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Opinión

Mar 17 Nov 2015

Aborto, ¡NO! La vida humana es sagrada

Por: Mons. Víctor Manuel Ochoa - Una vez más, recibimos la noticia que se quiere despenalizar totalmente el aborto en Colombia. Es un giro de palabras que quiere indicar el establecimiento del aborto libre, propiciando con este proyecto una apertura a esta acción que destruye la vida humana. El señor Fiscal General de la Nación, por las noticias recibidas, radicará un proyecto de Ley que pretende despenalizar el aborto, totalmente en Colombia. La Iglesia tiene que salir, con fuerza y vigor a defender la vida, a defender a los inocentes a quienes quieren destruir -asesinar-, es el término preciso. No es una batalla nueva para la Iglesia de Cristo, ella, siempre, desde los escritos de los primeros cristianos, ha salvaguardado la vida humana. A los cristianos se les invitaba a defender, en todo momento, a quien no había nacido. Esta ha sido siempre una constante y una clara enseñanza de la Iglesia. “No matarás al niño en el seno de su Madre”, enseñaba uno de los primeros escritos cristianos, La Didaje, reflexiones que pretendían dar los elementos de comportamiento a los primeros cristianos de frente a la forma común de razonar en el imperio Romano (Didaje. 2, 1-2). Pero sobre todo, esta posición tiene profundos fundamentos bíblicos: el primero en el designo amoroso de Dios, en sus mandamientos. Dios ha indicado claramente al hombre su voluntad: “No matarás” (Éxodo 20, 13). El hombre es una creatura, obra de la mano de Dios. El hombre, la persona humana, recibió de Dios la capacidad para reproducirse. Esa vida participa de una dignidad particular, al provenir de Dios, saliendo de las manos del creador. La Iglesia considera el aborto como un crimen abominable (Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes, n. 51, 3). No podemos con razonamientos y silogismos que defienden la modernidad y la civilidad destruir la vida humana. Estamos destruyendo al hombre mismo, estamos quitando la esperanza de nuestras vidas. Un niño que nace es esperanza, alegría, seguridad del futuro. La posición de la Iglesia es precisa, expresa un claro NO al aborto. Una posición firme que quiere defender el plan de Dios y la voluntad del Creador sobre la creatura que tiene un derecho preciso a la vida. La vida humana tiene su principio en la concepción que se da desde la unión del esperma y el óvulo hasta el término natural de esta vida que llega con la muerte. Propuestas, como las del fiscal, quieren destruir uno de los más grandes fundamentos de la condición humana del hombre. Desean matar a unos niños que están en estado de indefensión. Los católicos tenemos que defender una posición clara, neta, precisa, en torno a estas propuestas que pretenden destruir la vida humana con un crimen abominable. Es un NO claro a la propuesta del aborto. Quienes nos representan en el espacio legislativo tienen que respetar la voluntad del pueblo colombiano, con un NO al aborto y a esta propuesta concreta de Ley. Cada vez más, somos sensibles a la defensa de los derechos humanos en nuestra sociedad, quienes presentan esta iniciativa han sido propulsores y defensores de los derechos humanos en nuestra Colombia. NO podemos olvidar que el aborto destruye e irrespeta uno de los principios fundamentales de los derechos humanos: el derecho a la vida. Se deben comprender las situaciones, el dolor, la pobreza, las implicaciones sociales de cuanto vive una mujer en ciertas situaciones, pero ello no permite o autoriza la realización del aborto. Como Iglesia, en la Diócesis de Cúcuta abrimos espacios a la vida, a los niños, a las madres gestantes. Se presentan muchos razonamientos, con los cuales se pretende defender y hacer aceptar esta decisión en nuestra sociedad. Razonamientos que pretenden explicar y manifestar la realización de un asesinato de una creatura indefensa. Nuestra sociedad necesita consolidar principios de respeto y amparo de la vida humana, este es el momento de defender y luchar por la vida humana que se va a destruir con esta decisión. La Constitución colombiana defiende la vida, “El derecho a la vida es inviolable…” (Artículo 11). En los últimos tiempos vemos como en la interpretación de nuestra Constitución se han realizado lecturas que son equivocadas y que no respetan el sentido del texto que ha sido aprobado y votado por los colombianos. Señor Fiscal, respetuosamente, creemos que se está equivocando, está yendo contra la voluntad de la mayoría de los colombianos, la vida humana es sagrada. Todos a defender la vida humana. ¡No al aborto! + Víctor Manuel Ochoa Cadavid Obispo de Cúcuta

Vie 13 Nov 2015

Amar y respetar la vida naciente

Por: Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - “Algunos intentan justificar el aborto sosteniendo que el fruto de la concepción, al menos hasta un cierto número de días, no puede ser todavía considerado una vida humana personal. En realidad, «desde el momento en que el óvulo es fecundado, se inaugura una nueva vida que no es la del padre ni la de la madre, sino la de un nuevo ser humano que se desarrolla por sí mismo. Jamás llegará a ser humano si no lo ha sido desde entonces. A esta evidencia de siempre la genética moderna otorga una preciosa confirmación. Muestra que desde el primer instante se encuentra fijado el programa de lo que será ese viviente: una persona, un individuo con sus características ya bien determinadas. Con la fecundación inicia la aventura de una vida humana, cuyas principales capacidades requieren un tiempo para desarrollarse y poder actuar»”. Estas son palabras de Juan Pablo II, en la histórica encíclica Evangelium Vitae, el Evangelio de la vida, en el n. 60. Sólo este párrafo bastaría para entender la improcedencia de la propuesta de legalización del aborto de manera abierta y sin restricciones en Colombia. De nuevo se ratifica el avance de la cultura contra la vida y contra la familia que se está consolidando en tantos lugares del mundo, y de manera dramática en nuestro país. Uno de los puntos de partida argumentados ahora, es la discriminación de la mujer embarazada cuando no tiene acceso al aborto. Acaso, podemos preguntarnos, ¿no es un acto agresivo de discriminación eliminar una vida que está madurando, un ser que es el más indefenso de los indefensos, por el hecho de defender el derecho personal de una mujer a “administrar” su propio cuerpo, como lo dicen las defensoras de estos llamados derechos? El Papa y la ciencia son muy claros al afirmar, hay que repetirlo, que un feto es “una nueva vida que no es la del padre ni la de la madre, sino la de un nuevo ser humano que se desarrolla por sí mismo”. Por otro lado, nuestra experiencia de pastores, que atendemos con tanta frecuencia a mujeres que han sido víctimas del aborto, porque en el fondo a eso se llega pues tiene efecto de boomerang, podemos afirmar que al realizar esta acción, no sólo se elimina una vida inocente, sino que se elimina durante toda la vida la paz y la tranquilidad del alma y la conciencia de quienes lo realizan. No es sino preguntar a mujeres, que en su momento creyeron justas y válidas las razones para abortar hace 10, 20, 30 y hasta 40 años, para confirmar el daño que ellas mismas se han hecho. La humanidad entera, sea cual sea su credo o confesión religiosa, deberá en todo momento defender la vida naciente, pues de lo contrario, estaremos poniendo las bases de nuestra propia destrucción. PS. No deja de ser curioso y hasta doloroso, que haya grupos, campañas y castigos jurídicos, para defender la naturaleza, los árboles y animales, también ellos seres indefensos, y se propicien leyes para eliminar la creatura más excelsa de la creación, como el ser humano, con el crimen del aborto. +Luis Fernando Rodríguez Velásquez Obispo Auxiliar de Cali

Mié 11 Nov 2015

"La gran ausente".

Por:Mons. Juan Carlos Ramírez Rojas -La finalidad de un ordenamiento jurídico, como conjunto de leyes positivas que regulanlas relaciones intersubjetivas, es el bien común, como la suma de circunstancias y decondiciones en las que los individuos y los grupos están en grado de conseguir lasfinalidades esenciales de su propia naturaleza.La preeminencia de la persona humana,tanto individual como asociada, permite comprender que cualquier ordenamiento jurídicoestá en función de ella, en cuanto que reconoce y tutela, de modo concreto y objetivo, sus derechos subjetivos. Todo ordenamiento jurídico, para ser considerado tal, debe fundarse sobre unacomprensión de la necesidad de tutelar la dignidad del hombre. El derecho positivo y objetivo es, entonces, el conjunto de las normas positivas que tutelan los derechos subjetivos de la persona humana, entre los cuales el primero y fundamentalísimo es el derecho a la existencia y a una existencia digna del hombre. Tal derecho siempre permanece, incluso si el sujeto no tuviera la capacidad de realizarse autónomamente. De este modo, una función fundamental del derecho positivo es la de proteger al débil frente al fuerte. Precisamente por esto el derecho positivo debe ser portador de valores materiales fundamentales. Esta realidad es la que se desvanece en la sentencia por la cual se manosea el concepto de familia para convertir en derecho el deseo de un grupo social. Se percibe el humus de querer construir normatividad desconociendo la ley natural; parece que en las ideologías dominantes el concepto de ley natural es incomprensible y se considera que el ser humano en su naturaleza misma carece de una luz moral y han empezado a ponerle luces intermitentes creando un sentido de desorientación que hace precarias e inciertas las opciones de vida de cada día. La ley natural es la fuente de donde brotan, justamente los derechos fundamentales, también imperativos éticos que es preciso cumplir. Cuando esto no se da, la consecuencia es una legislación que se convierte en un compromiso entre intereses diversos y el país sufre la fuerza perversa de transformar en derechos intereses diversos: se trata de transformar en derechos intereses privados o deseos que chocan con los deberes derivados de la responsabilidad. Afirmaba el Papa Benedicto XVI “todo ordenamiento jurídico, tanto a nivel interno como a nivel internacional, encuentra su legitimidad, en su arraigo a la ley natural, en el mensaje inscrito en el mismo ser humano”. La ley natural es, el único baluarte válido contra la arbitrariedad del poder o los engaños de la manipulación ideológica. Lo que ha sucedido en el país deja a la sociedad dramáticamente herida en lo que constituye su fundamento esencial “que cada niño tiene derecho a una familia constituida por un papá y una mamá”. Olvidar los elementos éticos de la naturaleza misma de la familia es debilitarla, se perjudica a los hijos y hace precario el futuro de la sociedad misma. Los valores que brotan de la ley natural expresan normas que son inderogables y obligatorias, que no dependen de la voluntad del legislador y tampoco del consenso que los grupos sociales pueden darles, pues son normas anteriores a cualquier ley humana y, como tales, no admiten intervenciones de nadie para derogarlas. La ley natural fue la gran ausente en la tan “celebrada” sentencia. Mons. Juan Carlos Ramírez Rojas Ecónomo-Director Financiero CEC

Lun 9 Nov 2015

La arrogancia de ir contra Dios

Por: Mons. Edgar de Jesús García Gil -Esta noticia: “Los magistrados de la Corte Constitucional en su Sala Plena aprobaron la adopción igualitaria sin condiciones en Colombia con 6 votos a favor y 2 en contra”, es sin lugar a dudas la señal más clara de cómo en nuestra querida patria Colombia estos señores y señoras que cuidan e interpretan nuestra carta magna han realizado un atentado grave no sólo contra la dignidad y respeto de los niños, no sólo contra lo sagrado que es la familia, no sólo contra la Iglesia que siempre defiende los derechos y deberes de cada persona y de todas las personas, sino directamente contra Dios. Manipulados por las ideologías del género han querido imponer una orientación completamente contraria a lo propuesto por Dios desde el comienzo de la creación. Sería bueno preguntarles a ellos mismos si devolviendo su vida a la primera infancia ¿estarían de acuerdo para ser criados y educados por parejas de homosexuales y lesbianas? Lo que son ahora se lo deben a que tuvieron una familia que los acogió y les brindó con mucho esfuerzo una calidad de vida que siempre tuvo como referentes a un varón papá, a una mujer mamá y a unos hermanitos. ¿O acaso, ellos se creen más que Dios para cambiar las reglas del delicado juego de la vida? Durante milenios de milenios la humanidad se ha multiplicado respetando la propuesta natural del matrimonio y de la familia. Por eso, ahora, no vengan a decirnos cómo debemos manejar la vida de los niños y niñas de Colombia, que pueden ser adoptados perfectamente por matrimonios y familias bien constituidas. La vida de cada ser humano tiene su verdadera cuna de formación básica en las familias como Dios las estableció desde el comienzo de la creación. Génesis 1, 27 Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó. 28 Y los bendijo Dios, y les dijo Dios: «Sean fecundos y multiplíquense y llenen la tierra y sométanla» Nosotros obedecemos a Dios y no a los hombres.

Vie 6 Nov 2015

Misericordiosos como el Padre

Escrito por: MonseñorLuis Adriano Piedrahita Sandoval Terminando el mes de noviembre estaremos iniciando un nuevo año litúrgico con el tiempo del adviento, es decir, un tiempo que nos habla de la venida, el advenimiento, el acontecer de Dios en nuestra vida, y que nos invita a un avivamiento en los creyentes de la espera del Señor. Con dicho espíritu de esperanza cristiana ante el Señor que viene, comenzamos a vivir el año santo de la misericordia al que el Papa nos ha convocado, y ante el que aguardamos un paso intenso del Señor en medio de su pueblo. El ocho de diciembre, cuando estaremos celebrando la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen, el Santo Padre estará abriendo la Puerta Santa de la misericordia, “a través de la cual, cualquiera que entre podrá experimentar el amor de Dios que consuela, que perdona y ofrece esperanza”. Y el domingo siguiente se estará abriendo la Puerta Santa de la Misericordia en la Basílica de San Juan de Letrán, la catedral de la diócesis de Roma, y en cada una de las catedrales del mundo, entre ellas, naturalmente, en nuestra Catedral Basílica del “Sagrario y San Miguel” de la diócesis de Santa Marta. De esta manera, como lo ha pedido el Papa, estaremos directamente comprometidos a vivir este año Santo “como un momento extraordinario de gracia y de renovación espiritual”. En el transcurso de este año santo todos los fieles de la diócesis tendrán la oportunidad de peregrinar a algunos lugares señalados (La Catedral basílica, Jesús Divina Misericordia del Cisne, Jesús de la Divina Misericordia de Ciénaga, Señor de los Milagros de Fundación y Nuestra Señora del Tránsito de Salamina), como una imagen del camino que cada persona realiza en su existencia por este mundo hacia la casa del Padre. Quienes vivan con las debidas condiciones de conversión, de piedad, de reconciliación con Dios y con los hermanos, de perdón, teniendo en cuenta que la misericordia es una meta por alcanzar que requiere compromiso y sacrificio, dicha peregrinación les permitirá “dejarse abrazar por la misericordia de Dios y comprometerse a ser misericordiosos con los demás como el Padre lo es con nosotros”. De las gracias extraordinarias del jubileo no estarán excluidos los internos que se encuentran en la cárcel y los enfermos que se ven obligados a permanecer en sus lugares de estancia. Dispongámonos, pues, a recibir este año de la misericordia con las mentes y los corazones bien dispuestos a transitar el camino de la misericordia de Dios que nos ha hecho sus destinatarios privilegiados en el transcurso de nuestras vidas y se nos sigue manifestando continuamente. Contemplarla con mayor intensidad nos ha de llevar a abrir el corazón al perdón, a la reconciliación, y a cuantos viven en situaciones de precariedad y sufrimiento, para “curar las heridas con el óleo de la consolación, a vendarlas con la misericordia y a curarlas con la solidaridad y la debida atención”, como lo pide el Papa Francisco. + Luis Adriano Piedrahita Sandoval Obispo de Santa Marta

Mar 3 Nov 2015

¿Dar culto a los muertos?

Escrito por: P. Raúl Ortiz Toro. El mes de noviembre es tradicionalmente llamado "mes de los fieles difuntos" debido a que el 2 de este mes se conmemora a quienes ya han salido de esta vida. Para el ser humano, la muerte es la "situación límite" que suele experimentarse con mayor incertidumbre, temor y miedo. Por este motivo, en todas las culturas antiguas y modernas, de diversos modos, suele haber una rememoración de quienes ya no están físicamente como un modo de enfrentar lo desconocido y prepararse para ese acontecimiento por el cual todo ser vivo debe pasar. Contrario a lo que se piensa, el cristiano verdadero no da culto a los muertos sino que conmemora a quienes ya pasaron de este mundo a la eternidad. Conmemorar significa hacer memoria viva de un acontecimiento o de una persona. Por este motivo la correcta actitud en este mes ha de ser: 1.Dar gracias a Dios por los seres queridos difuntos (familiares, amigos, benefactores e incluso desconocidos) pues durante su vida mortal seguramente nos dejaron buenos recuerdos, buenas actitudes, el regalo de su fe y su testimonio de vida. Si se trata de los padres o abuelos, dar gracias a Dios por la transmisión de la vida de la cual ellos hicieron parte como instrumentos del Señor. 2. Orar para que el Señor perdone los pecados por los cuales el difunto no haya pedido perdón en el Sacramento de la Confesión. Lo dice el salmo 142: "Ningún hombre es inocente frente a Ti"; todos cometemos errores, somos frágiles y por ello la existencia del Purgatorio es incuestionable: se trata de la "purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo" (Catecismo, No. 1030). Seríamos un poco soberbios si quisiéramos quitar el purgatorio, pretendiéndonos demasiado perfectos y purificados para pasar de la muerte física al gozo eterno del cielo. No está de más anotar que el purgatorio no es un lugar; tampoco allí existe el tiempo. Por eso no nos preguntamos: ¿Dónde está ubicado? ¿Cuánto tiempo tendré que pasar allí? El purgatorio es un estado, un proceso, no una realidad espacio temporal. 3. Basados en el conocido texto de 2 Macabeos 12, 46 donde Judas Macabeo ofrece un sacrificio expiatorio en favor de los muertos, los cristianos católicos ofrecemos sufragios en su favor, especialmente la celebración de la Santa Eucaristía. Pero también la Iglesia recomienda "las limosnas, las indulgencias y las obras de penitencia en favor de los difuntos" (Catecismo No. 1032). De modo que en estos días podemos aplicar estas obras de religión por ellos; a propósito, las eucaristías no se han de celebrar "A las almas" sino "Por los fieles difuntos", un término más preciso que adopta el Catecismo; suele existir la creencia de que las almas de los difuntos hacen favores, conceden gracias y obran milagros. Si bien es cierto que el Catecismo explica que "Nuestra oración por los difuntos puede no solamente ayudarles, sino también hacer eficaz su intercesión en nuestro favor" (No. 958), no obstante quien obra la gracia es Dios mismo con su infinito poder. 4. Conmemorar a los fieles difuntos es también hacer un examen de nuestra vida; cantamos en la liturgia: "Somos los peregrinos, que vamos hacia el cielo...". Eso implica estar con las lámparas encendidas, es decir, hacer el bien, acercarnos con frecuencia a la oración, apreciar lo que tenemos. La muerte ha de volvernos sensatos, como lo dice el salmista: "Ayúdanos, Señor, a calcular nuestros años, para que adquiramos un corazón prudente" (salmo 90). P. Raúl Ortiz Toro Docente del Seminario Mayor San José de Popayán [email protected]

Dom 1 Nov 2015

El abrazo de la Iglesia a las familias

El pasado 24 de octubre concluyó en Roma el Sínodo sobre la familia. Fueron numerosas las conjeturas e interpretaciones de diversos medios de comunicación, que desde la búsqueda de sensacionalismo o desde sus intereses ideológicos, conducían el agua a su propio molino. De modo particular, se quiso reducir la reflexión de esta asamblea episcopal al tema de la comunión eucarística para los divorciados vueltos a casar. Infortunadamente, no pocas personas se quedaron con la visión recortada o con las suposiciones de dichos medios de comunicación. El contenido real de la reflexión sinodal quedó consignado en las 94 proposiciones, llenas de sugerencias y de esperanza, que, aprobadas por la mayoría, le fueron consignadas al Papa para la elaboración de un documento conclusivo. Pero no le corresponde, ahora, sólo al Papa hacer una reflexión más, sino a toda la comunidad eclesial seguir caminando con las familias, desafiadas por muchas pruebas y a la vez sostenidas por la fuerza de Dios, para ayudarlas a vivir su profunda identidad y a realizar su indispensable misión en la Iglesia y en el mundo. La primera conclusión que podemos sacar de estos dos años de reflexión de la Iglesia es la necesidad de contemplar y agradecer el don de Dios que es la familia. Tenemos que hacer hincapié en la belleza de la familia: iglesia doméstica basada en el matrimonio entre varón y mujer, célula fundamental de la sociedad, puerto seguro de los sentimientos más profundos, único punto de conexión en una época fragmentada, parte integral de la ecología humana. Debemos incluso hacer más significativo el lenguaje de la Iglesia, para que el anuncio del Evangelio de la familia responda realmente a las aspiraciones más grandes del ser humano. Luego, urge sentir el deber de acompañar las situaciones familiares complejas y la realidad de las familias heridas o en situación irregular. Esto requiere un especial discernimiento de acuerdo con la enseñanza de la Iglesia y con la experiencia de la gracia de Dios. Entre las ''sombras'' que se proyectan hoy sobre la familia el Sínodo cita el fanatismo político-religioso hostil al cristianismo, el creciente individualismo, la ideología de género, los conflictos, la pobreza, la inseguridad laboral, la coerción económica que excluye a la familia de la educación y la cultura, la globalización de la indiferencia que pone al dinero y no al ser humano en el centro de la sociedad, la pornografía y el descenso de la natalidad. Tiene en cuenta a los inmigrantes, a los refugiados, a los perseguidos, cuyas familias se disgregan y son víctimas que debemos acoger. No se olvida de las viudas y los viudos, de los discapacitados, de los ancianos y de los célibes por su compromiso en la Iglesia y la sociedad. Habla de la necesidad de valorizar la identidad y el papel del varón y de la mujer. De otra parte, dice que las personas con tendencia homosexual no pueden ser discriminadas. Frente a las dificultades de la familia no se trata solamente de decir que todo está bien o presentar una normativa, sino de tener el coraje de escuchar, acoger con ternura y buscar maneras de curar las heridas. La reflexión sinodal insiste en la necesidad de reforzar la preparación para el matrimonio, que no puede quedarse en cuatro o cinco clases antes de la boda. Es necesario formar la personalidad y la afectividad de los jóvenes para que aprendan a ser felices entregándose mutuamente. Hace un llamamiento a las instituciones, a las autoridades y a los católicos que participan en la política para que promuevan y protejan la familia y la vida, porque una sociedad que las descuida pierde su apertura al futuro. Es difícil sintetizar tantos temas; lo fundamental es acoger la invitación del Sínodo a trabajar seriamente porque cada familia sienta el abrazo de la Iglesia y el amparo de la misericordia de Dios. + Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín

Vie 30 Oct 2015

La artesanía de la paz

Escrito por: Mons. Libardo Ramírez Gómez Arte sencillo y delicado, que lleva muy grabada la impronta de quien lo realiza, es la artesanía. Ante un propósito que requiere tanta sabiduría, prudencia y decisión de lograrlo, como es el de llegar a que en nuestro país retorne a la paz, es algo que reclama el paciente estilo de un artesano. Feliz idea de la Conferencia Episcopal de Colombia de colocar ante Dios y ante los colombianos esa tarea de llegar a la paz en documento titulado: "Artesanos del perdón". Desear y buscar la paz es algo que está en el corazón de todo colombiano. Amigos de la guerra habrá solo entre los enloquecidos con el marxismo, pero entre nuestros dirigentes cívicos eso no existe. En las primeras líneas del documento aludido se afirma: "Anhelamos la paz aquí en Colombia, por caminos a veces diferentes, pero el objetivo final es la paz". Se requiere decidida voluntad de todos, con moderación y equilibrio en las expresiones, para no crear, con descalificaciones, profundas animadversiones. Es algo necesario desde las distintas corrientes de quienes, por diversas rutas, queremos a Colombia como oasis de verdadera paz. Ánimo y pulso sereno ha de tener el artesano para sacar adelante su obra, ha de tener el coraje de la rectificación, ver la necesidad de reconocer errores y buscar cómo moldear debidamente para conseguir la obra deseada con pulido acabado pero con solidez que le dé estabilidad y no solo apariencia. Serenidad y animo conciliador con todas vertientes ha de tener el gobierno que debe liderar la artesanía de la paz. Se requieren pasos transparentes, que eviten incertezas sobre un caminar correcto que evite caer en desfiladeros mortales, hoy o mañana. Serenidad y ánimo de acoger los aspectos positivos de cuanto esté tratando de realizarse desde las esferas gubernamentales, ha de haber en estrados no afectos a la dirigencia de turno, mostrando así el íntimo anhelo de paz que se pregona. En esa línea de actuar se lanzan voces, con tono afortunado, como Editorial del Nuevo Siglo del 18-10-15 con el título comprometedor de: "Un alto en el camino". Hay allí insistente y patriótico llamado a evitar caer, entre los demócratas que rechazamos y no justificamos los caminos de violencia, en "abismo de división infranqueable". Se recuerda que, para ello, como se ha logrado en distintos momentos en Colombia, dejar de lado caprichosas y fieras actitudes, y "llegar a un consenso entre los líderes principales, con miras a reconciliación nacional". Importante que los acuerdos, a toda escala, sean transparentes, entendibles por la gente sencilla ante la que deben ser sometidos a votación, sin engaños ni subterfugios, porque "una paz sin pueblo sería el peor error, y la más grave señal antidemocrática". Pasadas las recientes elecciones, en las que hubo relativa paz, vemos, con preocupación, tres graves situaciones que es preciso afrontar con serenidad y realismo: que los partidos no estén pensando en cómo servir mejor a la Patria, sino en seguir con la mira puesta en próximos comicios para imponerse en el país; que hay guerrilleros en mesa de negociación sin pedir perdón de crímenes, tratando de imponer sus ideales marxistas, y sus amigos de otras organizaciones, cometiendo, sin protesta de ellos, nuevos feroces asaltos; que seguimos viendo civiles que se adueñan de la bandera de la paz, con el empeño de sacar adelante un excluyente pensamiento para ostentar posibles resultados como triunfo propio, y ser honrados como los salvadores de la patria. La tarea de la Iglesia, sin hipotecarse a una sola vía hacia la paz, es que, como Madre y Maestra de la "artesanía de reconciliación", impulse, en todas las regiones, labores concretas hacia concientización y hacia hechos de progreso, unidos en fraternidad, y, con oración al "Príncipe de la paz", seguir impulsando todo con alegría y esperanza. + Libardo Ramírez Gómez Expresidente del Tribunal Eclesiástico Nacional Email: [email protected]