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Iglesia

Jue 14 Oct 2021

La mies es abundante y los obreros pocos

VIGESIMONOVENO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Octubre 17 de 2021 Primera lectura: Is 53,10-11 Salmo: Sal 33(32),4-5.18-19.20+22 Segunda lectura: Hb 4,14-16 Evangelio: Mc 10,35-45 (forma larga) o Mc 10, 42-45 (forma breve) I. Orientaciones para la Predicación Introducción En su camino hacia Jerusalén que es un símbolo de su marcha hacia la hora pascual de su muerte y resurrección, Jesús anunció por tercera vez que iba a ser entregado y morir, en este contexto llega la petición de los dos apóstoles de estar en la gloria y la lección que luego da Jesús a todos: • El siervo de Dios, Jesucristo, sufriendo por todos nosotros “representa” a todos los hombres y mirándolo a Él, el Padre misericordioso reconcilia a toda la humanidad. • Jesucristo es nuestro “Sumo y Eterno Sacerdote” que perpetua su obra en la vida de los sacerdotes que entregan su vida por el bien de todos. • Jesús propone un modelo de grandeza diferente para sus discípulos: el humilde servicio reciproco, la entrega total de cada uno por el bien de los hermanos. 1. Lectio: ¿Qué dice la Sagrada Escritura? Este domingo la liturgia nos lleva a reflexionar en torno al carácter servicial de la autoridad, y del seguimiento de Cristo. Dos de los protagonistas del relato son los hermanos Santiago y Juan, apóstoles de Jesús. Estos hermanos se dirigen a Jesús con un pedido muy especial; “Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda”. Jesús responde claramente que no saben lo que piden. Jesús había anunciado a sus discípulos que debía padecer, morir y resucitar al tercer día. Este pedido de Santiago y Juan nos muestra que quienes acompañaban a Jesús en ese momento, estaban inmersos en sus propios intereses, y no habían captado correctamente las palabras de Jesús. Quieren participar de la gloria de Cristo, y este es un magnífico deseo, el mejor que cualquier hombre puede desear en su vida. Pero desconocen que el camino de la Gloria es el de la Cruz. Confunden la gloria con una propia aspiración personal, el éxito terreno, el prestigio y la honra. A la pregunta de Jesús, acerca de si pueden beber el cáliz y recibir el mismo bautismo, ellos responden que sí. Jesús consintió, pero con respecto al pedido de sentarse a la derecha o a la izquierda en el Reino, Jesús dice, que sólo al Padre le corresponde concederlo, y no a él. “Beber el cáliz”, del sufrimiento o de la alegría era una metáfora muy usada en la literatura judía para referirse a los dolores o alegrías que debía experimentar una persona; aquí se refiere a la Pasión de Cristo. No es una pretensión equivocada la de los hermanos, su deseo es vivir algo grande e inmenso, aunque no lleguen a comprender que se trata del Reino de los cielos. Por lo tanto, no es una grandeza según los esquemas del mundo en que todo se mide por el éxito, poder, dinero, etc. Sino que Jesús propone un camino diferente para lograr esta grandeza: la humildad. Los otros diez apóstoles que escucharon el pedido de los hermanos Santiago y Juan, se indignaron, y tuvieron malos sentimientos. Surge en ellos el veneno de la envidia y de la ambición, sentimientos comunes de quienes buscan el poder, y el reconocimiento. Es por eso que Jesús pone el ejemplo de los gobernantes, y de los poderosos, haciendo un llamado a no ser como ellos. Para ser “grande”, hay que hacerse servidor, y para ser el primero, hay que hacerse el sirviente de los hermanos. Esto no es sólo una enseñanza de Jesús, sino lo que Él mismo vino hacer: a servir y a dar su vida en rescate de una multitud. Jesús enseña con sus palabras, pero más aún con su propia vida. 2. Meditatio: ¿Qué me dice la Sagrada Escritura y que me sugiere para decirle a la comunidad? Jesús critica el modelo reinante en su tiempo y que se ha perpetuado hasta nuestros días, el entender la autoridad como dominio y tiranía. A todos nos gusta más ser servidos que servir. Ocupar los primeros lugares que los últimos, buscamos poder esclavizar a otros, sí podemos. El mal uso de la autoridad no solo habría que referirlo al ámbito social y político que nombra Jesús, sino también al familiar, comunitaria y eclesial. Todos tenemos la tentación de dominar y tiranizar a los demás. La Iglesia, toda entera, como comunidad de discípulos de Jesús, debe ser servidora de la Humanidad, y no dueña y señora. No apoyada en el poder, sino dispuesta al amor servicial, animada por el ejemplo de Jesús en el lavatorio de la Última Cena. Ante la situación que vive la humanidad y también nuestras comunidades se nos pide a todos como Iglesia una actitud de renuncia y sacrificio que refleje el verdadero amor y seguimiento cristiano. 3. Oratio y Contemplatio: ¿Qué suplicamos al Señor para vivir con mayor compromiso la misión? ¿Cómo reflejo en la vida este encuentro con Cristo? Nosotros, como los discípulos de Jesús, Santiago y Juan, también con frecuencia le pedimos cosas al Señor, que aparentemente son buenas, pero no responden a la construcción del Reino de Dios en medio de nosotros. Los discípulos de Jesús comprendieron después la grandeza de la cruz y aprendieron a renunciar a todo por los valores más sublimes. En este domingo le pedimos al Señor que nos ayude a entender el seguimiento cristiano como una búsqueda de la entrega y del servicio a los más necesitados. Los hombres no queremos beber el cáliz de la pasión, el cáliz de la humillación, los hombres deseamos cosas sublimes, pero rechazamos las humildes. Debemos recordar que nadie puede construir un edificio elevado si antes no ha puesto firmes los cimientos. II. Moniciones y Oración Universal o de los Fieles Monición introductoria de la Misa Nos congrega el Señor este domingo, para escuchar su Palabra y alimentarnos de su Cuerpo y de su Sangre. El mensaje que la Palabra de Dios tiene para nosotros no es fácil de vivir. Sin embargo, tenemos como ejemplo a Cristo, que cargó con nuestros pecados. Todos estamos llamados a beber del cáliz de este sufrimiento, entregándonos al servicio de los demás. En la Eucaristía, en que renovamos la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, Dios nos da la fuerza que necesitamos para seguir a Jesús, para servir a los demás. Celebremos con fe y esperanza. Monición a la Liturgia de la Palabra La Palabra de Dios viene a nuestro encuentro y lo hace de manera especial en la celebración de la Eucaristía. Hoy nos recuerda que en nuestro anuncio sólo tenemos a Cristo pobre y crucificado. En este siervo de Dios, encontramos la salud, la esperanza y la victoria ante las adversidades; sin embargo, ello implica que abracemos la cruz cada día. Dispongamos nuestro ser, para escuchar este mensaje de salvación. Oración Universal o de los Fieles Presidente: Queridos hermanos: Cristo Jesús, habiendo entregado su vida por nosotros, se hizo servidor de la humanidad. Es justo elevar nuestras voces suplicantes a Dios Padre, en este domingo, diciendo: R. Escúchanos, Padre misericordioso 1. Oremos por la Iglesia extendida por todo el universo, por sus ministros ordenados, por los religiosos y los laicos, para que, haciendo de su vida una entrega continua, sean evangelizados y evangelicen a sus hermanos. Oremos. 2. Oremos por quienes tienen el encargo de gobernar a las naciones, para que no busquen ser servidos, sino servir desinteresadamente, según el modelo que encontramos en la persona de Jesús, misionero del Padre. Oremos. 3. Oremos por todos los que sufren, de manera especial por los pobres, los más afectados por la pandemia y los enfermos, para que nuestro servicio fraterno alivie sus sufrimientos. Oremos. 4. Oremos por todos los que participamos en esta celebración, para que a imitación de Jesús, Siervo de Dios, aprendamos a servir y dar la vida por todos. Oremos. Se pueden añadir otras intenciones personales... Oración conclusiva Padre Santo, que has enviado a tu Hijo al mundo para que nuestros pueblos en Él tengan vida, escucha la oración que confiados te presentamos Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.

Jue 14 Oct 2021

Concluye XIII encuentro de rectores de la Red de Universidades Católicas -RUCC

El campus de la Universidad Pontificia de Medellín, fue escenario del XIII encuentro de rectores de la Red de Universidades Católicas de Colombia – RUCC –, espacio que tuvo como eje central el análisis y la reflexión de la responsabilidad de estas instituciones frente a los retos tecnológicos. Fray Ernesto Londoño, presidente de la RUCC y rector de la Universidad San Buenaventura, informó que los 50 rectores presentes, provenientes de 25 universidades católicas, tuvieron la tarea de reflexionar, además, sobre la importancia de esta red de universidades “una red que está posicionándose como una voz necesaria en el país”. El religioso dijo que es importante que, en la academia, desde el humanismo cristiano, los valores y defensa de otros principios, se continúe aportando con respuesta concretas a las situaciones que el país requiere en este momento. “El país necesita profesionales no solamente que sean expertos en áreas disciplinares, necesita personas integrales personas con una formación humanística y con una formación en valores cristianos, pero con un gran respeto a la diferencia en diálogo con otras culturas, con otras religiones, con otras formas de pensar, pero dejando muy claro el sustento que es el Evangelio de nuestras instituciones como institución de la Iglesia”, advirtió el sacerdote. En el encuentro, la RUCC también presentó el informe del avance Pacto Educativo Global y el informe general y Pronunciamiento para la Asamblea Eclesial 2021 para América Latina y el Caribe. Además, se hizo un panel con los coordinadores de los nodos. Finalmente, se llevó a cabo la elección de la nueva junta directiva de la RUCC, para un período de dos años, donde fueron reelectos Fray Ernesto Londoño, como presidente, y el padre Julio Jairo Ceballos, rector de la Pontificia Universidad Javeriana, como vicepresidente. Por la Conferencia Episcopal de Colombia, participaron monseñor Ricardo Tobón Restrepo, arzobispo de Medellín y monseñor Francisco Niño, director del departamento Educación, Cultura y Universidades. Además, entre los rectores asistieron el padre Julio Jairo Ceballos Sepúlveda, de la Universidad Pontificia Bolivariana; padre Jorge Humberto Peláez Piedrahita, rector de la Pontificia Universidad Javeriana; Fr. Ernesto Londoño, rector de la Universidad San Buenaventura; Fray José Gabriel Mesa Ángulo, rector de la Universidad Santo Tomás, los rectores de las nueve Universidades Católicas de Antioquia – Chocó, entre otros.

Jue 14 Oct 2021

Clamor de los pueblos indígenas del suroriente colombiano

Convocados por la Pastoral Social Regional del suroriente colombiano, del 3 al 8 de octubre se reunieron en Timbo de Betania, municipio de Mitú – Vaupés, líderes y lideresas indígenas de los departamentos de Vichada, Guaviare, Vaupés y Amazonas, con el objetivo de visibilizar la realidad de “la casa común” de la Amazonía colombiana. Luego de este trabajo, que se dinimizó a partir de espacios participativos y el compartir de conocimientos tradicionales, se ofreció un comunicado a la opinión pública con las conclusiones, donde se hace un llamado a la presevación, conservación y protección del territorio y el cuidado de la "casa común". Fuente: Of. comunicaciones del Secretariado Nacional de Pastoral Social [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon]

Lun 11 Oct 2021

Aprendiendo a caminar juntos

Por: Mons. Darío de Jesús Monsalve Mejía - “Juntos vamos más despacio, pero podremos llegar más lejos”, reza una popular consigna. La tentación de quedarnos quietos, de instalarnos como seres sedentarios, es contrarrestada por la vocación nómada que convierte el camino, la vía, el sendero, el viaje y las encrucijadas, en metáforas de la existencia. Como seres vivos, el dinamismo interior nos hace buscar la luz y tener ojos que la reciban y nos permitan ver. Todos nuestros sentidos están en función del movimiento, del pensamiento, del horizonte, del crecimiento y del avance. La vida puede ser vista como un proceso de subida hasta el descenso de la vejez y la muerte, o como un progreso hacia la felicidad más plena y eterna. También el vivir puede ser simplemente un coexistir, o tirando a más, una convivencia y, más plenamente aún, una comunión que engendra comunidad y sinodalidad, es decir, un caminar juntos. Desde la fe, tanto la génesis como la escatología, es decir, el inicio y la meta de la humanidad, marcan la existencia como itinerario de vida e historia, pero más profundamente, como “alianza” con Dios, arraigada en la consciencia personal, en la relación interhumana, en el trato con los demás seres vivos, en el dinamismo de toda la creación. Son “los caminos de Dios en la tierra” y el perpetuo caminar de la fe que caracteriza la condición del creyente. Este destino no es un errar por caminos azarosos, sino una perpetua marcha siguiendo la estrella, como los magos de Oriente (Mateo 2,9), como rebaño del Buen Pastor o séquito del Cordero. “Dios es origen, guía y meta del Universo” (Romanos 11,36). “Yo soy el camino la verdad y la vida” (Juan 14,6). “Recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra, cuando llegase el momento culminante” (Efesios1,10), es “el plan de Dios” para el universo. El mismo ser de Dios se ve plasmado en este obrar dinámico del Padre Creador, del Hijo Salvador y del Espíritu Unificador, proyectándolo “al mundo entero y a toda la creación” (Marcos 16, 15). Este gran horizonte entre el mundo, la persona y Dios, llamados “a la perfección del amor”, es el que nos permite percibir también el actuar de Dios en nuestros tiempos, espacios y procesos. Más aún, nos impulsa a comprender “la sinodalidad eclesial” que intentamos despertar entre los creyentes católicos y los de otros credos, también en la humanidad como tal, en los actuales tiempos y acontecimientos. Somos humanidad e Iglesia en camino, “aprendiendo a caminar juntos”. Somos “compañeros de viaje”: “en la Iglesia y en la sociedad estamos en el mismo camino, uno al lado del otro”, reza el documento preparatorio para “el Sínodo de la sinodalidad”. Este no es un sínodo temático sino un proceso de conversión de la Iglesia, primeramente hacia adentro de ella misma, en tres planos: en el plano de su estilo y naturaleza asamblearia, de sus estructuras comunitarias e institucionales y de sus procesos y procedimientos, basados en la escucha, el ejercicio de la palabra, del diálogo, de la consulta y los consensos. Pero este “hacia adentro” de la comunidad eclesial diocesana, regional y universal, no es auto referencial: no se reduce a ampliar reuniones y conversatorios, ni siquiera a integrar a los creyentes, hombres y mujeres, generaciones y carismas, servicios y ministerios. Es una sinodalidad misionera, ecuménica, espacial y diaconal. Es “la Iglesia en salida” hacia periferias y centros; abierta como espacio de encuentro y de diálogo sociocultural, para diversos y adversos; identificada como servidora de la humanidad, desde su sentido más ecuménico, samaritano y profético. Por todo lo anterior, la sinodalidad no es sólo un método pastoral, sino ante todo un propósito territorial de integrar poblaciones y etnias, culturas y tradiciones. Un compromiso colectivo de cuidar de los más débiles, de los más vulnerables, de las víctimas e indefensos, así como de “la casa común”. Hacia afuera es entonces llegada, conversación, escucha, diálogo e integración de espiritualidades, para suscitar propuestas y llegar a propósitos comunes, a tejer ese “caminar juntos”, indispensable hoy ante los desafíos de las crisis sanitaria, ambiental, migratoria, de seguridad e inclusión social. Y hacia adentro ha de ser, fundamentalmente, de configuración comunitaria, de participación y discernimiento, de respuesta a las preguntas y desafíos que nos plantea el “caminar juntos” hacia afuera, con nuestros pueblos y naciones, construyendo con ellos vida, dignidad humana, convivencia, paz, progreso y futuro. Escribo estas reflexiones con todo el “beneficio de inventario”: la sinodalidad no es una “novedad” sino un aprender a caminar con Jesús y como Él, con la Iglesia Primitiva y con María. Un aprendizaje para estos tiempos y realidades que todos debemos hacer. Necesita hoy la humanidad que la Iglesia la contagie del espíritu de comunidad, del ambiente de concilios y de sínodos, desde el de Jerusalén en los inicios, hasta el Vaticano II. Aún en nuestro continente americano, desde Santo Toribio de Mogrovejo, gran arzobispo de Lima y gigantesco ejemplo de sinodalidad, hasta el Sínodo de la Amazonia, que recién se hizo, marcan este “caminar juntos” que nos urge asimilar y testimoniar. Todo un desafío por afrontar, partiendo siempre del itinerario que ya hemos hecho como Iglesia del post concilio, desde la “Evangelii Nuntiandi” de San Paulo VI, hasta la “Evangelii Gaudium” y el magisterio del Papa Francisco. Nuestro plan quinquenal arquidiocesano, con sus previstas asambleas presinodales y el sínodo parroquial quinquenal, recoge, en gran medida, este contenido sinodal y conciliar de la Iglesia. Una Iglesia Servidora, discípula, samaritana, esponsal, territorial y sinodal, son los trazos de ese rostro comunitario y sinodal que nos hemos propuesto darle a nuestra Iglesia Particular de Cali y que ahora podemos configurar y fortalecer desde las Asambleas Parroquiales de Servidores y la llegada misionera a las gentes de todo el territorio parroquial. Una parroquia sinodal, con esposos, familias. Carismas, servicios y ministerios, con verdaderos espacios de encuentro y de acuerdos dos, con una espiritualidad de participación, comunión y misión. Volvamos consigna nuestra para estos años de aprendizaje en este “caminar juntos”: “desde cada parroquia, nuestra Iglesia se hace sinodal”. + Darío de Jesús Monsalve Mejía Arzobispo de Cali

Dom 10 Oct 2021

Mi encuentro con Gloria Cecilia Narváez en la Basílica de San Pedro

Como una feligrés más, con su hábito franciscano y en compañía de una hermana joven de su congregación –las Franciscanas de María Inmaculada– estaba Gloria Cecilia Naváez en la Basílica de San Pedro en la Eucaristía de apertura del Sínodo de los Obispos en la mañana de este domingo 10 de octubre. La noche anterior había visto un tuit de la Presidencia de Mali anunciando su liberación. Fue lo último que leí antes de acostarme. Recordé el Magníficat y pensé: “el buen Dios hace proezas”. No me hubiera dado cuenta de su discreta presencia en el corazón del Vaticano de no haber sido por el papa Francisco que se acercó a una de las barandas cercanas al sector donde nos encontrábamos los invitados del sínodo –en mi caso, como miembro de la comisión de comunicación–. Francisco caminó directamente hacia donde se encontraba ella, como suele hacerlo cuando se encuentra con las multitudes. Los demás nos fuimos aproximando atraídos por el imán de su bondad. Estaba sonriente. La saludó casi abrazándola y luego dijo en voz alta, mirando a otras hermanas que estaban allí: “¿todas son religiosas?”. Yo respondí en voz baja, “también estamos algunos laicos”. Alguien a mi lado gritó: “¡bravo Francisco!”. Y el Papa siguió su camino para dar inicio, minutos después, a la Eucaristía. Lágrimas de alegría Cuando todos comenzaron a volver a sus lugares me quedé mirando a aquella religiosa a quien Francisco había saludado tan afectuosamente. Entonces descubro que se trataba de Gloria Cecilia Narváez, la hermana colombiana secuestrada hace cuatro años, ocho meses y dos días por un grupo yihadista vinculado a Al-Qaeda, por quien hemos orado y de quien hemos escrito en múltiples oportunidades, con la esperanza en su liberación. “Haga hasta lo imposible por liberarme”, había pedido al papa Francisco a inicios de 2018 en un mensaje que le dio la vuelta al mundo. Allí estaba ella con Francisco, y recién caía en la cuenta cuando le pregunté: “¿eres Gloria Cecilia?”. Me dijo que sí con un tenue hilo de voz y con un gesto en su mirada. Me abalancé sin meditarlo y le dije: “Soy Óscar Elizalde, de Colombia, déjame darte un abrazo en nombre de millones de colombianos”. No pude contener algunas lágrimas de alegría. Enseguida le pregunté cómo estaba, y me narró el sufrimiento de muchas religiosas que han vivido el drama del secuestro, como ella. Su voz se entrecortaba. “Las deformaron mucho, las amordazaron”, narró. No me habló de su sufrimiento, sino del de otras hermanas que han corrido con peor suerte. Al instante se acercaron también la Hna. María Luisa Berzosa, Cristina Inogés Sanz y Rafael Luciani. Nos tomamos algunas fotos mientras la abrazábamos expresándole nuestra alegría. Luego le pregunté “¿a qué te aferraste en todo este tiempo?”. No lo dudó: “a Dios”. Se le cortó la voz un poco. “Muy duro…”, continuó. En ese momento me pidieron regresar a mi puesto de inmediato. Le alcancé a decir que luego de la misa quería seguir conversando con ella, y no dejaba de mirarla de reojo desde mi silla (a unos siete metros en diagonal, dos filas adelante). Cuando empezó la misa pensé en ir a darle otro abrazo cuando llegara el momento de la paz, antes de la comunión, pero ella tuvo que salir antes. La vi retirarse con la misma discreción con que estaba sentada allí, en la Basílica de San Pedro, como una parroquiana más. Me alegré de verla acompañada de su hermana de comunidad. Escrito por: Óscar Elizalde Prada Portal católico Vida Nueva - Colombia

Sáb 9 Oct 2021

Episcopado celebra con gozo liberación de la hermana Gloria Narváez

A través de un video mensaje, monseñor Mario de Jesús Álvarez Gómez, presidente de la Comisión de Misiones de la Conferencia Episcopal de Colombia, confirmó la liberación de la religiosa Gloria Cecilia Narváez, secuestrada en Malí, África desde el 7 de febrero de 2017. “Como presidente de la Comisión de Misiones del episcopado colombiano, con inmensa alegría doy el anuncio de la liberación de la hermana Gloria Cecilia Narváez, religiosa de la Congregación de las Hermanas Franciscanas de María inmaculada, hace poco fue liberada allí en Mali África”, afirmó el prelado. El también obispo de Istmina - Tadó, al manifestar su alegría por la liberación de la hermana Gloria Cecilia, agradeció la gestión realizada por la Santa Sede, la Nunciatura Apostólica de Colombia y la Conferencia Episcopal de Colombia. “Damos Gloria y bendición a Dios por este momento tan gozoso de la Iglesia universal y de la Iglesia en Colombia”, finalizó diciendo el prelado Fotos: Tomadas de internet

Sáb 9 Oct 2021

Éxito el foro: ¿Es la eutanasia una solución? Los Cuidados Paliativos como Alternativa”

La Comisión Episcopal para la Promoción y Defensa de la Vida, de la Conferencia Episcopal de Colombia, realizó este 7 de octubre de 2021, el Foro ¿Es la eutanasia una solución? Los Cuidados Paliativos como Alternativa”. Más de 500 personas conectadas a través de plataformas de internet, 1.800 vistas en YouTube y miles de televidentes del Canal Cristovisión, se unieron para encontrar respuestas académicas desde distintas áreas del conocimiento, a las preguntas en torno a si es la eutanasia o no una solución a los problemas que presenta la condición vulnerable de la existencia humana. Este Foro, da inicio a una serie de acciones tomadas por los obispos colombianos que tiene por finalidad convocar a los hombres y mujeres de buena voluntad a dar una respuesta como Iglesia, a los desafíos que supone la intención de consagrar la eutanasia como un derecho fundamental en Colombia. Fue un escenario, donde laicos, personal de la salud, entidades católicas prestadoras de servicio sanitario y la comunidad en general, plantearon la inquietud respecto de su eventual participación forzosa en procedimientos eutanásicos, a lo que expertos en esta materia expusieron desde lo jurídico, científico, ético y moral, respuestas orientadoras que no atenten contra una conciencia bien formada. Por su parte, monseñor Francisco Antonio Ceballos Escobar, presidente de la Comisión Episcopal de Promoción y Defensa de la Vida,resaltó que, la extraordinaria participación de miles de asistentes, es signo evidente de la confusión que enfrentan los colombianos frente a las normativas en este tema tan sensible y que pudo ser expuesto de una manera asertiva por los diferentes panelistas. “Entendemos esta incertidumbre legal como parte del avance del fenómeno denunciado por el Papa Francisco la Cultura del Descarte. Esa cultura que reduce el milagro de la existencia humana, a unos cuantos argumentos de apariencia científica y legal”. “Sin embargo, pudimos conocer de la mano de expertos que la ciencia ha avanzado al punto de garantizarnos que incluso el dolor inaguantable es susceptible de ser aliviado. Damos gracias a Dios por el avance tecnológico que nos permite enfrentar la condición dolorosa de la existencia humana de manera tolerable y digna”. “También comprendimos que tanto desde la perspectiva médica, como desde la perspectiva ética y moral, la eutanasia no resuelve ningún problema humano y, por el contrario, nos conduce a profundas contradicciones con nuestra esencia moral y con la razón de la existencia misma del cuidado de la salud”, puntualizó el también obispo de Riohacha. El prelado agradeció a los profesionales, que durante los últimos meses dedicaron sus talentos y experticia en la preparación de sus ponencias que, de manera contundente, permitieron encontrar respuestas coherentes y esperanzadoras. El Foro también fue ocasión para anunciar el sitio web www.eutanasia.cec.org que se pondrá a disposición de la comunidad con textos del magisterio de la Iglesia, científicos y bioéticos que contienen análisis y evidencias que sustentan a quienes no quieren participar, ni facilitar la eutanasia en Colombia. Así mismo el sitio dispondrá de un espacio de contacto en el cual, un equipo de experimentados profesionales, ofrecerá su orientación para casos puntuales. Finalmente, como conclusión del Foro, se propuso un MANIFIESTO SOBRE LA OBJECIÓN DE CONCIENCIA RESPECTO DE LA PARTICIPACIÓN O FACILITACIÓN DE LA EUTANASIA EN COLOMBIA, que está dispuesto para la firma de todas las personas y organizaciones que no intervendrán en la aplicación de la eutanasia en Colombia. “Somos una Iglesia en Salida. Con la ayuda de Dios y la colaboración de los hombres y mujeres de buena voluntad, esperamos dar una respuesta eficaz a los desafíos que nos impone el momento actual”, con estas palabras concluyó el foro monseñor Ceballos.

Vie 8 Oct 2021

La voz del Pastor | 10 de octubre de 2021

Reflexión de monseñor Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y primado de Colombia Lectura del Santo Evangelio segúnSan Marcos 10,17-27