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Episcopado al día

Jue 23 Jul 2020

Obispo electo de Barrancabermeja recibe Ordenación Episcopal

En la Catedral Nuestra Señora de la Pobreza en la ciudad de Pereira, monseñor Ovidio Giraldo Velásquez, obispo electo de Barrancabermeja, recibió este 22 de julio la Consagración Episcopal, por imposición de manos, unción y oración consecratoria de monseñor Rigoberto Corredor Bermúdez, obispo de Pereira y quien actuó como ordenante principal. En un emotivo saludo, el obispo electo inició agradeciendo a Dios el haberlo llamado al ministerio episcopal y el hacerlo participe del Colegio Apostólico. “En los prodigiosos designios divinos y en los benevolentes y sabios caminos eclesiales, hoy he recibido el orden del episcopado con el encargo y la esperanza de que sea para el júbilo de Dios, la santificación del pueblo cristiano y el bien de la humanidad;con la firme esperanza de que así será con el favor de la gracia divina y el apoyo del pueblo santo, y de mi parte con la voluntad de permanecer unido a Dios y a la Iglesia” Así mismo pidió a Dios, Padre de misericordia, le conceda la gracia de “honrarlo con mi vida y mi palabra. También, con la vida y la palabra mostrar al mundo su bondad, su misericordia y su amor”. El prelado mencionó cómo desde su adolescencia sintió el llamado de Dios a servir desde el sacerdocio, llevando el Evangelio a donde fuera posible y hoy dice “como en otros jubilosos momentos y de manera especial, el Señor me ratifica esta vocación y misión”. “Al Espíritu Santo, presencia pura del amor divino, que siempre nos convoca para la verdad y al amor, le ofrezco la disposición de todo mi ser para que de manera constante e íntegra disponga de mí en orden a divisar y abrazar los designios del Padre y a llevar la buena nueva de Jesús en toda oportunidad”, apuntó. Al recordar a su diócesis, donde fue incardinado como sacerdote, La Dorada-Guaduas, extendió un saludo a cada uno de los obispos, sacerdotes, religiosas y fieles laicos, quienes en su caminar por este territorio le ofrecieron su afecto y cariño. A todos ellos “mi perenne gratitud por lo mucho recibido y lo tanto aprendido en la fe y la misión”. Igualmente, mostró gratitud al Papa Francisco por la designación al ministerio episcopal, expresando su profunda admiración y afecto. Al Nuncio Apostólico, monseñor Mariano Montemayor, expuso su complacencia por la atención con ocasión de su nombramiento, así como al Cardenal Marcos Ouellet, prefecto de la Sagrada Congregación para los obispos. Ante monseñor Rigoberto Corredor Bermúdez, obispo de Pereira, se mostró agradecido por haberle permitido recibir su ordenación episcopal en esta sede, resaltando de él su acogida paterna, su testimonio pastoral y la pasión evangelizadora, materializada en la Red de Nueva Evangelización. “Gratitud que extiendo al presbiterio de Pereira, a los religiosos y fieles laicos de esta querida diócesis, donde siempre me he sentido hijo y hermano”. A los miembros de la Red de Nueva Evangelización, de la cual fue director desde el año 2013 hasta su nombramiento como obispo, les demostró su gratitud, extendido este saludo al equipo del Secretariado. “En los señores obispos de la Red constaté que el episcopado colombiano tiene su corazón generosamente ofrendado a Jesucristo y este hecho es todo un evangelio que colma de vitalidad y esperanza la iglesia colombiana y los hace dignos de todo afecto filial y obediencia pastoral”. No podía ser diferente la devoción y afecto demostrado hacia su familia, de quienes dice aprendió a conocer y a amar a Dios y al prójimo, ustedes dijo: “siguen siendo mi escuela de fe y caridad cristiana; siempre los necesitaré. Infinitas gracias, mamá. A papá, que Dios lo tenga en el lugar de los justos”. Igualmente reconoció la valiosa amistad de amigos, confesores, directores espirituales, benefactores, compañeros de misión y apostolado y comunidades parroquiales que a lo largo de su vida han estado presentes en su camino. Al exaltar la figura de Santa María Magdalena, proclamada por la Iglesia católica como “apóstol de los apóstoles”, pidió su ayuda “para mantener los ojos y el corazón fijos en la Pascua del Señor y para llevar con incesante gozo el anuncio de la buena nueva de la salvación a propios y extraños (…) En Santa María Magdalena exalto la vida y la obra de las incontables y santas mujeres que siguiendo las huellas de la Madre del Señor han colmado nuestra vida de bendiciones y han embellecido la Iglesia”. Al dirigirse al presbiterio de la diócesis de Barrancabermeja, religiosas, consagrados y fieles laicos, expuso que junto a María Magdalena, Jesús será “nuestro gozo, nuestro desvelo y nuestro tesoro, el tesoro que quiero compartir con todos ustedes a tiempo y a destiempo, con oportunidad o sin ella”. Finalmente, encomendó su episcopado bajo el amparo amoroso de la Santísima Virgen y el bienaventurado patriarca San José. “En ti honro la multitud de varones justos y buenos que han enaltecido el pueblo de Dios”. Respondiendo a los protocolos de bioseguridad establecidos ante la pandemia, el acto litúrgico contó con un reducido número de participantes, entre ellos: monseñor Hency Martínez Vargas, obispo de la Dorada-Guaduas y monseñor Luis Albeiro Cortés Rendón, obispo auxiliar de Pereira, quienes le acompañaron como primeros ordenantes y además un pequeño grupo de sacerdotes. Obispos, sacerdotes, religiosos(as), agentes pastorales y bautizados de Colombia y el mundo, pudieron acompañar espiritualmente al obispo electo a través de la transmisión por redes sociales que la diócesis de Pereira originó y que fue replicada por distintas jurisdicciones e instituciones de Iglesia del país, como signo de unidad, comunión y alegría ante este importante momento para la Iglesia. Fotos:Augusto Serna Arias.(Periódico La Verdad) Galería fotográfica VIDEO DE CEREMONIA

Mié 22 Jul 2020

“Mi tarea es proclamar la Palabra a tiempo y a destiempo, reprender y exhortar con paciencia y doctrina”

Precisó el nuevo arzobispo de Ibagué, monseñor Orlando Roa Barbosa, durante la toma de posesión canónica de su cargo, el 18 de julio. La ceremonia estuvo marcada por un sentimiento de gratitud hacia Dios y con el Papa Francisco por haber sido llamado desde el episcopado a servir como arzobispo de Ibagué. Durante su homilía el prelado agradeció la presencia y cercanía del Nuncio Apostólico, monseñor Luis Mariano Montemayor al hacerse presente en esta ceremonia: “Desde su llegada lo hemos visto muy diligente, muy activo en el cumplimiento de su misión al servicio del pueblo de Dios. Sabemos sus esfuerzos y sacrificios para acompañarnos en estos tiempos de pandemia, superando todas las dificultades y estar presente en ese día tan importancia para la iglesia de Ibagué”. Al hacer memoria de cada uno de los obispos que han pasado por esta Iglesia particular y el legado misionero marcado por ellos, hizo especial reconocimiento a monseñor Flavio Calle Zapata, como obispo emérito de esta Jurisdicción y quien estuvo presente en la ceremonia de posesión, por su entrega y celo pastoral a lo largo de los 16 años que pastoreó esta arquidiócesis. “Gracias por su entrega pastoral en la tarea evangelizadora, misionera, social y Josefina, ha dejado huella imborrable en nuestra querida iglesia particular de Ibagué”. Al dirigirse al clero de la arquidiócesis de Ibagué, les pidió ver en él un hermano, un amigo, un compañero de luchas y de esfuerzos en todas las tareas pastorales que desde allí se realicen. “Espero contar con ustedes de manera incondicional. Hoy nuevamente les pido comprensión por favor, no me exijan la santidad de mis antecesores porque ustedes saben que no la tengo y esto no es humildad, es verdad. Les vuelvo a pedir obediencia sincera y sobre todo lealtad con su obispo que el Señor ha puesto al frente de los destinos de nuestra querida iglesia particular de Ibagué al más indigno del episcopado colombiano”. Su saludo también se hizo extensivo a los religiosos, religiosas, diáconos, seminaristas y laicos delegados de las parroquias de Ibagué, a quienes animó a estar dispuestos a hacer la voluntad de Dios. Así mismo agradeció la presencia del alcalde de la ciudad doctor Andrés Fabián Hurtado, de las autoridades militares y de policía, pidiéndoles mantener una cercanía fraterna para seguir trabajando por el bien común, el bienestar y la armonía espiritual de los ibaguereños y de los tolimenses. El obispo está llamado a anunciar alegres noticias de salvación y paz a su pueblo El arzobispo pidió del Señor obtener los dones necesarios para responder con responsabilidad, alegría y sin desfallecer a la nueva tarea que se le ha puesto en sus manos “Me corresponde pastorear el rebaño que el Señor ha puesto en mis manos, mirar por él, no a la fuerza sino a buena gana como Dios quiere, no por sórdida ganancia sino con entrega generosa”. Luego tomando el texto del evangelista san Lucas sobre la invitación que hace Jesús a “Remar mar adentro y echar las redes para pescar”, allí donde Simón le respondió: “Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada, pero en tu palabra echaremos las redes”, al respecto el obispo recuerda que “el Señor nos pide muchas veces acciones sorprendentes, aparentemente irracionales, intrépidas y decididas” por lo que pidió no dudar ni un momento, antes bien repetir las palabras de Pedro: “Señor por tu palabra echaremos las redes”. “Mi tarea es proclamar la Palabra a tiempo y a destiempo” Al recordar la invitación que en su momento San Juan Pablo II, hizo a los obispos para cumplir con su misión evangelizadora, que consiste en efectuar tres tareas: enseñar, santificar y regir, dijo que estas tres acciones pastorales serán su ruta de trabajo a tiempo y a destiempo y que marcarán, con el apoyo de sus colaboradores, el caminar de esta Iglesia tolimense. “Ahora en todos los rincones de la arquidiócesis, mi tarea es proclamar la Palabra a tiempo y a destiempo, reprender, exhortar con toda paciencia y doctrina. Aquí, como en otras partes, debo tener claro que soy dispensador, regulador, custodio y promotor de los sacramentos, fundamento importante para la santificación de nuestro pueblo”, afirmó. Finalizó su homilía pidiendo la intercesión de la Virgen María, en la advocación de la Inmaculada Concepción, para que lo cubra con su manto de protección, la de San José, San Miguel Arcángel y los Santos custodios, para que siempre le acompañen en regir los destinos de esta Iglesia Ibaguereña.

Lun 6 Jul 2020

Fallece madre del obispo de Riohacha

Los obispos católicos de Colombia, reunidos en Asamblea Plenaria (virtual), expresan sus más sentidas condolencias al obispo de Riohacha, monseñor Francisco Ceballos Escobar, por el sensible fallecimiento de su señora madre Rosalbina Escobar de Ceballos. El episcopado colombiano, al elevar sus plegarias por el eterno descanso de la señora Rosalbina, manifiesta su compañía y solidaridad con la familia del señor obispo.

Jue 18 Jun 2020

“Pido tu ayuda para vivir un episcopado alegre y generoso”: Mons. Gil Betancur

Encomendándose a la protección de la Santísima Virgen María, Reina y Madre de las Misericordias, monseñor Farly Yovany Gil Betancur recibió, este jueves 18 de junio, la ordenación episcopal en un acto litúrgico presidido por monseñor Jorge Alberto Ossa Soto, arzobispo de Nueva Pamplona. En su mensaje, el nuevo obispo electo para Montelíbano, pidió la ayuda de la Virgen “para vivir un episcopado alegre y generoso (…) Ampárame, guárdame, y favoréceme como a hijo predilecto, porque pongo en tus manos el ministerio episcopal que acabo de recibir y ansío santamente vivir, imitando en su entrega a nuestro Beato el Padre Marianito”. Monseñor Gil hizo una corta reflexión a cada uno de los interrogantes que el Papa emérito Benedicto XVI propone a quienes han sido llamados al servicio episcopal: “¿Desde dónde quieres, Señor, que te ame? ¿Desde dónde quieres, Señor, que te siga? ¿Desde dónde quieres, Señor, que te sirva?” Estas fueron sus respuestas que, sin duda, marcarán su andar pastoral en esta nueva misión encomendada por la Iglesia: - Señor, desde Montelíbano quieres que te ame; te amaré, entregándome al servicio de esa querida Diócesis. - Señor, quieres que te siga en el servicio que nos enseñas desde el Cenáculo como Sumo Sacerdote. Que, como tú, nuevo y definitivo sacerdote, mi existencia sea una ofrenda total. - Señor, que pueda gritar al mundo que Cristo nos puede renovar desde la apertura de nuestros corazones a su misericordia. Te serviré sin reservas, caminando en tu presencia. Luego de agradecer al Papa Francisco el llamamiento al Ministerio Episcopal, renovándole su comunión al sucesor de Pedro, ofreció un saludopor su cercanía, gratitud y amistad generosaal Nuncio Apostólico, monseñor Luis Mariano Montemayor, amonseñor Jorge Alberto Ossa Soto, arzobispo de Nueva Pamplona, quien actuó como ordenante, y a los obispos, monseñor Gabriel Villa Vahos, arzobispo de Tunja y monseñor Jairo Jaramillo Monsalve, arzobispo emérito de Barranquilla, quienes le acompañaron durante la ceremonia como primeros ordenantes. Así mismo, manifestó su saludo generoso a los obispos y arzobispos del país y en ellos a cada uno de los miembros de la Conferencia Episcopal, donde recientemente finalizó su gestión como secretario adjunto. Igualmente se mostró agradecido con la diócesis de Santa Rosa de Osos donde fue incardinado desde el momento de su ordenación sacerdotal y en ella al clero: “Gracias por permitirme compartir con ustedes estos años de ministerio sacerdotal. Gracias por su amistad y testimonio. Que Cristo Sumo Sacerdote los bendiga a todos en fidelidad”. Al dirigirse a su nueva familia diocesana de Montelíbano, les expresó su cercanía:“Acojo a mis sacerdotes, diáconos y seminaristas. En este día de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, él bendiga sus ministerios. Saludo a todos los hombres y mujeres que peregrinan en la Diócesis de Montelíbano”. También recordó y agradeció el servicio evangelizador que los obispos predecesores han dejado en esta Iglesia particular. Hizo extensivo su saludo a las principales autoridades municipales y civiles de los municipios de Don Matías y Santa Rosa de Osos, agradeciendo su apoyo y el servicio prestado en favor de las comunidades de esta región antioqueña. Finalmente, agradeció a su familia, dirigiendo unas sentidas palabras a sus padres y hermanos, a quienes les dijo: “A mis papás y hermanos, gracias porque este sí que hoy ratifico al Señor, siempre ha tenido su apoyo y oración”. Al dirigirse a todo su núcleo familiar afirmó: “Nuevamente las distancias geográficas nos imposibilitan estar juntos físicamente en estos momentos especiales, pero siempre el amor y la hermandad romperán estas barreras”. Por su parte, monseñor Jorge Alberto Ossa Soto, durante su homilía, hizo una reflexión sobre la fiesta de Jesucristo sumo y eterno sacerdote que hoy la Iglesia católica celebra: “Somos sacerdotes, porque el Señor nos ha llamado a participar de su sacerdocio y ministerio; porque nos confía perpetuar en el tiempo su obra salvadora (…) El obispo está constituido para perpetuar esta obra salvadora de Cristo.”. Recordó a monseñor Farly Yovany las tres tareas que como pastor de la Iglesia ha de seguir en su caminar episcopal y que hoy se proponen en las lecturas de la palabra de Dios: acompañar, orar y santificar al pueblo de Dios. El Obispo acompaña a sus fieles Al recordar como Jesús se entregó por nuestra salvación y cargó con los pecados del pueblo, así mismo, dijo: “el obispo debe llevar sobre sus espaldas el peso y la responsabilidad de la comunidad. Está allí para acompañar y velar por su bien (…) Debe preocuparse, si fuese necesario, hasta dar la vida por sus fieles”. Subrayó que la tarea de un obispo no es la de hacer una "labor social o filantrópica" para ayudar a solucionar carencias o dificultades de la sociedad organizada, se trata de la necesidad de "estar con los fieles para que ellos experimenten, por nuestra entrega generosa, la presencia amorosa de Jesús que levanta.". El Obispo ora por sus fieles Tomando la carta a los Hebreos, que presenta a Jesucristo Sumo Sacerdote como la persona que intercede por todos, así mismo, agregó: “el obispo, imagen del Padre y Ministro de Jesucristo, ora también por sus fieles y ora con ellos (…) Esta fiesta que celebramos hoy nos invita a recordar y llevar a la práctica esta tarea, esencial en el ministerio episcopal”. Exhortó al nuevo obispo a hacer entrega de su vida de forma generosa, disponible y a tener la capacidad de orar ante Dios por todos los fieles, de manera especial por los “más necesitados, por los que sufren, se han alejado y son rechazados por no creer o, según nosotros, porque son pecadores (…)Amamos a los fieles, si oramos por ellos”. El Obispo santifica a su pueblo Afirmó que la Iglesia vive de la Eucaristía, “del misterio de la fe, en que nos alimentamos de Cristo para tener vida eterna”. Por lo que recordó que, en esta tarea de santificar al pueblo de Dios, le corresponde al obispo celebrar los sacramentos y la Eucaristía haciendo presente a Cristo en medio de él. “El obispo, por la santidad en su propia vida, configura la vida de Cristo en la comunidad; santifica a su pueblo”. Por último, exhortó a monseñor Farly Yovany para que en medio de las “dificultades y las pruebas, en medio de los gozos y las fatigas, de los posibles desencantos humanos y de los logros aparentes de nuestro esfuerzo”, confíe siempre en la gracia de Dios: “La confianza en el Señor es prenda de seguridad y garantía en el ejercicio del ministerio episcopal (…) Si Cristo actúa en nosotros y nos depositamos en sus manos, podemos decir: “todo lo puedo en Aquel que me conforta””. Fotos: Cortesía oficina de comunicaciones diócesis de Santa Rosa de Osos

Mié 17 Jun 2020

“Me hará falta el río grande de La Magdalena por su navegar tranquilo y sus horas de poesía”

Así lo expresa monseñor Camilo Castrellón Pizano, quien recientemente dejó la diócesis de Barrancabermeja, luego que el papa Francisco le aceptara la renuncia al gobierno pastoral de esta Iglesia particular. Se retira para dedicar su tiempo a la oración, al sacramento de la reconciliación, a la actualización en el tema de la psicología, que dejó por su trabajo pastoral y, además, estará acompañando y asesorando parejas en procesos de separación. En diálogo con la oficina de comunicaciones de la Conferencia Episcopal, el obispo saliente cuenta algunos de los momentos pastorales vividos a lo largo de sus 19 años de ministerio episcopal, ejercidos en las diócesis de Tibú y Barrancabermeja. Anunciar la Buena Nueva de Jesús, legado que deja a su sucesor Revela que durante su ministerio tuvo claro que su tarea era la de anunciar la Buena Nueva de Jesús y eso lo ha hecho visible trabajando por los más pobres, vulnerables y últimos de la sociedad, especialmente apoyando procesos de construcción de la paz. Estas acciones, apunta el prelado, se han visto materializadas “gracias al trabajo en equipo, marcado con una presencia activa de los sacerdotes, la vida consagrada, los laicos, con un discernimiento constante de la realidad y una iluminación desde la Palabra de Dios, el Magisterio de la Iglesia y las ciencias sociales. Toda la elaboración del proyecto pastoral diocesano, partió siempre de la base y no del vértice, cuya misión fundamental de éste era apoyar a las parroquias y vicarías”. El plan pastoral, explica, estuvo “centrado en la persona del Señor Jesús y en la reconciliación como camino para la paz”, razón por la que destaca el trabajo hecho con los jóvenes y las familias dejando como resultado la construcción y fortalecimiento de las “comunidades eclesiales de base”, entendidas como grupos de personas donde sus integrantes se conocen, comparten su vida, celebran su fe y se ayudan mutuamente para vivir plenamente su compromiso en la construcción del Reino de Dios. En materia de relaciones con otras instancias, el obispo saliente subraya que, a pesar de las diferencias de pensamiento, la Iglesia siempre ha mantenido buena comunicación, diálogo e independencia con los gobiernos tanto nacional, departamental y local, con las fuerzas militares y de policía, con los medios de comunicación social, con las organizaciones civiles, con los grupos y movimientos de derechos humanos, con los diálogos pastorales con los grupos alzados en armas y con los líderes y lideresas de las comunidades, hecho que ha permitido abrir caminos de reconciliación y paz que favorecen sin lugar a dudas a las comunidades. Caminando de la mano con los más pobres y desprotegidos Frente a las distintas realidades sociales que se perciben en estos territorios, acompañadas por una gran riqueza natural, la calidez de sus gentes, sus comunidades, pero también marcados por la desigualdad, la pobreza, el narcotráfico, los grupos alzados en armas, en fin, una serie de factores que marcan un panorama de mucha complejidad, el obispo emérito de Barrancabermeja destaca que para analizar estos ambientes se partió de un proceso de discernimiento “donde nos preguntábamos cómo estaba trabajando Dios en la situación que se nos presentaba, para ayudarle a llevar adelante su plan de salvación”. Esto, afirma, siempre fue soportado desde una lectura del análisis de la realidad e iluminado por el Evangelio, las ciencias sociales, el Magisterio Pontificio y la Doctrina Social de la Iglesia. “Para la toma de decisiones teníamos un material de apoyo con unos principios fundamentales: la constitución del ser humano que encuentra en Cristo el hombre nuevo y le ofrece su realización más plena, la centralidad de la persona humana como un ser que anda, que peregrina, como un ser viático, sujeto de su propia historia, la persona humana, fundamento y fin del orden social”, añade. Así, pues, resalta que “estos principios se entrelazaban transversalmente con: las opciones de una Iglesia en salida, la cultura del encuentro, la centralidad en los pobres, la reconciliación y la paz”. Habló fuerte denunciando las injusticias Resalta la tarea de sus antecesores quienes siempre fueron claros en denunciar las injusticias y anunciar el Evangelio con miras a la construcción de una nueva sociedad. Por eso, subraya que “tanto en la diócesis de Tibú como en la de Barrancabermeja tuve muy claro que el anuncio y la denuncia eran parte inseparable del ministerio episcopal y en ambas jurisdicciones había una memoria y un trabajo muy fuerte de mis antecesores (…) Especialmente en Tibú, soy consciente que mis denuncias, que fueron muchas y frecuentes, incomodaron al establecimiento y a los grupos al margen de la ley. En tres oportunidades, supe después, que habían tomado la decisión de secuestrarme con fines de una ejecución sumaria”. Recuerda cómo, durante su trabajo pastoral en la diócesis de Tibú, los medios de comunicación privados le fueron esquivos a la hora de realizar denuncias. Éstas – explica-, se tenían que hacer a través de la emisora diocesana o en el púlpito durante las eucaristías; era así como particularmente las víctimas o sus familiares sentían la cercanía y el apoyo de la Iglesia. “Un caso, entre muchos, ilustra lo dicho: en una celebración del Sábado Santo, en la noche, en la Iglesia Catedral, al terminar la Vigilia Pascual, una muchacha muy asustada y escondiéndose de la gente, me dijo que durante la misa un grupo al margen de la ley se había llevado a un joven. Llamé, inmediatamente, al vicario general y salimos para donde sabíamos que conocían el secuestro y exigimos devolver al instante al joven. A los pocos minutos estaba libre. Al día siguiente, hice la denuncia pública”, afirma. También recuerda acontecimientos especiales vividos en la diócesis de Barrancabermeja. Allí la voz del obispo ha sido siempre respetada y es considerado como un líder espiritual, desde tiempos de monseñor Bernardo Arango, pasando por monseñor Juan Francisco Sarasti y, particularmente, por monseñor Jaime Prieto, quienes fueron voz autorizada, libre e iluminadora de la realidad social en estos territorios. Nostalgia de dejar estos territorios Expone que su salida le trae nostalgia, pero también tiene claro que su formación con la comunidad Salesiana le enseñó a ser un ciudadano del mundo y, por lo tanto, siempre estará en actitud de salida y, al mismo tiempo, “con los pies firmes en el presente y convencido que el Señor, en el nuevo lugar de mi estadía, me tiene una misión particular”. “Estoy muy agradecido y voy a extrañar al magnífico equipo de la curia diocesana, conformado por sacerdotes, religiosas y profesionales, hombres y mujeres que me acompañaron durante estos años, con amistad y profesionalismo, lo mismo que a quienes fueron los conductores del carro del obispo, compañeros de largos recorridos y al personal de servicios que trabaja en la casa del obispo por su sencillez, servicio, dedicación y su compromiso; también a los fieles de las parroquias (...)Tuve una relación muy fluida con la academia, con los profesionales y una cercanía especial con las víctimas de la violencia, con quienes fortalecimos lazos de amistad y solidaridad, que necesariamente voy a extrañar (…) También extrañaré al equipo humano del Secretariado Permanente de la Conferencia Episcopal por su cercanía, amabilidad, profesionalismo y capacidad de servicio. Concluye su entrevista, agradeciendo las sólidas amistades que se fueron tejiendo a lo largo de su episcopado, resaltando sobre manera a aquellas personas que le ayudaron en la construcción de una mejor sociedad y que creyeron en él como obispo. Y, así como le “hará falta el río grande de La Magdalena por su navegar tranquilo y sus horas de poesía”, también él dejará un vacío en quienes lo acompañaron en su paso por Barrancabermeja.

Vie 5 Jun 2020

Nuevo Obispo de Riohacha tomó posesión de su cargo

En celebración eucarística realizada en la Catedral Nuestra Señora de los Remedios, el nuevo obispo de Riohacha, monseñor Francisco Antonio Ceballos Escobar, tomó posesión de su cargo luego que fuera nombrado el pasado 22 de abril por el Papa Francisco para guiar esta iglesia particular del caribe colombiano. Respondiendo a los protocolos de bioseguridad establecidos ante la pandemia por coronavirus (Covid-19), el acto litúrgico contó con un reducido número de participantes, entre ellos: monseñor Oscar José Vélez Isaza, obispo de Valledupar y monseñor Pablo Emiro Salas Anteliz, arzobispo de Barranquilla, este último fue el encargado de representar en esta ceremonia al Nuncio Apostólico, monseñor Luis Marino Montemayor. La comunidad de Riohacha, así como sacerdotes, religiosos, agentes pastorales y bautizados de Colombia y el mundo, pudieron acompañar espiritualmente al obispo a través de la transmisión por redes sociales que esta diócesis originó y que fue replicada por distintas jurisdicciones e instituciones de Iglesia del país, como signo de unidad, comunión y alegría ante este importante momento para la vida diocesana de Riohacha. “Aquí estoy para callejear la fe” Precisó monseñor Francisco Antonio aldirigirse a esta comunidad Guajira. Acogiendo la invitación que el Papa constantemente hace, dijo: “Aquí estoy para callejear la fe (…) Aquí estoy, enviado por Dios para acompañar a los sacerdotes, a los seminaristas, a los agentes de pastoral; aquí estoy para estar cerca de los más pobres y abandonados; para consolar a los tristes y ofrecer esperanza a quienes la han perdido”. Durante su homilía reconoció con humildad no ser la persona más idónea para este cargo, desafío que para él representa este servicio pastoral, pues no conocía ni sabía de este territorio de la Guajira; sin embargo señaló “me puse en camino con la confianza puesta en Dios y con la seguridad de queelSeñor, quien me eligió, Él mismo me sostendrá”. “De inmediato empecé un curso rápido y a distancia de conocimiento de la realidad de La Guajira y de la diócesis. Me ubiqué geográficamente, recogí y leí con interés toda la información que más pude, con los más variados contenidos: históricos, artísticos, turísticos y religiosos. Consulté enciclopedias, me aprendí el nombre de los municipios de la jurisdicción”, manifestó. Así mismo, observó que luego de una lectura y conversaciones con las diferentes instancias para conocer del territorio, llegó a la conclusión que quienes habitan estos territorios guajiros son “gente amable, querendona y bondadosa; de una profunda religiosidad manifestada en su amor a Dios y a la Iglesia”. También fue descubriendo que la realidad precaria en la que viven muchos de los guajiros es preocupante. “Antes de mi posesión, también aprendí que los índices de desnutrición en La Guajira son altos, por causas muy variadas: sociales, económicas, ancestrales, etc.Que la educación está intervenida. Que la salud está en cuidados intensivos y que hay escasez de agua, realidades que laceran mi corazón de pastor”. Por lo que se comprometió a pasar de lo teórico a lo práctico y visitar cada rincón de la Guajira para conocer de primera mano la realidad de estos territorios y sus comunidades. “Pero nada de estos conocimientos teóricos podrán sustituir el conocimiento directo que fluya de la presencia cercana y personal de todos y cada uno de ustedes. Por eso, trataré de visitar cuanto antes a las distintas comunidades, encontrarme con los sacerdotes, los consagrados, los laicos. No tengo miedo a aprender de todos. Y tengo deseo y prisa por aprenderlo todo. Por eso,permítanme entrar en sus vidas, sus costumbres, sus lugares, sus preocupaciones, sus esperanzas y sus alegrías. Denme el gozo de aprender a conocer la Iglesia diocesana, a la que ya amo, de la mano de ustedes. Sean mi guía. Así será distinto de lo leído y aprendido en el ordenador y en los artículos llegados a mis manos”, aseveró. También se tomó un momento de su predicación para exaltar la labor de los cuatro obispos que le han antecedido en el cargo, de manera particular se refirió al obispo saliente, monseñor Héctor Salah Zuleta, a quien agradeció su labor pastoral y su gestión en la Diócesis. “Gracias monseñor Héctor por entregarme esta Diócesis tan organizada en sus estructuras pastorales y sociales. Procuraré sostener lo que hoy recibo, y, con la ayuda de Dios, seguir creciendo en madurez en todo sentido”. Sin desconocer que habrá momentos difíciles, inherentes a la naturaleza humana, se dirigió a sacerdotes, religiosos y religiosas, colaboradores laicos, voluntarios, docentes, empresarios, autoridades civiles, militares y de policía, campesinos, indígenas, afrodescendientes, medios de comunicación, gente del común, invitándolos para que juntos “abordemos esta embarcación de la diócesis de Riohacha y rememos en la misma dirección (…) los invito a “caminar y navegar juntos, en sinodalidad, en amistosa fraternidad, esto facilitará conocernos mejor y ser más dóciles a la acción del Espíritu Santo (…) cada uno está invitado a aportar desde su competencia en la construcción de esta Iglesia diocesana”. Finalmente, encomendó su nuevo servicio pastoral a la Virgen de los Remedios, coloquialmente conocida como “la Vieja Mello”, patrona de los guajiros, pidiendo de ella la asistencia permanente y a los habitantes “comprensión y cariño, pues soy humano, profundamente humano”. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar homilía[/icon] Fotos: Cortesía oficina de comunicaciones diócesis de Riohacha

Mar 26 Mayo 2020

“Listo con el equipaje para asumir mi nuevo reto pastoral en Riohacha”: Mons. Ceballos

A tan solo pocos días de la llegada del obispo electo de Riohacha a esta ciudad, monseñor Francisco Antonio Ceballos Escobar, ofreció un saludo a todo el pueblo de Dios que peregrina en esta Iglesia particular. Aseguró tener ya lista la maleta para poder encontrarse con esta nueva realidad de la Iglesia diocesana. Explicó, que su viaje no ha tenido otro retraso más que por la situación de emergencia sanitaria por cuenta de la pandemia Covid-19, “lo cual nos exige responsabilidad para evitar contagiarnos o contagiar a otros”. “El saber que no puedo hacerlo por las medidas biosanitarias tan necesarias, me llena de tristeza, porque quisiera estrechar sus manos, darles un abrazo, mirarlos a los ojos, estar en medio de ustedes, oler a oveja desde el primer momento, como nos lo sugiere el Papa Francisco”. “Sepan que para mí una venia no me llena, no es suficiente, como lo estamos experimentando al momento de la paz litúrgica. Pero entiendo que debo acomodarme a las circunstancias. Quisiera que ustedes me entiendan, y por eso me apresuro a escribirles antes de mi llegada, no quisiera dar la sensación de antipatía y de distancia. Lastimosamente este virus nos ha distanciado físicamente, pero, nos ha permitido revalorar el sentido de fraternidad”, afirmó. El prelado recordó que acatando las sugerencias de la administración municipal y cumpliendo con las medidas de bioseguridad, su ceremonia de posesión canónica se realizará el próximo 04 de junio a puerta cerrada y con la asistencia de un grupo pequeño de personas. Animó a seguir la transmisión de este acto litúrgico a través de las redes sociales de la diócesis. “Vuelvo a insistir, que este es un caso atípico en las costumbres de la Iglesia, pero cuando todo se normalice, podremos reunirnos para hacer la ceremonia litúrgica, con la posible presencia del Señor Nuncio y algunos obispos de la Conferencia y todo el clero, los religiosos y religiosas, los grupos apostólicos, como se estila en este tipo de ceremonias”. Al agradecer los mensajes y el cariño manifestados desde su nombramiento, imploró de la Virgen de los Remedios patrona de esta Iglesia particular su protección sobre toda la Iglesia de Riohacha. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Vie 27 Mar 2020

Arzobispo de Tunja toma posesión de su sede Episcopal

En una ceremonia atípica en la Iglesia católica colombiana y a puerta cerrada, tomó posesión del cargo como arzobispo de Tunja, Monseñor Gabriel Villa Vahos, quien fuera nombrado el pasado 11 de febrero para guiar esta Iglesia particular. A la ceremonia realizada en la Catedral Metropolitana Santiago de Tunja, asistieron el Nuncio Apostólico de Colombia, Monseñor Luis Mariano Montemayor, el obispo emérito de Socorro y San Gil, monseñor Carlos Germán Mesa y el colegio de consultores de la arquidiócesis de esta ciudad. El prelado durante su homilía agradeció a Dios el haber sido llamado a servir en estas tierras boyacenses, de gente en su mayoría católica, así mismo manifestó su alegría y disposición para servir a este pueblo de Dios. “inicio la peregrinación en esta reconocida Arquidiócesis de Tunja, tierra llena fe, de religiosidad, de historia, de gentes buenas y trabajadoras, impregnada de cultura, de tradición libertadora, de campesinos laboriosos. Iglesia Particular que ha sido pastoreada a lo largo del tiempo por prohombres que, junto con muchos presbíteros, religiosos y religiosas y distintos agentes de pastoral y de laicos comprometidos, han impregnado de Evangelio el territorio boyacense”, expresó. Luego tomando la lectura del evangelio del día, que hablaba del envío, el nuevo arzobispo dijo que no hay que dar dilaciones a este llamado que el Señor hace de seguirlo, de ir por el mundo a evangelizar “Jesús quiere indicarles que el anuncio del Reino de la paz apremia, no da espera” y recordó además las palabras del Papa Francisco de ser una Iglesia en salida. “Para seguir llevando el Evangelio a todos los hombres y mujeres invito a los sacerdotes, a los diáconos, a las religiosas/os, a los seminaristas, a los miembros de los distintos movimientos apostólicos y a todos los agentes de pastoral, a todos los bautizados para que aceptemos, con alegría y valentía, el llamado de ir a las periferias geográficas y existenciales de la Arquidiócesis para que, una vez superada esta emergencia y también ahora con los instrumentos comunicacionales que así lo permitan, sigamos llevando a todos la verdad de Cristo Redentor”, indicó. evocó uno a uno los obispos que le han precedido en este cargo, resaltando de ellos su incansable labor pastoral, sus obras y entrega al pueblo tunjano “Ellos también fueron enviados y fueron incansables anunciadores de la misericordia y de la alegría del Evangelio”. De manera especial se refirió a Monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, obispo saliente de esta Iglesia particular agradeciéndole “por su testimonio de amor a Cristo y a la Iglesia. Gracias por ser un auténtico artesano de paz, enamorado de la misión y la catequesis sencilla y asequible a todos”. Por otra parte, al referirse a la pandemia que aqueja al mundo y a Colombia hizo un llamado a los sacerdotes de esta Jurisdición, para que en cumplimiento de su misión acompañen y oren por las comunidades que les ha sido encomendadas. “Sé que ustedes también están sufriendo, pero debemos ser el bálsamo para quienes nos han sido encomendados”. Ofreció un saludo especial a los sacerdotes, seminaristas, agentes de pastoral, fieles laicos, autoridades civiles, militares y de policía de esta región, a obispos, a sus familiares, campesinos, enfermos, personas vulnerables, en fin, a quienes a lo largo de su vida le han acompañado, pero también a los que inician con él su caminar pastoral, implorando de ellos su oración. Finalmente, encomendó su vida y la de todo el pueblo tunjano “en las manos del Señor y bajo la protección de la Virgen María, madre del Enviado del Padre, venerada aquí como Nuestra Señora del Milagro. Invoco la valiosa intercesión del apóstol Santiago, del grupo de los Doce enviados por Jesús, patrono de Nuestra Arquidiócesis, para que nos mantenga en el ardor misionero que él vivió intensamente”.