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Iglesia

Lun 4 Jul 2022

REPAM Colombia y SNPS presentan el boletín "La Amazonia eres Tú"

REPAM Colombia, junto al Secretariado Nacional de Pastoral Social - Cáritas Colombiana (SNPS-CC), presenta la segunda edición del boletín viajero "La Amazonía eres Tú", con un contenido que identifica y reconoce la Amazonía. En esta segunda edición, se recopilan todas las actividades realizadas en la Semana Laudato Si’, voces de diferentes lugares, próximos encuentros y actividades y espacios que realiza REPAM Colombia en la Amazonía y la Orinoquia. Descargar BOLETÍN AQUÍ

Lun 4 Jul 2022

Ecos de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2022

Diversas actividades se llevaron a cabo entre el 5 y el 12 de junio con motivo de la semana que anualmente se dedica a orar por la unidad de todos los cristianos. La Comisión Episcopal de Promoción de la Unidad y del Diálogo – PUD, presidida por monseñor Edgar Aristizábal Quintero, obispo de Yopal, y su Departamento Ejecutivo en el Secretariado Permanente del Episcopado, lideró los encuentros durante estos días en los que se cultivó el ecumenismo de la caridad, de la oración y de la vida con ocho iglesias cristianas históricas que pertenecen al Comité Ecuménico de la Conferencia Episcopal. También se contó con el apoyo del Movimiento de los Focolares, de Chiara Lubich, dedicados al trabajo de unidad en la Iglesia, así como del Equipo Asesor PUD. El domingo 5 de junio la Iglesia Metodista ofreció el Servicio Dominical en su templo de Chapinero (Bogotá), especialmente orando por esta intención; acompañó la oración el Movimiento de los Focolares; el martes 6, desde Bello (Antioquia), la Iglesia Siro Ortodoxa de Antioquía celebró la Divina Liturgia según el rito siro antioqueno de Santiago, en el templo San Ignacio de Antioquía. El miércoles 7, el turno fue para la Iglesia Luterana con sus dos ramas, la Congregación San Mateo (Luterana Alemana) y la IELCO (Iglesia Evangélica Luterana de Colombia) en su templo de Usaquén; la Liturgia Breve fue presidida por la pastora Christild Graffe y participó un considerable grupo de fieles de diferentes iglesias cristianas. El jueves 10 se dieron cita en la capilla de la Conferencia Episcopal de Colombia varios líderes religiosos de las Iglesias Episcopal Anglicana, Menonita, Presbiteriana y Luterana para asistir a la oración a través de la Santa Eucaristía según el rito romano, presidida por el Director del Departamento PUD. El domingo 12, último día del octavario, la oración se realizó en la catedral de San Pablo Apóstol de la Iglesia Anglicana, con la celebración eucarística presidida por la reverenda Loida Sardiñas. Dos actividades de la Semana merecen especial relevancia. El viernes 10 de junio, a las 7 p.m., se llevó a cabo el conversatorio: “Las Iglesias Cristianas Históricas y su pastoral en las periferias sociales y existenciales”; fue presentado gracias al apoyo de la Universidad Javeriana de Bogotá y por ello coordinaron el evento dos doctores en teología: la reverenda de la Iglesia Episcopal Anglicana, Loida Sardiñas, y el sacerdote jesuita Mario Alberto Rivera. Participaron las ocho iglesias del Comité Ecuménico y abordaron temas ambientales, migratorios, de inclusión de minorías sexuales, prevención de la trata de personas, reinserción de víctimas y victimarios de la violencia, y educación para la paz y la reconciliación. Finalmente, el sábado 11, en la Catedral Ortodoxa Griega de Bogotá, a las 6 p.m., se llevó a cabo la Celebración Ecuménica que este año tuvo el lema “Hemos visto aparecer su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo” (Mateo 2,2) ya que el material de 2022 fue elaborado por el Consejo de Iglesias Orientales. La oración por la Unidad de los Cristianos sigue siendo una actividad necesaria para sanar las heridas causadas por la división y para pedir al único Pastor que la Iglesia de los bautizados en Cristo sea cada día más un signo de armonía en el Espíritu Santo.

Lun 4 Jul 2022

Obispos inician su CXIII Asamblea Plenaria sobre el Sínodo de la sinodalidad

En la mañana de hoy se instaló la Asamblea Plenaria del Episcopado Colombiano en su versión ciento trece. En esta ocasión, los obispos centrarán su atención en el estudio y análisis de “la Síntesis Nacional del Sínodo de la sinodalidad”, propuesto por el Papa Francisco a toda la Iglesia universal y que tiene como lema: ‘Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión'. En su alocución inaugural, monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), exhortó a sus hermanos obispos a mantener una actitud de profunda colegialidad y escucha en servicio de la sinodalidad al Pueblo de Dios que camina, ora y trabaja en Colombia. “El encuentro de estos días nos permitirá escuchar las voces, provenientes de todas las regiones de nuestra geografía eclesial, plasmadas en la síntesis nacional de esta fase del Sínodo sobre la Sinodalidad. Al acoger esta síntesis, estamos llamados a escuchar con fe lo que el Espíritu Santo nos dice en el momento histórico que vivimos como Iglesia y como sociedad (…) nos proponemos avanzar, para dar los pasos que nos indique el discernimiento comunitario, con el firme propósito de convertir la sinodalidad en la manera de ser Pueblo de Dios en nuestro tiempo y profundizar en la capacidad para ser testigos de esperanza”. El prelado expresó que el trabajo a realizar durante estos cinco días, consiste en construir desde la CEC una ruta que exprese un proceso eclesial de comunión, que luego, de acuerdo al discernimiento y realidad propia de cada Jurisdicción Eclesiástica, esta pueda ser insertada en los procesos de evangelización. En este contexto, propuso mantener la reflexión de estos días de Asamblea guiados portres “actitudes humanas y cristianasque configuran hoy día el ministerio apostólico propio de la Iglesia”:Discernimiento, servicio y esperanza, un trípode que permitirá a la luz de la Palabra y de la Doctrina Social de la Iglesia, hacer una lectura de los signos de los tiempos. Discernimiento propio del seguimiento En este aspecto, indicó que no es suficiente quedarse con un acumulado de conocimientos científicos, ni pensar que lo pueden abarcar todo, de ahí agregó “se requiere la ayuda del Espíritu Santo quien nos conduce a la verdad completa”. La invitación que hace monseñor Rueda Aparicio al colegio episcopal, es a seguir un camino de discernimiento guiado por Jesús y este, a su vez, debe ir acompañado de un seguimiento sin vanidades y hecho con humildad. “Hoy nos percatamos de que es menester pedir el don del discernimiento. En los días de esta Asamblea Plenaria de Obispos pidamos con insistencia este don, aprovechemos los momentos de silencio, de oración, de diálogo fraterno. Ejercitémonos en el arte del discernimiento, para no dejarnos distraer y desviar por consideraciones parciales ni por prejuicios. Afinemos los oídos del corazón para percibir el susurro suave del Espíritu. Busquemos la serenidad para evitar que los desafíos del mundo, las tentaciones y las tribulaciones, nos agobien y nos saquen del camino humilde del discipulado”, aseveró. La evangelización: como servicio a la humanidad herida Al recordar la figura donde el Papa Francisco señala que, la Iglesia se parece a un hospital de campaña, observó que la “evangelización es, ante todo, una obra de servicio a la humanidad herida, es llevar la vitalidad de la buena nueva a todo el mundo, como fermento en la masa”. “Una Iglesia con delantal y overol es una comunidad de hermanos que se desmarca de las estructuras rígidas y frías. Una Iglesia que siembra con generosidad, que supera la imagen que muchas veces proyectamos de Iglesia alejada de la realidad humana, sin capacidad de levantar al que está tirado en el camino, una Iglesia que tiene aspecto arrogante, perfecta y en consecuencia incomprensible e incomprendida, que maneja muchas veces un lenguaje sin corazón(…)¡Qué alegría, hermanos obispos, verlos luchando con creatividad por la evangelización, sufriendo al lado de los más pobres!Cada uno de ustedes es un torrente de esperanza en los territorios donde el Señor los ha sembrado como semilla del Reino”. El directivo de la CEC, invitó a volver a la alegría del servicio y librarse del “ropaje de la autosuficiencia” y agregó “porque cuando la Iglesia se ve en actitud de servicio se hace más atractiva, más convincente, menos institucional y más misionera”. La esperanza justifica el esfuerzo del camino Observó que si bien a la Iglesia le corresponde enfrentar estos tiempos difíciles por los que atraviesa el país, con problemáticas tales como: una sociedad contagiada y victimizada por el narcotráfico, la violencia, la corrupción, la inequidad, el abandono, la soledad, el irrespeto por la vida humana en todas sus etapas, entre otros, el gran desafío para la Iglesia es sembrar y cultivar la esperanza en las personas y comunidades para que “encuentren el sentido de la vida y la fortaleza de avanzar en los caminos del reino de Dios”. “La experiencia colegial y eclesial que vamos a vivir en estos días para escuchar las voces provenientes de las Iglesias particulares -y desde ellas las voces de las parroquias, de las comunidades eclesiales y de las familias- nos abre a una nueva y gran esperanza: crecer en la cultura de la sinodalidad, y promoverla allí donde todavía es débil, para hacer de ella una dimensión constitutiva de la Iglesia, como lo quiere el papa Francisco”. El arzobispo concluyó su intervención, animando a los obispos a ser valientes misioneros de vida, a dejarse renovar por el Espíritu Santo y a atender el llamado del "Pueblo de Dios a liderar el discernimiento comunitario, el servicio impulsado por el amor, la serenidad realista y esperanzada". Descargar discurso inaugural de la CXIII Asamblea Plenaria del Episcopado CONTEXTO SOBRE EL SÍNODO DE LA SINODALIDAD ¿Qué es el Sínodo de los Obispos? El Sínodo de los Obispos es una institución permanente, creada por el Papa Pablo VI (15 de septiembre de 1965), en respuesta a los deseos de los Padres del Concilio Vaticano II para mantener vivo el espíritu de colegialidad nacido de la experiencia conciliar, que se reúnen con cierta regularidad, convocados por el Papa, para tratar temas diversos. Etimológicamente hablando la palabra “sínodo”, derivada de los términos griegos syn (que significa “juntos”) y hodos (que significa “camino”), expresa la idea de “caminar juntos”. Un Sínodo es un encuentro religioso o asamblea en la que unos obispos, reunidos con el Santo Padre, tienen la oportunidad de intercambiarse mutuamente información y compartir experiencias, con el objetivo común de buscar soluciones pastorales que tengan validez y aplicación universal. ¿Qué es el Sínodo de la Sinodalidad? Es la reunión de los Obispos convocada por el Papa Francisco, durante el periodo 2021-2023, con el fin de discernir el camino de la Iglesia en este momento. Este proceso tiene tres fases: diocesana y nacional, continental y universal. La diocesana y nacional se realizó entre 2021 y 2022; continental; y mundial entre 2022 y 2023 para concluir en octubre de este último año en Roma con la XVI Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos. ¿Cuál es el objetivo de este Sínodo? Este Sínodo pretende ser un Proceso Sinodal. El objetivo no es proporcionar una experiencia temporal o única de sinodalidad, sino más bien ofrecer una oportunidad para que todo el Pueblo de Dios discierna conjuntamente cómo avanzar en el camino para ser una Iglesia más sinodal a largo plazo. ¿Qué frutos se esperan de este proceso Sinodal? El proceso sinodal ya no es sólo una asamblea de obispos, sino un camino para todos los fieles, en el que cada Iglesia local tiene una parte esencial que realizar. Por eso ha sido fundamental el proceso de escucha y discernimiento a la luz del Espíritu Santo. No se trata de una reunión más o de un simple documento con una encuesta. Pregunta fundamental que ha guiado el camino Sinodal La consulta ha respondido básicamente a una pregunta fundamental: ¿Cómo permite este caminar juntos que la Iglesia anuncie el Evangelio de acuerdo con la misión que se le ha confiado; y qué pasos nos invita a dar el Espíritu para crecer como Iglesia sinodal? Se han articulado 10 ejes temáticos que han ayudado a aterrizar la pregunta fundamental. Son ellos: Compañeros de viaje; escucha; tomar la palabra; celebración; corresponsabilidad en la misión; diálogo en la Iglesia y en la sociedad, con otras confesiones cristianas; autoridad; participación; discernir y decidir; y formarse en la sinodalidad. Fase diocesana y nacional Presididos por el obispo de cada Jurisdicción Eclesiástica, se conformó un equipo sinodal diocesano, constituido por representantes de parroquias, movimientos apostólicos, ministerios diocesanos y comunidades religiosas, quienes a través de diferentes acciones fueron los encargados de dinamizar la consulta con el Pueblo de Dios y personas de buena voluntad. Así mismo, elaboraron la síntesis que fue presentada a finales de mayo a la Conferencia Episcopal de Colombia. Un total de 78 síntesis se recibieron, que corresponden a las Jurisdicciones de todo el país. Camino sinodal por provincias eclesiásticas El Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC), realizó luego una condensación del trabajo entregado por las 78 Jurisdicciones Eclesiásticas, para agruparlo por las 14 provincias eclesiásticas en que está dividida la Iglesia en Colombia. La síntesis nacional y la síntesis provincial fue enviada a los obispos el pasado 20 de junio, para que ellos hicieran un discernimiento de esas opciones. Ahora del 04 al 08 de julio, la Asamblea Episcopal elaborará la redacción final, que llegará a la secretaría general del sínodo de obispos en Roma. Fase continental Esta síntesis nacional se envía al Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), quien convocará a todas las conferencias episcopales latinoamericanas, para que hagan sus respectivas reuniones sinodales y se envíe un segundo documento a la secretaría general del Sínodo. Fase universal Esta síntesis nacional y latinoamericana o continental hará también parte del instrumentum laboris (instrumento de trabajo) para el sínodo de obispos sobre sinodalidad que se realizará en el año 2033 en Roma.

Lun 4 Jul 2022

Obispos clausurarán Asamblea Plenaria a los pies de la Virgen de Chiquinquirá

Este 30 de junio, desde el Santuario Mariano de Colombia se dio inicio a la novena en honor a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, en el marco de la celebración de sus 103 años como Reina y Patrona de Colombia. Un camino que guiará a la solemne eucaristía de restitución de las alhajas que le fueron hurtadas hace un año y que se realizará el próximo 09 de julio 10:00 a.m. en la Basílica, allí los obispos peregrinarán para clausurar la XCIII Asamblea Plenaria del Episcopado. Los Frailes Dominicos del Santuario Mariano Nacional, en un mensaje invitando a esta celebración mariana, señalan que la presente novena se realiza para “celebrar en compañía del pueblo colombiano y sus peregrinos, la solemne restitución de las joyas de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, ofrecidas por la nación con motivo de su coronación canónica el 9 de julio de 1919 y en distintas ocasiones en sus efemérides”. En el sentido estricto, la palabra restitución significa devolución de una cosa a quien la tenía antes; es decir, restablecimiento de algo a su estado original. Por tanto, nuestra súplica a la madre clemente y pía, que escucha nuestros clamores, es que, por su intercesión, restituya en nosotros, la confianza, la dignidad, nuestros bienes, la justicia, la gracia, la verdad, la paz, la libertad y la vida ante su Hijo Jesús (reflexiones de la Doctrina Social de la Iglesia). “Que la restitución de las joyas al lienzo sagrado, nos lleve a restituir en la persona humana, todo aquello que ha perdido o le ha sido sustraído por nuestra sociedad y que Nuestra Señora del Rosario, Reina y Patrona de Colombia, reciba nuevamente esta ofrenda como culto filial y desagravio de todos sus hijos. Que el Señor ponga su mirada sobre nosotros y que podamos alegrarnos nuevamente, sabiendo que su rostro misericordioso resplandece y nunca se oculta, concluye la invitación. ASAMBLEA DE OBISPOS:Los obispos de Colombiase reunirán del 04 al 08 de julioen la sede de la Conferencia Episcopal para celebrar su CXIII Asamblea Plenaria, con el tema: “El Sínodo de la sinodalidad”. Novena en honor a Nuestra Señora del Rosario de ChiquinquiráAQUÍ

Lun 4 Jul 2022

29 DE JUNIO: Campaña de la colecta del Óbolo San Pedro

La invitación de la Iglesia Católica en Colombia es a unirse a la campaña de la Colecta del Óbolo de San Pedro, que en el país se llevará a cabo el miércoles 29 de junio, en el contexto de la Solemnidad de San Pedro y San Pablo y se extenderá hasta el 03 de julio de 2022. El Óbolo de San Pedro, también conocida como la Jornada mundial de la caridad del Papa, es una campaña de oración y de ayuda económica que los fieles ofrecen al Santo Padre, para el apoyo de las obras que él lidera en beneficio de la Iglesia universal, dirigidas especialmente a los más necesitados. El Papa, como Pastor de toda la Iglesia, se preocupa también por las necesidades en todos los continentes, por ello con estos donativos se extiende para la ayuda a diócesis pobres que existen en el mundo, a los institutos religiosos y a los fieles en dificultad (pobres, niños, ancianos, marginados, víctimas de la guerra, prófugos y emigrantes), se resalta de manera especial la asistencia ofrecida durante el tiempo de pandemia. Asimismo, parte de este dinero se dirige a la colaboración humanitaria cuando suceden desastres naturales o también para favorecer la educación católica en lugares que no cuentan con los recursos suficientes para tal fin. La colecta, promovida en Colombia por la Nunciatura Apostólica con el Apoyo de la Conferencia Episcopal, tiene como lema: "Oremos por el papa Francisco y apoyemos sus obras de caridad en el mundo". Oración por el Papa Francisco y la Iglesia Este día 29 de junio, es también una fecha muy importante, porque se pide tener presente al Santo Padre Francisco en nuestras oraciones, y en ellas pedir por su salud, su persona, sus intenciones, y también para que tenga un oído y corazón atento al deseo de Dios para su Iglesia. Con esta plegaria, estamos también invitados a poner en oración a toda la Iglesia, para que pueda caminar como un solo cuerpo en la dirección en la que el Espíritu la vaya guiando. Esta será la mayor muestra de afecto pero también de comunión eclesial como bautizados, en torno a la figura del Papa, vicario de Cristo en la tierra. Él ora por nosotros… ¡Recemos por el papa Francisco! Canales de recaudo en la campaña: * Las parroquias: Entregar las donaciones en el templo parroquial a partir de este 24 de junio o días antes en el despacho parroquial. * Consignación bancaria: Cuenta de ahorros Davivienda 014542872, a nombre de la Nunciatura Apostólica. Para generar contenidos sobre la campaña en las redes sociales, el episcopado invita a utilizar los hashtags #ÓbolodeSanPedro #AyudemosalPapa#DonaConAlegría "Todos juntos somos una gran fuerza de apoyo para quienes han perdido la patria, la familia, el trabajo y la dignidad", que esta frase del papa Francisco nos anime a ser solidarios ayudando con una ofrenda generosa. ¡Ayúdanos a ayudar! ¿Cómo surge la colecta? Desde la primitiva comunidad cristiana, existen testimonios de la solicitud fraterna de unos por otros a través de la ayuda espiritual y material, particularmente a los más pobres. (cf. Hch 4,34; 11,29). Esto corresponde a la tradición que tiene origen en el Evangelio (cf. Lc 10,7; 30-35) y a las enseñanzas de los Apóstoles (cf. 1 Co 9, 11-12). Posteriormente, la colecta del Óbolo se fue consolidando cuando los anglosajones, tras su conversión, a finales del siglo VIII, se sintieron tan unidos al Obispo de Roma que decidieron enviar de manera estable una contribución anual al Santo Padre. Así nació el “Denarius Sancti Petri” (Limosna al San Pedro), que pronto se difundió por los países europeos. Desde esa época hasta 1534, fue una contribución aportada por Inglaterra para la Santa Sede, pero bajo el Pontificado del Papa Pío IX, en la Encíclica “Saepe Venerabilis” (5 de agosto de 1871), se amplía su sentido y queda estipulado que es una contribución voluntaria de los fieles católicos del mundo al Papa. “La Iglesia nunca puede sentirse dispensada del ejercicio de la caridad como actividad organizada de los creyentes y, por otro lado, nunca habrá situaciones en las que no haga falta la caridad de cada cristiano individualmente, porque el hombre, más allá de la justicia, tiene y tendrá siempre necesidad de amor” (Deus Caritas Est n. 29).

Lun 4 Jul 2022

Los colombianos renovaron su consagración al Sagrado Corazón de Jesús

Con la asistencia de miles de fieles católicos que siguieron la celebración de esta festividad tanto de manera presencial como a través de los diferentes medios de comunicación, se llevó a cabo la renovación de Colombia al Sagrado Corazón de Jesús en el marco de su solemnidad. Desde la Catedral Primada, monseñor Luis José Rueda Aparicio, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia y Primado de Colombia, abordó tres puntos importantes: el amor de Jesús nos busca, el amor de Jesús nos carga sobre sus hombros y, por último, el amor de Jesús nos reconcilia desde la familia y en la sociedad. “Es una iniciativa de amor divino que nos busca cuando estamos dispersos y heridos. Nos carga sobre sus hombros en un gesto de ternura que cura todas nuestras enfermedades y, como si fuera poco, nos reconcilia entregando la vida en el altar de la cruz por cada uno”, manifestó el prelado. Instó en que el Señor está buscando a las familias, está buscando a todos en Colombia para reunirlos con el objetivo de ponerle fin a la destrucción entre unos y otros y de esta manera lograr habitar en el corazón de Jesús como hermanos “todos lo días de la vida por años sin término”. En el segundo punto de su reflexión dirigida a Colombia, el presidente de la Conferencia Episcopal manifestó que Jesús carga en sus hombros a toda la humanidad y lo hace como el pastor que va y busca a la oveja perdida y la recibe con ternura sobre sus hombros. Dijo que, todos han sido destinatarios de la ternura de Dios y en distintos momentos de la vida, el Señor busca a sus hijos en cada instante con la palabra proclamada, con los sacramentos, con las obras de evangelización que se realizan en cada parroquia. “Cuando Él nos encuentra venda nuestras heridas y nos cura con el aceite del consuelo y con el vino de la esperanza. No nos corrige a latigazos, Él no es así con nosotros, no nos humilla, ni nos golpea para mostrar que Él es poderoso y que es santo y que nosotros somos miserables en el pecado. Él no nos trata según nuestras culpas. Cuando nos encuentra nos lleva sobre sus hombros en la cruz, en la cruz de Jesús, el hijo de Dios”, aseveró el arzobispo. Debemos construir fraternidad, comunión y unidad Como punto importante invitó a toda Colombia a poner el hombro para construir fraternidad, comunión y unidad. Los que tienen salud ponen el hombro para que los enfermos sean atendidos sean acompañados y, si es posible, sean curados. Los que tienen conocimientos avanzados y buena cultura, ponen el hombro para que, aquellos que no tienen la posibilidad de educación reciban un buen sistema educativo en nuestros pueblos que les permita ser mejores seres humanos, mejores ciudadanos, mejores cristianos.Los que tienen posibilidad de generar empleo en Colombia ponen el hombro para que muchas familias rurales y urbanas puedan tener un trabajo dignoy que sea un trabajo justamente remunerado para conseguir así una liberación; la liberación de las esclavitudes y de las angustias para que cada familia tenga el pan material de cada día. Invitamos al diálogo reconciliador Como último punto y especialmente orientado al perdón, monseñor Rueda Aparicio exhortó al pueblo colombiano a tener un diálogo reconciliador, que pide hacer silencio para escuchar la historia del otro para no responder agresivamente.Invitó a la conversión y a la realización de una vida nueva, especialmente para aquellas personas que se encuentran lejanas de la gracia de Dios debido a su conducta de vida, pensando en modo particular en aquellos hombres y mujeres que pertenecen a algún grupo criminal en Colombia. “En nuestras ciudades, en los territorios que nos están escuchando, que nos están viendo y hacen parte de algún grupo criminal, lo correcto, cualquiera que este sea, por su bien, les pido cambiar de vida,se lo pido en el nombre del Hijo de Dios. Él nunca rechaza un pecador. No nos rechaza, nos acepta, nos sana, nos levanta, nos salva, nos acompaña. Por favor, tomando las palabras del Papa, no caigan en la terrible trampa de pensar que la vida depende del dinero y que ante el dinero todo el resto se vuelve carente de valor y dignidad incluso la vida nuestra y la vida de los demás, eso es sólo una ilusión.No llevamos el dinero con nosotros al más allá, el dinero no le da la verdadera felicidad ni a su familia, ni a Colombia, ni a la humanidad.La violencia usada para amasar fortunas que escurren sangre no convierte a nadie en poderoso ni en inmortalpara todos tarde o temprano llega el juicio de Dios”,aseveró el Primado de Colombia. Luego de este sentido mensaje se llevo a cabo la renovación de la consagración de Colombia al Sagrado Corazón de Jesús y se oró ante la imagen por las familias, los servidores de la salud, los ancianos, los niños y las tantas necesidades que padece el país. Transmisión grabada en vivo en:https://fb.watch/dRRzh913c1/

Lun 4 Jul 2022

Directivas de la CEC visitaron el Instituto Misionero de Antropología, IMA

Como un gesto de fraternidad y unidad, el lunes 27 de junio la Presidencia de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), realizó una visita oficial al Instituto Misionero de Antropología, IMA, con ocasión de los cursos de presencialidad intensiva de sus estudiantes en la sede del Campus de la Universidad Pontifica Bolivariana en la ciudad de Medellín. Estuvieron presentes en esta visita Mons. Luis José Rueda Aparicio, Presidente de la CEC, Mons. Luis Manuel Alí Herrera, secretario general de la CEC, Mons. Mario Álvarez, presidente de la Comisión de Misiones de la CEC, padre Ramiro López, director del Centro de Animación Misionera de la CEC y Mons. Luis Albeiro Maldonado, obispo de Mocoa – Sibundoy y director de la sede alterna del IMA en Puerto Asís, Putumayo. El objetivo central de esta importante visita al IMA fue dar a conocer de una manera directa, con la presencia de cerca de 400 estudiantes entre indígenas, afrocolombianos y mestizos, este Instituto de la Iglesia colombiana que canaliza la educación superior de líderes de las minorías étnicas en Colombia. Después de dos difíciles años con ocasión de la pandemia, el Instituto Misionero de Antropología, en convenio con la Universidad Pontificia Bolivariana, abrió de nuevo sus cursos de presencialidad intensiva en diciembre de 2021 y ahora su segundo curso post-pandemia del 23 de junio al 9 de julio. Para esta ocasión se cuenta con la presencia de 385 estudiantes de diversas etnias indígenas y afrocolombianos en el programa de LICENCIATURA EN ETNOEDUCACIÓN y 23 estudiantes de ESPECIALI-ZACIÒN EN GESTIÓN HUMANA. Después de una reunión privada de la presidencia de la CEC con el señor arzobispo de Medellín, Mons. Ricardo Tobón Restrepo, se dio inicio a la jornada de encuentro con la comunidad de estudiantes del IMA-UPB con la celebración de la Eucaristía presidida por Mons. Rueda Aparicio, con la alegre animación musical y del canto del grupo de afrocolombianos del IMA. El mensaje de Mons. Luis José de valoración de la diversidad de etnias en Colombia y su impulso a la unidad, a la solidaridad y al trabajo por la paz y la justicia en las regiones más marginadas del país, dejó una actitud proactiva entre los estudiantes, valorando el compromiso de la Iglesia con las etnias minoritarias. Igualmente, se dio un momento para el encuentro comunitario de los estudiantes, docentes IMA-UPB y las directivas de la CEC, en el cual se destacaron los elementos centrales que le han dado vida al IMA, su filosofía, sus tradiciones y la memoria de quienes lo idearon y conformaron desde su fundación en enero del año de 1973 por un grupo de Misioneros Javerianos de Yarumal, inspirados en el pensamiento y vida de Monseñor Gerardo Valencia Cano, fundador y primer director del Departamento de Misiones del CELAM creado en 1967. Por su parte, el padre Marco Antonio Zambrano, Misionero de Yarumal y cofundador del IMA destacó como este Instituto surge impulsado por el encuentro misionero de Melgar en abril de 1968; idea que se consolidó en enero de 1973 con el primer encuentro de formación y actualización para misioneros y misioneras, consagrados y laicos, liderado por el padre Oscar Osorio Jaramillo, MXY, en la ciudad de Mitú. Estos cursos vacacionales de actualización trasladaron su sede al Seminario Intermisional San Luis Beltrán en la ciudad de Bogotá, con un encuentro intensivo de 20 días dos veces al año. Fue en el año de 1989, en la ciudad de Medellín, cuando se firmó el CONVENIO IMA – UPB con el aval del Ministerio de Educación Nacional, MEN, para la licenciatura en Etno-educación, programa académico creado e implementado por el padre Oscar Osorio y aprobado por el MEN. El padre Zambrano recordó, además, que el padre Oscar, fundador y primer director del IMA hasta el año 2012, plasmó el alma del IMA en su lema: “Nosotros al servicio de los otros en el nombre del Otro para que en el mundo haya menos hambre y todos los pueblos en Él tengan vida”. El diálogo de la Presidencia de la CEC con los estudiantes y los docentes IMA-UPB generó un ambiente de confianza, alegría y optimismo en unos y otros. Un momento muy emotivo de este encuentro fue la participación de los grupos étnicos indígenas con danzas y símbolos de sus culturas, la música representante de las comunidades de los Llanos Orientales y la música y poesía de la comunidad afrocolombiana. El convenio IMA UPB cuenta en la actualidad con otras dos sedes alternas en Puerto Asis, Putumayo y en Toribío, Cauca, además de la sede central en Medellín, con 68 docentes y con el compromiso de contribuir en la educación universitaria de muchos líderes, docentes y agentes de pastoral de las jurisdicciones eclesiásticas donde hay mayor presencia de minorías étnicas. Durante cerca de 50 años esta ha sido una contribución específica de la Iglesia colombiana en la promoción humana, cultural y social en las regiones más olvidadas y marginadas de Colombia. Mons. Luis José valoró este esfuerzo y expresó su deseo de apoyar la extensión de este proyecto educativo a muchos lugares necesitados del país. Este encuentro de la presidencia de la CEC con el IMA en su presencialidad intensiva en Medellín, terminó con un diálogo de comunicación de experiencias vividas por los docentes IMA que despertó el interés y compromiso de la Conferencia Episcopal con el Instituto Misionero de Antropología, IMA. Mientras el país ha estado inserto en los últimos 50 en una guerra fratricida que ha llevado al descuido e ignorancia de las minorías étnicas, la Iglesia ha trabajo silenciosamente a través del IMA por brindar educación profesional a muchos de sus líderes. Haciendo memoria del Padre Constantino Gutiérrez, director del IMA y de su secretaria, la señora Estela Restrepo, ambos victimas del COVID 19 en febrero de 2021, el padre Omer Giraldo, Misionero de Yarumal y actual director del IMA en nombre de la Conferencia Episcopal, destacó la relevancia de este momento histórico del IMA en su proyecto educativo en beneficio de la educación superior para las minorías étnicas de nuestro país. Fuente: Padre Omer Giraldo R. MXY Director del Instituto Misionero de Antropología – IMA Sección de ETNIAS del Centro de Animación Misionera - Conferencia Episcopal de Colombia

Mié 15 Jun 2022

Cuidado con la fatiga democrática

Por: Mons. Ricardo Tobón Restrepo - Las grandes fallas que ha tenido el ejercicio de la política en nuestro país y que se originan en una conducción del Estado marcada, con frecuencia, por la falta de un eficiente y estable plan nacional, por la escasez de verdaderos estadistas en la clase dirigente y por el interés del lucro personal en lugar de la búsqueda del bien común, ha generado una escandalosa corrupción, una nefasta politización de las instituciones nacionales, una creciente impunidad, un desastroso recurso a la violencia y una permanente desigualdad social que golpea especialmente a las clases menos favorecidas. Por esto y por falta de una verdadera formación socio-política, algunos sectores de la ciudadanía aparecen “cansados” para ir a votar pues les parece que luego “la realidad sigue igual” y otros caen en la tentación de ver todo lo que tenemos como malo y creer que es necesario un “cambio” que debe comenzar por la demolición de cuanto hemos construido durante tantos años. Estos dos fenómenos aparecen en el irresponsable abstencionismo electoral y en las protestas y propuestas destructoras para presionar con la violencia que se acoja un determinado proyecto ideológico. La solución pasa por un verdadero compromiso ciudadano, que lleve a valorar y proteger la democracia como la posibilidad de una amplia participación de todos, a no permitir la manipulación con estrategias de proyectos planeados desde fuera del país, a escoger dentro de las posibilidades que tenemos el mejor candidato y a decidirnos a cooperar para que nuestra patria se encamine hacia lo que, finalmente, todos queremos alcanzar. Este es el camino para no caer en un fracaso, en una administración fallida, en otra cara de la corrupción y en nuevas formas de violencia que incluso se instauren en el poder. Después de estas elecciones, con cualquiera de los dos candidatos que se están presentando, Colombia no será igual. Hemos llegado a un límite que nos exige recomponer la unidad, encontrar un nuevo rumbo, asumir criterios éticos y llenarnos de fortaleza para construir juntos la nación. Si todo lo centramos en la riqueza, la tecnología, el entretenimiento y el poder, sin pensar en la dignidad humana, en una cultura de la solidaridad y en el justo y honesto aprovechamiento de los grandes recursos que tenemos en bien de todos, no saldremos nunca de un laberinto de descontento, corrupción e inequidad social. Ahora debemos votar todos; pero debemos entender que no se trata sólo de marcar el nombre de un candidato y seguir en la indiferencia, sino de asumir la responsabilidad de participar en la profunda renovación que requiere nuestra nación. Es necesario saber a dónde queremos ir para que todo no lo defina la tiranía del mercadeo, las decisiones de organismos financieros y las maniobras de la comunicación. Se requiere una madura participación política y una solidaridad activa, porque no será posible dirigir el país sin lograr el consenso en un proyecto colectivo que nos involucre a todos. Este es un momento en el que tenemos que desterrar el odio, la indolencia, la desconfianza, la impaciencia. No podemos quedarnos alimentando la furia contra la clase política, ni descalificándonos inhumanamente los unos a los otros, ni permanecer como anestesiados, ni tampoco lanzarnos desesperadamente a un abismo. Nos tenemos que unir, debemos reencontrar nuestros fines como sociedad, realizar un diálogo nacional y emprender una educación ciudadana. Hemos llegado a un punto en el que o todos estamos bien o ninguno estará bien. Pidamos la luz de Dios y votemos pensando en el bien del país que hemos venido construyendo con sufrimiento y esfuerzo. Cuidado con la fatiga democrática. Vamos todos a votar con responsabilidad y esperanza. + Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín