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Hna. Liliana Franco a obispos colombianos: “Por favor, no claudiquen, sean”
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"Que los afanes desmedidos por hacer, por gestionar, por administrar, no obnubilen el ser"» fue una de las invitaciones de la hermana Liliana Franco, presidenta de la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos (CLAR) a los obispos colombianos, reunidos en la CXIV Asamblea Plenaria del episcopado prevista del 6 al 10 de febrero en Bogotá.
Tomando como punto de referencia la carta a los Romanos en su capítulo 12, la religiosa habló desde su condición de mujer y hermana, ponderando la necesidad de ser por encima del hacer, como una de las bases para lograr el ideal de constituirse en "una Iglesia que escucha, discierne y decide, guiada por el Espíritu Santo para ser signo de la esperanza".
Una decisión en la que se permite que la Palabra de Dios resuene en el alma y el pensamiento. “Por favor, no claudiquen, Sean. Necesitamos que Sean para que, a su encuentro, el Pueblo de Dios con el que hacen camino, también pueda Ser”, dijo a los más de 80 obispos que representan las 76 jurisdicciones eclesiásticas de Colombia.
Abordando el contenido del pasaje evangélico, la religiosa destacó su contenido teológico y espiritual, así como su influencia a lo largo de la historia de la Iglesia, mencionando casos como el de San Agustín que alcanzó la conversión después de leerla y la posterior elaboración de las bases de sus conceptos teológicos y morales.
El texto hace explícita la propuesta de Pablo a vivir una existencia guiada por el Espíritu, lo que bien puede traducirse en una serie de invitaciones que se adaptan al contexto de la Iglesia colombiana, una invitación a ser.
"Los necesitamos en actitud de discípulos que escuchan a su Dios, de hermanos que caminan con su pueblo, de testigos que anuncian la Buena Noticia que los habita", declaró.
Ser el Espíritu
Sin desconocer que "al ritmo del Espíritu, se configura el rostro de la Iglesia y el tejido relacional que hace posible la comunión" la religiosa advirtió que, a su ritmo, Dios se abre paso por la historia y en Colombia los gritos de la realidad retumban con fuerza.
Paralelo a ello recordó que la Iglesia se construye en el claro-oscuro de lo humano, la confrontación permanente entre la fragilidad y la gracia, el llamado a la revisión, el examen de conciencia. "La constatación más cierta es que caminar supone conversión; la inmersión en los distintos contextos y culturas exige renovación, adecuación de formas, estructuras y estilos; caminar es lo típicamente cristiano", insistió.
Por ello, los invitó a ser esos “hermanos con los cuales es posible caminar, los sencillos servidores que con bondad acompañan a su pueblo, los que trabajan por la paz y se disponen en todo tiempo a dar la vida”. En esta línea, advirtió que el Espíritu es el que concede el don de la conversión, esto supone discernimiento, atención a la realidad y capacidad para escuchar el clamor de Dios en los gritos de la historia. Aquí se debe comprender que el Espíritu no tolera la uniformidad , más bien se complace en la diversidad. “Sean los guardianes de la comunión; aléjense de toda ideología que endurezca el corazón, de toda doctrina que los encierre y enceguezca para lo común. Hagan del Evangelio su más profunda convicción y vivan para el Reino”, precisó.
La pluralidad de las vocaciones es obra del Espíritu que hace en todos y en todo; lo que ella denomina el milagro de la diversidad. Partiendo de esta base conceptual la religiosa aseguró que tanto la Iglesia como la sociedad colombiana necesita Pastores-Hermanos que hagan y tengan suficiente experiencia del Espíritu.
Sean uno
Partiendo de reconocer la gran cantidad de partes del cuerpo humano que coexisten con funciones diferentes, la consagrada recordó que lo mismo sucede en la Iglesia, "la unidad es un atributo que configura la identidad, que conserva la esencia, asegura la armonía y favorece la dura prueba del tiempo". Donde hay unidad se constata sintonía, comunión en los valores y en los criterios.
El objetivo es que la unidad, no excluya la diferencia, sino que, justamente, apele a la diversidad, tras la experiencia del encuentro, la comunicación y el vínculo.
Para la Hna. Liliana Franco esto implica relacionarse y vivir el cara a cara de la gratuidad, es un ejercicio constante de reconciliación y perdón que facilita el desacomodarse, aprender de los demás, exigiéndonos la superación de la soberbia, la lucha por el poder y otorgando a la flexibilidad, su carácter de fruto de la acción del Espíritu. En la vocación "no hay modos únicos, ni estilos homogéneos, para vivir la vocación común, es imprescindible entender que existen modos distintos y sin duda complementarios”.
Sean en la Trinidad
De esta forma indicó que la Iglesia colombiana está hoy, más que nunca avocada a un nuevo modo relacional más contextualizado, capaz de encarnarse en la realidad, dispuesta a escuchar y hacer resonancia de distintas voces generando el diálogo, aspecto necesario para hallar la relación entre fe-justicia, fe-cultura, fe-ciencia y tecnología.
“Cuanto bien nos hará como Pueblo de Dios que peregrina en esta tierra colombiana, purificar las imágenes de Dios que nos vienen dictadas por las inseguridades y los miedos”, porque según lamentó, buena parte de nuestra oración carece de alma y de cuerpo, no tiene sangre y verdad, no tiene barro y espíritu. “En el fondo, mantenemos una imagen de Dios que nos exige sacrificios, cuando lo que quiere el Dios de Jesucristo es una vida justa y plena”.
Sean en medio del pueblo, guardianes de la comunión
Finalmente, la religiosa cerró su reflexión argumentando que tanto la misión del Pueblo de Dios como la tarea evangelizadora de la Iglesia alcanza su plenitud cuando es asumida desde la perspectiva de la comunión, cuando resolvemos que lo mejor es anclarse en la experiencia del Espíritu que crea la hermandad y nos reviste de dones plurales y complementarios. “La comunión sigue siendo la evidencia de una eclesiología renovada, en la que no cabe la homogenización, ni las actitudes camaleónicas que hacen perder la esencia y limitan para vivir en verdad,” concluyó.
Fuente: Of. comunicaciones CELAM
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El papa Francisco nombró Obispo Auxiliar para Barranquilla: Pbro. Edgar Jesús Mejía Orozco
El papa Francisco nombró al padre Edgar Jesús Mejía Orozco como nuevo obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Barranquilla. El presbítero se venía desempeñando como Vicario General de esta jurisdicción eclesiástica del Atlántico desde el año 2022; además, delegado de la Pastoral Bíblica y la Pastoral Vocacional. También ha sido un formador destacado en el Seminario Mayor Juan XXIII.Según lo dio a conocer la Santa Sede, al padre Mejía le fue asignada la antigua diócesis romana de Zattara como su sede titular episcopal.El padre Edgar Jesús será el tercer obispo auxiliar con el que contará la Arquidiócesis de Barranquilla. Previamente habían ejercido este encargo episcopal monseñor Luis Antonio Nova Rocha (2002-2010) y monseñor Víctor Antonio Tamayo Betancourt (2003-2017).BiografíaEl padre Edgar Jesús Mejía Orozco nació en Barranquilla el 13 de enero de 1976. Realizó sus estudios de filosofía y teología en el Seminario Mayor Juan XXIII de la Arquidiócesis de Barranquilla. Fue ordenado sacerdote el 17 de noviembre de 2007 por el cardenal Rubén Salazar Gómez, entonces Arzobispo de Barranquilla. Realizó su licenciatura en Filosofía y Ciencias religiosas en el año 2015 en Colombia y obtuvo una Especialización en Teología Dogmática en Roma durante el 2014.Entre sus encargos pastorales, se destacan:- Formador del Seminario Mayor Juan XXIII 2008-2010, 2015-2017.- Párroco en San Carlos Borromeo 2010-2012.- Párroco en Santo Tomás de Villanueva 2017-2022.- Docente del Seminario Mayor Juan XXIII, 2015 hasta la fecha.- Vicario General 2022 hasta la fecha.- Delegado de pastoral Bíblica y Pastoral Vocacional.
Mié 15 Mayo 2024
El papa Francisco nombró obispo para la Diócesis de El Banco: Pbro. Dimas Antonio Acuña Jiménez
El papa Francisco nombró al padre Dimas Antonio Acuña Jiménez, miembro del clero de la Arquidiócesis de Barranquilla, como nuevo obispo de la Diócesis de El Banco, jurisdicción eclesiástica ubicada en el departamento del Magdalena.El padre Dimas se venía desempeñando como delegado de la Pastoral Universitaria y de la Pastoral de los Artistas de la Arquidiócesis de Barranquilla. Además, durante varios años, ha sido rector y formador del Seminario Mayor Juan XXIII.Desde enero de 2023, era monseñor José Mario Bacci Trespalacios, obispo de la Diócesis de Santa Marta, quien se venía desempeñando como administrador apostólico de esta jurisdicción eclesiástica por encargo del Santo Padre, tras el fallecimiento de monseñor Luis Gabriel Ramírez Díaz, quien fue obispo y administrador apostólico de El Banco. BiografíaEl padre Dimas Antonio Acuña Jiménez nació el 25 de enero de 1972, en Usiacurí, municipio ubicado en el departamento del Atlántico. Realizó sus estudios de filosofía y teología en el Seminario Mayor Juan XXIII de Barranquilla. Es Licenciado en Teología de la Universidad Javeriana. Fue ordenado sacerdote el 22 de agosto de 1998, por monseñor Félix María Torres.Se especializó en Filosofía Contemporánea, en la Universidad del Norte de Barranquilla y estudió Teología Bíblica en la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino, en Roma.Entre sus encargos pastorales, se destacan:- Vicario Parroquial de San Pancracio (1997-1998)- Vicario Parroquial de la Catedral María Reina (1999)- Párroco en Nuestra Señora de Fátima (2000)- Párroco en San Carlos Borromeo (2001)- Párroco en San Agustín (2002)- Formador del Seminario Mayor Juan XXIII (2003-2008)- Párroco en Cristo Rey (2009-2010)- Párroco en Santa Laura (2013)- Rector del Seminario Mayor Juan XXIII (2014-2020)- Miembro del Consejo Presbiteral y del Consejo Económico (2014-2020)- Párroco en Nuestra Señora de Torcoroma (2020 hasta la fecha)- Delegado de Pastoral Universitaria y Pastoral de los Artistas de la Arquidiócesis de Barranquilla.
Mar 14 Mayo 2024
El Nuncio Apostólico en Colombia nombra Pro-Vicario para Guapi
Monseñor Paolo Rudelli, Nuncio Apostólico en Colombia, nombró Pro-Vicario para el Vicariato Apostólico de Guapi. Se trata del padre Arnulfo Moreno Quiñonez, miembro del clero de esta jurisdicción ubicada en el departamento del Cauca.El padre Arnulfo se venía desempeñando desde el año 2021 como Vicario General y Párroco de la Catedral La Inmaculada Concepción de Guapi. Además, desde el 2019 lideraba la Pastoral Familiar. Ahora, como Pro-vicario, asumirá la administración eclesiástica de esta Iglesia particular.Este nombramiento se da luego que el pasado sábado, 11 de mayo, monseñor Carlos Alberto Correa Martínez, anterior Vicario Apostólico de Guapi, tomara posesión de la Diócesis de Apartadó, sede en la que fue nombrado obispo el 19 de marzo por parte del papa Francisco.En diálogo con el Departamento de Comunicaciones de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), el padre Arnulfo afirmó que toma esta designación como una gran responsabilidad para la que se encomienda a Dios. Además, como un importante voto de confianza para todo el clero del vicariato.Resaltó también que tienen como tarea central seguir trabajando en el desarrollo del actual plan pastoral, que contempla cinco dimensiones por fortalecer: familia, presbiterio, pastoral social, pastoral educativa y pastoral de la fe o catequesis.Frente a los múltiples desafíos sociales que enfrenta esta jurisdicción ubicada en el litoral pacífico, entre ellos, la violencia, el conflicto armado y el narcotráfico, afirmó que seguir acompañando permanentemente a las comunidades, con enfoque pastoral y humanitario, es una prioridad.Sobre el rol de Pro-VicarioSe utiliza esta figura para designar a quien va a estar temporalmente al tanto de la administración del Vicariato Apostólico en nombre del Santo Padre, mientras es nombrado el Vicario Apostólico en propiedad.Cabe recordar que los vicariatos apostólicos son jurisdicciones ubicadas en territorios de misión, regidas directamente por el Papa como obispo universal, y este ejerce su autoridad a través de un vicario o delegado. De allí, que la designación del Pro-Vicario de Guapi haya sido realizada por el Nuncio Apostólico como representante del Santo Padre en Colombia.BiografíaEl padre Arnulfo Moreno Quiñonez nació en el municipio de El Charco (Nariño) el 25 de marzo de 1979. Su primaria y secundaria las cursó en el Colegio Integral San José de Guapi.Realizó sus estudios de Filosofía y Teología en el Seminario Mayor San Pedro Apóstol de Cali en 2010, cursó Sagrada Teología Universidad Pontificia Bolivariana Medellín (2011). Realizó una especialización en Gestión Humana, en la Universidad Pontificia Bolivariana Medellín (2013), se licenció en Sagrada Teología sobre el Matrimonio y Familia en la Universidad Pontificia Lateranense de Roma (2017).Entre sus encargos pastorales, se destacan:− Vicario Parroquial de la Catedral, La Inmaculada Concepción. Guapi, 2010.− Párroco, Parroquia San Antonio de Padua. Guapi, 2011 – 2014.− Coordinador de campo de profesores oferentes. Guapi, 2011 – 2012.− Párroco, Parroquia Nuestra Señora del Rosario Santa María – Timbiquí, 2017.− Administrador parroquial, Parroquia Nuestra Señora de los Ángeles. España – Valencia, Chelva, 2015-2017.− Administrador parroquial, Parroquia La Santísima Trinidad. López de Micay, 2015.− Delegado para la Pastoral Familiar, Vicariato Apostólico de Guapi. Timbiquí, 2019.- Párroco, Catedral, La Inmaculada Concepción. Guapi, 2021.- Vicario General, 2021.
Jue 9 Mayo 2024
Iglesia Católica colombiana anima la oración, reflexión y el trabajo colectivo por la unidad de los cristianos
Del 19 al 25 de mayo se llevará a cabo en Colombia la versión número 57 de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos (SOUC). Una iniciativa promovida por la Iglesia Católica colombiana a través de la Comisión para la Promoción de la Unidad y del Diálogo (PUD) de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC).En este año la SOUC tiene como lema el texto de Lucas 10, 27: “Amarás al Señor tu Dios…Y a tu prójimo como a ti mismo”. Durante ocho días los cristianos de diversas iglesias y comunidades eclesiales del país están llamados a reflexionar sobre las heridas en la unidad, orar por la plena comunión y plantear líneas de acción para el trabajo común. Para ello, el Departamento para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y del Diálogo Interreligioso (PUD) del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC) pone a disposición un texto que compila y adapta las orientaciones celebrativas propuestas por un equipo ecuménico de Burkina Faso, país de África Occidental, en el que estuvieron presentes representantes de la Arquidiócesis católica de Uagadugú, de las Iglesias protestantes, de los organismos ecuménicos y de la Comunidad Chemin Neuf (Camino Nuevo), que se caracteriza por su vocación ecuménica.En esta ocasión, los círculos bíblicos de reflexión en Bogotá se llevarán a cabo de la siguiente manera: el lunes 20 de mayo, en la sede del Movimiento de los Focolares del barrio La Soledad, el martes 21 en la Iglesia Episcopal de Comunión Anglicana, el miércoles 22 en la Iglesia Metodista, el jueves 23 en la Iglesia Ortodoxa Griega y el viernes 24, en la Iglesia Luterana San Mateo. El sábado se realizará la celebración ecuménica, a cargo de la Iglesia Siro Ortodoxa de Antioquía, en la que estarán presentes diversos líderes religiosos de las comunidades cristianas. Los horarios y direcciones pueden encontrarse en la última página del subsidio de la SOUC 2024.La guía de celebraciones ha sido adaptada para Colombia. En la presentación del material, monseñor Edgar Aristizábal Quintero, obispo de Yopal y presidente de esta comisión episcopal encargada del ecumenismo y el diálogo interreligioso, señala que “la 57ª Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que realizamos este año 2024, tiene un especial contexto pues se enmarca en el deseo de la Iglesia Católica de que una “sinfonía de oración” vincule a todos los cristianos de diferentes confesiones durante el Año de la Oración; precisamente, el Papa Francisco también ha insistido en que el Jubileo de la Esperanza debe contar con un hondo sentido ecuménico pues coincidirá con la celebración de los 1700 años del Concilio Ecuménico de Nicea, realizado en el año 325, en el que fue definida la consubstancialidad de la divinidad entre el Padre Eterno y su Hijo Jesucristo, declaración fundamental para todos los cristianos que vemos en Nuestro Señor el rostro de Dios”. La SOUC 2024 se realiza también en el contexto del camino sinodal. El papa Francisco ha insistido en la “conversión ecuménica” es decir, incentivar acciones y actitudes que conlleven a la comunión real de todos los cristianos. Durante la primera sesión de la Asamblea Sinodal, en octubre de 2023, se propuso elaborar un martirologio ecuménico, la convocación de un sínodo ecuménico y profundizar en el estudio para que todos los cristianos tengan una fecha común para la celebración de la Pascua. Ahora, de camino a la segunda sesión, en octubre de 2024, el pontífice ha dispuesto que haya 10 comisiones de estudio, una de las cuales se refiere a “la recepción de los frutos del camino ecuménico en la praxis eclesial”. En este grupo de estudio se reflexionará sobre el papel del primado petrino al servicio de la unidad, la experiencia de las parejas y familias interconfesionales, así como el fenómeno de las comunidades “no denominacionales” o de los movimientos de despertar de inspiración cristiana carismática/pentecostal.