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violencia

Lun 8 Nov 2021

“Quiero servir al Catatumbo con el propósito de ayudar a ver la luz que hay en este lugar de Colombia”

Estas fueron las palabras del sacerdote Israel Bravo Cortés, quien luego de hacerse público su nombramiento como obispo de Tibú, dirigió un mensaje al pueblo de Dios que peregrina en estas bellas tierras del Catatumbo. El obispo electo ha dicho que se considera discípulo de Dios, por tanto se atreve a escucharlo y seguirlo esforzándose por vivir el Evangelio, y es así, como ha indicado, asumirá en obediencia este nuevo encargo pastoral en el Norte de Santander. “A lo largo de mi existir le he pedido al Señor que guíe mis pasos, que me diga por dónde ir. Sé que solo me pierdo y con Él en mi vida he podido amar y servir con alegría. Hoy Él me pide un nuevo servicio en la Iglesia, así lo entiendo. No soy ni el mejor ni el peor, pero siempre he sido un discípulo de Dios que se atreve a escucharlo y a seguirlo, alguien que se esfuerza por vivir el evangelio y compartirlo con los demás. Así recibo este encargo del Papa Francisco de pastorear la Iglesia particular de Tibú”. Comparó su nombramiento con la multiplicidad de rayos que suelen caer durante el año en esta región del país, fenómeno que es conocido por los indígenas Motilón Bari con el nombre de “Catatumbo”, y agregó, que si bien para muchos estas centellas de luces pueden producir temor, suspenso e incertidumbre, para otros puede ser “un faro de luz que embellece la oscuridad”. “Con este sentir, quiero ir al Catatumbo: con el deseo de compartir la luz que engalana mi vida y la de muchos creyentes, la luz de Cristo, y poder así poner mis capacidades y fuerzas al servicio de los más pobres y necesitados”. El sacerdote dijo no sentirse solo para asumir este nuevo encargo pastoral que la Iglesia le encomienda, por lo que advirtió que desea seguir compartiendo esa luz con los demás y continuar el recorrido que otros han emprendido tanto en lo pastoral como en lo social. En este contexto recordó a quienes han pasado por estas tierras dejando su huella. “Sé que ya son muchos los testigos de la fe que han dado su vida por la evangelización de esta Iglesia particular y que hoy son muchos los incansables discípulos misioneros que han cultivado y construido su vida y ministerio en esta tierra: laicos, sacerdotes diocesanos, religiosas y religiosos, misioneros, catequistas, benefactores. Espero seguir contando con su invaluable y vital entrega”. Al dirigirse a los hombres y mujeres que habitan esta región del Catatumbo, les manifestó su unión y cercanía para estar con ellos, resaltando su valentía y coraje con la que han tenido que afrontar los diferentes conflictos sociales que allí están presentes, como son la violencia, el narcotráfico, los cultivos ilícitos, entre otros. “Junto a ustedes, espero crecer en la fe, proclamar la buena nueva que Cristo nos trajo y, sobretodo, insistir en que no podemos dejar que la violencia en todas sus formas apague la luz de la verdad y las grandes esperanzas de todos los hijos e hijas de Dios que habitan aquí”. Para este nuevo prelado, que lleva marcada su vida pastoral con 25 años de servicio como sacerdote, no hay una experiencia en particular que le haya marcado su vida, pues resaltó que cada tarea que realiza la hace con cariño y esto, le ha dejado grandes satisfacciones, desafíos y aprendizajes. Su conocimiento sobre esta región en el Catatumbo no le es del todo desconocido, pues observó que de niño su familia habitó estas regiones, así también de seminarista y sacerdote tuvo la oportunidad de vivir algunos momentos pastorales, además de conocer parte del clero. "No conozco tanto la región como quisiera (...) es una realidad nueva para mí y vamos a ir conociendo un poquito más, haciendo lo que mejor se pueda (...) tengo en mente llegar pronto a trabajar. El plan de vida que hay que hacer ya está definido en el Evangelio, hay que vivir la caridad y buscar la dicha del Señor siendo pobres en el espíritu, sabiendo dar la vida y no perder la sensibilidad, buscando trabajar por la justicia y la paz, tratando de no dejar de construir siempre una sociedad mejor”, puntualizó.

Mar 5 Oct 2021

Iglesia lidera misión humanitaria en Bojayá - Chocó

Desde el pasado martes 5 y hasta el 10 de octubre, como ya se había anunciado, se está adelantando la misión humanitaria por las comunidades indígenas y afrocolombianas ubicadas sobre las cuencas de los ríos Bojayá. Esta gestión, según lo ha manifestado monseñor Juan Carlos Barreto, obispo de Quibdó, obedece a un plan sistemático de visitas que se han programado a algunos municipios del departamento del Chocó. El reclutamiento forzado, la soberanía alimentaria, la desnutrición infantil, la falta de oportunidades para la población, son entre otros, los problemas que tienen que afrontar a diario los indígenas y afros en esta región del país. En este contexto, el obispo en un mensaje ha resaltado que el objetivo de esta misión es “acompañar a las comunidades afectadas por el abandono estatal y el conflicto armado, visibilizar su situación y realizar una agenda de incidencia con miras a la solución de sus problemáticas”, así lo registró el obispo en un mensaje enviado a los medios. De otra parte, del 5 al 7 octubre, se llevará a cabo una reunión entre representantes de las comunidades de Bojayá, con Organizaciones Etnicoterritoriales del San Juan y el Baudó, con las Diócesis de Quibdó, Istmina-Tadó y Apartadó, la Pastoral Social Nacional, la Coordinadora Residente de Naciones Unidas, la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, la Procuraduría, la Defensoría del Pueblo, la JEP, la Comisión de la Verdad, la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas, Embajadores de varios países, la Coordinación Regional del Pacífico, la Federación Luterana Mundial, Swefor, la Cocomacia, la Mesa Departamental Indígena, el Foro Interétnico, así como también están invitados la Gobernación, los Alcaldes, Personeros y Presidentes de Consejos municipales de Bojayá y Vigía del Fuerte. Los promotores de esta iniciativa han informado que serán más de cincuenta personas las que estarán distribuidas por sectores, visitando las poblaciones de los ríos: Bojayá, Cuia, Napipí, Opogadó, Murrí y Buchadó, con el fin de escuchar y llevar ayudas a estas comunidades, que por años ha venido sufriendo el flagelo del abandono. Por último, el obispo de Quibdó pide la oración y la solidaridad de los colombianos en miras a lograr que esta misión deje los frutos esperados en beneficio de la población.

Jue 16 Sep 2021

Iglesia solidaria con las víctimas del Medio y Bajo San Juan (Chocó)

En un comunicado los obispos de la Costa Pacífica y Suroccidente de Colombia expresaron su solidaridad con la Iglesia de Istmina-Tadó y sus comunidades, víctimas del conflicto armado y la crisis humanitaria que habita en esta región del Chocó. “Nos unimos a las preocupaciones y los llamados que la Iglesia y las organizaciones etnicoterritoriales han emitido en diversos momentos. La realidad dramática que hoy viven comunidades indígenas y afrodescendientes ubicadas en la cuenca del río San Juan, es similar a la que experimentan miles de personas en todo el departamento del Chocó y los departamentos del Cauca, Nariño y Valle”. Los prelados observan que han sido varias las denuncias que tanto la Iglesia como organizaciones de Derechos Humanos han realizado, sin tener respuesta alguna por parte de los organismos competentes. “hemos puesto de manifiesto lo que sucede en el territorio a causa del abandono estatal y el accionar de los grupos armados. Lamentablemente, el clamor de las comunidades no ha sido escuchado y, en consecuencia, las violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario, en lugar de disminuir, se intensifican”. Frente a esta realidad, hacen un nuevo llamado al Estado colombiano para que se tomen acciones pertinentes e integrales que garanticen la vida y dignidad de la población afectada. Así también, exhortan a los actores armados para que respeten la población civil y frenen las acciones que perturban la tranquilidad de las comunidades. Finalmente, piden al pueblo católico orar por la paz de Colombia y “obrar con sensibilidad solidaria con los hermanos que sufren la guerra, el hambre y el abandono”. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon] Audio: Lectura del comunicado por Mons. Juan Carlos Barreto, obispo de Quibdó

Lun 9 Ago 2021

Iglesia clama atención por desplazamiento de comunidades en Bolívar

En el sur de Bolívar, el incremento de asesinatos y desplazamiento forzado por causa de los actores armados, ha llamado la atención de la Iglesia Católica, quien a través de un comunicado firmado por el obispo de la Diócesis de Magangué, Ariel Lascarro Tapia, pide a las distintas instancias gubernamentales hacer presencia y atender esta emergencia humanitaria que viven las comunidades en esta región del país. “El obispo, su presbiterio y los fieles laicos, alzamos nuestra voz ante la compleja situación que se vive hoy en el cono sur de este departamento. Este territorio, azotado por el conflicto armado durante más de 50 años, hoy se siente nuevamente amenazado por los enfrentamientos entre los grupos armados presentes en esta zona, por la búsqueda del poder y el dominio de este territorio”. De acuerdo con datos registrados por la Cruz Roja Internacional, ya son más de 2.600 personas que componen 580 familias, las que han llegado al casco urbano del municipio de Santa Rosa del Sur, huyendo por las amenazas y enfrentamientos que se dan entre los grupos ilegales que se disputan los negocios de minería ilegal y narcotráfico en la serranía de San Lucas, Bolívar. En este contexto, el obispo hace un llamado al Gobierno Nacional y a los entes gubernamentales para que pongan su mirada en estos territorios y, observa que las comunidades reclaman una ayuda humanitaria que sea más eficaz y constante. Igualmente, demanda del gobierno las garantías necesarias para que las comunidades puedan retornar a sus territorios y continuar su vida normal y sin miedos. En su mensaje, asegura que la Iglesia Católica seguirá acompañando a las comunidades afectadas por la violencia y las anima a “no abandonar sus territorios y a perseverar en la reivindicación de los derechos que les reconoce la Constitución Nacional”. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Lun 9 Ago 2021

Diócesis de Ipiales y CCN: Proyecto memoria histórica con víctimas del conflicto

Colcha de la memoria histórica para la construcción de una cultura de paz; es el nombre de la iniciativa que lideró recientemente el Secretariado de Pastoral Social de la Diócesis de Ipiales en articulación con la Comisión de Conciliación Nacional (CCN) y gracias al apoyo solidario de la Embajada de Noruega en Colombia. Se trata de un proyecto enfocado, de manera especial, en el acompañamiento espiritual, psicosocial y lúdico a personas que han sido víctimas del conflicto armado dentro del territorio de esa jurisdicción, y que, hoy por hoy, anhelan sanar sus heridas, reivindicar la memoria de aquellos que perdieron y sensibilizar a otros frente a la gravedad de este flagelo. El proyecto, que desarrolló la Iglesia a través de estas dos instituciones durante cerca de cuatro meses a través de diferentes encuentros con los participantes, arrojó como resultado práctico un trabajo artístico denominado "Colcha de la memoria histórica" con imágenes y textos bordados y pintados que dan cuenta de los nombres, rostros, recuerdos y símbolos asociados al sentir de las personas víctimas y sus familiares frente a los hechos violentos que padecieron, pero también frente a sus sueños de perdón, paz y reconciliación en sus hogares y comunidades. Esta articulación que hace la Comisión de Conciliación Nacional con la Diócesis de Ipiales hace parte de un proceso de acompañamiento directo que desde hace cerca de 3 años viene haciendo la CCN a esta iglesia particular con el fin de fortalecer el trabajo que se viene realizando en favor de reconciliación y paz.

Vie 30 Jul 2021

Episcopado solidario con obispo de Buenaventura y su población

En un mensaje los obispos de Colombia, expresaron su respaldo y solidaridad al obispo de Buenaventura, Rubén Darío Jaramillo Montoya y a la comunidad bonaerense, quienes esta semana vivieron la jornada por la vida, manifestada en acciones religiosas, culturales y reflexivas, pidiendo el fin de la violencia. "Los obispos católicos de Colombia apoyamos este clamor por la paz, la vida y el respeto de la dignidad humana de tantos hermanos y hermanas nuestros". Asintieron lo dicho por los obispos de las provincias eclesiásticas de Cali y Popayán: “Pedimos a las autoridades locales regionales y nacionales, garantizar la seguridad de los bonaverences. Que no les falten oportunidades de educación y trabajo que les permitan hacer realidad sus proyectos de vida”. Finalmente, ofrecieron su saludo y cercanía a la población bonaverense, confiando sus oraciones por el bienestar de las comunidades al Señor de la Vida y a la Virgen María. El comunicado fue suscrito por Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC); Omar Alberto Sánchez Cubillos, arzobispo de Popayán y vicepresidente de la CEC; y Luis Manuel Alí Herrera, obispo auxiliar de Bogotá y secretario general de la CEC. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Mar 27 Jul 2021

Así vive Buenaventura la Jornada por la Vida y la Paz

Una vez más, la Diócesis de Buenaventura se une al clamor de sus habitantes para pedir por la paz y la reconciliación de esta región azotada por la violencia y la desigualdad. Para ello, está adelantando la Jornada en Familia por la Vida y la Paz, que se extenderá hasta el próximo viernes 30 de julio de 2021. “No podemos quedarnos callados” Con estas palabras monseñor Rubén Darío Jaramillo Montoya, obispo de esta Iglesia particular, llama la atención de los violentos para que cesen los actos contra la población que ya manifiesta su cansancio ante tanta desolación y dolor. La jornada ha dicho el prelado, “es animando a las comunidades para que oremos, nos convoquemos y coloquemos nuestra voz en contra de los violentos y en contra de esta situación que nos atormenta”. La violencia sigue azotando a la población Así mismo, monseñor Jaramillo Montoya, observa a través de un video mensaje, que la razón por la cual se convocó a esta jornada, es porque en lo corrido de estos primeros 20 días del mes de julio, son ya 24 los asesinatos que se han presentado, sigue la extorsión, los robos, las desapariciones y los secuestros. Este espacio, ha permitido llegar entre otros sitios, a siete zonas de la municipalidad donde la violencia es más fuerte, allí, la Iglesia acompañada de las principales autoridades está haciendo un recorrido para manifestar a las comunidades su cercanía. Cierre de la jornadaEl viernes, 30 de julio, culmina la jornada con una celebración interreligiosa, donde se convoca a la comunidad para que se una en oración pidiendo por la paz como esperanza de vida. Espacios de oración y reflexión Son varios los momentos que están guiando esta iniciática de la Iglesia en el pacífico. Entre ellos: En los hogares se enciende una vela, representando la luz de Cristo para pedir por sus familias y por la ciudad; jornada interreligiosa a través de las redes sociales para orar por las familias; siembra de 1.000 árboles como señal de esperanza y vida; desplazamiento a siete zonas vulnerables donde sus habitantes portarán prendas blancas, en las casas y negocios se expondrán globos blancos, como signo de paz; reflexiones y momentos culturales y lúdicos sobre la situación de violencia que enfrentan los bonaerenses; jornadas interreligiosas de oración pidiendo por todas las comunidades, las fuerzas vivas del distrito, instituciones públicas y los grupos armados. Esta jornada busca expresar su solidaridad moral con las víctimas de la violencia en estos territorios del pacífico; quiere expresar unidad a través de una alianza entre sus habitantes, mostrando las necesidades de un pueblo que sufre y que seguirá trabajando para aislar a los armados en armas; y llamar la atención de los diferentes estamentos y organizaciones internacionales de derechos humanos para que se atiendan las necesidades de un pueblo que por años ha sido marginado.

Vie 16 Jul 2021

Con una eucaristía se conmemora 481 aniversario de Buenaventura

En el marco de la conmemoración de los 481 aniversario de la ciudad de Buenaventura y como parte de las fiestas de su patrono San Buenaventura, el obispo de esta Jurisdicción, monseñor Rubén Darío Jaramillo Montoya, celebró este miércoles 14 de julio, una eucaristía especial en la que hizo una invitación a mirar sagradamente este territorio. “Los invito a dar hasta la última gota de sudor y de sangre si fuera necesario por este territorio. Les animo a ser transparentes en las relaciones y honestos en los negocios, a aprender a ser hermanos y no enemigos, buscando el bien, alejándonos de toda actividad ilícita, engañosa o supersticiosa”, afirmó el prelado. Observó que la actual situación por la que atraviesa esta tierra del pacífico y las nefastas noticias que alterar la tranquilidad de su pueblo, está llevando al aumento de los suicidios, al incremento de la violencia, la depresión y enfermedades físicas y mentales. Ante este panorama llamó la atención de quienes toman decisiones para que piensen más en el beneficio de favorecer a las comunidades. “Hoy quiero provocar una invitación a mirar sagradamente este territorio, a ustedes quienes tienen a su cargo la toma de decisiones para que beneficie el destino del pueblo, de empresas, de sus familias, de las organizaciones y entidades. Recuerden que el dinero de los ciudadanos, así sea solo un peso, es el pan que va a llegar a la mesa de un niño de la escuela más humilde (…) La plata del pobre es sagrada y es para los pobres, no una parte, ni una limosna, porque los recursos bien invertidos alcanzan para las necesidades fundamentales”, asintió. Recordó además como la fiesta de San Buenaventura no es solo una manifestación de alegría y fiesta, sino que tiene que ser una expresión de haber cumplido con los deberes encomendados “es el amor por una tierra que se manifiesta en hecho y no solo con palabras, es la responsabilidad de transformar una realidad donde nuestros jóvenes están pidiendo empleo, formación de calidad, deporte sano, honradez y ante todo ser escuchados como parte de la construcción de una nueva ciudadanía donde todos podamos convivir como hijos de Dios”. Finalmente, pidió la intercesión de San Buenaventura patrono de esta ciudad, para que este pueblo bonaerense se reencuentre por fin con la paz, el amor y la reconciliación. Vea también el video mensaje de monseñor Rubén Darío Jaramillo Montoya en el aniversario de los 481 años de Buenaventura.