Pasar al contenido principal

Mensaje de error

Deprecated function: strip_tags(): Passing null to parameter #1 ($string) of type string is deprecated in tailcecev_preprocess_views_view__taxonomy_term() (line 426 of themes/custom/tailcecev/tailcecev.theme).
tailcecev_preprocess_views_view__taxonomy_term(Array, 'views_view__taxonomy_term', Array)
call_user_func_array('tailcecev_preprocess_views_view__taxonomy_term', Array) (Line: 287)
Drupal\Core\Theme\ThemeManager->render('views_view__taxonomy_term', Array) (Line: 433)
Drupal\Core\Render\Renderer->doRender(Array) (Line: 446)
Drupal\Core\Render\Renderer->doRender(Array, ) (Line: 204)
Drupal\Core\Render\Renderer->render(Array, ) (Line: 242)
Drupal\Core\Render\MainContent\HtmlRenderer->Drupal\Core\Render\MainContent\{closure}() (Line: 580)
Drupal\Core\Render\Renderer->executeInRenderContext(Object, Object) (Line: 243)
Drupal\Core\Render\MainContent\HtmlRenderer->prepare(Array, Object, Object) (Line: 132)
Drupal\Core\Render\MainContent\HtmlRenderer->renderResponse(Array, Object, Object) (Line: 90)
Drupal\Core\EventSubscriber\MainContentViewSubscriber->onViewRenderArray(Object, 'kernel.view', Object)
call_user_func(Array, Object, 'kernel.view', Object) (Line: 142)
Drupal\Component\EventDispatcher\ContainerAwareEventDispatcher->dispatch(Object, 'kernel.view') (Line: 174)
Symfony\Component\HttpKernel\HttpKernel->handleRaw(Object, 1) (Line: 81)
Symfony\Component\HttpKernel\HttpKernel->handle(Object, 1, 1) (Line: 58)
Drupal\Core\StackMiddleware\Session->handle(Object, 1, 1) (Line: 48)
Drupal\Core\StackMiddleware\KernelPreHandle->handle(Object, 1, 1) (Line: 191)
Drupal\page_cache\StackMiddleware\PageCache->fetch(Object, 1, 1) (Line: 128)
Drupal\page_cache\StackMiddleware\PageCache->lookup(Object, 1, 1) (Line: 82)
Drupal\page_cache\StackMiddleware\PageCache->handle(Object, 1, 1) (Line: 48)
Drupal\Core\StackMiddleware\ReverseProxyMiddleware->handle(Object, 1, 1) (Line: 51)
Drupal\Core\StackMiddleware\NegotiationMiddleware->handle(Object, 1, 1) (Line: 23)
Stack\StackedHttpKernel->handle(Object, 1, 1) (Line: 718)
Drupal\Core\DrupalKernel->handle(Object) (Line: 19)

cali

Mar 27 Mar 2018

Pascua: salir del matadero.

Por: Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía - Estamos dejando volver un “matadero” a nuestra amada ciudad de Cali. De lejos, pasa de 50 asesinatos por cada 100 mil habitantes, mientras que Bogotá registra menos de 14. Fines de semana con cifras de 18 o más asesinatos, como el del pasado puente de marzo, ponen a Cali como la primera entre las ciudades violentas de Colombia y la segunda en el Continente. La cadena de homicidios sistemáticos es la más grave degradación de nuestra relación y convivencia, sin una reacción de la razón colectiva, ante la bofetada que es para todos cada muerto o muerta, porque, en muchos de los casos, las víctimas son mujeres. Calificar el hecho del asesinato de una u otra manera, o dar explicaciones que son ya lugares comunes, es mantener el esquema de “dejar pasar”, “dejar hacer”, que se replicará una y otra vez, de manera infinita, sin que se conozca la verdad del hecho, de los responsables, de los cómplices, de los móviles y causas, de los investigadores que se hacen cargo, de la garantía de información sobre el proceso, limitada en el tiempo, sobre los casos. Investigar, actuar, crear mecanismos de justicia apropiados y eficaces para asumir estos casos, prevenir al máximo la reproducción o continuación de la conducta violenta, sería lo primero, junto al tratamiento de situaciones o “caldos de cultivo” de la misma, con acción conjunta de Estado, Sociedad y población vulnerable, víctimas y victimarios potenciales. Todo esto, ciertamente, reclama una transformación del sistema de justicia y verdad, de prevención y rehabilitación, de cárceles y post-penados. El Estado no puede mantener conceptos clasistas y elitistas de “seguridad privada” y de protección oficial; mucho menos generar falsas modalidades de alianza entre fuerza y justicia estatal con la población civil, involucrándola mediante el falso concepto de derecho a la auto-defensa: civiles armados, organizaciones para-militares, redes de informantes. O también, en el peor de los casos, la corrupción de personal al servicio del Estado, de autoridad civil, judicial, policial o militar, comprometidos con delincuentes, en suministro de armas, en acciones delictivas, en ejecuciones sumarias. Esto es lo más grave que puede ocurrirnos a quienes tenemos el servicio del bien, de la dignidad humana, o de la autoridad oficial: el abuso de la potestad para hacer el mal. Dolorosamente, esta quiebra moral de las instituciones, incluida la misma Iglesia en otros casos, es parte de la grave crisis y degradación de nuestra sociedad. Todos tenemos mucho que ver con esta degradación y, muchísimo más qué hacer para aportar a un cambio, hacia una restauración de la persona humana, del tejido social, de la vida civilizada y pacífica, de un reordenamiento ético, espiritual y legal. Pero, sin duda alguna, tenemos que dar un paso colectivo, de voluntad popular y política estatal, que le garantice a Colombia salir del matadero en el que vivimos aún. Mucho se ha logrado con los pasos de estos años, hacia una salida concertada de la confrontación subversiva, aún en difícil curso, y ahora, con la normativa que se lleva al legislativo, con carácter de urgencia, para un posible desmonte de las BACRIMs y las disidencias subversivas, mediante un sometimiento o acogimiento a la justicia, con garantías y estímulos. Este cuadro hacia un desarme social y una ocupación legal del Estado en los territorios urbanos y rurales, no dejándolos más a merced de los armados ilegales, será fundamental. El primer paso que debemos dar todos es la decisión y la elección política de salir del matadero, sacar a Colombia del matadero. Valga decirlo en esta época de elecciones: no podemos permitirnos seguir siendo una sociedad fracasada por el monstruo de las violencias. Fin a los asesinatos y violencias. Fin a la economía ilegal y criminal. Fin a la corrupción. Protección al trabajo y autoabastecimiento. Fortaleza a la justicia con verdad, a la educación con principios, a la familia y a la vida por nacer, a la salud y muerte natural, a la ciudadanía democrática. Son, entre otros, postulados de fondo para garantizar la convivencia pacífica y evitar la catástrofe y el colapso social. Postulados a tener en cuenta a la hora de dar el voto, sin miedos ni coacciones, por la opción más identificada con un inmediato futuro pacífico, digno, laborioso y próspero, de un país como el nuestro, con enormes posibilidades de serlo. La Pascua, que se inicia con el mes de abril 2018, nos convoca a mirar juntos la Cruz sin el Crucificado, y la tumba vacía sin el cadáver asesinado. Salir del Calvario y del sepulcro, deshacer todo el entramado y la urdimbre de mentiras, abusos, torturas, dignidad pisoteada, corrupción del poder y abuso del débil, que recordamos cada año en La Pasión y Muerte de Cristo, esa es la Pascua. Que en este año 2018 la asumamos como empeño de todos para salir y sacar a Cali y a Colombia del matadero. Que retomemos la propuesta y campaña Arquidiocesana de LUCHA: ¡Luchemos Unidos Contra el Homicidio y las Armas! Que hagamos del 2 de mayo, aniversario de la masacre de Bojayá, el Día Nacional del Perdón y la memoria nacional del Cristo Negro de Bojayá, con la oración que le compuso el Papa Francisco y que todos debemos memorizar: “Oh Cristo Negro de Bojayá, que nos recuerdas tu pasión y muerte; junto con tus brazos y pies, te han arrancado a tus hijos, que buscaron refugio en ti. Oh Cristo Negro de Bojayá, que nos miras con ternura y en tu rostro hay serenidad: palpita también tu corazón para acogernos en tu amor. Oh Cristo Negro de Bojayá, haz que nos comprometamos a restaurar tu cuerpo: Que seamos tus pies para salir al encuentro del hermano necesitado; tus brazos para abrazar al que ha perdido su dignidad; tus manos para bendecir y consolar al que llora en soledad. Haz que seamos testigos de tu amor y de tu infinita misericordia. Amén.” + Darío de Jesús Monsalve Mejía Arzobispo de Cali

Lun 19 Dic 2016

Iglesia de Cali pide a instigadores de la violencia que desarmen sus espíritus

Representantes de la Iglesia Católica en Cali expresaron su rechazo a las amenazas que recibió monseñor Darío de Jesús Monsalve Mejía este fin de semana y piden a los “instigadores de la violencia” que “desarmen sus espíritus”. “El arzobispo emérito de Cali, los obispos auxiliares, los miembros del Consejo de Gobierno, el Presbiterio y demás integrantes de la Arquidiócesis de Cali, expresamos nuestra solidaridad y aseguramos nuestra oración y acompañamiento a monseñor Darío de Jesús Monsalve Mejía, Arzobispo de Cali, por las amenazas contra su vida de las cuales ha sido recientemente objeto”, afirma el comunicado emitido el lunes 19 de diciembre. En el mismo comunicado se recuerda que la misión de un pastor “es dar continuidad a la actividad de los profetas, y con la valentía propia de los que han puesto su confianza en Dios, anunciar y denunciar todo aquello que se oponga a los designios divinos”. Haciendo eco del mensaje de la próxima Jornada Mundial de la Paz, se subraya que la labor de la Iglesia es la de “desarrollar estrategias no violentas para la promoción de la paz”, por ello la labor del arzobispo de Cali ha estado en esta tónica. La tarea de monseñor Monsalve Mejía ha sido la de “establecer puentes y buscar caminos de solución a los conflictos para llegar a la paz soñada”. Finalmente, la arquidiócesis de Cali, invita para que en el marco de la Navidad se renueve el respeto a la vida y se acoja el mensaje de reconciliación y paz. DESCARGA COMUNICADO

Mar 11 Oct 2016

Comisión de obispos estará en la fase pública de diálogos con ELN

Ante el anuncio hecho por parte del Gobierno Nacional para hacer público el inicio de diálogo con el grupo guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN), el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Luis Augusto Castro Quiroga, dijo que una delegación de cinco obispos estará como apoyo acompañando esta fase. “La Iglesia estará presente en la fase pública de conversaciones con una comisión de cinco obispos de los territorios más golpeados por esa guerrilla, dentro de los que se encuentran el Arzobispo de Cali, el Obispo de Arauca, Chocó y Tibú, dentro de otros", indicó el prelado en diálogo con la cadena radial Caracol. Monseñor Castro Quiroga advirtió que "La Iglesia actuará como elemento de apoyo más no como delegada o mediadora, respondiendo a la solicitud del ELN y avalada por el presidente Juan Manuel Santos”. El prelado indicó que en el proceso de paz con esta guerrilla se deberá proceder con "inteligencia, sensatez y con celeridad en puntos concretos del acuerdo". El próximo jueves 27 de octubre inicia la fase pública del proceso de paz entre el Gobierno Nacional y la guerrilla del ELN, anunciaron este lunes los delegados de ambas partes en la Casa Amarilla de Caracas, Venezuela.

Vie 16 Sep 2016

Los 80 años de la Universidad Pontificia Bolivariana

Por: Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - Llegar a los 80 años de existencia, en el caso de una institución educativa, es la expresión de su madurez y de su compromiso con un proyecto orientado a la formación de las personas y al desarrollo de una sociedad que sea capaz de vivir en paz. La Arquidiócesis de Medellín, y con ella la Iglesia colombiana, se siente alegre por los 80 años de servicio educativo y evangelizador de la Universidad Pontificia Bolivariana, nacida el 15 de septiembre de 1936 en Medellín, y ahora presente en Bucaramanga, Montería, Palmira, Marinilla, Puerto Asís, Toribío, Bogotá y otras regiones en donde sus egresados, contados por miles, se destacan por la forma como ponen en práctica los principios y valores académicos, profesionales, cristianos y universitarios que recibieron en la UPB o en la Bolivariana, como se le conoce en Antioquia, o en la Pontificia, como se le conoce en el oriente colombiano. Pocos, como en mi caso, pueden dar testimonio de la historia de la UPB. Ingresé en 1966 a la primaria para concluir en 1977 el bachillerato. Luego hice en ella los estudios de filosofía, teología y licenciatura en educación religiosa, para ser llamado, en mi calidad de presbítero, a ejercer el ministerio sacerdotal como capellán y docente, y ser elegido, finalmente, Rector General, servicio que presté durante los 9 años que establecen los Estatutos generales. Es decir, "bolivariano de pura cepa". Esto me permite alegrarme, como tantos otros, por el crecimiento y progreso maduro, sereno y pertinente de la UPB, con capacidad de adaptación a los tiempos y retos internos y externos, comprometida con la calidad y la excelencia, hasta ser reconocida como unas las mejores universidades del país. ¿Cómo se ha logrado todo esto? Primero, por la fidelidad a la misión encomendada por la Iglesia de formar integralmente las generaciones de jóvenes que frecuentan sus aulas. Segundo, por la confianza en Dios. No es providencialista, pero sabe que el Señor la acompaña. ¡Cuántos momentos difíciles ha tenido que sortear a lo largo de los 80 años!, cuando se pensaba que todo estaba perdido, una solución aparecía y sigue apareciendo. Tercero, por su pertinencia. Los programas y los currículos se revisan constantemente para hacerlos capaces de formar profesionales idóneos. Hoy por hoy la UPB cuenta con más de 33.000 alumnos en las distintas sedes y el colegio. Son innumerables las empresas creadas y/o lideradas en todo el territorio colombiano por egresados de la UPB, que se destacan en su inmensa mayoría por su formación ética, cristiana y ciudadana. Y, finalmente, por la centralidad de la persona, sin distingo alguno de clase social, abierta a todos. El hecho de ser universidad privada, que no cuenta con recursos directos del Estado, donde se paga una matrícula significativa, no ha sido obstáculo para que numerosos estudiantes de todos los estratos sociales, en especial 1, 2 y 3, accedan a una formación de calidad. Cuando se cumplen los primeros 80 años de la UPB, sus egresados y quienes la conocemos desde dentro, nos sentimos orgullosos y damos gracias a Dios por su existencia y por la forma cómo ella ha aportado, y lo sigue haciendo, a la construcción de una nueva Colombia, consciente de que en la educación se encuentra el camino de la paz, de la reconciliación, del desarrollo y de la equidad. Dios bendiga ahora y por siempre a la querida Universidad Pontificia Bolivariana. +Luis Fernando Rodríguez Velásquez Obispo Auxiliar de Cali Rector Emérito UPB