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patris corde

Vie 14 Ene 2022

FRANCISCO: La paternidad en tiempos de COVID y el testimonio de San José

Entrevista del Papa Francisco con los medios vaticanos sobre la paternidad en tiempos del Covid y el testimonio de San José, ejemplo de fuerza y ternura para los padres de hoy. El Año especial sobre San José se concluyó el pasado 8 de diciembre, pero la atención y el amor del Papa Francisco por este Santo no se han concluido, es más, se desarrollan aún más con las catequesis que, desde el pasado 17 de noviembre, se están centrando en la figura del Patrón de la Iglesia universal. L’Osservatore Romano, el periódico del Papa, ha publicado una columna mensual a lo largo de todo el 2021. También la ha recogido el portal de Vatican News. Han dedicado cada número a un capítulo de la Carta Apostólica sobre San José. Esa columna que ha hablado de padres, pero también de hijos y de madres en diálogo ideal con el Esposo de María, ha suscitado el deseo de poder confrontar al Papa precisamente sobre el tema de la paternidad en sus diversas facetas, desafíos y complejidades. El resultado es esta entrevista, en la que Francisco responde a nuestras preguntas mostrando todo su amor por la familia, su proximidad a quien experimenta el sufrimiento y el abrazo de la Iglesia a los padres y a las madres que hoy deben afrontar miles de dificultades para dar un futuro a sus hijos. Pregunta: Santo Padre, usted ha establecido un Año especial dedicado a San José, ha escrito una carta, la Patris Corde, y está llevando a cabo un ciclo de catequesis dedicadas a su figura. ¿Qué representa San José para usted? Respuesta: Nunca he escondido la sintonía que siento hacia la figura de San José. Creo que esto viene de mi infancia, de mi formación. Desde siempre he cultivado una devoción especial por San José porque creo que su figura representa, de manera hermosa y especial, lo que debería ser la fe cristiana para cada uno de nosotros. José, de hecho, es un hombre normal y su santidad consiste precisamente en haberse convertido en santo a través de las circunstancias buenas y malas que ha debido vivir y afrontar. No podemos tampoco esconder que a San José lo encontramos en el Evangelio, sobre todo en los relatos de Mateo y de Lucas, como un protagonista importante de los inicios de la historia de la salvación. En efecto, los acontecimientos que rodearon el nacimiento de Jesús fueron acontecimientos difíciles, llenos de obstáculos, de problemas, de persecuciones, de oscuridad y Dios, para ir al encuentro de Su Hijo que nacía e el mundo le coloca al lado a María y a José. Si María es aquella que dio al mundo el Verbo hecho carne, José es aquel que lo defendió, que lo protegió, que lo alimentó, que lo hizo crecer. En él podremos decir que está el hombre de los tiempos difíciles, el hombre concreto, el hombre que sabe asumir la responsabilidad. En este sentido, en San José se unen dos características. Por una parte, su fuerte espiritualidad se traduce en el Evangelio a través de los relatos de los sueños; estos relatos atestiguan la capacidad de José para escuchar a Dios que habla a su corazón. Sólo una persona que reza, que tiene una intensa vida espiritual, puede tener también la capacidad de distinguir la voz de Dios en medio de las muchas voces que nos habitan. Junto a esta característica después hay otra: José es el hombre concreto, es decir, el hombre que afronta los problemas con extrema practicidad, y frente a las dificultades y a los obstáculos, no asume nunca la posición del victimismo. En cambio, se sitúa siempre en la perspectiva de reaccionar, de corresponder, de fiarse de Dios y de encontrar una solución de manera creativa. Pregunta: ¿Esta atención renovada a San José en este momento de prueba tan grande asume un significado particular? Respuesta: El tiempo que estamos viviendo es un tiempo difícil marcado por la pandemia del coronavirus. Muchas personas sufren, muchas familias están en dificultades, muchas personas se ven asediadas por la angustia de la muerte, de un futuro incierto. He pensado que precisamente en un tiempo tan difícil necesitamos a alguien que pueda animarnos, ayudarnos, inspirarnos, para entender cuál es el modo juntos para saber afrontar estos momentos de oscuridad. José es un testimonio luminoso en tiempos oscuros. He aquí por qué era justo darle espacio en este tiempo para poder volver a encontrar el camino. Pregunta: Su ministerio petrino inició precisamente el 19 de marzo, día de la fiesta de San José… Respuesta: He considerado siempre una delicadeza del cielo poder iniciar mi ministerio petrino el 19 de marzo. Creo que, de algún modo, San José me ha querido decir que continuaría ayudándome, estando junto a mí y yo podría continuar pensando en él como un amigo al que dirigirme, al que confiarme, al que pedir que interceda y rece por mí. Pero ciertamente esta relación, que se da por la comunión de los santos, no sólo me está reservada a mí, creo que puede ser de ayuda para muchos. Por eso espero que el año dedicado a San José haya llevado a muchos cristianos a redescubrir el profundo valor de la comunión de los santos, que no es una comunión abstracta, sino una comunión concreta que se expresa en una relación concreta y tiene consecuencias concretas. Pregunta: En la columna sobre la Patris Corde, organizada por L´Osservatore Romano durante el Año especial dedicado a San José, hemos enlazado la vida del Santo con la de los padres, pero también con la de los hijos de hoy. ¿Qué pueden recibir del diálogo con San José los hijos de hoy, es decir, los padres del mañana? Respuesta: No se nace padres, pero ciertamente todos nacemos hijos. Esta es la primera cosa que debemos considerar, es decir, cada uno de nosotros más allá de lo que la vida le ha reservado, es sobre todo un hijo, ha estado confiado a alguien, proviene de una relación importante que lo ha hecho crecer y que lo ha condicionado en el bien o en el mal. Tener esta relación y reconocer su importancia en la propia vida significa comprender que un día, cuando tengamos la responsabilidad de la vida de alguien, es decir, cuando debamos ejercer una paternidad, llevaremos con nosotros sobre todo la experiencia que hemos hecho personalmente. Y es importante entonces poder reflexionar sobre esta experiencia personal para no repetir los mismos errores y para atesorar las cosas hermosas que hemos vivido. Estoy convencido de que la relación de paternidad que José tenía con Jesús ha influenciado tanto su vida hasta el punto de que la futura predicación de Jesús está plena de imágenes y referencias tomadas precisamente del imaginario paterno. Jesús, por ejemplo, dice que Dios es Padre, y no puede dejarnos indiferentes esta afirmación, especialmente si pensamos en la que ha sido su personal experiencia humana de paternidad. Esto significa que José lo ha hecho tan bien como padre que Jesús encuentra en el amor y la paternidad de este hombre la referencia más hermosa para dar a Dios. Podríamos decir que los hijos de hoy que se convertirán en los padres de mañana deberían preguntarse qué padres han tenido y qué padres quieren ser. No deben dejar que su papel paternal sea el resultado de la casualidad o simplemente la consecuencia de una experiencia pasada, sino que deben decidir conscientemente de qué modo amar a alguien, de qué modo responsabilizarse de alguien. Pregunta: En el último capítulo de Patris Corde se habla de José como padre en la sombra. Un padre que sabe estar presente pero dejando al hijo libre para crecer. ¿Es posible esto en una sociedad que parece premiar solo a quién ocupa espacios y visibilidad? Respuesta: Una de las características más hermosas del amor, y no solo de la paternidad, es, de hecho, la libertad. El amor genera siempre libertad, el amor nunca debe convertirse en una prisión, en posesión. José nos muestra la capacidad de cuidar de Jesús sin adueñarse nunca de él, sin querer manipularlo, sin querer distraerlo de su misión. Creo que esto es muy importante como prueba de nuestra capacidad de amar y también de nuestra capacidad de saber dar un paso atrás. Un buen padre lo es cuando sabe retirarse en el momento oportuno para que su hijo pueda emerger con su belleza, con su singularidad, con sus elecciones, con su vocación. En este sentido, en toda buena relación es necesario renunciar al deseo de imponer una imagen desde arriba, una expectativa, una visibilidad, una forma de llenar completa y constantemente la escena con excesivo protagonismo. La característica de José de saber hacerse a un lado, su humildad, que es también la capacidad de pasar a un segundo plano, es quizá el aspecto más decisivo del amor que José muestra por Jesús. En este sentido es un personaje importante, me atrevería a decir que esencial en la biografía de Jesús, precisamente porque en un momento determinado sabe retirarse de la escena para que Jesús pueda brillar en toda su vocación, en toda su misión. A imagen y semejanza de José, debemos preguntarnos si somos capaces de saber dar un paso atrás, de permitir que los demás, y sobre todo los que nos han sido confiados, encuentren en nosotros un punto de referencia pero nunca un obstáculo. Pregunta: En varias ocasiones usted ha denunciado que la paternidad hoy está en crisis. ¿Qué se puede hacer, qué puede hacer la Iglesia, para devolver la fuerza a las relaciones padre-hijo, fundamentales para la sociedad? Respuesta: Cuando pensamos en la Iglesia pensamos en ella siempre como Madre y esto no es algo equivocado. También yo en estos años he tratado de insistir mucho en esta perspectiva porque el modo de ejercer la maternidad de la Iglesia es la misericordia, es decir, es ese amor que genera y regenera la vida. ¿El perdón, la reconciliación no son tal vez un modo a través del que nos volvemos a poner en pie? ¿No es un modo a través del que recibimos nuevamente la vida porque recibimos otra posibilidad? ¡No puede existir una Iglesia de Jesucristo si no es a través de la misericordia! Pero creo que deberemos tener el valor de decir que la Iglesia no debería ser solo materna sino también paterna. Es decir, está llamada a ejercer un ministerio paterno no paternalístico. Y cuando digo que la Iglesia debe recuperar este aspecto paterno me refiero precisamente a la capacidad paterna de colocar a los hijos en condiciones de asumir las propias responsabilidades, de ejercer la propia libertad, de hacer elecciones. Si por un lado la misericordia nos sana, nos cura, nos consuela, nos anima, por el otro lado el amor de Dios no se limita simplemente a perdonar, a sanar, sino que el amor de Dios nos empuja a tomar decisiones, a despegar. Pregunta: A veces, el miedo, más aún en este tiempo de pandemia, parece paralizar este impulso… Respuesta: Sí, este periodo histórico es un periodo marcado por la incapacidad de tomar decisiones grandes en la propia vida. Nuestros jóvenes muy a menudo tienen miedo de decidir, de elegir, de ponerse en juego. Una Iglesia es tal no solo cuando dice sí o no, sino sobre todo cuando anima y hace posible las grandes elecciones. Y cada elección siempre tiene consecuencias y riesgos, pero a veces por el miedo a las consecuencias y a los riesgos permanecemos paralizados y no somos capaces de hacer nada ni de elegir nada. Un verdadero padre no te dice que irá siempre todo bien, sino que incluso si te encontrarás en la situación en la que las cosas no irán bien podrás afrontar y vivir con dignidad también esos momentos, también esos fracasos. Una persona madura se reconoce no en las victorias sino en el modo en el que sabe vivir un fracaso. Es precisamente en la experiencia de la caída y de la debilidad como se reconoce el carácter de una persona. Pregunta: Para usted es muy importante la paternidad espiritual. ¿Los sacerdotes cómo pueden ser padres? Respuesta: Decíamos antes que la paternidad no es algo que se da por descontado, no se nace padres, como mucho uno se convierte en ello. Igualmente, un sacerdote no nace ya padre sino que debe aprenderlo un poco cada vez, a partir sobre todo del hecho de reconocerse hijo de Dios pero también hijo de la Iglesia. Y la Iglesia no es un concepto abstracto, es siempre el rostro de alguien, una situación concreta, algo a lo que podemos dar un nombre bien preciso. Nuestra fe cristiana no es algo que siempre hemos recibido a través de una relación con alguien. La fe cristiana no es algo que se pueda aprender en los libros o en un simple razonamiento, sino que es siempre un pasaje existencial que pasa por las relaciones. Así, nuestra experiencia de fe surge siempre del testimonio de alguien. Por tanto, debemos preguntarnos cómo vivimos nuestra gratitud hacia estas personas y, sobre todo, si conservamos la capacidad crítica de saber distinguir lo que no es bueno que ha pasado a través de ellas. La vida espiritual no es diversa de la vida humana. Se un buen padre, humanamente hablando, es tal porque ayuda al hijo a convertirse en sí mismo, haciendo posible su libertad y empujándole a las grandes decisiones, de igual modo un buen padre espiritual lo es cuando no cuando sustituye la conciencia de las personas que se confían a él, no cuando responde a las preguntas que estas personas se llevan en el corazón, no cuando domina la vida de los que le han sido confiados, sino cuando de manera discreta y al mismo tiempo firme es capaz de indicar el camino, de ofrecer claves de lecturas diversas, ayudar en el discernimiento. Pregunta: ¿Qué es más urgente hoy para dar fuerza a esta dimensión espiritual de la paternidad? Respuesta: La paternidad espiritual es muy a menudo un don que nace sobre todo de la experiencia. Un padre espiritual puede compartir no tanto sus conocimientos teóricos, sino sobre todo su experiencia personal. Sólo así puede serle útil a un hijo. Hay una gran urgencia, en este momento histórico, de relaciones significativas que podríamos definir como paternidad espiritual, pero -permítanme decir- también maternidad espiritual, porque este papel de acompañamiento no es una prerrogativa masculina o sólo de los sacerdotes. Hay muchas religiosas buenas, muchas consagradas, pero también muchos laicos que tienen una gran experiencia que pueden compartir con otras personas. En este sentido, la relación espiritual es una de esas relaciones que necesitamos redescubrir con más fuerza en este momento histórico, sin confundirla nunca con otras vías de naturaleza psicológica o terapéutica. Pregunta: Entre las dramáticas consecuencias del Covid está también la pérdida del trabajo de muchos padres. ¿Qué le gustaría decir a estos padres en dificultades? Respuesta: Siento muy cercano el drama de esas familias, de esos padres y de esas madres que están viviendo una particular dificultad, agravada sobre todo a causa de la pandemia. No creo que sea un sufrimiento fácil de afrontar el de no conseguir dar el pan a los propios hijos y de sentirse encima la responsabilidad de la vida de los demás. En este sentido, mi oración, mi cercanía, y también todo el apoyo de la Iglesia es para estas personas, para estos últimos. Pero pienso también en tantos padres, en tantas madres, en tantas familias que escapan de las guerras, que son rechazadas en los confines de Europa y no solo y que viven situaciones de dolor, de injusticia, y que nadie toma en serio o ignora deliberadamente. Quisiera decir a estos padres, a estas madres, que para mí son héroes porque encuentro en ellos el coraje de quien arriesga su propia vida por amor a sus hijos, por amor a su familia. También María y José han experimentado este exilio, esta prueba, debiendo escapar a un país extranjero a causa de la violencia y del poder de Herodes. Este sufrimiento suyo les hace cercanos precisamente a estos hermanos que hoy sufren las mismas pruebas. Que estos padres se dirijan con confianza a San José sabiendo que como padre él mismo ha experimentado la misma experiencia, la misma injusticia. y a todos ellos y a sus familias quisiera decir que no se sientan solos. El Papa se acuerda de ellos siempre y en la medida de lo posible continuará dándoles voz y no los olvidará. Fuente: Agencia católica ZENIT

Lun 15 Mar 2021

Diócesis de Montería se prepara para el Año de la Familia

En comunión con la invitación hecha por el Papa Francisco de celebrar un año dedicado a orar de manera especial por la familia, la Diócesis de Montería realizará este viernes 19 de marzo, a partir de las 8:00 p.m., una jornada de reflexión que se une a la celebración del 150° aniversario de san José como patrono de la Iglesia Universal. Dentro del programa, que se desarrollará de manera virtual y que marcará el inicio a las actividades del año de la familia, se encuentra: Espacio de animación bíblica, presentación de la carta apostólica 'Patris Corde' (Corazón de Padre), oración de consagración a las familias y, por último, el obispo de esta jurisdicción, monseñor Ramón Alberto Rolón Güepsa, hará el cierre de la jornada con una bendición a todas las familias monterianas. Cabe anotar que el obispo ha invitado a todas las parroquias de la diócesis a sumarse el día anterior, jueves eucarístico, 18 de marzo, a una hora santa, teniendo como intención la preparación para esta celebración de la Iglesia Católica a nivel mundial. La celebración del “Año de la Familia” en esta Iglesia particular de Montería marca una relevante significación, pues la Sagrada Familia es la patrona de esta jurisdicción eclesiástica. Por qué celebrar el año de la familia El Dicasterio para los Laicos, Familia y Vida, ha informado que este año especial de la familia busca ofrecer a la Iglesia oportunidades de reflexión y profundización para vivir concretamente la riqueza de la exhortación apostólica 'Amoris laetitia' (La alegría del amor). Además, "hacer experimentar que el Evangelio para la familia es alegría que llena el corazón y la vida entera".

Mié 3 Mar 2021

En seminario de la CEC: Valiosas reflexiones sobre la paternidad a la luz de “Patris Corde”

En el marco del Año de san José, promulgado por el Papa Francisco, el Departamento de Matrimonio y Familia de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), realizó el pasado 27 de febrero, el seminario: "La Paternidad a la Luz de ‘Patris Corde’- Con corazón de Padre”. Este evento virtual al que asistieron 700 personas, buscó reflexionar frente a la figura de san José, esposo de María y padre de Jesús. Monseñor Oscar Urbina, arzobispo de Villavicencio y presidente de la CEC, inició su intervención guiado por el texto bíblico de Mateo 1, 20: «José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo», resaltando así cómo José siendo un hombre de fe, enfrenta el miedo y se convierte en el verdadero padre de Jesús, aunque no lo haya engendrado. En este contexto, resaltó la importancia de ser padre hoy, acentuando que ser padre no es solo engendrar al hijo, sino amarlo, ayudarlo a crecer, hacerlo feliz, enseñarle el trabajo y respetar su vocación. Observó que en la cultura actual la figura y el sentido del padre se ha ido ocultado. Mostrando más bien una cultura de la orfandad: “Que bonito reflexionar hoy sobre esta realidad. Jesús, incluso, aprendió a descubrir en José la imagen del Padre celestial”. Por su parte, monseñor Flavio Calle Zapata, arzobispo emérito de Ibagué, presentó una reflexión de la carta apostólica "Patris Corde" y subrayó que el año que propone el Papa es un retorno a Dios y no un simple acumulado de eventos o momentos de devoción, “debe ser un verdadero encuentro con Dios, con la Virgen María y San José”. ¿Qué es el “año de san José”? Señaló que esta celebración es un grito desde la tierra, “es el Papa tomando un amplificador hacia el cielo y pidiendo a san José: dónde estás... ven… que aquí en la tierra te estamos necesitando y san José, que tiene un oído agudísimo, escucha y de inmediato viene. José viene a escucharnos para que le hablemos y le contemos todas nuestras necesidades”. Destacó la figura de san José como el hombre silencioso, de la ternura, de la obediencia, la valentía creativa y trabajador, siendo estos valores un ejemplo para su hijo Jesús. Advirtió que la falta de estos valores en la familia, está llevando a la división, a la independencia y la rebeldía en los hogares. Al exponer el tema de un san José trabajador, recordó como en este tiempo de pandemia el incremento del desempleo sigue creciendo. “Hacemos un llamado a revisar este fenómeno para que no haya más desempleados. Imploremos a san José obrero para que encontremos caminos que nos lleven a decir que ningún joven, ninguna persona, ninguna familia se quede sin trabajo”. Padre en la sombra Explicó que el Papa Francisco, en su carta, pide ser sombra de san José, imitándolo, siendo testimonios de fe hasta formar a Cristo en los demás. “Eso fue lo que José hizo con su hijo, educarlo y ser testimonio. Un padre cuando educa al hijo, no es para acapararlo y tenerlo allí, sino para educarlo y lanzarlo a la vida para que cumpla una vocación y una misión”. “El amor verdadero nace en un corazón casto y limpio, no dominante ni posesivo, no captativo; y estas dos palabras son las que debemos aplicar en la vida, saber cómo llego yo al otro para servirlo y no para servirme de él. (...) José fue aquel amante de María y Jesús que no se sirvió de ellos, sino que los sirvió. Como José sirvió a Jesús y María, así nosotros sirvamos a los pobres, a los pecadores, a los más necesitados para apoyarlos, levantarlos, para servirlos y ayudarlos”. ¿Cómo vivir el año de san José en la familia? Al recordar que el primer escenario que tiene toda persona es la familia, el prelado dijo que es importante acostumbrarse a mencionar a san José, y propuso como un signo tener en un lugar visible de la casa la imagen de la Sagrada familia; esto, agregó, suscitará orar en familia. Segundo, dijo que, a pesar de la virtualidad que desborda hoy a las familias, la presencia física es indispensable, por lo que advirtió la importancia de estar siempre cerca de la esposa y de los hijos, dando buen ejemplo. Intervenciones de especialistas El doctor Jaime León Pareja Pareja, psicólogo egresado de la Universidad de Antioquia, director del Instituto de Familia y Vida de la Universidad Pontificia Bolivariana y presidente de la Red Colombiana de Institutos de Familia (REDCOFAM), participó con su conferencia sobre: “La crisis de la paternidad hoy y el desafío que plantea la Patris Cordis”. El especialista inició su reflexión explicando médicamente lo que implica una patología de hipertrofia cardiaca en el ser humano, para luego compararla con la paternidad contemporánea del hombre. “Esta patología es la patología del hombre contemporáneo y de la paternidad contemporánea. El hombre cree que muchos elementos de la racionalidad contemporánea le han permitido volverse más grueso, o mejor, más fuerte, pero a la hora de la verdad es más débil porque lo que tiene es una cardiomegalia que no le deja ejercer su función (…) Cuando estamos obrando con corazón de padre, asumimos la paternidad con valentía; en cambio, con la hipertrofia cardiaca, lo que tenemos es la tendencia evasiva de negarnos a enfrentar una responsabilidad”. Al respecto, afirmó que la “Patris Cordi” habla en una lógica de protección y presenta a un José que también pasa por la angustia, pero definida en términos de lucha, en cambio “la paternidad con hipertrofia cardiaca, cree en un mundo de excesiva seguridad donde no hay preocupación”.Agregó que el hombre de hoy solo afronta sobre algo que va a lo seguro, de lo contrario huye y evade su responsabilidad. Retos para ser un buen padre Frente a esta realidad, el especialista planteó algunos retos que, a su manera de ver, han de ser el camino a seguir y, a ejemplo de san José, son un verdadero desafío para ejercer la paternidad: -Vínculo de la verdad. La crisis de la paternidad se supera hoy con un vínculo de verdad y seguridad, donde el hijo pueda estar confiado de la presencia del padre, que sepa que ese padre va a estar ahí siempre. -Volver sobre la autoimagen. El hombre de hoy no tolera la defectuosidad, no tolera el desamor, ni tolera la frustración. La valía la tiene el hijo de la autoevaluación con el padre. -La autoestima que tiene la paternidad hoy. La paternidad debe ser escuela de tolerancia a la frustración, de aceptación de la diferencia, de la contentura con el sí mismo; esto ayudará a superar la tendencia desenfrenada a una cultura del descarte. -El reto ético para el padre hoy. Urge hoy una paternidad que anuncie y dé testimonio de valores auténticos; que cuestione y critique falsas escalas axiológicas. Se necesita un padre que enseñe el sentido elemental de los límites, donde la autoridad sea visible, y que recuerde que los límites triviales de la infancia preparan para la adultez. -Urge volver sobre lo espiritual. El hombre de hoy no sabe en qué creer, tiene creencias de corto plazo porque no tiene la experiencia de base en la fe paterna. Es importante que el padre ofrezca una experiencia y testimonio de Dios actuante, que genere el lazo comunitario. Finalmente, el doctor Andrés Cano Rodas, profesor de la Universidad de la Sabana y coach personal, familiar y de pareja, ofreció su conferencia: “La importancia de la figura paterna en la familia”. Cano Rodas expuso dos esquemas que marcan en la historia la evolución de la paternidad. Poder sobre … Este primer esquema, afirma, está guiado en el poder que tiene la figura paterna sobre los hijos y sobre la esposa, en el patriarcalismo como forma familiar basado en un poder del padre sobre la madre y sobre los hijos, aquí todo el afecto paterno se aislaba totalmente y no estaba presente. “Cuando el papá no ejerce su paternidad se encuentra en un victimismo que lo lleva a ser una figura pasiva en la formación de los hijos”, aseguró. Agrega que, en esta instancia, la paternidad ha tenido una autoridad sobre el poder económico y sobre el resto de decisiones, que cuando la mujer empieza a remplazar esas características, el padre queda en el aire y cuestionado sobre su papel como padre. El poder para ... Con el pasar del tiempo, explica este especialista, nos encontramos que la figura del “poder sobre…” ha cambiado hacia el “poder para …”, es decir, una figura hacia una paternidad amante, que significa amar y servir. “Es un poder de posibilidad, es decir, preguntarse qué puedo hacer yo como papá para mi hijo, para servirlo mejor; san José nunca se puso en el centro, él supo cómo descentrarse, para poner a María y a Jesús en el centro de su vida”, asintió. De dónde surge la importancia del padre Afirmó que el padre debe entregar todo su ser masculino, su potencial, sus capacidades para que, en equipo con su esposa, amar a cada miembro de su familia y así sacar lo mejor de cada uno. “A ejemplo de san José, que entregó todo por su esposa y su hijo, eso es lo que se les pide a los padres, ser capaces de entregar todo por ellos para sacar lo mejor de ellos; esto genera un entorno seguro y amoroso, en la medida que el padre está entregando y amando y se conecta a su esposa y a sus hijos, sobre todo en sus primeras etapas de la vida”, puntualizó.

Mar 23 Feb 2021

Seminario: “La Figura del Padre a la Luz de Patris Corde”

Con motivo de la celebración del Año de San José y del Año de la Familia que iniciará el 19 de marzo, los Departamentos de Matrimonio y Familia - Promoción y Defensa de la vida de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), realizarán el sábado 27 de febrero, a partir de las 9:00 a.m., el seminario “La Figura del Padre a la Luz de Patris Corde (Con corazón de padre)”. Según lo describió el padre Juan Carlos Liévano, director de estos departamentos en el episcopado, este espacio será un momento para reflexionar alrededor de los contenidos y la aplicabilidad de la carta apostólica Patris Corde del Papa Francisco y, de manera especial, se profundizará en la importancia de la figura paterna en la familia. “Con el seminario se busca aprovechar al máximo el contenido de la carta apostólica y, a su vez, abordar su aplicación en la vida cotidiana con el fin de contribuir a fortalecer la importancia de la figura paterna dentro del núcleo familiar”. Agregó, además, que “al interior de muchos hogares se vive una crisis por la ausencia de la figura paterna, resquebrajando así la institución familiar”. Monseñor Oscar Urbina Ortega, arzobispo de Villavicencio y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, será el encargado de hacer la apertura a este acto eclesial que se realizará de manera virtual, igualmente le acompañará monseñor Édgar de Jesús García Gil, obispo de Palmira y presidente de la Comisión Episcopal de Matrimonio y Familia de la CEC. Actuarán como ponentes: • Monseñor Flavio Calle Zapata, arzobispo emérito de Ibagué. Tema: Una mirada desde el Papa Francisco al corazón de San José. (Patris Corde) • Dr. Jaime León Pareja Pareja, presidente de REDCOFAM. Tema: Crisis de la paternidad. • Dr. Andrés Cano, profesor de la Universidad de La Sabana y coach de familia. Tema: La Importancia de la figura paterna en la familia. Público al que está dirigido Podrán participar los agentes de pastoral, las familias en general y a todos los que quieran profundizar en el tema de la paternidad. Cómo participar Los interesados en participar lo podrán hacerlo inscribiéndose antes del 25 de febrero, a través del siguiente link:[icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon] También podrá seguir la transmisión a través del Facebook Live de la Conferencia Episcopal de Colombia /episcopadocol Horarios para la transmisión en los diferentes países: 08:00 a 12:00 hora México/Centroamérica 09:00 a 13:00 hora Colomba/Washington 10:00 a 14:00 hora Venezuela 11:00 a 15:00 hora Sudamérica 15:00 a 19:00 hora Europa Central