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Iglesia

Lun 29 Ene 2018

Caminemos juntos por los caminos del perdón, la reconciliación y la paz

Por: Mons. Luis Felipe Sánchez Aponte - A pesar de las incertidumbres y dificultades que se tienen durante la etapa del post acuerdo y la falta de signos contundentes para proseguir los diálogos con el ELN, nunca podemos perder la Esperanza de que sí es posible construir entre todos y sobre las bases del Evangelio la “Civilización del amor”, sueño tan anhelado por el papa Pablo VI. San Juan Pablo II en su visita a Colombia nos invitaba a construir una sociedad que lleve el sello de los valores cristianos como el más fuerte factor de cohesión social y la garantía de un futuro en paz. Una sociedad que camine hacia la paz, recorriendo los caminos del perdón y la reconciliación. Una sociedad en la que sean tutelados y preservados los derechos fundamentales de la persona. El Papa Francisco nos invitó a reconciliarnos con Dios, con los colombianos y con la creación. “La reconciliación no es una palabra abstracta. Reconciliarse es abrir una puerta a todas y cada una de las personas que han vivido la dramática realidad del conflicto. Cuando las víctimas vencen la atención de la venganza, se convierten en los protagonistas más creíbles de los procesos de construcción de paz”. La reconciliación es un encuentro entre hermanos dispuestos a superar la atención del egoísmo. Es el fruto de sentimientos fuertes, nobles y generosos que conducen a instaurar una convivencia fundada sobre el respeto a los demás y a los valores propios de cada sociedad civil. La Reconciliación que se consolida con el aporte de todos permite construir el futuro y hace crecer la Esperanza. Lo ha dicho claramente el Papa Francisco: “Todo esfuerzo de paz sin un compromiso sincero de reconciliación siempre será un fracaso”. Nuestra fe como católicos nos ha de comprometer desde cada una de nuestras regiones a un compromiso muy concreto y muy real con el país. Nuestra Fe viva y Esperanza, puesta en Jesucristo Príncipe de la paz, es la respuesta a todas las angustias que vive Colombia. Frente a una mentalidad de desconfianza, desánimo, desespero, indiferencias y pesimismo, como personas maduras en la fe agarrémonos de la fuerza del Resucitado quien con el poder de su Amor, nos lleva al perdón, la reconciliación y la paz. Como católicos tenemos más convicciones para exigir respuestas a los fenómenos de la injusticia, el desempleo y el desplazamiento. Levantemos muy en alto nuestro clamor en defensa de los pobres, de los que mueren por falta de atención médica, de los que no tienen vivienda. Clamemos por el respeto a la vida de cada persona desde el momento de su concepción hasta el último momento de su vida. Miremos todos en la misma dirección de la justicia, el bien común y el desarrollo humano integral tal como lo enseñó Pablo VI: “El desarrollo es el nuevo nombre de la paz”. Colombia nos necesita a todos: No podemos dejar perder esta gran oportunidad. Dejemos a un lado los intereses egoístas de las personas o de partidos políticos. Es necesario seguir clamando a los cuatro vientos que la paz es posible y que todos tenemos el compromiso de ser artesanos de la paz. Pongamos a trabajar todos los recursos de nuestra fe para la reconstrucción de una auténtica Colombia en Paz. Recordemos, finalmente, que el Papa Francisco nos ha recordado el compromiso de la reconciliación personal y comunitaria. Él nos ha invitado para que todos “seamos hombres y mujeres reconciliados para reconciliar”. “Cristo es la palabra de reconciliación escrita en nuestros corazones. Palabra con capacidad de llegar a todos los corazones. La única Palabra capaz de derrotar la cínica soberbia de los corazones egoístas. Intensifiquemos la oración. La paz de Colombia, no puede darse a sí misma, decía el Papa Francisco. La paz es un don de Dios, viene de lo alto y hay que pedirla de rodillas y mirando al cielo. No podemos quedarnos parados. Salgamos al encuentro del hermano anunciando la paz. “Que hermosos son sobre los montes los pies del Mensajero que anuncia la Paz” (Is 52,7). + Luis Felipe Sánchez Aponte Obispo de Chiquinquirá

Vie 26 Ene 2018

En defensa de valores e institucionalidad

Por Monseñor Libardo Ramírez Gómez: El fermento cristiano-católico ha sido a través de los siglos notable contribución al mundo. Habrá, siempre, personas empeñadas en negar esa realidad, pero, al acercarse a la raíz de esta fe sacrosanta y al divino Sembrador de tan sapiente enseñanza, cuya semilla esparció en pocos años y encargó difundirla a sus Apóstoles y Sucesores, con satisfacción advertimos la fuerza y valor de ese germen de infinitas bondades. Es enseñanza de bien que no es para que esté encerrada en sacristías, o bajo los muros de templos, sino para que difunda su precioso contenido “en todas las naciones” (Mt. 16,88). Muchos quisieran acallar esa voz, especialmente en cuanto a los Pastores de la Iglesia, valiéndose de falsas interpretaciones de la Palabra de Dios y de recomendaciones del Papa Francisco, p.e. cuando dijo a los Jerarcas que “no son técnicos ni políticos” (07-09-17). Pero con ello no les quitaba la grave responsabilidad de iluminar esos campos con los principios cristianos, y a los dirigentes de esos frentes respetar los puntos básicos de la fe y moral, en busca de verdadero bien común. El mismo Papa dio ejemplo de esa iluminación de recto camino, en esos campos, y pidió claro rechazo a leyes contra la vida o la familia, y fustigó la pecaminosa negligencia en frenar el narcotráfico y el desastroso consumo de la droga. En esa misma alocución, recordó el Papa a los Pastores estar pendientes de buscar soluciones a la luz de la fe ante la deformación del país, siendo ellos “custodios de las piezas fundamentales para su armonía y progreso”. Reclamó que la Iglesia no fuera acallada sino que se le reconociera la libertad de presentar su salvífico mensaje, fundamento de su Reino, con proyección de eternidad. Es que, expresó el Pontífice: “Colombia tiene derecho a ser interpelada por la verdad de Dios”, en defensa de la vida y familia de los humanos. Agregó sobre puntos concretos: “No tengan miedo de alzar serenamente la voz para recordarlos a todos”. Animados por esos llamados del Papa, lanzó, el Episcopado colombiano, con voz firme un primer mensaje en noviembre, a los católicos y a todos los de buena voluntad, a “no quedarnos parados”, sino en marcha hacia acciones concretas. Para iniciar este año 2018, envió nuevo llamado pastoral refiriéndose al tema concreto del deber cristiano y patriótico de involucrarse en el periodo electoral, que en forma candente se adelantará en estos primeros meses del año. Hay llamado enfático a superar corrosivas y antipatrióticas actuaciones, infectadas por corrupción, especialmente en las campañas políticas, minadas, también, por presiones violentas o engañosas ante la voluntad del elector. Es preciso que en todos los partidos políticos se atienda el llamado de la Iglesia a afrontar, efectivamente, y no como señuelo para conquistar votos, hacer frente a las necesidades más urgentes y clamorosas, y que se elija, con conciencia y libertad, “a quienes les duela de verdad la realidad de los colombianos”. Se da enfático llamado a dar el voto ante Dios y ante la Patria, buscando “asegurar nuestro País sobre valores fundamentales y proteger su institucionalidad”. Hay qué examinar a fondo cual es el pensamiento de los candidatos, cual la defensa de esos valores, cual su rechazo al crimen y a cuanto conduce a él, cómo quedará defendida o no con ellos la institucionalidad y herencia doctrinal que han dado piso firme a nuestra nacionalidad, sin dejar que ideologías desestabilizadoras sean a las que, ingenuamente, se les abra paso. Hay insistente llamado final a liderar la ciudadanía hacia una democracia madura y participativa, con consolidación de la justicia y de la unidad, que lleve, democráticamente, a una paz bien cimentada, con firmes principios y valores, con rechazo de todo crimen y opresión, como lo anhela y necesita nuestro pueblo. Monseñor Libardo Ramírez Gómez Obispo Emérito de Garzón Email: [email protected]

Jue 25 Ene 2018

Colombia presente en la preparación del Sínodo para la Amazonía 2019

En el marco de la visita del Papa Francisco a la ciudad amazónica de Puerto Maldonado, Perú, y su encuentro con los pueblos indígenas, los obispos de ocho países de la Panamazonía, entre ellos Colombia, representado en monseñor Joaquín Pinzón Guiza, obispo del Vicario Apostólico de Puerto Leguízamo-Solano, mantuvieron la primera reunión de trabajo en preparación del Sínodo Especial para la Amazonía, que se desarrollará en Roma, en octubre de 2019. Este encuentro preparatorio con los delegados de los países amazónicos (Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela), que son miembros de la Red Eclesial Panamazónica -REPAM-, red que pertenece al Consejo Episcopal Latinoamericano -CELAM-, fue convocado por el Papa Francisco, a través del Secretario General del Sínodo los Obispos, el cardenal Lorenzo Baldisseri. Monseñor Joaquín Pinzón Guiza, a través de una entrevista comparte sus percepciones e invita para que todos estemos involucrados en este camino sinodal. ¿Cuéntenos cómo se dio el primer paso en la preparación del Sínodo Especial para la Amazonía? Una de las cosas importantes y que marcan un hito es la coincidencia que se ha querido dar la visita del Papa a los pueblos indígenas de la Amazonía que tuvo lugar en Puerto Maldonado (en la amazonía peruana) con el inicio de la preparación al Sínodo de la Amazonía. Quisiera rescatar algunos aspectos importantes como punto de partida: El primero: Se inicia el camino de preparación del Sínodo de la Amazonía en un contexto netamente amazónico. Segundo: La posibilidad que hubo de escuchar a muchas comunidades, muchos grupos indígenas pobladores ancestrales de la Amazonía desde la presencia de indígenas de Brasil, Bolivia, Ecuador y Perú; ellos compartieron sus inquietudes y manifestaron lo que esperan de la Iglesia, dejándonos un insumo importante de lo que va hacer los contenidos del Sínodo de la Amazonía. Tercero: La posibilidad de diálogo entre los diferentes grupos indígenas; fue una cosa muy linda escucharnos y el compartir de situaciones, problemáticas, sueños (…) donde en muchas situaciones ellos se sienten unidos y representados, pero que hasta el momento no se había dado la posibilidad de sentarse juntos y poner en común. Cuarto: La posibilidad que tuvieron de escuchar al Papa y que el Papa los escuchara; para ellos fue un hecho de vital importancia porque se sintieron acogidos, escuchados y acompañados por la Iglesia, que desde hace muchos años vive en la Amazonía apoyando a estas comunidades indígenas. Como decía, fue un hecho significativo el encuentro con el Papa Francisco en Puerto Maldonado con los indígenas de la Amazonía y con la REPAM. ¿Qué destaca de la Visita del Papa el 19 de enero? Destaco la cercanía que manifestó el Papa hacia las comunidades indígenas y las comunidades indígenas hacia el Papa. El acto en el que el Papa dio su mensaje y escuchó a los indígenas, fue un espacio tan bonito de acercarse y decir ¡aquí estoy! reafirmando que la Iglesia siempre ha estado y seguirá presente. Esa cercanía prácticamente ratifica la espiritualidad de lo que quiere ser la presencia de la Iglesia en ese contexto amazónico. Hubo dos cosas importantes que el Papa quiso subrayar. Primero: Como los indígenas deben esforzarse por buscar caminos que les lleve a ir creando procesos educativos que los haga más conscientes de sí mismo, amando cada vez más su identidad, identificándose cada vez más con lo que son y, desde ahí, enriquecer a la Iglesia, a la cultura y a la humanidad. Segundo: El Papa insistía en seguir fortaleciendo el cuidado de la vida. Una cosa muy bonita, que siempre ha estado en el corazón del Papa, es ese llamado que hace a toda la humanidad, pero que de manera especial lo hace también a estos pueblos, de ser custodios y protectores de la vida. Las comunidades indígenas sienten que la Iglesia está ahí y el Papa también sintió la cercanía de estos pueblos ancestrales que viven muchas dificultades, pero que al mismo tiempo siguen soñando y buscando caminos nuevos. En esto, los indígenas pedían al Papa que la Iglesia los siguiera acompañando y que nos los dejáramos solos; que la Iglesia los siguiera defendiendo, los acompañara en todas sus búsquedas y, sobre todo, en todo aquello que para ellos es importante. La vida, la tierra y la justicia son como tres aspectos que subrayaron en los diálogos que tuvieron. ¡Qué bonito que como Iglesia hagamos nuestros estos clamores, ellos que sienten a la Iglesia como una madre que los puede acoger y los puede acompañar en la búsqueda de todos estos valores que son muy necesarios allí en la Amazonia! Estuvieron presentes varios representantes de la REPAM de varios países. ¿Cómo se llevó a cabo este primer encuentro de preparación del Sínodo? Nos congregamos allí, el cardenal Lorenzo Baldisseri, secretario general del Sínodo, el cardenal Claudio Hummes, presidente de la REPAM y un obispo representando a cada país que conforman la Panamazonía. El día 18 de enero nos sentamos con las comunidades que estaban allí presentes, fue un encuentro fructífero de diálogo y de escucha a sus inquietudes y la percepción que tienen del Papa y de la Iglesia. Salieron varios elementos que, sin duda, serán recogidos en los insumos que se van a tener presentes para el Sínodo. En la tarde, reunidos todo el grupo, trazamos los ítems de los otros dos días de encuentro. El 19 de enero en la mañana tuvimos el encuentro del Papa con las comunidades y pueblos indígenas de la Amazonia, al cual también participamos todo este grupo de la REPAM. En la tarde tuvimos la posibilidad de sentarnos y empezar a recoger algunos elementos. Quisiera que quedara claro que este encuentro se trataba de una consulta por parte de la secretaría del Sínodo para los Obispos sobre algunos aspectos que son pertinentes y que deben estar presentes. Hubo la oportunidad de compartir lo que hay en los corazones de las comunidades indígenas y los pueblos en general que acompañamos en la Panamazonía y acerca de las diferentes realidades y situaciones del contexto amazónico en el que nosotros como Iglesia llevamos adelante en nuestro servicio pastoral. Todo lo que se reflexionó y compartió hace parte de los elementos que se recogieron del primer paso del Sínodo y que, sin duda, estarán presente en los lineamientos y más adelante se seguirán profundizando. ¿Cuáles serían los próximos pasos de la preparación para el Sínodo? Después de este primer paso, vienen otros que son prácticamente el currículo que sigue para la celebración de un Sínodo. Seguirá la conformación de un equipo pre-Sinodal con al menos un representante de cada país, que junto con algunos expertos empezará a preparar los lineamientos, que serán presentados al Papa y de donde saldrá el Intrumentum Laboris (Documento Preparatorio) que será entregado a cada participante del Sínodo. Por fin vendrá la celebración del Sínodo en octubre de 2019. Quisiera resaltar una cosa muy bonita que acompañando estos pasos normales que tiene la celebración de todo Sínodo, se nos exhortó a que en cada país se hiciera un camino muy significativo de preparación involucrando a más personas. En la medida que tengamos la posibilidad de escuchar, de compartir y de discernir estaremos aportando al Sínodo y, al mismo tiempo, estamos recogiendo lo que es la situación y el contexto en donde vivimos. Esto es lo que le dará solidez al Sínodo, que busca partir de una realidad concreta para llegar a hacer propuestas para una realidad también muy concreta. Desde la realidad colombiana, ¿cómo seguir juntos esta preparación para el Sínodo? Primeramente es importante que, poco a poco, seamos conscientes de lo que significa la Amazonia no solo para Colombia y los países que conforman esta Panamazonía, sino que vayamos tomando conciencia de lo que significa la Amazonia para el planeta y para la humanidad. El Sínodo debe ayudar a esto. Un segundo aspecto es que nos sintamos todos partes importantes de la Amazonía. Ella nos contribuye con oxígeno, agua y tantas cosas… y cómo debemos retribuirle en cuidado y conservación, tomando conciencia de que cuanto más nosotros nos aproximamos a ella valorando lo que ella nos da, más vamos descubriendo que le podemos dar también nosotros a ella. ¡Sintámonos parte de esta gran Panamazonía! Allí todos nosotros tenemos un espacio de vida que debemos querer, valorar y, al mismo tiempo, conservar y cuidar como nos invita también el papa en la Laudato Sí. Tomemos conciencia de esa interrelación que tenemos con esta casa en común, donde la Amazonia es un símbolo de esa hermana que hoy nos pide ser más amigable con ella, tanto los que habitamos allí, como para todo el planeta. Que todos, no solo los amazónicos de Colombia, tomemos conciencia de la importancia que tiene la Amazonía para la vida de la humanidad y del planeta. Esa es la motivación que nos está haciendo el Papa. Tenemos que sentirnos de una u otra manera en comunión y responsables de la Amazonía. Finalizado este encuentro se redactó un comunicado final del Encuentro de preparación del Sínodo Especial para la Amazonía: [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar comunicado[/icon] Fuente: Entrevista y fotospadre Julio Caldeira, Revista Dimensión Misionera

Mar 23 Ene 2018

CNPRC hace llamado a un nuevo Cese al fuego bilateral indefinido

El Comité Nacional del Consejo Nacional de Paz, Reconciliación y Convivencia (CNPRC), presidido por Monseñor Hector Fabio Henao Gaviria, emitió esta semana un comunicado en el que solicitan se pacte de nuevo un cese al fuego Bilateral indefinido. "Hay que darle continuidad a la Mesa de conversaciones, y pactar de forma urgente un nuevo CESE AL FUEGO BILATERAL INDEFINIDO evaluando el anterior, corrigiéndolo y mejorándolo, que incluya los diseños operacionales que permita su verificación estricta por parte del mecanismo de Naciones Unidas" En su mensaje piden a los países garantes y a la comunidad internacional, poner todos sus esfuerzos y sus buenos oficios para que cuanto antes se reanuden las conversaciones de paz y además se dé una mayor participación ciudadana. [icon class='fa fa-download fa-2x']Leer comunicado[/icon]

Mar 23 Ene 2018

Hechos dolorosos en el territorio de la Diócesis de Santa Rosa de Osos

En un comunicado de prensa el obispo de la diócesis de Santa Rosa de Osos, monseñor Jorge Alberto Ossa Soto y el clero de esta Jurisdicción, expresaron su rechazo ante la masacre perpetrada en la vereda La Estrella, en el municipio de Yarumal, donde fueron asesinadas 7 personas, incluidos entre ellos menores de edad. “Toda acción contra la vida de las personas, no solo resquebraja fuertemente los fundamentos de la convivencia humana, de la sana democracia y de la verdadera paz, sino que es el atentado y el acto más cruel contra la vida y la dignidad de las personas, envilece a los actores y causa irreparables daños a las víctimas y familiares”, señala el mensaje. Comunicado del Señor Obispo a todos los fieles de la Diócesis. #renovacion2018dsro pic.twitter.com/SWaDm2XueX — Diócesis de Sta.Rosa (@diocesisstarosa) 23 de enero de 2018 Ante estos hechos dolorosos, el obispo antioqueño manifestó su cercanía y oración hacia los familiares de las víctimas e imploró hacia los victimarios la conversión y el arrepentimiento. Por otra parte, frente a la emergencia humanitaria que se reporta en el municipio de Cáceres, debido al desplazamiento de 376 personas al casco urbano, por temor a perder sus vidas en medio de confrontaciones, el obispo pidió a los grupos armados ilegales se respete la vida de estos campesinos y del Estado, se brinde las garantías para el retorno de estas familias a sus tierras. “Acompañamos con nuestra oración, presencia y caridad efectiva a todos nuestros hermanos de Cáceres, que se encuentran desplazados de sus campos al casco urbano. Así mismo, exigimos de los grupos armados ilegales el respeto por la vida y la garantía del retorno de las familias a sus tierras, y les recordamos que también es para ellos la invitación a construir la paz desde la justicia y la reconciliación”, indica el mensaje. Por último, el obispo y el clero de esta jurisdicción presentaron sus sentimientos de condolencia a los familiares de las víctimas fallecidas en el trágico accidente ocurrido hoy, en el sitio "Los Cristos", corregimiento de Ríogrande. “Pedimos que Dios Padre acoja en la casa celestial a los difuntos; para sus familias nuestra voz de esperanza y resurrección; para los heridos el compromiso de nuestra oración por su pronta recuperación y para todos la lección de estar preparados para el encuentro con el Señor”, finaliza el comunicado. [icon class='fa fa-download fa-2x'] Descargar documento[/icon] Foto: Tomada de internet

Sáb 20 Ene 2018

Vengan conmigo

Por: Monseñor Omar de Jesús Mejía -Celebramos hoy en la iglesia el tercer domingo del tiempo ordinario y comenzamos la lectura y meditación del evangelio de San Marcos. El escritor sagrado (Marcos), hacía parte del equipo misionero de Pablo y Bernabé. Su evangelio pretende fundamentalmente mostrarnos la figura de Jesucristo, el Señor, el Hijo de Dios y por lo tanto el Salvador. Según Marcos, el ministerio público de Jesús comienza inmediatamente después que Juan fue arrestado y se inicia proclamando la Buena Noticia de Dios, la invitación a la conversión y la presencia en el mundo del Reino de Dios. A renglón seguido, el evangelio invita a la conversión y a creer en la Buena Nueva. Para cumplir la tarea de anunciar el Reino, Jesús el Señor, inicia recorriendo la orilla del mar de Galilea, como quién dice, el anuncio se hace allí donde se encuentra la gente, en sus labores cotidianas, donde se desenvuelve el acontecer diario de la gente. Anunciar el Evangelio no es cuestión de ideas, no es hacer discursos, no es realizar muchos proyectos bonitos, muchos de ellos se quedan en el papel. Anunciar el evangelio es salir a la calle, ir allí donde se encuentran las personas en sus faenas cotidianas, allí donde se debate la vida. Bien lo dice el Papa francisco: “La pastoral no se planea en oficinas con aire acondicionado”, la pastoral se realiza en medio de la comunidad, en medio de las luces y las sombras de la existencia cotidiana. Dicen los obispos en Aparecida: “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (243). Para Simón y su hermano Andrés, Jesús no es una idea de la cual han escuchado hablar, no. Para ellos Jesús, el Señor, es alguien real, vivo, cercano, alguien que los miró con ternura y por lo tanto los cautivó. Dice la Palabra: “Mientras iba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban las redes en el agua, porque eran pescadores. Jesús les dijo: "Vengan conmigo, y yo los haré pescadores de hombres". Inmediatamente, ellos dejaron sus redes y lo siguieron.” “Vengan conmigo, y yo los haré pescadores de hombres”. Según la tradición judía, un joven piadoso que deseaba profundizar en el conocimiento y práctica de la ley de Moisés, buscaba ser admitido en el grupo de algún maestro o rabino. Se decía: “Búscate un rabí y te desaparecerán las dudas” (Pirqué Abot 1,16). En cambio, aquí es Jesús quien llama a algunos, a los que Él quiere (cfr 3,13), para que sean sus discípulos: hace esa llamada con autoridad, y aquellos hombres responden. San Jerónimo comentando el texto dice: “Si no hubiera algo divino en el rostro del Salvador, Simón y Andrés, hubieran actuado de modo irracional al seguir a alguien de quien nada habían visto. ¿Deja alguien a su padre y se va tras uno en quien no ve nada distinto de lo que puede ver en su padre?” (Commentarium in Marcum 9). Para ser discípulo y misionero del Señor, se necesita tener una experiencia personal con Él. Es urgente que nuestra fe pase de ser un discurso, una simple ley o algo meramente cultural a ser una experiencia única e irrepetible, donde se viva la alegría de sentirnos amados de Dios. Hermanos, el Señor sigue pasando, Él continua amándonos, El pasa por la orilla existencial de cada uno de nosotros; pasa a través de la Palabra, en los sacramentos, en los hermanos, en la naturaleza. Si somos personas de fe, en todo y en todos, hemos de descubrir la presencia de Dios. El secreto de la fe está en escuchar la voz de Dios que hoy también nos sigue diciendo: “Vengan conmigo, y yo los haré pescadores de hombres”. Igual que ayer, hoy, el Señor, necesita de hombres y mujeres valientes y con decisión que queramos seguirlo sin miedo y cobardía, con valor y entusiasmo. Hoy el Señor sigue pasando por la orilla de nuestra existencia y nos sigue diciendo: “Vengan conmigo, y yo los haré pescadores de hombres”. Hermanos, el Señor cuenta von nosotros, tenemos que dejarnos cautivar al igual que Simón y Andrés y con la misma prontitud que lo hicieron Santiago y Juan. El Señor nos sigue llamando a cada uno por nuestro nombre y nos convoca a ser sus discípulos y misioneros en el mundo de hoy; nos invita a proclamar con nuestra vida: “el tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia”. Reino, conversión y llamada, son realidades inseparables que desde entonces vivimos en la Iglesia. El Reino es Cristo mismo, Él nos ha salvado, el secreto de nuestra parte es aceptar la Salvación y mantenernos en la Salvación. El Reino de Dios se da en la doble dinámica del ya pero todavía no; es decir, Cristo ya nos salvó con su encarnación, con su muerte y resurrección, pero nosotros debemos aceptar el misterio. Dios nos ofrece su paternidad y salvación, pero no nos obliga a aceptarla. La gracia perfecciona la naturaleza, pero no la sustituye. San Agustín dice: “Dios que te creo sin ti, no te salvará sin ti”. Dios respeta absolutamente nuestra libertad, nos ofrece su gracia, pero no nos obliga a recibirla. Es necesario por lo tanto estar continuamente en actitud de escucha y conversión para poder aceptar la llamada de Jesús que sigue actuando en nuestra historia. Es necesario escuchar a Jesús que hoy nos sigue diciendo: “Vengan conmigo, y yo los haré pescadores de hombres”. + Omar de Jesús Mejía Obispo de Florencia Evangelio: Marcos 1,14-20 Después que Juan fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: “El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia”. Mientras iba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban las redes en el agua, porque eran pescadores. Jesús les dijo: "Vengan conmigo, y yo los haré pescadores de hombres". Inmediatamente, ellos dejaron sus redes y lo siguieron. Y avanzando un poco, vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban también en su barca arreglando las redes. En seguida los llamó, y ellos, dejando en la barca a su padre Zebedeo con los jornaleros, lo siguieron.

Jue 18 Ene 2018

“La Alegría de ser discípulos”: tema de reflexión del clero de Yopal

Desde el 16 de enero más de cuarenta y nueve presbíteros de la diócesis de Yopal se encuentran participando en la sede del Episcopado de su primer retiro anual, que tiene como eje central de reflexión: “La Alegría de ser discípulos”. El predicador del retiro padre Francisco Javier Londoño, de la diócesis de Santa Rosa de Osos, señaló que sus charlas son fruto de las orientaciones que el papa Francisco ha ofrecido al mundo, sobre las cualidades que debe tener un buen discípulo. "Mis diálogos han estado marcados en los discursos del Papa Francisco, quien en sus diferentes escenarios nos pone a repensar la vida sacerdotal, la vida de la Iglesia, el actuar del sacerdote”, expresó el padre Londoño. El sacerdote recordó al clero de esta diócesis, que hay que perder el miedo, ser apasionados, amar a la Iglesia y querer al pueblo de Dios que se les ha confiado, acompañándolos a enfrentar los retos de hoy. “Padres no podemos ser ignorantes, debemos estar al día en los temas del momento, hay que estar actualizados porque la gente habla hoy de todo y como sacerdotes no podemos dar un No como respuesta por no saber”, aseguró el religioso. Por su parte monseñor Edgar Aristizábal Quintero, obispo de la diócesis de Yopal recordó que como sacerdotes es importante fortalecerse espiritualmente, de ahí la importancia de los retiros espirituales. “Vemos la necesidad de crecer y fortalecernos espiritualmente con la oración y en ese encuentro con Dios, vivir la comunión y pensar nuestra vida para tener un plan concreto no sólo a nivel personal, sino en ese compromiso de servicio que tenemos con la Iglesia”, aseveró el prelado. La reflexión de su homilía fue tomada del texto del primer libro de Samuel, donde narra el encuentro que vive David el recién ungido enfrentándose a Goliat jefe de guerra de los Filisteos. “Dios nos reviste de su gracia y quiere que seamos ese David que va en nombre de Dios al encuentro de Goliat, insisto, que en muchos de nosotros surge ese Goliat, es decir el poder del mundo, el que cree que no necesita la gracia de Dios, el que se cree un superdotado y no anuncia a Jesucristo, sino que se fía de las armas y las fuerzas del mundo. Como Goliat nosotros los sacerdotes y todos los bautizados al ser elegidos en nombre de Él debemos vivir nuestra vocación y misión”, explicó. Monseñor Aristizábal Quintero dijo que a ejemplo de Jesús que siempre acompañó y escuchó a las comunidades, así también, los sacerdotes deben seguir sus pasos y ser ese buen pastor que está al servicio del pueblo de Dios. “La alegría del discípulo se manifiesta cuando yo entiendo que Dios me ha elegido y dado una gracia para compartir con cada ser humano que encuentre en mi vida. Jesús acogió a todos y estuvo presente en medio de todas las comunidades, así también tiene que ser nuestra vida”, puntualizó. Los retiros del clero de Yopal se adelantan en el audiotiro Regina Apostolorum, sede de la Conferencia Episcopal y finalizan este viernes 19 de enero.

Lun 8 Ene 2018

Episcopado y ONU ven necesidad de un acuerdo de cese al fuego más robusto

Como participantes invitados en el proceso de Veeduría y Verificación (MV&V) del Cese al Fuego Bilateral, Temporal y Nacional entre el Gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) y la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, pidieron a las partes preservar los logros obtenidos en material de reducción de violencia durante los meses de vigencia del cese al fuego “La Misión de Verificación de la ONU y la Conferencia Episcopal son conscientes de las dificultades del cese al fuego temporal y de la falta de consenso en relación con la implementación de determinados aspectos del Acuerdo de Quito. Comparten la necesidad de un acuerdo de cese al fuego más robusto que genere mayor confianza entre las partes y en la sociedad colombiana”. Próximos a que se venza el plazo del cese al fuego temporal, la CEC y la Misión de la ONU exhortaron al Gobierno de Colombia y al ELN para que avancen los diálogos, se sigan reduciendo los niveles de violencia, se consolide y amplíen los beneficios logrados para las comunidades desde el establecimiento del cese al fuego el 1 de octubre.