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vaticano

Mar 5 Abr 2022

Vaticano ofrece recomendaciones para las celebraciones de Semana Santa

A través de una nota la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos ofrece a los obispos y Conferencias Episcopales una serie de orientaciones para las celebraciones de la Semana Santa de este año 2022. En la misiva, resalta que, ante la actual disminución de la pandemia, que varía según cada país, se invita a actuar con prudencia y siguiendo con respeto las normativas aplicadas por las autoridades civiles competentes. "La experiencia que han adquirido las Conferencias Episcopales en los últimos años permite ciertamente afrontar las diversas situaciones del modo más adecuado, vigilando que siempre sean observadas las normas rituales contenidas en los libros litúrgicos". Intención especial de oración por la paz del mundo y por Ucrania En el mensaje firmado por Monseñor Roche, presidente de la Congregación para el Culto Divino y monseñor Vittorio Francesco Viola, OFM, secretario de este Dicasterio, se recuerda también la insistente invitación que hace el Papa Francisco de unirnos en oración para pedir durante estos días Santos, por la paz del mundo entero "por los hermanos y hermanas que están viviendo la atrocidad de la guerra, de manera particular en Ucrania". "En la celebración de la Pasión del Señor el Viernes Santo, la liturgia nos invita a elevar a Dios nuestra súplica por la Iglesia y por el mundo entero. En la oración universal pediremos al Señor por los gobernantes (IX oración) para que los guíe en sus pensamientos y decisiones hacia la paz y libertad de todos los hombres, y por los atribulados (X oración) para que todos sientan en sus adversidades el gozo de la misericordia del Señor", resalta la misiva. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar nota a los obispos - SEMANA SANTA[/icon]

Mar 22 Mar 2022

Reformar la curia y las curias

Por P. Raúl Ortiz Toro – Luego de varios años de paciente espera ha sido firmada y publicada el 19 de marzo de 2022 la Constitución Apostólica «Praedicate Evangelium» (Predicad el Evangelio), «Sobre la Curia Romana y su servicio a la Iglesia y al mundo», que sustituirá desde el próximo 5 de junio a la Constitución «Pastor Bonus» del Papa Juan Pablo II (1988). Las novedades son muchas y están en sintonía con la reforma de la Iglesia que el Papa Francisco ha venido adelantando desde el inicio de su pontificado. En efecto, la reforma curial asume y aplica muchos documentos pontificios precedentes, tanto de Francisco como de Benedicto XVI, sobre todo emanados en la forma de “motu proprio”, en tres ámbitos: la evangelización, la disciplina eclesiástica y la administración económica y financiera. Llama la atención que entre las novedades de la nueva Constitución Apostólica se encuentra el llamado del Papa Francisco a que la Curia Romana – sus servidores – esté impregnada por una «particular espiritualidad» y que no se pierda de vista el «carácter pastoral del servicio curial» haciendo, por supuesto, alusión a las que el mismo pontífice ha llamado “perversiones”, esto es, el clericalismo, el carrierismo y la rigidez. Y es que el trabajo de curia, tanto la Romana como la de cualquier obispado, que para muchos no pasa de ser un trabajo de oficina, realmente es una labor profundamente pastoral y debe tener como base una espiritualidad que parta de la necesaria conversión, el sentido de comunión, el valor del servicio y la prontitud de la misión. Así lo ha planteado el Papa Francisco en la introducción del documento para que haya un “espíritu” que permita que el “Espíritu” actúe en beneficio de su Iglesia. De allí que el Papa ponga el tema de la evangelización como el punto focal del cual se desprende toda la acción de la Iglesia y al cual convergen todos los esfuerzos del “aparato curial”. Es decir, una Curia no inventa la evangelización sino que la evangelización es el fundamento de una Curia; de modo que no se concibe esta “organización” como un oficio sino como un servicio. Mirar la reforma de la Curia Romana y comprender el hondo significado sinodal llevará a que las Iglesias Particulares en el mundo tomen de allí iniciativas para hacer concreta la corresponsabilidad, la inclusión, la participación y muchos otros objetivos de este camino. Quisiera destacar algunas novedades: 1. Entre la Introducción y las Normas Generales aparecen ahora 12 «Principios y criterios para el servicio de la Curia Romana» que buscan favorecer un ambiente pastoral y espiritual entre quienes prestan su servicio en la Curia. 2. Se suprime la división entre Congregaciones y Pontificios Consejos para dar paso a 16 estamentos llamados “dicasterios”. 3. La institución del dicasterio para la Evangelización que une la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización. Este dicasterio, tiene un gobierno especial ya que será el Papa su Prefecto y habrá dos pro-prefectos que dirigirán las dos secciones: la evangelización en el mundo y la primera evangelización. 4. La reforma del dicasterio para la Doctrina de la Fe con dos secciones: una doctrinal y otra disciplinar. Esta segunda tratará la administración de justicia en los casos más graves reservados al Supremo Tribunal Apostólico con sede en este dicasterio. 5. La institución del dicasterio para el servicio de la caridad (antigua “Limosnería Vaticana”) que destinará recursos y esfuerzos para apoyar a los “pobres, vulnerables y excluidos”. 6. La ratificación de los dos dicasterios creados en 2016 por el mismo Papa Francisco: el primero para los Laicos, la Familia y la Vida y el segundo para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. 7. La institución del dicasterio para la comunicación con atención a los servicios de comunicación del Vaticano, tecnologías de la información y la promoción de la cultura de la comunicación. 8. La creación de varios organismos económicos con el fin de promover la transparencia financiera y las buenas prácticas de gestión económica como el Consejo y la Secretaría de Asuntos Económicos, la oficina del Auditor General, la Comisión de Asuntos Reservados y el Comité para las Inversiones. 9. La posibilidad de que cualquier miembro del Pueblo de Dios (laicos, clérigos, religiosos y religiosas, obispos) pueda ser prefecto de los dicasterios. 10. La disposición de que los miembros de los dicasterios procedan de todas las partes del mundo para que se demuestre la universalidad de la Iglesia. 11. La indicación de que los periodos de servicio de todo el personal, desde el prefecto de cada dicasterio hasta los consultores, serán de cinco años, luego de los cuales se deberá regresar a la propia diócesis o instituto religioso a seguir trabajando en asuntos pastorales. Puede haber una sola prórroga de cinco años, si los superiores así lo deciden, lo cual permite concluir que el periodo máximo de un servicio en la Curia sería de diez años. Los tres temas en los que se basa la reforma curial: la prioridad de la evangelización, la eficacia de la justicia y la transparencia económico-financiera son asuntos neurálgicos para la Iglesia pues permiten la conversión integral sin la cual no puede haber una verdadera reforma en el camino de la sinodalidad. Ha dado el Papa Francisco a la Iglesia Universal un gran ejemplo de reforma curial que abarca “estilos, estructuras y procesos”; muchas Iglesias Particulares en el mundo también han dado pasos en este sentido; el gran reto es que este paradigma sea sintonía. P. Raúl Ortiz Toro Director del Departamento de Doctrina y Promoción de la Unidad y del Diálogo Conferencia Episcopal de Colombia [email protected]

Vie 14 Ene 2022

FRANCISCO: La paternidad en tiempos de COVID y el testimonio de San José

Entrevista del Papa Francisco con los medios vaticanos sobre la paternidad en tiempos del Covid y el testimonio de San José, ejemplo de fuerza y ternura para los padres de hoy. El Año especial sobre San José se concluyó el pasado 8 de diciembre, pero la atención y el amor del Papa Francisco por este Santo no se han concluido, es más, se desarrollan aún más con las catequesis que, desde el pasado 17 de noviembre, se están centrando en la figura del Patrón de la Iglesia universal. L’Osservatore Romano, el periódico del Papa, ha publicado una columna mensual a lo largo de todo el 2021. También la ha recogido el portal de Vatican News. Han dedicado cada número a un capítulo de la Carta Apostólica sobre San José. Esa columna que ha hablado de padres, pero también de hijos y de madres en diálogo ideal con el Esposo de María, ha suscitado el deseo de poder confrontar al Papa precisamente sobre el tema de la paternidad en sus diversas facetas, desafíos y complejidades. El resultado es esta entrevista, en la que Francisco responde a nuestras preguntas mostrando todo su amor por la familia, su proximidad a quien experimenta el sufrimiento y el abrazo de la Iglesia a los padres y a las madres que hoy deben afrontar miles de dificultades para dar un futuro a sus hijos. Pregunta: Santo Padre, usted ha establecido un Año especial dedicado a San José, ha escrito una carta, la Patris Corde, y está llevando a cabo un ciclo de catequesis dedicadas a su figura. ¿Qué representa San José para usted? Respuesta: Nunca he escondido la sintonía que siento hacia la figura de San José. Creo que esto viene de mi infancia, de mi formación. Desde siempre he cultivado una devoción especial por San José porque creo que su figura representa, de manera hermosa y especial, lo que debería ser la fe cristiana para cada uno de nosotros. José, de hecho, es un hombre normal y su santidad consiste precisamente en haberse convertido en santo a través de las circunstancias buenas y malas que ha debido vivir y afrontar. No podemos tampoco esconder que a San José lo encontramos en el Evangelio, sobre todo en los relatos de Mateo y de Lucas, como un protagonista importante de los inicios de la historia de la salvación. En efecto, los acontecimientos que rodearon el nacimiento de Jesús fueron acontecimientos difíciles, llenos de obstáculos, de problemas, de persecuciones, de oscuridad y Dios, para ir al encuentro de Su Hijo que nacía e el mundo le coloca al lado a María y a José. Si María es aquella que dio al mundo el Verbo hecho carne, José es aquel que lo defendió, que lo protegió, que lo alimentó, que lo hizo crecer. En él podremos decir que está el hombre de los tiempos difíciles, el hombre concreto, el hombre que sabe asumir la responsabilidad. En este sentido, en San José se unen dos características. Por una parte, su fuerte espiritualidad se traduce en el Evangelio a través de los relatos de los sueños; estos relatos atestiguan la capacidad de José para escuchar a Dios que habla a su corazón. Sólo una persona que reza, que tiene una intensa vida espiritual, puede tener también la capacidad de distinguir la voz de Dios en medio de las muchas voces que nos habitan. Junto a esta característica después hay otra: José es el hombre concreto, es decir, el hombre que afronta los problemas con extrema practicidad, y frente a las dificultades y a los obstáculos, no asume nunca la posición del victimismo. En cambio, se sitúa siempre en la perspectiva de reaccionar, de corresponder, de fiarse de Dios y de encontrar una solución de manera creativa. Pregunta: ¿Esta atención renovada a San José en este momento de prueba tan grande asume un significado particular? Respuesta: El tiempo que estamos viviendo es un tiempo difícil marcado por la pandemia del coronavirus. Muchas personas sufren, muchas familias están en dificultades, muchas personas se ven asediadas por la angustia de la muerte, de un futuro incierto. He pensado que precisamente en un tiempo tan difícil necesitamos a alguien que pueda animarnos, ayudarnos, inspirarnos, para entender cuál es el modo juntos para saber afrontar estos momentos de oscuridad. José es un testimonio luminoso en tiempos oscuros. He aquí por qué era justo darle espacio en este tiempo para poder volver a encontrar el camino. Pregunta: Su ministerio petrino inició precisamente el 19 de marzo, día de la fiesta de San José… Respuesta: He considerado siempre una delicadeza del cielo poder iniciar mi ministerio petrino el 19 de marzo. Creo que, de algún modo, San José me ha querido decir que continuaría ayudándome, estando junto a mí y yo podría continuar pensando en él como un amigo al que dirigirme, al que confiarme, al que pedir que interceda y rece por mí. Pero ciertamente esta relación, que se da por la comunión de los santos, no sólo me está reservada a mí, creo que puede ser de ayuda para muchos. Por eso espero que el año dedicado a San José haya llevado a muchos cristianos a redescubrir el profundo valor de la comunión de los santos, que no es una comunión abstracta, sino una comunión concreta que se expresa en una relación concreta y tiene consecuencias concretas. Pregunta: En la columna sobre la Patris Corde, organizada por L´Osservatore Romano durante el Año especial dedicado a San José, hemos enlazado la vida del Santo con la de los padres, pero también con la de los hijos de hoy. ¿Qué pueden recibir del diálogo con San José los hijos de hoy, es decir, los padres del mañana? Respuesta: No se nace padres, pero ciertamente todos nacemos hijos. Esta es la primera cosa que debemos considerar, es decir, cada uno de nosotros más allá de lo que la vida le ha reservado, es sobre todo un hijo, ha estado confiado a alguien, proviene de una relación importante que lo ha hecho crecer y que lo ha condicionado en el bien o en el mal. Tener esta relación y reconocer su importancia en la propia vida significa comprender que un día, cuando tengamos la responsabilidad de la vida de alguien, es decir, cuando debamos ejercer una paternidad, llevaremos con nosotros sobre todo la experiencia que hemos hecho personalmente. Y es importante entonces poder reflexionar sobre esta experiencia personal para no repetir los mismos errores y para atesorar las cosas hermosas que hemos vivido. Estoy convencido de que la relación de paternidad que José tenía con Jesús ha influenciado tanto su vida hasta el punto de que la futura predicación de Jesús está plena de imágenes y referencias tomadas precisamente del imaginario paterno. Jesús, por ejemplo, dice que Dios es Padre, y no puede dejarnos indiferentes esta afirmación, especialmente si pensamos en la que ha sido su personal experiencia humana de paternidad. Esto significa que José lo ha hecho tan bien como padre que Jesús encuentra en el amor y la paternidad de este hombre la referencia más hermosa para dar a Dios. Podríamos decir que los hijos de hoy que se convertirán en los padres de mañana deberían preguntarse qué padres han tenido y qué padres quieren ser. No deben dejar que su papel paternal sea el resultado de la casualidad o simplemente la consecuencia de una experiencia pasada, sino que deben decidir conscientemente de qué modo amar a alguien, de qué modo responsabilizarse de alguien. Pregunta: En el último capítulo de Patris Corde se habla de José como padre en la sombra. Un padre que sabe estar presente pero dejando al hijo libre para crecer. ¿Es posible esto en una sociedad que parece premiar solo a quién ocupa espacios y visibilidad? Respuesta: Una de las características más hermosas del amor, y no solo de la paternidad, es, de hecho, la libertad. El amor genera siempre libertad, el amor nunca debe convertirse en una prisión, en posesión. José nos muestra la capacidad de cuidar de Jesús sin adueñarse nunca de él, sin querer manipularlo, sin querer distraerlo de su misión. Creo que esto es muy importante como prueba de nuestra capacidad de amar y también de nuestra capacidad de saber dar un paso atrás. Un buen padre lo es cuando sabe retirarse en el momento oportuno para que su hijo pueda emerger con su belleza, con su singularidad, con sus elecciones, con su vocación. En este sentido, en toda buena relación es necesario renunciar al deseo de imponer una imagen desde arriba, una expectativa, una visibilidad, una forma de llenar completa y constantemente la escena con excesivo protagonismo. La característica de José de saber hacerse a un lado, su humildad, que es también la capacidad de pasar a un segundo plano, es quizá el aspecto más decisivo del amor que José muestra por Jesús. En este sentido es un personaje importante, me atrevería a decir que esencial en la biografía de Jesús, precisamente porque en un momento determinado sabe retirarse de la escena para que Jesús pueda brillar en toda su vocación, en toda su misión. A imagen y semejanza de José, debemos preguntarnos si somos capaces de saber dar un paso atrás, de permitir que los demás, y sobre todo los que nos han sido confiados, encuentren en nosotros un punto de referencia pero nunca un obstáculo. Pregunta: En varias ocasiones usted ha denunciado que la paternidad hoy está en crisis. ¿Qué se puede hacer, qué puede hacer la Iglesia, para devolver la fuerza a las relaciones padre-hijo, fundamentales para la sociedad? Respuesta: Cuando pensamos en la Iglesia pensamos en ella siempre como Madre y esto no es algo equivocado. También yo en estos años he tratado de insistir mucho en esta perspectiva porque el modo de ejercer la maternidad de la Iglesia es la misericordia, es decir, es ese amor que genera y regenera la vida. ¿El perdón, la reconciliación no son tal vez un modo a través del que nos volvemos a poner en pie? ¿No es un modo a través del que recibimos nuevamente la vida porque recibimos otra posibilidad? ¡No puede existir una Iglesia de Jesucristo si no es a través de la misericordia! Pero creo que deberemos tener el valor de decir que la Iglesia no debería ser solo materna sino también paterna. Es decir, está llamada a ejercer un ministerio paterno no paternalístico. Y cuando digo que la Iglesia debe recuperar este aspecto paterno me refiero precisamente a la capacidad paterna de colocar a los hijos en condiciones de asumir las propias responsabilidades, de ejercer la propia libertad, de hacer elecciones. Si por un lado la misericordia nos sana, nos cura, nos consuela, nos anima, por el otro lado el amor de Dios no se limita simplemente a perdonar, a sanar, sino que el amor de Dios nos empuja a tomar decisiones, a despegar. Pregunta: A veces, el miedo, más aún en este tiempo de pandemia, parece paralizar este impulso… Respuesta: Sí, este periodo histórico es un periodo marcado por la incapacidad de tomar decisiones grandes en la propia vida. Nuestros jóvenes muy a menudo tienen miedo de decidir, de elegir, de ponerse en juego. Una Iglesia es tal no solo cuando dice sí o no, sino sobre todo cuando anima y hace posible las grandes elecciones. Y cada elección siempre tiene consecuencias y riesgos, pero a veces por el miedo a las consecuencias y a los riesgos permanecemos paralizados y no somos capaces de hacer nada ni de elegir nada. Un verdadero padre no te dice que irá siempre todo bien, sino que incluso si te encontrarás en la situación en la que las cosas no irán bien podrás afrontar y vivir con dignidad también esos momentos, también esos fracasos. Una persona madura se reconoce no en las victorias sino en el modo en el que sabe vivir un fracaso. Es precisamente en la experiencia de la caída y de la debilidad como se reconoce el carácter de una persona. Pregunta: Para usted es muy importante la paternidad espiritual. ¿Los sacerdotes cómo pueden ser padres? Respuesta: Decíamos antes que la paternidad no es algo que se da por descontado, no se nace padres, como mucho uno se convierte en ello. Igualmente, un sacerdote no nace ya padre sino que debe aprenderlo un poco cada vez, a partir sobre todo del hecho de reconocerse hijo de Dios pero también hijo de la Iglesia. Y la Iglesia no es un concepto abstracto, es siempre el rostro de alguien, una situación concreta, algo a lo que podemos dar un nombre bien preciso. Nuestra fe cristiana no es algo que siempre hemos recibido a través de una relación con alguien. La fe cristiana no es algo que se pueda aprender en los libros o en un simple razonamiento, sino que es siempre un pasaje existencial que pasa por las relaciones. Así, nuestra experiencia de fe surge siempre del testimonio de alguien. Por tanto, debemos preguntarnos cómo vivimos nuestra gratitud hacia estas personas y, sobre todo, si conservamos la capacidad crítica de saber distinguir lo que no es bueno que ha pasado a través de ellas. La vida espiritual no es diversa de la vida humana. Se un buen padre, humanamente hablando, es tal porque ayuda al hijo a convertirse en sí mismo, haciendo posible su libertad y empujándole a las grandes decisiones, de igual modo un buen padre espiritual lo es cuando no cuando sustituye la conciencia de las personas que se confían a él, no cuando responde a las preguntas que estas personas se llevan en el corazón, no cuando domina la vida de los que le han sido confiados, sino cuando de manera discreta y al mismo tiempo firme es capaz de indicar el camino, de ofrecer claves de lecturas diversas, ayudar en el discernimiento. Pregunta: ¿Qué es más urgente hoy para dar fuerza a esta dimensión espiritual de la paternidad? Respuesta: La paternidad espiritual es muy a menudo un don que nace sobre todo de la experiencia. Un padre espiritual puede compartir no tanto sus conocimientos teóricos, sino sobre todo su experiencia personal. Sólo así puede serle útil a un hijo. Hay una gran urgencia, en este momento histórico, de relaciones significativas que podríamos definir como paternidad espiritual, pero -permítanme decir- también maternidad espiritual, porque este papel de acompañamiento no es una prerrogativa masculina o sólo de los sacerdotes. Hay muchas religiosas buenas, muchas consagradas, pero también muchos laicos que tienen una gran experiencia que pueden compartir con otras personas. En este sentido, la relación espiritual es una de esas relaciones que necesitamos redescubrir con más fuerza en este momento histórico, sin confundirla nunca con otras vías de naturaleza psicológica o terapéutica. Pregunta: Entre las dramáticas consecuencias del Covid está también la pérdida del trabajo de muchos padres. ¿Qué le gustaría decir a estos padres en dificultades? Respuesta: Siento muy cercano el drama de esas familias, de esos padres y de esas madres que están viviendo una particular dificultad, agravada sobre todo a causa de la pandemia. No creo que sea un sufrimiento fácil de afrontar el de no conseguir dar el pan a los propios hijos y de sentirse encima la responsabilidad de la vida de los demás. En este sentido, mi oración, mi cercanía, y también todo el apoyo de la Iglesia es para estas personas, para estos últimos. Pero pienso también en tantos padres, en tantas madres, en tantas familias que escapan de las guerras, que son rechazadas en los confines de Europa y no solo y que viven situaciones de dolor, de injusticia, y que nadie toma en serio o ignora deliberadamente. Quisiera decir a estos padres, a estas madres, que para mí son héroes porque encuentro en ellos el coraje de quien arriesga su propia vida por amor a sus hijos, por amor a su familia. También María y José han experimentado este exilio, esta prueba, debiendo escapar a un país extranjero a causa de la violencia y del poder de Herodes. Este sufrimiento suyo les hace cercanos precisamente a estos hermanos que hoy sufren las mismas pruebas. Que estos padres se dirijan con confianza a San José sabiendo que como padre él mismo ha experimentado la misma experiencia, la misma injusticia. y a todos ellos y a sus familias quisiera decir que no se sientan solos. El Papa se acuerda de ellos siempre y en la medida de lo posible continuará dándoles voz y no los olvidará. Fuente: Agencia católica ZENIT

Jue 30 Sep 2021

Presentación del libro: ¿Qué es el hombre? Un itinerario de antropología bíblica

A través de un video mensaje, el sacerdote colombiano Hugo Martínez, miembro de la Pontificia Comisión Bíblica del Vaticano, organismo encargado de asesorar al papa en los temas que tienen que ver con la Biblia, su estudio y enseñanza ante los católicos del mundo, invita a conocer el libro” ¿Qué es el hombre? (Sal 8,5). Un itinerario de antropología bíblica. Según lo expresa el sacerdote, el Papa Francisco teniendo en cuenta los retos pastorales de nuestros días pidió a esta Comisión estudiar la concepción del hombre en la Sagrada Escritura, con el fin de ofrecer a los cristianos y al mundo entero un mensaje de luz y esperanza. El documento es fruto del trabajo que la Pontificia Comisión Bíblica ha llevado a cabo durante el periodo 2014-2019. El texto, asume la tarea de exponer todo el camino comunicativo de la Biblia, a partir de los capítulos 2 y 3 del libro del Génesis. Destinatarios El documento se dirige al profesorado de las facultades de teología, a catequistas, a alumnos y alumnas de ciencias religiosas y, a toda persona interesada en la antropología bíblica. El libro ha sido traducido a varios idiomas y se encuentra disponible en las librerías católicas de varios países, en Colombia se puede encontrar en la librería Verbo Divino y Paulinas, en iBook a través de internet.

Mar 29 Jun 2021

'El amor en el matrimonio': Cuarto video dedicado al año de la familia

Avanzan las reflexiones propuestas por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, en el Vaticano, responsable de animar el año Familia 'Amoris laetitia'. En esta ocasión ofrece el cuarto video titulado “El amor en el matrimonio”, donde el Papa Francisco centra su atención especialmente en los matrimonios. “Ustedes esposos tienen el don de la gracia del sacramento que puede hacerlos perfectos en el amor... ¡Así que hablemos de este amor!”, señala el Pontífice, invitando a los matrimonios a una meditación del Himno al Amor de San Pablo. En su mensaje, el obispo de Roma indica como al interior de la familia, si hay amor, se puede perdonar y soportar cualquier error. Así también observa, que se debe celebrar la alegría de los triunfos que pueda tener cada uno de sus miembros. “El amor lo disculpa todo, lo cree todo, lo espera todo, lo soporta todo. ¡Todo! ¡Cualquier cosa! Es amor a pesar de todo. Amar significa alegrarse por el otro, por sus éxitos. ¡Qué importante es enseñar a los niños a celebrar la alegría de los demás! ¡Un cumpleaños, un logro! ¡Porque es hermoso que la familia sea el lugar donde se celebra la alegría!". Igualmente, el video presenta a Julie y Gérard, una pareja de esposos procedentes de África, quienes comparten la experiencia de un retiro, vivido tras cumplir sus 17 años de casados. "En nuestro 17º aniversario de matrimonio, sentimos la necesidad de retirarnos para iluminar las zonas de sombra de nuestra vida de pareja. Guiados por un sacerdote, salimos muy enriquecidos de esta experiencia”. Cuarto subsidio: La Familia a la luz de la Palabra de Dios Cada video está siendo acompañado de un subsidio, que puede ser utilizado de manera flexible tanto por las familias como por las distintas realidades eclesiales (jurisdicciones, parroquias, comunidades). Este material, además, está organizado en 4 partes, cada una de las cuales puede ser utilizada para profundizar en la familia o la comunidad, incluso en momentos diferentes. DESCARGAR CUARTO SUBSIDIO [icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon] Videos sobre la familia: Cada mes se está publicando un vídeo con las reflexiones del Papa sobre la exhortación apostólica 'Amoris laetitia' y testimonios de familias de todo el mundo. Este material, ha dicho el Dicasterio, es una invitación a “caminar juntos para redescubrir la familia como un don, a pesar de todos los problemas, obstáculos y desafíos que hoy debe afrontar”. Objetivos del año Familia 'Amoris laetitia' Entre los objetivos propuestos por el Dicasterio para Laicos, Familia y Vida se contempla la difusión del contenido de la exhortación apostólica 'Amoris laetitia', para hacer experimentar que el evangelio de la familia es alegría que llena el corazón y la vida entera. Asimismo, el anuncio de que el sacramento del matrimonio es un don y tiene en sí mismo una fuerza transformadora del amor humano, con la finalidad de hacer a las familias protagonistas de la pastoral familiar. También buscarán concienciar a los jóvenes sobre la importancia de la formación en la verdad del amor y el don de sí mismos, así como ampliar la mirada y la acción de la pastoral familiar para que se convierta en transversal, para incluir a los esposos, a los niños, a los jóvenes, a las personas mayores y las situaciones de fragilidad familiar.

Mié 16 Jun 2021

Emotivo encuentro del ciclista Egan Bernal con el Papa Francisco

Este miércoles 15 de junio, durante la audiencia general celebrada en el Palacio Apostólico del Vaticano, el ciclista Egan Bernal, campeón del Giro de Italia, tuvo un emotivo encuentro con el Papa Francisco, a quien le regaló una bicicleta con los colores de Argentina y una maglia rosa, y le pidió al Pontífice orar por Colombia. Luego de este encuentro, el ciclista en entrevista con varios medios, expresó que esta había sido una de las experiencias más bonitas que ha tenido en su vida. "Creo que he tenido bastantes experiencias en la vida, pero esta es única. Mi familia es católica, yo soy católico. Crecí en una familia católica y sentir su presencia en ese momento fue realmente increíble. Este ha sido mi mayor encuentro con Dios. Estoy muy contento por esta experiencia tan bonita que acabo de vivir”. Advirtió que después de este encuentro con el Papa, le quedan muchas tareas por hacer, no solo en la parte profesional, sino a nivel personal y espiritual. "Después de un encuentro así yo creo que dan ganas de reflexionar sobre lo que es uno como persona", afirmó el ciclista colombiano. Cabe recordar que el pasado 30 de mayo de 2021, Egan Bernal logró su segundo título internacional con el Giro de Italia, pues en 2019 había ganado el Tour de Francia. Es el ciclista más joven quien, con solo 24 años de edad, ya es bicampeón de dos de las grandes carreras del mundo.

Mié 9 Jun 2021

El Vaticano promueve charlas para personal sanitario y agentes de la salud

Ante la emergencia sanitaria provocada por la pandemia de la Covid-19, el personal sanitario y los agentes de la salud siempre han estado comprometidos en salvaguardar la vida de las personas. Esto, ha llevado a que muchos de ellos vivan niveles de estrés altos, afectando, en muchos casos su estado de salud físico y mental. En este contexto y en atención a este público, el Dicasterio para el servicio del Desarrollo Humano Integral del Vaticano está desarrollando por estos días videoconferencias sobre el tema de la salud, inspirados en las Encíclicas Laudato Si' y Fratelli tutti. "Las videoconferencias ayudarán a los participantes a comprender el impacto de la pandemia sobre el personal sanitario y todos los que forman parte de redes de atención y apoyo. Escucharemos testimonios, compartiremos experiencias e intentaremos responder una pregunta importante: ¿Cómo podemos acompañar a los agentes sanitarios y pastorales implicados en la primera línea de la pandemia?", señalan sus organizadores. Para este jueves 10 de junio, de las 16:00 a 18:20 horas (hora italiana), 9:00 a.m. a 11:20 a.m. (hora colombiana), corresponde la sesión de AMÉRICA LATINA, donde el cardenal Peter K. Turkson, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral de la Santa Sede, tendrá a su cargo la apertura de la videoconferencia. Expertos conferencistas serán los encargados de abordar temas como: "Experiencia, necesidades y desafíos durante y después de la pandemia de Covid-19"; "Acompañamiento y ayuda al personal sanitario durante y después de la pandemia"; "La presencia cristiana junto a la fragilidad humana en el tiempo de la pandemia"; y "Una ética para los tiempos de la pandemia junto a los profesionales de la asistencia sanitaria". El público, en atención a esta emergencia sanitaria, entre ellos personal sanitario y los agentes de la salud interesados en participar, lo podrán hacer ingresando al siguiente link [icon class='fa fa-download fa-2x'] AQUÍ[/icon]- Webinar ID: 817 8544 4877 /Passcode: 300686

Mar 26 Ene 2021

Tres encíclicas, tres relaciones

Por: Mons. Fernando Chica Arellano - Desde que fuera elegido Sumo Pontífice, en el año 2013, Francisco ha publicado tres encíclicas: Lumen fidei (2013), sobre la fe; Laudato Si’ (2015), sobre el cuidado de la casa común; y Fratelli tutti (2020), sobre la fraternidad y la amistad social. Pienso que puede ser útil detenernos a hacer una lectura combinada de estos tres escritos del Santo Padre, trazando un cierto hilo conductor entre ellos. Esto nos permitirá aclarar cómo podemos mejorar nuestras relaciones con Dios, con la creación y con los demás. La relación con Dios, el Creador Ya desde su mismo título, la encíclica Lumen Fidei (en adelante, LF) busca “recuperar el carácter luminoso propio de la fe” (LF 4), recordando que “la fe nace del encuentro con el Dios vivo, que nos llama y nos revela su amor” (LF 4). En realidad, “la fe es la respuesta a una Palabra que interpela personalmente, a un Tú que nos llama por nuestro nombre” (LF 8). Es claro que “Dios no se puede reducir a un objeto. Él es Sujeto que se deja conocer y se manifiesta en la relación de persona a persona” (LF 36). Ahora bien, “quien recibe la fe descubre que las dimensiones de su ‘yo’ se ensanchan, y entabla nuevas relaciones que enriquecen la vida” (LF 39). Por eso “la fe no es únicamente una opción individual que se hace en la intimidad del creyente, no es una relación exclusiva entre el ‘yo’ del fiel y el ‘Tú’ divino, entre un sujeto autónomo y Dios. Por su misma naturaleza, se abre al ‘nosotros’, se da siempre dentro de la comunión de la Iglesia” (LF 39). Es decir, que, “en la fe, el ‘yo’ del creyente se ensancha para ser habitado por Otro, para vivir en Otro, y así su vida se hace más grande en el Amor” (LF 21). Al ensancharse, “la fe se muestra universal, católica, porque su luz crece para iluminar todo el cosmos y toda la historia” (LF 48). “No se trata solo de una solidez interior, una convicción firme del creyente; la fe ilumina también las relaciones humanas” (LF 50), “ilumina todas las relaciones sociales” (LF 54) y la misma “vida en sociedad” (LF 55). Desde aquí es fácil ver la conexión con las otras dos encíclicas. Por un lado, la historia de la Modernidad nos ha mostrado que intentar construir la fraternidad “sin referencia a un Padre común como fundamento último, no logra subsistir. Es necesario volver a la verdadera raíz de la fraternidad” (LF 54). Por otro lado, la fe, al revelarnos el amor de Dios, “nos hace respetar más la naturaleza, pues nos hace reconocer en ella una gramática escrita por él y una morada que nos ha confiado para cultivarla y salvaguardarla” (LF 55). La relación con la casa común, la Creación Una de las convicciones centrales de la encíclica Laudato Si’ (en adelante, LS) es que “todo está relacionado, y que el auténtico cuidado de nuestra propia vida y de nuestras relaciones con la naturaleza es inseparable de la fraternidad, la justicia y la fidelidad a los demás” (LS 70). En otro momento, vuelve el Papa sobre este argumento indicando: “Todo está relacionado, y todos los seres humanos estamos juntos como hermanos y hermanas en una maravillosa peregrinación, entrelazados por el amor que Dios tiene a cada una de sus criaturas y que nos une también, con tierno cariño, al hermano sol, a la hermana luna, al hermano río y a la madre tierra” (LS 92). Por eso “el descuido en el empeño de cultivar y mantener una relación adecuada con el vecino, hacia el cual tengo el deber del cuidado y de la custodia, destruye mi relación interior conmigo mismo, con los demás, con Dios y con la tierra. Cuando todas estas relaciones son descuidadas, cuando la justicia ya no habita en la tierra, la Biblia nos dice que toda la vida está en peligro” (LS 70). Dicho ahora en positivo, esto “implica una relación de reciprocidad responsable entre el ser humano y la naturaleza” (LS 67). Pero, por lo mismo, necesitamos recuperar “una sana relación con lo creado como una dimensión de la conversión íntegra de la persona” (LS 218).Así, Su Santidad invita “a todos los cristianos a explicitar esta dimensión de su conversión, permitiendo que la fuerza y la luz de la gracia recibida se explayen también en su relación con las demás criaturas y con el mundo que los rodea, y provoque esa sublime fraternidad con todo lo creado” (LS 221). Y es que “no habrá una nueva relación con la naturaleza sin un nuevo ser humano” (LS 118). Dicho de otro modo: “no podemos pretender sanar nuestra relación con la naturaleza y el ambiente sin sanar todas las relaciones básicas del ser humano” (LS 119). Las relaciones de fraternidad, las criaturas La encíclica Fratelli Tutti (en adelante, FT) quiere impulsar una “fraternidad abierta, que permita reconocer, valorar y amar a cada persona más allá de la cercanía física, más allá del lugar del universo donde haya nacido o donde habite” (FT 1). Por eso, dice el Papa, “no puedo reducir mi vida a la relación con un pequeño grupo, ni siquiera a mi propia familia, porque es imposible entenderme sin un tejido más amplio de relaciones: no solo el actual sino también el que me precede y me fue configurando a lo largo de mi vida. Mi relación con una persona que aprecio no puede ignorar que esa persona no vive solo por su relación conmigo, ni yo vivo solo por mi referencia a ella. Nuestra relación, si es sana y verdadera, nos abre a los otros que nos amplían y enriquecen” (FT 89). De aquí se sigue que, de acuerdo con la visión cristiana, “el amor no solo se expresa en relaciones íntimas y cercanas, sino también en las macro-relaciones, como las relaciones sociales, económicas y políticas” (FT 181). Dos concreciones son la amabilidad y la solidaridad. Escuchemos al Sucesor de Pedro cuando afirma: “El cultivo de la amabilidad no es un detalle menor ni una actitud superficial o burguesa. Puesto que supone valoración y respeto, cuando se hace cultura en una sociedad transfigura profundamente el estilo de vida, las relaciones sociales, el modo de debatir y de confrontar ideas” (FT 224). Por otro lado, la solidaridad significa “luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta de trabajo, de tierra y de vivienda, la negación de los derechos sociales y laborales” (FT 116). Un aspecto de la mirada católica al mundo es la opción preferencial por los pobres. Así, procurar “la amistad social no implica solamente el acercamiento entre grupos sociales distanciados a partir de algún período conflictivo de la historia, sino también la búsqueda de un reencuentro con los sectores más empobrecidos y vulnerables” (FT 233). “Por consiguiente, un pacto social realista e inclusivo debe ser también un ‘pacto cultural’, que respete y asuma las diversas cosmovisiones, culturas o estilos de vida que coexisten en la sociedad” (FT 219). Conclusión En resumen, las tres encíclicas convergen en subrayar que “para una adecuada relación con el mundo creado no hace falta debilitar la dimensión social del ser humano y tampoco su dimensión trascendente, su apertura al ‘Tú’ divino. Porque no se puede proponer una relación con el ambiente aislada de la relación con las demás personas y con Dios” (LS 119). La misma Biblia nos muestra “que la existencia humana se basa en tres relaciones fundamentales estrechamente conectadas: la relación con Dios, con el prójimo y con la tierra” (LS 66). Ojalá que nunca lo olvidemos. Mons. Fernando Chica Arellano Observador Permanente de la Santa Sede ante la FAO, el FIDA y el PMA