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Iglesia preparada para Semana Santa
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"La Iglesia católica está preparada para vivir en este tiempo de pandemia la Semana Santa, llegando a todos los hogares católicos sin salir de la casa", así lo ha expresado el secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Elkin Álvarez Botero, en una entrevista concedida al diario El Espectador.
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El secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia habló sobre cómo la Iglesia colombiana se ha preparado para celebrar la Semana Mayor de los católicos de una forma distinta. Así como dicen que el mundo va a cambiar, él considera que ellos como institución también deben de hacerlo.
Así como el brote del coronavirus en el país ha puesto en jaque a la economía, ha obligado al Gobierno a tomar decisiones contingentes, la Iglesia también se ha visto tocada, especialmente este tiempo en el que se vive la Semana Santa. El Espectador habló con monseñor Elkin Álvarez, secretario general de la Conferencia Episcopal, para indagar cómo los sacerdotes y obispos se preparon para llegar con el mensaje de pascua y resurrección de Jesús a todas las familias católicas del país.
¿Qué significa para ustedes como Iglesia celebrar Semana Santa de esta forma tan excepcional?
Para nosotros celebrar la fiesta de la pascua, que es central en la vida cristiana, en estos tiempos de coronavirus es un acto de confianza, de reafirmar la fe en el señor y de sentirnos Iglesia que celebra el misterio de la salvación en el lugar donde estemos. Estos momentos nos llama, sobretodo, a que afiancemos, que volvamos a él y lo tenemos que hacer viviendo las circunstancias que tenemos.
Igualmente, para nosotros significa un desafío pastoral, crear conciencia en los fieles que la Semana Santa no se suspende, la celebramos de un modo distinto, separados físicamente, pero unidos espiritualmente.
Usted habla de desafíos para llevar a cabo la Semana Santa en tiempos del coronavirus, ¿cuáles son?
A nosotros nos ha llegado unas instrucciones y directivas por parte de la Santa Sede que tienen que ver con los aspectos generales de la celebración de la Semana Santa, teniendo en cuenta que la mayoría de los países del mundo implementaron una cuarentena en estos días. En cada diócesis se deben de aplicar. Por ejemplo, de alguna manera, se nos ha pedido que hagamos ayudas para que los fieles en la casa puedan celebrar también en familia con unas lecturas de la palabra de Dios, unas oraciones y reflexiones. La mayoría de las diócesis en estos momentos tienen alguna forma para compartir con sus fieles a través de los correos electrónicos o de WhatsApp. También están los medios tradicionales o digitales, los que hemos usado para transmitir la celebración de la eucaristía sin presencia del pueblo. Y sobre la catequesis y la pastoral, algunos han activado una línea espiritual para atender a los fieles y la atención caritativa también ha continuado con obras propias de la Iglesia, bien como vehículo de otras entidades para ayudar a los más pobres y vulnerables.
¿Cómo llegarán a los lugares más remotos del país para que la gente que viva allí también celebre la Semana Santa?
En Colombia la Iglesia católica está compuesta de 77 jurisdicciones, arquidiócesis, diócesis o vicariatos, entonces las comunidades más lejanas de alguna manera tienen una cobertura con los medios propios en el ámbito que les toca. Pienso en un vicariato como el de Leticia, el obispo de allá tendrá la manera o la buscará para hacer llegar la Semana Santa a sus fieles según los recursos propios, pero diríamos que generalmente los párrocos conocen bien a su comunidad y tienen en cuenta aquellos más pobres para que de alguna manera sientan la presencia de la Iglesia y puedan vivir la celebraciones litúrgicas, por lo menos a través de un celular o la radio que en muchos lugares todavía subsisten como el medio de comunicación más importante. Estas cosas se tienen en cuenta en cada diócesis.
Usted hablaba de ayudas, ¿cómo lo está haciendo la Iglesia ante las necesidades que ha despertado esta situación?
Hay un grupo de personas que venía siendo ayudado por la Iglesia a través de los programas de pastoral social. Estos se han intensificado y se ha continuado con la ayuda. Claro que han cambiado las formas, por ejemplo, algunos comedores que tenían la asistencia diaria, ahora envían los mercados a domicilio o inventando maneras para que no hayan concentraciones de gente. También están los bancos de alimentos que ha sido el canal para que empresas donen o hagan llegar recursos a las familias más pobres. Igualmente, cada parroquia tiene un programa, una ayuda, un grupo de personas, entonces esas obras de caridad han continuado. Hemos motivado para que la gente se fije en aquellos que tienen cerca, aunque no sea una obra institucional, pero todos estamos llamados a la caridad y solidaridad.
¿Es la primera vez que la Iglesia se ve abocada a celebrar la Semana Santa de una manera distinta por las circunstancias excepcionales que se presentan?
En algunos momentos de la historia ha ocurrido, pero por otras razones en las que nos ha tocado vivir celebraciones de la Semana Santa con participación reducida de fieles o encerrados, por ejemplo, en los países donde ha habido alguna persecución contra la Iglesia católica. Así mismo, con estas características del coronavirus es del todo nuevo y más porque en la actualidad tenemos todas estas posibilidades de los medios de comunicación, entonces hay muchas novedades.
¿Desde la perspectiva nacional, cómo el coronavirus los ha afectado a ustedes como Iglesia?
En Colombia ha ido evolucionando la situación, las primeras medidas que se tomaron reducían la participación de las personas en la eucaristía, que no se diera el saludo de la paz ni la comunión en la mano. Después aparece la cuarentena definitiva y el aislamiento total, entonces hemos venido tomando las decisiones de acuerdo con lo que se ha venido presentando y cada obispo se ha preparado con el ánimo de poder hacer esta Semana Santa distinta y que pueda contar con la participación de todos los fieles.
¿Cómo se están cuidando del coronavirus en la Conferencia Episcopal?
En primer lugar, todo el personal está en sus casas trabajando y aquí en la Conferencia quedamos algunos sacerdotes y un grupo pequeño que seguimos atendiendo estas cosas. No ha habido momento para ocuparse de otros temas y seguimos atendiendo, especialmente, todo lo que tiene que ver con esta pandemia, con lo que nos va llegando del Vaticano, pero nos estamos cuidando bien entre nosotros.
Hay quienes dicen que el mundo cambiará luego de superado el coronavirus, ¿qué cree que la Iglesia puede llegar a cambiar?
Creo que ese pensamiento, de alguna manera, nos está rondando a todos: lo que el mundo va a cambiar. A medida que se produzcan cambios en la sociedad, también la Iglesia debe de responder desde la fe a las expectativas y a las necesidades de las personas. Desde ese punto de vista también, digamos, el anuncio del Evangelio, la manera de atender a la pastoral, de alguna manera, tendrá que cambiar. En estos momentos no me adelantaría a hablar de unos cambios de proceder. La verdad desde Cristo, el amor de Dios serán siempre nuestras bases que, de acuerdo con los tiempos, tienen que ser entregadas y ese es como el propósito de evangelización. Sin duda, todos tenemos que vivir cambios y que también la acción pastoral tendrá cambios. Se nos vienen momentos muy difíciles y lo primero es asegurarnos en la confianza en el señor.
¿Qué mensaje dejan como Iglesia en estos momentos?
Escuchamos al papa Francisco diciendo que en este momento, en que vamos todos juntos en la misma barca, el señor nos está llamando a reavivar nuestra fe y nos dice no tengan miedo. La Semana Santa que vamos a vivir nos tiene separados físicamente, pero de ninguna manera estamos separados espiritualmente y al contrario tenemos una oportunidad de ahondar y de hacer una reflexión positiva sobre nuestra relación con Dios y nuestros hermanos, para poderla fundamentar en Cristo resucitado.
Fuente: Diario El Espectador
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Jue 2 Mayo 2024
Lex orandi, lex credendi, lex vivendi
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Mar 7 Mayo 2024
Fallece hermana de monseñor Joaquín Humberto Pinzón Güiza
La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) se suma a la acción de gracias a Dios por la vida terrena que le concedió a la señora MERCEDES PINZÓN GÜIZA, hermana de monseñor Joaquín Humberto Pinzón Güiza, Vicario Apostólico de Puerto Leguízamo-Solano, quien, este 7 de mayo, ha vivido su pascua. Además, se une en oración, pidiendo a Cristo Resucitado que fortalezca la virtud de la esperanza cristiana en su familia y allegados, para que sientan el consuelo de su presencia.Las exequias se realizarán el próximo jueves 9 de mayo, en las horas de la mañana, en la parroquia La Consolata de la ciudad de Bucaramanga (Santander).
Mar 7 Mayo 2024
Iglesia y ONU manifiestan su rechazo frente al anuncio del ELN de dar por terminada la suspensión de los secuestros con fines económicos
A través de un comunicado conjunto, la Delegación para las relaciones Iglesia – Estado de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) y el Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas en Colombia, lamentan la decisión anunciada el día de ayer, 06 de mayo, en la que el Ejército de Liberación Nacional – ELN “da por terminada la suspensión unilateral de lo que denominan retenciones económicas”. El pronunciamiento lo hacen en su calidad de acompañantes permanentes de la Mesa de Diálogos para la Paz establecida entre el Gobierno Nacional y esta guerrilla.En el mensaje reiteran que la privación de la libertad de personas no tiene ninguna justificación, que se trata de “un flagelo deplorable que atenta contra la dignidad humana y la conciencia de toda la nación colombiana”. Además, hacen un llamado al ELN y a todos los grupos armados para que pongan fin a esta práctica del secuestro “que va en contravía del horizonte de paz que tanto anhela la sociedad colombiana”.Lea aquí una noticia relacionada.
Lun 6 Mayo 2024
¡Monseñor Alejandro Díaz ya hace parte del colegio episcopal! Fue ordenado obispo auxiliar de Bogotá el pasado 4 de mayo
El pasado sábado, 4 de mayo, en la Catedral Primada de Colombia, se llevó la ordenación episcopal de monseñor Alejandro Díaz García como obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Bogotá. La ceremonia fue presidida por el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC).Junto a familiares, amigos y feligreses, en la Eucaristía participaron 20 obispos, cerca de 300 sacerdotes, así como representantes de diversas comunidades religiosas. Además, algunos presbíteros provenientes de Roma, en miembros del Dicasterio para la Evangelización.En la ceremonia, monseñor Octavio Ruíz Arenas, arzobispo emérito de Villavicencio y secretario emérito del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización y monseñor Pedro Manuel Salamanca Mantilla, obispo de Facatativá, fueron los obispos acompañantes y primeros ordenantes.“Una misión de fe, amor y esperanza”, así se refirió el cardenal Rueda al significado profundo del ministerio episcopal durante su homilía. Afirmó que la ordenación episcopal no es solo una ceremonia, sino el reconocimiento de una vocación permanente que ha sido guiada por Dios desde el inicio de la vida del ordenado.El purpurado también remarcó que, aunque como obispo de Colombia en la Iglesia primada asume una posición de liderazgo, seguirá siendo parte del pueblo de Dios y debe vivir en comunión y espíritu de hermandad.Por su parte, monseñor Alejandro se encomendó a Dios Padre y pidió la intercesión de la Virgen María en su nuevo rol pastoral, ahora desde el colegio episcopal, “para ser preservado del mal y permanecer en la verdad de Jesucristo”.El nuevo obispo agradeció, además, a quienes han sido instrumentos de Dios en su vida, desde los obispos hasta sus hermanos sacerdotes y amigos. De manera particular, se refirió a los cardenales Pedro Rubiano, Rubén Salazar y Luis José Rueda, así como a aquellos prelados que han guiado su formación y ministerio. También, a los fieles laicos que lo han apoyado y sostenido con su oración.En cuando a la misión que desarrollará ahora en la Arquidiócesis de Bogotá junto al cardenal Luis José Rueda y a monseñor Germán Medina Acosta, también obispo auxiliar, expresó su compromiso para servir con amor y dedicación, así como para dar a conocer el rostro de Jesús en todas las realidades de la capital colombiana.-------Crédito fotos: El Catolicismo - Arquidiócesis de Bogotá-------Vea a continuación la transmisión de la ordenación:
Vie 3 Mayo 2024
5 de mayo: Iglesia colombiana celebrará la Jornada Nacional de Infancia y Adolescencia Misionera 2024
El próximo domingo, 5 de mayo, la Iglesia colombiana vivirá la Jornada Nacional de Infancia y Adolescencia Misionera 2024. Una celebración animada por las Obras Misionales Pontificias (OMP), que motiva la oración, protección y solidaridad hacia los niños, niñas y adolescentes más necesitados del mundo.El Centro Nacional Misionero de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) invita a todos los fieles y jurisdicciones eclesiásticas del país para que se unan a esta jornada, viviendo con los niños un encuentro especial a través de la celebración de la Eucaristía, compartiendo experiencias de sensibilización y contribuyendo económicamente a la colecta nacional. Desde OMP Colombia, han preparado una guía litúrgica a la que se podrá acceder haciendo clic aquí. Además, una orientación para la celebración de la Hora Santa.El dinero recaudado en Colombia durante la jornada, será enviado por las Obras Misionales Pontificias Nacionales al Fondo Universal de Solidaridad del Secretariado General de la Santa Infancia, al que llegan todos los aportes de los distintos países. Desde allí, se entregarán en forma de subsidio a las Iglesias más marginadas, para que puedan apoyar las necesidades de los niños y adolescentes en tres dimensiones: su protección física y moral, su enseñanza escolar y la educación en la fe.El lema elegido este año para esta jornada es “¡Con testimonio, sacrifico y oración, cooperamos en la misión!”. Una frase que “motiva a los niños y adolescentes a unirse a la tarea misionera de la Iglesia con la cooperación espiritual a través de la oración por las misiones y los misioneros, el ofrecimiento de los propios sacrificios, uniéndolos a los de Jesús por la salvación de los niños y adolescentes del mundo, y con el testimonio de vida, en su entorno familiar, en el colegio, con sus amigos, en su parroquia, en su grupo misionero”, así lo explica el padre Samir de Jesús García Valencia, director nacional de OMP y del Centro Nacional Misionero de la CEC.Sobre la Jornada Nacional de Infancia y Adolescencia MisioneraEn 1979 los Obispos de Colombia, reunidos en Asamblea Plenaria, señalaron el primer domingo de mayo para celebrar la ‘Jornada y Colecta Nacional de la Infancia Misionera en todas las parroquias, colegios y demás instituciones del país.’ Esta es, tal vez, la principal fiesta de los niños misioneros, porque reúne a un gran número de niños en cada Diócesis.El dinero recolectado durante este día, por ejemplo, lo utiliza el Papa para ayudar a construir escuelas y centros de salud, así como programas de bienestar en lugares con múltiples necesidades económicas; es decir, para atender a los mismos niños.Monseñor Medardo de Jesús Henao, Vicario Apostólico de Mitú, motiva esta jornada: Vea a continuación la invitación del padre Samir de Jesús García Valencia: