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Iglesia en Colombia asume el Programa Centralidad de la Niñez
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El Programa Centralidad de la Niñez, alianza interinstitucional promovida por el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), junto con otras organizaciones eclesiales en el continente, ha constituido, este 24 de noviembre, su capítulo nacional en Colombia.
Durante el acto de presentación del Programa Centralidad de la Niñez, el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Luis José Rueda Aparicio, ha calificado esta iniciativa como “un acto de esperanza” en el corazón de la Iglesia y de todas las Instituciones que la promueven.
“Este es un encuentro interinstitucional, interconfesional que nos permite mirarnos y reconocernos como hermanos y con el deseo de servir al futuro de Colombia y de América Latina, al futuro de nuestras familias y nuestra sociedad, que son los niños, niñas, adolescentes y jóvenes”.
El prelado ha celebrado esta iniciativa de trabajo en favor de la niñez y se mostró agradecido por la participación de las diferentes instituciones presentes al acto, animándolas para que sea la niñez la que los una y se siga trabajando por este fin.
Igualmente, intervino Edgar Castaño, presidente de la Confederación Evangélica de Colombia (Cedecol), quien ha señalado que desde las iglesias evangélicas “tenemos un compromiso muy importante con la niñez y por supuesto debemos seguir uniendo esfuerzos porque la violencia contra la niñez es un tema urgente que se debe atender”.
El pastor Castaño se ha comprometido a apoyar desde las diversas iglesias evangélicas a promover la campaña “0 violencia, 100 ternura”, sobre todo para ir desmontando estereotipos sociales donde el machismo ha dejado severas heridas.
Una red de redes
Marco Laguatasi, asesor general del Programa Centralidad de la Niñez para América Latina y el Caribe, ha expresado su alegría por ver tantas organizaciones unidas en Colombia que en “adelante sumarán sus experiencias y prácticas”.
De este modo, queremos “convertirnos en una gran red, yo diría que una red de redes, porque varias redes conforman Centralidad de la Niñez, de allí la importancia del trabajar unidos” y, en este caso, Colombia es el país 13 que se constituye como capítulo nacional.
Al respecto, el laico mencionó que entre los países con sus grupos nacionales están: Guatemala, El Salvador, Chile, México, República Dominicana, Ecuador, Perú, Panamá, Honduras, Nicaragua, Bolivia, Paraguay.
“En el marco de esta campaña hemos agregado el lema “A cambiar la historia”, porque justamente con esas acciones es lo que queremos, entonces en este contexto estamos haciendo los lanzamientos oficiales de los PCN nacionales”, acotó.
Invitados
Durante este acto se ha contado con la participación de organizaciones socias de este programa a nivel nacional, entre ellos están: World Visión, Conferencia Episcopal de Colombia, Cáritas Colombia, Fe y Alegría, Conferencia de Religiosos de Colombia (CRC), Confederación Nacional Católica de Educación (Conaced), y el Movimiento con la Niñez y la Juventud. También se sumaron a esta invitación autoridades distritales de Bogotá entre estos la Secretaría de Asuntos Religiosos y la Red Interreligiosa por la Niñez.
Objetivos propuestos para el Programa Centralidad de la Niñez
Entre los objetivos que se han propuesto las organizaciones se encuentran: “Compartir buenas prácticas en la prevención de la violencia contra la niñez, protección, protocolos de buen trato y la promoción de los derechos de los niños, niñas y adolescentes y sus familias”.
Asimismo, se buscará consolidar procesos de formación y a impulsar acciones de incidencia pública en la prevención de la violencia y la promoción de los derechos de la niñez.
Fuente: ADN Celam
“Les traigo la paz” (Juan 20, 19.21.26)
Vie 5 Abr 2024
Jue 25 Abr 2024
Provincia Eclesiástica de Manizales: sede de las primeras jornadas de capacitación del año sobre atención y prevención de abusos
La Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) puso en marcha la segunda etapa de su iniciativa pedagógica enfocada en la atención y prevención de abusos y violencias, especialmente en niños, niñas, adolescentes y personas vulnerables, denominada “Iglesias seguras y protectoras”. La Provincia Eclesiástica de Manizales, conformada por la Arquidiócesis de Manizales y las diócesis de Armenia, Pereira y La Dorada-Guaduas, acogió, entre el 17 y el 19 de abril, las primeras jornadas de formación del año.Más de 500 personas participaron de los diversos espacios, entre sacerdotes, miembros de la vida religiosa, seminaristas, diáconos, laicos comprometidos, agentes de evangelización, servidores parroquiales, así como directores y educadores de las instituciones educativas católicas de la región. Monseñor José Miguel Gómez, monseñor Carlos Arturo Quintero, monseñor Rigoberto Corredor y monseñor Hency Martínez, arzobispo y obispos de estas jurisdicciones, lideraron y acompañaron los espacios.Monseñor Carlos Arturo, obispo de Armenia, remarcó la importancia de esta formación en las provincias como un nuevo paso hacia adelante en el camino de la prevención ha venido transitando de manera consistente la Iglesia colombiana en los últimos años. “Un trabajo que está centrado en la cultura del cuidado y que implica indudablemente todo el ser y quehacer, la misión y la identidad de la Iglesia tiene que ver precisamente con el cuidar, proteger y salvar, tres verbos en los que hemos insistido durante estas jornadas de capacitación”, explicó el prelado.Las charlas y talleres estuvieron a cargo de miembros del Consejo Nacional para la Cultura del Cuidado (las doctoras Ilva Myriam Hoyos y Milena Barguil; y el padre Leonardo Cárdenas), de monseñor Pedro Mercado, vicario judicial y presidente del Tribunal Eclesiástico de la Arquidiócesis de Bogotá, así como de la coordinadora de comunicaciones de la CEC, Lida Losada.Temas como las ‘Líneas guía para la Cultura del Cuidado’ de la Conferencia Episcopal de Colombia, fundamentos canónicos para la atención de situaciones de abuso en sus diferentes tipos (sexual, de poder y de conciencia); atención a víctimas y reparación integral; factores de riesgo y acciones preventivas en ambientes eclesiales; y comunicación con enfoque preventivo, transparente e institucional, fueron protagonistas de estas jornadas, realizadas específicamente en las ciudades de Manizales y Pereira.La doctora Milena Barguil remarcó que para prevenir de manera efectiva es esencial conocer lo que se va a prevenir. “Es fundamental que tengan claros los conceptos y hemos enfatizado mucho en eso, en qué son las violencias, los tipos de violencia, los distintos tipos de abuso; también en la normativa tanto estatal como canónica, y los pasos a seguir ante un posible caso de abuso; la activación de rutas, porque no podemos quedarnos con una revelación sin hacer nada. Entonces ha sido muy importante que tengan claro ante un caso qué debemos hacer tanto en la esfera civil como en la esfera canónica”, explicó la abogada.Emmanuel Hoyos, seminarista en Manizales destacó que recibir estas charlas en este momento de su formación es fundamental: “Como seminarista, como futuro pastor de la Iglesia, me marca la responsabilidad que tengo de escuchar, de proteger y de guiar al pueblo de Dios en un camino seguro en donde se sienta que realmente vale, en donde su dignidad como persona sea lo principal”, afirmó.Por su parte, la hermana Delfina Crespo, de la Diócesis de La Dorada-Guaduas, se refirió a la relevancia de brindar estas capacitaciones a los catequistas, no solo para que tengan presente aspectos doctrinales, “sino un proceso que los lleve a madurar como seres humanos y que entre ellos también se ayuden con el respeto y los valores que nos imprime las exigencias del Evangelio, que es lo más interesante de todo eso, es caminar con Cristo fortaleciendo diferentes ambientes de su entorno y también sus familias, porque en este proceso queremos también que las familias se vinculen, que las familias hagan parte de este caminar, porque lo que buscamos también es hacer camino juntos”, precisó.Precisamente Lorena Galvis, catequista de la Arquidiócesis de Manizales, valoró esta formación para aplicarla en la cotidianidad de las parroquias en función de prevención, pero también el mensaje de esperanza que se puede transmitir entendiendo este como un proceso de purificación y la transformación desde la Iglesia que también transciende a otros contextos: “Es un lugar para abrirnos a la esperanza, saber que tenemos un compromiso grande con los niños y con los jóvenes, no solo en nuestra parroquia, sino en esta sociedad, y que podemos ser un equipo para prevenir cualquier abuso o generar además espacios seguros, protectores y cuidadores para nuestros niños, para nuestros jóvenes y también, por qué no, para aplicarlo en nuestros hogares”.Monseñor José Miguel Gómez ratificó que el compromiso de la Iglesia con la cultura del cuidado está transversalizado por volver siempre a la esencia de su misión: “Sabemos que la Iglesia de nuestro Señor Jesucristo merece que todos los bautizados, en todas las circunstancias de la vida, demos gloria a Dios con nuestra vida, con nuestra mente, con nuestro cuerpo, con nuestro corazón. Por eso, nos comprometemos a seguir evangelizando, que es la prevención más eficaz para cualquier abuso, para cualquier ofensa a Dios nuestro Señor y a nuestros hermanos”.Durante las jornadas también se llevaron a cabo encuentros con los miembros de las oficinas diocesanas creadas para este propósito. Esto, bajo la idea de apoyar su fortalecimiento, desde la consolidación de los equipos hasta la asesoría para la implementación de políticas enfocadas en la cultura del cuidado.Las próximas capacitaciones se llevarán a cabo en las provincias eclesiásticas de Ibagué, Santa Fe de Antioquia, Tunja y Barranquilla. Al final de esta etapa, en el mes de junio, la Conferencia Episcopal espera poder formar a por lo menos 2.500 personas a través de esta iniciativa.El proyecto “Iglesias seguras y protectoras” se viene desarrollando desde octubre de 2022. Desde entonces, ha contado con el auspicio de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.
Mar 23 Abr 2024
Conferencia Episcopal de Colombia apoyará la búsqueda de personas dadas por desaparecidas en el marco del conflicto armado
Dada la magnitud y el profundo dolor que ha producido la desaparición de personas en el contexto del conflicto armado en Colombia, la Iglesia Católica colombiana formalizó este lunes, 22 de abril, un convenio que tiene como propósito central apoyar la búsqueda de tantos hombres y mujeres que han sido víctimas de este delito. El acuerdo fue firmado entre la Conferencia Episcopal de Colombia y la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD).En la reunión de formalización, en representación del episcopado, estuvieron presentes monseñor Luis Manuel Alí Herrera, secretario general y monseñor Juan Carlos Barreto Barrero, obispo de Soacha y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social. Por parte de la UBPD, Luz Janeth Forero Martínez, directora de la entidad, fue quien firmó el convenio.Aunque desde la creación de la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas como entidad transicional en el año 2017, en el marco del Acuerdo de Paz establecido entre el Gobierno Nacional y las Farc, se han venido adelantando acciones de colaboración conjunta, este acuerdo formaliza la cooperación interinstitucional y define una ruta de acción concreta.La amplia presencia y credibilidad de la Iglesia Católica en los territorios, representa un elemento clave para apoyar esta importante tarea. De allí, que las acciones definidas en dicha ruta implican la articulación directa con los administradores de los cementerios a cargo de la Iglesia, especialmente de aquellos ubicados en sitios de interés forense para la UPBD, para realizar el acompañamiento humanitario en las labores de prospección, exhumación y recuperación de cuerpos. Además, actividades pedagógicas en las jurisdicciones eclesiásticas del país, encuentros con obispos y directores diocesanos de pastoral social para la socialización del convenio, así como apertura de espacios de interacción entre las instituciones durante momentos clave como el de la Semana por la Paz.“La búsqueda humanitaria y extrajudicial es una tarea absolutamente compleja por y se hace indiscutiblemente en los territorios con la información, en los territorios, con socios, con distintos actores. En el caso particular de nuestro trabajo con la Conferencia Episcopal, por ejemplo, han sido un canal, un puente muy importante para divulgar el mandato de la unidad, para que las personas con confianza, con credibilidad, se acerquen a nosotros y nos hagan solicitudes de búsqueda frente a esos desaparecidos. También nos han acompañado de una manera significativa, por ejemplo, desde la Pastoral Social, en hacer que nuestras entradas a los territorios sean mucho más seguras gracias a la gran credibilidad que tiene la institucionalidad religiosa en muchos territorios”, afirma Luz Janeth Forero.Inicialmente, el acuerdo tendrá una vigencia de dos años y permitirá identificar roles concretos para cada institución; el Secretariado Nacional de Pastoral Social asumirá una especie de coordinación. Desde la Iglesia, estará transversalizado por una misión esencialmente pastoral, inspirada en el Evangelio, que pide estar cerca de todos, especialmente de quienes más sufren, como aquellos que han padecido la pérdida de un ser querido en contextos tan dolorosos, como el de la desaparición forzada. “Por eso nosotros desde nuestro aporte espiritual-pastoral, pues terminamos siendo también un apoyo psicosocial para estas familias y queremos entonces apoyar las iniciativas que en coordinación se harán con la unidad de búsqueda de personas dadas por desaparecidas”, explica monseñor Juan Carlos Barreto.Según reportes de la UBPD, el conflicto armado en Colombia ha dejado a más de 100.000 personas desaparecidas, una preocupante cifra que se traduce en historias, rostros y recuerdos que mantienen viva la esperanza en quienes las buscan. De allí, la importancia de este convenio.A continuación vea el informe:
Lun 22 Abr 2024
Cardenal Luis José Rueda valora expresión democrática y pacífica de las marchas e invita al Gobierno a escuchar a los diversos sectores
En representación de la Iglesia Católica colombiana, el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente del episcopado, se pronunció sobre las marchas desarrolladas en el país este domingo 21 de abril. El purpurado destacó el sentido pacífico de las movilizaciones y las describió como "una experiencia democrática, popular, social", en la que un importante número de ciudadanos que demostró su amor por el país, salió a manifestar en diversas regiones "que hay cosas que debemos mejorar, que hay preocupaciones, pero que también hay esperanzas". Dijo también que el Gobierno Nacional tiene en estos llamados una importante oportunidad para escuchar y reconocer la diversidad de expresiones que se tienen.A propósito de las nuevas marchas que está convocando el Presidente de la República Gustavo Petro para el próximo miércoles 1 de mayo, fecha en la que se conmemora el Día Internacional del Trabajo, el primado de Colombia, destacó su valor desde un enfoque de construcción y de unidad:"Que sean bienvenidas las marchas, la movilización, la del 1 de mayo y todas las que vengan, siempre y cuando manifiesten sobre todo la búsqueda de encontrarnos, no de separarnos. No que se dan marchas que van a ratificar la separación entre nosotros, sino marchas que nos lleven a unirnos, pero además que se realicen en un ambiente de tranquilidad, de respeto y de paz a las personas y a los bienes".Vea a continuación el mensaje del cardenal Luis José Rueda Aparicio:
Vie 19 Abr 2024
Obispos eméritos de Colombia se reunieron para generar aportes al trabajo de la Iglesia colombiana y universal con énfasis sinodal
Este 15 y 16 de abril, en la sede de la Conferencia Episcopal de Colombia, se reunieron veinte obispos eméritos del país para desarrollar su encuentro anual. En esta oportunidad, bajo el propósito central de abordar aspectos relacionados con la realidad eclesial y sociopolítica del país, así como para estudiar el documento síntesis de la primera etapa de la asamblea general del sínodo de los obispos, desarrollada en octubre de 2023.Los prelados fueron convocados y acompañados permanentemente por el cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente del episcopado, quien los escuchó y tomó en cuenta sus recomendaciones para el trabajo de la Iglesia colombiana y para hacer eco de ellas en la siguiente fase de la asamblea sinodal. Esto, reconociendo su amplia experiencia y la importancia de los aportes que aún pueden realizar, pese a estar retirados del gobierno pastoral por su edad.El cardenal Jorge Enrique Jiménez Carvajal, arzobispo emérito de Cartagena, quien lideró el espacio, destacó esta oportunidad: “Es bonito sentir las manos extendidas, pero además de la fraternidad, sentir que algo podemos aportar nosotros al caminar de Iglesia colombiana y eso se le debe al señor cardenal Rueda, quien es el presidente de la Conferencia Episcopal y que valora este encuentro y lo manifiesta especialmente, nos anima y está con nosotros todo el tiempo”.A propósito del discernimiento que realizaron sobre la situación actual del país, el cardenal Jiménez remarcó que pese a tantos desafíos y preocupaciones que se viven, la Iglesia está llamada a sembrar esperanza: “la esperanza de que lo que se acerca no es un precipicio, sino que podemos construir verdaderamente una Colombia digna de todos los colombianos, de todos los jóvenes y especialmente de los que están más necesitados”.A continuación, conozca los detalles, narrados por el cardenal Jorge Enrique Jiménez: