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Predicación Orante de la Palabra

Vie 13 Jun 2025

El Espíritu de la verdad os guiará

SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA TRINIDADJUNIO 15 DE 2025Primera lectura: Pr 8,22-31Salmo: 8,4-5.6-7.8-9 (R. 2a)Segunda lectura: Rm 5,1-5 Evangelio: Jn 16,12-15.I.Orientaciones para la PredicaciónDios se reveló como Único y Verdadero a lo largo del Antiguo Testamento; una vez ya estaba afianzada esta verdad fundamental y el Pueblo de la Alianza lo había comprendido, aunque muchas veces era infiel, en la plenitud de los tiempos, este mismo Dios nos reveló su misterio íntimo, es decir, un Dios que es uno, pero no solitario, pues es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Por el misterio pascual del Señor Jesús y en virtud de su Espíritu, que es el Espíritu del Padre, se nos ha comunicado y nos ha hecho partícipes de su vida divina.1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?En la primera lectura de la Solemnidad del día de hoy se profesa la fe en un Dios único y verdadero, punto de llegada de la fe del Pueblo de la Alianza, después de un largo camino de reflexión y meditación de las acciones salvíficas del Todopoderoso e iluminado por su Santo Espíritu; en este mismo pasaje, ya se anuncia de forma velada al Hijo, que se intuye como sabiduría creada, reflejo de aquella increada, la segunda Persona de la Santísima Trinidad. En el Salmo responsorial se alaba a Dios por la obra de sus manos, particularmente del hombre, la obra por excelencia del Creador, a quien le compartió el dominio inteligente sobre toda la creación y sobre sí mismo, pues lo dejó en manos de su propio albedrío.En el Evangelio Jesús se proclama como el Hijo, que revela al Padre y anuncia el envío del Espíritu Santo, quien tomará de lo suyo que, a su vez, lo ha recibido del Padre; de esta manera, se nos revela el misterio de la Santísima Trinidad, del Dios único en tres personas. Por último, en la segunda lectura se nos invita a contemplar el gran designio amoroso del buen Dios que se nos ha dado completamente en u Hijo y se nos comunica por medio de su Espíritu, para que tengamos acceso al Padre y participemos de la plenitud de vida y de amor trinitario. Esta última y consoladora verdad es la que reflexionaremos a continuación.2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?Dios Padre se nos ha dado completamente en su Hijo, quien lo entregó todo en la cruz para que tengamos vida y vida en abundancia; resucitado y sentado a la derecha del Padre derramó sobre nosotros su Espíritu, que es el del Padre. De esta manera, Dios uno y trino ha sido derramado en nuestros corazones y hemos sido introducidos en la vida divina, que es comunión del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.Dios nos creó a su imagen y semejanza; Él es Trinidad de personas, comunión íntima de vida y amor. Nosotros, desde el bautismo, hemos sido insertados en esta corriente de gracia y de amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y desde este centro estamos llamados a convertir nuestra vida en una donación permanente, a imagen del mismo Dios. De esta manera, contribuiremos a reflejar su amor misericordioso y bondadoso en medio de un mundo que cada die pierde más el sentido de lo sagrado y la necesidad de los valores superiores.Dios es amor y bienaventuranza ad intra y para participar de su felicidad creó al género humano y el universo como espacio para la comunión de la creatura con el Creador. Solamente buscando a nuestro Hacedor y dejándonos insertar en la corriente de amor y donación de la Trinidad, podremos alcanzar la felicidad que tanto anhelamos y que el Poderoso a puesto en nuestros corazones como el deseo más hondo, pues es el deseo de Dios, fuente y el origen de nuestro ser.Lo más contrario a nuestro ser humano y cristiano es el egoísmo, esa tendencia a vivir centrados en nosotros y en nuestros intereses. Esta es la causa de todos los males que asolan a la humanidad. Si cada uno de nosotros trabajamos con decisión y determinación por irlo erradicando de nuestra vida en todas las manifestaciones, entonces este mundo irá siendo transformado por quien es Amor y la fuente del amor, pareciéndose cada vez más a ese paraíso que Dios soñó para nosotros, pero que por el pecado lo perdimos.3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Señor, ayúdanos a comprender que Tú eres Amor, un Amor grande y poderoso, que nos ha creado para participarnos de su bienaventuranza y que si sus palabras son exigentes, es porque quiere lo mejor y lo más grande para cada uno de nosotros, pues cuando nos llama a la existencia sueña para nosotros un paraíso que, si bien perdido por el pecado, su inmenso amor lo ha hecho nuevamente posible por la encarnación y el misterio pascual del Hijo, quien por su Espíritu nos hace partícipes de su filiación.Señor, concédenos la gracia de comprender que nuestro ser, imagen del suyo, está llamado a la donación y que solamente en esta actitud diaria de entrega a su gloria y al bien de toda la humanidad, es como nosotros podemos llegar a esa bienaventuranza a la que estamos llamados, ya desde esta vida, pues la felicidad no es algo, sino tener a Alguien, tenerte a Ti en nuestros corazones.Señor, fortalécenos para que todos los días estemos en una actitud de alabanza a tu gloria excelsa, por medio de una vida que se deja guiar por tu Espíritu y, así, podamos superar ese repliegue tan fuerte hacia nosotros, hacia una vida centrada en nuestros gustos y caprichos, que nos lleva por los caminos de la destrucción y la muerte, tanto para nosotros como para los demás, y nos impide gustar de tu amor y de tu misericordia.Señor, infunde en nuestros corazones la fuerza de tu santo Espíritu, para que en la vida de cada día nos dejemos guiar por las enseñanzas de tu Hijo, encarnándolas en las acciones, reacciones y comportamientos más ordinarios y, de esta manera, podamos reflejar tu amor que solamente sabe darse y entregarse, disimulando y perdonando toda ofensa y, sobre todo, esforzándonos por hacer el bien, manifestado en el servicio desinteresado y generoso.Recomendaciones prácticas-Día del Padre.-14 – 15 de junio. Jubileo del Deporte.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa La Eucaristía es la acción de gracias por excelencia a Dios uno y trino por toda su obra salvífica en beneficio del género humano. Dispongámonos a participar de esta celebración con espíritu de gratitud y de alabanza al Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, uno en tres personas.Monición a la Liturgia de la Palabra Dios nos ha ido revelando de manera progresiva su intimidad que es amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; escuchemos con atención las lecturas que hoy se nos ofrecen para comprender la hermosa pedagogía divina que nos invita a dejarnos sumergir en esa corriente de vida y de amor de Dios uno y trino.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Oremos a Dios Padre, por mediación de Jesucristo, en el Espíritu y encomendémosle todas nuestras intenciones y necesidades.R/ Te lo pedimos Señor.1.Por la Iglesia, para que, guiada por el Espíritu Santo, sea un faro de luz y santidad en el mundo y acompañe con amor a sus sacerdotes en su camino de fidelidad a Cristo2.Por los gobernantes de las naciones, para que se dejen guiar por la sabiduría encarnada, reflejo de la fuente de todo bien, y que se nos comunica por su Espíritu.3.Por quienes sufren en el cuerpo o en alma, para que al contemplar al Dios que es comunión de vida y de amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, encuentren la fortaleza para seguir adelante y ofrecer sus padecimientos, comprendiendo que el buen Dios amor coronará sus sufrimientos con vida plena y bienaventurada.4.Por los padres de familia, para que, fortalecidos por la gracia de Dios, sean reflejo del amor y la providencia del Padre celestial en sus hogares.5.Por los deportistas, para que la celebración del Jubileo los anime a desarrollar sus capacidades a través de la sana competencia.6.Por quienes nos encontramos celebrando esta Eucaristía, para que Dios uno y trino nos atraiga a su vida íntima de comunión y amor y experimentemos el gozo de su amor misericordioso y bondadoso.Oración conclusivaRecibe Padre santo estas súplicas que te hemos dirigido con fe y confianza, por mediación de tu Hijo, quien vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.R. Amén.

Vie 30 Mayo 2025

Fue llevado hacia el cielo

SÉPTIMO DOMINGO DE PASCUAASCENSIÓN DEL SEÑORJunio 01 de 2025Primera lectura: Hechos de los Apóstoles 1,1-11Salmo: 47(46),2-3.6-7.8-9 (R. cf. 6)Segunda lectura: Efesios 1,17-23Evangelio: Lucas 24,46-53I. Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónCuarenta días después de la resurrección, Cristo, como cabeza de la Iglesia, asciende a los cielos para que nosotros, como miembros de su Cuerpo Místico, podamos alcanzar su misma victoria. Antes del acontecimiento de la Ascensión, el Resucitado envía a los Once a proclamar el Evangelio al mundo entero. Cristo se marcha físicamente, pero permanece vivo en su Iglesia que tiene la misión de anunciar la buena noticia y de bautizar a todo el que crea. Nosotros, los discípulos de Cristo de este tiempo presente, mientras contemplamos al Señor que asciende, nos alegramos hasta el punto de entonar todas las alabanzas y aclamaciones que salen de nuestro corazón como aquella del salmo: “Dios asciende entre aclamaciones”.1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?Podemos tomar la primera lectura de esta solemnidad de la Ascensión como punto focal para la comprensión de las demás perícopas que la acompañan en la liturgia de la palabra (teniendo en cuenta que el pasaje del Evangelio que corresponde para este año en el ciclo C, está tomado del relato evangélico compuesto por san Lucas, quien igualmente escribió los Hechos de los Apóstoles). Hoy se nos presenta el prólogo del libro de los Hechos para que los oyentes podamos captar su conexión con el Evangelio. Así, la vida de la Iglesia (narrada en la segunda parte de la obra lucana) queda firmemente enraizada en el ministerio de Jesús. En los primeros versículos de los Hechos apostólicos (igual que en los últimos versículos del Evangelio de Lucas), se manifiesta que la vida de la Iglesia deberá comenzar en Jerusalén (es evidente el interés teológico de Lucas por colocar a la Ciudad Santa como punto de partida de la expansión de la Iglesia hasta los confines de la tierra: cf. Lc 24,47; Hch 1,8). Allí la comunidad recibirá la promesa del Espíritu Santo y así queda patente el vínculo entre el misterio de la Ascensión y el acontecimiento de Pentecostés, vínculo que también Jesús expresó cuando afirmó que se marchaba para que vinera el Paráclito (cf. Jn 16,7). Tanto la primera lectura como el Evangelio nos presentan una descripción del misterio de la Ascensión, precedido por las últimas instrucciones del maestro para sus discípulos. Aunque tienen claras diferencias en su manera de orientar el tema, ambos textos hacen referencia a la misión que el Resucitado ha querido encomendar a los apóstoles: su voluntad consiste en comunicarles el Espíritu Santo para que sean testigos y vayan a anunciar la Buena noticia; en el caso del evangelio, el anuncio aparece expresado como predicación de la conversión y el perdón. La tarea evangelizadora tiene su fundamento en la experiencia de ser testigos del Resucitado, llenos de la fuerza (dynamis) del Espíritu. Los dos pasajes coinciden en referirse a los apóstoles o a los discípulos como testigos y también coinciden en hacer alusión al Espíritu Santo como fuerza, aunque en el texto del Evangelio la tercera persona de la Trinidad no aparece con el nombre propio: sólo es mencionada como poder que viene de lo alto y como promesa del Padre. A todo lo mencionado anteriormente hay que añadir la alusión al universalismo de la Iglesia con las palabras “hasta los confines del mundo” (Hch 1,8) y “todas las naciones” (Lc 24,47). La Iglesia es esencialmente misionera y sus fronteras serán las del mundo. En cuanto al relato de la Ascensión, el texto de Hch se distingue por la referencia a ciertos detalles: la aparición de la nube, signo bíblico de la presencia divina; las palabras alentadoras de los personajes celestiales; el mensaje para la Iglesia en la expectativa del regreso de Jesús. Mientras tanto, la breve narración de Lucas destaca el hecho de la Ascensión como separación o alejamiento de Jesús en relación con sus discípulos, así como el acto de bendecirlos mientras subía al cielo. Llama la atención que los discípulos respondan al misterio de la ascensión con la postración y con alegría en su retorno al templo de Jerusalén. En la segunda lectura (Ef 1,17-23) el apóstol Pablo, a manera de oración, manifiesta que el cristiano necesita ser iluminado por Dios para comprender la riqueza de la gloria que le espera en el cielo, gracias al poder de Cristo resucitado y glorificado. Y esto porque conocer la futura herencia por la fe significa poseerla ya anticipadamente. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Como consecuencia de la encarnación del Hijo de Dios, podemos afirmar con toda seguridad que donde esta Cristo, está su Iglesia y estamos todos los bautizados. Esto significa, de cierta manera, que, si Cristo está en el cielo, los que somos de Cristo (cf. 1Cor 15,23) ya estamos con Él y podemos aspirar a disfrutar de su gloria. Claro que tenemos que esperar a que llegue el momento definitivo. No obstante, Cristo nos está preparando un lugar (cf. Jn 14,3), un lugar en el cielo al que aspiramos, mientras en la vida diaria trabajamos por la santidad. Con la esperanza de llegar al cielo es que se mueve nuestra vida cristiana, en medio de los gozos y las fatigas de cada día. Por eso tienen sentido las palabras del apóstol Pablo cuando necesitamos comprender cuál es nuestra esperanza pues es muy fácil olvidar cuál es la meta de nuestra vida, en medio de tantas cosas que tenemos que pensar y que hacer, en medio de los afanes y preocupaciones de cada día. Cristo en el cielo nos dice: “Tú meta es el cielo”. Y si hay una meta que vale la pena, también valdrán la pena todos nuestros esfuerzos aquí en la tierra: los esfuerzos de todos los hombres y mujeres para sacar su vida adelante, sobre todo cuando las crisis económicas y sociales nos golpean; los esfuerzos por conseguir una sociedad llena de paz, justicia y progreso; los esfuerzos por aprender a amarnos entre hermanos; y qué decir de los esfuerzos por anunciar el Evangelio, la misión que nos encomienda Cristo resucitado.En nuestro camino hacia el cielo, contamos con el ancla de la esperanza, tal y como lo ha señalado el Papa Francisco en la Bula de convocación del año santo que estamos viviendo: “La imagen del ancla es sugestiva para comprender la estabilidad y la seguridad que poseemos si nos encomendamos al Señor Jesús, aun en medio de las aguas agitadas de la vida. Las tempestades nunca podrán prevalecer, porque estamos anclados en la esperanza de la gracia, que nos hace capaces de vivir en Cristo superando el pecado, el miedo y la muerte. Esta esperanza, mucho más grande que las satisfacciones de cada día y que las mejoras de las condiciones de vida, nos transporta más allá de las pruebas y nos exhorta a caminar sin perder de vista la grandeza de la meta a la que hemos sido llamados, el cielo” (SNC 25). Al concluir esta meditación no podemos olvidar que, para la acción misionera de la Iglesia y para la vida de sus discípulos, el Señor nos ha prometido el Espíritu Santo. La presencia visible del Verbo encarnado culmina con su Ascensión, pero toma protagonismo la acción del Espíritu Santo que es fuerza para ser testigos de Cristo (cf. Hch 1,8), fuerza en nuestro camino hacia el cielo. Litúrgicamente, la espera de esta promesa será el motor que mueva nuestro interior durante esta última semana de Pascua que comienza hoy y que nos llevará a la solemnidad de Pentecostés. Que cada día podamos invocar: “Ven Espíritu Santo”.3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Nuestra oración ha de ser necesariamente una mirada dirigida al cielo. En el cielo está Cristo que mira con misericordia las situaciones difíciles que debemos pasar en la tierra. La Ascensión del Señor, según nos lo recuerda san León Magno, lejos de desanimarnos, aumenta nuestra fe, ya que nos empuja a creer sin vacilación en la presencia invisible y sacramental de Cristo en la Iglesia. Con esta fe pidamos por toda la humanidad y por las dificultades que pasa en estos tiempos.El tiempo pascual está llegando a su fin, pero la alegría pascual tiene que ser más fuerte que nunca. Esta alegría deben contemplarla en nuestra vida todos los que nos rodean. Es la alegría que se nutre de la esperanza de la vida futura que nos garantiza Cristo con su Ascensión. No nos dejemos robar ni la alegría ni la esperanza. _______________________Recomendaciones prácticas:· Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales· Día del Campesino· 7 – 8 de junio. Jubileo de los Movimientos, Asociaciones y Nuevas ComunidadesII. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa 
Llegados a este punto culminante del tiempo Pascual nos disponemos a celebrar el gran acontecimiento de la Ascensión del Señor. Nos alegramos con esta solemnidad porque Cristo sube al cielo para mostrarnos el camino y, al mismo tiempo, se ha quedado con nosotros en la Iglesia para sostenernos. Que se acreciente cada vez más nuestro gozo pascual para ser verdaderos testigos y anunciadores del Evangelio. Monición a la Liturgia de la Palabra 
Al escuchar la Palabra de Dios en este domingo, la Ascensión de Jesús se nos manifiesta como un acontecimiento actual. Hoy es el día en que Cristo es glorificado y hoy Cristo renueva nuestra fe, nuestra esperanza y nuestro amor para convertirnos en testigos de la Pascua, en testigos de Aquel que está sentado a la derecha del Padre.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Hermanos, acudamos con confianza a Jesucristo, el Señor, que habita en la Iglesia, que subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre para ser nuestro mediador. Digamos llenos de esperanza:R. Señor Jesucristo, tú eres el rey de la gloria1. Por la Santa Iglesia de Dios para que alcance la unidad que quiso para ella su fundador y, fiel a su misión, anuncie el Evangelio a toda criatura. Oremos.1. Por los enfermos para que el Padre, que glorificó el cuerpo de su Hijo, cure también los dolores de nuestra carne y nos haga descubrir la esperanza a la que hemos sido llamados.Oremos.1. Por los que realizan la tarea de las comunicaciones en la Iglesia para que el Espíritu Santo guíe su apostolado. Oremos.4. Por todos los campesinos, para que el Señor bendiga su trabajo, sus cultivos y cosechas. Oremos.5. Por todos los Movimientos, Asociaciones y Nuevas Comunidades que celebran su Jubileo, para que este momento especial que la Iglesia les ofrece, sea de provecho en su vocación. Oremos.Oración conclusiva
Señor nuestro Jesucristo, que, para manifestar las maravillas de tu majestad, subiste al cielo ante tus apóstoles; concédenos la ayuda de tu bondad y, según tu promesa, permanece siempre con nosotros. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.R. Amén.

Vie 23 Mayo 2025

La paz os dejo, mi paz os doy

SEXTO DOMINGO DE PASCUAMayo 25 de 2025Primera lectura: Hechos de los Apóstoles 15,1-2.22-29Salmo: 67(66),2-3.5.6 y 8Segunda lectura: Apocalipsis 21,10-14.22-23Evangelio: Juan 14,23-29I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónAntes de pasar de este mundo al Padre (Jn 13,1), Jesús les habla a los discípulos de aquello que acontecerá luego del Misterio Pascual de su muerte, resurrección y ascensión. Jesús quiere dejarles muy claro que Dios seguirá habitando en medio de la comunidad apostólica con una presencia nueva y auténtica. El Padre y el Hijo vendrán a los discípulos que guarden la palabra del Hijo amado; y el Espíritu Santo se pondrá también a su lado para recordarles el mensaje del Evangelio. La Iglesia tendrá como garantía para sus decisiones esta gracia del Espíritu Santo y de esta manera avanzará firme en su camino hacia la Nueva Jerusalén. 1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?El mismo Señor que amó a los suyos hasta el extremo los fue conduciendo para que aprendieran a amar a su maestro. Luego de la Pascua, los discípulos podrán amar a Jesús con más fuerza y de esta manera el Padre y el Hijo vendrán a habitar en sus corazones. Como garantía del amor que los discípulos experimentarán por su Maestro, ellos guardarán su palabra, es decir, el mandamiento nuevo del amor, que grabarán en sus mentes y corazones y lo llevarán a la vida mediante su entrega total. Si la encarnación fue un acto de amor del Padre (cf. Jn 3,16), la inhabitación del Padre y del Hijo será un acto especial de amor para con los discípulos. En el momento previo a su partida Jesús tiene la oportunidad de hablarles directamente ya que está todavía a su lado, pero también aprovecha para infundirles esperanza para el futuro ya que el Espíritu Santo, presentado por Jesús como el “Paráclito”, mantendrá viva y operante su enseñanza. El término Paráclito puede traducirse en el sentido de alguien que “se pone el lado”. Por ende, se puede comprender que, cuando el Maestro ya no esté físicamente al lado de los suyos, el Espíritu Santo se colocará a su lado para acompañarlos y enseñarles la verdad. El Espíritu es enviado en nombre de Jesús porque manifestará a los hombres lo que Jesús significa para ellos. Jesús afirma que es conveniente su partida ya que, si no se marcha, no podrá enviar al Espíritu (cf. Jn 16,7). Por otra parte, Jesús revela con contundencia la misión del Espíritu Paráclito: él dará a los discípulos la capacidad de comprender el significado pleno de todo el magisterio de Cristo (cf. 1Jn 2,27), guiando a la Iglesia hacia la verdad completa (Jn 16,13). Enseñar y guiar son aspectos de la única función del Espíritu. Al despedirse, Jesús les ofrece su paz y los invita a creer en su palabra. También los llama a no dejarse vencer por la tristeza y el miedo que pueden entrar en su corazón. Él les asegura que volverá, pero mientras tanto tiene que marcharse y ellos tienen que alegrarse ya que su próxima glorificación tendrá consecuencias para la salvación de la humanidad. Conectando el Evangelio con la primera lectura, vemos como en los acontecimientos que nos relatan los Hechos de los apóstoles se hace realidad la misión del Espíritu Santo. Luego de que la corriente judeocristiana insistiera en que los nuevos seguidores de Cristo debían circuncidarse, el Concilio de Jerusalén establece que los gentiles no necesitan someterse a la ley mosaica de una manera tan estricta. Estamos ante un momento crucial de la historia de la Iglesia naciente, guiada por el Espíritu Santo, ya que se reconoce oficialmente el valor de la misión evangelizadora que se viene desarrollando entre los gentiles. Esta escena pretende poner en evidencia la importancia de la comunidad cristiana de Jerusalén como la Iglesia Madre que debe guiar y apoyar a sus hijas, las iglesias filiales que han surgido a sus alrededores. Con relación a la segunda lectura, hoy es presentada la Jerusalén mesiánica. Se trata de la revelación de la Ciudad perfecta, colocada en el monte Sión, rodeada por una muralla, que aguardan los cristianos, plenitud de la vida del pueblo de Dios que camina en la historia. Es la Ciudad que comenzó a tomar forma con las doce tribus de Israel, luego fue fundamentada en los apóstoles del Cordero y ahora se manifiesta con sus puertas abiertas para todas las naciones. Si en el Evangelio de hoy Jesús nos promete que Dios habitará en sus discípulos, el libro del Apocalipsis nos dice que llegaremos a gozar en plenitud de la presencia de Dios, sin necesidad de santuario porque el mismo Dios y el Cordero serán el Todo de esta Nueva Jerusalén celestial.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad?Cristo, el Hijo de Dios, que se encarnó de María, la Virgen y murió por nuestra salvación, ha resucitado para que todos los hombres y mujeres de todos los tiempos gocen y experimenten la presencia del Dios vivo y verdadero, Dios eterno y misericordioso. Su presencia ha bajado del cielo para habitar en los discípulos que aman a Cristo; los discípulos del Señor, por su parte, tienen ahora la posibilidad de encaminar su vida hacia la Nueva Jerusalén, la Ciudad perfecta donde Dios nos iluminará y nos amará para siempre.Nos puede ayudar mucho una profunda reflexión del Papa Benedicto XVI. Al plantearse la pregunta sobre ¿Cuál es la prioridad de la Iglesia?, el mismo Papa respondía: “En nuestro tiempo, en el que en amplias zonas de la tierra la fe está en peligro de apagarse como una llama que no encuentra ya su alimento, la prioridad que está por encima de todas es hacer presente a Dios en este mundo y abrir a los hombres el acceso a Dios. No a un dios cualquiera, sino al Dios que habló en el Sinaí; al Dios cuyo rostro reconocemos en el amor llevado hasta el extremo (cf. Jn 13,1), en Jesucristo crucificado y resucitado” (Carta a los obispos de marzo de 2009).Si el Padre y el Hijo y también el Espíritu Paráclito quieren hacer morada en sus discípulos, como nos lo expresa el mismo Jesús en el Evangelio de este domingo, la Iglesia, como templo santo donde habita la presencia divina y sacramento universal de salvación, tiene la misión de responder al querer de su Señor abriendo a los hombres el acceso a Dios. En este sentido, la Palabra de Dios nos interpela a todos los bautizados porque, primero que todo, cada uno debe acoger la invitación del Papa Francisco: “Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él” (EG 3). Quien recibe la gracia de encontrarse con Cristo, entra en la experiencia de amar a Cristo, sabiéndose amado por él. Es decir, el que encuentra realmente a Cristo puede llegar a amarlo y, amándolo, guardará su palabra y, así, se harán realidad las palabras del Maestro: “vendremos a él y haremos morada en él”. Para el Evangelista Juan guardar la palabra de Jesús es guardar el mandamiento nuevo del amor, lo que quiere decir que el encuentro con Cristo conlleva a que la Santa Trinidad habite en nosotros; como consecuencia de esta inhabitación de Dios en nosotros, su presencia amorosa desemboca en el amor que se hace vida para con los hermanos, entregando nuestra existencia por los amigos, tal y como lo hizo el Hijo de Dios. El Espíritu Santo Paráclito sé encargará de revelarnos el sentido pleno de toda esta enseñanza de Jesús, mensaje que debe hacerse vida primero en nosotros, los que conocemos, amamos y seguimos a Cristo, para que luego nos convirtamos en misioneros que abramos a muchas personas el acceso al Dios de la Vida que ha destruido la muerte para restaurar nuestra vida: el Dios que se ha revelado en Cristo crucificado y resucitado, como dice el Papa Benedicto. Como consecuencia de la resurrección de Cristo que nos trae la salvación, él nos otorga su paz, una paz que se sale de nuestros esquemas humanos para darnos plenitud de vida en Dios. Además, cuando Jesús promete a sus discípulos que volverá, podemos entender que después de glorificado permanece para habitar de una manera nueva en la vida de la Iglesia que peregrina en la historia y en la que todos somos llamados a ser peregrinos de esperanza. No obstante, también creemos que retornará en la Parusía para hacernos participar de la Ciudad Santa y escatológica en la que no necesitaremos ni templo ni luz artificial porque Dios será Todo en todos. Esta es nuestra esperanza, esa esperanza que el Papa Francisco nos llama a renovar en este año santo. 3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Podemos acercarnos al salmo responsorial de este domingo (Sal 66), contemplándolo a la luz de las lecturas bíblicas que lo acompañan. Con el canto de este salmo, los discípulos de Cristo estamos invitando a todos los pueblos de la tierra para que alaben al Señor como su Creador y Salvador. El salmo pone en evidencia el deseo de la Iglesia: que toda la humanidad llegue a conocer al Dios vivo y verdadero para que el Padre y el Hijo vengan a morar cada persona. Por otra parte, orando con este salmo podemos renovar nuestro ardor misionero, ya que el hecho de pensar en todos los pueblos de la tierra nos debe impulsar para la evangelización. Contamos con la ayuda del Espíritu Santo Paráclito: su luz nos recordará el mensaje que Jesús nos dejó en el Evangelio._______________________Recomendaciones prácticas:•30 de mayo – 1 de junio. Jubileo de las Familias, de los Niños, de los Abuelos y de los Mayores.•El viernes comienza la Novena de Pentecostés.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la MisaQueridos hermanos: seguimos celebrando este glorioso tiempo pascual que el Señor nos regala en el marco de este Año Santo, año de júbilo para alegrarnos como peregrinos de esperanza. Hoy la palabra de Dios nos recordará que Cristo ha resucitado para que todos los hombres y mujeres experimentemos la presencia del Dios vivo y verdadero. Él nos ama con amor eterno y quiere venir a habitar en nuestros corazones. Con esta motivación, participemos con fe de esta Eucaristía. Monición a la Liturgia de la PalabraComo comunidad parroquial nos hemos reunido hoy en asamblea para escuchar la palabra salvadora de Cristo Resucitado. Guardemos esta palabra para que el Padre y el Hijo vengan a vivir en nosotros y para que recibamos al Espíritu Santo. Oración Universal o de los Fieles Presidente: A Dios nuestro Padre que quiere habitar en aquellos que lo aman y guardan su Palabra, elevemos nuestras plegarias por medio del Hijo y animados por el Espíritu Santo. Como peregrinos de esperanza, oremos juntos diciendoR. Quédate, con nosotros, Señor.1.Por la Iglesia universal para que, cumpliendo amorosamente su misión de evangelizar a todos los pueblos, manifieste al mundo la presencia renovadora del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Oremos. 2.Por la paz del mundo para que experimentemos aquella Paz que Cristo resucitado nos ofrece, aquella paz que sólo proviene de Dios y que es fruto del Espíritu Santo. Oremos. 3.Por todos los que sufren en nuestra parroquia para que encuentren en esta comunidad de bautizados el consuelo y la caridad que los puede levantar de sus tristezas y ayudar en sus necesidades. Oremos. 4.Por nosotros, reunidos como comunidad parroquial, para que reconozcamos la presencia del Padre y del Hijo en medio de nosotros, así como la guía luminosa del Espíritu que nos recuerda el Evangelio. Oremos. 5.Por las Familias, los Niños, los Abuelos y los Mayores, para que del Jubileo que celebrarán, sean fortalecidos en su fe y los valores cristianos para construir una mejor sociedad. Oremos.Oración conclusivaDios de amor que te dignas habitar en tus discípulos misioneros.Escucha estas súplicas que te presentamos comunitariamenteya que unidos en la plegaria, nuestra oración es más fuerte.Por Jesucristo, nuestro Señor.R. Amén.

Vie 16 Mayo 2025

Como yo os he amado, amaos también unos a otros

QUINTO DOMINGO DE PASCUAMayo 18 de 2025
Primera lectura: Hechos de los Apóstoles 14,21b-27Salmo: 145(144),8-9.10.11-12.13ab (R. cf. 1b)Segunda lectura: Apocalipsis 21,1-5aEvangelio: Juan 13,31-33a.34-35I. Orientaciones para la PredicaciónIntroducción- Cercana la hora de dar la vida por sus amigos, el Señor les entrega el mandamiento nuevo del amor. Los discípulos están llamados a acoger este mandato descubriendo la novedad de amar según Dios: se trata de amar como Cristo, amar desde Cristo, amar en Cristo.- Gracias a la misión evangelizadora de la Iglesia, se sigue abriendo para toda la humanidad la puerta de la fe. Es el mismo Dios quien abre esta puerta en el corazón de cada persona y esto nos alienta para perseverar en el anuncio de la Resurrección de Cristo.- También nos anima la esperanza del cielo nuevo y la tierra nueva. El amor de Dios se encargará de hacer nuevas todas las cosas y, para esto, desde ya debemos dejar que el Señor haga morada nuestras vidas. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?En el contexto de la misión de Pablo y Bernabé que se relata desde Hch 13,1, la liturgia nos presenta la conclusión de este viaje con el retorno a Antioquía, desde donde habían partido. Se percibe en los apóstoles el gozo y la gratitud por las comunidades evangelizadas pues son animadas para afrontar las pruebas, son guiadas por los presbíteros y el Señor les ha abierto la puerta de la fe a los gentiles. Pablo y Bernabé narran lo vivido, comprendiendo que Dios ha hecho la obra junto con ellos.En la segunda lectura nos encontramos ante uno de los pasajes más significativos del Apocalipsis. Allí se puede notar el empeño del autor en hacer sentir la Nueva Creación con todas sus implicaciones y consecuencias. Se presenta la Nueva Jerusalén (que representa a la Iglesia) engalanada como novia para el gran desposorio escatológico con su Dios, la nueva y definitiva alianza. La voz que proviene del trono expresa una decisión irrevocable de Dios: habitar con la humanidad.Enseguida de la escena del lavatorio de los pies y del anuncio de la traición de Judas, comienza el gran discurso de despedida de Jesús, habiendo llegado la hora de pasar de este mundo al Padre (Jn 13,1), la hora de ser glorificado por Dios (Jn 2,4; 7,30; 12,23). Consciente de su paternidad espiritual para con sus discípulos y del poco tiempo de presencia física en medio de ellos, Jesús les entrega el mandato nuevo de amarse. No se puede perder de vista que el amor es algo más que un mandamiento: es un don que procede del Padre por Jesús y es otorgado a los que creen en él. En ese sentido Jesús ama a sus discípulos como el Padre lo ha amado (cf. Jn 15,9) y ellos deben amarse a la manera como Él ha entregado la vida por ellos, sus amigos (Jn 15,13).2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?Hoy más que nunca los discípulos de Cristo hemos de manifestar al mundo la esencia de nuestra identidad, que al mismo tiempo es la herencia que el Señor nos dejó en la Última Cena: amar. Aquel amor que lo llevó al sacrificio de la cruz es el amor que destruye la muerte con su resurrección. Por eso también podemos afirmar que el gran fruto que debe brotar en la vida un discípulo que ha resucitado con Cristo es la práctica del amor a los hermanos; signo de que el cristiano realmente camina en senderos de vida nueva es que se esfuerza por configurar su vida con el mandamiento nuevo del amor.En su reciente encíclica Fratelli Tutti el Papa Francisco nos recuerda que «un ser humano está hecho de tal manera que no se realiza, no se desarrolla ni puede encontrar su plenitud “si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás”» (n. 87). Esta es la verdad que está a la base de la fraternidad y la amistad social que promueve en su carta. Refiriéndose al valor único del amor nos sigue enseñando Francisco: «La altura espiritual de una vida humana está marcada por el amor, que es “el criterio para la decisión definitiva sobre la valoración positiva o negativa de una vida humana”. Sin embargo, hay creyentes que piensan que su grandeza está en la imposición de sus ideologías al resto, o en la defensa violenta de la verdad, o en grandes demostraciones de fortaleza. Todos los creyentes necesitamos reconocer esto: lo primero es el amor, lo que nunca debe estar en riesgo es el amor, el mayor peligro es no amar (cf. 1 Co 13,1-13)» (n. 92).Por tanto, si queremos ser fieles a la enseñanza pascual que el Señor nos ofrece debemos volcarnos hacia cada persona que nos encontremos en el camino de la vida para buscar su bien: «El amor implica entonces algo más que una serie de acciones benéficas. Las acciones brotan de una unión que inclina más y más hacia el otro considerándolo valioso, digno, grato y bello, más allá de las apariencias físicas o morales. El amor al otro por ser quien es, nos mueve a buscar lo mejor para su vida. Sólo en el cultivo de esta forma de relacionarnos haremos posibles la amistad social que no excluye a nadie y la fraternidad abierta a todos» (n. 93). Y recordemos: sólo amaremos al otro verdaderamente si lo hacemos como Cristo, desde Cristo y en Cristo; he ahí la novedad de su mandato.3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?En la oración nos dirigimos al Dios Amor y nuestra plegaria debe estar llena de amor a Dios y a los hermanos. Gracias a que en la oración experimentamos el amor infinito, total e incondicionado de Dios por cada uno nosotros, se hace posible un amor al prójimo visible, solícito y atento. Sin embargo, en medio de nuestra fragilidad que limita nuestra capacidad de amar, nuestra petición ha de ser simple, pero firme: Señor, enséñanos a amar como tú nos has amado.Para que se refleje en nuestra vida el don del amor podemos meditar esta enseñanza de H. J. M. Nouwen: «Antes que nada, en el amor a Dios me descubro a “mí mismo” de un modo nuevo. En segundo lugar, no nos descubriremos sólo a nosotros mismos en nuestra individualidad, sino que descubriremos también a nuestros hermanos humanos, porque es la gloria misma de Dios la que se manifiesta en su pueblo a través de una rica variedad de formas y de modos». II. Moniciones y Oración Universal o de los FielesMonición introductoria de la MisaQueridos hermanos y hermanas: En medio de la desbordante alegría de la Pascua, hoy Cristo resucitado nos recuerda el mandamiento nuevo del amor, la señal por la que nos reconocerán como sus discípulos. Celebrar esta eucaristía es celebrar el Amor que vencido la muerte y compartir la vida en fraternidad, como hermanos en Cristo. Participemos con fe. Monición a la Liturgia de la PalabraYa que el Señor nos ha abierto la puerta de la fe, acojamos su Palabra con alegría. Ella nos garantiza que, con Cristo resucitado, nos espera una vida renovada y nos invita a practicar la caridad a ejemplo de Jesús que nos amó hasta el extremo de dar la vida por nosotros.Oración Universal o de los FielesPresidente: Habiendo escuchado la Palabra que Dios nos comunica, y como un acto de amor para con nuestros hermanos, oremos al Padre por medio de Cristo, vencedor de la muerte, suplicando por toda la familia humana. Digamos juntos:R. Tú que eres la vida y la resurrección, escúchanos.1. Por la Iglesia universal. Que la vida de todos los ministros ordenados, religiosos y laicos sea señal de que el amor según Cristo es el único camino hacia la plenitud de cada persona humana. Oremos.2. Por una espiritualidad del caminar juntos. Que nos formemos como discípulos de Cristo, como familias, como comunidades y como seres humanos, a través de nuestra experiencia de este camino Sinodal. Oremos.3. Por los gobernantes. Que, movidos por una caridad sincera y desinteresada, puedan realizar obras que realmente contribuyan al progreso íntegro de todos los pueblos y de cada ser humano. Oremos.4. Por nosotros que, celebrando esta liturgia pascual, hemos escuchado el mandato nuevo del amor. Que esta caridad, que se fundamenta en Cristo, nos ayude a reconocer, valorar y amar a cada persona. Oremos.Oración conclusivaPadre de amor,que con la resurrección de tu Unigénitonos infundes vida en abundancia.Escucha estas plegarias que te presentamos.Por el mismo Jesucristo, nuestro Señor.R. Amén.

Vie 9 Mayo 2025

Yo doy la vida eterna a mis ovejas

CUARTO DOMINGO DE PASCUAMayo 11 de 2025Primera lectura: Hechos de los Apóstoles 13, 14.43-52Salmo: 100(99), 1-2.3.5 (R. 3c)Segunda lectura: Apocalipsis 7, 9.14b-17Evangelio: Juan 10, 27-30I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónLos primeros domingos de Pascua la Iglesia presenta en la liturgia las apariciones del Resucitado a sus discípulos, pero el cuarto domingo de Pascua ofrece una figura especial, la de Cristo Pastor de las ovejas; es claro para nosotros que Él es el único Buen Pastor para sus fieles, pero el pueblo ha reconocido a través de los siglos en el papa, los obispos y los presbíteros un ministerio a favor de aquel del Único Pastor que reúne bajo su cuidado a gentes muy diversas, como sucedía ya desde las primeras comunidades cristianas compuestas de fieles provenientes de los judíos y de los gentiles (cf. Directorio Homilético, apéndice I, ciclo c, Cuarto domingo de Pascua).1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?La lectura de los Hechos de los Apóstoles se inserta en un apartado sobre la evangelización de Chipre y Asia menor, pero más específicamente nos presenta a Pablo y a Bernabé en Antioquia de Pisidia mientras ofrecen a los gentiles el mensaje de salvación ya que muchos judíos, sus primeros destinatarios, lo habían rechazado; así, quienes aceptaban el mensaje se alegraban y daban alabanza a la Palabra proclamada y quienes lo rechazaban experimentaban envidia e ira contra los discípulos al ver que muchos acudían a la escucha de la Palabra. El Salmo noventa y nueve es un llamado a la alabanza por el gozo del reconocimiento de la misericordia fiel del Señor con su pueblo, es también por esto acción de gracias, pero además confesión de la fe en Dios creador y guía del pueblo –expresado como las «ovejas de su rebano»–, es evidente así, que el Salmo pone también en tono de oración el contenido de la lectura de los Hechos. Además, como segunda lectura se continua el libro del Apocalipsis que la Iglesia hace terminar en los versículos que declaran que el Cordero (Cristo) será el pastor que conducirá hacia fuentes de aguas vivas a los que han sido atribulados y pasados por la sangre del Cordero para secar sus lágrimas: una consoladora imagen profética y apocalíptica de la comunión de los mártires de todos los tiempos.La dirección de toda esta riqueza de la Escritura la señala el Evangelio, que propone un breve, pero muy diciente pasaje del evangelista Juan en que Jesús, después de que un grupo de judíos le pidiera que les dijera expresamente si era o no el Mesías –porque la incertidumbre les turbaba el alma–, les responde que se los ha dicho, pero no se lo creen porque no son ovejas suyas, en cambio sus ovejas, las que el Padre le dio, escuchan su voz y lo siguen.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad?Quienes acuden a la escucha de la Palabra de Dios, son reunidos de los más diversos pueblos y reciben hoy, como en muchas épocas, la alegría que brota de ella y la alaban, como sucedía con los gentiles que acogían la Buena Noticia por parte de los Apóstoles, en el mensaje de la primera lectura. En efecto, el mensaje del Señor llega como la luz a todos los extremos de la tierra para iluminar a los que viven en las tinieblas y para congregarlos como su pueblo y ovejas de su rebano; esta es la respuesta que se ofrece para que la comunidad ratifique cada una de las estrofas del salmo de alabanza que acompaña la lectura. La segunda lectura continúa motivándonos a una alegre fe y a una firme esperanza, esta vez recordando que el Cordero de Dios será quien como un pastor conduzca los mártires, a quienes han pasado por la sangre del Cordero, hacia la vida, hacia las aguas vivas y quien dé recompensa a los sufrimientos que asumieron por seguir fielmente a su pastor. El verso preparatorio al Evangelio recuerda el conocimiento mutuo que caracteriza al Pastor y a las ovejas, esa conexión supera por mucho el oficio del pastor de este mundo de Cristo Pastor, porque él nos da vida, no es aquel que usufructúa la vida de las ovejas.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?En la oración colecta, que da el tono de la celebración de la Misa, pedimos al Señor que, a pesar de las debilidades del rebano del Señor, este pueda llegar a la gloria que nos alcanzó la fortaleza de Cristo, nuestro único pastor, es decir que por el ejemplo de Jesucristo, logremos perseverar en Él para alcanzar los gozos celestiales; reflejamos el encuentro con esta Palabra en nuestra vida cotidiana de diversas formas, entre las cuales se encuentra el recordar que ante las dificultades por subsistir en este mundo, contamos con la providencia del Señor, que no solo nos prodiga lo necesario para subsistir sino también el alimento de la Palabra que nos llena de alegría en el Espíritu Santo y de la Eucaristía, que es fuente inagotable de alegría y precio de nuestra salvación (cf. Misal Romano, III Domingo de Pascua, oración sobre las ofrendas y después de la comunión)____________Recomendaciones prácticas:•Día del Buen Pastor.•Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones Sacerdotales.•Día de la Madre.•12 – 14 de mayo. Jubileo de las Iglesias Orientales•16 – 18 de mayo. Jubileo de las Cofradías•15 de mayo. Día del EducadorII.Moniciones y Oración Universal o de los FielesMonición introductoria de la MisaSomos congregados por el amor de Cristo muerto y resucitado por nuestra salvación, por su amor que nos ha limpiado de la turbidez del pecado; escucharemos la Palabra del Señor y comulgaremos su pan y bebida de salvación y de esta forma somos participes de la vida eterna que solo Él puede otorgar. ¡Qué alegría, en este domingo hemos sido congregados por el Señor, nuestro único Pastor, como ovejas de su rebano!Monición a la Liturgia de la PalabraLa voz del Pastor conduce a sus ovejas hacia él; nosotros, que acudimos a escuchar la Palabra de Dios, somos conducidos por ella hacia la fuente de nuestro consuelo, al Señor, que nos da la vida eterna y nos llena de la alegría y del Espíritu Santo, el mismo que inspiró cuanto ahora se nos proclamará. ¡Escuchemos!Oración Universal o de los FielesPresidente: Hermanos, confiados en Dios, nuestro Padre, que por amor nos ha enviado a su Hijo, Buen Pastor, dirijámosle nuestras súplicas por las necesidades propias y las del mundo entero. Oremos diciendo:R. Escúchanos, Señor.1.Por la Iglesia, extendida por toda la tierra, especialmente por la Iglesia Oriental, para que el testimonio de muchos sirva de ejemplo a otros, y así ellos te sigan y te alaben llenos del Espíritu Santo. Oremos.2.Por la santificación de los sacerdotes para que tú, Pastor y Guardián de las almas, concedas fruto abundante a su ministerio y a su grey docilidad. Oremos.3.Por las madres de familia, para que su ejemplo de fe, de amor y de servicio sea un testimonio de vida cristiana para los hijos. Oremos.4.Por los que sufren, para que conducidos por Ti hacía a las buenas aguas del consuelo, sean fortalecidos en su cuerpo y espíritu. Oremos.5.Por los educadores, para que su enseñanza sea un espacio donde quienes está a su cargo, logren abrir su mente y corazón la obra de Dios. Oremos.6.Por todas las Cofradías, para que en el marco de la celebración de su Jubileo crezcan siempre en la alegría de ser instrumento al servicio de Dios y de los hombres. Oremos.Oración conclusivaPadre bueno,escucha estás súplicasque te hemos dirigido con fe y esperanza,con la confianza de que serán escuchadas.Por Jesucristo, nuestro Señor.R. Amén.

Vie 2 Mayo 2025

¿Me quieres?

TERCER DOMINGO DE PASCUAMayo 04 de 2025Primera lectura: Hechos de los Apóstoles 5,27-32.40b-41Salmo: 30(29),3-4.5-6.12ac-13 (R. 2a)Segunda lectura: Apocalipsis 5,11-14Evangelio: Juan 21,1-19I. Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónEn el camino de la Pascua, la Palabra de Dios nos pone en contexto de gozo eucarístico y de testimonio comunitario del Señor Resucitado.La liturgia de la Palabra nos regala unas luces precisas para desarrollar estas ideas y ponernos en camino permanente de fe:· La fuerza del encuentro con el Resucitado produce un cambio tan radical en la comunidad que el testimonio no puede verse de otra manera que algo intrínseco a la vida cristiana. O se es testigo o no se puede ser discípulo. Ser testigo del resucitado hace proclamar que la misericordia del Señor llena la tierra.· La Comunidad cristiana es siempre una comunidad en crisis por la persecución en medio de la fidelidad. Los cristianos, como el Cordero, permanecen de pie, aunque muchas veces se sientan degollados.· La experiencia de la resurrección es siempre una iniciativa del Resucitado que vuelve a la comunidad y se hace presente en su cotidianidad para transformarla y fortalecer el ser de los discípulos. Todo encuentro con el Señor es vocacional porque siempre termina con la invitación al seguimiento en la fidelidad.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?El texto de este domingo se enmarca en la tradición del discípulo amado del capítulo 21 de Juan, que a su vez es un apéndice que aparece pocos años después de haberse concluido el IV Evangelio y que refleja la necesidad de una catequesis eclesial sobre la resurrección. Dos partes se distinguen en el texto de hoy: La aparición del resucitado y el diálogo de Jesús con Pedro.Aparición del resucitado: Los discípulos han vuelto a su oficio de pescadores y se mencionan los nombres de 5 discípulos más otros dos que son símbolo del discípulo amado, de la comunidad eclesial, un total de 7 (plenitud).En el marco de la aparición es normal que no se le reconozca al resucitado, pero luego se abrirán sus ojos y le verán. Tirar las redes a la derecha es signo de buenos deseos y allí aparece el discípulo amado reconociendo al Señor, cosa que refleja la competencia que existía en las comunidades primitivas por la figura de Pedro y Juan, además debe recordarse que el discípulo amado fue el primer creyente del resucitado en la tumba vacía.La rede repleta de peces es arrastrada hasta la orilla por Pedro, unos cien metros (doscientos codos, cada uno de 45 cm) y refleja un simbolismo de la Iglesia, de la comunidad (eso significa 153) pero también significa la universalidad de la misión.Diálogo con Pedro: En este diálogo se establece nuevamente el carácter misionero de la resurrección. Jesús pregunta a Simón si le ama en dos oportunidades (verbo agapao: entrega total hasta morir) y Pedro responde que le quiere (Verbo fileo: amor de hijo a padre, pero no de entrega total), una tercera vez le pregunta si le quiere (verbo fileo) y viene en cada una de las preguntas la entrega de la misión que se le confía: apacentar, pastorear, apacentar, que no es otra cosa del reconocimiento que tenía la comunidad de la misión de pastor de Pedro en medio de las comunidades.Como al parecer Pedro no ha entendido la dimensión perfecta del amor como entrega, se le repite lo que debe comprender: morirá por el Señor y deberá someterse a lo que otros hagan con él, pero en todo se vivirá una obediencia a la voluntad del maestro que en medio de la persecución y el dolor sigue repitiendo a los discípulos de todos los tiempos: sígueme.En este domingo el evangelio de Juan nos muestra que ser testigo implica seguimiento y perseverancia.2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad? La Iglesia, peregrina de la esperanza y puesta siempre en camino sinodal recibe esta Palabra de este domingo como una ayuda concreta para la peregrinación.En primer lugar, la pregunta por la experiencia es fundamental: ¿Hemos visto al Señor?, ¿Hemos comido con él? La resurrección no es una historia ni un mito, es una experiencia concreta que genera un testimonio de vida; por eso los frutos son necesarios en la comunidad cristiana (“por sus frutos los conocerán”) y estos frutos deben ser acciones concretas que muestra la comunidad de los resucitados.En segundo lugar, la experiencia del encuentro con el resucitado siempre generará la necesidad de evaluar nuestro amor y nuestra vida discipular como entrega hasta las últimas consecuencias. Somos discípulos del Mesías crucificado, discípulos amados y adheridos al Señor en la experiencia de la Cruz y por ello la mejor manera de dar fruto es morir por el otro.Un testigo sabe morir por la verdad. Ya el Papa Benedicto XVI nos enseñó que la mayor prueba de la resurrección es el martirio. Ya que nadie muere por una mentira. Seguimiento y martirio se reclaman siempre.Vivir la experiencia de la comunidad nos lleva a comer y beber con el Señor. La Eucaristía nos hace testigos y nos alimenta para poder proyectar el testimonio3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? En la Bula de convocación al Jubileo del 2025, el Papa Francisco expresaba: “en medio de la oscuridad se percibe una luz; se descubre cómo lo que sostiene la evangelización es la fuerza que brota de la cruz y de la resurrección de Cristo.” (Spes non confundit 4). En este domingo la comunidad sabe que es peregrina en medio de las oscuridades que tratan de opacarla, pero es allí donde resplandece el Resucitado que irrumpe en la comunidad, se mete en la historia y hace posible renacer la esperanza y volver a la luz.Hoy más que nunca es necesario suplicar al Señor por la fortaleza en el camino, la fidelidad en la vida cristiana y la virtud de la esperanza que permite que el amor no se deje cegar ni obnubilar por nada ni por nadie distinto al Resucitado.Una comunidad resucitada, una comunidad pascualizada es la comunidad eucarística que se ve reflejada en actos concretos de amor y de entrega, que no se reserva nada y en el otro ve la llamada constante al seguimiento del Señor.______________________Recomendaciones prácticas:· Jornada Mundial de la Infancia Misionera· 4 – 5 mayo. Jubileo de los Empresarios· 10 – 11 de mayo. Jubileo de las Bandas MusicalesSe recomienda hacer aspersión con el agua bendita.II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa En este domingo resuena la invitación del Resucitado: vengan a comer. Nuevamente el Señor irrumpe en nuestra vida y en nuestra historia comunitaria y se presenta en medio de las tinieblas que están llamadas a ser vencida por la luz y allí fortalece nuestra fe, renueva nuestra esperanza y nos compromete en la vivencia del amor. Aceptemos esta invitación del Señor y acerquémonos a él para comer y beber su mismo ser.Monición a la Liturgia de la Palabra Sólo quien escucha la invitación y el llamado puede volverse discípulo y testigo. Hoy se nos dirige una Palabra de salvación para que seamos fieles seguidores del Señor. Escuchemos con atención.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Con la fuerza de la esperanza dirijamos nuestras oraciones al Dios que no nos ha dejado solos y nos regala la presencia de su hijo entre nosotros.R. Escucha, Señor, y ten piedad.1. Padre de amor que te has compadecido del género humano y nos has puesto en camino y peregrinación, no permitas que la red de tu Iglesia se rompa y pierda alguno de los que has llamado a ser discípulos. Oremos.2. Padre de bondad cuya bondad dura eternamente, acompaña a los gobernantes y de manera especial a quienes deben impartir la justicia, para que vivan siempre la llamada y la entrega a la verdad y al amor que brotan del corazón de tu hijo. Oremos.3. Padre de todos los hombres que cambias en luto en danza, permite que los que sufren experimenten nuestra caridad y nuestra presencia fiel y generosa para ser levantados de sus sufrimientos. Oremos.4. Padre de misericordia, que nos envías por el mundo a llevar tu mensaje de amor, fortalece la Infancia Misionera, para que desde la sencillez del corazón puedan hablar de tus maravillas. Oremos.5. Padre omnipotente, tu que das a cada hombre un don especial para glorificarte, te pedimos por los Empresarios y las Bandas Musicales, que en los próximos días celebran su propio Jubileo, para llenos de tu amor, estén dispuestos a anunciarte en cada una de sus profesiones. Oremos.Oración conclusivaEscucha, Señor, y ten piedad, socórrenos y haznos fieles a tu llamada. Por Jesucristo nuestro SeñorR. Amén.

Vie 21 Mar 2025

Uno tenía una higuera plantada en su viña

TERCER DOMINGO DE CUARESMAMarzo 23 de 2025Primera lectura: Éxodo 3,1-8a.13-15Salmo: 103(102),1-2.3-4.6-7.8 y 11 (R. cf. 6)Segunda lectura: 1Corintios 10,1-6.10-12Evangelio: Lucas 13,1-9I. Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónSiempre insistimos en que la conversión es “volverse a Dios” y esto es cierto, pero ¿sabemos a qué Dios nos estamos convirtiendo? Esta pregunta se hace fundamental en este tercer domingo de cuaresma, cuando la Sagrada Escritura nos da unos primeros apuntes sobre quién es Dios. Ciertamente toda la Escritura nos habla de quién es Dios, pero no en términos ontológicos, sino en formas históricas.No es una elucubración acerca de lo que es Dios, sino una narración de cómo se le ha experimentado. La historia de Israel, es la historia de Dios con su pueblo y el relato del que podemos llamar, el renacimiento del pueblo por medio de Moisés, no es otra cosa que aprender a descubrir quién es ese Dios de los antepasados que se ha hecho Dios contemporáneo. El bautismo es el nuevo éxodo, así lo cantaremos en la vigilia Pascual y Pablo en la primera carta a los Corintios nos recuerda que ese itinerario es figura para nosotros, para que deseemos lo bueno. La idolatría es una confianza en un dios que no puede actuar (está hecho de falsedad y está yerto).Y quien confía en un dios falso, queda como él, muerto e inerte. La confianza está puesta entonces en el Señor, Él es la esperanza verdadera de los creyentes. Contrario a Israel, el cristiano debe permanecer en la roca firme que es Cristo. Por su parte, Lucas nos habla de la paciencia de Dios. El pecador tiene una esperanza, y esa esperanza es la paciencia de Dios. Que Dios le aguarda, no gasta afán en destruir, sino que da tiempo. ¿Acaso la esperanza no implica una ganancia de tiempo? El afán se traduce en desespero, pero Dios es quien sabe dar largura para dar oportunidad. 1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura?Parece que Moisés tampoco conoce a Dios. Sus sentimientos iniciales lo han llevado a intentar hacer justicia con sus manos (Ex. 2,11-14). La salvación obrada en este caso, no viene de un conocimiento de Dios, sino de un sentimiento lastimero que ve sin los ojos de Dios. Es muy hermoso que Dios le manifieste a Moisés que él también ha visto el sufrimiento de su pueblo y es ahí donde Moisés debe entender que no es sólo lo que él ve, sino lo que Dios también puede observar. ¿Cómo te miras a ti mismo? ¿Cómo ve Dios tu vida? Es necesario que Dios te presente su visión de la realidad, que él también haga lectura; y en esto coinciden Dios y Moisés, pero en lo que tiene que ver con el actuar, Moisés debe contar con Dios, como Dios ha contado con él. El llamado de la zarza es la exposición de cómo Dios ve a su pueblo, Moisés ha sido avistado y aquel que “es” entra en diálogo. El pastor de Jetró no sabe quién es Dios, debe aprender a acercarse a él despojado de sandalias y permitirse conocerlo. No puede darse la liberación sin el conocimiento de Dios, mejor, el Señor se da a conocer liberando. Ha liberado a Moisés de sus sandalias, para que camine a pie limpio hacia aquel que se llama “yo soy el que seré”. Moisés encuentra un Dios desconocido y entra en relación con él preguntando su nombre.El nombre le revela una identidad increíble: es el Dios que siempre estaba, aunque no lo reconociera. Es interesante que Moisés, quien tendrá la misión de llevar a la fe a Israel por el desierto, tiene que ser el primero en reconocer que Dios está. El camino de la conversión tiene este maravilloso paso, reconocer que Dios siempre estaba y que ahora yo mismo tengo la oportunidad de saber quién es Él. La aceptación de esta realidad misteriosa y siempre presente lleva al corazón humano a darse cuenta de que hay una esperanza de liberación que no depende ya de sus propias fuerzas, sino de la compañía de la gracia divina. Ahora si puede comenzar el camino hacia la libertad, porque Dios ha dicho: “yo estoy contigo” (Ex 3,12) y los signos venideros lo demostrarán. La maldad de los hombres no son un signo de que no hay esperanza de salvación o de que las cosas no pueden cambiar; al contrario, son una muestra de que Dios aún espera en nosotros. Eso lo ratifica Jesús en el Evangelio. ¿Cómo miran los demás las desgracias del mundo? Seguramente como un castigo o tal vez como el destino ineludible de la vida. Pero la visión de Jesús frente a tales males, representados en la muerte de los galileos o en los aplastados por la torre de Siloé, son una manera de ver que Dios da oportunidad, no porque sean mejores los que no viven adversidades, sino porque a todos les tiene paciencia. La conversión es reconocer que Dios espera también algo de mí; que incluso en los problemas está presente para mostrar que ese mal es una señal de que Él no abandona. Dios se da a conocer también en medio del mal, observa con atención y verás que en el desierto hay una zarza ardiendo esperando que una persona se atreva a acercarse. La esperanza del cristiano es saber que su Dios siempre espera. 2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad? Meditar esta palabra dominical genera siempre miles de interrogantes frente a Dios y su presencia. ¿Cómo descubrimos a Dios en medio del pecado o de las adversidades? El primer obstáculo es pensar que Dios aparece o debe presentarse como la solución a dichos problemas y no como el Dios que está, aunque el mal siga presente. Dios debe ser reconocido en primer lugar como aquel que acompaña sin importar que haya dificultades. De lo contrario, será un ser de usos y desusos, de que aparece y desaparece como un ser mágico que tiene como misión liberar de los líos y no como el que debe ser compañía. El acto del amor de Dios es como el amor de los esposos. Se ama a aquel que está conmigo, aunque no me solucione los problemas. Porque se cuenta con alguien que te sostiene en los momentos más significativos como en los más cotidianos. Es necesario que un convertido entienda que Dios está con él, que observa su vida porque le importa, pero que no siempre está deteniendo las malas decisiones como si no respetara la libertad que le ha dado al hombre. Que quiere que confíen siempre en Él para que la libertad sea usada para la felicidad y no como un capricho para el desenfreno. Si Dios está, muchas cosas habrá que desatar, muchas personas no estarán. 3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo?Necesitamos valorar más el atributo de la omnipresencia de Dios, pues lo limitamos a lo locativo y no a lo vivencial. Dios esta presente en todos los momentos de mi vida, conscientes o inconscientes. Necesitamos purificar este atributo, para dejar de pensar que su omnipresencia es sólo para ver nuestros pecados. Por eso muchos no creen o no confían en Dios. Lo ven como una sombra perseguidora y tóxica que impide la realización de la vida. La presencia total de Dios es discreta, amorosa, paciente. El que lo ve todo, también lo conoce todo y respeta todo. Pidamos la capacidad de la confianza en esta presencia de Dios que quiere llenar la vida, pues reconocer su “estar conmigo” llena de paz y tranquilidad. No crea una falsa expectativa de que no habrá problemas, sino una auténtica seguridad de que no permitirá que caiga cuando el peso quiere aplastar la existencia. Creer en el Dios omnipresente nos pone en actitud orante y le regala santidad a mi vida para estar presente en la vida de otros como medio salvífico y no para condenar. _______________________Recomendaciones prácticas:•25 de marzo. Solemnidad de la Anunciación del Señor. Motivar a los fieles para que participen de la Celebración Eucarística este día, aunque en Colombia no sea de precepto.•28 de marzo. 24 horas para el Señor•28 – 30 de marzo. Jubileo de los Misioneros de la MisericordiaII.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la MisaEn este tercer domingo de nuestro desierto cuaresmal, el Señor nos llama, para que en nuestro camino de conversión prestemos atención a su presencia permanente. Celebramos que Dios nunca nos abandona y que espera con paciencia a que todas las realidades que vivimos sean una forma de ver que está con nosotros. La Eucaristía será siempre signo de que Jesucristo está presente todos los días hasta el fin del mundo. Monición a la Liturgia de la Palabra Escuchemos atentos la Palabra de hoy, como creyentes que buscamos renovar nuestra fe bautismal, que sea la apertura del oído la que haga que reconozcamos al Dios liberador y confiemos en su paciencia amorosa.Oración Universal o de los Fieles Presidente: Hermanos, Dios ve y escucha la opresión de su pueblo. Confiémosle entonces nuestras oraciones por los sufrimientos de la Iglesia y los de todos los hombres y digamos: R. Padre, atiende nuestras súplicas.1.Te suplicamos por nuestra Iglesia, extendida por el mundo entero, para que con su continua conversión manifieste al mundo la seguridad de tu presencia. Oremos.2.Te pedimos por los encargados de gobernar a los pueblos, para que estén atentos a las necesidades de los más vulnerables y construyan una sociedad más justa y equitativa. Oremos. 3.Te rogamos por aquellos que no creen en Dios, para que descubran tu presencia amorosa en el testimonio de los creyentes. Oremos.4.Te pedimos nosotros reunidos en Eucaristía, para que la escucha de tu palabra y la recepción del Cuerpo y la Sangre de Jesucristo nos asegure tu presencia permanente y nos aleje del pecado. Oremos.5.Te pedimos por todos los Misioneros de la Misericordia, para que sigan llevando el perdón a todos los rincones de la tierra. Oremos.Oración conclusivaPadre celestial, recibe con agrado estas súplicas de tus hijos en camino de conversión y concédenos tu gracia para comprender los dones que nos otorgas por medio de ellas. Por Jesucristo nuestro SeñorR. Amén.

Vie 14 Mar 2025

Este es mi Hijo, el Elegido, escuchadlo

SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMAMarzo 16 de 2025Primera lectura: Génesis 15,5-12.17-18Salmo: 27(26),1.7-8.9abc.13-14 (R. 1a)Segunda lectura: Filipenses 3,17 - 4,1Evangelio: Lucas 9,28b-36I.Orientaciones para la PredicaciónIntroducciónEn el segundo domingo de Cuaresma celebramos la Transfiguración del Señor. Tengamos también en cuenta que la Cuaresma, a través de la primera lectura de cada domingo de este tiempo, nos propone una reflexión sobre las etapas principales de la historia de la salvación en el Antiguo Testamento, por eso:-Cada segundo domingo de Cuaresma el protagonista es Abrahán. En los años anteriores habíamos leído su vocación, la petición de la ofrenda de su hijo Isaac y este año se propone la narración de la Alianza. Y es un pacto donde, vaya sorpresa, es Dios quien se compromete a cumplir su palabra a Abraham.-En la segunda lectura San Pablo, haciendo eco de la promesa de Dios a Abrahán, afirma que Jesús es la plenitud de esta promesa. A Jesús lo esperamos como Salvador porque ahora “somos ciudadanos del cielo”. Ya no esperamos una tierra en este mundo, como Abraham, sino que se no ha prometido una patria celeste. Estamos seguros que Nuestro Señor Jesucristo “transformará nuestra condición humilde, según el modelo de su condición gloriosa”.- Desde su nacimiento hasta su regreso al Padre, el itinerario terrenal de Jesús es realmente un éxodo de la muerte a la vida, de la humillación a la exaltación en la luz divina. Y es en la oración que Jesús alimenta y renueva su fidelidad al Padre y su misión. Y ese debe ser el mismo camino que recorran sus discípulos hasta alcanzar la gloria de Dios.1.Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? v. 28a: “Cerca de ocho días después de estos discursos...”. Si bien este versículo no se lee en el Evangelio de este domingo, es importante retomarlo, porque Lucas abre su relato conectándolo con los discursos inmediatamente anteriores, casi como si quisiera decir que es la respuesta a las preguntas que Herodes, los discípulos y la gente se hacían sobre la identidad de Jesús. Y aquí Lucas comienza de inmediato con una precisión temporal. ¿Qué sentido tiene en el relato esta precisión temporal? ¿Por qué precisamente ocho días y no seis, como en Marcos o en Mateo?La respuesta nos la da el mismo Lucas en 24, 1 donde habla de la resurrección de Jesús: "El primer día después del sábado, muy de mañana..."; siendo el sábado el séptimo día de la semana judía, el día siguiente, en la sucesión de tiempo y números, es el "octavo día", queriendo así decir que la verdadera identidad de Jesús solo se puede encontrar en el octavo día, que es el de la resurrección.v. 28b: “Tomó consigo a Pedro, Santiago y Juan...”. Jesús "toma consigo" a estos discípulos suyos, queriendo con esto decir que los asocia a su proyecto de vida, ya que solo participando en él pueden calificarse como "discípulos" en cuanto comparten la opción hecha por el maestro.“Subió a un monte a orar”. El monte del que se habla, en realidad es un monte "teológico", que evoca realidades teológicas. En la antigüedad se entendía como el lugar de la morada de la divinidad. Subir al monte significa entrar en una dimensión divina. De hecho, Jesús sube "para orar", indicando así que la oración te eleva y te hace entrar en esta dimensión divina.Este subir al monte recuerda la historia de Israel en la vida de Jesús, revivida esta vez en fidelidad a Dios. Como Moisés, que subió al monte con tres personas en representación del pueblo (cf. Ex 24, 1-3), también Jesús aquí sube al monte de Dios con tres discípulos, representantes de la nueva comunidad mesiánica, constituida en fidelidad a Dios y en conformidad con sus exigencias.Y que este sea el contexto al que Lucas se refiere lo sugiere también la presencia de otras palabras que lo evocan: éxodo, Moisés, las tres tiendas, el monte al que suben. Lucas, por lo tanto, ve en Moisés una prefiguración de Jesús.v. 29: “Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y su vestidura se volvió blanca y resplandeciente”. La transfiguración es una anticipación de la Pascua y no solo por el aspecto resplandeciente de las vestiduras del Señor, sino también por la anticipación de todo el misterio pascual.El evangelista señala que Jesús no sube al monte para transfigurarse, sino para orar, y es precisamente durante la oración, en su íntima relación con el Padre, que Jesús es investido del resplandor de Dios hasta el punto de ser absorbido completamente por él. El símbolo de esta relación es el resplandor del rostro y de las vestiduras (las vestiduras reflejan la condición de la persona).El misterio del Tabor es un misterio de oración, en el que Jesús ora y enseña a orar, y en el que claramente nos dice que la oración permite un proceso de transfiguración en la persona.v. 30: “De repente dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías… hablaban de su partida de este mundo, que iba a consumar en Jerusalén”. Es importante detenernos en estos versículos. El Evangelio dice que Moisés y Elías se dirigen a Jesús y hablan con él. El "hablar con" implica comunión y comunicación; indica que entre el Antiguo (Moisés y Elías) y el Nuevo Testamento (Jesús) no hay ruptura, sino continuidad dialógica. En otras palabras, la historia de la salvación, representada aquí simbólicamente, es un único acto salvífico de Dios, dividido en dos tiempos: la Ley (Moisés) y los Profetas (Elías) que encuentran su confluencia natural en Jesús. Jesús recordará esto en Mateo 5, 17: "No piensen que he venido para abolir la Ley o los Profetas; no he venido para abolir, sino para darles cumplimiento". Jesús, por lo tanto, se presenta como la clave de interpretación del Antiguo Testamento y el punto de confluencia de toda la historia de la salvación, que en Él encuentra su cumplimiento.Un elemento que destaca Lucas aquí es el “éxodo de Jesús”. Lucas es el único que nos dice de qué hablaron: hablaron de su partida (otros traducen de su muerte). “Partida” es la traducción del término éxodo, de su éxodo, de su salida “que llevaría a cabo en Jerusalén”. El “éxodo” es claramente la muerte, pero no solo eso: la muerte también es la resurrección; muerte, resurrección y ascensión, todo esto es el éxodo de Jesús, es la salida de Jesús. Eso indica que la muerte y la resurrección de Jesús no son casuales, sino que están anunciadas y profetizadas por todo el Antiguo Testamento.2.Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y qué me sugiere para decirle a la comunidad? En el primer domingo de Cuaresma habíamos reflexionado sobre Jesús que, ante las tentaciones del demonio, escoge el camino de Dios, es decir, opta por vivir de una manera correcta según su vocación. En este segundo domingo de Cuaresma contemplamos a Jesús que lleva a sus discípulos a la montaña porque son ellos los que ahora deben “hacer una opción” y Él quiere hacerlos parte de su proyecto de vida. La imagen de la Transfiguración es la que mejor nos ayuda a comprender el “camino cuaresmal”: Jesús sube a la montaña e invita a los discípulos a ir con Él, a elevar su nivel de vida, a subir a este lugar que nos recuerda las características ya mencionadas anteriormente. En la montaña Jesús invita a sus discípulos a “hacer una opción de vida” por Cristo Salvador, que cumple las promesas del Padre ya anunciadas desde el Antiguo Testamento. Este testimonio de Moisés y Elías dice que Jesús tiene razón, que la opción hecha por Él de cumplir la voluntad del Padre es el camino acertado. Incluso esto se confirma con la voz del Padre que llega desde lo alto, la misma voz que en el Jordán presentó a Jesús como Hijo amado, pero ahora se agrega algo: “escúchenlo”.¿Cuál es la mejor forma de escuchar hoy a Jesús?: la oración, que permite “elevar” nuestra mente hacia Dios y recibir una luz que nos transfigura. Es allí donde es posible hacer la misma opción que hace Jesús de cumplir la voluntad del Padre. También es en el encuentro personal con Dios en la oración donde se renueva la Alianza, de la que nos habla la primera lectura, y en donde hay un detalle que muy poco percibimos: es Dios quien se compromete pasando entre los miembros descuartizados de los animales que había preparado Abrahán. No es Abrahán el que pasa en medio de ellos. Ese gesto, según la antigua manera de hacer pactos en Israel, significaba honrar la palabra dada y, en práctica, pasando por en medio de los animales descuartizados se quería decir: “me suceda a mí como a estos animales sino cumplo el compromiso asumido”. De esa manera, es Dios quien toma la iniciativa de comprometerse con la Alianza que hizo con Abrahán, es decir, como dice el Papa Francisco: Dios nos “primerea” en el amor.El salmo responsorial puede hacer eco a lo que se viene meditando: “Oigo en mi corazón: “Busquen mi rostro. Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro… tú eres mi auxilio. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida”.La segunda lectura hace resonancia a la promesa de Dios a Abrahán y garantiza que Jesús es la plenitud de esta promesa y lo esperamos como Salvador porque ahora nuestra ciudadanía está en el cielo. Ya no es la patria terrenal la que anhelamos como herencia sino la patria celestial y estamos seguros que el Señor “transfigurará” plenamente nuestra condición humilde según el modelo de su condición gloriosa.3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? La liturgia de este domingo es una gran motivación para descubrir, valorar o afianzar la oración como contemplación y camino de “transfiguración” en el Señor. Por eso considera seriamente la siguiente invitación:Estamos invitados a subir al monte de la Transfiguración para lograr vislumbrar algo de la gloria del Señor resucitado, para tener el valor y la fuerza de recorrer el camino cuaresmal con determinación, incluso en los momentos de tribulación y sufrimiento, cuando el camino conduce hacia el Calvario y la cruz. El camino de la Cuaresma que se nos propone es el camino del amor. Debemos aprender a transformar nuestra vida en obediencia a Dios o, lo que es lo mismo, debemos aprender a transformarla en amor. Por eso, entra en tu cuarto o en tu oratorio y, por lo menos en una hora, disponte para la oración. Imagínate en el monte de la Transfiguración y con la conciencia de que la oración es la posibilidad de vivir esta experiencia con Jesús. Luego pido lo que más deseo: escuchar a Jesús y que el Padre me regale la gracia de conocerlo, amarlo, seguirlo y optar como Él por hacer su voluntad.II.Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la MisaEl Evangelio de hoy nos habla de la Transfiguración de Jesucristo. Es un evento que ilumina este tiempo de Cuaresma y nos indica la finalidad de la práctica de la penitencia, el ayuno y la oración: la transfiguración de nuestro corazón para que, a ejemplo de Cristo, busquemos siempre la voluntad del Padre en nuestra vida. Que la Eucaristía nos permita transfigurarnos cada día a imagen de Cristo Jesús.Monición a la Liturgia de la Palabra Abrahán, padre en la fe, fue el primero en aprender a confiar en Dios tanto en las alegrías como en las tristezas de la vida. Dios le promete una descendencia numerosa como las estrellas del cielo, aludiendo al don de Isaac, pero también a la posesión de la tierra. La señal de las promesas divinas es la alianza que Dios hace con Abraham, expresada mediante el lenguaje del sacrificio (Primera Lectura). También para nosotros, como para Abraham, la salvación depende de la fe, que es adhesión al Hijo de Dios, Jesús, quien, en el Tabor, lugar de la revelación divina, frente a Pedro, Santiago y Juan, que serían sus compañeros en Getsemaní, se transfigura mientras ora, manifestando su identidad. Moisés y Elías, símbolo de la Ley y los profetas, hablan del éxodo del Mesías, es decir, de su bendita pasión. La subida al Tabor prepara la subida al Calvario, fortaleciendo la fe de los apóstoles ante la inminencia de la pasión de Jesús.En obediencia al Padre, escuchamos y seguimos a Jesús (Evangelio). Mientras esperamos como salvador a Jesucristo, quien transfigurará nuestro humilde cuerpo para conformarlo a su cuerpo glorioso, permanecemos firmes en él, haciéndonos sus imitadores (Segunda Lectura).Oración Universal o de los Fieles Presidente: Hermanos y hermanas: Iluminados por la Transfiguración de Jesús, supliquemos que suban hasta el Padre nuestras súplicas por la Iglesia, por el mundo y por nosotros, diciendo con humildad:R. Escúchanos, Señor1.Para que en la Iglesia se tenga confianza en el Señor, como Abrahán, y se comparta con las personas la fe que recibimos y así llevemos la esperanza al mundo. Oremos.2.Para que nuestro obispo N., los presbíteros y los diáconos, como los Apóstoles que vieron a Jesús Transfigurado, escuchen al Padre valorando cada día los momentos de oración y se renueven en la esperanza. Oremos.3.Para que los cristianos busquen el rostro de Dios en la vida activa, en la caridad y en la oración y no olviden que su patria es el cielo y sean peregrinos de la esperanza. Oremos.4.Para que las personas que sufren, están enfermas o tienen alguna otra dificultad descubran a Cristo, luz del mundo y Salvador, y se fortalezcan en su esperanza. Oremos.5.Para que quienes participamos de esta santa Eucaristía sepamos estar al lado de los más necesitados, para escucharlos y ayudarlos, y los animemos en la esperanza. Oremos.Oración conclusivaSeñor, Dios nuestro, que en el monte de la Transfiguración nos mandaste escuchar la voz de tu Hijo, dígnate escuchar nuestra súplica y concédenos los bienes que te pedimos, especialmente crecer cada día en la esperanza en Ti que no defrauda. Por Jesucristo, nuestro Señor.R. Amén.