Pasar al contenido principal

iglesia católica

Lun 17 Sep 2018

Un momento difícil y salvífico

Por: Mons. Ricardo Tobón Restrepo - Han generado inquietud y dolor una serie de acontecimientos en los que está involucrada la Iglesia Católica. Los más recientes han sido el informe sobre mil víctimas de abuso sexual por parte de sacerdotes de siete diócesis de Pensilvania en los últimos setenta años; la situación de la Iglesia en Chile creada por numerosos casos de pederastia que al parecer han sido encubiertos; también se han denunciado casos de abuso a menores en nuestra Arquidiócesis y otros escándalos de sacerdotes en diversos lugares; finalmente, lo más grave es la acusación contra el Papa Francisco de que ha encubierto el lamentable comportamiento moral de un cardenal de Estados Unidos. Ante estas situaciones, comentadas por algunos medios de comunicación, varias personas me han preguntado: ¿Qué está pasando en la Iglesia? ¿Cuál es la causa o realidad de fondo de estas denuncias? ¿Qué debemos pensar y hacer frente a esta situación? Me parece que estos interrogantes no admiten respuestas evasivas o simplistas. Sin poder agotar la materia, me propongo exponer algunos elementos de respuesta y de reflexión para los fieles católicos que, como es natural, sienten una honda preocupación por su Iglesia y necesitan un poco de claridad frente a la confusión generada por las diversas informaciones de distintas fuentes. Pido el favor de tomar en su conjunto el contenido de este texto. 1. ¿Qué está pasando en la Iglesia? + Debemos comenzar por reconocer que la pederastia es un mal gravísimo, que atenta contra la dignidad, el bienestar y el futuro de las niñas, los niños y los adolescentes. Está presente en el mundo del deporte, de la salud, de la educación, de la familia y también, qué dolor y vergüenza, donde menos debería estar, en la Iglesia. + Los actos de pederastia de algunos sacerdotes y su ocultamiento por parte de la Iglesia se vienen denunciando desde hace unos veinte años. Ha sido un proceso que ha comenzado en Estados Unidos y que luego ha ido recorriendo las diócesis de diversas naciones del mundo. + Han aparecido casos reales de abusos a menores por parte de eclesiásticos y religiosos, que nos han llenado de tristeza. También, es preciso decirlo, se ha dado en diversas ocasiones manipulación y tergiversación de la información por parte de algunos medios. + La denuncia de pederastia en la Iglesia, aún en ocasiones con fundamento en la realidad, aparece en el contexto de un conjunto de acciones que, no se puede ignorar, afectan su vida y misión. Tal es el caso de documentales que, en algunos eventos, tergiversan la historia, promoción de leyes contra valores innegociables del cristianismo como la vida y la familia, estrategias para desdibujar la naturaleza y el innegable aporte de la Iglesia a la sociedad. + La Iglesia Católica ha venido condenando fuertemente este delito, ha promovido diversas iniciativas para prevenir dentro y fuera de ella el abuso a menores, ha emanado unas normas canónicas concretas y exigentes para el tratamiento de las denuncias y el acompañamiento de las víctimas, que no eximen a los abusadores de los procesos civiles. La aplicación de estos medios ha tenido variantes según las circunstancias eclesiales y las leyes civiles de cada país. 2. ¿Cuál es la realidad de fondo de estas denuncias? + La causa primera y fundamental de estas denuncias es que en la Iglesia algunos sacerdotes y religiosos han caído en el grave delito de la pederastia. Con estos actos han hecho mucho mal a los menores, a la Iglesia y a toda la sociedad. Por eso el Papa y los obispos hemos pedido repetida y humildemente perdón y nos hemos empeñado con todas nuestras fuerzas en la erradicación de este mal. + También está, en ciertos casos, aún sin mala voluntad, la lentitud o imprecisión para tratar estas situaciones en las que ha habido abuso sexual, de poder y de conciencia. Pueden darse también abusos que no se procesan porque no son denunciados. + Igualmente, en otras ocasiones, ha habido dificultades procesales porque no siempre se cuenta con declaraciones y pruebas concretas, porque se reciben testimonios contradictorios, porque hay que respetar la intimidad de las víctimas y porque es preciso cuidar la reserva necesaria en las posibles investigaciones de las autoridades civiles. + Algunos hablan también de que existe una agenda internacional que, a partir de hechos graves de pederastia que ocurren en la Iglesia, promueve este movimiento de denuncias y las acciones indicadas antes, con propósitos concretos en orden a una nueva visión y organización del mundo, en las que la Iglesia católica resulta incómoda. + En el fondo de todo, está la acción de Dios que, a través de estas dolorosas situaciones, nos llama a todos con urgencia a la conversión. Como dice san Pablo, Dios hace concurrir todas las cosas para el bien de los que le aman (Rm 8,28). 3. ¿Qué debemos pensar y hacer frente a esta situación? + Trabajar seriamente en una purificación de la Iglesia. La orden del Papa Francisco ha sido la de “tolerancia cero” para los casos de pederastia. Esta es una forma de valorar y amar a la Iglesia, que tiene personas que han pecado y que han cometido delitos, pero que no es una institución de criminales. Son muchos más los sacerdotes, religiosos y laicos que viven fielmente el Evangelio. + Luchar por acabar con todas las formas del mal que afectan a la Iglesia; su purificación no es sólo erradicar casos de pederastia. Debemos construir una comunidad que viva con santidad y eficacia su identidad y su misión: ser signo e instrumento del amor y de la salvación de Dios en el mundo. En la Iglesia todos hemos pecado y todos formamos un solo cuerpo (1Cor 12,26-27), por eso, como ha escrito el Papa Francisco, todos estamos implicados y todos somos responsables. + Continuar e incrementar los diversos programas e iniciativas para la protección de niñas, niños y adolescentes y para prevenir los abusos a menores, en colaboración armónica con las autoridades civiles. Esto es inherente a la misión de la Iglesia. De otra parte, como el buen Samaritano, debemos acompañar a las víctimas, compartir su dolor y sanar sus heridas. + Orar siempre sin desfallecer (Lc 18,1). Orar pidiendo perdón a Dios; un corazón quebrantado y humillado él no lo desprecia (Sal 51,19). Orar para tener un corazón limpio que nos permita ver a Dios y lo que él quiere (Mt 5,8). Orar por los obispos y por los sacerdotes. Orar por las víctimas y los abusadores. Orar y hacer penitencia por todos, para que aprovechemos esta hora de salvación. + Construir una profunda comunión eclesial. Es hora de apoyarnos unos a otros. Como recomienda san Pablo, los más fuertes deben hacerse cargo de los más débiles (Rom 15,1). Urge unir y formar a los fieles en pequeñas comunidades; es necesario llegar a tener laicos santos y apóstoles, que asuman su puesto y su misión en la Iglesia. Es el momento para construir la Iglesia con una profunda evangelización, con una liturgia viva, con un fuerte compromiso social; no para abandonarla. No hundimos el barco por unas personas que dentro de él se comportan mal. + Tener fortaleza y perseverar. No nos vamos a ahorrar los sufrimientos de la purificación. Jesús mismo no quedó exento del sufrimiento de la obra redentora. Hijo y todo como era, dice la Carta a los Hebreos, aprendió por los padecimientos la obediencia (Heb 5,8). La pascua es la fragua en la que se forja la vida de los cristianos. Este dolor nos debe dar fuerzas para luchar por una Iglesia mejor. Cuando nos denuncian no siempre nos hacen mal; si lo hacen con recta intención y con objetividad, lo debemos agradecer pues nos ayudan a encontrar la verdad, que aunque sea dolorosa nos libera (cf. Jn 8,32). + Mantener viva la confianza y la esperanza. No podemos desesperarnos ni impacientarnos. Es preciso avanzar en la fe y la responsabilidad. Como nunca, según la recomendación del Apóstol, debemos tener los ojos fijos en Jesús (Heb 12,2). La Iglesia es de él. Por eso, ella es más que sus miembros y a pesar de los pecados con los que la afeamos, ella sigue ofreciendo a todos enormes recursos para ser libres y felices en la vida nueva que presenta el Evangelio. Este es un momento de salvación; es la ocasión para una profunda renovación de la Iglesia. Ya sabemos, las fuerzas del mal no prevalecerán contra ella (Mt 16,18). + Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín

Vie 7 Sep 2018

Encuentro de Obispos con Comisionado de Paz

La Iglesia colombiana manifestó ayer jueves su disposición de seguir brindando sus oficios como facilitadora en los diálogos de paz y en la liberación de los secuestrados. Así lo manifestaron los obispos de la Comisión Permanente del Episcopado al Comisionado de Paz, doctor Miguel Ceballos, durante su visita a la sede de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC). Monseñor Óscar Urbina, Arzobispo de Villavicencio y Presidente de la CEC, afirmó que la Iglesia valora los gestos que ha tenido el ELN al empezar a liberar a las personas que estaban secuestradas y los animó para que continúen en ese proceso de acercamiento a los diálogos. Por su parte, monseñor Héctor Fabio Henao, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social (SNPS) y Presidente del Consejo Nacional de Paz, Reconciliación y Convivencia, afirmó que uno de los temas abordados con el Alto Comisionado de Paz, fue la liberación de las personas que se encuentran aún secuestradas. “La CEC ha participado de manera activa en las liberaciones que se dieron en Arauca; vemos como una señal de esperanza y un buen gesto que hay que valorar, porque esto allana el camino hacia la continuidad de los diálogos y hace posible que la fase de evaluación pueda avanzar de una manera más serena”, explicó. Monseñor Henao Gaviria dijo, además, que se propuso al Gobierno la ‘nacionalización’ de los diálogos de paz con el ELN, pues “en la medida que se hagan en Colombia van a tener unas posibilidades mayores de participación y un clima más cálido y cercano”. “Cuando se habla de ‘nacionalización’ hay que pensar que estos diálogos se realicen en el país, pero hacerlo de una manera creativa y responsable. Hay que tener en cuenta los elementos de seguridad para los diálogos y que estos avancen hacia los fines propuestos que es dar por término al conflicto armado”. Un tercer aspecto tratado con el Comisionado de Paz fue la invitación para que “los diálogos se realicen de una manera muy clara en su diseño, estén orientados hacia ese paso definitivo para que se deje atrás la confrontación armada, se adopten las medidas y mecanismos para que se integre la vida democrática a los grupos que están al margen de la ley”. Asimismo, monseñor Elkin Álvarez Botero, obispo auxiliar de Medellín y secretario general de la CEC, manifestó que el trabajo por la paz que la Iglesia adelanta en todo el territorio nacional no se limita solo a colaborar en los diálogos de paz, sino que “se hace de manera capilar en todas las dimensiones de la vida social, por eso manifestamos al Comisionado la disposición de trabajar en una pedagogía para la paz, educando en valores, tarea pastoral propia que la Iglesia actualmente adelanta”. Finalmente, la Iglesia expresó su preocupación al Alto Comisionado sobre las otras formas de violencia que se están generando en el país, invitándolo para que se haga una reflexión más profunda de cómo buscar caminos que lleven a una verdadera reconciliación y en la cual la Iglesia mantenga su compromiso firme de seguir colaborando con este fin.

Vie 13 Jul 2018

Aclaración de la Conferencia Episcopal de Colombia sobre videos en redes sociales

La Conferencia Episcopal de Colombia, en relación con algunos videos difundidos a través de las redes sociales con declaraciones del P. Ramiro Arango Escobar, se permite puntualizar: El P. Arango Escobar, como él mismo lo ha expresado en su último video, no pertenece a la Iglesia católica y romana, no está en comunión con el Papa Francisco y con los obispos católicos y, por lo mismo, no pertenece al clero de ninguna jurisdicción eclesiástica del país. Las afirmaciones y declaraciones del mencionado P. Ramiro no representan a la Iglesia católica en Colombia guiada por el Papa Francisco y por los obispos en comunión con la Sede Apostólica. La Conferencia Episcopal toma esta oportunidad para reiterar la invitación hecha al pueblo católico tras la CVI Asamblea Plenaria del Episcopado: “Queremos ser obreros decididos en la reconstrucción de la nación… Inspirados en el Evangelio, trabajamos sin descanso por sanar las heridas, tender puentes, encontrar la reconciliación y cultivar la cultura del encuentro fraterno”.

Mié 15 Nov 2017

Iglesia en Colombia se prepara para vivir la Jornada Mundial de los Pobres

Respondiendo al llamado del Papa Francisco para celebrar este 19 de noviembre la Jornada Mundial de los Pobres, la Iglesia Católica en Colombia, en diferentes jurisdicciones del país, ha organizado talleres, jornadas de encuentros con personas en condición de pobreza y la celebración de la Eucaristía en sintonía con esta jornada. En la Diócesis de Pereira se realizará en todas las parroquias una reflexión alrededor del mensaje que el Papa escribó para esta jornada. Monseñor Rigoberto Corredor Bermúdez, obispo de esta diócesis, invitó a abrir el corazón y tener en cuenta la pobreza como una realidad que obliga, desde nuestra fe, a atender a las personas que padecen esta situación. El obispo informó que el 19 en la catedral, después de la misa de 12 m, estará compartiendo con personas que viven en condición de pobreza. Así mismo, animó para que todos los párrocos sean creativos y promuevan alguna actividad especial en favor de los menos favorecidos. Por su parte, el obispo de Duitama Sogamoso, Monseñor Misael Vacca Ramírez, invitó a las parroquias y comunidades para unirse al llamado del Papa Fracisco y "volver los ojos a los más necesitados". "El rostro de Jesús se hace presente hoy en los pobres, en los necesitados y en los migrantes, ayudemos solidariamente con quienes padecen situaciones de marginalidad", afirmó el prelado. Entre tanto, en la Arquidiócesis de Cali, Monseñor Darío de Jesús Monsalve Mejía, señaló que esta jornada es una oportunidad para "corregir rumbos y unir esfuerzos para que la vida y la dignidad de todo ser humano tengan lugar y horizonte". En esta misma línea recordó que "la pobreza es un pecado de injusticia y de ambición que hace víctimas a millones de seres humanos en la tierra". La Arquidiócesis de Cali preparó una cartilla que trabaja temas centrales del mensaje de la jornada. Así también, a través de sus redes sociales ha promovido el mensaje del Papa y las obras pastorales y sociales que ejecuta en favor de los más excluidos.

Lun 24 Jul 2017

Centro del Apostolado Católico renueva su portal web

A medida que la Iglesia católica continúa creciendo en áreas de habla hispana en todo el mundo, también lo deben hacer las organizaciones que sirven a los fieles. En esa línea, el Centro del Apostolado Católico lanza una nueva versión de su Página Web totalmente en español. Esta versión del sitio web cuenta con muchos de los recursos más populares del Centro y con otros servicios adicionales especializados que se vienen implementando. Puede acceder al sitio a través de www.CentrodelApostoladoCatolico.org Esta iniciativa tiene como objetivo proveer las herramientas y recursos para los líderes en el ministerio y para todos los católicos activos, y así ayudar a una formación más profunda y a vivir como discípulos misioneros. "Hoy en día, los medios de comunicación en todo el mundo han crecido estratégicamente, este sitio web es una de las herramientas que ayudará a todos los católicos activos a enriquecer su fe y los impulsará a comprometerse con la Iglesia y la sociedad", dice José Antonio Varela, Coordinador Internacional del Programa. Las visitas del personal a varios países también han servido para informar al Centro sobre las diversas realidades pastorales, para que el Centro pueda responder a las necesidades de la Iglesia local y crear recursos que ayuden a todos. A través de este sitio web especializado, el Centro ofrece recursos sobre la catequesis, la enseñanza social católica, el matrimonio y la familia, el discernimiento vocacional, la colaboración en el ministerio y la evangelización. En dichas páginas puede encontrar enlaces a recursos de la Santa Sede, conferencias episcopales en Estados Unidos y América Latina, e instituciones y organizaciones académicas católicas. Del mismo modo, en el blog Ad Infinitum encontrará reflexiones sobre diferentes áreas de nuestra fe, sugerencias sobre cómo vivir la vida como apóstoles, recibir lecciones de los santos y otras herramientas que animan a estar en constante renovación espiritual. En general, el nuevo sitio contiene material diverso y atractivo en español proporcionado por organizaciones católicas y universidades. Con el tiempo, el Centro producirá recursos adicionales incluyendo webinars, videos, podcasts en colaboración con líderes de la Iglesia en América Latina, Estados Unidos y Canadá. Según el Director del Centro, padre Frank Donio, S.A.C., "Este nuevo sitio web en español forma parte del servicio continuo del Centro del Apostolado Católico a fin de satisfacer las necesidades actuales de la Iglesia en su esfuerzo por formar y enviar discípulos misioneros, como dice el Papa Francisco; o apóstoles como San Vicente Pallotti, el patrono del Centro del Apostolado, ha enseñado”.

Lun 5 Jun 2017

La fe no se puede relegar al ámbito de lo privado

“Los valores que defiende la Iglesia antes de ser cristianos son humanos. La Iglesia es custodia de los valores y es servidora de la humanidad, en esto fundamenta su participación”, ha afirmado Monseñor Elkin Fernando Álvarez, Secretario General de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), al referirse al ‘Estado laico’, término usado en distintos niveles como argumento en contra de la participación de las confesiones religiosas en asuntos de la vida social y política. El prelado, en entrevista con el departamento de comunicaciones de la CEC, precisó que “un estado laico no significa que la Iglesia o cualquier expresión religiosa sea relegada al ámbito de lo privado, al contrario la Iglesia, que ha aportado al crecimiento de la sociedad y que está organizada en estructuras visibles, debe tener garantizada su presencia en lo público”. A continuación, compartimos la entrevista completa: ¿Qué nos puede decir frente a la participación de la Iglesia en la vida política y social en un estado que se confiesa laico? Mons. Elkin Alvarez: Es un tema muy actual y que demanda claridad porque en un Estado laico tiene que haber y ser bien entendida la libertad religiosa. Yo creo que, en el contexto internacional y por la enseñanza misma de la Iglesia, se reconoce una legítima autonomía del Estado en cuanto al ordenamiento de la vida social. La laicidad del Estado exige un respeto mutuo a la autonomía de las partes. El Concilio Vaticano II, en su Constitución Pastoral Gaudium et Spes, afirma y respeta la legítima autonomía de las realidades terrenas, reconociendo que las cosas creadas y las sociedades mismas gozan de leyes y valores propios que el hombre ha de descubrir, aplicar y ordenar paulatinamente. Esto no significa negar a la comunidad cristiana, a las confesiones religiosas y a quienes las representan, el derecho legítimo de pronunciarse sobre los problemas morales y/o civiles que interpelan la conciencia de todos los ciudadanos, en particular de los legisladores y de los juristas. ¿La opinión de la Iglesia en estos temas, no es una injerencia en materias que no le competen? Mons. Elkin Alvarez: Hablar de los temas morales como lo hace la Iglesia en el panorama nacional, no es una injerencia indebida, sino una afirmación y defensa de los grandes valores que dan sentido a la vida de la persona y salvaguardan su dignidad. En todo cuanto vengo diciendo estoy citando al Papa Benedicto XVI, quien nos legó un rico Magisterio Eclesial en torno al Estado laico y a la conveniente separación entre la Iglesia y el Estado, pero también dejó bien claro que la participación de las confesiones religiosas se ha de garantizar porque es un aporte a la construcción de nuevas sociedades donde se respetan los valores de unos y otros. Quiero enfatizar este tema porque me parece que hay mucha confusión al respecto. Los valores que defiende la Iglesia antes de ser cristianos son humanos. La Iglesia es custodia de los valores y es servidora de la humanidad, en esto fundamenta su participación. Se recurre, con frecuencia, al argumento simplista de que lo expresado por la Iglesia católica o cualquier otra confesión religiosa se debe rechazar bajo la premisa de que Colombia es un estado laico. Esto no es correcto. ¿Tiene la Iglesia particular interés en algunos temas? Mons. Elkin Alvarez: Hay, en la vida nacional, unos temas que a nosotros, nos tienen que interpelar, unos valores innegociables de la Iglesia, en los cuales la reflexión del Magisterio aporta a la vida de las sociedades; temas como la defensa de la vida, la integridad de la familia, la educación y la libertad religiosa. La Iglesia Católica tiene que seguir viviendo el compromiso a nivel social. ¿Es posible una buena relación de las confesiones religiosas con el estado laico? Mons. Elkin Alvarez: Claro, de hecho es necesaria una buena relación. Es posible una sana laicidad; tenemos que hablar y poner la mira en un proyecto común de país donde todos podamos participar. Un estado laico no significa que la Iglesia o cualquier expresión religiosa sea relegada al ámbito de lo privado, al contrario la Iglesia, que ha aportado al crecimiento de la sociedad y que está organizada en estructuras visibles, debe tener garantizada su presencia en lo público. Una palabra sobre la objeción de conciencia Mons. Elkin Alvarez: Ninguna ley humana puede obligar a actuar en contra de su conciencia, particularmente en temas como la defensa de la vida, el aborto y la eutanasia. Los organismos del Estado deben respetar y garantizar la objeción de conciencia, tanto personal como institucional frente a estos aspectos. La Constitución Política de Colombia es clara al señalar, en su artículo 18 "Se garantiza la libertad de conciencia. Nadie será molestado por razón de sus convicciones o creencias ni compelido a revelarlas ni obligado a actuar contra su conciencia". Yo invitaría a los laicos a participar de manera efectiva en el ordenamiento social de la sociedad desde sus propias convicciones. Los pastores de la Iglesia tenemos una tarea, pero los laicos tienen su función en el ordenamiento del orden temporal, es ahí donde necesitamos personas convencidas de su fe católica, que actúen en la economía, en la política, en los diversos estamentos de la sociedad. Bibliografía: Benedicto XVI. Discurso al 56º Congreso de la Unión de Juristas católicos italianos. 9 de diciembre de 2006.

Lun 5 Jun 2017

Año Jubilar de Fátima – Las indulgencias

Por: Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - Dice el Catecismo de la Iglesia Católica que “la indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia (…) Todo fiel puede lucrar para sí mismo o aplicar por los difuntos, a manera de sufragio, las indulgencias” (n. 1471). Este es el nuevo regalo que el Papa Francisco ha hecho a la Iglesia con ocasión del centenario de las apariciones de la Virgen en Fátima. El Papa autorizó que no solo se beneficiaran de este don los peregrinos que asistieran al Santuario de Fátima, sino también “los fieles piadosos que visiten con devoción una imagen de Nuestra Señora de Fátima expuesta solemnemente a la veneración pública en cualquier templo, oratorio o lugar adecuado, en los días del aniversario de las apariciones (día 13 de cada mes desde mayo a octubre de 2017), y ahí participen devotamente en alguna celebración u oración en honor a la Virgen María, recen la oración del Padre nuestro, reciten el símbolo de la fe (Credo) e invoquen a Nuestra Señora de Fátima”. Pero ¿para qué sirven las indulgencias? Un ejemplo ayuda a entender: cuando una persona sufre una cortada, los médicos curan la herida pero queda la cicatriz. Luego existen medicamentos o intervenciones estéticas, que buscan limpiar la cicatriz. Así, cuando una persona comete un pecado, Dios, a través del sacerdote, le perdona el pecado, pero queda la cicatriz por las consecuencias lógicas del pecado cometido. La indulgencia pretende limpiar la cicatriz, por la autoridad que el Señor le confirió, siempre que el fiel cumpa los requisitos que la Iglesia considera necesarios: “Para obtener la indulgencia plenaria, los fieles, verdaderamente penitentes y animados de caridad, deben cumplir ritualmente las siguientes condiciones: confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Santo Padre”. Durante el año santo de la misericordia, fueron muchas las ocasiones en que se pudieron ganar las indulgencias, ahora, con motivo de la aparición de la Virgen en Fátima, se tendrá la posibilidad de beneficiarse de ese don. Que los corazones y las voluntades de muchos, estén dispuestos a vivir plenamente la alegría de sentirse amados por Dios, salvados por Cristo, y reconocidos como hijos por la Virgen Madre. +Luis Fernando Rodríguez Velásquez Obispo Auxiliar

Lun 22 Mayo 2017

¿Familia?

Por: Mons. Ricardo Tobón Restrepo – Las Naciones Unidas aprobaron en 1993 que el 15 de mayo de cada año se celebrara el Día Internacional de la Familia. La finalidad de esta decisión era crear una mayor conciencia sobre las cuestiones relacionadas con la familia e invitar a las naciones a hacer frente, mediante la aplicación de diversas medidas e iniciativas, a los problemas y desafíos que vive esta institución fundamental de la sociedad. Era un reconocimiento a la familia como unidad básica para la educación, la construcción de la sociedad y el desarrollo integral y sostenible de los pueblos. Infortunadamente, en los últimos años la familia se ha visto amenazada. En primer lugar, por un estilo de vida marcado por el materialismo, el hedonismo y el erotismo que le está robando la identidad, la paz y la armonía; por eso, disminuyen los matrimonios, no hay interés en la procreación, se han vuelto frecuentes la infidelidad y los divorcios, se han multiplicado los delitos sexuales y los abortos. Por otra parte, arrecian los ataques ideológicos contra la familia; para favorecer diversos intereses se pretende desvirtuar el género natural masculino y femenino y substituirlo por una opción individual y subjetiva. Se quiere poner en la sombra la familia natural y hacer entrar “nuevas formas” de familia con todos los derechos y todos los reconocimientos sociales. En ese contexto, podemos situar la reciente propuesta de convocar un referendo para impedir que se apruebe la adopción por parte de parejas homosexuales. Es clara la buena intención de la propuesta; pero, implícitamente puede aceptar graves errores: conceder que la adopción es un derecho de las parejas y no de los niños, ideologizar el enfrentamiento entre mayorías y minorías, autorizar que la verdad y los principios esenciales se deciden por votación. La Iglesia Católica ha sido siempre la gran defensora de la familia y hoy, sin irrespetar los derechos de ninguno en particular, continúa proponiendo la grandeza, la importancia y la belleza de la familia natural, basada en el matrimonio, como comunión de vida y amor fiel e indisoluble entre el varón y la mujer, abierta a la fecundidad. La Iglesia sabe que destruir la familia, uno de los valores más importantes de la humanidad, pone en peligro la maduración y felicidad de cada persona, la educación y formación de la sociedad, la estabilidad y la misma supervivencia del género humano. Por eso, renuevo el llamado a todos los evangelizadores a presentar la naturaleza y la misión de la familia como aparece en el proyecto de Dios, invito a todos los dirigentes y especialmente a los católicos que tienen posiciones desde donde se define la vida social a defender la familia en el campo cultural y político al menos en los términos que es reconocida por la Constitución Política de Colombia; invito a todos los fieles católicos a amar sus familias y a dedicarse con fe y con empeño a construirlas cada día conscientes de que son el mejor e indispensable ambiente para la plena realización humana. En esta hora en la que los conceptos se han vuelto confusos, la ideología de género hace diversas metástasis, los derechos y necesidades fundamentales de las familias son ignorados y hasta contravenidos por leyes, la realidad del matrimonio y la sexualidad no se afrontan con paz y naturalidad, la esquizofrenia social atropella a las mayorías para defender a las minorías olvidando incluso que la primera minoría es la familia, los católicos no podemos dejarle la suerte de la familia a las pasiones, a la sociedad de consumo, al resentimiento de ciertos grupos y a visiones recortadas de la persona y de la vida. No olvidemos que entre la descomposición social y la descomposición de la familia hay un círculo vicioso. + Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín