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casa comun

Dom 2 Feb 2020

'Ecología integral': tema de reflexión de obispos colombianos

La ecología integral será el tema central de la versión ciento nueve de la asamblea plenaria del episcopado colombiano, que se realizará en Bogotá del 3 al 7 de febrero, con la participación de unos cien obispos del país. Entre los objetivos planteados para esta asamblea, están: Crear y formar la conciencia de la responsabilidad en el cuidado de la creación como misión de la Iglesia; discernir los modos para poner en marcha acciones eclesiales en la línea de ecología integral, tanto a nivel de la acción pastoral como a nivel de incidencia socio-política; asumir como pastores de la Iglesia colombiana las líneas, conclusiones y propuestas pastorales del reciente Sínodo Especial para la región Pan - Amazónica; y proponer líneas de acción y programas pastorales, que puedan integrarse a los planes diocesanos, para la formación en el cuidado de la casa común. Para llegar a la reflexión del tema que se desarrollará en esta asamblea, se contará con la orientación de expertos en el campo de minería, medio ambiente, tierras, agua, deforestación y biodiversidad, entre otros, de la Universidad Santo Tomás, el Ministerio del Medio Ambiente y la Fundación Social. En lo pastoral, se hará un aporte por parte de los obispos que asistieron al Sínodo de la Amazonía convocado por el papa Francisco en octubre de 2019.

Mar 26 Nov 2019

La Casa Común

Por: Mons. Ismael Rueda Sierra - Es una expresión cada vez más familiar, actualizada después de la encíclica “Laudato Si” del Papa Francisco. Hablamos pues, de nuestra tierra, la “madre tierra”, con toda su riqueza de aguas y minerales, plantas y animales, en admirable diversidad, que hacen un conjunto armónico y un escenario para conservar, proteger y promover la vida. Así el medio ambiente se ha convertido en un imponderable que no puede ser ignorado y menos aún, deteriorado, como concurre en el discernimiento de ecologistas, políticos, científicos, de movimientos sociales y sin lugar a dudas, también en los argumentos religiosos o teológicos. En efecto, en la reflexión teológica podemos hablar del “orden de la creación” que juntamente con el “orden de la redención” y el “orden de la santificación”, se unen armónicamente para que acontezca el plan de Dios Creador, Redentor y Santificador, en favor nada menos que de la persona humana. Del hombre, afirma el Concilio Vaticano II, que es la “única criatura terrestre a quien Dios ha amado por sí misma” (G.S. 22), en razón de haber sido creado a imagen y semejanza suya, de donde deriva su original y esencial dignidad. Por tanto, las demás criaturas son “amadas” por el Creador, por su referencia y relación con el ser humano. Aparece entonces, por una parte, el “ambiente humano” y por otra, el “ambiente natural” (Casa Común), que son inseparables. Precisamente el papa Francisco, en la citada encíclica, afirma que “el ambiente humano y el ambiente natural se degradan juntos, y no podremos afrontar adecuadamente la degradación ambiental si no prestamos atención a causas que tienen que ver con la degradación humana y social. De hecho, el deterioro del ambiente y el de la sociedad afectan de un modo especial a los más débiles del planeta” (L.S. 48). Precisa considerar, desde la reflexión y compromiso que la Iglesia o la antropología cristiana procura en relación con los problemas del medio ambiente o de la casa común, para ayudar en la campaña de su cuidado contra su despiadado deterioro, que “una correcta concepción del medio ambiente, si por una parte no puede reducir utilitariamente la naturaleza a un mero objeto de manipulación y explotación, tampoco debe absolutizarla y colocarla, en dignidad, por encima de la misma persona humana” (Compendio de Doctrina Social,# 463). Esta tendencia explica por qué algunas corrientes ecologistas hablan indistintamente de los derechos del hombre juntamente con los “derechos” de los animales o de los ríos o de los árboles. Es por tanto necesario hablar más bien en términos de “responsabilidad” grande y grave, intransferible, por parte del hombre, en relación con todos los bienes naturales, porque de su cuidado va a depender la misma suerte presente y futura de la vida humana. Para descender en nuestra reflexión a las situaciones concretas de las disputas ecológicas universales, regionales o locales - también inseparables - es necesario reiterar, por ejemplo, que cuando buscamos preservar las selvas o las montañas o nuestros páramos, como es el caso en los Santanderes del Páramo de Santurbán, es porque está en juego, además de clima y ecosistemas, fundamentalmente la producción y suministro de agua, cuya provisión forma parte del derecho a la vida. No es que se quiera por ello desconocer el papel propio que tiene el aprovechamiento de los recursos naturales aplicando la tecnología, así sea de avanzada o “de punta”, sino porque hay un requerimiento ético que precede a tal uso y es el bien primordial de la vida humana. En Santander por ejemplo se ha acuñado un slogan, en relación con los proyectos de extracción minera: “podemos vivir sin oro, pero no sin agua”. De modo que lo ético prima sobre lo técnico, o sea sobre el bien superior y primario, presente y futuro, de la persona humana y su vida, por encima de otros intereses. + Ismael Rueda Sierra Arzobispo de Bucaramanga

Lun 28 Oct 2019

Las 20 propuestas imprescindibles del Documento final del Sínodo para la Amazonía

Los padres sinodales que componen la Asamblea Especial para la Región Panamazónica han dado luz verde al Documento final tras una intensa jornada de votaciones de los 120 puntos sobre los que se ha dialogado durante tres semanas de trabajo. ¿El resultado? Decenas de propuestas que a partir de ahora están en manos del papa Francisco para que se conviertan en punto de partida para una futurible exhortación apostólica. Vida Nueva recoge las 20 sugerencias más significativas que buscan, tal y como señala el texto, actuar con “urgencia” para “abrir nuevos caminos para la Iglesia en el territorio”. ¿El objetivo? “La única conversión al Evangelio vivo, que es Jesucristo, se podrá desplegar en las dimensiones interconectadas para motivar la salida a las periferias existenciales, sociales y geográficas de la Amazonía. Estas dimensiones son: la pastoral, la cultural, la ecológica y la sinodal” (19). 1. Puerta abierta a la ordenación de hombres casados El documento final del Sínodo reclama, “en el marco de ‘Lumen gentium’ 26”, la posibilidad de “ordenar sacerdotes a hombres idóneos y reconocidos de la comunidad, que tengan un diaconado fecundo y reciban una formación adecuada para el presbiterado, pudiendo tener familia legítimamente constituida y estable, para sostener la vida de la comunidad cristiana mediante la predicación de la Palabra y la celebración de los Sacramentos en las zonas más remotas de la región amazónica” (111). Este argumento ha recibido 128 votos a favor y 41 en contra. Es el punto que más resistencia ha suscitado del total de 120 ítems que se han votado. 2. A favor del diaconado femenino y del ministerio de “la mujer dirigente de la comunidad” Aunque el documento final no pide explícitamente la aprobación del diaconado permanente femenino, sí lo hace de forma implícita al hacerse eco del alto número de consultas en el que se ha solicitado y deja en manos del Papa y de la comisión creada a tal efecto por Francisco “sus resultados” (103). Junto a esto, los padres sinodales sí reclaman que las mujeres “puedan recibir los ministerios del lectorado y acolitado, entre otros a ser desarrollados”, además de que “sea creado el ministerio instituido de ‘la mujer dirigente de la comunidad’”. Esta propuesta ha recibido el refrendo de 137 obispos, frente a 30 que se han manifestado en contra. “Reconocemos la ministerialidad que Jesús reservó para las mujeres” (102), recuerdan los obispos, que considera “necesario fomentar la formación de mujeres en estudios de teología bíblica, teología sistemática, derecho canónico, valorando su presencia en organizaciones y liderazgo, dentro y fuera del entorno eclesial”. 3. Definir un nuevo pecado: el pecado ecológico Los padres sinodales quieren incluir “el pecado ecológico” entre la lista de faltas para los cristianos. “Proponemos definir el pecado ecológico como una acción u omisión contra Dios, contra el prójimo, la comunidad y el ambiente” (82), han aprobado los obispos del Sínodo. “Es un pecado contra las futuras generaciones y se manifiesta en actos y hábitos de contaminación y destrucción de la armonía del ambiente, transgresiones contra los principios de interdependencia y la ruptura de las redes de solidaridad entre las criaturas y contra la virtud de la justicia”, explicitan. 4. Instaurar un Organismo Eclesial Regional para la Amazonía Los padres sinodales piden al Papa crear “un organismo episcopal que promueva la sinodalidad entre las iglesias de la región” (115) que permita trabajar en red en tanto que sea “permanente y representativo que promueva la sinodalidad”. Junto a ello, conscientes del poder y alcance de los medios de comunicación, los padres sinodales respaldan la creación de “una red de comunicación eclesial panamazónica” (61), apunta el texto. El documento final también insta a Francisco a “crear un Observatorio socioambiental pastoral, fortaleciendo la lucha en defensa de la vida” (85), que trabaje en alianza con organismos latinoamericanos de la Iglesia como CELAM, CLAR, Cáritas, REPAM, los Episcopados, las universidades católicas, sociedad, civil y pueblos indígenas. “Proponemos crear ministerios especiales para el cuidado de la ‘Casa común’ y la promoción de la ecología integral a nivel parroquial y en cada jurisdicción eclesiástica, que tengan como funciones, entre otras cosas, el cuidado del territorio y de las aguas, así como la promoción de la encíclica ‘Laudato si’” (82), expone también el texto sinodal. 5. Crear un rito amazónico propio Junto a los 23 ritos existentes y reconocidos por la Iglesia universal, el Sínodo propone “constituir una comisión competente para estudiar y dialogar, según usos y costumbres de los pueblos ancestrales, la elaboración de un rito amazónico que exprese el patrimonio litúrgico, teológico, disciplinario y espiritual amazónico” (119). 6. Una Iglesia que denuncie “los atentados” contra los indígenas y su tierra El documento final sentencia que “la Iglesia se compromete a ser aliada de los pueblos amazónicos para denunciar los atentados contra la vida de las comunidades indígenas, los proyectos que afectan al medio ambiente, la falta de demarcación de sus territorios, así como el modelo económico de desarrollo depredador y ecocida” (46). Es más, se recuerda que “la defensa de la tierra no tiene otra finalidad que la defensa de la vida”. A renglón seguido, el texto llama a “defender los derechos a la libre determinación, la demarcación de territorios y la consulta previa, libre e informada”, teniendo en cuenta que “para la Iglesia, la defensa de la vida, la comunidad, la tierra y los derechos de los pueblos indígenas es un principio evangélico, en defensa de la dignidad humana” (47). En este sentido, se dedica un punto especial a los Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario, que no superan el centenar en la Amazonía, con quienes también se compromete la Iglesia en la defensa de sus derechos, en especial, la inviolabilidad de sus territorios, a través de “acciones de incidencia” (50) hacia los Estados. 7. “Rechazamos una evangelización de estilo colonialista” “Rechazamos una evangelización de estilo colonialista” (55), sentencia el Documento final del Sínodo Panamazónico, al igual que todo “proselitismo” (56). Frente a ello se plantean “procesos claros de inculturación de nuestros métodos y esquemas misioneros”. Se propone a los centros de investigación y pastoral que estudien “las tradiciones de los grupos étnicos amazónicos” para defender su identidad y cultura a través de “acciones educativas” (57) que favorezcan la inculturación. Para ello, urge conocer “sus lenguas, sus creencias y aspiraciones, sus necesidades y esperanzas”. Estos planes educativos han de tener “la ecología integral como eje transversal”. “La Iglesia tiene la oportunidad histórica de diferenciarse de las nuevas potencias colonizadoras escuchando a los pueblos amazónicos para poder ejercer con transparencia su actividad profética” (15), se expresa. 8. La ecología integral como único camino posible En el Documento final se asevera que “la ecología integral no es un camino más que la Iglesia puede elegir de cara al futuro en este territorio, es el único camino posible, pues no hay otra senda viable para salvar la región” (67). “Es urgente enfrentarnos a la explotación ilimitada de la ‘Casa común’ y de sus habitantes”, reclaman los obispos sinodales, para lo que llaman a la comunidad internacional a proporcionar más recursos económicos, “un modelo de desarrollo justo y solidario” y herramientas para frenar el cambio climático. “Resulta escandaloso que se criminalice a los líderes e incluso a las comunidades, por el solo hecho de reclamar sus mismos derechos”, denuncia, a la par que subraya que promover los derechos humanos “no es un deber político o una tarea social, sino también y, sobre todo, una exigencia de fe” (70). Conscientes del limitado campo de acción de la Iglesia, los padres sinodales reflexionan: “Tal vez no podemos modificar inmediatamente el modelo de un desarrollo destructivo y extractivista imperante, pero, sí tenemos la necesidad de saber y dejar en claro: ¿dónde nos ubicamos? ¿al lado de quién estamos?” (70). 9. Una Iglesia defensora de los derechos de los indígenas El Documento hace especial incidencia en la necesidad de que la Iglesia se comprometa con los derechos de los habitantes de la Amazonía, bien en los espacios rurales o en las ciudades, con una especial atención a los migrantes y a los jóvenes. “Es necesario defender el derecho de todas las personas a la ciudad” (35), apunta el texto, desde los principios de “sostenibilidad, democracia y justicia social”. Así se destaca el papel de las comunidades de base y se insta a la Iglesia local a “estar presente en los espacios de participación de políticas públicas donde se articulan acciones para revitalizar la cultura, la convivencia, el ocio y la celebración” (36). “Debemos luchas para que las ‘favelas’ y las ‘villas miseria’ tengan asegurados los derechos básicos fundamentales”, se asevera, para lo que sugieren instituir un “ministerio de acogida” en las comunidades urbanas para migrantes, refugiados, personas sin hogar… 10. Contra las compañías extractivas y por una transición energética “radical” Los padres sinodales dan un paso al frente en su compromiso en la defensa de los Derechos Humanos con algunas denuncias en voz alta sobre la explotación de las multinacionales: “Denunciamos la violación de los Derechos Humanos y la destrucción extractiva. Asumimos y apoyamos las campañas de desinversión de compañías extractivas relacionadas al daño socioecológico de la Amazonía, comenzando por las propias instituciones eclesiales y también en alianza con otras iglesias. Llamamos a una transición energética radical y a la búsqueda de alternativas” (70). En esta misma línea, reclaman “una economía solidaria y sostenible, circular y ecológica” (73) a los Estados en los territorios amazónicos con la participación de los pueblos indígenas “proponiendo modelos de aprovechamiento del bosque en pie” (71). 11. Crear un fondo mundial para reparar la deuda ecológica Otra iniciativa pionera de este Sínodo es la “creación de un fondo mundial para cubrir parte de los presupuestos de las comunidades presentes en la Amazonía que promueven su desarrollo integral y autosostenible” (83) con el fin de “reparar la deuda ecológica que tienen los países con la Amazonía”. A partir de ahí, también se sugieren “hábitos saludables” (84) y “estilos de vida sobrios” como cambiar “la cultura del consumo excesivo”, promover el reciclaje, la reforestación, reducir la dependencia de combustibles fósiles y usos de plásticos… 12. Descentralizar las estructuras de la Iglesia para una mayor sinodalidad El Documento final reclama “audacia evangélica” (91) para lograr una Iglesia sinodal que se traduce en una petición de reformar las estructuras eclesiales para sean “descentralizadas en sus diversos niveles (diocesano, regional, nacional, universal), respetuosas y atentas a los procesos locales, sin debilitar el vínculo con las demás Iglesias hermanas y con la Iglesia universal” (92). ¿El objetivo? “Una sincronía entre la comunión y la participación, entre la corresponsabilidad y la ministerialidad de todos”. Los obispos defienden “una conversión que promueva la creación de estructuras en armonía con el cuidado de las creación, una conversión pastoral basada en la sinodalidad, que reconozca la interacción de todo lo creado. Conversión que nos lleve a ser una Iglesia en salida que entre en el corazón de todos los pueblos amazónicos” (18). “Nuestra conversión pastoral será samaritana, en diálogo, acompañando personas con rostros concretos de indígenas, de campesinos, de afrodescendientes y migrantes, de jóvenes, de habitantes de las ciudades”, apostillan. 13. Más voz, voto y liderazgo de los laicos “Reconocemos la necesidad de fortalecer y ampliar los espacios para la participación del laicado, ya sea en la consulta como en la toma de decisiones, en la vida y en la misión de la Iglesia” (94), defienden los obispos en aras de “la corresponsabilidad de todos los bautizados”. Es más, se llega a afirmar que “el obispo pueda confiar, por un mandato de tiempo determinado, ante la ausencia de sacerdotes en las comunidades, el ejercicio de la cura pastoral de la misma a una persona no investida de carácter sacerdotal, que sea miembro de la comunidad” (96). Eso sí, se apostilla a continuación que “deberán evitarse personalismos y por ello será un cargo rotativo”. Del mismo modo, se reclama una mayor promoción y mejor formación del diaconado permanente (104). En otro punto se reclama que “se confieran ministerios para hombres y mujeres de forma equitativa” (95). El texto aprobado llama a respetar la piedad popular de los pueblos amazónicos, evitando la clericalización, impulsando el papel de los laicos desde “una catequesis apropiada” (53). Los padres sinodales aprecian también el desarrollo de “la teología india, una teología de rostros amazónico”(54). 14. Más inculturación y ecología integral en la formación de seminaristas y sacerdotes El Documento final plantea una mayor inculturación y ecología integral en los programas de formación “de los futuros presbíteros de las iglesias en la Amazonía (108),que aborde la historia de los pueblos indígenas, la espiritualidad ecológica, las teologías indias… 15. Promover los sacerdotes indígenas Los padres sinodales plantean al Papa que es “urgente dar a la pastoral indígena su lugar específico en la Iglesia” (27), lo que pasa por “definir, elaborar y adoptar acciones pastorales que permitan desarrollar una propuesta evangelizadora en medio de las comunidades indígenas”. Así proponen “una pastoral indígena y de la tierra” con una “especificidad propia” desde “una opción preferencial por los pueblos indígenas”. En sentido, se subraya la necesidad de “organismos diocesanos de pastoral indígena”, así como “sacerdotes y ministros” indígenas. 16. Reforzar la atención educativa y sanitaria de la Iglesia “donde el Estado no llega” “La Iglesia asume como tarea importante promover la educación en salud preventiva y ofrecer asistencia sanitaria en lugares donde la asistencia del Estado no llega” (58), subraya el Documento. 17. Constituir una red escolar indígena y una Universidad Católica Amazónica El texto insta al Papa a incrementar la labor educativa eclesial, “empoderando a las personas con un sano sentido crítico” (59). Para hacerlo realidad, dan la idea de “una red escolar de educación bilingüe para la Amazonía –similar a Fe y Alegría– que articule propuestas educativas que respondan a las necesidades de las comunidades, respetando, valorando e integran en ellas la identidad cultural y la lingüística” (62). Los obispos del Sínodo aterrizan hasta tal punto en el Documento final que plantean establecer una Universidad Católica Amazónica “basada en la investigación interdisciplinaria (incluyendo estudios de campo), en la inculturación y en el diálogo intercultural” (114). 18. Traducir la Biblia a lenguas indígenas con otras confesiones cristianas El Documento hace una apuesta por diálogo interreligioso, pero, sobre todo, por el ecumenismo, o lo que es lo mismo, por tender puentes entre la Iglesia católica y pentecostales, carismáticos y evangélicos. ¿Cómo? “La centralidad de la Palabra de Dios en la vida de nuestras comunidades es factor de unión y diálogo” (24), señala el documento final que propone algunas medidas: “En torno a la Palabra se pueden dar tantas acciones comunes: traducciones de la Biblia a lenguas locales, ediciones en conjunto, difusión y distribución de la Biblia y encuentros entre teólogos y de teólogos y teólogas católicos y de diferentes confesiones” (24). 19. Crear una red itinerante de misioneros ante las distancias kilométricas Ante las enormes dificultades de desplazamiento en la Amazonía, el Sínodo ha puesto en valor el trabajo de los equipos misioneros itinerantes que se dedican a la llamada “pastoral de visita”. “Proponemos una red itinerante que reúna los distintos esfuerzos de los equipos que acompañan y dinamizan la vida y la fe de las comunidades” (40), se lee en el documento final, que abran “caminos de incidencia política para la transformación de la realidad”. 20. Más congregaciones misioneras en el Amazonas El Documento final también invita a las congregaciones religiosas “que aún no están involucradas en misiones” a que establezcan “al menos un frente misionero en cualquiera de los países amazónicos” (40). Tomado de: Portal web Vida Nueva Video: Rome Reports

Jue 24 Oct 2019

Obispo de Yopal anima a los sacerdotes a seguir evangelizando en los territorios de la Amazonía

Faltando una semana para llegar a la recta final del Sínodo de la Amazonía, monseñor Édgar Aristizábal Quintero, obispo de Yopal, envió desde Roma un saludo a todos los bautizados, sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos que trabajan por el bioma colombiano, resaltando la labor que hacen por el cuidado de la casa común. El prelado compartió la alegría de estar viviendo este espacio convocado por el Papa Francisco, que “nos invita a reflexionar, a orar y a escuchar las comunidades para seguir trabajando el bien de esta región tan maravillosa”. Subrayó dos aspectos importantes que pueden ayudar en el fortalecimiento de la misión de la Amazonia. Primero, el papel del laicado y de la mujer en esta tarea misionera y evangelizadora; segundo, recordó que los sacerdotes están llamados a evangelizar donde hay hermanos necesitados, abriéndose a esta realidad amazónica. Finalmente, pidió continuar orando a Dios para que sigan creciendo las vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras, que apoyen el trabajo de estas regiones amazónicas. Por: P. Julio Caldeira IMC

Mar 22 Oct 2019

Padres sinodales firman histórico ‘Pacto de las Catacumbas por la Casa Común’

Como había sido anunciado, el 20 de octubre ha sido renovado el histórico Pacto de las Catacumbas. Esta vez, con un particular acento, en consonancia con el Sínodo Panamazónico, pues se trata de un ‘Pacto de las Catacumbas por la Casa Común’. En las Catacumbas de Domitila En las Catacumbas de Domitila, el mismo memorable lugar donde don Hélder Câmara y un grupo de padres conciliares afirmaron, hace 54 años, su firme compromiso por una Iglesia pobre y para los pobres, tuvo lugar el significativo acto, que fue presidido por el cardenal Cláudio Hummes, arzobispo emérito de São Paulo y presidente de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM). “Este Sínodo es fruto del Concilio Vaticano II”, recordó el cardenal Hummes durante la homilía, en la que animó a los presentes a volver la mirada sobre la Iglesia primitiva que, aunque perseguida, celebraba en las catacumbas la memoria de Jesús y se fortalecía con el testimonio de los mártires. Hummes también acentuó que “las grandes reformas del papa Francisco nos invitan a mirar a la Iglesia primitiva” y particularmente, en este Sínodo Panamazónico, a “proclamar la palabra sin miedo en la Amazonía”, sin dejar de “creer en la fuerza de la oración y en nuestros pueblos”, para hacer realidad la Ecclesia Semper Reformanda. Este ambiente de oración, compromiso y solidaridad con los más pobres y con la Casa Común, predominó esta mañana en las Catacumbas de Domitila, durante la Eucaristía que inició en torno de las 7 a.m., concelebrada por unos 40 obispos participantes del Sínodo –entre quienes se encontraba el cardenal Pedro Barreto, arzobispo de Huancayo y vicepresidente de la REPAM–, casi medio centenar de sacerdotes, además de religiosas, religiosos, laicas y laicos que, en total, sumarían más de 200 personas, la mayoría de América Latina. Por una Iglesia con rostro amazónico Para el teólogo e historiador brasileño José Oscar Beozzo, con este signo “la Iglesia ha retomado el espíritu del Concilio, hemos vuelto a las fuentes, pero para enfrentar los nuevos retos que tenemos ahora”, refiriéndose expresamente a la ecología integral, la defensa de los pueblos originarios, y todo aquello que contribuya a “una Iglesia con rostro amazónico, pobre y servidora, profética y samaritana”. A ello se refieren los 15 ítems del ‘Pacto de las Catacumbas por la Casa común’, donde se asume “el compromiso por defender la selva amazónica en pie”, reconociendo que “no somos los dueños de la madre Tierra, sino sus hijos e hijas“, y acogiendo y renovando “cada día la alianza de Dios con todo lo creado”. De este modo, el documento firmado en las Catacumbas de Domitila –al concluir la Eucaristía–, recoge el propósito de “renovar en nuestras iglesias la opción preferencial por los pobres, especialmente por los pueblos originarios y, junto con ellos, garantizar el derecho a ser protagonistas en la sociedad y en la Iglesia”, lo cual conlleva a “abandonar en nuestras parroquias, diócesis y grupos, todo tipo de mentalidad y postura colonialista, acogiendo y valorando la diversidad cultural, étnica y lingüística en un diálogo respetuoso con todas las tradiciones espirituales”. Contra toda forma de violencia La denuncia profética de “todas las formas de violencia y agresión a la autonomía y a los derechos de los pueblos originarios, a su identidad, a sus territorios y sus formas de vida”, no podrá ser ajena a esta renovada Iglesia, comprometida, además, con el anuncio de “la novedad liberadora del Evangelio de Jesucristo” y abierta a “caminar ecuménicamente con otras comunidades cristianas” para hacerlo posible. Se trata, en últimas, de “un acto de amor cósmico”, como se menciona al final del documento, que pone a la Iglesia “al lado de los que son perseguidos por su servicio profético de denuncia y reparación de injusticias, de defensa de la tierra y de los derechos de los pequeños, de acogida y apoyo a los migrantes y refugiados”. Y sin embargo, el Pacto también conduce a una conversión personal frente a “la avalancha del consumismo”, para abrazar “un estilo de vida sobrio, sencillo y solidario con los que poco o nada tienen”. Dos testigos del compromiso con los pobres Dos signos fueron particularmente relevantes al concluir la celebración Eucarística y la firma del Pacto, hacia las 9 a.m., cuando el cardenal Hummes comentó que el cáliz que se utilizó en la celebración perteneció al misionero comboniano Ezequiel Ramin, quien dio su vida por la Amazonía en 1985. Asimismo, el obispo emérito de Xingú, Erwin Kräutler, recibió de Hummes la estola que fue de don Hélder Câmara –y que el cardenal había utilizado en la Eucaristía de hoy. “Usted merece tener la estola de don Hélder”, fueron sus palabras. Fuente: Portal digital Vida Nueva Fotos: P. Julio Caldeira

Lun 2 Sep 2019

El Papa Francisco pide rezar por mares y océanos

El Vaticano publicó el noveno video con las intenciones de oración del Papa Francisco, en el que pide rezar durante el mes de septiembre por “la protección de los mares y de los océanos”. “La Creación es un proyecto del amor de Dios hacia toda la humanidad”, recuerda el Santo Padre en su tradicional video mensual en el que, en esta ocasión, exhorta a rezar “para que los políticos, los científicos, los economistas trabajen juntos por la protección de los mares y de los océanos”. En esta línea, el Pontífice destaca la importancia del cuidado del medio ambiente, una responsabilidad de todos, porque “nuestra solidaridad con la ‘casa común’ nace de nuestra fe”, explica. “Los océanos contienen la mayor parte del agua del planeta y también la mayor variedad de seres vivientes, muchos de ellos amenazados por diversas causas”, advierte Francisco en el video del Papa promovido por el ex Apostolado de la Oración, ahora Red Mundial de Oración del Papa. El Video del Papa difunde cada mes las intenciones de oración del Santo Padre por los desafíos de la humanidad y de la misión de la Iglesia. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Ver lista de videos con las intenciones del Papa Francisco[/icon] FUENTE: Agencia católica ACIPRENSA

Jue 29 Ago 2019

Iglesia se pronuncia ante desastres ambientales y sociales en la Amazonía

En medio de los vastos incendios que azotan la Amazonía y ante la crisis ambiental en el mundo, la Iglesia colombiana expresa su preocupación por “esta grave tragedia” y piden el “compromiso solidario de todos los gobiernos del mundo, pues la crisis ecológica y el cambio climático son amenazas graves para la casa común”. En un comunicado, los obispos hacen un llamado a la comunidad internacional, regional y nacional a “aunar esfuerzos a fin de frenar y prevenir la devastación y la degradación ambiental en la Amazonía”. Invitan a ver esta problemática de manera global y no territorial, considerando la solución desde un enfoque humano y social, “desde los fundamentos de la ecología integral”. “Hay que garantizar, además, el nivel de vida digno para los habitantes de la Amazonía, logrando que se involucren como actores y socios en el cuidado y protección del amplio bioma amazónico”. En su mensaje los prelados evidencian el grave daño que se le está causando, en el caso de Colombia, al extenso y rico territorio de la Amazonía por causa de la deforestación y expresan su cercanía a todas las comunidades que se están viendo afectadas por la destrucción del ecosistema. "Una vez más expresamos nuestro dolor y acompañamos con nuestra solidaridad a los hermanos de los departamentos de Amazonas, Cauca, Caquetá, Guainía, Guaviare, Meta, Putumayo, Vaupés y Vichada, quienes son testigos impotentes de los abusos de quienes buscan su enriquecimiento particular desde la explotación ambiental de estas tierras (…) El cuidado de la Amazonía será viable en la medida que sintamos como hermanos a sus pobladores", puntualizaron. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Mié 14 Ago 2019

“Vivimos una urgencia ecológica, ambiental, humana y social”: Mons. Henao

Durante un encuentro con la prensa, monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social, describió los tres aspectos que marcan la ruta de análisis y estudio del Pre-Sínodo de la Amazonía, que por estos días se realiza en la ciudad de Bogotá. En primer lugar, mencionó la importancia de relevar el papel que cumplen las comunidades que habitan la Amazonía, como son los indígenas, campesinos, comunidad afro población en general que ayudan a cuidar la Amazonía y a preservar su enorme biodiversidad. Segundo, poner sobre la mesa los grandes temas de agotamiento de la biodiversidad, como son la deforestación, la erosión y la gran amenaza que existe sobre la selva del Amazonas que es el pulmón del mundo. Explicó que los presentes a este Pre-Sínodo vienen a ofrecer sus voluntades para unir esfuerzos y trabajar de forma mancomunada en la conservación de la Amazonía y en la preservación de la biodiversidad. Preocupaciones y desafíos para la Iglesia en la Amazonía Monseñor resaltó la riqueza que Colombia tiene frente a otros países de la región en materia de biodiversidad, advirtiendo las amenazas que se están dando sobre ella por la enorme deforestación que está destruyendo la sostenibilidad de la Amazonía y la responsabilidad que se deja a las próximas generaciones. “Descubrimos que es necesario plantearse en serio todo lo que es la actividad de la tala y quema de bosques, porque tras de cada árbol se suma una posibilidad de extinción de la Amazonía (…) Nosotros encontramos que se requiere en la Amazonía unos planes concretos de ordenamiento territorial que sean capaces de garantizar la sostenibilidad de estos territorios (…) Se requiere asociar a las comunidades indígenas en un proyecto a largo plazo para que sean capaces de darle vida a unos planes sostenibles, que sean amigables con la ecología y el medio ambiente. Aquí también las comunidades campesinas y pobladores juegan un papel muy importante en este campo”. El directivo de la Pastoral Social, también hizo énfasis en algunas de las problemáticas que afectan la Amazonía. Actividades ilícitas y descontroladas como el narcotráfico, la minería desordenada, y el control territorial “todo esto va en contravía de lo que es la ecología, vemos que la Amazonía vive un tiempo de urgencia de conservación, este es un tiempo apremiante para dar respuesta (…) Queremos decir claramente, que vivimos una urgencia ecológica, ambiental, humana y social”. Así mismo, se refirió a las amenazas y asesinatos de líderes indígenas, que este año muestra unas cifras alarmantes. “Muchos líderes de la Amazonía han sido asesinados y otros amenazados. Las comunidades indígenas en particular en zonas como el Guainía o Puerto Carreño viven bajo condiciones de extrema pobreza y hambruna, además de las amenazas severas que padecen por parte de grupos ilegales”. Al respecto, expresó la disponibilidad y cercanía que la Iglesia siempre ha tenido con las comunidades indígenas para acompañarlas y ofrecerles una asistencia humanitaria en todos los aspectos. Hizo además un llamado para que se brinden las medidas de protección especiales a estas comunidades “hay que ir al fondo de cuáles son las problemáticas que enfrentan estas poblaciones, aquí hay un tema de criminalidad, pero también de sostenibilidad de la paz en Colombia, de sostenibilidad de un proyecto de nación y por tanto la respuesta tiene que ser muy de fondo”. “Tenemos en cierto sentido claro, el accionar de grupos armados ilegales y criminales, pero por otro lado tenemos todo un desafío de lo que significa la territorialidad, que le ha sido reconocida a las comunidades indígenas y afros, pero que hoy están siendo fuertemente amenazadas (…) El llamado al Gobierno y a la sociedad es para articular mucho más los esfuerzos y activar todas las instancias que existen y que vienen de los acuerdos de paz, para que las entidades debidamente coordinadas den una respuesta definitiva y contundente frente a esta problemática”. Acciones de la Iglesia frente al cuidado de la Amazonía Monseñor Henao Gaviria explicó que, con el objetivo de animar el cuidado de la Casa Común, la Iglesia ha conformado la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), que unida a campesinos, indígenas y autoridades, vienen trabajando para dar soluciones a las grandes problemáticas que enfrenta la Amazonía colombiana. “Nuestro aporte es elevar la conciencia, pero también hacer seguimiento a los planes de desarrollo que se ofrecen, fiscalizar que realmente se ejecuten de forma amigable y coherente con la protección del medio ambiente. Existen proyectos de minería y otros, que deben ser dialogados pasando por la consulta y escucha de los pueblos que habitan la Amazonía, con ellos se debe trabajar para poder ver las mejores maneras de efectuar el desarrollo”, puntualizó el directivo. Cabe recordar que el episcopado colombiano tendrá una representación de 16 obispos, que participarán en octubre en el próximo Sínodo de la Amazonía, convocado por el Papa Francisco en Roma, allí los prelados presentarán un documento que será el aporte de Colombia, y que reflejará el trabajo de una Iglesia comprometida con la conservación de la Amazonía.