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Iglesia

Sáb 17 Feb 2018

La identidad de los hijos de Dios

Por: Monseñor Omar Mejía Giraldo - San Marcos escribe su evangelio fundamentalmente para darnos a conocer la identidad de Jesús, el Hijo de Dios, el Salvador. Todo el texto de San Marcos es en el fondo la radiografía perfecta de la figura de Jesús. El escritor sagrado pretende que pongamos la mirada únicamente en Jesús, el Señor, su amor, su salvador. Marcos quiere compartir la experiencia de amor que él ha vivido a partir del momento en que conoció a Jesús, su Señor. Con todo esto, Marcos conoce el impulso y la fuerza del mal, que en la Sagrada Escritura se ve personalizada en el Satán, quien como dice el texto de Job, tiene la osadía de presentarse junto con los hijos de Dios (Jb 1,6; 2,1; 38,7). Marcos sabe que es en el corazón mismo de la persona, de la familia, de la comunidad…, donde se siembra y se camufla el Satán, con el objetivo de ser el adversario del mismo Dios y de las intenciones y las obras buenas que quieran emprender los hijos de Dios, por eso se incuba al interior de ellos (2 Sam 19,23; 1 Re 5,18; 11,14. 23.25). El Satán es el acusador y por eso es el que está continuamente sembrando cizaña con el fin de dividir para que no se de la unidad entre los hijos de Dios (Sal 109,6; 1 Cro 21,1). El Satán es tan terco y le interesa tanto sembrar la división, que incluso al mismo Jesús, el Señor, se atrevió a tentarlo. La misión de Jesús es presentar la identidad del Padre, mantener la unidad entre Dios y los hombres, y la unidad entre los hijos de Dios. Jesús debe conducir la humanidad al Reino de Dios, por eso, continuamente está en diálogo con su Padre. Precisamente el Satán aprovecha la oportunidad del desierto, que es signo de cansancio, de esterilidad, de sequedad, para lanzar su propuesta, que finalmente no es otra que desalentar o desanimar a Jesús frente a la misión tan compleja y retadora que posee. El Satán pretende convencer a Jesús que sembrar la unidad entre los hijos de Dios es imposible. Traigamos la imagen del Satán a las escenas prácticas de nuestra vida, pensemos por ejemplo en nuestras relaciones: conmigo mismo, con la familia, con los compañeros de trabajo, con la pareja, con la comunidad…, ¿cuáles son los instrumentos más peligrosos que utiliza el Satán, para mantenernos divididos?, sencillo: la ira, la pereza, la crítica, los celos, el resentimiento, el odio; si no puede con ninguno de éstos instrumentos trae el desanimo o desaliento. Se da por el cansancio (imaginémonos a Jesús en el desierto, su cansancio), por las crisis personales, familiares, de pareja y sociales. Pensemos en el desaliento de la actualidad…; contemplemos un ejemplo práctico: el desorden moral de la actualidad, estamos desalentados por asesinatos, robos, corrupción, violaciones, infanticidios, homicidios, suicidios, insultos, micrográfico, señalamientos en las redes sociales… Frente a rodo esto ¿qué podemos hacer o qué estamos haciendo?, después de las noticias terribles del momento salen nuestros candidatos a curules… a decir: pena de muerte, cadena perpetua, no seamos ingenuos, vivimos en una sociedad de doble moral. Queridos candidatos hagan propuestas serias de educación a la niñez y a la juventud…, inviertan bien los recursos en formaciones serías que eduquen en virtudes y valores…; pongo un ejemplo: no repartamos más condones, eduquemos para la castidad…; no hagamos más leyes contra la corrupción, el mal está en el corazón del hombre, volvamos a educar para la honestidad desde el hogar y volvamos a las cátedras de educación en virtudes y valores en nuestras instituciones educativas, en las redes sociales y medios de comunicación… El Satán nos engaña haciéndonos sentir importantes para que cuando nos demos cuenta que solos no podemos, entonces venga el desaliento o el desanimo y no encontremos salida y así comencemos a señalarnos los unos contra los otros. ¿Cuál es el camino hermanos?, sencillísimo: Volver la mirada a Dios, contemplar la vida de Jesús, acercarnos al Hijo de Dios, convertirnos, aprender del evangelio, mantener la esperanza, continuo discernimiento … Tenemos que orar más para amar más; no podemos perder la confianza en Dios y desde luego entre nosotros. En el Caquetá tenemos que luchar por la unidad institucional, para poder enfrentar los grandes desafíos y retos del momento actual, solos no podemos, aislados no llegamos a ninguna parte. Cada uno luchando por su propia imagen, termina en el desaliento y en el desanimo, acaba por perder la esperanza. ¿Cómo es posible que esté en crisis una institución tan importante como el hospital María Inmaculada, quiénes tendrán intereses secundarios? Unidad, unidad…; si en nuestras familias y en nuestras instituciones no vivimos la unidad, la región se queda sin futuro. Para que Colombia salga de la crisis que vivimos en la actualidad necesitamos pedirle a Dios el don de la unidad, tenemos que orar más, meditar más para hacer opciones rectas y honestas el día de dar nuestro voto. No permitamos que el Satán nos divida y nos haga perder el norte. Jesús vence las tentaciones del maligno, con Él todos, durante nuestra vida y de manera especial en la cuaresma, estamos invitados a fortalecernos en tres virtudes, valores o actitudes: Oración, ayuno, caridad, a través de éstas virtudes nos encontramos con Jesús y Él nos dará la fortaleza necesaria para vencer el maligno. Como sociedad tenemos que asumir el presente con honestidad y rectitud de corazón, no podemos permitir que el Satán siembre cizaña entre nosotros. Si queremos construir una sociedad fraterna y que sea casa para todos y no sólo para unos cuantos privilegiados, debemos rechazar las mil tentaciones que el Satán todos los días siembra en lo profundo de nuestros corazones y en el centro de nuestras relaciones familiares e institucionales. Ánimo, si se puede, porque para Dios nada es imposible, con la fuerza de lo alto todo es posible (Cfr Lc 1,37). + Omar Mejía Giraldo Obispo de Florencia Marcos 1, 12-15 En aquel tiempo el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás; vivía entre alimañas y los ángeles le servían. Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía: Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios. Convertíos y creed la Buena Noticia. Tarea: Ahora mismo, pensemos en tres propósitos para la presente cuaresma y durante la semana, tratemos de ponerlos en práctica.

Vie 16 Feb 2018

Mutuo Auxilio Sacerdotal implementa nuevo aplicativo para su Base de Datos

La Fundación Mutuo Auxilio Sacerdotal (MASC), dará inicio a un proyecto que permitirá la implementación de un nuevo software para el manejo de base de datos y procesos operativos de esta institución. Desde la década de los 90, esta institución viene usando un aplicativo desarrollado en lenguaje Liant RM COBOL. En su tiempo, esta herramienta ha permitido agilizar muchos procesos, pero debido al avance tecnológico ha quedado obsoleta. Es por ello, que se ha decido modernizar el aplicativo, migrándolo a una nueva plataforma que aproveche las ventajas de internet. Para hacer realidad este proceso, la Fundación MASC ha convocado para el próximo 05 de marzo a los responsables nacionales y contadores de cada Jurisdicción Eclesiástica, quienes recibirán capacitación en el manejo del software. Evolucionar en los procesos tecnológicos, no sólo permitirá a la Fundación MASC cuidar con recursos como el papel y otros insumos que ayudarán en el cuidado de la casa común propuesto por el Papa Francisco en su encíclica ‘Laudato Si’, sino también agilizar los pasos de actualización y operatividad en el servicio prestado. Actualmente la Fundación tiene registrados 6.846 sacerdotes, de los cuales 5.711 son aportantes, 958 reciben auxilio de vejez y 177 auxilio por invalidez. La Fundación del MASC nació el 27 de julio de 1979 en el marco de la 35º Asamblea Plenaria del Episcopado Colombiano como una entidad sin ánimo de lucro, que tiene la finalidad de proveer un subsidio económico periódico para los sacerdotes seculares de las jurisdicciones eclesiásticas del país, quienes por su edad, o por incapacidad física, no pueden continuar con su labor pastoral y, por consiguiente, tener una honesta sustentación. Para información adicional puede escribir al correo [email protected] o comunicarse al teléfono directo: 437 55 54 / Conm: 437 55 40 Ext. 228 - 261

Vie 16 Feb 2018

Bienaventurados los que trabajan por la paz (Mt 5, 9)

Por: Ismael José González Guzmán - Somos muchos los colombianos que durante años crecimos en medio de esa cultura violenta que sembró la guerra y los distintos conflictos sociales. No tuvimos la oportunidad de experimentar una cultura de paz, porque no fuimos formados para ella. Sin embargo, hoy que tenemos la posibilidad de construir una historia diferente en Colombia: ¿Nos negaremos a vivir en paz?, ¿vamos a perpetuarle a las próximas generaciones ese discurso de odio, resentimiento y venganza que heredamos de la violencia? O por el contrario, ¿estaremos en la capacidad de abrir el corazón y dejarnos reconciliar? El papa Francisco en su visita al país, nos recordó que todo esfuerzo de paz sin un compromiso sincero de reconciliación siempre será un fracaso (cf. Misa en Villavicencio, septiembre 8 de 2017). No es posible convivir en paz sin hacer nada con aquello que corrompe la vida y atenta contra ella. La paz se construye día a día, en la instauración de un orden querido por Dios, que comporta una justicia más perfecta entre los hombres. En definitiva, una paz que no surja como fruto del desarrollo integral de todos, tampoco tendrá futuro y siempre será semilla de nuevos conflictos y de variadas formas de violencia (Evangelii Gaudium, 219). En medio de esta iniciativa por avivar una cultura de paz, la política juega un papel fundamental, porque se necesitan leyes justas que puedan garantizar la armonía y ayudar a superar los conflictos que han desgarrado al país por décadas; leyes que no nazcan de la exigencia pragmática de ordenar la sociedad sino del deseo de resolver las causas estructurales de la pobreza que generan exclusión y violencia. Sólo así se sana una enfermedad que vuelve frágil e indigna a la sociedad y siempre la deja a las puertas de nuevas crisis. No olvidemos que la inequidad es la raíz de los males sociales (cf. Evangelii Gaudium, 202). Bajo esta realidad, el Episcopado colombiano nos invitó en diciembre de 2017, a dar “un nuevo paso” hacia la construcción de un país que sea patria y casa para todos, recordándonos que Colombia necesita la participación de todos para abrirse al futuro con esperanza. Particularmente en estos comicios electorales que se avecinan. Grosso modo, los Obispos nos invitaron a: 1) Involucrarnos en el proceso electoral, para derrotar la indiferencia y el abstencionismo; 2) Reforzar con el voto el comportamiento ético de nuestra sociedad y a acabar con la corrupción; 3) Exigir campañas transparentes y que favorezcan la unidad; 4) Analizar cuidadosamente la trayectoria y las propuestas de los candidatos; 5) Pensar en las necesidades más urgentes de nuestra nación; 6) Elegir a quienes les duela la realidad de los colombianos; y 7) Asegurar el país sobre valores fundamentales y proteger su institucionalidad. Más allá de nuestras diferencias, –como nos dijo el papa Francisco– todos somos parte de algo grande que nos une y nos trasciende; somos parte de este maravilloso País. No permitamos que la historia de desigualdad social, corrupción y violencia, se siga repitiendo. Gracias a esto, tenemos una Colombia escondida detrás de las montañas, que sufre por la ausencia del Estado, que no cuenta con oportunidades y que día a día, en medio de condiciones de precariedad, lucha por sobrevivir. Estos son los frutos que nos ha dejado la clase politiquera del país, aquella que reemplaza la vocación de servicio y la paz, por la avidez del dinero, dejándonos como herencia un estado profundo de inequidad. Aprovechemos esta cuaresma y preparémonos con la oración, el ayuno y las obras de caridad, no sólo para vivir plenamente la pascua, sino también, para discernir y votar por aquellos que, su quehacer político esté inspirado en los valores del evangelio. Es decir, que trabajen por la justicia, la paz, la reconciliación, el perdón, que defiendan la vida y la familia, entre otras cosas. No olvidemos que, si queremos construir esa cultura de paz, debemos tener voluntad para dar urgentemente un paso en la dirección que propone esta reflexión. Ismael José González Guzmán Director Ejecutivo del Centro Estratégico de Investigación, Discernimiento y Proyección Pastoral Conferencia Episcopal de Colombia [email protected] Twitter: @ismagonzalez / @cenestrategico

Mié 14 Feb 2018

Parroquia y situación nacional

Por: Mons. Libardo Ramírez Gómez - Temas de la reciente Asamblea de la Conferencia Episcopal de Colombia (5 al 9-02-18), fueron “Parroquia en el corazón de la Nueva Evangelización”, y “mirada a la actual situación nacional”. Se reflexionó sobre esa institución eclesial, con origen en los mismos inicios de la Iglesia, que ha sido piedra estructural en su organización, en todas las épocas anclada en la situación circundante en un país, llamada a dar valioso aporte a su vida nacional. Fueron días de trabajo intenso del Episcopado, en búsqueda de ideas motoras de una pastoral eficaz, que encauce labores concretas que lleven a los mejores resultados. Se echó una mirada sobre el nombre mismo de “parroquia”, y su historial a lo largo de los siglos, como “casa del pueblo”. Jesús, cumplida su misión de entregar lo básico de su Buena Nueva, una vez ofrecido al Padre su propio sacrificio con la subsiguiente Resurrección, al despedirse de sus Apóstoles los envío a llevar adelante la obra iniciada por Él, y llevar su enseñanza “a todas las naciones” (Mc. 16,15), les dio grandes poderes (Lc. 10,16 y 22,19 Jn. 20,23), pero, en lo organizativo, solo estableció el primado de Simón al quien llamó “Pedro”, constituyéndolo como “piedra” sobre la cual edifica su Iglesia, y le confía las llaves de la dirección de ella (Mt.16, 18-19). Al despedirse, el Señor, ordena a los Apóstoles volver a Jerusalén, y, allí, recibir al Espíritu Santo que les iría iluminando detalles organizativos (Hech. 1,7-8). Cumplida esa gran promesa, en Pentecostés, los directivos de la Iglesia, con Pedro a la cabeza, fueron dando pasos en el servicio de los pobres (Hech.6), y dan prescripciones a los fieles que se van organizando en pequeñas comunidades (Hech. 2,42-47 y 4,32-35). A través de los siglos, la Iglesia fue organizándose en lo territorial según las necesidades y asistencia del Espíritu Santo. Fue así como, surge la figura de la “parroquia”, más de lleno hacia el Siglo IV, como parte de una Diócesis encomendada a un Presbítero. Más definida aún quedó en tiempo de Carlo Magno (742-814), y, en la época del feudalismo, vino a adquirir el estilo de “feudo”, con desfiguración de su objetivo espiritual y pastoral. En medio del mismo ambiente feudal de Europa hubo edificantes pastores de almas, dedicados a las tareas propias de un Párroco, atento a sus fieles como ovejas puestas bajo su cuidado. Después vinieron órdenes como las dadas en el Concilio de Trento de crear parroquias con funciones bien definidas. En el primer Código de Derecho Canónico (1917), quedó definido el lineamiento de una parroquia, y en el Código actual (de 1983), aparece su figura con el sentido de “comunidad eclesial” destinada a agrupar a los fieles, prestándoles servicios espirituales, en ambiente comunitario. Se pidió dejar el sentido de “beneficio” para explotación del Párroco, por el más pastoral de “servicio” al pueblo de Dios. Los Papas de los últimos decenios han dado señalamiento de parroquia ideal “en salida” y no encerrada (Papa Francisco), que sean de verdad “casa del pueblo”, fontana de bondades inspiradas en el Mandamiento del Amor (Jn. 13,34). Hubo, en la Asamblea, profundización en magistrales exposiciones de prestantes Prelados, y dialogo abierto sobre procesos de avances parroquiales de actualización para servir a la Colombia de hoy en los aspectos que le son propios, con proyección hacia lo social, lo económico y político, con reclamo del deber ciudadano de participación, en forma consciente y libre, en próximos comicios electorales. Lo anterior inspiró el Mensaje final, con llamado a corregir, a la luz del Evangelio, tantas fallas que le impiden el progreso y la paz. Que la parroquia, debidamente renovada, cumpla su misión, y se corrijan desfiguraciones, para que contribuya a un mundo más amable y fraterno, como “casa para familia humana”. Libardo Ramírez Gómez E-mail: [email protected]

Lun 12 Feb 2018

Trabajo en equipo y servicio, pilares en la gestión del nuevo Secretario Adjunto del SPEC

Tras su nombramiento como Secretario Adjunto del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano (SPEC), el 5 de julio de 2017, durante la 103 Asamblea Plenaria, el sacerdote Farly Yiovany Gil Betancur, asumió este lunes 12 de febrero de 2018 el nuevo servicio a la Iglesia católica. El presbítero ordenado, el 21 de noviembre del 2000, para la Diócesis de Santa Rosa de Osos, destaca su empeño en “ser un facilitador de procesos humanos, cristianos, vocacionales”, desde el trabajo en equipo. El padre Farly Yiovany Gil Betancur fue Vicario Parroquial en Angostura (Antioquia) y en la Merced - Yarumal. Por cuatro años fue prefecto del Seminario Menor de Santa Rosa de Osos, posteriormente acompañó el grado propedéutico. Estudió Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Javeriana y a su regreso fue formador en el Seminario Mayor de Santa Rosa de Osos. A partir de mayo del 2011 asumió la rectoría de esta casa de formación hasta el 16 de diciembre del 2017. Entrevista: Padre Farly Yiovany Gil Betancur, Sec. Adjunto SPEC.

Lun 12 Feb 2018

Jóvenes de la región nororiente sueñan con una pastoral articulada y activa

Con el propósito de evaluar y planear el trabajo de las comisiones de pastoral juvenil diocesana de la regional nororiental, se llevó a cabo en la ciudad de Bucaramanga el III Encuentro Regional de formación, donde participaron delegados de las diez jurisdicciones que hacen parte de esta zona del país. Según lo expresó el sacerdote Jesús Antonio Cárdenas, delegado pastoral juvenil de la arquidiócesis de Bucaramanga, este encuentro sirvió para “mantener la comunión, lazos de fraternidad, compartir las experiencias y ante todo llevar un trabajo planeado y organizado en beneficio de los jóvenes, atendiendo el llamado del Papa Francisco que nos invita a soñar, a no perder la alegría y a tener esperanza". Para Mario José Cárdenas, delegado de la diócesis de Ocaña, este encuentro le enfrenta a un gran reto y es el “ayudar y articular los esfuerzos para que los jóvenes vivan ese camino a ese proyecto de vida y vocación que tiene Dios para cada uno de ellos”. Hacen parte de la regional nororiental las jurisdicciones de: Arauca, Tibú, Cúcuta, Ocaña, Nueva Pamplona, Málaga-Soatá, Socorro y San Gil, Barrancabermeja, Vélez y Bucaramanga.

Vie 9 Feb 2018

Cardenal invita a superar la “autoreferencialidad” para construir un país reconciliado

En su homilía durante la celebración eucarística de cierre de la Centésima Cuarta Asamblea Plenaria del Episcopado Colombiano, el Cardenal Rubén Salazar, Arzobispo de Bogotá y presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), invitó a los colombianos a superar la “autoreferencialidad”, el estar solo centrados en sí mismos, pues esta actitud “nos aísla del mundo que nos rodea y entonces no escuchamos a Dios, nos volvemos absolutamente incapaces de escuchar la Palabra del Señor, que se vuelve un lenguaje vacío que no nos dice nada, no entra en el corazón para transformarlo. Y esa incapacidad de escuchar a Dios, nos lleva a la incapacidad de descubrirlo presente en el mundo”. En el contexto actual de “violencia, polarización, de un país que no sabe con claridad para donde va”, es fundamental, enfatizó el cardenal, “escuchar al Señor, escuchando los acontecimientos y las personas”. Si somos capaces de proclamar su presencia, agregó, “entonces vamos a contribuir realmente a que en Colombia haya un poco más de tolerancia, de respeto, de capacidad de darnos la mano, de reconciliarnos”. En este sentido, manifestó que es “triste constatar cuánto nos cuesta la reconciliación en el país”, ante lo que destacó la urgencia de “dejar a un lado nuestros propósitos personales y grupales para pensar en un programa de nación que nos permita vivir en paz”. Escuche la homilía completa aquí:

Jue 8 Feb 2018

Insistencia, perseverancia y mucha humildad, claves de una buena Oración: Mons. Marín López

Durante su homilía que abrió la cuarta jornada de la CV Asamblea Plenaria del Episcopado Colombiano, el Arzobispo de Popayán Monseñor Iván Marín López habló de la importancia de la oración en la vida de la parroquia. Inspirado en el evangelio de este juéves 8 de febrero que presenta la historia de la cananea que le pide a Jesús echar el demonio de su hija, el Arzobispo comento que “en la Iglesia todos, pero especialmente Obispos y Sacerdotes, necesitamos mantener fija la mirada en el rostro del señor y pedirle como la cananéa, llevando las angustias de nuestro pueblo, de nuestras comunidades, de los campesinos, de tantas víctimas, como esta madre, que llevaba en su corazón esa carga de dolor y que sabía que en el señor encontraría una respuesta.” Considerando que esta cananéa se sentía necesitada, agregó: “cuantas necesidades están en el corazón del Obispo, del Sacerdote, que ama, conoce sus comunidades”. Como ejemplo positivo, Monseñor López destacó la oración en su forma más perseverante. “¿En cuantos templos tenemos esta oración permanente, las 24 horas, todo el día?”. En esta oración, la petición, como la de la mujer cananea, tiene que ser hecha con mucha fe, absolutamente convencidos que el señor puede; con mucha insistencia, con perseverancia, con mucha humildad. “Estas son las caracteristicas de una buena oración”, agregó. También destacó la importancia de la oración en la vida del beato parroco mártir de Armero, Pedro María Ramírez. “Un amor profundo, casi una contemplación cara a cara con cristo eucaristía: este encuentro con él vitaliza, da fuerza y audacia, para poder dar testimonio. Miramos entonces también nosotros, como la cananea, con oración ferviente, constante y humilde al señor”, recomendó el Arzobisbo de Popayán, teniendo en cuenta “el desafío inmenso que nuestras comunidades tienen para ser firmes en la fé”.