de Bogotá del 2010 al 2012. Al retornar a su diócesis, fue párroco de la Basílica Menor de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá del 2014 al 2021. Desde el 2016, ha sido Vicario General, miembro del Consejo Presbiteral y del Colegio de Consultores, delegado diocesano de pastoral juvenil y miembro de la Comisión de medios de Comunicación Social. El 5 de noviembre del 2021, el Santo Padre Francisco lo nombró como el sexto obispo de la Diócesis de Tibú. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar BIOGRAFÍA[/icon]

Vie 16 Oct 2020

Arzobispo electo de Popayán, entre la nostalgia y la alegría

Para monseñor Omar Sánchez Cubillos, arzobispo electo de Popayán, su nombramiento es un nuevo envío que el Señor le hace y lo recibe en obediencia. “Desde la perspectiva de la fe interpretamos el querer de Dios, porque cada nombramiento al servicio del pueblo de Dios es siempre una llamada, una renovación vocacional, un nuevo envío que el Señor nos hace (…) así que, el Papa Francisco expresa esa llamada en la tarea que hoy me encomienda y con obediencia la acepto”, aseveró. Reconoce el desafío que le espera, al aceptar con humildad y sencillez no tener mayor conocimiento de estos territorios payaneses y caucanos, diferente a lo que se habla de ellos a través de los medios de comunicación. “Tengo que ser franco, porque solo conozco lo que a través de los medios se percibe de Popayán y del Cauca; estoy seguro de la calidez de su gente, de su rica cultura, de todos los matices que tienen con las comunidades indígenas y el mundo afro y de esa expresión de fe tan honrosa y bella que hay en estos territorios”. En este contexto, admite su temor por empezar a caminar en estos territorios nuevos para él, pero pide la paciencia de cada uno de sus habitantes para irse adaptando y poder ofrecer así lo mejor de su servicio pastoral a las comunidades. “En obediencia al Papa Francisco estoy en disponibilidad para acompañar, hacer presencia y estar en medio de esa nueva comunidad que el Señor me confía, por lo cual suplico de todos ustedes su oración y paciencia para que podamos hacer las adaptaciones en el camino que iniciamos juntos(…)Tardaré un par de meses, pero nos daremos el espacio y el tiempo para conocernos, compartir y aprender a interpretar el territorio y poder desde lo que esté a mi alcance servirlo con todas mis fuerzas con el deseo de hacer la voluntad del Señor”. El prelado observa que este, como otros territorios en Colombia padece el dolor, mantiene problemasy situaciones complejas, pero también reconoce que hay grandes potenciales de los que dijo está ansioso de poder disfrutar “porque cada territorio tiene unas riquezas de las que uno se nutre y en las que seguramente se podrá aportar (…) Estaré en un territorio pluricultural, en un territorio con lesiones, como donde estoy viviendo actualmente, que tienen grandes ausencias de procesos sólidos, que van consolidando salidas a los problemas de manera pertinente (…) Espero pues que todo lo que pueda aportar sea de utilidad para este territorio del Cauca y para todo lo que significa esta arquidiócesis tan importante para el país”. Tender puentes de diálogo y escucha No se atreve a hacer aproximaciones de lo que podría faltarle al Cauca en materia de reconciliación, pues considera que hablar de un territorio supone haber vivido en él. Anota que prefiere percibirlo de quienes lo han trabajado, sufrido y construido. Además, apunta que desea primero llegar a escuchar y tender puentes de diálogo con el fin de poder ir leyendo e interpretando estas realidades. “Son muchas las heridas que los territorios con estas características deben sanar, por ahora solo me aproximo a un deseo muy grande de ayudar en lo que esté a mi alcance. Estoy seguro que tendremos que sumar en la dirección de lo que signifique reconciliar a este país y, por su puesto, si el Cauca hace su tarea, le suma muchísimo a un país que hoy mira hacia esta región con preocupación”, puntualizó. “Estoy en duelo de dejar una comunidad que aprendí a querer” Reconoce la tristeza que le da dejar los territorios de la diócesis de Tibú, que a lo largo de 9 años pastoreó, región que no es ajena a unas problemáticas sociales complejas y donde la violencia también se ensaña contra la población. Señala que extrañará su gente, sus comunidades, su clero ylos procesos que se vienen adelantando. “Por ahora estoy en el duelo de dejar una comunidad que uno aprende a querer a pesar de que tiene tantas dificultades, quizás por eso uno se apega o se aferra y de consecuencia también va a ser doloroso para mí partir de aquí, ya tendré el tiempo de recomponerme, de poner todo mi corazón y mis fuerzas en este nuevo caminar pastoral”. “Tengo la alegría de llegar a una Iglesia viva” Así mismo, expresa que lo llena de confianza y alegría el saber que llega a una jurisdicción donde hay una Iglesia viva en la fe y en procesos. “Tengo la alegría de saber que hay una Iglesia muy viva y pertinente en el territorio, eso me llena de confianza para poder empezar un ministerio tan exigente como el que el Papa me ha confiado. (…) Sé que hay un presbiterio muy comprometido, una Iglesia muy consolidada y unascomunidades muy fuertes, estoy seguro que tendremos que sumar fuerzas en la dirección de lo que signifique reconciliar esta región”. Finalmente, extendió un saludo y la bendición sobre todo el pueblo payanés, suplicando de ellos sus oraciones para que el tiempo que el Señor le tenga en estos territorios, sean fructíferos. “Un saludo muy especial a todo el pueblo payanés. Los abrazo desde Tibú con la esperanza de que al llegar nos podamos encontrar, sentirnos como un solo pueblo y que me hagan parte de sus comunidades. Suplico su oración por mí y mi ministerio, de mi parte pido a Dios que bendiga esa tierra del cauca y a Popayán”.

Lun 12 Oct 2020

Nuevo Arzobispo de Popayán

El Papa Francisco ha nombrado como nuevo arzobispo de Popayán a monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, hasta el momento obispo de Tibú. BIOGRAFÍA DE MONSEÑOR OMAR ALBERTO SÁNCHEZ CUBILLOS Nació en Cogua-Cundinamarca, Diócesis de Zipaquirá, el 20 de septiembre de 1963; en su pueblo natal realizó sus estudios básicos de primaria y secundaria. Ingresó en la Orden de Predicadores, para la Provincia de San Luis Bertrán en Colombia el 7 de diciembre de 1982. Inició el noviciado el 1 de febrero de 1983. Hizo su primera profesión religiosa el 2 de febrero de 1984 y la profesión solemne, e12 de febrero de 1989. Adelantó su formación filosófica y teológica en el Studium Generale de la Orden Dominicana en Colombia. Fue ordenado sacerdote el 17 de febrero de 1990. Prosiguió sus estudios en la Universidad Santo Tomás de Bogotá, donde obtuvo la licenciatura en filosofía y ciencias religiosas y posteriormente se especializó en teología dogmática en la Pontificia Universidad Santo Tomás de Roma y en Gerencia de Instituciones de Educación Superior en la Universidad Santo Tomás de Bogotá. En sus 20 años de ministerio sacerdotal le han sido encomendadas las siguientes tareas y responsabilidades pastorales: Profesor de humanidades en la Universidad Santo Tomás (1997-1998); • Párroco de la Parroquia de San Luis Beltrán en Barranquilla (1999); Fundador de la Comunidad Dominicana de Villavicencio y director del Centro de Educación a Distancia en esa ciudad; • Presidente de la junta directiva de la ONG "Corporación Dominicana opción vida, justicia y paz" y vocal de la misma; • Consejero Provincial (1994-1998); • Prior del Convento de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá y • Rector del Santuario Mariano Nacional (2003-2009); • Superior de la casa José de Calasanz Vela en Villavicencio (2010). • Miembro del Consejo Provincial; • Prior del Convento Cristo Rey en la ciudad de Bucaramanga y colaborador en la Universidad santo Tomás de Aquino en la misma. El Santo Padre Benedicto XVI, lo nombró como Obispo de Tibú el 7 de junio de 2011. Recibió su ordenación Episcopal del 8 de agosto de 2011 y tomó posesión canónica de la Diócesis de Tibú el 3 de septiembre del mismo año.

Mar 25 Feb 2020

"Pedimos soluciones de afuera y las merecemos, pero en ellas no están todas las salidas": obispo de Tibú

Ante la actual situación que afronta el Catatumbo, el obispo de la diócesis de Tibú, monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, ofreció un mensaje a la comunidad de fe y a todos los que hacen parte de esta región del país, para que vean en esta crisis grandes oportunidades y actúen de manera particular como parte de la solución de los problemas. “Estamos unos y otros diciendo sobre nuestra realidad siempre lo mismo y culpando a los mismos (…) Si no somos capaces de leer correctamente lo que nos está pasando y nos quedamos atrapados en las coyunturas sin ir a la raíz de nuestros problemas, no sabremos apostar por una solución efectiva”, afirmó el prelado. Sostuvo que es importante conocer el territorio que se habita, sus dinamismos, sus intereses y protagonistas para no hacer lecturas básicas que arrojen soluciones erradas. “Creemos que conocemos nuestro territorio, pero puede ser que no sea así, no parece que nos esforcemos en relacionar todo lo que hay en él (…) Nuestro conocimiento es pobre si lo hacemos desde nuestros intereses particulares y limitados o simplemente desde lo que los otros nos dicen; tal vez no estamos haciendo el diagnóstico correcto y por eso nos enfocamos en soluciones erradas”. Monseñor Sánchez asintió que, si bien se tiene la potestad de exigir desde afuera a las instancias garantes por el respeto a los derechos de las personas, también es un hecho que esto ha permitido una parálisis y una justificación para no actuar internamente, por lo que animó a reflexionar en familia y a nivel comunitario en la construcción de un futuro compartido. “Queremos y pedimos soluciones de afuera y las merecemos, pero en ella no están todas nuestras salidas de fondo, nuestros problemas salen también de adentro (...) Los invito a pensar a cada uno en su futuro personal; aquí, en este territorio de bondades y dolores, pensemos en nuestro futuro con nuestra familia, para dónde vamos con ella, pensemos en nuestro territorio, qué futuro nos espera. Cada campesino humilde, cada comerciante, cada transportador, cada pobre y cada rico, el adulto y el joven, los doctos y los sencillos, tenemos que pensar en esto ahora sin buscar culpables que es lo más fácil y suele ser una trampa que nos impide mirar hacia adentro y hacia adelante”, aseveró. Al recordar, desde el cristianismo, que Dios siempre está con su pueblo y no lo abandona, que las soluciones no son simples porque los problemas son complejos y, por esto, “no hay que perder el aliento, la cordura, la sensatez ni el interés para seguir trabajando con persistencia y realismo contra todo lo que nos hace daño y particularmente a esta tierra bendita (…) Porque esta tierra necesita un proceso fuerte y claro para pasar de los criterios que nos están finalmente destruyendo a los criterios de Jesús que dan vida”. Finalmente, dijo que la crisis que vive actualmente el Catatumbo no es una crisis social sino humana, “no se trata de volver a esa normalidad por la que todos claman, que es dolorosamente anormal y, por tanto, no tiene ingredientes de solución plena para todos”. Aseguró que es importante ir a la raíz de los problemas donde se necesitará de la ayuda de todos para llegar a la verdadera libertad de los pueblos: “un pueblo de Dios que camina hacia la verdadera libertad, este es un pueblo valiente, trabajador, inquebrantable, capaz de levantarse siempre y de seguro que así saldremos adelante”.

Mar 3 Sep 2019

Nuncio observa implementación de los Acuerdos de Paz en el Catatumbo

El viernes 30 y sábado 31 de agosto, el Nuncio Apostólico del Papa Francisco en Colombia, Monseñor Luis Mariano Montemayor, estuvo en Norte de Santander, preocupado por el cumplimiento de los Acuerdos de Paz y para alentar la atención migratoria. "Estuve visitando Caño Indio, la sede de los antiguos miembros del Frente 33 de las FARC” (...) Es parte del recorrido que estoy haciendo, para verificar las condiciones de aplicación del Acuerdo de Paz y el estado de ánimo de los ex combatientes”, afirmóMontemayor, durante su visita a esta zona del país, en compañía del Obispo de Tibú, Monseñor Omar Sánchez Cubillos. El Nuncio aseguró que lo que pasó con Iván Márquez “lo veníamos venir”, pero constata que ha estado en cinco Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR), donde ninguno de los ex combatientes tiene ganas de volver, “de ahí no va a volver la mayor disidencia”. Finalizado su paso por Tibú, expresó: “venimos a decirles que no están solos, bien sea que se cumplan o no por parte del Estado todos los compromisos”, recalca en que en cualquier circunstancia, acompañarán a quienes dejaron las armas. En el ETCR de Caño Indio, Catatumbo, los ex guerrilleros reafirmaron su responsabilidad para dar cumplimiento a los Acuerdos de Paz, aseguran que seguirán en el proceso de reincorporación a la vida civil. Visita a la Casa de Paso ‘Divina Providencia’ El representante de Su Santidad, aseguró en su visita a Norte de Santander, que no podía dejar de ir a la Casa de Paso, ya que desde que llegó al país a asumir su rol, inmediatamente empezó a preocuparse por la frontera a causa de las migraciones de los venezolanos. El Nuncio manifestó su preocupación por la inestabilidad que vive Venezuela y “el colapso que nos causa a nosotros en Colombia. Ustedes saben que yo no soy Nuncio Apostólico en Venezuela, sino en Colombia, pero hasta la frontera me toca a mí, así que en cuanto ponen un pie aquí, esa es mi responsabilidad”. Destacó la labor del Obispo de la Diócesis de Cúcuta, Monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid, a quien alienta a expandir este servicio, el cual ya ha alcanzado grandes resultados. Monseñor Luis Mariano, testifica que “esta Casa es un milagro”, suceso que desglosa en tres milagros: 1. Nació por una iniciativa espontánea. 2. Hace posible que exista gracias a los voluntarios, sino sería inmanejable y nos permite expandirnos, porque tenemos la seguridad que el servicio lo podemos prestar. 3. No falta el arroz y el aceite, que es lo que pedimos siempre; y hasta ahora el milagro de las vasijas que no se vacían, se cumple. Destaca que llegan los recursos, los cuales no han sobrado, pero tampoco han faltado. Incluso, relata que la Cruz Roja, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), entre otras organizaciones internacionales, “no pueden creer que podamos dar la cantidad de almuerzos completos para desayunos y almuerzos, con poco presupuesto”. “Hay una administración eficiente y eso es un ejemplo a nivel internacional, eso hace que los organismos internacionales y agencias humanitarias quieran colaborar con la Casa de Paso; hasta el Estado Americano quiere trabajar con nosotros y nosotros estamos dispuestos a trabajar con quien quiera verdaderamente ayudar a los venezolanos, esa es nuestra preocupación”. Subraya la colaboración que siempre se ha recibido de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), “ha estado desde el principio y ha seguido, nosotros tenemos que reconocerlo y agradecerlo”. Otra cara de las migraciones es la salud, un tema que el Nuncio ve “marginado” por parte del Estado, y, aunque el campo de la salud no es el de la Iglesia, se han aprovechado los recursos que la caridad provee para dar asistencia sanitaria y pediátrica. “He constatado que hoy vienen muchas más mujeres embarazadas y con niños, que antes”. Mientras tanto, reveló que la Orden de Malta, la cual está conectada con la Santa Sede, está “pensando en hacer un esfuerzo por la salud aquí (…) su especialidad es propia de este campo”. Monseñor es realista con la situación e insiste en que Colombia no debe cerrar fronteras, “una solución a este problema no se resuelve porque se vaya Maduro (presidente de Venezuela), ni en seis meses o un año. Primero deben llevar a cabo elecciones legítimas, reconstruir la economía, y eso lleva a lo menos, una década”. Por esto, lamenta la falta de previsión del Estado colombiano en su sistema de salud, porque “los que más han sufrido son los cucuteños, han dejado de recibir la asistencia correcta” por el colapso en las entidades médicas. A pesar de esto, “admiro la paciencia y tolerancia del pueblo colombiano, en permitir que el venezolano sea asistido”. El mayor impacto del fenómeno migratorio se da en la frontera y desata una crisis, la cual, “no ha sido peor, gracias a la Iglesia colombiana, que ha sido de las primeras instituciones y de las más eficaces en ayudar”. Resalta el Nuncio que el Santo Padre apoya fuertemente el esfuerzo de la Iglesia en Colombia por dar este gesto de solidaridad a los hermanos venezolanos.

Lun 11 Feb 2019

El Catatumbo, realidad de la Colombia profunda

Temor, miedo, zozobra y convivir con la cultura de la muerte es el pan de cada día de más de un millón de personas que habitan a lo largo y ancho de la región del Catatumbo en nuestro país. Las extensas siembras y cultivo de la planta de coca es la bandera que marca este territorio, regido además, por toda clase de acciones ilícitas y desorden moral. Conviviendo con esta realidad, la presencia de la Iglesia no está al margen. Todo lo contrario. Su trabajo es relevante pero prudente y laborioso. A través de sus representantes los obispos y presbíteros escuchan, ven y tienden puentes de diálogo entre las partes enfrentadas, como el ELN y el EPL, entre otros grupos armados vigentes en esta zona. Atienden a la sociedad civil y pastorean a una comunidad que vive entre la incertidumbre por sobrevivir y el miedo. Paciencia activa La Iglesia también proporciona esperanza en este territorio donde la tensión es continua, que sueña que el Catatumbo algún día pueda vivir en paz. Son muchos, también, los actores que intervienen para aportar un cambio positivo y de renovación en estas tierras, como la cooperación de organismos internacionales como la OEA, las Naciones Unidas, embajadas, organizaciones campesinas, entre otros. Y, por supuesto, animan a que el Estado, fije sus ojos en esta cruda realidad y se logre un cambio en este territorio. Recordemos que el Catatumbo o Región del Catatumbo, como también se le conoce, pertenece al departamento de Norte de Santander, en el noroccidente de Colombia y se extiende hasta la zona de Maracaibo en la República Bolivariana de Venezuela, por lo que se considera una región “transfronteriza”. Cuenta con 33 municipios y una población con alrededor de 1.200.000 habitantes. El obispo de la diócesis de Tibú, Ómar Alberto Sánchez Cubillos, perteneciente a la orden de los dominicos, concedió a la oficina de comunicaciones de la arquidiócesis de Bogotá una entrevista y describe con sus palabras la realidad de esta región del país. Fuente: Of. de comunicaciones arquidiócesis de Bogotá

Jue 3 Mayo 2018

Catatumbo: “La gente como que perdió el miedo”

El obispo de Tibú ha sido uno de los protagonistas de las movilizaciones en Catatumbo para parar la violencia desatada en la zona en estos meses. Su visión del problema de la coca y del papel de guerrillas y Estado es clarificadora. Monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, Obispo de Tibú, ha sido una voz crítica y valiente en aquella región abandonada por el Estado. Monseñor también ha liderado las recientes protestas en el Catatumbo en contra de la guerra. Cerca de cien mil personas se han visto afectadas por la confrontación que mantienen el Ejército Popular de Liberación (EPL) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), dos guerrillas que se disputan el control de la zona. Colombia Plural conversó con él para entender mejor lo que está pasando en el Catatumbo. La siguiente es la entrevista que Monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, Obispo de Tibú, concedió al portal COLOMBIA PLURAL. — ¿Cómo está la crisis humanitaria hoy después de cuatro meses de enfrentamientos entre las dos guerrillas? Hasta donde sabía estábamos cerca de los seis mil desplazados, hay veredas confinadas. La cifra de muertos es incierta, porque a lo mejor si han caído en el campo ellos no van a dejar ver sus víctimas, pero las ha habido, de hecho esta semana mataron a un líder conocido del EPL. El EPL tiene tomados unos muchachos como rehenes, que no sé si ya los estarán devolviendo. — Usted dice que nunca había visto movilizaciones tan grandes y potentes en el Catatumbo exigiéndole a los grupos armados que cesen la confrontación. ¿Algo está cambiando? Por venir de afuera uno puede tener la percepción de que la cultura en el Catatumbo es de resignación frente a los grupos armados, es decir, vamos a sobrevivir con este grupo y lo tenemos que tolerar. La gente se ha adaptado para sobrevivir y tiene un código de resignación muy alto. ¿Qué es lo nuevo? Al comienzo de la confrontación lo que uno percibía es que los líderes deseaban que las guerrillas sólo se pusieran de acuerdo, consideraban que eso era suficiente. Pero el pueblo del Catatumbo es un pueblo parado, valiente, fuerte, que aguanta muchas cosas, así que el boicoteo que hizo el EPL con el paro armado fue muy mal pensado porque sumó todas las voluntades contra la guerra. El paro fue una estrategia que no se sabía si era de guerra o de paz: poner la gente en la mitad para presionar una negociación con el ELN, pero finalmente les sucedió al revés porque la gente hizo unas expresiones contra la guerra tremendas, que no es tan fácil porque estos grupos están muy insertados y vinculados con la comunidad, pero en ese sentido ahí hay una circunstancia nueva: la gente como que perdió el miedo. Nuestras comunidades están viendo que pueden hacer algo más que aguantar la guerra. Si un pueblo logra pasar de su mentalidad derrotada o derrotista empieza a imaginarse nuevos escenarios, por ejemplo, yo en una de esas manifestaciones les preguntaba: ¿por qué no podemos soñar que mañana no hay coca? Imaginémonos cómo sería esto sin coca, imaginémonos qué pasaría si este Catatumbo no tuviera ni un grupo armado. ¿Cómo viviríamos? ¿Cómo nos relacionaríamos? ¿Cómo produciríamos? Imaginémonos que el Estado no es el enemigo nuestro que nos olvidó, sino que es el aliado en la construcción de futuro. Ese imaginario hay que despertarlo porque ellos no lo tienen, pienso que la tarea nuestra es en esa dirección. — Justo en el Catatumbo empezó a fracasar el programa de sustitución de cultivos porque el Estado le incumplió a los campesinos, ¿Cómo va eso? Nosotros dijimos “mientras estos están en guerra nosotros salvemos el programa de sustitución voluntaria y los planes especiales para los municipios priorizados, que nuestras comunidades no se quedaran sin esos marcos de proyección a diez años”. Esa fue nuestra apuesta con los alcaldes y el Gobierno entendió eso, ahora, no es claro que en estos tres meses tengan la capacidad de moverse más rápidamente. Pero realmente sí hay muy pocas personas que se inscribieron en el programa de sustitución de cultivos y el Gobierno no tiene la gerencia ni la habilidad para cumplirle a los campesinos que dan ese paso de dejar la coca. Definitivamente, la gente está lista pero no frente a un Estado tan débil y tan poco asertivo, si el Estado cumpliera la gente daría pasos más rápidos. — ¿Ha habido presión de los grupos armados para que la sustitución no avance? No se han enfrentado porque hay tanta coca, es tan masiva, que el programa todavía no representa una amenaza para ellos, la tendencia es a que la coca no se quita. Los campesinos que firmaron los acuerdos son muy poquitos, están en Caño Indio en una vereda en particular y en este momento están centralizados sólo Tibú y Sardinata. Aunque sí hubo un caso de amenaza a un líder de una comunidad que se ha puesto en la tarea de promover la sustitución, le dijeron: “Quédese callado, no se meta en eso”. Hay intereses concretos de mucha gente que vive de la coca, no sólo de las guerrillas. — El Ejército de Liberación Nacional se negó durante muchos años a mezclarse con el narcotráfico ¿Están involucrados ahora en ese negocio? Sí, eran muy reacios, de hecho yo creo que fueron ellos los que acabaron la coca en Arauca. Acá es diferente, diciéndolo francamente ellos tuvieron que decidir entre ser cómplices o enfrentarse a la gente, porque la gente se lo impuso. Digamos que no manejan líneas ni cargamentos, pero la cultura coquera lo que hace es mover mucha plata. Por ejemplo, por cada canasta de cerveza son diez mil pesos de ganancias para las guerrillas. — Además, el Catatumbo tiene un problema de superposición territorial muy fuerte: hay tierras despojadas y reclamantes, hay Parques y Reservas Naturales, hay colonos, hay resguardos indígenas y hasta un proyecto de Reserva Campesina… Es un territorio que tiene toda la informalidad en tema de tierra y va a ser muy difícil solucionar eso porque casi nadie tiene escrituras públicas, son posesiones o documentos de compraventa. El tema de tierras para mí en este momento no es un problema fundamental, lo será en otro momento, cuando la gente vaya a pedir un préstamo en el banco y necesite las escrituras de su finca. Para mí, el punto de quiebre en ese territorio, en la línea que abrieron los acuerdos de La Habana, sería administrar correctamente el problema de los cultivos ilícitos, si la coca comienza a disminuir en el territorio va a haber un problema porque es la riqueza que trae la coca la que alimenta los grupos armados, es mucho dinero que se mueve. — El Ejército Popular de Liberación es menospreciado por el gobierno, que los llama la banda de “Los pelusos” ¿Usted cree que sean un actor político? El EPL tiene una cepa muy revolucionaria, ahí hay unos “cacaos” de lo que quedó del EPL original que son muy radicales y no dieron el paso a la paz cuando hubo el acuerdo con esa guerrilla. Esa base existe, es ideológica, pero es una base pequeña, casi que invisible, incluso se dice que no están en el territorio. Es indudable que el ELN tiene una mayor formación política e ideológica en sus miembros. El EPL empezó a reproducirse a partir de Megateo [Víctor Ramón Navarro, comandante del EP, muerto en 2015] porque él tenía el propósito de hacer crecer esa guerrilla, pero lo hizo de un modo no muy revolucionario, enrolando jóvenes sin formación política, sólo por la atracción de las armas. Megateo se estaba convirtiendo en un estorbo para esa cepa original del EPL, era algo así como una especie de mafioso que desfiguraba la cosa. Yo pensé que después de la muerte de Megateo se iba a calmar la situación y fue al revés, empezó a crecer y ahora no hay una unidad de mando, hay un montón de caudillismos. Fuente: Colombia plural

Mié 14 Sep 2016

"Tengo la activa esperanza de que el ELN pronto negociará": Obispo de Tibú

Con relación al paro armado que lleva adelante el Ejercito de Liberación Nacional (ELN) en seis departamentos del país, el obispo de Tibú, monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, aseguró que es una demostración de fuerza, vigencia y de que no están derrotados, además dijo que estas acciones se presentan previas a procesos de negociación. "Tengo la activa esperanza de que el ELN pronto va tomar las acciones hacia la tendencia a la que va el país", afirmó. [icon class='fa fa-microphone' link='']ENTREVISTA MONSEÑOR OMAR ALBERTO SÁCHEZ CUBILLOS[/icon] Monseñor Sánchez Cubillos comentó que "ya hay unos pasos con el ELN que hace unos dos o tres años no existían". "Yo creo que van hacer capaces, ellos y el Gobierno de llegar a un acuerdo", añadió. En relación al plebiscito, el jerarca católico cree que el ELN estará muy atento a los resultados para ver la actitud de los colombianos. "Yo creo que el ELN está muy atento para ver si los colombianos están decididos a aceptar que se acuerden las cosas, recibir a unos actores que han sido leídos de forma muy radical y que pareciera que no se les diera cabida y con escasa capacidad de perdón y reencuentro", afirmó. Punto de quiebre Para el obispo los acuerdos de La Habana son un punto de quiebre para el país. Si bien estos acuerdos no representan todos los insumos para alcanzar una paz plena, es un punto para empezar a diseñarla y construirla. "El país está delante de una decisión muy importante para que pueda ingresar a un dinamismo nuevo que genere una tendencia que involucre a aquellos que casi nunca han entrado en esta franja. Es un punto de quiebre que ningún colombiano puede pasar distraído", aseguró. En esta misma tónica aseguró que la participación en el plebiscito es un asunto ético, de amor patrio y un referente cristiano en un mundo que se desangra. Retomando las consecuencias del paro, el prelado, informó que en su región la gente acató el paro, no hay transporte entre Cúcuta y Tibú, si bien hay comercio se puede percibir que la actividad no es normal. El paro armado comenzó el lunes 12 y concluye el 15. Afecta a los departamentos de Arauca, Boyacá, Casanare, Santander, Norte de Santander y Vichada.