Pasar al contenido principal

evangelio

Lun 24 Jul 2017

La perla preciosa es Jesús

La perla preciosa de la que nos habla el evangelio, no es otra cosa que el mismo Jesús, por quien vale la pena dejarlo todo a fin de que en Él, alcancemos la verdadera felicidad y de Él, aprendamos la auténtica sabiduría. Lecturas [icon class='fa fa-play' link='']Primera lectura: 1R 3,5.7-12[/icon] [icon class='fa fa-play' link='']Sal 119(118),57+72.76-77.127-128.129-130 (R. 97a) [/icon] [icon class='fa fa-play' link='']Segunda lectura: Rm 8,28-30[/icon] [icon class='fa fa-play' link='']Evangelio: Mt 13,44-52 (forma larga) o Mt 13,44-46 (forma breve).[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link=''] CONTEXTO BÍBLICO[/icon] 1. Contexto bíblico 1.1 ¿Qué dice la Sagrada Escritura? El libro de 1 Reyes 3,5-13, presenta una lectura teológica de la historia del reinado de Salomón, esto significa, que para el autor sagrado es importante la narración histórica de los hechos, pero lo fundamental es poder sumergirse en el texto y escrutar el mensaje de Dios, que se actualiza cuando la comunidad se reúne para la lectura orante de la Palabra. Nos ofrece el texto el tema de la sabiduría como don divino y guía de la vida y de las opciones del fiel servidor; un paralelo se encuentra en el libro de la Sabiduría, capítulos 6-9. Salomón es considerado como el iniciador y artífice de toda una reflexión sapiencial. La oración en forma de himno, puesta en sus labios, es una invocación solemne dirigida al «Dios de los padres y Señor de la misericordia» después de un reconocimiento a las acciones de Dios a favor de sus mayores y ante la iniciativa de Dios, surge la súplica humilde de Salomón para que se le conceda el don preciosísimo de la sabiduría “…te pido me concedas sabiduría de corazón…”. Es importante resaltar que el don de la Sabiduría es pedido en un contexto de oración litúrgica; el rey se dirigió a los altos de Gabaón donde se levantaba un santuario, y después de haber celebrado un grandioso sacrificio, en la noche tiene un sueño-revelación y al recibirlo nos desvela la razón de ser de la sabiduría: juzgar al pueblo, discernir entre el bien y el mal» (1 Reyes 3, 9; Sabiduría 9, 4.10). El Sabio Salomón intuía que sin la gracia de la Sabiduría le sería imposible ser el rey que el pueblo esperaba y sobre todo, no podría agradar a Dios que lo había llamado a ese servicio, «pero yo no soy más que un muchacho y no sé cómo actuar, soy tu siervo y me encuentro perdido…” . Afirmaba san Juan Pablo II que “es fácil intuir que esta «sabiduría» no es la simple inteligencia o la habilidad práctica, sino más bien la participación en la mente misma de Dios que «con tu sabiduría formaste al hombre» (Sb 9,2). Es, por tanto, la capacidad de penetrar en el sentido profundo del ser, de la vida y de la historia, yendo más allá de la superficie de las cosas y de los acontecimientos para descubrir el significado último, querido por el Señor. El Salmo 118 es una alabanza a la Palabra de Dios, es reconocer que esa Palabra es creadora, portadora de luz y que cumplirla es la garantía para llevar una vida que glorifique a Dios. Es un himno que reconoce la Palabra como un don que se transforma en norma de vida y que requiere ser aprendida gradualmente y con la pedagogía de Dios. A través de la Palabra el autor conoce la misericordia divina que sale a su encuentro, lo ilumina y lo fortalece para que su vida sea un reflejo de la voluntad de Dios. El salmista se siente débil y reconoce sus caídas, y, sobre todo, confiesa la necesidad de la gracia divina para mantener su fidelidad a la Palabra. La Segunda lectura de Rm 8,28-30, nos desvela que la única finalidad de la acción salvadora de Cristo es hacernos semejantes a Jesucristo. Es un don y una tarea que Él va haciendo en la acción del Espíritu Santo, ese Espíritu que nos permite orar y que ora, él mismo, en nosotros, como lo ensañaba Pablo el domingo anterior. Gracias al Espíritu, el Hijo está continua y dinámicamente presente en nosotros. A Pablo le gusta manifestar con énfasis esta presencia íntima de Cristo y lo hace en dos cartas: "Él vive en mí" (Ga 2, 20) y "Para mí, la vida es Cristo" (Flp 1, 21). Sin embargo, la expresión “los destinó” requiere de una precisión para evitar pensar que si la iniciativa es de Dios estaría sacrificando la libertad del hombre. No hay que buscar en la Escritura un tratado sobre la predestinación. Para meditar el texto, primero hemos de poner fin al modo en que estamos tentados de considerarlo: no se trata en absoluto de individuos, sino de un pueblo. Esto hace que cambie considerablemente la perspectiva. Suele producirse un error en la comprensión de los términos empleados por Pablo que confunden nuestras ideas sobre la libertad y nos producen dudas acerca de lo que, en sí misma, es la justicia de Dios. Predestinar, predestinación... es una idea que comporta una significación de anterioridad que en absoluto aniquila la libertad; la preposición (antes) significa que la iniciativa viene de Dios. Por otra parte, si la iniciativa no viene del hombre, sino de Dios, ello no significa que el hombre quede inactivo; la palabra "predestinado", aunque signifique iniciativa divina, significa también respuesta activa y libre. San Juan resume admirablemente el problema cuando escribe: "Nosotros amemos, porque Él nos amó primero" (1 Jn 4,19). La certeza de nuestra esperanza se funda en el amor de Dios que nos ha amado antes. Adrien Nocent, afirma que “Pablo describe el proceso de nuestra divinización y de nuestra gloria: "Dios nos ha conocido", es decir, nos ha amado; "nos ha destinado a ser imagen de su Hijo", es decir, ha tomado la iniciativa de esta transformación; nuestra respuesta, nuestra fe activa, ha significado para nosotros la gracia de ser "justificados", es decir, tratando de interpretar lo que Pablo ha querido decir, nos ha hecho participar en su propia vida y, por consiguiente, nos ha dado la gloria”. Evangelio: Mt 13,44-52 (forma larga) o Mt 13,44-46 (forma breve). El evangelista debe dar respuesta a una comunidad que todavía no tenía la certeza de optar definitivamente por Jesús, habían dudas si teniendo seguridades humanas, era conveniente correr el riesgo por alguien, de quien aún, no tenían un profundo conocimiento. Y presenta a un Jesús que usando dos parábolas busca seducir y fascinar a los indiferentes frente a su proyecto de amor. La propuesta es que vale la pena dejar los tesoros adquiridos humanamente y no cerrase a la posibilidad de encontrar un tesoro más valioso, el Reino de Dios. Alegrarse por haber encontrado el Reino es tal que la renuncia a todo lo demás es un gesto lógico. Entendiendo el Reino como la presencia de Dios en Jesucristo, que lo revela a la humanidad como Padre. Esa búsqueda del verdadero tesoro requiere vida de oración, testimonio de vida, experiencia personal, con Aquel que en el encuentro conmigo me permita entender su proyecto de amor: optar por el tesoro-Jesucristo no se puede reducir a exponer la doctrina, ayuda indudablemente, es fundamental, compartir la experiencia de la fe para guiar a los hermanos y suscitar una búsqueda apasionada por Jesús. 1.2 ¿Qué me dice la Sagrada Escritura? 1.- La sabiduría es como una lámpara que ilumina nuestras opciones morales de todos los días y nos conduce por el camino recto «que sabe lo que es grato a tus ojos y lo que es recto según tus preceptos» (Sab 9). Por este motivo la Sabiduría nos da la certeza que Dios con su sabiduría está junto a mí y «me asiste en mis trabajos» diarios (Sab 9,10), revelándonos el bien y el mal, lo justo y lo injusto. El cumplimiento de la Ley otorga ya una satisfacción íntima al alma piadosa: da ciencia, prudencia, sabiduría para conducirse en la vida, y, al mismo tiempo, procura consuelo, alegría íntima y conciencia tranquila, este es el fruto de quien encuentra el verdadero Tesoro y opta por Él. 2.- Los temores de una opción radical por el Reino son el reflejo de la ausencia de la auténtica sabiduría y la realidad de la cultura posmoderna que relativiza las opciones y fragua un concepto equivocado de libertad. Es ahí, donde surge la necesidad de un verdadero discernimiento. 3.- El ser humano quiere verse libre de situaciones de duda, indiferencia, sentirse libre de falsos tesoros, para poder vivir plenamente su vida espiritual. Cuando pide que se le otorgue la vida, ha de entenderse en este sentido de «vivencia» plena de su personalidad espiritual: «No sólo pide ser librado de la muerte, sino de todo lo que, dentro o fuera, comprime y paraliza la vida y le impide hacer uso de ella y gozarla a placer; porque la "vida" incluye las ideas de luz, de alegría y de prosperidad. Encuentra su plena realización en la comunión con Dios» y esa es la iniciativa divina a la cual hemos sido llamados en Cristo. 4.- Optar por el verdadero tesoro requiere vida de oración, experiencia significativa de fe con el Señor, silencio interior, alejarnos de tanta superficialidad, abrirnos con mayor confianza a su misterio insondable, tener vida de comunidad, para que el testimonio de los hermanos suscite la búsqueda alegre de Jesús. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']ADQUIERE EL PLAN DE PREDICACIÓN[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']ADQUIERE EL PLAN DE PREDICACIÓN[/icon]

Mié 19 Jul 2017

Optemos por hacer el bien

[icon class='fa fa-youtube fa-2x' link='']Ir a lista de reproducción[/icon] Tweets by cardenalruben

Jue 29 Jun 2017

La vida cristiana es un camino, un itinerario

«Cantaré eternamente tus misericordias, Señor». Con esta aclamación del salmo la Palabra de Dios nos hace hoy un llamado a ser hombres y mujeres a acoger a Dios que viene a nuestro encuentro para llenarnos con su bendición. Reconozcamos su paso entre nosotros y acogiéndolo a él, también abramos las puertas de nuestra vida para acoger a los hermanos. Invoquemos al Espíritu Santo para que nos ayude a recibir con gozo y humildad la Palabra de Dios. Lecturas [icon class='fa fa-play' link='']Primera lectura: 2 R 4,8,-11.14-16a[/icon] [icon class='fa fa-play' link='']Salmo: Sal 89(88),2-3.16-17.18-19[/icon] [icon class='fa fa-play' link='']Segunda lectura: Rm 6,3-4.8-11[/icon] [icon class='fa fa-play' link='']Evangelio: Mt 10,37-42[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link=''] CONTEXTO BÍBLICO[/icon] 1.1 ¿Qué dice la Sagrada Escritura? Una mujer acoge en su casa al profeta Eliseo, pues para ella es un hombre de Dios. Ante esta actitud creyente, Dios le hace una promesa por boca del profeta: «El año que viene, por estas fechas, abrazarás a un hijo». El salmo 88 proclama eternamente las misericordias del Señor, pues «Dichoso el pueblo que sabe aclamarte: camina, oh Señor, a la luz de tu rostro». San Pablo recuerda que hemos sido incorporados, por el Bautismo, a la muerte de Cristo y con Él llamados a caminar en una vida nueva, en la cual se ha de morir al pecado y vivir para Dios. El Evangelio, al concluir el discurso apostólico del capítulo 10, Jesús advierte que seguirle a él es asunto prioritario; no puede haber nada ni nadie por encima de él. Además, Jesús al vincular a esta prioridad a sus enviados, se identifica con la Iglesia, cuya presencia en el mundo ha de ser un signo que invita a “recibir en casa” al Señor que quiere morar allí. Quien así actúe «no perderá su paga». [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link=''] ADQUIERE EL PLAN DE PREDICACIÓN[/icon]

Vie 19 Mayo 2017

El Espíritu Santo es la promesa del Padre que debemos pedir

El Espíritu Santo es promesa del Padre que debemos pedir y la Iglesia nos lo confiera por los signos de los sacramentos, y ello para que siempre nos acompañe en la comprometida tarea de la vida cristiana, escuchemos. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Hch 8,5-8.14-17[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo: 66(65),1-3a.4-5.6-7a.16+20 (R. 1) [/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: 1P 3,15-18[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Jn 14,15-21[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link=''] CONTEXTO BÍBLICO[/icon] La Pascua es el gran tiempo para meditar con la Escritura, lo que sucedió al inicio del anuncio del Evangelio, por parte de los discípulos de Jesús y sus seguidores, en los primeros tiempos de la Iglesia: Los diáconos, ministerio que sobresale en los primeros siglos de la Iglesia, no solo sirvieron a las mesas de las viudas y de los pobres, en Jerusalén, sino que también anunciaron el Evangelio en aquellos lugares donde era impensable que se hiciera, porque a Jesús no lo quisieron recibir. Ahora es tal la acogida al anuncio del diácono Felipe, que en Samaria muchos reciben el bautismo. Noticia que alegra a los apóstoles y son Pedro y Juan quienes confirman en la fe e imponiendo sus manos dan el Espíritu Santo a los ya bautizado por Felipe. Bautizados que confirmados en la fe por el don del Espíritu Santo se unen a la alabanza de la tierra entera para Dios, conjuntamente con la naturaleza que se renueva en la Pascua. Renovación que se hace por el Espíritu Santo que resucita a Jesús. Espíritu que capacita para dar razón de la fe al mundo aun en medio de las dificultades que este ponga a los creyentes. Por ello Juan nos recuerda hoy la promesa de ese don que es el Espíritu Santo que capacita a los que creen en Jesús para permanecer fieles a la alianza sellada en Él por el Espíritu Santo, que ha sido la promesa del Padre y pedida por Jesús para que permanezca al lado, acompañando a los que creen en Él. Jesús no deja solo a sus discípulos, Él conoce, Él acompaña, pero el mundo no. Solo el que cree en Jesús conoce el Espíritu Santo. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link=''] CONTEXTO SITUACIONAL[/icon] Hoy y siempre el Evangelio debe seguir siendo proclamado por los presbíteros y diáconos, como también por todo bautizado consciente de su compromiso con Cristo resucitado y confirmado por la Iglesia en cada generación, mediante el ministerio de los obispos. Pero todo creyente debe capacitarse cada día más para dar razón de su fe, para poder llevar al mundo a tener conciencia de alabar y bendecir al que ha venido a salvarnos, aunque de momento se pase por situaciones difíciles, no tener miedo de sufrir por hacer el bien de anunciar el Evangelio. El primer lugar de evangelización es la familia, desde allí se comienza la construcción de la paz, y qué mejor que en este tiempo pascual: “Si la familia logra concentrarse en Cristo, él unifica e ilumina toda la vida familiar. Los dolores y las angustias se experimentan en comunión con la cruz del Señor, y el abrazo con él permite sobrellevar los peores momentos.” (AL 317.) El sacramento de la confirmación capacita al que recibe el don del Espíritu Santo, para ser testigo de Dios en el mundo, con la certeza de que es Cristo mismo quien acompaña dando su fuerza para poder presentar el mensaje de salvación al hombre del presente. Jesucristo no ha dejado solos a sus discípulos, a su Iglesia, ahora tiene un nuevo modo de acompañarnos a vivir la alianza que es amor misericordioso que da Él que venció en la cruz. El confirmado es testigo que anuncia en los diferentes contextos de la humanidad el Evangelio, el cual como semilla se esparce por la acción del Espíritu Santo en la educación de los pueblos, no como ensayos fallidos de una educación sino como una verdad proclamada de la dignidad humana.(Asamblea CEC 101). A través de nuestras instituciones educativas y de los espacios pedagógicos, promovemos un modelo educativo integral, humanizador, que propicia la formación de la niñez y la juventud para la construcción de un mejor mañana. Impulsamos la educación para la paz, desde los criterios del Evangelio. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link=''] CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon] La Liturgia de este domingo se va desarrollando como una explosión de frutos, de alegría pascual. Esta celebración es: anuncio, don, gracia y presencia de Jesús que se fue pero permanece con nosotros; tomar conciencia de ello, es entrar en la promesa del Padre, recibir el don del Hijo que es el Espíritu Santo, que se nos da para que los bautizados podamos vivir en plenitud aquí y ahora, el gran acontecimiento de la presencia , y permanencia de Dios con nosotros que se hace vida en el pan y en el vino, para acompañar a aquellos que envía como portadores de su Buena Nueva, fortalecidos por la gracia de ese pan (Cuerpo), y de ese vino (Sangre), que precisamente se transforman por la acción del Espíritu Santo, y que también, a todos los que creemos, nos transforma para contarle y cantarle al mundo entero las maravillas realizadas por Dios en nuestra historia presente. [icon class='fa fa-play' link=''] Recomendaciones prácticas[/icon] 1. Se podrían destacar palabras como: Anuncio, Promesa, Don, Gracia. 2. Mantener el presbiterio con signos festivos de pascua, especialmente las flores, el cirio pascual encendido y bellamente adornado. 3. Se puede colocar algunos signos alusivos al Espíritu Santo, fuego, agua, manos en gesto de imposición, crismera con el santo crisma, paloma. 4. Para el acto penitencial se sugiere el rito para la bendición y la aspersión del agua, del Misal, Apéndice I, formulario II, p. 1056, del Misal. 5. Puede hacerse uso del Prefacio II de Pascua p. 376 o Prefacio IV de Pascua, p. 378 del Misal. 6. Tener presente que: - Es el momento oportuno para ambientar la novena al Espíritu Santo, que inicia el viernes 26 de mayo. - El viernes 26, es en Colombia la memoria obligatoria de santa Mariana de Jesús Paredes y Flórez. - El domingo 28 de mayo, en Colombia es la solemnidad de la Ascensión del Señor, que tiene Misa de la Vigilia y Misa del día.

Dom 14 Mayo 2017

Dios escoge a los pequeños para confundir a los poderosos

Por: Mons. Édgar de Jesús García Gil - A finales del mes de enero un grupo de siete obispos de Colombia fuimos invitados a Lisboa Portugal para participar en un foro internacional sobre “Iglesia, democracia y economía”. Como preámbulo a esta reunión fuimos llevados a Fátima para participar de una breve peregrinación mariana con motivo de los cien años de la aparición de la Virgen María a tres niños pastorcitos que vivían en la región. Cuando estuvimos en Ajustrel, población donde vivían las familias de los niños Lucia de Jesús dos Santos (10 años), Francisco (9 años) y Jacinta (7 años) Marto caí en la cuenta de cómo Dios siempre tiene preferencia por los pequeños para revelarles mensajes importantes. Además el hecho de ser pastorcitos me confirmó que su tarea de cuidar los rebaños de sus familias es también una preferencia de Dios por todos los que somos llamados a cuidar a los demás como pastores. No recordaba o mejor no sabía que un año antes de las seis apariciones de la Virgen en el año 1917 el ángel de Portugal o ángel de la Paz se les apareció a estos niños pastorcitos durante tres veces para prepararlos al encuentro con la santísima Virgen María. Luego fuimos llevados a Cova de Iría en Fátima al lugar de las seis apariciones de la Virgen María desde el 13 de mayo al 13 de octubre del año 1917, tiempo en el cual Europa sufría los rigores de la primera guerra mundial. Nosotros que éramos unos 70 obispos de todo el mundo católico concelebramos en uno de las capillas laterales. Indudablemente María acoge a todos sus hijos en este lugar con especial ternura. Después del almuerzo fuimos a la capilla de las Apariciones que está en el lado derecho de la explanada de los peregrinos. En este lugar rezamos a coro los misterios dolorosos del santo rosario por la paz del mundo como lo pide la Santísima Virgen María. Junto a nosotros estaban los peregrinos de todo el mundo compartiendo esta bella y tradicional devoción mariana que ha brotado de una sana tradición bíblica. En esta revelación privada María confirma lo que Jesús ya nos había enseñado en el evangelio. Orar por la paz del mundo, por la conversión de los pecadores y ofrecer nuestras penitencias como reparación por los pecados propios y de la humanidad. La virgen se presentó a los niños con estas palabras: Yo soy el corazón inmaculado de María. “¿Qué quiere decir esto? Que el corazón abierto a Dios, purificado por la contemplación de Dios, es más fuerte que los fusiles y que cualquier tipo de arma. El fiat de María, la palabra de su corazón, ha cambiado la historia del mundo, porque ella ha introducido en el mundo al Salvador, porque gracias a este « sí » Dios pudo hacerse hombre en nuestro mundo y así permanece ahora y para siempre. El maligno tiene poder en este mundo, lo vemos y lo experimentamos continuamente; él tiene poder porque nuestra libertad se deja alejar continuamente de Dios. Pero desde que Dios mismo tiene un corazón humano y de ese modo ha dirigido la libertad del hombre hacia el bien, hacia Dios, la libertad hacia el mal ya no tiene la última palabra. Desde aquel momento cobran todo su valor las palabras de Jesús: « padeceréis tribulaciones en el mundo, pero tened confianza; yo he vencido al mundo » (Jn 16,33). Cardenal Ratzinger. “La vida de Lucia, Francisco y Jacinta, pequeños pastores de Fátima, es una historia de gracia y de misericordia. En estos niños se contrasta el poder mundano de los soberbios y de los poderosos con la realidad de los pequeños que Dios escoge para ser fermento y transformación de la humanidad” Papa Francisco. + Edgar de Jesús García Gil Obispo de Palmira

Jue 27 Abr 2017

Descubramos al Señor a través de su palabra y la Eucaristía

[icon class='fa fa-youtube fa-2x' link='']Ir a lista de reproducción[/icon] Tweets by cardenalruben

Mié 26 Abr 2017

No dejemos pasar desapercibidos a los que caminan con nosotros

Con la Palabra se hace vivo entre nosotros Jesucristo. Acojámosla con atención. Es realmente una buena noticia para nosotros hoy saber que el mismo Dios, en la persona de su Hijo amado, camina con nosotros, está vivo. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Hch 2,14.22-33[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo: 16(15),1-2+5.7-8.9-10.11 (R. 11a)[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: 1P 1,17-21 [/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Lc 24,13-35[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] En el libro de los Hechos, Lucas nos relata la primera proclamación de la resurrección de Jesús. Este discurso de Pedro (primer anuncio o kerigma) fue pronunciado y entendido en arameo. Pedro toma la palabra en nombre de todos, al fin de cuentas es el responsable del grupo de los Doce. Y muestra cómo se han cumplido las Escrituras en Jesús y en la Iglesia naciente. “Aquí actúa como testigo de Jesús (“y seréis mis testigos…”). Primero lo hace apelando a lo que –en su discurso– es cosa sabida por su audiencia: “Ustedes. saben de los milagros, prodigios y señales que hizo Jesús” (v. 23) A continuación, su discurso hace un giro. A este Jesús, ustedes. lo mataron –argumenta – clavándolo en una cruz. Aquí Lucas usa varios recursos. Por un lado, el kerygma cristiano: a) a este Jesús Dios acreditó mediante palabras y obras durante su vida; b) sufrió y murió en manos de ustedes, y c) Dios lo resucitó. Este es un esquema básico de la fe cristiana. Y por otro lado, muestra cómo Dios está detrás de todos estos acontecimientos . El Salmo 16 es “una expansión confidencial del alma que encuentra su felicidad en vivir en compañía de Dios, porque Él es la fuente única de todo bien. De aquí se sigue la simpatía por todos los que son fieles a su Dios y la aversión hacia los que se entregan a prácticas idolátricas. Como los salmos anteriores, también éste es atribuido en el título a David. San Pedro recoge esta tradición y arguye en ese supuesto para probar el sentido mesiánico del salmo (Hechos 2,25-32). En realidad, el Apóstol entonces no trataba de dilucidar exegéticamente el problema de la autenticidad crítica del salmo, sino de probar su relación con Cristo, y arguye tomando como base la opinión común recibida. Carácter mesiánico del salmo. Desde la época apostólica se ha dado a este salmo un sentido marcadamente mesiánico, fundándose en la aplicación que hace San Pedro en su alocución el día de Pentecostés. Efectivamente, el apóstol toma pie de la afirmación del salmista según la versión de los LXX (v. 10: «no permitirás que tu santo vea la corrupción») y ve en ella un anuncio de la resurrección de Jesucristo. En la segunda lectura, 1Pedro 1,17-21 “Pedro señala lo que ya había expresado en su sermón de Pentecostés: si bien la muerte de Jesús fue producto de un desconocimiento de los contemporáneos de Jesús, sin embargo, formaba parte del plan eterno de Dios sobre el mundo. La redención no es la reparación de un accidente sucedido en el Jardín del Edén, sino que estaba inscrita en el orden del universo, y es uno de los aspectos de la relación de Dios con el mundo”. Coincide con la teoría Escotista del Primado de Jesucristo, según lo cual, la muerte de Jesús no es únicamente consecuencia del pecado del hombre, sino sobre todo del amor infinito de Dios por sus creaturas. Está inscrita en su plan amoroso. Finalmente en el Evangelio de Lucas, escrito a finales del primer siglo, en un tiempo en el que la mayoría de los cristianos no había conocido a Cristo en carne y hueso, aparece este relato que los conecta a ellos (y a nosotros) con Cristo, que aún hoy es revelado a través de la lectura y la interpretación de la Escritura (v. 27) y la Cena del Señor (vv.30-31). Esta historia se parece a la historia de la aparición de los ángeles a Abraham y a Sara en Manré (Génesis 18, 1-15). En ambas historias los anfitriones no reconocen a sus huéspedes pero les ofrecen hospitalidad. “El Evangelio de Lucas organiza su relato de la resurrección en tres partes: la tumba, Emaús, y los discípulos reunidos. Esta organización presta atención especial a la simbólica geografía de Lucas. La primera historia establece Jerusalén como un lugar de incredulidad y como el lugar de la muerte (24:11). La historia de Emaús, entonces – separándose de Jerusalén en agonía (24:17) – establece una palabra que, de nuevo, se trae a Jerusalén (24:33, 35)... La tan esperada redención de Jerusalén (2:38)... viene, sorprendentemente, de fuera de Jerusalén, al venir Jesús mismo de fuera de Jerusalén” (Lathrop). Esta historia incorpora un alto nivel de lenguaje litúrgico, incluyendo “tomando el pan, bendijo, y partió, y les dio” (v. 30); “Ha resucitado el Señor verdaderamente” (v. 34); y “al partir el pan” (v. 35). El Cristo resucitado es revelado al contar la historia, al interpretar la escritura, y al partir el pan. Se sugiere que los dos discípulos podrían ser un hombre y una mujer. Muchos coinciden en señalar que uno de ellos es Cleofás. Y el camino que recorren es de 11 kilómetros que es la distancia entre Jerusalén y Emaús. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO SITUACIONAL[/icon] Nosotros no hemos conocido personalmente al Señor pero el anuncio que hoy las lecturas nos presentan nos permite descubrir cómo Él sigue caminando con nosotros. Su presencia real en la Palabra que escuchamos y en el Pan que compartimos, cada vez que nos reunimos a celebrar la Eucaristía. Pero también Él sigue vivo en los pobres que deambulan por las calles de nuestras ciudades. Nos lo ha recordado el Papa permanentemente en sus documentos: “Cada vez que nos hemos inclinado ante las necesidades de los hermanos, hemos dado de comer y de beber a Jesús; hemos vestido, ayudado y visitado al Hijo de Dios (cf. Mt 25,40). En definitiva, hemos tocado la carne de Cristo. Jesús vive en los que hacen parte de nuestra vida cotidiana, camina permanentemente con nosotros y lo podemos reconocer al partir el pan, en las mesas de nuestros hogares: cada vez que nos sentamos a la mesa debemos hacer conciencia de que en los que están compartiendo con nosotros está Jesús. En la esposa, en el esposo, en los hijos, en los amigos que hemos invitado a cenar. Si lo reconocemos a Él en ellos nuestros momentos de comida dejarán de ser actos rutinarios y se transformarán en momentos de gracia que nos enriquecen, nos acercan, nos ayudan a querernos más y a entendernos mejor. Que ojalá esos momentos sean sagrados, y que en ellos se apaguen los ruidos que no nos permiten entrar en comunicación personal (los televisores, los celulares, las tablets, y todos esos demás entretenimientos que hoy abundan y nos impiden el compartir más cercano. Que reconozcamos a Jesús al partir el pan con los que amamos. Y, sin lugar a duda, de esta Palabra podemos sacar también como conclusión para nuestra vida que debemos estar más atentos para descubrir las grandezas de los que caminan a nuestro lado. Cuántas veces nos hemos perdido oportunidades valiosas de crecer y mejorar por no estar atentos a los que nos rodean. Dejamos pasar desapercibidas las personas que nos acompañan, no les damos importancia, y en muchas ocasiones esas personas, si las hubiésemos escuchado con atención, nos hubieran podido dejar enseñanzas gratificantes para nuestra superación personal. No desatendamos a los que nos acompañan por más insignificantes que nos parezcan. En todos el Señor tiene una Palabra que nos puede aprovechar. Que nos quede claro que para poder reconocer a Jesús que sigue vivo entre nosotros, no hay más camino que salir de uno mismo y acoger a los que nos acompañan en el camino de la vida, sean conocidos o desconocidos, sean gente sana o enferma, sean los que denominamos “gente de bien” porque tiene nuestras costumbres, o sean gente “no deseable” porque visten o hablan o piensan distinto a nosotros. No podemos dejar pasar desapercibidos a los que caminan con nosotros por el camino de la vida. Todos ellos tienen algo que darnos, y mucho más aún, a todos ellos tenemos algo que compartirles, además de nuestra fe y amor por Jesús y su Buena Noticia, lo que nosotros mismos somos y tenemos. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon] Y no dejemos de gozarnos con todo lo que Jesús hace hoy por hacerse sentir como nuestro compañero de camino. Nos da un Iglesia que en sus pastores nos están mostrando permanentemente, con sus gestos y palabras, el rostro amoroso de Dios, en la persona del misericordioso Jesús. Nos da una familia en la que todos tenemos algo que aportarnos. Celebremos con alegría las recomendaciones que nos vienen de los mayores de la familia y los sueños que nacen en las generaciones nuevas. No desatendamos tantas buenas iniciativas que nacen en las mentes locas de los jóvenes que nos invitan a cambiar muchos de nuestros estilos de vida para ser más impactantes en el mundo de hoy. Celebremos con alegría la presencia de todos esos hermanos y hermanas que se cruzan en nuestros caminos, en las gradas de las entradas de nuestros templos y capillas para demandarnos un poco de pan, un poco de cariño. Ellos y ellas nos están recordando permanente y a veces hasta desagradablemente la presencia de Jesús. Sus rostros son los rostros del Crucificado que lo sigue en sus penurias físicas, económicas, morales o espirituales. Vivamos intensamente este momento de la Eucaristía, acción de gracias por excelencia, en el que se nos explican, muchas veces con palabras acertadas, las Santas Escrituras. En las que se nos reparte amorosamente el Pan que nos da la vida, que nos mantiene la esperanza y que nos permite no desfallecer en el camino de la vida. Que podamos reconocer a Jesús cada vez que partamos el Pan, en el altar, en las calles de nuestras ciudades y poblados, en las mesas de nuestros hogares. Que con Jesús se disipen nuestros miedos, nuestras desilusiones, nuestros desencantos. Y que podamos celebrar con ilusión y buen ánimo la certeza de que está vivo y camina también hoy con nosotros. [icon class='fa fa-play' link='']Recomendaciones prácticas[/icon] Se podría hacer en cartelera, trazar un camino visible a todos los fieles, y colocar al fondo un trozo de pan, y una hornilla con un pescado sobre ella. Se podría hacer el rito de bendición y aspersión del agua, que ocuparía el lugar del acto penitencial al comienzo de la Misa, subrayando el aspecto bautismal celebrado en la Vigilia Pascual. Podría seguirse el Prefacio de Pascua I y la Plegaria Eucarística III. O la Plegaria Eucarística para Diversas Circunstancias III: «Jesús, camino hacia el Padre», p. 524 del Misal, por recordarnos que el Señor, «como hizo en otro tiempo con sus discípulos, nos explica las Escrituras y parte para nosotros el pan». Recordar que esta semana: Mañana lunes 1° de mayo, es la memoria de san José, obrero, fiesta nacional del día del trabajo. Conviene darle sentido cristiano a este día y no solo de reivindicaciones laborales. El miércoles 3, es en Colombia la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz. El jueves 4, es en Colombia la fiesta de los santos Felipe y Santiago, apóstoles. El próximo domingo, 7 de mayo, es el día del Buen Pastor, la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones Sacerdotales y la Jornada Mundial de la Infancia Misionera.

Vie 21 Abr 2017

Pongamos nuestra confianza en Jesús sin temor

La Palabra de hoy nos refresca el entusiasmo de la primitiva comunidad que no le tiene miedo a la persecución porque tiene su confianza puesta en Jesucristo. Nos muestra la vivencia de una comunidad que se afianza en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión y en la oración, y que despeja las dudas con el testimonio de los hermanos. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Hch 2, 42-47[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo: 118(117), 2-4.13-15ab.22-24 (R. cf. 1)[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: 1P 1, 3-9 [/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Jn 20,19-31 [/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] El texto del libro de los Hechos de los apóstoles es la muestra clara de los efectos de la experiencia de Jesús vivo en medio de los suyos. Así vemos cómo los discípulos perseveran en: “la doctrina de los apóstoles” que no era otra que la que habían recibido de Jesús en su experiencia histórica y pos pascual. Esta doctrina incluiría, con el tiempo, cuestiones de disciplina eclesiástica. Pero en este momento este tema no era de gran importancia, el camino apenas se iniciaba. “y en la comunión” (te koinonia – la comunión) (v. 42c). Es decir perseveran unidos, lo que no significa uniformados, pues bien se sabe que en el momento no existían varios modelos de Iglesia. En este término podemos descubrir unidad humana, - compartir. Se refiere a “una relación mutua con Cristo que nace de la llamada de Dios (1 Corintios 1:9), y es sostenida por el Espíritu Santo (2 Corintios 13:14; Filipenses 2:1)” (Willis). Esta Koinonía que sienten los discípulos se expresa también en el compartir de sus recursos… (vv. 44-45; véase también Romanos 15:26; Galatos 6:6; Filipenses 4:14-20; Hebreos 13:16). “y en el partimiento del pan” (tou artou – el pan) (v. 42d). Cuando Lucas habla del “partimiento del pan” es probable que se refiera a una comida diaria, aunque no se puede descartar que podría ser una comida especial, es decir la Eucaristía. Esta sería una de las cuatro actividades. Las otras tres (doctrina, comunión y oración) son de carácter espiritual. “y en las oraciones” (v. 42e). Probablemente oraciones utilizadas en alabanzas públicas. Estos discípulos pasaron bastante tiempo en un templo (v.46). Y seguramente eran las utilizadas allí. El uso del artículo definido (las oraciones) sugiere que pueden ser oraciones utilizadas en alabanza pública. Entonces la frase “las oraciones,” seguramente incluía oraciones utilizadas en el templo. También es probable que incluyera oraciones como el Padre Nuestro, que nació en un contexto cristiano, y oraciones privadas. En la carta de Pedro nos encontramos con una Palabra que nos ubica en el contexto de una iglesia que nace en medio de la persecución. Pedro exhorta a los cristianos que no han conocido personalmente a Cristo, a los gentiles que se han convertido con la predicación de los apóstoles, a mantener el ánimo, la alegría, en medio de la persecución. Roma arde en llamas incendiada por Nerón, pero el Emperador, para esconder su conducta perversa, ha culpado de la desgracia a los cristianos. “Porque la fe de ustedes es como el oro, su calidad debe ser probada como el oro”. Pedro incluso en esta carta esconde su lugar de residencia (les escribo desde Babilonia, es más seguro, que decirles desde Roma, donde efectivamente estaba) para no poner en peligro la vida de los hermanos. El salmo 118 es un himno triunfal, lleno de gloria, propio del día de la Resurrección. En él aparece un héroe que describe increíbles hazañas, llevadas a cabo por la poderosa mano del Señor. Este salmo es el último del grupo aleluyatico (“Gran Hallel”) y tiene un profundo sentido de acción de gracias. El salmista habla en nombre de una nación liberada milagrosamente por Yavhé de un gran peligro. Expresa el sentir colectivo durante una procesión al templo para ofrecer las víctimas eucarísticas, los sentimientos de gratitud hacia Dios. Dice el Padre Larrañaga que “en los cuatro primeros versículos estalla la orquesta en un acorde cuatro veces repetido y dando sentido a todo el Salmo: “Eterna es su misericordia”. Y finalmente el Evangelio de Juan nos conduce a la experiencia fundante de estos discípulos de Jesús, que viven intensamente el encuentro con su Señor Resucitado. En primer lugar nos demuestra que la fe viene de diferentes maneras a gente diferente. El discípulo querido cree al ver la tumba vacía (v. 8). María cree cuando el Señor dice su nombre (v. 16). Los discípulos deben ver al Señor resucitado (v. 20). Tomás dice que debe tocar las heridas (v. 25) – aunque esa necesidad se evapora una vez que ve a Cristo resucitado (v. 28). Ésta es la tarde de Pascua, el mismo día que los discípulos vieron la tumba vacía y que María vio a Jesús. Los discípulos se encontraron en un cuarto en Jerusalén con “las puertas cerradas.” Las puertas cerradas reflejan el miedo de los discípulos, pero también demuestran el poder del Cristo resucitado, quien no se puede contener por una tumba de piedra ni por una puerta cerrada con llave. “Y estando las puertas cerradas donde los discípulos estaban juntos por miedo de los judíos” (v. 19). Es bueno resaltar que tienen miedo a pesar de que Pedro y “el otro discípulo” hayan visto y creído (v.8), María ha hablado con el Resucitado, les ha contado a los demás discípulos su experiencia, (v. 14-18). Sin embargo, aún después de que “el otro discípulo” haya visto y creído, no está claro qué es lo que cree, “porque aún no sabían la Escritura, que era necesario que él resucitase de los muertos” (v. 9). Además, los discípulos están traumatizados por la crucifixión y atemorizados por la posibilidad de que los enemigos de Jesús ahora se puedan dirigir a ellos. Su líder está muerto! “Paz á vosotros” (v. 19). A estos discípulos atemorizados, Jesús les da su paz, como prometió (14:27). Los discípulos tendrán paz a pesar de ser perseguidos por un mundo que les odiará tanto como odiaba a Jesús (15:18-25). Mientras que este texto usa la palabra griega para paz, eirene, el concepto es el de shalom judío – que indica más la ausencia de conflicto – un bien que es el regalo de Dios. “En pensamiento judío, paz y alegría eran señales de tiempo escatológico cuando la intervención de Dios habría traído armonía a la vida humana y al mundo. Juan ve esta edad cumplida cuando regresa Jesús para verter su Espíritu sobre los hombres” (Brown, 1035). Y al darles la paz, los envía al mundo de la misma manera que Él fue enviado por el Padre. Este es el equivalente Johanino de la Gran Comisión (Mateo 28, 19-20), y para ello les da el aliento de vida; a unos discípulos temerosos - escondidos para evitar el peligro – les da la fuerza para levantarse, abrir las puertas, salir fuera y empezar la proclamación de la Buena Noticia. Y finalmente la figura de Tomás, el que creyó, perdió la fe, pero después vuelve a una fe más fuerte: Es instructivo mencionar que Tomás creyó, perdió la fe, pero después vuelve a una fe aún más fuerte. Tomás no cree a los discípulos, pero tampoco le creyeron los discípulos a María. Era un grupo abatido y derrotado hasta que vieron a Jesús con sus propios ojos. Tomás, por lo tanto, no es el único que duda, y no permanece dudoso. Una vez que ve lo que los otros discípulos han visto, manifiesta gran fe: “Señor mío y Dios mío”. Esta confesión es aprovechada para expresar la última beatitud o bendición de Jesús: “Bienaventurados los que no vieron y creyeron” (v.29). Los pocos cristianos de la primera generación que vieron a Jesús en persona no tienen ninguna ventaja sobre los muchos cristianos de las más tardías generaciones que no lo han visto en persona. Anoten que Jesús no dice que estos cristianos más tardíos serán más bendecidos que los discípulos que “ven,” sino solo que serán bendecidos. Y finalmente en este Evangelio de hoy se recalca cómo las “señales” que son muy comunes en él, señalan a Jesús el Mesías, dan razones para creer, aunque muchos que las vean no crean. El propósito de este Evangelio no es capturar todo detalle de la vida de Jesús, sino proveer lo que se necesita “para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y para que creyendo, tengáis vida en su nombre” (v. 31). [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO SITUACIONAL[/icon] Los cristianos de hoy vivimos la experiencia de la persecución, y en ese contexto hemos tenido la posibilidad de vivir la experiencia del Padre misericordioso que se nos revela como tal en su Hijo Jesús. La iglesia es atacada por defender la sana doctrina, por propiciar corrientes de solidaridad, de comunión, por descubrir la tiranía de los nuevos señores que quieren apoderarse hasta de las conciencias de los hombres, en el mundo de la política, de la ciencia, de la tecnología, de la economía. Hemos sido testigos casi presenciales de los ataques contra la Institución eclesial en muchos países del mundo del que no está excluido el nuestro. Si se defiende la vida, si se promueven los derechos de los más débiles, se propicia la paz, es una iglesia izquierdosa y revolucionaria. Si se protegen los valores de la familia, de la dignidad de las personas amenazadas por ideologías de género o por programas de planificación familiar orquestadas por poderosas organizaciones multinacionales, es una iglesia retrograda y conservadora. Pero en contextos hostiles la Iglesia quiere mantener la postura de su maestro que es misericordiosa. Es justamente por ello que promueve los derechos y defiende los valores, porque es sensible al sufrimiento del hombre. Nunca, y menos ahora, ha estado indiferente a los problemas que empobrecen la humanidad. Esta es su experticia. En el contexto de guerra y de violencia levanta su voz para proclamar el perdón. Cuando la gente está acorralada por el miedo aparece ella deseando paz. Cuando los creyentes tienen dudas, la palabra de la Iglesia invita a la esperanza, a tener valor, a vivir la experiencia de ser “Iglesia en salida”. Nuestro país está viviendo momentos importantes de su historia. Ha estado polarizado por muchos años, o por colores políticos, o por tendencias religiosas, o por ideologías de derecha o de izquierda… y ahora lucha por superar las polarizaciones que suscita la búsqueda de la paz. En medio de este fenómeno que han provocado los diálogos con grupos insurgentes, siempre la iglesia ha proclamado que está por encima de cualquier interés personal o grupal, el bien de todos y especialmente de los que han sido victimizados a lo largo de estos años de conflicto. La misericordia de la que es depositaria, la lleva a preocuparse por la justicia, por la equidad, por el respeto a la vida, por la honradez en el manejo de los bienes públicos, por la defensa de las minorías étnicas, culturales, religiosas o de género. El corazón misericordioso de la Iglesia no quiere excluir a nadie. Es su tarea, es el legado que le ha dejado su Maestro. Nosotros en nuestros contextos familiares o sociales estamos invitados a ejercer esta “especialidad”. Vivir la misericordia y alejar el temor. Como creyentes debemos abrir las puertas de nuestros corazones para colocarlos en las miserias del hombre. Estamos invitados a mantenernos “en salida”, para buscar a los que sufren y a mantenernos firmes en la fe para despejar los temores y ser discípulos misioneros más arriesgados: invitados a no tenerle miedo a las diferencias, a no huirle a las periferias humanas o existenciales. Como los discípulos de Jesús estamos invitados a dejar las poltronas de nuestras salas en las que podemos aislarnos del mundo, (paradójicamente conectados a él únicamente por los aparatos de las nuevas tecnologías), y ponernos en camino hacia las metas que nos proponen hoy la Iglesia con el Santo Padre a la cabeza, y las urgencias del país en que vivimos. No podemos quedarnos cómodos, acomodados, cuando a nuestro alrededor necesitan tanto de nosotros y de Jesús de quien somos emisarios. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon] Celebremos con alegría, la presencia de Jesús en medio de nosotros, pues Él está presente en tantos creyentes arriesgados que se lanzan al mundo de los sufrientes para llevarles el consuelo de la misericordia que se alimenta de Evangelio. Son muchos, a lo largo y ancho del país, los que recorren los caminos tortuosos para hacer presente el amor de Dios: son jóvenes atrevidos, son religiosos y religiosas que han asumido su compromiso con radicalidad, son sacerdotes y obispos que ponen la cara a la opinión pública para defender valores y anunciar con transparencia y sin adornos la verdad que nace del Evangelio de Jesús. Son cristianos “de a pie”, que no se cansan de llevar a los que encuentran en el camino el mensaje o el signo de la paz. La Iglesia experta en humanidad, aunque no reconocida muchas veces, no se ha cansado de su labor. En Colombia ha abierto muchos espacios para ejercer la misericordia. Algunos de esos espacios no los administra ya por políticas del Estado, que debería ser su gestor, pero que paradójicamente cuando llegan a sus manos pierden su calidad, su eficacia. Se convierten en botín burocrático o alcantarilla de corrupción. Aunque no haga alarde de su capacidad de gestión con corazón, la Iglesia en cada uno de nosotros está invitada a celebrar su acción a favor de los más frágiles y necesitados. Celebremos con gozo la presencia en el campo de la salud llevando alivio, en el campo de la educación llevando sabiduría, en el campo de la promoción humana llevando propuestas significativas, en el campo de guerra y el conflicto llevando iniciativas de paz y reconciliación apoyadas en la justicia social. Hoy debemos cantar con alegría, la presencia de Jesús resucitado y vivo en las comunidades de creyentes que no se cansan de vivir en función de los demás, de los otros, que aunque diferentes por razones políticas o religiosas o raciales o de género o económicas, son los sujetos preferenciales de su acción. Expresemos nuestro gozo por sentir que hoy como ayer Jesucristo sigue siendo el impulsor de una manera distinta de vivir que no se acomoda a lo que el mundo (los poderosos, los dueños de la tecnología, los manipuladores de la ciencia, de la información) quiere imponernos. Como Pedro debemos estar alerta para no dejar que el miedo nos paralice, que la cobardía – falta de entusiasmo en la vivencia de la fe – le abra las puertas a estilos de vida que atentan contra los principios del Reino de Dios. Que nuestras dudas se disipen cuando veamos, como Tomás, lo que otros hermanos han visto y están testimoniando con sus vidas: la fuerza del Resucitado. [icon class='fa fa-play' link='']Recomendaciones prácticas[/icon] Por ser un día en el que se privilegia la Misericordia, sería bueno colocar en lugar visible las obras de misericordia (en muchos templos estuvieron muy bien colocadas en el año dedicado al tema). Y junto a ellas un mensaje que diga: Si queremos la paz practiquemos la misericordia. También podría hacerse un dramatizado presentando las dudas más frecuentes de los jóvenes hoy con relación a lo espiritual, a lo social, a lo familiar. Y a esas dudas oponer las certezas de otros jóvenes. Y todo esto con el slogan del Papa Francisco que invita a los jóvenes a poner líos…. O a dejar las poltronas – los sofás. No olvidar que el Prefacio es el de Pascua I: «El Misterio Pascual», con la parte propia: «en este día». Convendría seguir el Canon Romano o Plegaria Eucarística I, con las partes propias que contiene. Tener presente que para la Bendición final de la Misa se puede usar la fórmula solemne de la Vigilia Pascual, p. 219 del Misal. Para despedir al pueblo se agrega el doble Aleluya. Con las segundas Vísperas de este domingo termina la Octava de pascua. Recordar que esta semana: - El martes 25, es la fiesta de san Marcos. - El jueves 27, es el aniversario de ordenación episcopal de Monseñor Ettore Balestrero, Nuncio Apostólico en Colombia. Se invita a orar por su vida y ministerio.