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iglesia colombiana

Mié 2 Ago 2023

Obispo de Tumaco pidió a jóvenes colombianos presentes en la JMJ ser mensajeros de la vida

Con espíritu entusiasta y alegre, este miércoles 2 de agosto, en el Santuario San Antonio de Padua de Lisboa (Portugal), la delegación de Colombia en la Jornada Mundial de la Juventud 2023, compuesta por cerca de 3.700 personas, vivió una Eucaristía muy especial presidida por monseñor Orlando Olave Villanoba, obispo de la Diócesis de Tumaco.A propósito de la cita bíblica elegida por el Papa Francisco como lema de esta JMJ (“María se levantó y partió sin demora” (Lc 1, 39), durante la homilía, monseñor Orlando les recordó a los jóvenes que levantarse como María no solo se refiere a la cuestión física de ponerse en pie, sino “ponerse en actitud de vida”.Dicha actitud, de acuerdo con el obispo, se refiere a ser testigos, promotores y mensajeros de la vida, especialmente en un contexto como el que vive actualmente Colombia, donde la muerte es una constante y en el que realidades como la del aborto están muy presentes. Y para construir esta cultura de la vida, afirmó el monseñor Orlando Olave, “como María, nosotros hoy tenemos en nuestras manos la gracia de Dios”.El obispo de Tumaco también invitó a los jóvenes a aprovechar esta JMJ para discernir qué espera el Señor de ellos en este momento histórico que vive el mundo, “donde ser cristiano parece ya no estar de moda”.Monseñor Olave y monseñor Germán Medina Acosta, obispo auxiliar de Bogotá, quien también presente en esta Eucaristía, son los obispos que, en representación del episcopado, acompañan a este importante grupo conformado por peregrinos, voluntarios, sacerdotes, religiosos y religiosas.Vea aquí la transmisión de la Eucaristía:

Mar 1 Ago 2023

Iglesia capacitó a 3.673 agentes pastorales en prevención de la violencia sexual

Durante la ejecución del Proyecto Iglesias Particulares Seguras y Protectoras de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), 3.673 agentes de pastoral de 34 jurisdicciones eclesiásticas del país, entre arquidiócesis, diócesis y vicariatos apostólicos, fueron capacitados en prevención de la violencia sexual contra niños, niñas, adolescentes y adultos vulnerables.La iniciativa para la cultura del cuidado al interior de la Iglesia colombiana fue implementada entre octubre de 2022 y junio de 2023 en las provincias eclesiásticas de Florencia, Villavicencio, Bucaramanga, Nueva Pamplona, Cartagena y Popayán.Durante estos espacios, a través de conferencias y talleres, se abordaron temas relacionados con: los desafíos, las Líneas Guía y las Líneas operativas para la cultura del cuidado en la Iglesia Católica colombiana, violencia sexual y entornos protectores, fundamentos canónicos, y comunicación transparente y preventiva.Gracias a estos espacios pedagógicos se logró aportar a la formación de los equipos de protección de menores conformados en estas Iglesias particulares y se brindaron pautas para la implementación o actualización de las políticas de protección de menores y de prevención de la violencia sexual. Además, se avanzó en la consolidación de la Red Colaborativa para la Cultura del Cuidado a nivel nacional, provincial y diocesano.Allí, se reunieron obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas, seminaristas y formadores, servidores de curias y de parroquias, miembros de movimientos laicales, rectores y profesores de colegios católicos y de otras instituciones eclesiales, así como comunicadores diocesanos. Según los datos recolectados, el 43 % de los participantes de las jornadas fueron mujeres y el 57% hombres; el 80% de ellos, provenía de zonas urbanas y el 20% de zonas rurales. En cuanto al rango de edad de los participantes, se pudo identificar que la mayoría está entre los 18 y los 50 años. El 62% de los participantes eran laicos, los ministros ordenados representaban el 30% y un 8 % eran miembros de Institutos de Vida Consagrada.Además, en el marco de este proceso, se elaboraron y publicaron las Líneas Guía y las Líneas operativas para la Cultura del Cuidado, cuyos textos pueden ser consultados con sus anexos AQUÍ.Este proyecto fue posible gracias al acompañamiento del Consejo Nacional de la Cultura del Cuidado, al departamento de comunicaciones y la secretaria general de la CEC, y al auspicio de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos.La CEC proyecta continuar con este proceso en una segunda etapa durante el 2024, para cubrir otras seis provincias eclesiásticas, y, de esta manera, abarcar la mayor parte del territorio nacional.Para acceder a más información puede consultar el folleto síntesis del proyecto (documento anexo), o escribir a la siguiente dirección electrónica: [email protected] el video que resume el proyecto:

Mar 1 Ago 2023

“La Iglesia necesita a los jóvenes para no envejecer”: papa Francisco

Para este mes de agosto, el Video del Papa centra su reflexión en la Jornada Mundial de la Juventud 2023 que inicia hoy martes 1 y que se extenderá hasta el próximo domingo 6. En él, se pone el acento en el llamado que hace el pontífice para que los jóvenes se pongan en camino, a toda prisa, con alegría, a dar testimonio del Evangelio.En esta oportunidad, el video con la intención de oración del Santo Padre –que se confía a toda la Iglesia Católica a través de la Red Mundial de Oración del Papa-, trae una serie de preguntas que le envían jóvenes de diferentes partes del mundo: “Cuando voy a la Iglesia de mi barrio, solo veo personas mayores. ¿La Iglesia es ahora cosa de viejos?”. Ante este interrogante, por ejemplo, la respuesta de Francisco es contundente: “Si se convierte en algo de viejos, va a morir. (…) La Iglesia necesita a los jóvenes para no envejecer”.Además, en su mensaje, el Papa comparte su sueño de “ver en Lisboa una semilla del mundo del futuro”. Se refiere a mundo en el que estén en el centro el amor (ante la guerra que vivimos) y la alegría, “porque los cristianos, si no tenemos alegría, no somos creíbles”, afirma el Santo Padre.Vea el Video del Papa:

Lun 31 Jul 2023

La primacía de la Gracia en el camino de Santidad

Por Mons. José Libardo Garcés - En el pasado editorial presentaba a María como Madre en el orden de la Gracia, título que le dio el Concilio Vaticano II al reflexionar sobre la maternidad espiritual de la Santísima Virgen María. Ella siempre en estado de Gracia pudo mantener el corazón limpio para Dios, siempre fue un santuario reservado solo a Dios, entregando su vida a la misión encomendada, colaborando de esa manera con la salvación de toda la humanidad. Este mes de Julio en el desarrollo de nuestro Plan de Evangelización estamos invitados a que caminemos juntos, con nuestros niños, jóvenes y mayores en el contexto de la semana que tenemos para animar a nuestros fieles de las distintas edades, que tendrá que ser una renovada invitación a la santidad dándole primacía al estado de gracia en el que debemos vivir todos.San Juan Pablo II en la Carta Apostólica Novo Millenio Ineunte al concluir el jubileo del año 2000 nos proponía a todos un programa de vida con unas prioridades para caminar desde Cristo, como son: La Santidad, la oración, la Eucaristía dominical, el Sacramento de la Reconciliación, la Primacía de la Gracia, la escucha de la Palabra y el anuncio de la Palabra (Cfr NMI 29), como medios de vida cristiana que nos llevan a la santidad, indicando al respecto: “No se trata de inventar un nuevo programa. El programa ya existe. Es el de siempre, recogido por el Evangelio y la Tradición viva. Se centra en definitiva en Cristo mismo, al que hay que conocer, amar e imitar, para vivir en Él la vida trinitaria y transformar con Él la historia hasta su perfeccionamiento en la Jerusalén celeste” (NMI 29).Todas las prioridades propuestas por San Juan Pablo II son muy importantes y esenciales para llegar a la Salvación, pero aquí vamos a detenernos en la primacía de la gracia, como el estado habitual en el que el Cristiano se debe mantener siempre. Hemos recibido la gracia de Dios en el bautismo que nos ha hecho sus hijos y nos ha dejado el corazón limpio. Por debilidad humana somos pecadores, pero de un cristiano se espera que no permanezca en estado de pecado por mucho tiempo, sino que de inmediato frente al pecado pueda buscar el sacramento de la Reconciliación para recuperar la gracia y volver al estado inicial de recién bautizado, para llevar a plenitud su vocación que es vivir en gracia de Dios.Cuando damos primacía a la gracia de Dios, comenzando por el estado de gracia en el que estamos llamados a permanecer y perseverar, toda la vida del Cristiano fluye como don de Dios, porque Jesucristo es el centro de la vida y por Él, que derrama permanente su gracia sobre nosotros todo fluye con mayor eficacia. San Juan Pablo II así lo expresa: “En la programación que nos espera, trabajar con mayor confianza en una pastoral que dé prioridad a la oración, personal y comunitaria, significa respetar un principio esencial de la visión cristiana de la vida: la primacía de la Gracia” (NMI 38).Cuando toda nuestra vida está proyectada desde la primacía de la gracia, reconocemos que todo depende de Dios, y de nuestra parte, a ejemplo de María nos disponemos a decir: “Hágase tu Voluntad, así en la tierra como en el cielo” (Mt 6, 10), diciendo con esto que queremos hacer y amar la voluntad de Dios, porque de Él depende todo y nosotros somos instrumentos para que la gracia de Dios dé frutos abundantes en nuestra vida y en el entorno social donde nos movemos.En la vida de la gracia y en la colaboración con Dios para llevar la gracia a otros, tenemos que evitar la tentación del protagonismo personal, atribuyendo a nuestra pequeñez, lo que le corresponde a Dios. San Juan Pablo II ya nos previene de esta tentación cuando nos enseña: “Hay una tentación que insidia siempre todo camino espiritual y la acción pastoral misma; pensar que los resultados dependen de nuestra capacidad de hacer y programar. Ciertamente Dios nos pide una colaboración real a su gracia y, por tanto, nos invita a utilizar todos los recursos de nuestra inteligencia y capacidad operativa en nuestro servicio a la causa del Reino. Pero no se ha de olvidar que sin Cristo, no podemos hacer nada (Cfr Jn 15, 5)” (NMI 38). El camino de vida espiritual y de santidad que todos estamos llamados a vivir cada día, parte del hecho de darle primacía a la gracia de Dios y es la oración y el estado de gracia en el corazón lo que nos hace vivir esta verdad. Vuelve San Juan Pablo II a ilustrarnos al respecto: “La oración nos hace vivir reconociendo la primacía de la gracia, que nos recuerda constantemente la primacía de Cristo y, en relación con Él, la primacía de la vida interior y de la santidad. Cuando no se respeta este principio los proyectos pastorales caen en el fracaso” (NMI 38).Los invito a todos a que nos esforcemos por vivir en estado de Gracia todos los días de nuestra vida, sólo así podemos cumplir con nuestra misión, dándole primacía a Jesucristo que es el centro de todo. Sostengamos la gracia de Dios en el corazón con la oración contemplativa de rodillas frente al Señor, con la Eucaristía diaria, con la escucha y el anuncio de la Palabra de Dios y en los momentos de debilidad, acudamos al sacramento de la reconciliación, que nos permita reconocer el primado de la gracia, como camino seguro de santidad. Que la Santísima Virgen María y el Glorioso Patriarca San José alcancen del Señor todas las bendiciones y gracias, que nos fortalezcan en el compromiso de vivir siempre en estado de Gracia, para que caminemos juntos, con nuestros niños y mayores, con fervor pastoral por el Reino de Dios. En unión de oraciones. Reciban mi bendición.+José Libardo Garcés MonsalveObispo de Cúcuta

Lun 31 Jul 2023

Obispos de Nariño rechazan recrudecimiento de la violencia, piden signos de paz y convocan velatón

A través de un comunicado, los obispos de Pasto, Ipiales y Tumaco, diócesis del departamento de Nariño, rechazan el recrudecimiento de la violencia que se ha venido presentado durante las últimas semanas en varias zonas de esa región.En el mensaje, monseñor Juan Carlos Cárdenas Toro, monseñor José Saúl Grisales Grisales y monseñor Orlando Olave Villanoba manifiestan su dolor por “la sangre derramada de tantas personas” y los múltiples atropellos hacia la población civil, como es el caso de los atentados contra la vida de niñas y mujeres, los desplazamientos forzados y las “restricciones en el ejercicio de sus libertades”.Al tiempo, hacen un llamado a los grupos armados para que realicen signos concretos de paz, como la liberación del subintendente Luis Alberto Gómez Olivar, comandante de la Policía en Colón-Génova, secuestrado en los últimos días en un sector conocido como las Cuchillas, ubicado entre los municipios de Florencia y Mercaderes, en el Cauca, localidades que limitan con Nariño.Velatón por la paz en todas las parroquias del departamentoEn el comunicado, los prelados invitan también a sacerdotes, religiosos y religiosas “para que en todas las comunidades se eleven oraciones pidiendo el don de la paz y el cese de toda afectación a la sana convivencia comunitaria”.Además, los obispos piden que, durante esta semana, en todas las parroquias de estos territorios del suroccidente de Colombia, se adelante una velatón y el rezo del Santo Rosario. Esto, “en sufragio por los hombres y mujeres muertos en el conflicto, de todas las orillas, por los desplazados y por la liberación de los secuestrados y desparecidos”, así lo han expresado."En comunión con los demás hermanos del Episcopado Colombiano, renovamos nuestro compromiso por la búsqueda de una Colombia reconciliada y en paz. Es una convicción que se funda en nuestra fe en Jesús, el “Príncipe de la paz” (Cf. Efesios 2,14)".

Mié 26 Jul 2023

"La guerra nos mandó un mensaje directo y quisimos responderlo con el lenguaje de la paz": Arzobispo de Popayán

Entre el 16 y el 22 de julio, más de 600 laicos y 90 sacerdotes participaron en la Semana de la Misión que recorrió nueve parroquias de la Arquidiócesis de Popayán. Una actividad que la jurisdicción realiza anualmente y que, en esta oportunidad, bajo el liderazgo de monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, se desarrolló bajo el lema “Con Jesús y con María, el Cauca tiene vida”. La misión tenía como propósito central llevar esperanza, a través del anuncio Kerigmático de amor y salvación, puerta a puerta, a comunidades urbanas y rurales del departamento. Un mensaje necesario en medio de las dificultades que vive este territorio por causa del conflicto armado, así lo indicó la arquidiócesis. Monseñor Omar Alberto explicó que se trató de una misión con una respuesta "extraordinaria" por parte de las comunidades. “Se sorprenden de ver llegar misioneros a sus veredas, los acogen, los reciben",precisó el arzobispo de Popayán y vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Colombia. En el marco de esta misión arquidiocesana, monseñor Sánchez junto a varios de sus sacerdotes, a manera de acción significativa, presidió una Eucaristía por la vida y por la pazen la Parroquia San Lorenzo del municipio de Caldono, localidad en la que el pasado 2 de julio un diácono y un laico sufrieron un grave atentado contra su vida. El arzobispo dio a conocer que fue una celebración especial llena de alegría y convicción por la defensa de la vida. “Entendimos perfectamente que la guerra nos mandó un mensaje directo y quisimos responderlo con el lenguaje de la paz, con la invitación al diálogo. Entendimos que la muerte nos mandó un mensaje porque atentó contra dos personas nuestras que milagrosamente se salvaron y por eso respondemos con la vida”, afirmó. Monseñor Sánchez Cubillos indicó también que, con esta visita, en la que también se realizó una marcha por la vida por las principales calles de este municipio, pudieron “profesar la fe de una religión que se construye a partir del perdón y la reconciliación con las palabras del mismo Jesús en la Cruz: “Perdónalos porque no saben lo que hacen””. Para el arzobispo de Popayán este tipo de acciones permiten repotenciar de manera efectiva la misión en esa Iglesia particular. "Iremos construyendo, cada vez más, estructura misionera, más vocación de enfoque misionero y, por supuesto, una renovación de nuestras comunidades de fe", precisó.

Mar 25 Jul 2023

“Nosotros no somos negociadores”: Mons. Henao sobre el rol de la Iglesia en los diálogos con el ELN

Por muchos años, durante los cerca de setenta que tiene de persistencia el conflicto armado en el país, la Iglesia Católica colombiana ha venido promoviendo, a través de diferentes jurisdicciones, comisiones, instituciones y actores, condiciones que favorezcan la búsqueda de la reconciliación y la paz, con un enfoque central: el humanitario. Bajo dicha óptica, la Iglesia colombiana ha participado en diversos procesos de mediación para la liberación de secuestrados por parte de actores armados ilegales; además ha visibilizado situaciones de abandono y sufrimiento en las comunidades, especialmente aquellas que están en ubicadas en las periferias; también ha ambientado la búsqueda de salidas negociadas a este conflicto. En la actualidad, además de las acciones que desarrollan directamente los obispos, sacerdotes, comunidades religiosas y laicos de diferentes jurisdicciones eclesiásticas del país donde esta dolorosa realidad golpea de frente a sus territorios, la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) tiene tres áreas que se encargan directamente de animar esta misión desde el ámbito nacional: el Secretariado Nacional de Pastoral Social – Cáritas Colombiana, la Comisión de Conciliación Nacional y la Oficina para las Relaciones Iglesia-Estado. Del liderazgo de la última de esas dependencias está a cargo monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, quien, además, desde diciembre del 2022, junto a monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, arzobispo de Popayán y vicepresidente da la CEC y a monseñor Darío Monsalve Mejía, arzobispo emérito de Cali, fue designado por la presidencia del episcopado para acompañar la mesa de negociaciones entre el Gobierno Nacional y la guerrilla del ELN. Ante la dolorosa pérdida de múltiples vidas humanas, el complejo contexto social y humanitario que persiste en diversas regiones de Colombia por cuenta de problemáticas asociadas al conflicto armado y la búsqueda de soluciones que permitan ir poniéndole fin a los hasta hoy incesantes ciclos de violencia que se han presentado, a través de una declaración, monseñor Henao puntualiza los principios fundamentales que direccionan la tarea de la Iglesia y la materialización de estos, en procesos como el que se lleva a cabo con el ELN. A continuación, damos a conocer los aspectos más relevantes del mensaje: ¿Cuáles son los principios de esta misión que adelanta la Iglesia Católica? “En primer lugar, actuar dentro de la doctrina de paz propia de la Iglesia, fundamentada en Jesucristo, Príncipe de la Paz, fundamentada en el hecho de que Jesucristo es la verdadera fuente de la paz, pero que los seres humanos tenemos que buscar incesantemente entre nosotros también llegar a acuerdos, construir soluciones. En segundo lugar, la perspectiva propiamente pastoral. Es decir, la Iglesia lo hace bajo la óptica pastoral. Esto significa que lo hace bajo la óptica del pastor, que, viendo sus ovejas heridas, viendo sus ovejas afectadas, viéndolas perseguidas, viéndolas huyendo, hace todo lo posible por asegurarles un clima de vida estable y un clima de vida que les permita desarrollarse plenamente. Y para ello el pastor sale al encuentro y sale también a las situaciones difíciles, a las situaciones de confrontación y busca soluciones a través de la palabra, del diálogo; a través de llevar un mensaje que es el de Jesucristo, Príncipe de la Paz. En esa perspectiva la Iglesia actúa, no actúa solamente como un ente que viene con unas ideas políticas o humanitarias solamente, o solamente con ideas de hacer bien, pero sin un horizonte claro no, lo hace bajo la perspectiva de la fe puesta en Jesucristo, de la fuerza del Espíritu Santo que nos mueve, del llamado de Dios para el Padre, que nos dice que somos una sola familia y que tenemos siempre que estarnos reconstruyendo en esa capacidad, así como se ha hecho desde toda la historia. Y eso nos lo marca el libro del Génesis cuando nos habla de Caín y Abel, y esa larga historia de divisiones y sufrimientos entre los pueblos”. ¿Qué significa la presencia de Iglesia en la mesa de negociaciones con el ELN? “Una presencia que es de acompañantes permanentes. Nosotros no somos negociadores, la Iglesia no está allí a título de ser parte de la negociación como parte de los dos equipos que tienen que tomar las decisiones, es parte, pero como acompañante. Acompañante quiere decir que es testigo de excepción. Acompañante quiere decir que recibe los acuerdos y que está atenta a que todo se haga en bien de la comunidad, que está atenta a que se avance en sobre la base del bien común, del bien de toda la sociedad colombiana (...) Una presencia de la Iglesia que busca que se avance en los diálogos bajo la perspectiva de lograr soluciones en favor de las víctimas y de las comunidades que más han sufrido y que son más vulnerables”. ¿Cuál es el rol de la Iglesia en el cese al fuego y la participación para la paz que se ha previsto en esta negociación? “Se le ha pedido a la Iglesia, allí, junto a Naciones Unidas, hacer parte del mecanismo de monitoreo y verificación. Son dos palabras claves, porque monitoreo es acompañar, es hacer presencia, es hacer dinámicas pedagógicas, es establecer puentes entre las partes que están metidas en el conflicto. La Iglesia hace parte del monitoreo, la Iglesia en sus diócesis no califica los hechos, no establece juicios, la Iglesia lo que hace con su misión pastoral hacer el vínculo con las comunidades para que puedan expresarse (…) Habrá sacerdotes que prestarán ese servicio de escuchar, de animar, de acompañar, de evitar, de prevenir que haya más violencias y de prevenir que el cese al fuego se rompa. Este es un cese al fuego que comienza bajo una perspectiva muy clara, que es la de evitar acciones agresivas, ofensivas, entre el Ejército de Liberación Nacional y las Fuerzas militares del país. No es todo el conjunto que quisiéramos, por eso se ha dicho que este cese al fuego será progresivo. Tendrá que irse ampliando hasta cobijar nuevos aspectos que le permitan al cese del fuego ya responder a otros clamores, otras urgencias, otras afectaciones de las comunidades, indudablemente dolorosas y graves, pero se comienza con una y un paso importante para proteger vidas humanas. Luego, estamos ante otro punto muy importante que se llama participación para la paz, es un eje muy importante en la negociación con el ELN. Tiene ahora una primera fase, que es el diseño de la participación. Es decir, se va a comenzar a discutir entre distintos sectores sociales, se ha escogido 30 sectores sociales con unas organizaciones, son 80 personas que representan esos sectores. Van a comenzar a discutir qué tipo de participación tiene en la sociedad tener en función de las transformaciones, de los cambios que van a resultar de esa negociación (...) Queremos lograr que se establezca un clima de reconciliación y de paz en el país. Esos van a requerir presencia de las diócesis y de sacerdotes, de mucha gente, de comunidades. Ojalá que sigamos con mucho interés este este proceso y miremos porque finalmente las decisiones que se tomen van a impactar en el futuro de la sociedad colombiana”. ¿Qué otros procesos de diálogo o negociación acompaña actualmente la Iglesia? “En Buenaventura se acaba de iniciar el proceso de negociación con los grupos armados que hay allí y que han estado confrontados: Los Chotas y Los Espartanos. En Medellín también se está haciendo un esfuerzo. Se habla de otras negociaciones con los que se llaman disidencias. En fin, hay varias negociaciones en marcha y en la medida en que la Iglesia sea invitada, se analizará y, pastoralmente, se tomarán las decisiones del caso, siempre bajo esa perspectiva, bajo la doctrina de paz propia de la Iglesia, animados y acompañados por lo que son los principios pastorales". Al cierre de su mensaje, monseñor Héctor Fabio Henao también se refirió al documento ‘Hacia una pastoral para la reconciliación y la paz’, publicación de la Conferencia Episcopal de Colombia que sintetiza los contenidos esenciales sobre el pensamiento y actuar de la Iglesia frente a la construcción de la paz y la vivencia de la reconciliación en el contexto nacional. “Ojalá lo estudiemos y lo conozcamos muy a fondo, tiene grandes principios. Y luego, todo lo que es el compromiso humanitario de la Iglesia en nuestro país, hacer la sociedad reconciliemos en la cual se cumpla plenamente el mandato del Señor”, precisó el delegado de la CEC. DECLARACIONES DE MONSEÑOR HÉCTOR FABIO HENAO GAVIRIA: DESCARGUE EL DOCUMENTO HACIA UNA PASTORAL PARA LA RECONCILIACIÓN Y LA PAZ AQUÍ

Vie 21 Jul 2023

El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo

DÉCIMO SEXTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO 23 de julio de 2023 Primera lectura: Sabiduría 12,13.16-19 Salmo: 86(85),5-6.9-10.15-16a (R. 5a) Segunda lectura: Romanos 8,26-27 Evangelio: Mateo 13,24-43 Orientaciones para la Predicación Introducción San Juan nos define a Dios como amor; San Pablo, en su gran himno a la caridad nos ofrece la paciencia como una de sus características. En Dios brilla de manera refulgente esta característica de quien ama, tal como aparece en el texto del libro de la Sabiduría que hoy escuchamos, al igual que en el salmo y en el Evangelio. Su paciencia es muy grande, pero no destruye la justicia, según se afirma en la parábola de la cizaña en el campo; habrá un tiempo en que será separada del trigo y quemada. Lo anterior es un llamado a la responsabilidad, a fin de permitirle a Dios que trabaje en nuestro corazón y que su semilla produzca abundantes frutos de paciencia, comprensión, bondad, amabilidad, etc. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? La Palabra de Dios de este domingo nos descubre una faceta muy hermosa y consoladora: la paciencia divina es muy grande. Y esto estimula una profunda esperanza y confianza. La debilidad que a diario experimentamos es grande, pero la bondad y misericordia divinas expresadas en su espera paciente son inmensamente mayores. No desesperemos de nosotros y de quienes amamos y deseamos su conversión. Lo anterior nos podría llevar a la pregunta: ¿Entonces Dios hace caso omiso del mal y de quién lo obra? ¿Todo terminará en una misericordia que no conoce límite y Dios se tapará la cara para no ver el mal y darle la bienaventuranza a quien obra la iniquidad? La parábola de la cizaña esclarece de manera muy nítida este interrogante: hay justicia, llegará el momento de la verdad; no será igual haber obrado la iniquidad que haberse esforzado por caminar en la verdad y el amor. Llegará un momento en el cual serán separados el trigo y la cizaña; y la suerte será distinta: el trigo será almacenado en el granero, mientras que la cizaña será atada en gavillas y quemada. Confianza y responsabilidad; estas son las dos actitudes que nos deben caracterizar como cristianos. Dios es muy bueno; su bondad inmensa se expresa en una gran paciencia; esta certeza impide la desesperanza que podría venir a nuestro corazón al experimentar nuestra profunda fragilidad: cuántos propósitos que no logramos cumplir, cuántos esfuerzos por superar un vicio o defecto y las pocas victorias que no pocas veces constatamos, cuántas tentaciones y caídas… La paciencia de Dios es la oportunidad para el cambio, para la conversión, para emprender un camino de regreso a la casa paterna y para responder con amor al gran Amor que nos ha salvado y espera a diario nuestro regreso a casa. Ahora bien, si decidimos vivir en contra del Amor, a espaldas de Dios, obstinados en el mal camino, entonces el mismo mal elegido nos destruirá, pues como dice San Pablo, el pecado paga con muerte. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Soy obra preciosa a los ojos de Dios, soy hechura suya; Él me ha pensado desde toda la eternidad y me ha amado, por esto me ha creado, me ha hecho existir. Quien ama espera el amor de su amado. Dios espera nuestra apertura y nuestra correspondencia a su bondad; siempre nos espera; paciente y repetidamente llama a la puerta de nuestro corazón; solamente desea nuestro bien y nuestra felicidad. ¿Hasta cuándo tendrá que esperarnos? Dice el Apocalipsis: “Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguien; si alguien escucha mi voz y me abre la puerta entraré en su casa y cenaré él y él conmigo” (3,19-20). No retardemos más nuestra respuesta, pues la vida es pasajera y llegará un momento en que deberemos presentarnos ante el Dios bueno y misericordioso, pero también justo y verdadero. Somos llamados a encarnar esta paciencia divina para con los demás. Nadie es insalvable. Todos podemos cambiar. No consideremos perdido definitivamente a nadie. Como el Padre misericordioso en la parábola del Hijo pródigo, esperemos la reacción y el cambio de los demás; mientras tanto, ejercitémonos en la espera paciente y en la caridad activa manifestada en un trato bondadoso y amable, en soportar animosamente todas las molestias que los demás nos puedan ocasionar y en hacerles el mayor bien posible. 3.Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Señor, Tú que nos has amado de tantas maneras y solamente deseas nuestro bien y nuestra felicidad: haz que no retardemos más nuestra decisión de corresponderte; danos un corazón decidido y firme para luchar contra aquello que nos impide abrirte completamente nuestro corazón; que no te sigamos crucificando más; antes, por el contrario, que nuestra vida pueda ser en adelante una alabanza permanente a tu gloria y un rendido homenaje de sumisión amorosa, sabiendo que en seguirte y obedecerte está nuestro mayor bien. Señor, Tú que fuiste manso y humilde de corazón, danos la gracia de tener tus mismos sentimientos de paciencia y bondad frente a las limitaciones y defectos de los demás, esperando su conversión y superación. Todos somos frágiles y necesitados de misericordia y compasión. Ayúdanos a vivirla con los demás para que, así, podamos gozar de tu benevolencia, según nos los dices en el Evangelio: la medida que uséis la usarán con vosotros. ______________________ Recomendaciones prácticas: Jornada mundial de los abuelos y de los mayores. La lectura del contenido de la homilía y de sus partes textuales del Papa Francisco en su Misa matutina en la Capilla de la Domus Sanctae Marthae, tenida el lunes 12 de febrero de 2018. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa La Eucaristía es el encuentro con el Dios bueno, clemente y que espera con paciencia nuestra conversión. Vivamos esta fiesta con espíritu de fe y devoción, dispuestos a dejarnos moldear y plasmar por sus mismos sentimientos, para que nuestra vida sea una prolongación de su amor y misericordia. Monición a la Liturgia de la Palabra El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad para que la Palabra de Dios penetre en la tierra de nuestro corazón, lo permee de sus mismos sentimientos y sea el principio de acciones de misericordia y bondad para con los demás. Escuchemos con fe y atención. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Confiemos nuestras súplicas a nuestro buen Padre paciente y rico en misericordia y, llenos de confianza, digámosle: R. Padre bueno, escúchanos. 1. Por la santa Iglesia esparcida por todo el orbe de la tierra, para que la proteja de las asechanzas del maligno y la purifique en sus miembros. 2. Por todos los que sufren, para que, mirando al Dios misericordioso y paciente, encuentren la fuerza para unir sus padecimientos a los de Cristo y, así, contribuyan a la salvación de la humanidad. 3. Por los abuelos y los mayores, para que en sus familias encuentren el rostro amoroso de Cristo, que los consuela y conforta en sus sufrimientos. 4. Por todos los que se llaman cristianos, para que comprendan que Dios quiere la salvación de todas las personas y, de este modo, se esfuercen por mirar con misericordia y compasión a los más alejados y descarriados. 5.Por todos nosotros, para que tengamos un corazón paciente y misericordioso para con aquellos que viven a nuestro lado. Oración conclusiva Recibe, Padre santo, estas súplicas que te hemos dirigido y concédenos cuanto te hemos pedido con fe y humildad, por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.