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la familia

Mié 8 Ago 2018

15 años de actividad pastoral trabajando de la mano con las familias

En un ambiente de júbilo, alabanza y gratitud a Dios se desarrolló la 2ª jornada de celebración de los 15 años de la Diócesis de Engativá, con participación de familias y sacerdotes pertenecientes a esa jurisdicción eclesial. El coliseo del Colegio Eucarístico Mercedario fue el escenario desde el cual monseñor Francisco Nieto Súa, obispo de esta diócesis y el secretario del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, monseñor Octavio Ruiz Arenas, animaron a cerca de 3.000 personas a vivir el plan pastoral, que busca lograr “Con misericordia, paz en la ciudad”. Con este propósito, el obispo diocesano, monseñor Nieto Súa, destacó la creación este año de la Vicaría de Espiritualidad y Cultura, a través de la cual esta jurisdicción quiere mirar “con misericordia a quienes llegan: pobres, pecadores, a nuestros hermanos venezolanos…, porque son ellos quienes marcan a futuro el plan pastoral, que nos empuja a que el anuncio del evangelio sea más claro y más eficaz”. Durante su intervención, monseñor Nieto agradeció a Dios por las pequeñas comunidades que han encontrado una forma cercana de vivir a Dios, por los sacerdotes que trabajan con ellas y por las familias. En el mismo espacio la Pastoral de Familia presentó sus metas y con apoyo en testimonios de tres parejas de esposos, conformadas desde hace más de 30 años, expuso la importancia de vivir a Cristo y caminar tomados de Su mano. La familia y las redes sociales fue el tema abordado por el padre Germán Barbosa, quien con un equipo de jóvenes representó la forma como el Internet y sus diferentes herramientas afectan las relaciones familiares, exponen la privacidad de las personas e incluso pueden llegar a ocasionar situaciones desafortunadas tanto a individuos como al núcleo familiar. La gran sorpresa para los asistentes estuvo a cargo de la Asociación Misioneros del Amor de Jesús y María, que entregó cupos para que varias familias pertenecientes a la Diócesis asistan a un encuentro privado con el cantante Luis Felipe Ascoy, quien junto a Martín Valverde, serán las figuras principales del Megaconcierto Católico “Con misericordia, paz en la ciudad”, que se realizará en el parque Simón Bolívar el próximo sábado 29 de septiembre, como cierre de las celebraciones previstas para festejar los 15 años de la Diócesis de Engativá. La jornada se dio por terminada con la Eucaristía presidida por monseñor Octavio Ruiz Arenas y monseñor Francisco Nieto Súa. Fuente: Of. de comunicaciones diócesis de Engativá

Mar 17 Jul 2018

Diócesis de Yopal presenta testimonios de la Campaña “Abraza la Vida”

Avanzan las actividades de la Campaña “Abraza la vida”, que arrancó el pasado 8 de julio en Yopal – Casanare, con el tema de reflexión:“Valor por la familia”,esta es una iniciativa de la Alcaldía Municipal, con el apoyo de la diócesis y de organizaciones sin ánimo de lucro de esta ciudad. A continuación presentamos las experiencias de vida de tres parejas, que con su testimonio en los años de matrimonio, manifiestan ser felices y sentirse bendecidos por Dios. Testimonio de Paola Ramírez y Fabio Giraldo Paola sostiene que en el matrimonio se comparten momentos alegres y tristes, pero si se camina de la mano de Dios el matrimonio cada día podrá ser felicidad y amor. Además resalta que a pesar de las diferencias, se deben afrontar las dificultades y seguir adelante. “En la relación de pareja podemos compartir los mismos ideales, pero debemos reconocer que somos tan diferentes y que debemos afrontar todas las situaciones para poder continuar”. Por su parte su esposo Fabio, dice que “Dios siempre tiene una respuesta para todo” y que se debe reconocer con humildad cuando hay problemas “Hay que buscar ayuda idónea”, señala. Por último subraya que cuando se saca a Dios del hogar una relación se puede deteriorar. Testimonio de Yamile Vargas Parra y Álvaro Neira Para esta pareja que lleva 32 años de casados, la vida espiritual, el amor y entrega a sus hijos han sido el referente para mantener unido el hogar. Su sueño según Yamile es llegar juntos a la vejez. Alvaro asegura que sigue siendo feliz después de tantos años de matrimonio, “aunque no ha sido fácil, pero vale la pena porque cada día se aprende algo nuevo y los tiempos van cambiando (…) me siento bendecido por Dios al haberme regalado a mis hijos” Testimonio de Sunny Cárdenas y Adrián Sunny sostiene que una relación matrimonial se debe fortalecer mucho con la oración. Reitera además que el hecho de ser padres es grande y cambia la vida de toda pareja. Debe existir la confianza, la comprensión y apoyo en la labor de ser padres. Así mismo, Adrián expresa que su hogar se ha fortalecido gracias a que siempre ha cuidado cada detalle, desde cuando se conocieron en el noviazgo y ahora en el matrimonio con su esposa Sunny. “Cuando hay crisis adversas entre la pareja es importante tomarse el tiempo para recordar por qué fue que me enamoré de ella, qué fue lo que me atrajo y qué me gusta de ella (…)Es clave recordar por qué quisimos conformar este hogar”, afirma Adrián. Cabe recordar que esta campaña “Abraza la Vida”, según lo han dicho sus organizadores, busca implementar mecanismos de ayuda dirigidos a la comunidad, para la reducción de la violencia auto-infligida o comúnmente llamadas conductas suicidas. La misma se extenderá hasta el próximo 29 de julio.

Jue 14 Jun 2018

La familia es parte de la esperanza

Por: Mons. Ricardo Tobón Restrepo - A partir del próximo 17 de junio, damos comienzo en nuestra Arquidiócesis a la Semana de la Familia. Es una nueva ocasión para que nos encontremos con la identidad y la misión de esa célula esencial constituida por un hombre y una mujer, que llamados por Dios forman una sola carne y en una experiencia de comunión fiel e indisoluble se abren al don de la vida. Es preciso que seamos capaces de reconocer y cuidar la belleza de la vocación matrimonial y la grandeza de la institución familiar. Los esposos cristianos deben ser conscientes de que su amor nace de otro amor primero que lo genera y lo fortalece. Su unión se arraiga en el amor hasta el extremo de Cristo crucificado que se entregó por su Iglesia. Su capacidad para amarse viene del Espíritu Santo que renueva cada día su corazón y su vida. Sólo sobre estas convicciones puede mantenerse una familia como la casa edificada sobre roca, que resiste los embates de las tormentas y la fuerza de los vientos. La familia es el lugar donde Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre, nació y vivió. La familia es el reflejo en la tierra del misterio de comunión eterna que él vive en la intimidad de la Santa Trinidad. La familia es el hogar de la vida y el lugar donde se revela y comunica el amor. La familia es la casa donde se recibe a cada persona, se la aprecia por sí misma y se la protege de muchas amenazas. La familia es el ámbito primero y natural de la educación de los hijos, para introducirlos progresivamente en la familia humana. La familia, al llevar los hijos al bautismo, los introduce en la Iglesia y colabora en la iniciación cristiana de los miembros de la familia de Dios. Igualmente, con la luz y la fuerza del Espíritu, la familia vive la vocación y la misión que ha recibido, no obstante las dificultades y los desafíos de la vida. Por eso, a fuerza de acogida y amor, logra sanar tantas heridas de las personas y puede incluso cumplir una gran labor social ayudando, sosteniendo y protegiendo a muchos que tienen diversas necesidades. En medio de una sociedad frecuentemente convulsionada por temores y problemas, pero al mismo tiempo con tantas promesas de esperanza, la familia cristiana cumple la especial tarea de colaborar en la evangelización, mostrando, a sus miembros y a toda la sociedad, que formamos parte de una historia de amor que viene desde Dios. Este testimonio es fundamental en el contexto cultural de hoy que deja a muchas personas víctimas de la confusión y el egoísmo y necesitan un amor auténtico que las regenere y las haga capaces de vivir en la verdad y la alegría. Sin el compromiso de las familias cristianas, a la Iglesia le resulta muy difícil hoy la transmisión de la fe. Así mismo, es necesario que las familias trabajen e influyan para resolver las necesidades esenciales de vivienda, salud, trabajo y educación, que responden a derechos primarios. Tenemos, por tanto, una gran responsabilidad en la defensa y promoción de la familia, que es decisiva en los campos de la organización social, de la transformación cultural y de la nueva evangelización. Invito encarecidamente a todos los miembros de la Arquidiócesis a comprometerse seriamente con la programación de esta Semana de la Familia y con todas las demás iniciativas que vean oportunas a lo largo del trabajo pastoral para cuidar y promover la familia, ambiente privilegiado para reconstruirnos desde adentro, para mantener la estabilidad y el crecimiento armonioso de la sociedad y para proyectar el futuro con responsabilidad y esperanza. + Ricardo Tobón Restrepo Arzobispo de Medellín

Vie 20 Abr 2018

Un mensaje para los jóvenes

Por: Mons. Gonzalo Restrepo Restrepo - Los jóvenes son la mayor reserva de un país. En los jóvenes se encuentra el futuro de todos los desarrollos y progresos del país. La cultura, la ciencia, las instituciones sociales, la familia, las creencias y las manifestaciones culturales, nuestra idiosincrasia, nuestras costumbres, la manera de relacionarnos y hasta el lenguaje, depende en buena medida de los jóvenes. Por eso, tenemos que cultivar la juventud. Tenemos que apoyar a nuestros jóvenes, permitirles que tengan alas para volar, mente amplia y clara para discernir y voluntades muy definidas y fuertes para decidir. Las semillas que sembremos en los jóvenes no se perderán. Lo importante es que siempre estas semillas encuentren el cariño, la compañía y el calor humano de quienes caminamos con ellos. Estar al lado de los jóvenes es un privilegio. Uno se rejuvenece, uno siente la energía de ellos y se entusiasma, uno vuelve otra vez a tener la espontaneidad perdida. Con los jóvenes uno es capaz de arriesgarse, de seguir adelante a pesar de las caídas y las dificultades. Los jóvenes nos enseñan a perdonar y reconciliarnos, a vivir no tanto del pasado ni del futuro, sino del presente. La juventud es un tesoro que hay que cultivar y conservar. No se pierde la juventud con el pasar de los años, sino cuando dejamos que nuestro corazón, nuestra sensibilidad, nuestros sentimientos, se envejezcan, se vuelvan sin sentido ni sabor, pierdan su lozanía y humanidad. Los jóvenes son descomplicados y casi siempre informales. Tienen un sentido crítico y de análisis muy agudo y, en ocasiones, llegan a la incomprensión y a la exigencia exagerada. Quieren que todas las cosas se resuelvan “ya”, no dan espera, tienen el sentido de hacer las cosas inmediatamente y muy directamente, sin intermediarios. Son explosivos. Están llenos de energía y siempre están activos. Si valoráramos los jóvenes en su punto justo, si los acompañáramos más, si les mostráramos más caminos, si los entusiasmáramos más con nuestra vida y nuestro testimonio, si descubriéramos sus valores, si dialogáramos más con ellos, si les diéramos más responsabilidades, si confiáramos más en ellos, si pensáramos más en el futuro de nuestras familias, de nuestra cultura y de nuestra sociedad, entonces, estaríamos cosechando los mejores frutos para el futuro. Y ustedes jóvenes no pierdan sus días y su tiempo en ocupaciones sin sentido. El estudio, la cultura, las buenas relaciones, el deporte, la familia, el noviazgo, los amigos y las amigas, las diversiones, sus encarretes y sus hobbies, son valores muy grandes que ustedes deben aprovechar y hacer crecer en todo sentido. Jóvenes, ustedes son los responsables del mañana de nuestra sociedad y nuestro país. No pierdan el tiempo porque jamás lo podrán recuperar. Adelante. + Gonzalo Restrepo Restrepo Arzobispo de Manizales

Mié 11 Nov 2015

Papa lamenta que familias estén distraídas con el móvil

El Papa Francisco dedicó la Audiencia General de este miércoles a la convivencia familiar y la relación que toda familia debe tener en el hogar, pero sobre todo en torno a la mesa doméstica. Para ello dio una serie de consejos, entre ellos no ver la televisión o no tener el smartphone (teléfono inteligente) cuando se come en familia. “Saber compartir es una virtud preciosa”, afirmó. “Su símbolo, su ‘icono’ es la familia reunida alrededor de la mesa doméstica”. “Una familia que no come casi nunca junta, o en cuya mesa no se habla pero se ve la televisión, o el smartphone, es una familia ‘poco familia’”, indicó el Papa. En su opinión, “la convivialidad es un termómetro seguro para medir la salud de las relaciones: si en la familia hay algo que no está bien, o alguna herida escondida, en la mesa se percibe enseguida”. Denunció además que “hoy muchos contextos sociales ponen obstáculos a la convivencia familiar” y señaló que “debemos encontrar el modo de recuperarla, aunque sea adaptándola a los tiempos”. Francisco explicó que “compartir los alimentos –y por lo tanto, además de los alimentos, también los afectos, los eventos…– es una experiencia fundamental”. “Cuando hay una fiesta, un cumpleaños, un aniversario, nos reunimos alrededor de la mesa. En algunas culturas es habitual hacerlo también por el luto, para estar cercanos a quien se encuentra en el dolor por la pérdida de un familiar”, explicó. “El cristianismo tiene una especial vocación por la convivialidad, todos lo saben”. “Jesús escogió la comida también para entregar a sus discípulos su testamento espiritual, condensado en el gesto memorial de su Sacrificio: donación de su Cuerpo y de su Sangre como Alimento y bebida de salvación, que nutren el amor verdadero y duradero”, recordó a los fieles. “Podemos bien decir que la familia es ‘de casa’ a la Misa porque lleva a la Eucaristía la propia experiencia de convivencia y la abre a la gracia de una convivencia universal, del amor de Dios por el mundo”. Francisco aseguró después que “participando en la Eucaristía, la familia es purificada de la tentación de cerrarse en sí misma, fortalecida en el amor y en la fidelidad, y prolonga los confines de su propia fraternidad según el corazón de Cristo”. En este sentido, la “Eucaristía y la familia nutrida por ella pueden vencer las cerrazones y construir puentes de acogida y de caridad”. “No existen pequeños, huérfanos, débiles, indefensos, heridos y desilusionados, desesperados y abandonados, que la convivencia eucarística de las familias no pueda nutrir, restaurar, proteger y hospedar”, aseguró el Papa en la Plaza de San Pedro. El Santo Padre también pidió darse cuenta de cómo “una madre tiene una mirada de atención, servicio y cuidado por los hijos ajenos, además que los propios”. “Sabemos bien la fuerza que adquiere un pueblo cuyos padres están preparados para movilizarse para proteger a sus hijos de todos, porque consideran a los hijos un bien indivisible, que son felices y orgullosos de proteger”. “La convivencia parece que se ha convertido en una cosa que se compra y se vende, pero así es otra cosa”, explicó el Papa. Comentando este aspecto, señaló que “la nutrición no es siempre el símbolo de un justo compartir de los bienes, capaz de alcanzar a quien no tiene ni pan ni afectos”. “En los Países ricos somos estimulados a gastar en una nutrición excesiva, y luego lo hacemos de nuevo para remediar el exceso. Y este ‘negocio’ insensato desvía nuestra atención del hambre verdadera, del cuerpo y del alma. Es tanto así que la publicidad la ha reducido a un deseo de galletas y dulces. Mientras tanto, muchos hermanos y hermanas se quedan fuera de la mesa. ¡Es una vergüenza!”. El Pontífice pidió mirar al Banquete Eucarístico y reconoció que “no existe división que pueda resistir a este Sacrificio de comunión; solo la actitud de falsedad, de complicidad con el mal puede excluir de ello”. “Cualquier otra distancia no puede resistir a la potencia indefensa de este pan partido y de este vino derramado, Sacramento del único Cuerpo del Señor”. “La alianza viva y vital de las familias cristianas, que precede, sostiene y abraza en el dinamismo de su hospitalidad las fatigas y las alegrías cotidianas, coopera con la gracia de la Eucaristía, que es capaz de crear comunión siempre nueva con la fuerza que incluye y que salva”, dijo el Papa. Después de la catequesis el Obispo de Roma saludó como siempre a los peregrinos provenientes de diversas partes del mundo. También a los enfermos, jóvenes y esposos recién casados: “Que el Señor les ayude, queridos jóvenes, a ser promotores de misericordia y reconciliación; les sostenga a ustedes, queridos enfermos, a no perder la confianza, ni siquiera en los momentos de dura prueba; y les conceda a ustedes, querido esposos noveles, encontrar en el Evangelio la alegría de acoger cada vida humana, sobre todo la más débil e indefensa”.