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iglesia colombiana

Mié 6 Feb 2019

Iglesia colombiana firma pacto por una crianza con ternura

Durante la versión 107 de Asamblea Plenaria del Episcopado Colombiano, en acto precedido por Monseñor Oscar Urbina Ortega, arzobispo de Villavicencio y Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, la Iglesia católica se unió a la campaña "cero violencia, 100% ternura", con la firma del pacto por una Crianza con Ternura. El presidente del Episcopado recordó estas palabras de Papa Francisco al referirse a los niños: “levanta a los niños como si fueran el trofeo más grande recibido de Dios, los niños son el futuro”, frente a esto, reflexionó diciendo que el aporte de la Iglesia es apoyar a los padres en la educación y en el ejercicio de la maternidad y la paternidad de verdad, inspirados en el evangelio como el mejor regalo para sus hijos. Por su parte Mons. Juan Espinoza Jiménez, Secretario General del Consejo Episcopado Latinoamericano (CELAM) expresó que “estas acciones buscan involucrar a los obispos colombianos para que se unan a esta iniciativa de protección a los niños y las niñas de Latinoamérica”. De igual manera mencionó que este proceso inicio desde junio de 2018 en la frontera de Estados Unidos con México y “el objetivo ha sido promover las potencialidades de los menores con una educación con amor que ayude a desarrollar todas sus capacidades". También agradeció a Cáritas Colombiana en figura de Monseñor Héctor Fabio Henao, por su empeño y trabajo para que esta campaña llegue a las comunidades y a los corazones de muchos formadores. Mediante la firma del Pacto la Iglesia suma esfuerzos a la mitigación de todo tipo de violencias contra niñas, niños y adolescentes; movilizando acciones que propendan por el restablecimiento de relaciones afectuosas, incluyentes y participativas en las que niñas, niños y adolescentes encuentren bases de crecimiento y feliz desarrollo. La campaña "cero violencia, 100% ternura", convoca a la sociedad en su conjunto a unirse en la protección de la niñez, elevando la consciencia por el respeto de sus derechos. Dentro de los firmantes estuvieron Mons. Ricardo Tobón Restrepo, Arzobispo de Medellín y Vicepresidente del Episcopado Colombiano, Mons. Elkin Fernando Álvarez Botero, Obispo auxiliar de Medellín y secretario general del Episcopado, Mons. Víctor Ochoa Cadavid, Obispo de Cúcuta, Mons. Luis Ali Herrera, Obispo Auxiliar de Bogotá, Mons. Héctor Fabio Henao, Director del Secretariado Nacional de Pastoral Social y Mons. Juan Espinoza Jiménez, Secretario General del Consejo Episcopado Latinoamericano (CELAM).

Jue 29 Nov 2018

Congreso Mariano, despide a la Virgen Peregrina de Fátima

Un Congreso Mariano será el escenario en el cual Colombia se despedirá de la imagen peregrina de la Virgen de Fátima. Una de las imágenes peregrinas procedentes del Santuario en Portugalrecorrió los rincones del país latinoamericano desde el pasado abril; siete meses acompañando y quedándose en el corazón de los colombianos. El Congreso tendrá lugar el 1º de diciembre en Bogotá en el Auditorio del Colegio Cervantes Norte a partir de las 8:00 de la mañana con varios homenajes a la Virgen, en agradecimiento "por guardar nuestros corazones y a nuestro país en su Inmaculado Corazón", como indica Misión Fátima Colombia, promotor de la peregrinación, desde su página web. En la ocasión se presentarán varias conferencias, contando con la presencia de Mons. Pedro Salamanca Mantilla, Obispo Auxiliar de Bogotá; Padre Juan Ignacio de la Cruz, de la comunidad Mensajeros de la Paz, Diócesis de Chiquinquirá; el Padre Carlos Jesús Díaz, de la Diócesis de Cali; el General Henry Sanabria Cely, representando a la Policía Nacional de Colombia; y Fray Said León Amaya, O.P, Director Espiritual de la Misión Fátima Colombia. Justamente el fraile dominico, a través de un video-mensaje, ha convocado a los fieles colombianos a unirse al Congreso y rendir un homenaje en acción de gracias a Nuestra Señora: "Quiero invitarte el 1º de diciembre en el Liceo Cervantes (...) desde las 8:00 de la mañana a las 6:00 de la tarde para tener el Congreso Mariano de acción de gracias a Dios por todas las bendiciones que hemos recibido en nuestro país al recibir la imagen peregrina venida desde Portugal a Colombia". El sacerdote recuerda toda la geografía colombiana que Nuestra Señora recorrió, "para enseñarnos que debemos volver a Dios, que debemos convertirnos, que la centralidad en nuestra vida debe ser el Evangelio y, sobre todo, que cuando volvemos a Dios habrá paz en el mundo y en el corazón de todas las personas". Por esta razón, el Director Espiritual de la Misión Fátima Colombia, reitera si invitación para que el día del Congreso, "tengamos un homenaje a la Santísima Virgen María. Ella nos ha regalado una oración muy importante: El Rosario. Dice el Profeta Oseas que ‘con cuerdas de amor y con lazos de ternura te atraía hacia mí'. Ese es el Rosario; son lazos, son cuerdas de amor y de ternura para volver a Dios, y cuando volvemos a Dios encontramos la verdadera paz (...) ¡Acompáñanos a hacerle este homenaje a Nuestra Señora de Fátima!". Tras el tributo mariano, la imagen peregrina de Nuestra Señora de Fátima regresará a su Santuario, para peregrinar luego por otros países. La Virgen Peregrina de Fátima, procedente de Portugal, llegó a Colombia el 28 de abril por iniciativa del laicado Colombiano congregado en la Misión Fátima Colombia. La Madre de Dios, desde Fátima, no visitaba el país desde el año 1955. El objetivo de la peregrinación fue el de llevar un mensaje de esperanza a las diferentes regiones de Colombia y elevar una acción de gracias a la Virgen por su presencia maternal. La efigie peregrina que recorrió el país fue tallada en madera y consagrada en Portugal, siendo la número 12 de las 13 que posee el Santuario de Fátima y que recorren el mundo. La primera imagen oficial peregrinó por primera vez en el año 1947 cuando fue solemnemente coronada el 13 de mayo. Fuente: Agencia Gaudium Press Foto: Internet

Vie 12 Oct 2018

De gira por Europa Iglesia colombiana habló de paz

Monseñor Oscar Urbina Ortega, arzobispo de Villavicencio y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) y Monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social en gira por Europa, se reunieron con miembros del Parlamento Europeo, con el Ministerio de Relaciones Exteriores del Reino Unido, la Asamblea Nacional de Francia, con delegaciones de la Iglesia y Cáritas de Reino Unido, Francia y Bélgica, entre otros, con el fin de dialogar sobre la importancia del apoyo a la construcción de paz en Colombia y sobre los nuevos retos relacionados con la migración venezolana hacia Colombia. El apoyo y la colaboración de Europa, tanto a nivel de las instituciones políticas comunitarias y nacionales, como a nivel de los cuerpos eclesiales, son esenciales para el crecimiento de la paz en Colombia, la cual se está construyendo laboriosamente luego de 53 años de conflicto armado. La delegación de la Conferencia Episcopal Colombiana (CEC) que se encuentra en Bruselas fue acogida por la Comisión de los episcopados de la Unión Europea, junto con la Alianza internacional de organizaciones católicas para el desarrollo - Cidse, Caritas Alemania, Bread for the World (Brot für die Welt) y la organización de ayuda humanitaria en situaciones de calamidad y Diakonie Katastrophenhilfe. La delegación del episcopado colombiano se reunió con un grupo de ONG por iniciativa de COMECE, y con el Comité de Asuntos Exteriores del organismo. También sostuvo reuniones de alto nivel con la Comisión y el Parlamento Europeo, de la cual estuvo su presidente, Antonio Tajani. En esta gira de incidencia por Europa esta delegación también estuvo en Londres donde sostuvieron reuniones con Nigel Baker, Jefe de la Sección para América Latina del el Ministerio de Relaciones Exteriores del Reino Unido y Chris Modem, encargado de Asuntos para Colombia, junto a Barbara Davis y Ulrike Beck de la Agencia Católica para el Desarrollo CAFOD. También tuvieron un encuentro con obispos de la Conferencia Episcopal de Inglaterra, con el fin de reforzar lazos de cercanía y fraternidad. Al finalizar, las delegaciones europeas de ese país expresaron la solidaridad con la Iglesia colombiana en su compromiso por la reconciliación y en favor de los más necesitados y las víctimas. También visitaron París, donde dialogaron con miembros de la Asamblea Nacional de Francia sobre el papel de la Iglesia colombiana en el campo de la reconciliación y estrecharon lazos con un grupo de parlamentarios. Otro momento importante fue la reunión con Mons. Georges Pontier, obispo de Marsella y miembro del episcopado francés con quien conversaron sobre la situación de la Iglesia en Colombia y su compromiso con la evangelización y su dimensión social. Los Obispos de Francia reiteraron su cercanía y fraternidad. El papel fundamental de Europa La idea guía de las reuniones es que, a pesar de las dificultades, vale la pena apostar por el inicio del proceso de paz, como explicaron los prelados colombianos. "El propósito de nuestro viaje, es conocer más de cerca las diferentes organizaciones que han apoyado las iniciativas de paz y reconciliación en nuestro país. Ahora se trata de prestar más atención a las iniciativas en el territorio, porque la paz debe implementarse en diversas situaciones. Es una etapa compleja, lleva tiempo, pero las experiencias de las diversas organizaciones internacionales y ONG, que tienen una gran experiencia, son importantes. Entonces, es fundamental, a nivel político, el apoyo al proceso de paz dado por la Unión Europea”, expresó Mons. Oscar Urbina. Muchos proyectos se están desarrollando, gracias a la colaboración entre la Caritas colombiana y la Caritas 'hermana' europea, como explicó Mons. Héctor Fabio Henao: "Por ejemplo, hay un proyecto en el campo de los cultivos alternativos a la coca en el departamento amazónico del Caquetá (en el sureste del país), y en particular en las áreas de Caguán y Miravalle, fortalezas históricas de las FARC. Junto con el trabajo del Caritas Noruega, demostramos que el trabajo de reintegración económica es posible”. Otro proyecto que se lleva a cabo junto con la Caritas alemana, en el departamento de Putumayo (sur de Colombia), se refiere al protagonismo y la participación de las mujeres. En general, varios proyectos favorecen a las comunidades que han sufrido el conflicto y, en particular, a las numerosas víctimas”, destacó Mons. Héctor Fabio. Situaciones a superar Durante la visita la delegación colombiana brindó un mensaje de confianza, a pesar de que el país tiene situaciones preocupantes. "Este es un proceso complejo y lo sabíamos, explicó Mons. Urbina al referirse a los acuerdos de paz con las FARC -, pero se han dado muchos pasos. Las FARC han entregado sus armas y están reingresando a la sociedad. Se han convertido en un partido político y tienen sus parlamentarios”. En cuanto a las negociaciones con el Eln, varias veces la Iglesia colombiana ha instado a las partes a reanudar las negociaciones: "Hemos tenido un papel importante como observadores durante el cese al fuego en los últimos meses, se han logrado varios objetivos y ahora se trata de volver a la mesa de diálogo". Otra de las preocupaciones que expresó el director de Caritas en Colombia es el fenómeno de los asesinatos y amenazas a los líderes sociales: "Se sabía que hay muchos actores violentos en Colombia, que no era suficiente hacer la paz con las FARC. Uno podría imaginar que estos diversos actores tratarían de tomar el control de los territorios que las FARC dejaron libres. Los grupos armados a menudo están vinculados al tráfico de drogas y la minería ilegal”. En este contexto, "es importante tomar medidas para proteger a los líderes sociales. Las cancillerías de Francia y Gran Bretaña están involucradas en esto con importantes proyectos. Debemos ser optimistas porque se han hecho muchas cosas y en muchas partes de Colombia la vida ha cambiado". Y aún se puede hacer mucho si los países amigos y las iglesias europeas continúan "apostando" por la paz. Fuente: Servicio de Información Religiosa (SIR)

Lun 1 Oct 2018

A un año de la visita del Papa

Por: Mons. Luis José Rueda Aparicio - El año pasado el Papa Francisco nos visitó, para animarnos desde la fe, a buscar los caminos de la paz social tan anhelada en nuestra patria. Quienes tuvimos la oportunidad de vivir el encuentro del Santo Padre con las víctimas del conflicto en Villavicencio, recordamos con emoción cómo las víctimas y los victimarios reconocieron la gran equivocación de la violencia; además pudimos escuchar el testimonio de varias personas que lograron dejar la guerra y dedicarse a reconstruir sus vidas. La paz social requiere que reconstruyamos la vida de las personas, y así, una persona reconstruida en su dignidad es un protagonista de la paz social, no solo porque se desmoviliza y deja las armas, sino porque es luz y motivación para otros que piensan que la guerra es eterna. En Villavicencio el Papa Francisco, después de escuchar a víctimas y victimarios, se inspiró en la Palabra de Dios para llenarnos de esperanza, y esa esperanza no puede morir en nosotros, los Cristianos Católicos misioneros permanentes de la reconciliación, la fraternidad y la paz. Nos dijo el Papa Francisco:“Resulta difícil aceptar el cambio de quienes apelaron a la violencia cruel para promover sus fines, para proteger negocios ilícitos y enriquecerse o para, engañosamente, creer estar defendiendo la vida de sus hermanos. Ciertamente, es un reto para cada uno de nosotros confiar en que se pueda dar un paso adelante por parte de aquellos que infligieron sufrimiento a comunidades y a un país entero. Es cierto que en este enorme campo que es Colombia todavía hay espacio para la cizaña. No nos engañemos. Ustedes estén atentos a los frutos, cuiden el trigo, no pierdan la paz por la cizaña. El sembrador, cuando ve despuntar la cizaña en medio del trigo, no tiene reacciones alarmistas. Encuentra la manera de que la Palabra se encarne en una situación concreta y dé frutos de vida nueva, aunque en apariencia sean imperfectos o inacabados (cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 24). Aun cuando perduren conflictos, violencia o sentimientos de venganza, no impidamos que la justicia y la misericordia se encuentren en un abrazo que asuma la historia de dolor de Colombia. Sanemos aquel dolor y acojamos a todo ser humano que cometió delitos, los reconoce, se arrepiente y se compromete a reparar, contribuyendo a la construcción del orden nuevo donde brille la justicia y la paz”. Al cumplirse un año de la profética visita del Papa Francisco a Colombia, le suplicó a todos aquellos actores de violencia en los distintos territorios de Colombia, que respeten la vida de las personas, que se dejen amar por Dios Padre, rico en misericordia. Animados por la presencia y el mensaje del Papa Francisco, los colombianos tenemos derecho a esperar un país sin narcotráfico, unas ciudades sin extorsión, unas tierras distribuidas con equidad, unos ciudadanos honrados, unos dirigentes políticos sirviendo al bien común, unos medios de comunicación cultivando los valores humanos, un sector bancario con sentido cooperativo superando toda tentación de usura, una Iglesia en salida misionera comprometida con el desarrollo humano integral, unas Fuerzas Armadas sirviendo al desarrollo social. Tenemos derecho a esperar y tenemos el deber de aportar todos, para que se vean en Colombia “los cielos nuevos y la tierra nueva” (Apocalipsis 21,1). A la luz del mensaje del Papa Francisco podemos formularnos tres preguntas para responderlas en los escenarios personal y social: ¿Somos capaces de promover y aceptar el cambio de quienes apelaron a la violencia? ¿Somos conscientes de que en nuestra propia vida y en la sociedad hay presencia de cizaña? ¿Somos obstáculo con nuestro estilo de vida, para que la justicia y la misericordia se encuentren? Jesucristo nuestro Señor en el llamado sermón de la montaña, nos dejó un verdadero desafío de vida, que sigue siendo muy actual en campos y ciudades de Colombia: “Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios” (Mt 5,9). En el mes de septiembre de cada año los Cristianos Católicos celebramos el mes de la Biblia y también en este mes, celebramos en la Iglesia de Colombia la Semana por la Paz del 9 al 16. La Palabra de Dios nos anima a vivir la paz y la reconciliación, a superar los odios y a dar paso al perdón, a construir una sociedad no violenta. El trabajo por la paz comienza en nuestra propia conciencia cuando somos capaces de superar toda tentación corrupta, vengativa, guerrerista, agresiva, pesimista. El cultivo de la no violencia comienza en nuestra propia interioridad, cuando somos capaces de superar nuestros odios para dar paso a la valoración de la dignidad de todas las personas incluyendo aquellos que piensan diverso a lo nuestro. «El amor y la verdad se encontrarán, la justicia y la paz se abrazarán» (Salmo 85,11) + Luis José Rueda Aparicio Arzobispo de Popayán

Jue 27 Sep 2018

Papa Francisco nombra nuevo nuncio apostólico en Colombia

El papa Francisco ha nombrado nuncio apostólico en Colombia a Su Excelencia, monseñor Luis Mariano Montemayor, arzobispo titular de Illici, hasta ahora nuncio apostólico de la República Democrática del Congo. Monseñor Luis Mariano Montemayor nació en Buenos Aires (Argentina), el 16 de marzo de 1956. Fue ordenado sacerdote el 15 de noviembre de 1985, incardinándose en la arquidiócesis de Buenos Aires. Doctor en Derecho Canónico. Ingresó al servicio diplomático de la Santa Sede el 1 de julio de 1991. Ha prestado sucesivamente este servicio en las representaciones pontificias de Etiopía, Brasil, Tailanda y en la Sección para las Relaciones con los Estados de la Secretaría de Estado del Vaticano. Nombrado nuncio apostólico en Senegal, Guinea-Bissau y en Cabo Verde; además, Delegado Apostólico de Mauritania, el 19 de junio de 2008. Ese mismo año, el 6 de agosto, recibió la consagración episcopal. Nombrado nuncio apostólico en la República Democrática del Congo, el 22 de junio de 2015. El nuevo nuncio apostólico en Colombia, habla italiano, francés, inglés y portugués. Próximamente, la Santa Sede informará la fecha de posesión del cargo diplomático en Colombia de monseñor Montemayor.

Vie 7 Sep 2018

Iglesia colombiana conmemoró 50 años de visita de Pablo VI al país

En acto realizado ayer de noche en la sede de la Conferencia Episcopal colombiana, jerarcas, religiosos y laicos conmemoraron los 50 años de la visita de Pablo VI a Colombia, la primera que un Pontífice realizaba a un país de América Latina. Estaban presentes, entre otras autoridades, el presidente, vicepresidente y secretario de la Conferencia Episcopal. Dos ponencias y un conversatorio, alimentaron a la audiencia con los hechos de la vida del Papa Montini y su paso por el país andino. Mons. Flavio Calle Zapata, Arzobispo de Ibagué, y quien fue ordenado sacerdote en Bogotá en la visita del Papa en 1968, hizo un recuento de los principales hitos biográficos de la vida de Juan Bautista Montini. A su turno, Mons. Eleazar Escobar -capellán de la Universidad del Rosario- resaltó y comentó algunos apartes de los pronunciamientos del último Papa italiano en Colombia, relacionándolos con textos de sus encíclicas y algunos documentos del último Concilio. Tras un breve receso, se dio un conversatorio sobre diversos puntos del impacto de la visita de Pablo VI a Colombia, en el que a los anteriores expositores se sumó un obispo auxiliar emérito de Bogotá, Mons. Enrique Sarmiento Angulo, y una religiosa de la Presentación que hizo sus votos solemnes mientras el Papa Montini estaba en Colombia. Después del conversatorio fue repartido a los presentes una edición de los Discursos y homilía de Pablo VI en Colombia, finamente editado por el Instituto San Pablo Apóstol, institución de educación técnica creada a partir de una generosa donación que trajo Pablo VI al país para ser destinada en la formación de las clases menos favorecidas. El Instituto cumple con éxito hasta hoy la misión a la que fue destinado. Por: Agencia Gaudium Press

Lun 3 Sep 2018

Frutos y compromisos tras la visita de S.S. Francisco

Por: Monseñor Oscar Urbina Ortega - Ante la visita del Papa Francisco, surge para la Iglesia en Colombia un gran compromiso de hacer eco al mensaje pastoral del Vicario de Cristo, para que sus palabras y enseñanzas se mantengan vivas y se conviertan en un itinerario esperanzador de reconciliación y paz para el país. Somos conscientes que debemos ir al encuentro de aquellos que llenaron los lugares donde estuvo el Papa, como también de aquellos que lo siguieron por los medios de comunicación tradicionales y digitales. Hay que ir al encuentro de esos miles y miles de colombianos que se abrieron al mensaje de Francisco y, quizás, hoy sienten y piensan que se merecen una nueva oportunidad enmarcada en los valores de la justicia, la solidaridad, la fraternidad, la reconciliación y la paz. Por esta razón hemos suscitado espacios que nos han permitido, desde la grata recordación de los temas expuestos en Colombia por el Santo Padre, recurrir a nuevas metodologías de encuentro, discernimiento, acercamiento a la Sagrada Escritura y al Magisterio de la Iglesia, promoción vocacional y defensa de la vida y la familia. En este sentido podríamos compartir que: Los obispos del país nos reunimos en asamblea plenaria extraordinaria en noviembre del año pasado, para reflexionar sobre el mensaje que nos dejó a los colombianos el Santo Padre. Se han realizado innumerables conversatorios, foros, conferencias, sobre el mensaje del Papa, realizados en universidades, colegios, diócesis y parroquias. Se han diseñado y emitido por diferentes espacios muchas piezas gráficas y audiovisuales, así como entrevistas en los medios de comunicación y libros con las homilías y los discursos que el Santo Padre pronunció en Colombia. Desde el Departamento de Educación de la Conferencia Episcopal, en alianza con CONACED y SM Editores, se han impulsado una serie de foros regionales sobre la educación católica, teniendo como eje transversal la ‘cultura del encuentro’ propuesta por el papa Francisco. Estos foros se han realizado en Cúcuta, Medellín, Cali, Neiva, Barranquilla, Ibagué y el último de este año será en Bogotá los días 18 y 19 de septiembre. Se está organizando un diplomado con la universidad Javeriana sobre la ‘cultura del encuentro’. En algunas jurisdicciones eclesiásticas se han promovido iniciativas de pastoral social como las que bendijo el Papa en Cartagena: Talitha Qum y María Revive, espacios para atender las necesidades de los más pobres. Se realizó un congreso nacional sobre la reconciliación y se institucionalizó la ‘Jornada anual de oración por la reconciliación’ cada 3 de mayo. La Conferencia Episcopal publicó el libro ‘Raíces de la Violencia en Colombia’ y, junto con la Presidencia de la República, se está editando un libro-recordatorio sobre la visita del Papa con sus discursos, homilías y fotografías. Se prepara Expocatólica 2019 (marzo 7 al 10), en Bogotá, con el lema: “Sigamos caminando juntos, al paso de Francisco”. Esta será una oportunidad para ‘seguir caminando juntos’ al paso de la enseñanza que dejó la visita del Papa Francisco; será una ocasión propicia para que las personas, entidades e instituciones, nacionales e internacionales, puedan compartir las experiencias creativas e innovadoras de su actividad empresarial; y se disfrutará de un espacio de oración y cultura en el cual se visibilizarán las iniciativas de promoción humana integral de todas las regiones del país. Pero, quizás, el mayor aporte que nos pudo hacer el Papa con su visita fue animarnos a cambiar la manera de ver la realidad colombiana. Abrirnos realmente a la necesidad de reconciliación para dar pasos significativos hacia una “paz estable y duradera”. Él fue enfático cuando dijo: “Si Colombia quiere una paz estable y duradera, tiene que dar urgentemente un paso en esta dirección, que es aquella del bien común, de la equidad, de la justicia, del respeto de la naturaleza humana y de sus exigencias. Sólo si ayudamos a desatar los nudos de la violencia, desenredaremos la compleja madeja de los desencuentros: se nos pide dar el paso del encuentro con los hermanos, atrevernos a una corrección que no quiere expulsar sino integrar; se nos pide ser caritativamente firmes en aquello que no es negociable; en definitiva, la exigencia es construir la paz, «hablando no con la lengua sino con manos y obras» (san Pedro Claver), y levantar juntos los ojos al cielo: Él es capaz de desatar aquello que para nosotros pareciera imposible, Él ha prometido acompañarnos hasta el fin de los tiempos, Él no dejará estéril tanto esfuerzo.” (Homilía en Cartagena, sept. 10 de 2017) + Oscar Urbina Ortega Arzobispo de Villavicencio Presidente de la Conferencia Episcopal

Jue 23 Ago 2018

Pablo VI en Colombia

Por: Luis Fernando Rodríguez Velásquez - Pablo VI, pontífice entre 1963 y 1978, que será canonizado el próximo mes de octubre, fue el primer Papa que visitó América Latina en el histórico viaje que hizo en 1968 a Bogotá. Dos eventos de carácter internacional hicieron posible su venida a Colombia, el XXXIX Congreso Eucarístico Internacional a celebrarse en Bogotá, y la Segunda Conferencia General del Episcopado latinoamericano, que se realizaría en Medellín. Hace 50 años, Colombia, como lo estuvimos en 1986 con Juan Pablo II y hace poco con el Papa Francisco, estuvo de fiesta, y fue tierra donde el Papa Pablo VI sembró con ilusión la semilla del Evangelio y encomendó a los Obispos de toda América latina la tarea de aplicar de la mejor manera, en primer lugar, las orientaciones emanadas del Concilio Vaticano II, que apenas había concluido en 1965; y en segundo lugar, la acogida de la Encíclica Humanae Vitae, que él mismo acababa de publicar ese año, y para lo cual, invitó a los obispos, y la Iglesia en general, a “comprender bien la importancia de la difícil y delicada posición que, en homenaje a la ley de Dios, hemos creído un deber reafirmar” (Discurso de Pablo VI en la apertura de la segunda conferencia de Medellín). El título de la Conferencia de Obispos de Medellín es sugestivo y nos permite, con la mirada puesta en el Concilio y en esta reunión, evaluar la forma como sus conclusiones han sido o no acogidas. “La Iglesia en la actual transformación de América latina a la luz del Concilio”. Éste fue el título y el objetivo del encuentro continental. Es necesario dar gracias a Dios porque no abandona nunca su Iglesia, y a través de la actividad colegial y sinodal en la Iglesia, nos sigue mostrando la senda para avanzar por el camino de la fe y la humanización de la sociedad. El documento con las Conclusiones de Medellín ha sido histórico. Casi que se puede decir que marca un antes y un después en las reflexiones de la teología y la pastoral del pueblo latinoamericano. Su metodología del ver, juzgar y actuar, todavía vigente, ha sido un instrumento de gran valor, para hacer de la pastoral una trabajo pertinente, que permita entender el concepto amplio de la liberación integral que aparece con contundencia en repetidas páginas de las Conclusiones. Los invito a releer con ánimo constructivo, el Documento de Medellín y cruzar sus Conclusiones con el práctico y actual Magisterio del Papa Francisco. De seguro, que tanto a los clérigos, como a los religiosos y los laicos, su lectura los animará para seguir creyendo en este continente de la esperanza y seguir trabajando para que la luz del Evangelio ilumine todo nuestro actuar. Y pensando en el momento que vivimos actualmente en Colombia, recuerdo lo que dijeron los Obispos hace 50 años, en Medellín: “Queremos también advertir, como un deber de nuestra conciencia, de cara al presente y al futuro de nuestro continente, a aquellos que rigen los destinos del orden público. En sus manos está una gestión administrativa, a la vez liberadora de injusticias y conductora de un orden en función del bien común, que llegue a crear el clima de confianza y acción que los hombres latinoamericanos necesitan para el desarrollo pleno de su vida” (Mensaje a los pueblos de América latina). + Luis Fernando Rodríguez Velásquez Obispo Auxiliar de Cali