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semana santa

Vie 25 Mar 2016

El Sermón de las Siete Palabras y las carencias de las regiones

El abandono que viven regiones como La Guajira; el daño ambiental que ha sufrido el Chocó, debido a la minería ilegal, y las múltiples manifestaciones de violencia contra las mujeres hacen parte de las reflexiones de la Iglesia católica este año, en la interpretación del Sermón de las Siete Palabras, como se les conoce a las siete últimas frases que Jesús pronunció durante su crucifixión, antes de morir. El país ha sufrido por décadas la violencia y la corrupción. Por ello, la Iglesia pide que este 2016 sea el año de la paz, la misericordia y el perdón. Y como es tradición de EL TIEMPO, hoy Jueves Santo ofrece a sus audiencias la lectura del Sermón que cada viernes de la Semana Mayor convoca a los fieles católicos. En esta oportunidad, jerarcas de distintas zonas del país tomaron las palabras de la Biblia para aterrizarlas a la realidad regional, con la intención de invitar a los fieles a la reflexión. Participaron obispos y arzobispos de La Guajira, Chocó, Huila, Valle del Cauca, Boyacá, Meta y Bogotá. Frente a la paz, los prelados señalaron que el país espera la luz de un posconflicto de justicia y paz después de tantos años de guerra y sufrimiento. Y añadieron que la paz no empieza en una isla caribeña, sino en el corazón de los colombianos y con obras, no con palabras. 1. Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen Monseñor Óscar Urbina O., arzobispo de Villavicencio “Todos somos habitados por un deseo natural de venganza. Estamos demasiado marcados por el ojo por ojo, diente por diente. Por eso llegamos a preferir la justicia por nuestras propias manos. Jesús muere como ha vivido, lleno de bondad y misericordia. Jesús muere amando, ofreciendo a los pecadores el perdón del Padre. Jesús se ha dejado clavar en la cruz convirtiéndola en una auténtica cátedra desde la cual nos enseña cómo amar. Hasta el final ora por sus perseguidores y, más aún, los excusa: ‘No saben lo que hacen’. La violencia engendra violencia, como una cadena sin fin. Jesús pide romperla, nos pide no replicar con otros lo que hemos sufrido. Perdonar no implica ignorar las injusticias cometidas ni aceptarlas con indiferencia. Perdonamos para romper la espiral del mal y para rehabilitar al otro dándole la oportunidad de que actúe de manera distinta en el futuro. El perdón cambia nuestras relaciones en la familia y la sociedad porque abre una nueva puerta a la convivencia sana. Caminaremos hacia una sociedad colombiana más fraterna y humana si abandonamos el camino de la venganza, del odio y las represalias. El perdón en nuestra sociedad cada día más violenta –que se manifiesta en las palabras, las actitudes, los silencios en los distintos escenarios de nuestras vidas, porque sufrimos humillaciones, engaños, infidelidades, abusos y agresiones– sanará nuestras heridas. El perdón no es fácil, pero el cristiano perdona porque se siente perdonado en primer lugar por Dios”. 2. Yo te aseguro, hoy estarás conmigo en el paraíso Monseñor Juan Carlos Barreto, obispo de Quibdó “Jesús conoció el reino de Dios, que tiene una dimensión temporal y una eterna. El reino es el mismo Jesús. Cuando lo aceptamos a él, el reino de Dios entra a ser parte de nuestra vida personal, familiar, laboral y social. El paraíso del que Jesús habla es su mismo reino. En Chocó, ese paraíso terrenal es fácilmente percibido por la abundante explosión de vida. La biodiversidad que se conjuga en la selva, los ríos y el mar es una expresión de ese paraíso en el que nuestro padre quiso que vivieran sus hijos. Pero es un paraíso destruido por el hombre. La minería irresponsable, la falta de cultura ciudadana, el abandono del Estado, el accionar de grupos armados y los potenciales de empresarios capitalistas han perturbado la belleza y la fecundidad del territorio chocoano. Los ríos y quebradas están contaminados por mercurio, químicos utilizados para los cultivos ilícitos y el mal manejo de residuos sólidos. La sedimentación impide la navegabilidad y los peces son escasos y amenazan la salud humana. La selva ha sido devastada por las retroexcavadoras y por la implantación de cultivos ilícitos. La tala irracional de árboles y los incendios provocados por manos criminales con el objetivo de ampliar las fronteras agrícolas y ganaderas han destruido muchas especies. La resurrección de Cristo es una esperanza para el pueblo chocoano, que espera la luz de un posconflicto de justicia y paz después de tantos años de guerra y sufrimiento”. 3. Mujer, he ahí a tu hijo; hijo, he ahí a tu madre Monseñor Héctor Henao, director de Pastoral Social “El evangelio de San Juan nos dice en el capítulo 19 que junto a la cruz de Jesús estaba su madre. Jesús, al verla cerca al discípulo que tanto quería, le dijo a ella: ‘Mujer, ahí tienes a tu hijo’. Luego dijo al discípulo: ‘Ahí tienes a tu madre’. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa. Tal vez nosotros seamos caracterizados por nuestro nombre, pero aquí Jesús identifica a María y a San Juan por la relación profunda que tienen con él. Identificarnos en profundidad es reconocer la dignidad de cada ser humano, reconocer en particular la dignidad de las víctimas. Pero María no se encierra en el dolor, ella se abre más allá y vuelve a ser madre. Aquí deberíamos pensar en las situaciones que en Colombia han vivido miles de mujeres. Las estadísticas dicen que ocurren cuatro asesinatos al día solo por el hecho de ser mujeres. También la situación de las mujeres que fueron secuestradas, de muchas víctimas de distintas formas de violencia, de aquellas que fueron obligadas a abortar en la guerra; nos hablan de mujeres que son explotadas sexualmente, de muchas que viven el maltrato en sus familias. En esta hora estamos invitados a ser fieles a la entrega que Jesús hace, cuando entrega a María a manos de su discípulo amado y él en manos de la virgen. Ese es un gesto de solidaridad, es el primer paso de reconciliación, el que nos abre el camino para construir una nueva sociedad, en el caminar juntos y en el construir un orden en el que se respete la dignidad de todo ser humano”. 4. Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Monseñor Héctor Salah Zuleta, obispo de Riohacha “El sentimiento de abandono que experimentan hoy tantos seres es multicausal y conduce a caminos de desesperación. Creados por el amor de Dios, que es comunidad, y para vivir el amor en comunidad, el sentimiento de soledad y abandono es una de las mayores calamidades que atenta contra la estabilidad emocional y humana. En los últimos meses, La Guajira ha estado presente en los medios. Esta hermosa tierra situada donde nace la patria, plena de recursos naturales, riquezas del subsuelo y gran calidad de su gente, padece la gran calamidad humanitaria desatada por el abandono. Abandonada por el Estado, por sus gobernantes, abandonada en la enorme soledad de su enigmático y silencioso desierto. Hoy podría gritar La Guajira como el Señor en la cruz: ‘¿Por qué me han abandonado?’. A través de los tiempos y a pesar de los astronómicos recursos económicos recibidos en el pasado, registra los peores indicadores del país en todos los campos económicos y sociales. Dios no abandona al hombre ni quiere que esté solo. En la mayoría de las dificultades que padecemos somos nosotros los que abandonamos a Dios. Este año especialmente dedicado a recibir y practicar misericordia debe ser el inicio de tiempos mejores. Recibir la misericordia que Dios nos ofrece, porque conoció y vivió nuestra realidad, y por ello es capaz de ponerse en nuestros zapatos; así nuestra recuperación nos conducirá a ponernos en los zapatos de los demás para comprender su abandono y ofrecer obras de misericordia para acompañar a los que sufren”. 5. Tengo sed Monseñor Fabio Duque, obispo de Garzón “Quién de nosotros, si hubiera estado junto a la cruz y hubiera escuchado las palabras ‘Tengo sed’, no hubiera corrido a ofrecer un vaso de agua. Hay gente que pasa horas y horas acompañando a Cristo en el sagrario, lo cual está bien, pero olvida a Cristo presente en los desvalidos. Hay gente que invierte mucho en cuadros suntuosos de Jesucristo, en crucifijos valiosos, pero no se digna ni a mirar a Jesucristo presente en huérfanos, gamines, desempleados y obreros humillados y mal remunerados. Esta gente, educada en la gazmoñería, en la falsa piedad, rinde culto al Cristo pintado en una pared, pero desprecia al Cristo presente en el pobre. Hay dos excusas camufladas de humanismo para no socorrer a Jesucristo en el pobre. Unos dicen que hay que evitar todo paternalismo, dar una limosna es humillar a la gente. Pero hay quienes pretenden asesinar su conciencia y apaciguar sus sentimientos de culpa dando limosnas ridículas que no equivalen a la millonésima parte de lo que discretamente, con guante blanco, han robado a los mismos que aparentan socorrer. Estos discretos robos a menudo se presentan como legales, hay leyes cuya astuta interpretación justifica la explotación sistemática e injusta. Este Jesús que grita ‘Tengo sed’ es el mismo que en el sermón del monte había dicho: ‘Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados’”. 6. Todo está consumado Monseñor Héctor Epalza, obispo de Buenaventura “Este es el texto del evangelista San Juan: ‘Había allí una jarra con vinagre. Los soldados colocaron en la punta de una caña una esponja empapada en vinagre y se la acercaron a la boca. Jesús lo probó y dijo: Todo está cumplido’. Cuando a una persona se le confía una misión y es el responsable, y le ha puesto su alma y corazón puede decir con enorme satisfacción: ‘Todo está cumplido’. Este Viernes Santo llega para que la humanidad mire a Cristo crucificado y aprenda de él que vale la pena la existencia humana, no con excesiva autonomía y libertinaje, sino con una entrega generosa. Para poder exclamar con los labios o con la mente al final de la existencia ‘Todo está cumplido’, se requiere renunciar al egoísmo, a los ídolos del poder, a la vida fácil y al espejismo de falsa felicidad. Desde que Dios se hizo hombre, la victoria sobre el mal y la violencia son posibles. El día en que a Colombia llegue la paz podremos decir que todo está cumplido. Nuestra patria, sumida por décadas en la violencia y la corrupción, necesita matricularse en la escuela del evangelio del perdón, de la reconciliación, de la bondad, de la ternura, del amor y de la misericordia. Ese es el evangelio de Jesucristo. La paz de Colombia no empieza en una isla caribeña, sino en el corazón de los colombianos, dispuestos a amar no con palabras, sino con obras. Cuando nos comprometamos a ser artesanos de la paz en todos los rincones de nuestra patria dolorida, entonces, al final de nuestra vida, como Jesucristo, podremos exclamar: ‘Todo está cumplido’”. 7. Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu Luis Augusto Castro, arzobispo de Tunja “Déjenme contarles que una niña quedó atrapada en el segundo piso de un edificio. Era su casa. Todos habían salido corriendo cuando hubo un incendio y ella no pudo salir. Ahí quedó en la ventana, ya anochecía. De pronto ella escuchó una voz: ‘Tírate de allá arriba’. Era su papá. Ella le contestó ‘no te veo, no me puedo lanzar porque no te veo’. Él le dijo que no importaba porque él sí la veía y con sus manos la iba a agarrar para que no le pasara nada. Esta niña se lanzó confiada en las manos de su padre. Las palabras que trae Jesús son de confianza en su padre. Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Que esas palabras de Jesús sean también para nosotros, para que tengamos la confianza, la fe grande de ponernos en las manos de Dios. No pensar que nosotros solos lo podemos todo, sino que verdaderamente necesitamos la guía, la luz, la sabiduría que él nos puede ofrecer. Que el Señor los bendiga a todos, especialmente en estos días santos”. Autor: Diario El Tiempo

Vie 25 Mar 2016

Vivamos el Triduo Pascual

Todos los años en el Triduo Pascual, que se celebra desde la Misa vespertina del Jueves en la Cena del Señor hasta las vísperas del Domingo de Resurrección, la Iglesia celebra, en íntima comunión con Cristo, los grandes misterios de la redención humana. [icon class='fa fa-chrome' link='']Visita el sitio Web pinchando aquí[/icon]

Vie 25 Mar 2016

Descarga el Sermón de las Siete Palabras

La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) pone a disposición de todos los fieles el tradicional Sermón de las Siete Palabras predicados por monseñor Oscar Urbina Ortega, arzobispo de Villavicencio y vicepresidente del episcopado. Este material, producido por el departamento de Comunicación Social, es un insumo para las emisoras católicas del país que tradicionalmente reproducen estas reflexiones durante el viernes santo. “Es importante que la tradición se mantenga en la Iglesia y que mejor manera de hacerlo recordando las últimas palabras de nuestro Señor durante su vida terrenal”, afirmó el padre Elver Rojas, director de Comunicación Social del episcopado. Este año, en El Sermón de las Siete Palabras, se ha querido hacer fuerte énfasis en el tema de la misericordia – en sintonía con el año Jubilar que vive la Iglesia – y en el contexto de búsqueda de la paz en el país, teniendo presente los elementos de perdón, reconciliación y paz. Este material puede ser reproducido y descargado en el sitio Web: Especial Semana Santa 2016 que ha desarrollado la Conferencia Episcopal de Colombia. También se puede acceder a través de la sección de Banner en el sitio web del episcopado.

Jue 24 Mar 2016

Oración sobre las Siete Palabras

Proponemos no hacer un ‘sermón’ de las “Siete Palabras”, sino dirigir un momento de oración que involucre a los oyentes, invitándolos a repetir en voz alta cada una de las ‘Palabras’, tres veces al comienzo y al final de cada reflexión... de modo que todos los participantes sientan que esas palabras de Jesús salen de su propio interior. Entre el inicio de la oración de cada palabra y el final, se puede poner un fondo de música instrumental o gregoriana, que ayude a la oración. Ofrecemos unas breves sugerencias para orientar la reflexión sobre cada una de las Palabras de Jesús en la cruz. Al identificarnos con Jesús en su Pasión, podremos compartir con él también su experiencia de resurrección. [DESCARGAR] Pedagogía por la paz Para entender las diferentes fases de un proceso que lleva al perdón, la reconciliación y la paz, la Comisión de Conciliación Nacional de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) propone a obispos, sacerdotes, religiosos(as) y laicos comprometidos la campaña denominada “Pedagogía por la paz”. Esta es una campaña de sensibilización para crear escenarios posibles de discusión para el tema de la paz.

Mié 23 Mar 2016

[Viernes Santo] Cristo vence al pecado y nos reconcilia con Dios

Las lecturas nos presentan el valor redentor del sacrificio del Siervo de Dios, Jesús, que con su pasión y muerte en cruz cumple la voluntad redentora del Padre: vence el pecado y nos reconcilia definitivamente con Dios. Escuchemos atentos. Lecturas [icon class='fa fa-play' link='']Primera lectura: Isaías 52,13 - 53,12[/icon] [icon class='fa fa-play' link='']Salmo de respuesta: 31(30),2+6.12-13.15-16.17+25 (R. 6a)[/icon] [icon class='fa fa-play' link='']Segunda lectura: Hebreos 4,14-16; 5,7-9[/icon] [icon class='fa fa-play' link='']Evangelio: Juan 18,1 - 19,42[/icon] [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO BÍBLICO[/icon] La liturgia de la palabra nos introduce en el misterio de la Pasión del Señor. El Siervo del Señor sufriente, despreciado y rechazado por los hombres, es conducido como cordero al matadero. Dios colocó sobre él las culpas de todos nosotros. Cristo muere en el momento en el cual en el templo se sacrifican los corderos necesarios para la celebración de la cena pascual. Es El, el verdadero Cordero, que quita los pecados del mundo. El se ofreció como nuestra Pascua. Cristo murió por todos los hombres. Todo lo que aparece en la primera lectura como promesa, se realiza plenamente en el Evangelio. El Salmo se presenta como esa oración en el momento de la total entrega, que además es invitación para cada uno de nosotros en los momentos difíciles de nuestra vida. Y en la carta a los Hebreos nos presenta a Jesucristo como sacerdote, víctima y altar, que realiza la voluntad plena del Padre eterno. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO SITUACIONAL[/icon] El hombre de hoy sabe que el Viernes Santo es un día de dolor, de duelo, de soledad. La Cruz es una Ley pareja para todos: todos la llevamos, a través de la limitación humana, los diferentes problemas y preocupaciones. Todos la sufrimos, en las enfermedades, los sufrimientos, las injusticias. Todos la cargamos en la pobreza, las situaciones tensas, en las angustias. Por eso no siempre es aceptada, ni valorada. Ni la consideramos salvadora. La Cruz es señal del cristiano, porque es un gesto de Dios, también del hombre, pero es un gesto comprometedor. La vida de Cristo fue preparación, cumplimiento, y nueva luz para todos nosotros. La Cruz es también camino a la madurez, porque pide disciplina, exige renuncia y fomenta la rectitud. Es el camino que nuestro Señor eligió para salvar, es el camino seguro para vencer el pecado y la muerte. Es el camino iluminado para transformar la maldición en bendición. [icon class='fa fa-arrow-circle-right fa-2x' link='']CONTEXTO CELEBRATIVO[/icon] Nosotros celebramos el Viernes Santo la exaltación de la Cruz. La Cruz aparece para nosotros como signo de fidelidad, fundada en el amor siempre creciente, transformante, servicial. La Cruz es expresión de amor, porque unifica, cohesiona y anima a todos los que creemos en Cristo. Ella contagia serenidad y contiene felicidad. La Cruz es el momento de salvación. Por eso ante la Cruz contemplación, penetración del misterio y experiencia de salvación. Entonces se expresa en oración, se evidencia en el canto y se descubre en el culto. La alegría se evidencia como fruto de la gracia. La confianza, se muestra como fruto de la amistad. La seguridad, como fruto de la presencia del Señor. Es necesario ubicarse: Todo ha quedado en silencio; el tumulto ha silenciado su voz, porque todo se ha cumplido. Esto nos lleva a aceptar la cruz, vivir en cruz, siempre animados por la cruz. Asumir la Cruz que salva con amor, que transforma con valor y santifica con alegría. [icon class='fa fa-play' link='']Recomendaciones prácticas[/icon] Así como el Domingo de Ramos, para la lectura de la Historia de la Pasión del Señor el sacerdote puede hacerse ayudar de lectores, reservándose siempre lo correspondiente a Cristo (Cf. rúbrica del Misal). Hoy la Oración Universal tiene un carácter especial, por eso su forma es distinta a la forma cotidiana: invitatorio, silencio, oración. El diácono es quien desde el ambón dice el invitatorio que indica la intención por la cual se va a orar; si no hay diácono, un ministro laico, bien preparado, puede hacer estos invitatorios. La Cruz es signo sagrado porque desde ella Jesús nos revela el amor misericordioso que salva. La comunidad cristiana expresa sus sentimientos de contemplación y adoración de la Cruz como principio de la Pascua. Solamente en este día y mañana se hace genuflexión al pasar frente a ella. Hoy se realiza la colecta para los Santos Lugares, la cual sería necesario ambientar y hacer con todo afecto. La difícil situación de la Iglesia en Tierra Santa obliga en caridad a ser solidarios.

Mié 23 Mar 2016

Aceptar el reinado de Jesús en nuestras vidas

Hoy conmemoramos el misterio de nuestra redención, contemplamos a Jesús conducido por las autoridades judías ante las autoridades romanas. El Señor es acusado por los sumos sacerdotes, condenado a muerte por el prefecto romano, torturado y asesinado por la guardia romana. Se le acusa de proclamarse rey de los judíos y de presentarse como hijo de Dios. [DESCARGAR] Pedagogía por la paz Para entender las diferentes fases de un proceso que lleva al perdón, la reconciliación y la paz, la Comisión de Conciliación Nacional de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) propone a obispos, sacerdotes, religiosos(as) y laicos comprometidos la campaña denominada “Pedagogía por la paz”. Esta es una campaña de sensibilización para crear escenarios posibles de discusión para el tema de la paz.

Mar 22 Mar 2016

Jueves Santo, la Misa Crismal

La Misa Crismal es una de las principales manifestaciones de la plenitud sacerdotal del obispos, que ha de ser tenido como el gran sacerdote de su grey, y como signo de unión estrecha de los presbíteros con él. En dicha misa se consagra el Santo Crisma y se bendicen los óleos de los catecúmenos y de los enfermos. Esta solemne liturgia se ha convertido en ocasión para reunir a todo el presbiterio alrededor de su obispo y hacer de la celebración una fiesta del sacerdocio. Enlaces La Misa Crismal Visita el sitio Web pinchando aquí

Mar 22 Mar 2016

“Hoy tengo fuerza para vivir y servir”

El conflicto colombiano no puede haber pasado por nuestra vida sin afectarnos y la solución del mismo ha de convertirse en la verdadera Pascua encarnada en nuestra realidad concreta. ¿Están en el altar las ofrendas de En las lecturas de esta semana descubrimos a Dios que, más allá de nuestra condición limitada y pecadora, cuenta con tantas vidas atravesadas por el drama del conflicto colombiano y la apuesta por la paz que estamos haciendo? nosotros y nos envía a cuidar de los demás. ¿El memorial de la cena del Señor nos introduce en la lógica del reino para avanzar en el camino de la construcción de la paz? [DESCARGAR] Pedagogía por la paz Para entender las diferentes fases de un proceso que lleva al perdón, la reconciliación y la paz, la Comisión de Conciliación Nacional de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) propone a obispos, sacerdotes, religiosos(as) y laicos comprometidos la campaña denominada “Pedagogía por la paz”. Esta es una campaña de sensibilización para crear escenarios posibles de discusión para el tema de la paz.