Pasar al contenido principal

oración

Mar 19 Jul 2016

Dios escucha porque sabe inclinar su corazón al que lo llama

Dios habla y también escucha, por eso la Palabra de vida que nos será proclamada no sólo nos recuerda la bondad de Dios, sino que nos enseña a llamarlo con amor, a sentirlo con fe, a aguardar con confiada esperanza las muestras de su amor infinito. Escuchemos. Lecturas [icon class='fa fa-play' link=''] Primera lectura: Génesis 18,20-32[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Salmo de respuesta: 138(137),1-2a.2bc+3.6-7.8 (R. cf. 17,6a)[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Segunda lectura: Colosenses 2,12-14[/icon] [icon class='fa fa-play' link=''] Evangelio: Lucas 11,1-13[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] En el corazón de la humanidad estará siempre el deseo de entrar en contacto con Dios, todas las experiencias religiosas hacen de la Oración un camino en el que el hombre suplica, agradece, se admira y se encuentra con quien le da la vida. La Palabra divina nos muestra la insistencia con la que Abraham pide a Dios que salve de la catástrofe anunciada, implorando con insistencia la clemencia y la misericordia. Esta misericordia a la que este año nos dirige la fe de la Iglesia, es también manifestada en la oración humilde y confiada del Salmo. Dios escucha porque sabe inclinar su corazón al que lo llama en la insistencia de la oración y el creyente sabe que, por la fe, sus esperanzas y sus necesidades no se quedan en el vacío sino que se guardan en el amor d Dios que escucha porque ama. Ese amor, según san Pablo, no está restringido a un grupo, ni siquiera a los que “primero vivieron la alianza” (Cfr Oración Universal del Viernes Santo), porque la misericordia Divina, como nos lo propone el apóstol, genera un vínculo de comunión que rompe las fronteras y salta las trincheras humanas para abrir puertas de esperanza para todos. El evangelio nos trae la Oración por excelencia, el modelo perfecto, por lo simple, por lo conciso, por lo confiado, de toda plegaria humana, de toda amorosa relación con Dios. Lucas, al proponer esta Oración del Señor, la ubica en la subida de Jesús a la Ciudad Santa en la que hará real, de muchos modos, aquello de “hágase tu voluntad”. Es una propuesta novedosísima en su tiempo, porque rompe el esquema de las plegarias judías, bellísimas sin duda, en el ámbito del culto del Viejo Testamento y nos lanza hacia una manera nueva de ver a Dios y de vernos como pueblo y como personas en una relación de hijos frente a quien lo es todo. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO SITUACIONAL[/icon] El mundo en el que vivimos vuelve a tener sed de oración, de una oración concreta, simple, sencilla, elocuente y efectiva. Nos hemos acostumbrado a unas oraciones en las que, de pronto nos hallamos ante un mar de emociones, un océano de expresiones, con un milímetro de profundidad. Hay tanto para pedir, hay tanto para agradecer, hay tanto para reconocer, hay tanto para ofrecer. Todo esto lo encierra la oración cristiana novedosa, sencilla, dirigida por el maestro de vida que es Jesús. El propone a sus seguidores la urgencia de ser comunidad orante, de ser solidarios también en una experiencia de relación con Dios que deja de ser “mi Dios” para ser “padre nuestro” en todo el sentido fraterno y comprometedor de la palabra. La sociedad necesita no sólo los espacios físicos para elevar sus plegarias, sino el clima de unidad y de comunión que estas plegarias deben tener. Estamos urgidos de superar el ámbito restringido y privado de nuestra experiencia de Dios que tantos nos quieren imponer, para ofrecer con valor y decisión el rostro cercano y misericordioso de Dios que escucha con amor al que le habla con amor. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon] El mundo en el que vivimos vuelve a tener sed de oración, de una oración concreta, simple, sencilla, elocuente y efectiva. Nos hemos acostumbrado a unas oraciones en las que, de pronto nos hallamos ante un mar de emociones, un océano de expresiones, con un milímetro de profundidad. Hay tanto para pedir, hay tanto para agradecer, hay tanto para reconocer, hay tanto para ofrecer. Todo esto lo encierra la oración cristiana novedosa, sencilla, dirigida por el maestro de vida que es Jesús. El propone a sus seguidores la urgencia de ser comunidad orante, de ser solidarios también en una experiencia de relación con Dios que deja de ser “mi Dios” para ser “padre nuestro” en todo el sentido fraterno y comprometedor de la palabra. La sociedad necesita no sólo los espacios físicos para elevar sus plegarias, sino el clima de unidad y de comunión que estas plegarias deben tener. Estamos urgidos de superar el ámbito restringido y privado de nuestra experiencia de Dios que tantos nos quieren imponer, para ofrecer con valor y decisión el rostro cercano y misericordioso de Dios que escucha con amor al que le habla con amor. [icon class='fa fa-play' link='']Recomendaciones prácticas[/icon] Para este domingo sería bueno resaltar la Oración del Señor: una cartelera con contenido del padre nuestro, cantándolo (con la letra del misal). Se sugiere El Prefacio Dominical X: «el Día del Señor», p. 392 del Misal. Se puede realizar al final de la Misa la fórmula de Bendición Solemne: 14. En el Tiempo Ordinario V, p. 477 del Misal. Insistir en la importancia y necesidad de celebrar con fe y humildad el sacramento de la reconciliación, como espacio de encuentro con la misericordia de Dios. Se pueden organizar celebraciones penitenciales. Recordar que esta semana: El lunes 25, es la fiesta de Santiago, apóstol. En el contexto del Año de la Misericordia se celebra el Jubileo de los jóvenes, del martes 26 al domingo 31 de julio. Para las primeras Vísperas del próximo domingo 18º del Tiempo Ordinario se emplea el Tomo IV de la Liturgia de las Horas, semana 2ª del Salterio. Foto Tomado de Internet

Vie 10 Jun 2016

Semana de oración por la unidad de los cristianos trae foros y una cartilla

Una experiencia de Fe en Letonia, un foro en el que serán protagonistas los jóvenes y la presentación de la cartilla "Artesanos de la Paz" serán las actividades que darán cierre a la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos que anima el Comité de Unidad y Diálogo del episcopado colombiano desde el el 7 de junio. El 14 de junio, desde las 5:30 pm, en instalaciones de la Facultad de Teología de la Universidad Santo Tomás, María Cristina Arango, Cónsul Honoraria de Letonia presentará una experiencia de fe en ese país. Tras esta presentación se realizará el lanzamiento de la cartilla: "Artesanos de la paz". El viernes 16 de junio, en la parroquia Santo Domingo Sabio, de 5 a 6 pm se realizará un foro donde jóvenes,a partir de una oración y lectura bíblica y presentación de proyectos juveniles de paz buscarán responder a la pregunta: ¿Qué desafíos de transformación son necesarios para convertirnos en auténticos artesanos de la paz?.

Mar 7 Jun 2016

Iglesias cristianas quieren ser artesanos de la paz y la reconciliación en Colombia

Convocada por el Comité para la Unidad y el Diálogo de la Conferencia Episcopal de Colombia, del 7 al 17 de junio, se celebrará la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos que este año tendrá como lema "Artesanos de la Paz y la Reconciliación". Durante estos días se celebrarán diversos eventos religiosos, culturales y académicos especialmente enfocados en "concientizar a los líderes religiosos y a sus comunidades de su rol fundamental en la construcción de la paz y de la reconciliación en nuestro país, especialmente en el actual contexto de los diálogos de paz" dice Mons. Pedro Mercado, Director del Departamento para la Promoción de la Unidad y el Diálogo. La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos "tiene como objetivo favorecer en las iglesias y comunidades cristianas un ambiente de fraternidad y mutuo enriquecimiento, creando espacios de diálogo y oración común con el fin de establecer acciones conjuntas en beneficio de la sociedad" afirmó el Dr. Fabian Salazar, Secretario del Comité Ecuménico. [icon class='fa fa-download' link='']DESCARGA EL PROGRAMA COMPLETO[/icon]

Jue 19 Mayo 2016

La criatura sin el Creador desaparece

Por: Mons. Luis Fernando Rodríguez Velásquez - Ha sido común, pero hoy más público, el hecho de que muchas personas afirmen categóricamente que Dios no existe o que es asunto privado de cada persona, por lo que Dios no debe tener ninguna incidencia en la vida social de los individuos. Puede percibirse el objetivo de reducir al ámbito de la conciencia la dimensión religiosa de los seres humanos, olvidando o rechazando, lo que los filósofos afirman cuando dicen que el ser humano es por su naturaleza, es un ser religado, es decir, que tiende hacia Dios, hacia lo trascendente. Lo acaecido en Cartagena, respecto de la decisión del juez de prohibir la oración en instituciones públicas, no es un caso aislado. Son varios los espacios en que se nota una cierta aversión de las expresiones religiosas, unos interpretando inadecuadamente la Constitución, otros por sentirse “agredidos”. En el fondo, está tomando fuerza una creciente tendencia secularista, donde el ser humano, gracias a los avances que ha tenido, cree que Dios, más que un aliado, es un obstáculo para su realización. Se está dando una cierta competencia y soberbia de muchos para no reconocer que detrás de todo logro humano está la mano de Dios, quien nos da la vida y la inteligencia. El Concilio Vaticano II, proféticamente, no sólo describe realidades del momento en los años 60s y anteriores del siglo pasado, sino que predice lo que habría de venir si se sigue en esta tendencia de sacar a Dios de la vida de las personas. Entre muchas cosas dice: “Muchos de nuestros contemporáneos parecen temer que, por una excesivamente estrecha vinculación entre la actividad humana y la religión, sufra trabas la autonomía del hombre, de la sociedad o de la ciencia… Pero si autonomía de lo temporal quiere decir que la realidad creada es independiente de Dios y que los hombres pueden usarla sin referencia al Creador, no hay creyente alguno a quien se le oculte la falsedad envuelta en tales palabras. La criatura sin el Creador desaparece. Por lo demás, cuantos creen en Dios, sea cual fuere su religión, escucharon siempre la manifestación de la voz de Dios en el lenguaje de la creación. Más aún, por el olvido de Dios la propia criatura queda oscurecida” (GS, 36). No se puede negar que este texto es elocuente, no sólo por dar muestras de la importancia y necesidad de reconocer la existencia de Dios, por respetar la diversidad de las religiones con apertura ecuménica, sino también por anticipar lo que hoy estamos viviendo, como Iglesia católica y como sociedad en general. Al celebrar la solemnidad de la Santísima Trinidad, reconocemos la existencia de Dios Uno y Trino, que en su lenguaje de amor está presente en medio de todos, o como diría San Agustín, dentro de cada uno. El reto de la Iglesia en estos tiempos, es ayudar a los hombres y mujeres, a que no dejen apagar la dimensión espiritual de sus vidas, y que desde allí, descubran que “Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre” (Misericordiae Vultus, 1), que respeta nuestra libertad, pero a la vez, se hace compañero de camino. Por otra parte, si un sector de la sociedad está por el rechazo de Dios, otro sector, no menor, expresa a gritos su sed de Dios. Muestra de ello es el pulular de grupos y movimientos religiosos, muchos de ellos, enraizados en inspiraciones exotéricas y mágicas que desvirtúan el espíritu de la auténticareligión; grupos numerosos de personas que viven una religión sin fe, y otros, una fe sin compromiso. En este grupo bien se pueden ubicar muchos hermanos católicos. Fieles que bautizados en la Iglesia católica, han perdido el rumbo por falta de preparación o por una fe débil, a los cuales debemos salir al encuentro. ¡Cuánta necesidad tenemos de definir una pastoral del retorno y una más valiente pastoral misionera! Es aquí en donde, como Iglesia, tenemos que asumir el reto que nos propone el Papa Francisco en la Exhortación Evangelii gaudium. Tenemos que anunciar con alegría el Evangelio, para que las generaciones de hoy y de siempre sean conscientes de que “por el olvido de Dios la propia criatura queda oscurecida”. Dios existe, guste o no guste. +Luis Fernando Rodríguez Velásquez Obispo auxiliar de Cali